RESEÑA. "LOS TREINTA Y NUEVE ESCALONES", JOHN BUCHAN

 

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica:

Editorial: ‎ Losada

Fecha de publicación: 25 junio 2014

Traductor: Gerardo Gambolini

Idioma: ‎ Español

Tapa blanda: ‎ 157 páginas

ISBN-10: ‎ 9500399636

ISBN-13: ‎ 978-9500399630

Peso del producto: ‎ 160 g


Sinopsis de la Editorial:

John Buchan, escribió "Los treinta y nueve escalones", cuando empezaba la Primera Guerra Mundial. En esta vertiginosa narración introdujo a su héroe famoso: Richard Hannay, atrapado en una dramática carrera para frustrar un complot contra Gran Bretaña.

 

Propuesta musical para este libro:




Esta mítica pieza de Edward Elgar, que forma parte de un total de cinco que forman el Op 39, se estrenó en su versión original en el año 1901, con un éxito tal, que el público pidió dos repeticiones. Al año siguiente, en 1902, se adaptó para la coronación del rey Eduardo VII, y se añadió el texto de la oda, Land of Hope and Glory.  


Lo que Undine piensa del libro:

 

<La aventura podrá ser loca, pero el aventurero ha de ser cuerdo.> Gilbert Keith Chesterton

 

En el verano de 2019, mis vacaciones transcurrieron en Inglaterra. Como mis lectores habituales saben muy bien, es un país que me apasiona y he viajado a él en múltiples ocasiones. Visitar sus ciudades más célebres es siempre maravilloso, pero recorrer sus carreteras para conocer los pueblos históricos, las mansiones legendarias y las propiedades campestres que pertenecieron un día a sus personajes más ilustres, es un gran privilegio para quienes valoramos los placeres eruditos de la vida. En aquella ocasión, mis compañeros de viaje y yo decidimos hacer un recorrido en coche por Oxfordshire. Siempre procuramos elegir un lugar céntrico para pernoctar y hacer excursiones radiales, y así poder hacer un barrido lo más completo posible de toda la zona.

Charlecote Park.
Fuente:Undine von Reinecke

Pero, a veces, nuestro afán por no perdernos absolutamente nada nos lleva a recorrer muchas millas más de las programadas. Eso es lo que nos ocurrió una de las jornadas de aquel agosto de hace dos años. En aquella ocasión nuestra curiosidad nos acercó hasta Charlecote Park, una gran mansión campestre del siglo XVI, a orillas del río Avon, que está rodeada por su propio parque de ciervos, y que se sitúa a muy poca distancia de Stratford-upon-Avon, ya en Warwickshire.

Cuando decidimos adentrarnos en aquella propiedad, sabíamos que sería toda una experiencia, ya que los ilustres propietarios de otro tiempo, la familia Lucy, habían participado de forma activa en la historia de Inglaterra, incluso se sabe que la celebérrima Isabel I les visitó en su mansión y pernoctó en ella. No obstante, mi anécdota favorita de la familia Lucy tiene que ver con William Shakespeare, quien, al parecer, siendo aún un niño se dedicaba a la caza furtiva en sus tierras, un delito por el que llegó a ser juzgado. Sin duda, el espíritu de aquellos tiempos sigue deambulando por sus piedras, porque nadie que se plante frente a ese magno recinto puede dudar de su origen Tudor. En la actualidad Charlecote Park está bajo la protección del National Trust, organización que se encarga de cuidarla y administrala desde 1946.

Parque diseñado por Capability en
 Charlecote Park. Fuente: Undine von Reinecke

Como decía, la excursión se anunciaba fenomenal: un edificio muy interesante, con colecciones de arte magníficas, y actividades en el interior y el exterior de la mansión, para conocer cómo era la vida de sus ilustres habitantes y el personal de servicio; el broche final lo ponía el precioso parque que diseñó el prestigioso Capability Brown. Pero, lo realmente maravilloso de estas visitas son las sorpresas con las que siempre te topas, y aquel día me recibieron nada más acceder al recinto. Fue en la misma recepción, allí exhibían una galería que mostraba la interesante historia de la familia, donde encontré un nombre que me era familiar. Cuál no sería mi sorpresa al darme cuenta de que se trataba de John Buchan, el escritor de Los treinta y nueve escalones, la famosa novela que ha sido adaptada al cine en múltiples ocasiones, y que yo conocía gracias al célebre Alfred Hitchcock. Pero ¿qué relación unía a John Buchan con la familia Lucy? Entre otras cosas, el enlace de su hija Alice con Sir Brian Fulke Cameron-Ramsay-Fairfax-Lucy, 5th Baronet (1898–1974).

