RESEÑA: NAVIDAD EN THOMPSON HALL, ANTHONY TROLLOPE

 

Fuente: Undine von Reinecke


Ficha Técnica:

Editorial: Alianza Editorial

Título: Navidad en Thompson Hall

*Relato perteneciente al recopilatorio Cuentos Victorianos De Navidad

Traducción: Miguel Ángel Pérez Pérez

Colección:13/20

Páginas: 58 

ISBN: 978849104-8992

Formato: Rústica

Dimensión:: 13x20

Fecha De Publicación: Octubre 2017


Recomendación musical para este Libro



Chris Green y Sophie Matthews son un dúo de baladistas británicos, especializados en contar historias a través de la canción. Ellos creen firmemente en el poder de la música de otros tiempos para conmover al público actual. En este vídeo escucharéis preciosas melodías que os trasladarán al pasado.


Lo que Undine opina del libro:


<No dejaremos de explorar y al final de nuestra búsqueda llegaremos a donde empezamos y conoceremos por primera vez el lugar.> T. S. Eliot 

 

Hoy, 15 de diciembre de 2021, por fin llego a Londres, destino final de mi aventura literaria alrededor del mundo siguiendo los pasos de Phileas Fogg, el famoso personaje del gran Julio Verne. La conclusión de mi viaje no podría llegar en un momento más bonito del año, ya que, en este mes, las calles londinenses se ven invadidas por el ambiente navideño. Por otro lado, recordemos que, en 1872, año en que se publicó La vuelta al mundo en ochenta días, hacía tiempo que el espíritu dickensiano dominaba la sociedad victoriana, gracias al impacto que causó en 1843 A Christmas Carol (Cuento de Navidad); desde que vio la luz la Navidad ya nunca volvió a ser igual, aunque el relato del redimido Ebenezer Scrooge no fue el único motivo que dio colorido a esta amable época del año. ¿Queréis saber cómo y por qué festejaban los victorianos así estas fechas? Ahí vamos.

1ª Edic. Cuento de Navidad (Fuente: Wikipedia)


Como decía antes, Charles Dickens y su famoso cuento ayudaron a difundir ese característico espíritu navideño, que se distingue por propagar el amor, la generosidad y la buena voluntad hacia el prójimo. Pero la Navidad británica que todos reconocemos, esa tan especial que nos trae a la mente preciosas imágenes de época, con familias sentadas a la mesa en armonía, grupos de fieles cantando villancicos o de niños paseando en procesión por las calles, antes de volver a casa para decorar el árbol junto al resto de la familia y colocar el calcetín en la cabecera de la cama… Esa Navidad de estética impoluta, decía, comenzó a fraguarse en las primeras décadas del siglo XIX. 


1ª Tarjeta navideña H. Cole yJohn C. Horsley
Fuente: Wikipedia
Fueron varias las circunstancias que se dieron para que esto sucediera
. En primer lugar, la aparición de un recopilatorio de canciones típicas navideñas, acuñado en 1823 por el ingeniero, político y escritor Davies Gilbert, que ayudó a recuperar la tradición del villancico inglés, comenzándose a escuchar por todas partes; en otro orden, el diseñador Henry Cole, en colaboración con el ilustrador John Calcott Horsley, crearon en 1843 la primera tarjeta de felicitación navideña, una ilustración que mostraba a un grupo de personas alrededor de una mesa para cenar, con un mensaje navideño debajo. Esta idea tuvo un éxito inmediato, y se animó a los niños a que elaboraran sus propias tarjetas, afición que hizo mella en la reina Victoria, como también en el resto de la nación, esto inició la amable costumbre de felicitar las fiestas por correo postal.
Fuente: Wikipedia

Poco después, en 1847, se impuso una dulce tradición, la de los crackers navideños. Una creación del pastelero Tom Smith que, preocupado por sus finanzas, decidió comercializar una nueva galleta con un envoltorio en el que aparecían escritos mensajes de paz y amor, entre otras efectistas acciones comerciales posteriores, que hicieron de esta delicia navideña un dulce recurrente en los hogares ingleses, en los que, aún hoy, se siguen comprando para disfrutar de las sorpresas que guardan en su interior. Todas estas novedades ayudaron a crear esa típica atmósfera de la que hablamos, no obstante, para muchos británicos la autoría de la tradición navideña victoriana recae sobre la familia real, y, probablemente, estén en lo cierto, porque hasta el siglo XIX estas fechas tenían un carácter muy distinto en Inglaterra, incluso en algunas zonas del país se llegó a prohibir las celebraciones por el desagradable carácter etílico que adoptaban. Sin embargo, tras el matrimonio de Victoria y Alberto, una pareja que adoraba celebrar la Navidad en familia, y que hizo de  ello una institución, fue un ejemplo para todo el país 

Familia Real de Victoria y Alberto
Image © World History Archive and Alamy Images
Fuente: EnglishHeritage.org

Todo empezó a comienzos de la década de 1840, y se afianzó en 1848 cuando The Illustrated London News publicó un grabado que mostraba a Victoria, Alberto y sus cinco hijos reunidos alrededor de un abeto iluminado con velas y decorado con pan de jengibre. Los ingleses sucumbieron ante la bella estampa que se les mostraba, y comenzaron a festejar estas fechas imitando los hábitos y costumbres de su admirada familia real. Gran parte de responsabilidad tuvo sobre ello el príncipe Alberto, quien llevó consigo algunas tradiciones navideñas desde su Alemania natal, para establecerlas en el hogar inglés que formó junto a la reina Victoria. Una de las más conocida es la de decorar el árbol, aunque esta costumbre centroeuropea no era nueva en palacio, puesto que la reina Charlotte (1744-1818) -esposa de George III, también de origen alemán-, ya acostumbraba a colocar un abeto en época navideña, pero lo cierto es que esta costumbre no se popularizó entre los ingleses hasta la llegada del príncipe Alberto a la Casa Real. Por otro lado, el consorte de la reina Victoria era aficionado a hacer regalos en estas fechas, no sólo a su familia, también los donaba a los niños que vivían en instituciones benéficas. Una práctica que, aunque tampoco era nueva, sí se divulgó gracias a él. Desde que el príncipe Alberto hizo el primer regalo a Victoria en la Navidad de 1839, se institucionalizó que cada Nochebuena todos los miembros de su familia intercambiaran regalos en la mesa de la cena, los niños solían obsequiar manualidades que ellos mismos hacían, y recibían dulces y pequeños presentes; el matrimonio canjeaba entre sí obras de arte y joyas. Este espíritu de buena voluntad hacia el prójimo se extendía por todo el palacio, ya que la reina Victoria también agasajaba a las personas que trabajaban en él: la monarca se reunía con ellos la mañana de Navidad en el hall, allí entregaba un presente a cada miembro del servicio. Esta tradición de regalar pronto trascendió a la clase media inglesa, ajustándose a las posibilidades económicas de cada familia, recordemos que en aquella época había mucha pobreza, que la adoptaron como propia. El concepto de compartir obsequios no era comercial en la era victoriana, sino un símbolo de fraternidad, aunque, poco a poco eso fue cambiando, al ir desarrollándose la industrialización.

Image © World History Archive and
 Alamy Images
Fuente: EnglishHeritage.org

Otro aspecto importante de las celebraciones navideñas victorianas eran las cenas y comidas en familia. Las mesas se preparaban con mucho esmero, cuidando la estética tanto como los alimentos especiales que se servían en ella. Entre los manjares navideños favoritos de la casa real, y de otras familias pudientes, estaban el pavo y las carnes asadas de categoría, en los hogares más modestos se servía ganso. Tanto se popularizó en aquellos días entre los ingleses la ingesta de esta ave -de lo que Dickens ha dejado buen testimonio-, que, al parecer, muchos ciudadanos se afiliaron a un club de gansos para poder pagar a plazos durante todo el año el manjar que se comerían en Navidad. Por último, tampoco faltaban los dulces en las mesas navideñas, presididos por el más famoso de todos: el pudín de ciruelas, que se acompañaba de crema inglesa. Para alegrar la reunión, no podía faltar el ponche navideño, un clásico que también ha trascendido en el tiempo y ha cruzado fronteras.