Fuente: Undine von Reinecke
¡Quién les iba a decir a los aristocráticos Lucy que gracias a la labor literaria y de archivo histórico que realizaron los Buchan, padre e hija, el National Trust aceptaría hacerse cargo de Charlecote Park, para restaurarla y dejarla como en sus mejores días de esplendor!

Como quiera que sea, mi interés en aquella visita se incrementó gracias a John Buchan, ya que toparme con los lugares y las circunstancias que rodearon a los autores que leo o descubro es otras de mis aficiones favoritas. Por eso, cuando regresé a España busqué más información sobre el escritor, y hoy puedo afirmar que John Buchan fue un hombre de lo más interesante.

John Buchan (1875 - 1940), nació en Escocia, y fue lo que todos identificamos como todo un hombre del Imperio, es decir, que su figura y su vida participaron de modo activo en la historia de Inglaterra. Aunque sus orígenes no fueron especialmente privilegiados, ya que nació en el seno de una familia cuyo progenitor era un ministro de la Iglesia Libre de Escocia y la esposa de éste la hija de un granjero, sus grandes dotes intelectuales le granjearon sendas becas para acceder, primero a la universidad de Glasgow, y luego a la Oxford, donde finalizó sus estudios de manera brillante, y siendo nombrado presidente de la Oxford Union. De aquellos años universitarios datan sus primeras publicaciones, y los buenos contactos sociales que le ayudarían en el futuro. Después de una breve incursión profesional en el campo de las leyes, aceptó trabajar como secretario privado de Alfred Milner, un alto cargo del estado que ocupaba el puesto de gobernador de las colonias del sur de África. Aquellas experiencias de juventud fueron determinantes para el escritor, e inspiradoras para su obra literaria. A su regreso a Inglaterra, Buchan continuó con su labor como escritor e hizo su incursión en el mundo editorial. En 1907 contrajo matrimonio con Susan Charlotte Grosvenor, hija de Norman Grosvenor y prima del duque de Westminster; de ese afortunado matrimonio nacieron cuatro hijos, dos de ellos también se dedicaron a la literatura.

Sin dejar de trabajar nunca en sus novelas, en 1911 inició su carrera política cuando fue nombrado candidato del partido Unionista, para los distritos de Peebles y Selkirk, en Escocia. Su posicionamiento político era muy personal, ya que apoyaba ideas progresistas como por ejemplo el sufragio femenino, pero sin embargo estaba en contra de las reformas sociales del Partido Liberal, por considerar que fomentaban el odio entre clases sociales.

Fuente: Wikipedia

Con la llegada de la Gran Guerra, Buchan comenzó a escribir para la Oficina de Propaganda de Guerra Británica, y se trasladó a Francia para trabajar como corresponsal de The Times. En 1915 publicó su obra más famosa, por la que es internacionalmente conocido, Los treinta y nueve escalones, de la que luego os hablaré. Al término de la guerra, su labor en la misma fue reconocida y en 1917 le nombraron Director de Información, un cargo que ejecutó con gran profesionalidad. Pese a todo, la literatura seguía ocupando gran parte de su tiempo y además de continuar escribiendo novelas de ficción y aventuras, se inició en el género histórico. Por otro lado, en la década de 1920 sus aspiraciones políticas e intelectuales le consiguieron puestos de gran relevancia, como el de presidente de la Sociedad Histórica de Escocia, y el de administrador de la Biblioteca Nacional de Escocia. A nadie se le escapa que en aquella época la religión marcaba también la vida política del país, y Buchan participó activamente en ella. Por ese motivo, entre 1934 y 1935, asumió el cargo de Lord Alto Comisionado del Rey George V en la Asamblea General de la Iglesia de Escocia.

Buchan fotografiado en uno de sus
viajes por Canada. Fuente: Wikipedia

También en 1935 hubo varios acontecimientos importantes que marcaron su vida profesional y personal. Por un lado, su gran novela de espías fue adaptada por Alfred Hitchcock, y por  otro, el rey le concedió un título nobiliario, le nombró Barón Tweedsmuir, con el que aceptó además el cargo de Gobernador General de Canadá. Allí finalizarían sus días cinco años más tarde, ya que en 1940 falleció. Durante su estancia en Canadá jamás dejó de escribir, pero también asumió la dignidad que se le había encomendado con gran empeño y dedicación, viajó por todo el país y se involucró en la vida social e intelectual canadiense. Con tanta profesionalidad y empatía empeñó su puesto, que los canadienses le organizaron un gran funeral de Estado antes de que sus restos fueran trasladados a Inglaterra.