La familia real celebró cada Navidad en el castillo de Windsor hasta el prematuro fallecimiento del príncipe Alberto en 1861, y desde aquel año la reina Victoria trasladó el festejo al Osborne House, su palaciega casa de vacaciones en la Isla de Wight, donde quiso seguir las mismas costumbres en honor su amado marido, con el que tantas navidades celebró. 

Image © World History Archive and Alamy Images
Fuente: EnglishHeritage.org

La Navidad victoriana comenzaba a prepararse con la llegada del Adviento, un periodo de tiempo que los ingleses vivían con verdadero fervor religioso, durante el que se preparaban espiritualmente para recibir al niño Jesús. Los victorianos daban gran importancia a las actividades especiales de estas fechas, y hacían que los niños se involucraran en todas ellas, tanto en la decoración del hogar y fabricación de coronas de adviento, como también en las celebraciones importantes del calendario. Sírvame de ejemplo el seis de diciembre, San Nicolás, día en que se iniciaban los festejos navideños. En esta fecha, que guarda relativa semejanza con la llegada de Papá Noël que se vive hoy día; los presentes que los niños recibían no eran los juguetes que nuestros hijos esperan en la actualidad, sino dulces y pasteles, que estaban destinados a premiar a los pequeños que habían mantenido el corazón puro durante todo el año. Los pequeños, a su vez, preparaban un pequeño refrigerio para San Nicolás y su ayudante Ruprecht, que dejaban junto a la chimenea. Esta es sólo una de las muchas y bonitas tradiciones que los ingleses en tiempos de la reina Victoria seguían, y que unida al calcetín navideño, el tronco de navidad (yule log), las tarjetas postales, los villancicos populares y el resto de conmemoraciones en honor  de Santa Lucía, San Esteban, Little Christmas (día de los Santos Inocentes), y el Good Riddance que se celebraba el 31 de diciembre, con la que se cerraban las fiestas, y que no estaba exenta de cierta connotación pagana, forman parte de ese ideario que todos tenemos asimilado de una verdadera Navidad vintage. Quienes tengáis curiosidad por conocer más a fondo las ceremonias que seguían los victorianos, os recomiendo que visitéis la web del English Heritage, la página de BBC TWO, así como el blog de La Casa Victoriana.

Father Christmas
Fuente: historic-uk.com

He querido dejar para el final una deliciosa costumbre de los victorianos que, por su carácter literario, tiene especial interés para mí. Me refiero al calendario de adviento. Este objeto, cada vez más presente en nuestras vidas con carácter comercial, era en su origen una manualidad hecha de madera, que guardaba en cada una de sus veinticuatro casillas un pasaje correspondiente a un cuento. La lectura del relato se iniciaba el primer día de Adviento, con la apertura de la primera puerta, y finalizaba el día 24 concluyendo entonces la historia. Esta tradición tan bonita, que reunía a toda la familia en torno al calendario, se adhiere a la ancestral tradición cuentística inglesa. Los relatos que les gustaba leer en Navidad a los ingleses del siglo XIX solían ser de diferentes géneros, igual hablaban de un misterio, como de fantasmas, o tenían carácter cómico, y otros, cómo no, guardaban "ese" espíritu navideño. A estos dos últimos estilos pertenece Navidad en Thompson Hall, el cuento escrito por Anthony Trollope (1815-1882), que he elegido como broche de oro para finalizar La vuelta al mundo en doce libros 2021 por tratarse de uno de los escritores victorianos más admirados en Lecturas de Undine y porque el cuento se publicó en 1876, pocos años después que la famosa novela de Julio Verne que motivó mi proyecto .