¿Verdad que la vida de John Buchan es digna de protagonizar un bestseller y su adaptación cinematográfica? De algún modo así fue porque toda ella queda reflejada en sus novelas, principalmente en su gran éxito Los treinta y nueve escalones, que comienza así:

 

<Volví de la City hacia las tres aquella tarde de mayo, bastante disgustado con la vida. Llevaba tres meses en la madre patria y estaba harto de ella. Si un año antes alguien me hubiera dicho que estaría sintiéndome así, me habría reído en su cara, pero la realidad era esa. El tiempo me deprimía, la charla del inglés común me enfermaba, no podía hacer mucho ejercicio, y los entretenimientos de Londres me parecían insulsos como un vaso de agua. “Richard Hannay”, me repetía a mí mismo, “te metiste en la zanja equivocada, amigo, y harías bien en salir”.>

 

Los treinta y nueve escalones cuenta la historia de Richard Hannay, un inglés que ha pasado largo tiempo en las colonias ejerciendo como ingeniero de minas. A su regreso a la capital inglesa, el tedio de la vida ociosa, pese a sus muchos entretenimientos, le está haciendo replantearse regresar a África. Pero una tarde, un misterioso personaje se le acerca a traición, cuando Hannay está intentando abrir la puerta de su domicilio. Se trata de Franklin P. Scudder, un vecino con el que nunca ha intercambiado más que algún que otro saludo. El perturbador personaje le ruega que le permita entrar en su casa, y que escuche la gravedad de la historia que le tiene que contar. Hannay acepta sin mucha convicción, pero como su aburrimiento es tan grande, decide que nada tiene que perder. Scudder comienza así su relato, una historia en la que confiesa estar implicado en los servicios internacionales de espionaje, y por ello, dice conocer un peligroso complot que se está fraguando, que compromete la paz mundial y pone en peligro la seguridad de Inglaterra. Scudder implora a Hannay ayuda, porque la organización que está preparando el gran atentado mundial está al tanto de la peligrosa información que posee y lo quieren asesinar. Nuestro protagonista no termina de creer lo que aquel extraño personaje le ha contado, pero ante la aburrida perspectiva de vida que le espera esos días, decide alojarlo en su casa con un nombre falso, y le cuenta a su mayordomo que es un antiguo amigo militar que pasa unos días en su apartamento para recuperar la salud. Los días pasan unos tras otros sin muchos cambio, Hannay arregla las cosas para regresar a África y Scudder vive en la clandestinidad, pero un día de regreso a su apartamento, Hannay descubre que todo está revuelto, y encuentra a Scudder asesinado en su sala de fumar. En ese momento comprende que la historia de su misterioso inquilino era cierta y comienza a buscar desesperadamente una libreta que éste le enseñó, donde decía tener apuntado las claves que descubrirían a la organización enemiga de Inglaterra, y su atroz atentado. Después de muchos esfuerzos, Hannay consigue encontrar el comprometedor cuaderno negro, pero no se decide a ir con él a la policía, porque comprende que su difícil situación es tan sospechosa que él sería el primer candidato para ser acusado del crimen. Por ese motivo, se las ingenia para salir del edificio sin que le vean, por si la organización terrorista lo está vigilando, y recordando algunas cosas de la historia que el espía amigo de Inglaterra le contó, emprende la huida por tren hacia Escocia, donde espera encontrar la pista que desenmascare a los terroristas internacionales, y ya de paso, demostrar su inocencia también. De este modo, inicia un azaroso y peligroso periplo por tierras escocesas en busca de su libertad y de la paz mundial. ¿Conseguirá Richard Hannay su objetivo, o por el contrario será una víctima más del complot internacional?