¿No creéis, queridos lectores, que no hay mejor celebración que brindar por el cierre de nuestra aventura en una mansión inglesa de la época victoriana en época navideña?

Navidad en Thompson Hall nos cuenta la historia de los señores Brown, una pareja inglesa de clase acomodada, que tenía por costumbre disfrutar el invierno y la Navidad en el sur de Francia. Pero, en el año en el que suceden los hechos que se nos relatan, el matrimonio había sido invitado por la familia de la dama a disfrutar las festividades navideñas junto a ellos en Thompson Hall, la antigua mansión familiar en Stratford, Inglaterra. El marido, un hombre hipocondríaco en grado máximo, no se ve inclinado a trasladarse hasta allí, alegando temer por su salud. Pero, su esposa, totalmente empeñada en reunirse por una vez con su familia la víspera de Navidad -la mujer, además, tiene una motivación especial-, ha conseguido llevar a su cónyuge hasta París, última escala del viaje, antes de llegar a Inglaterra. En el momento en el que conocemos al matrimonio, la pareja se encuentra alojada en un hotel parisino, discutiendo sobre la conveniencia de proseguir el viaje hasta su destino inglés, o quedarse en Francia como medida de precaución. Mrs. Brown con mucho aplomo, insiste en su capricho de reunirse con los suyos, y hace todo lo posible porque su esposo se encuentre cómodo, mimándole en extremo, para que no ponga objeciones al respecto. La última idea que se le ha ocurrido es fabricar un emplasto que alivie los problemas de garganta que el hombre padece. La dificultad radica en que no tienen mostaza a su alcance, y, cómo es una hora intempestiva de la madrugada y está vestida sólo con una negligé, debe bajar furtivamente al comedor del hotel para poder "robar" un poco de la especia y regresar a su habitación sin ser vista. Pero, por culpa de un tremendo error,  las cosas se complican de tal modo que la dama se ve en serias dificultades ante su esposo, el personal del hotel y un misterioso caballero con el que se topa en su aventura nocturna. ¿Será posible que no lleguen a tiempo para celebrar la Navidad en Thompson Hall?

Charlecote Park
Fuente: National Trust

Navidad en Thompson Hall es un divertido, agudo e hilarante relato, una maravillosa comedia de errores, al más puro estilo inglés. Una delicia navideña, llena de ingenio y espíritu afable, donde Anthony Trollope se muestra más amable de lo que acostumbra, sin perder con ello la distintiva ironía con la que sella sus trabajos. En este caso su sátira recae especialmente sobre las relaciones de pareja dentro del matrimonio, el autor con gran sentido del humor, aplica su perspicaz ojo crítico y recrea una situación ridícula en la que sus protagonistas representan en escena una comedia llena de mentiras piadosas y equívocos que, aunque exagerados, podrían representar cualquier momento de la vida de un matrimonio común. Trollope construye a sus personajes con tanta gracia y acierto que, pese a los defectillos que les adjudica, son tan reconocibles de nuestra propia conducta personal que, el lector no podrá dejar de entonar el mea culpa y sonreír. El resto de figuras, en mi opinión, son una caricatura de los típicos individuos que aparecen en sus propias obras de sociedad, y en las de su contemporáneo Charles Dickens, a quien, reconozcámoslo,  gustaba parodiar en algunas de sus novelas. 

Por otro lado, cabe destacar la destreza narrativa que demuestra Trollope en el relato, teniendo en cuenta la brevedad del texto. El escritor es capaz de condensar en apenas sesenta páginas una historia que podría haber escrito en quinientas, como suelen tener los títulos de su producción, sin que por ello el interés de la trama decaiga o pierda fuelle en ningún momento. Y, aunque en muchas escenas el lector adivine lo que viene después, la chispa que pone en ellas Anthony Trollope consigue que quienes se embarquen en la historia quieran conocer el final, y llegan hasta él sin perder la hilaridad en ningún instante. 