Los treinta y nueve escalones es una trepidante y emocionante novela de espías, que fue publicada por entregas en Blackwood's Magazine durante agosto de 1915, cuando Europa se veía sumida ya en la terrible Primera Guerra Mundial. Ese mismo año, en el mes de octubre, William Blackwood and Sons la sacó a la venta ya en forma de libro. Es la primera de las cinco historias protagonizadas por el personaje Richard Hannay, un héroe que conquistó los corazones de la nación inglesa desde que lo conoció. Parece ser que dicho personaje salió de la pluma de Buchan inspirándose en un amigo escocés, Edmund Ironside, al que conoció en África, cuando trabajaba como secretario personal del gobernador. Ironside fue espía durante la Segunda Guerra de los Bóers (1899-1902). Como quiera que sea, el personaje se hace querer por el público por su personalidad interesante, su tremenda valentía y su acusada astucia. La tremenda picardía que posee le ayudará durante todo el palpitante relato, porque Los treinta y nueve escalones es de esas novelas que no puedes dejar, tanto la emocionante historia como su cautivadora narración te lo impiden. Es una lástima que mi edición no pasara por los beneficios de una buena revisión, porque de otro modo hubiera disfrutado mucho más. Pese a ello, los acontecimientos que relata el héroe inglés me mantuvieron todo un sábado entretenida.

Como se puede adivinar por mis palabras, en la novela no hay mucha presencia de diálogos, casi todas sus páginas corresponden al relato en retrospectiva que nos hace de los acontecimientos Richard Hannay, como testigo de todos los hechos. De este modo, Buchan toma de la mano a los lectores y los monta en un tren que los lleva hasta Escocia en compañía de su carismático héroe. Allí el autor saca su verdadero corazón escocés, e incorpora a su relato un elenco de personajes interesantes y característicos de la personalidad de las gentes escocesas de aquella época: granjeros, posaderos, peones camineros, pastores, aristócratas, políticos… Un elenco muy interesante y simpático, que añade sal y pimienta a lo que se nos cuenta. Por otro lado, no se debe olvidar la a los malos malísimos de la novela: Buchan dibuja con tal dedicación y empeño sus personalidades, que el lector se los puede imaginar mientras persiguen afanosamente a Richard Hannay en su huida de la justicia. Porque, recordemos que, nuestro protagonista es acosado igualmente por los buenos y por los malos; las autoridades inglesas le persiguen también vehemente como sospechoso del asesinato que inicia la novela.

Fuente: Wikipedia

Ese es otro de los puntos importantes de Los treinta y nueve escalones, su famosísima persecución sin tregua. Una caza al sospecho sin descanso, que inspiró en lo sucesivo múltiples títulos a otros novelistas, y que no escapó al ojo sagaz de Alfred Hitchcock, quien dirigió la película en 1935, como ya he dicho anteriormente, y utilizó este motivo en otras producciones. La adaptación de este gran director estuvo interpretada por Robert Donat y Madeleine Carroll y, aunque se desvía notablemente de la historia original de John Buchan, cambiando incluso la ambientación temporal, e incorporando personajes femeninos a la historia, también es cierto que es la más interesantes de cuantas inspiró la famosa novela. Porque la de Hitchcock no fue la única película que se realizó basada en la novela, pero sí sirvió de inspiración a todas las que llegaron después. En 1959 Ralph Thomas realizó la primera versión en color, una película que, desde mi punto de vista, es la más mediocre de todas; en 1978 se rodó el tercer film, que fue dirigido por Don Sharp y protagonizado por Robert Powell, está considerado el más fiel al libro porque respeta la línea temporal, aunque, tampoco satisfizo mis expectativas cuando la vi; para terminar, en 2008 se rodó un film televisivo por la BBC de Escocia, protagonizado por Rupert Penry-Jones y Lydia Leonard, pese a que su protagonista masculino es un aliciente para mí y la fotografía y ambientación son deliciosas, el componente romántico que incorporaron, en mi opinión, desvirtuó la historia. También se han realizado múltiples adaptaciones para el teatro y la radio, con nombres tan famosos como Orson Wells, David Niven, Glend Ford, y muchos otros actores y productores de relevancia que quisieron formar parte del mundo de Richard Hannay. Hasta tal punto ha conquistado el universo de ficción la novela de John Buchan, que incluso existe un videojuego basado en él.