Para finalizar, debo decir que, pese al carácter cómico que preside este cuento, la historia se acoge al clásico espíritu navideño victoriano, con todo lo que todo eso conlleva. Un relato en el que los más anglófilos encontrarán reminiscencias shakesperianas de Noche de Reyes (Twelfth night), al tiempo que disfrutarán y reirán con las cómicas críticas que Anthony Trollope destina a los vecinos del otro lado del canal de la pérfida Albión.


<No existe nada en el mundo tan irresistiblemente contagioso como la risa y el buen humor.> Charles Dickens


Undine von Reinecke ♪



👉Concluído ya mi viaje literario, quiero anunciar a mis lectores que, en vista del éxito que esta edición ha tenido, en el próximo año 2022 iniciaré una nueva aventura viajera, a la que estáis todos invitados. 

✽La primera semana de enero anunciaré los cambios que realizaré en las bases.

Fuente: Ed. Alma

En otro orden, quiero transmitir mi sincero agradecimiento a los lectores que me habéis seguido con tanta ilusión durante mi periplo, y que me habéis transmitido vuestro entusiasmo tanto en privado como en los comentarios de la página del blog. Así mismo, deseo compartir la felicidad que este proyecto me ha proporcionado con las dos lectoras de Instagram que me han acompañado de cerca con sus lecturas. Intiread, Raquel.lectora , os mando mi cariño en forma de libro, cada una de vosotras recibiréis un ejemplar de Breve historia de la Navidad de Andy Thomas, publicado por Alma Editorial en octubre de 2021.👈




El autor por la Editorial:

Fuente: Wikipedia

Anthony Trollope

Oscurecido por otros escritores de la época victoriana como Charles Dickens, Wilkie Collins o las hermanas Brontë, Anthony Trollope (1815-1882) fue sumamente popular y apreciado en su época y aguanta en pie de igualdad la comparación con cualquiera de ellos. En sus novelas, como en las de Jane Austen, se puede apreciar un penetrante conocimiento de su época y de las pasiones y resortes que mueven la naturaleza humana.


Comentarios

  1. Pues tengo el relato de Trollope en una antología de cuentos navideños victorianos, así que la leeré pronto. Además, ya me dijo MH que ese cuento en concreto me gustaría mucho, cosa que confirmo con tu reseña. Pero lo que más me ha gustado de tu entrada son los párrafos sobre las tradiciones navideñas victorianas, como el origen de la popularización de decorar el árbol o la tradición del calendario de adviento (en casa la seguimos desde siempre, aunque no somos religiosos), y ese espíritu de hacer regalos a los seres queridos que se reúnen alrededor de una mesa especial. Creo que ha sido en los últimos años que he aprendido a olvidarme del estrés de las compras, reducir a pequeños detalles muy pensados y disfrutar muchísimo escogiendo el presente y regalándolo a la persona apreciada. Besos.

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    1. Buenos días, Mónica:

      Sin duda tu recopilatorio es el mismo que el mío. Y sí, MH tiene mucha razón, el cuento te va a encantar :)
      En otro orden, me ha fascinado leer sobre los victorianos y sus Navidad para escribir esta reseña. Al igual que tú, hace tiempo que me he desligado del tema comercial y en casa vivimos estas fiestas buscando el acercamiento familiar.

      Un abrazo y muchas gracias por visitarme!!

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  2. Hola.
    Aunque el libro no me llama especialmente la atención sí me ha gustado mucho todo lo que nos cuentas sobre las navidades victorianas, especialmente, lo relativo al calendario de adviento que me era desconocido.
    Como siempre, un placer leer tus entradas.
    Un saludo.

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    1. Buenas tardes, Samarkanda:
      A mí también me gusta muchísimo
      el calendario de Adviento victoriano. Creo que era una tradición muy bonita y especial. Me hubiera gustado conocerla antes y adoptar la costumbre en mi hogar.
      Un abrazo y mil gracias por tus amables palabras!