La repercusión de Los treinta y nueve escalones no deja perder notoriedad en la actualidad, ya que este mismo año la plataforma Netflix anunció su próxima adaptación, con la participación de Benedict Cumberbatch como principal.  Quisiera creer que esta será la definitiva, y que los creadores sabrán respetar, con buen gusto y eficiencia, el espíritu de la novela. Porque, si es cierto que lo genuino siempre convence, en este caso, sucede con mayor pasión. Es verdad que en ella a penas participan mujeres, que no hay intereses románticos en ella, que la trama se centra tan sólo en las aventuras que vive su personaje mientras quiere solucionar su problema y arreglar el mundo; Los treinta y nueve escalones es simple y llanamente una novela de espionaje. ¡Pero qué novela!  No le sobra ni le falta nada. Con su lectura somos capaces de soñar, de viajar en el tiempo hasta la época eduardiana; viviremos aventuras, mientras viajamos en tren con una guía Bradshaw en las manos; correremos por campo abierto, y nos refugiaremos donde podamos; nos mezclaremos con espías enemigos, y estaremos presentes en reuniones de Estado… En definitiva, conoceremos desde dentro el mundo que vivió y experimento John Buchan, un verdadero hombre del rey.

 

<El precio de la grandeza es la responsabilidad.> Winston Churchil

 

Undine von Reinecke ♪



Trailers de las adaptaciones:  






 The 39 Steps (1978 , Trailer)


The 39 Steps (2008 Trailer)


Comentarios

  1. Hola.
    Como ya te he dicho en más de una ocasión da gusto leer tus reseñas porque siempre aprendo algo nuevo y si, además, me hablas de una novela de espías pues... para qué más, anotada queda.
    Un saludo.

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    1. Buenas tardes, Samarkanda:
      Muchas gracias por tus palabras. Estoy segura que esta novela te agradaría, es más, no imagino que no pueda gustar a nadie.
      Un abrazo grande y gracias por tu visita!!

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  2. Querida Undine:
    Me encanta que me cuenten historias de viajes, con todo lujo de detalles, porque es como estar allí. Hay tantos sitios por describir.
    Como te digo, nunca vi 39 escalones o al menos no la recuerdo. Así que me la apunto aunque tenga esos cambios importantes.
    Y por supuesto me llevo esta novela, me encantan las historias de espionaje aunque no suelo leer muchas, tuve una época Le Carré y supongo que me empaché un poco.
    Seguro que Netflix le hace algo decente y también debería hacer una de la vida del autor, da para una serie.
    Un beso y ¡¡muy feliz semana!!

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    1. Querida Norah:
      Eres un encanto, estoy segura que muchos lectores estarán pensando que soy una abuela batallitas con mis historias, pero, ¡qué le voy a hacer, yo soy así!
      Con respecto a las adaptaciones, incluida la de Hitchcock, en mi opinión no están a la altura de la novela. El ingrediente romántico-pícaro-sensual desde mi punto de vista sobra y quita valor a la historia. Pese a ello, Hitchcock siempre es Hitchcock y sólo por ello ya merece la pena ver su película. A ver si tienes razón y Netflix hace algo en condiciones.
      Un abrazo grande y gracias por tu visita!!

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  3. Buenas tardes Undine!. He visto varias veces 39 escalones en la versión Hitchock, una película que me encanta, pero no sabía o al menos no lo recuerdo, que estuviera basada en una novela. El personaje de Richard Hannah me suena sin embargo, de alguna serie de la BBC, aunque igual estoy equivocada.
    Me ha encantado tu reseña y ese viaje al que me has llevado sin moverme del sillón, y eso que Inglaterra es un país que siempre he deseado visitar y que tengo pendiente. Me llevo desde luego la novela, aunque tendré en cuenta esos fallos en la revisión. Un abrazo.

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    1. Querida Mar:
      Si te gusta la película de Hitchcock, ten presente que la novela lo hará mucho más. La serie de la BBC a la que aludes es la que protagonizó el guapísimo Rupert Penry Jones, que, para pasar el rato, no está mal pero no es una buena adaptación. Por otro lado, mil gracias por tus palabras, me encanta compartir mis experiencias viajeras y literarias contigo.
      Un abrazo y muy feliz comienzo de semana!!

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  4. Hola Undine, yo debo decirte que no me suelen gustar las historias de espionaje, pero esta tiene ese punto escocés que me encanta así que la apuntaré en la, interminable, lista de deseos...
    Una reseña completísima y muy bien documentada que nos pone en antecedentes de todo, genial.
    Un besazo

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    1. Buenas tardes, Nitocris:
      Esta vez me aventuro a recomendarte esta novela encarecidamente. Es tan trepidante y destila ese aroma british que tanto nos gusta!! Sería una pena que al menos no vieras la adaptación de Netflix que se está rodando.
      Un abrazo grande y muchas gracias por la visita!!

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  5. Qué gustazo leer tus reseñas! El libro no lo he leído pero vi la peli de Hitchcock hace años. NO la recuerdo mucho ya, pero ya veo que difiere bastante de la novela. El resto de adaptaciones no la he visto pero voy a estar muy pendiente de la que se va a estrenar, que el actor es de mis favoritos. Y por supuesto, me tengo que animar con la novela.
    Besotes!!!

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    1. Buenas tardes, Margari:
      Mil gracias por tu amabilidad!! Realmente, las adaptaciones se toman licencias argumentales, a veces esto es bueno, pero en esta ocasión, desde mi punto de vista, desmerece la historia y le quita emoción. Yo tengo tengo las esperanzas puestas en Netflix, ya comentaremos la serie cuando la estrenen.
      Un abrazo y gracias por tu visita!!

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  6. Holaa!! pues sí que suena interesante y emocionante, así que no lo descarto. Como siempre, gracias por tan increíble reseña.

    Blessings!!

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  7. ¡Hola! Pues no sabía que iba a tener adaptación. Ahora mismo prefiero leer otro tipo de historias pero igual en algún momento podría apetecerme. Un besote :)

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    1. Buenas tardes, Marya:
      Yo hago eso también, apunto título que en el futuro puedan gustarme. Espero que si lo lees algún día te agrade tanto como a mí.
      Un abrazo y gracias por la visita!!

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  8. Hace eones que no leo una novela de espionajes. He llama la atención pero sobre todo estaré atenta a Netflix y su próxima adaptación.

    Un besazo,

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    1. Buenas tardes:
      No te pierdas la serie cuando la estrenen, estoy segura que la historia te encantará.
      Un abrazo y felices lecturas!!

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  9. Hola Undine!! Es un libro que llevo mucho queriendo leer, así que me alegro que te haya gustado. Tomo buena nota de tu experiencia lectora. ¡Estupenda reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!

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    1. Buenas tardes, Ana:
      No sabes lo trepidante e interesante que es la novela. Cuando la leas, no dejes de volver por aquí para comentarla.
      Un abrazo y feliz comienzo de semana!!

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  10. Ohhh Undine, cuántos recuerdos me ha despertado tu reseña. A ver, el libro no lo he leído pero sí he visto la peli muchas veces. Me encanta. Lo has contado estupendamente, como siempre. Besos

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    1. Buenas tardes, Marisa:
      Si te gusta la peli, no dejes de leer algún día la novela, porque es infinitamente mejor. Por otro lado, ¡viva Hitchcock!
      Un abrazo y felices lecturas!!

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  11. Ains, Undine. Nada más leer el título de la novela que reseñas y recomiendas, me vino a la memoria la película dirigida por el maestro Hitchcock. Un gran clásico, sin duda alguna. Casi siempre fui un ferviente lector de novelas de espionaje, y aún conservo algunas en casa, pero últimamente no me prodigo mucho en lecturas de esta índole. Aunque tengo a mi lado a buenos autores y espías que fueron, como Graham Greene o John Le Carré. Navegaré por internet para ver si la encuentro en papel y tomo nota de la Editorial Losada. Como siempre, una excelente reseña. Besos.

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    1. Buenos días, Francisco:
      A mí me ocurre lo mismo con otros géneros. Aunque nos sigan gustando cierto tipo de lecturas, la vida sería muy aburrida si siempre hiciéramos lo mismo. Ya volverás a los espías cuando sea el momento indicado. De tus autores de cabecera comparto contigo a Greene, adoro sus novelas de intrigas políticas y espionaje.
      Un abrazo y muchas gracias por visitarme!!

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  12. Hola!
    Leer tu relato de vacaciones me ha encantado, me transporté inmediatamente porque sueño con realizar el mismo viaje ❤❤❤
    Besooos

    Jocelyn | Blog Ave Lectora

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    1. Buenos días:
      Cuánto me alegra que te gustara. Espero que algún día tú también lo puedas realizar.
      Un saludo!!

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  13. Me gustan las historias de viajes ❤

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  14. ¡Hola Undine!
    Este libro es ¡Maravilloso! la línea de la historia me recordó a una especie de novela proto James Bond. Me super encantó el suspenso policiaco.
    ¡Gracias por la reseña!
    ¡Un saludín!


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    1. Buenos días, Yessykan:
      No lo dije en la reseña, pero investigando sobre Los 39 escalones descubrí que el personaje de Bond pudo haberse basado en ella. No dudes en leer este título porque estoy segura que te agradará.
      Un abrazo!!

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