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  3. Qué viaje más chulo te has marcado. Lo acabas de la mejor manera, con la Navidad. Yo hoy justo empiezo con La vuelta al mundo de Julio Verne, para el año que viene seguir tus pasos. Un abrazo

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    1. Buenas tardes, Esther:
      Lo cierto es que cuando comencé el proyecto no sabía hasta qué punto me iba a gustar. Ahora que lo finalizado puedo asegurarte que ha sido muy gratificante. Me encanta que te unas al que comienzo en 2022, espero que los cambios en sean estimulantes e impriman nuevas expectativas a todos.
      Un abrazo y gracias por animarte!!

      PD: Estoy deseando leer tu reseña de La vuelta al mundo en 80 días

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  4. Casualmente termino de leer Cuento de Navidad de Dickens, para la iniciativa de diciembre de El tintero de oro. Me ha parecido una delicia.
    Me he quedado pasmada de todo lo que nos cuentas aquí acerca de la Navidad británica. Hace años estuve en Londres en el puente de la Constitución y estuve en una tienda que vendía artículos navideños. Eran preciosos y... muy navideños y vintage. Todo tenía ese aire de siglo XIX que tan unido tenemos a la Navidad. Por lo que veo, muchas de las tradiciones que celebramos por aquí, provienen de Reino Unido.
    No he leído a Trollope, pero si cuenta la vida con la perspicacia de jane Austen, ya estoy tardando.
    Un beso.

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    1. Buenas tardes, Rosa:

      Qué genial que hayas leído Cuento de Navidad!! Es una historia que no pierde, cuantas más veces se lee más placentera para el alma resulta.
      Por otro lado, he viajado muchas veces a Londres, aunque nunca en época navideña (algún día). Pero sí sé cómo son los ingleses con las tradiciones. Son tan detallistas y gustan tanto de las cosas binitas y delicadas, que es maravilloso perderse en sus comercios, ya sean literarios o de regalos en general,
      Comentas que no has leído a Trollope, yo te recomiendo todos sus libros. Que yo recuerde, lo han publicado en dÉpoca, Cátedra, Alianza, Ático, Alba, Funambulista y Espasa. Su obra es inmensa, pero lamentablemente en España no se le conoce ni bien ni suficiente. Ya me contarás si te animas con alguno de sus títulos.

      Un abrazo y muchas gracias por visitarme!!

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  5. No conocía este recopilatorio y no sé cómo he podido vivir sin saber de su existencia *-*
    No sé si lo podré conseguir para leerlo durante estas Navidades (probablemente no T.T), pero lo buscaré porque leer lo tengo que leer. Además, no sabía mucho sobre la Navidad en esa época, así que esta entrada ha sido como un regalo para mí. Por no hablar de la historia de los calendarios de Adviento. ¡¡Me ha encantado!! <33
    ¡Nos leemos!

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    1. Buenas tardes, Ana:
      Yo tengo este recopilatorio desde que salió en 2017 y cada año leo un relato. Este año me decidí por el que he reseñado porque me iba bien con el reto.
      Por otro lado, me alegra que te haya gustado el tema de la Navidad victoriana y su calendario de Adviento, es algo más que tenemos en común.

      Un abrazo y gracias por la visita!!

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  6. Buenas tardes Undine!. Ya sabes que me encanta el autor, pero esta historia no la he leído. Aunque algunas de las tradiciones navideñas que nos traes ya las conocía, es es placer como tu nos las cuentas. Me llevo desde luego la historia que seguro que voy a disfrutarla. Da un poco de pena que termines tu viaje, pero como el año que viene prometes repetirlo, estaré al pendiente. Un abrazo.

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    1. Buenas tardes, Mar:
      Sí, me ha dado mucha pena terminarlo. Pero como tú dices, ya tengo la mirada puesta en el que iniciaré en 2022. En este momento estoy perfilando las bases para que resulte un poco novedoso. A ver qué resulta de todo ello. :)

      Un abrazo y muchas gracias por seguirme en mi periplo literario!!

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  7. Adoro la Navidad y si se puede celebrar en Londres mejor que mejor. No conocía el origen del calendario de adviento y me ha encantado!!! Por supuesto me llevo este cuento anotado para futuras navidades. Muchas gracias

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    1. Buenas tardes, Jani:
      ¡Muchas gracias a ti por leerme! En cuanto al relato de Trollope, ya verás qué divertido. Te puedo asegurar que pasarás un rato genial con él.

      Un abrazo y gracias por la visita!!

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  8. Lo que aprendo siempre con tus magníficas entradas. Me ha encantado leerte. Y el relato lo leí el año pasado creo que en esta misma edición que tú tienes. Lo disfruté mucho.
    Besotes!!!

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    1. Buenas tardes, Margari:
      ¡Muchas gracias por tus amables palabras, las aprecio de corazón!!
      ¡Verdad que el cuento es una genialidad? Yo adoro a este hombre, sus libros me estimulan las pequeñas células grises, como diría Poirot :)

      Un abrazo y muchas gracias por la visita!!

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  9. Holaa!! no soy lectora estacional y casi nunca leo algún libro que esté ambientado en cierta época del año o alguna festividad, pero sin duda has conseguido que este me llame la atención, así que apuntado queda. Gracias por la reseña.

    Blessings!!

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    1. Buenas tardes, preciosa:
      Yo no me había parado a pensar si era una lectora estacional, pero creo que sí lo soy :) No obstante, ha sido con los años que he adoptado estas nuevas costumbres lectoras, antes llevaba otros ritmos.
      Por otro lado, si te decides a leer este cuento, vas a ver lo divertidísimo que es.
      Un abrazo y muy felices lecturas!!

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  10. Querida Undine:
    Qué maravilloso final. No me esperaba que fueras a coger el tema navideño. Me encanta, toda la aventura me ha parecido una maravilla. Creo que mi libro favorito ha sido Egipto. Y la entrada, sin ninguna duda, esta.
    Londres en Navidad tiene que ser una verdadera maravilla, como un cuento de hadas. Son mis pendientes de la vida, Londres y Nueva York en Navidad. Respecto a Trollope creo que ya te comenté en otra reseña que leí solo una novela suya pero patiné, me resultó pesada pero siempre tengo dudas de si volver a intentarlo. De todas formas, esto es otra cosa, seguro que el cuento de Navidad es distinto y me podría gustar.
    Y me encantan las páginas que nos dejas sobre la Navidad y el origen de las costumbres. Por cierto, en un restaurante de Disneyland probé por primera vez la crema inglesa. Madre mía.
    Besitos y ¡¡Feliz semana!!
    Me apunto el origen del calendario de Adviento, buena idea.

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    1. Buenas tardes, Norah:
      Primeramente, ¡mil gracias por el cariño que has dedicado a La vuelta al mundo en doce libros! El entusiasmo que has mostrado me ha dado ánimos durante el año.
      Por otro lado, yo también quisiera visitar Londres en Navidad. He estado allí en muchas ocasiones, pero nunca he podido viajar en época navideña. Conociendo el país y a sus habitantes, estoy seguro que sería algo memorable, aunque con las nuevas medidas que han adoptado no parece que quieran recibirnos... Ya veremos cómo se presentan los tiempos.

      Me alegra mucho que te haya gustado la entrada y lo que cuento de las tradiciones victorianas. Lo cierto es que gracias a ellos nuestra propia Navidad resulta más colorida y entrañable.
      Para terminar, debo implorarte que leas a Trollope. De verdad que es un autor muy interesante. Prueba con alguno de sus relatos, pero te reitero mi predilección por El doctor Thorne.

      Un abrazo, querida amiga, y mil gracias por tu compañía!!

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  11. ¡Hola! Pues qué buen final de aventura. Me alegra que te animes de nuevo y ya iremos acompañándote en ese nuevo viaje. Te deseo el mismo éxito o incluso más que en este. Un besote :)

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    1. ¡Muchísimas gracias, Marya! Espero que el viaje 2022 os resulte interesante a todos los que me leéis.

      Un abrazo y mis mejores deseos también para ti!!

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  12. ¡Hola!
    Pero qué final más interesante, Undine!
    Me encantan los cuentos navideños victorianos, y la verdad no he leído este libro, se me ha escapado. Anotado queda. Espero hacerme con él para leerlo el año que viene!
    ¡Un saludo!

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    1. Buenas tardes, Yessykan:
      Nunca es tarde para leer un libro. Estoy segura que cuando llegue su momento este recopilatorio victoriano de cuentos navideños será una delicia para ti. Ya me contarás.
      Por otro lado, te agradezco las bonitas palabras que me dedicas. Es un placer compartir con los lectores que muestran tanta empatía.

      Un abrazo y mil gracias por tu visita!!

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  13. Si leerlo me deja tan absorta como leerte a tí, alcanzaré el Nirvana antes de lo que imaginaba. Cuántas circunstancias han de darse, cuántos planetas alienarse y la cantidad de hados que han de ser favorables para que se origine algo tan bello y perdure.
    En otra vida debí ser victoriana.

    Qué lujazo leerte.
    Besos 💋💋💋

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    1. Buenas tardes, Yolanda:

      El lujazo es tenerte a ti por aquí, y poder intercambiar opiniones. En cuanto a lo de ser victoriana en otra vida, muchas veces yo misma pienso lo mismo. Eso sí, heredera de una gran fortuna y con independencia. :)

      Un abrazo, preciosa, y muchísimas gracias!!

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  14. Hola Undine, nos has dado una clase magistral sobre la Navidad victoriana, me ha encantado. El cuento de Trollope que nos traes lo leí en una recopilación de Cuentos victorianos de Navidad, en que también había alguno de Dickens y demás. Y fue el que más me gustó de los cuentos y me hizo leer más de este autor. (De hecho leí La señorita McKenzie por eso). El cuento, como dices, me pareció divertidísimo.
    Un besazo guapa.

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  15. Hola Undine!! Me ha encantado todo los que nos has dado a conocer de las fiestas navideñas para los victorianos y darnos a conocer este libro de Trollope, un autor que todavía no he tenido el placer de leer. Me llevo anotadísima tu recomendación. ¡Fantástica reseña! Besos!!

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  16. A parte de mi vergüenza por no visitarte todo lo que debiera, tengo que mandarte un abrazo enorme por este viaje literario que te has marcado y que me ha permitido acompañarte en algunos tramos. Me parece el cierre perfecto para dejar la maleta durante un tiempo, por lo que he leído.
    Aunque tengo otra lectura elegida para esta Navidad, sin duda seguiré tu consejo más adelante para leerlo, que nunca es tarde si el motivo es bueno.
    Un abrazo enorme y enhorabuena.

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  17. Vaya viaje que te has pegado y seguro que en 2022 disfrutarás mucho de ese otro viaje que te vas a proponer. Y nosotros disfrutamos contigo. Me encanta el título. Me parece una pasada aprender de esta época en aquellos siglos. Una reseña fabulosa, como siempre. Besos

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  18. ¡Hola Undine!
    ¡Feliz Navidad! Con mis mejores deseos, para que la Nochebuena sea tan sólo el comienzo de un Año pleno de éxitos.
    ¡Un abrazo!

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  19. Por lo que nos cuentas en tu entusiasta reseña, es un cuento victoriano a tener muy en cuenta, por lo que significa el calendario de adviento en las fiestas navideñas inglesas. Y si está escrito en el estilo que utiliza el autor, mejor todavía. Un abrazo.

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