RESEÑA: EL COLECCIONISTA DE LAS ÚLTIMAS PALABRAS, TEODOROVICI, LUNGU, LĂZĂRESCU

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Omen Ediciones

Autores: L.D. Teodororovici, D. Lungu y F.  Lăzărescu

Traducción: Rafael Pisot

Edición:1ª

Colección: Ficción/ Relatos

Encuadernación: Rústica con solapas

Formato: 15 x 23

Páginas: 164

ISBN: 978-84-12865-63-9

P.V.P.: 18,50 €


Sinopsis de la Editorial

Una exquisita antología que reúne once relatos intensos, cargados de humanidad, poblados de personajes aparentemente anodinos, pero llenos de autenticidad y viveza, que conducen al lector a la nostalgia del pasado, al costumbrismo del mundo rural, a la ingenuidad del universo infantil y, sobre todo, a lo insólito en lo cotidiano. El coleccionista de las últimas palabras es una invitación a reflexionar sobre los pequeños instantes que definen nuestra existencia: desde la búsqueda obsesiva de un significado en las últimas palabras de los moribundos hasta las crudas revelaciones que emergen de momentos aparentemente triviales. La narrativa combina lo poético con lo mordaz y captura una chispa de vida, a veces tierna, a veces implacable, siempre sorprendente. Un verdadero homenaje a la narrativa breve que será una adición única y valiosa a cualquier estantería.


Propuesta musical para este libro

Rapsodia Rumana nº 1 en La mayor, Op. 11, George Enescu

*Crédito del vídeo: Canal de YouTube Antonio Prieto Pérez

El tema que el lector está escuchando es la Rapsodia Rumana nº 1 en La mayor, Op. 11, compuesta en 1901 por el prestigioso músico rumano George Enescu. Esta obra, al igual que la segunda rapsodia del compositor, fue escrita por Enescu durante su estancia en París, estrenándose las dos obras conjuntamente en 1903 en el Ateneo Rumano de Bucarest. Es una de las piezas más valoradas de Enescu, y ha ocupado desde siempre un lugar preferente en el repertorio orquestal internacional. Por otro lado, esta rapsodia presenta un carácter afín a la música lăutărească (tradición musical muy extendida en las regiones históricas de Rumanía), y sus ritmos vibrantes son característicos del folklore rumano, así como presenta un aire de empática espontaneidad y originalidad. De hecho, la obra comienza citando la canción popular Am un leu şi vreau să-l beau.

He elegido la Rapsodia Rumana nº 1 en La mayor, Op. 11 para acompañar la reseña de hoy porque, al igual que ocurre con El coleccionista de las últimas palabras, el espíritu que posee está intrínsecamente unido a la tradición y la idiosincrasia de Rumanía 


Lo que Undine opina del libro


<En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto.> Séneca (2 AC-65)


Escudo de Iași 
Fuente: web primaria-iasi.ro

La localidad de Iași, conocida popularmente como la ciudad sobre siete colinas o la ciudad de los grandes amores, es uno de los municipios más importantes de Rumanía. Su historia se remonta en el tiempo, y llegó a ser la capital del Principado de Moldavia entre 1564 hasta 1859, de los Principados Unidos de Valaquia y Moldavia entre 1859-1862, y del Reino de Rumanía entre 1916-1918. Sin embargo, su importancia no sólo reside en su preponderancia política, sino en su bagaje sociocultural. De hecho, esta ancestral localidad posee la Universidad Alexandru Ioan Cuza, el centro universitario rumano más antiguo y uno de los más prestigiosos del país. También cuenta con otras afamadas entidades culturales, como el Teatro Nacional (1894-1896) -sede de la Ópera y de la Filarmónica Estatal de Iași-, el Ateneo Tătărași, su famoso jardín botánico, o la Biblioteca Central Universitaria, entre otros muchos lugares de interés.  

En ese mismo sentido, Iași disfruta de una vibrante vida social. Y no es extraño, porque entre sus atractivos se cuentan numerosos monumentos históricos, museos e importantes festivales, que convierten a esta ciudad en un reconocido centro neurálgico del país.

Uno de sus eventos más aclamados es el Festival Internacional de Literatura y Traducción de Iași (Festivalul Internațional de Literatură și Traducere Iași). Esta prestigiosa muestra literaria, a la que asisten anualmente reputados nombres de las letras universales, se celebra en su Museo Nacional de Literatura Rumana desde 2013, y su fundación se debe a tres de los grandes escritores rumanos contemporáneos.

Teatro Nacional Vasile Alecsandri, Iași (Fuente: Blog Rumbo a Rumanía.com)

Me refiero a Dan Lungu, Florin Lăzărescu y Lucian Dan Teodorovici, que son los autores cuyos relatos componen El coleccionista de las últimas palabras, una antología que ha sido recientemente publicada por Omen Ediciones, con la excelente intervención y traducción del Doctor en Filología por la Universidad de Salamanca y Máster en ELE Rafael Pisot, que es también profesor del Instituto Cervantes de Bucarest.

Pocas han sido las ocasiones en las que he traído al blog un libro de relatos, porque siempre me ha parecido complejo hacer una crítica justa, debido a su caleidoscópica composición, máxime si la autoría pertenece a varios escritores. 

Sin embargo, cuando contactó conmigo la editora Oana Mosniagu para hablarme de El coleccionista de las últimas palabras, y me informó que Dan Lungu era uno de los autores, no dudé en aceptar su propuesta para reseñarlo. Hacía pocas semanas que me había estrenado con la literatura rumana gracias a su novela La niña que jugaba a ser Dios👈, quedando subyugada por su potente y deslumbrante narrativa. Por otro lado, estos relatos fueron publicados en Francia en 2008 por la editorial Non Lieu como Pas question de Dracula (Nada de Drácula), obteniendo un gran éxito de público y crítica. A estos argumentos, no hay lector que pueda resistirse.

Edificio delInstituto Rumano de Cultura
Fuente: Undine von Reinecke

Así pues, cuando recibí mi ejemplar de El coleccionista de las últimas palabras, me dispuse a leerlo con ilusión, porque esa misma semana se iba a celebrar en el Instituto Rumano de Cultura la presentación del libro, y quería estar preparada para tan interesante reunión.

En el evento participaron la líder de Omen Ediciones y el traductor Rafael Pisot, junto a una representante de la entidad que acogió amablemente esta celebración. Y tras escuchar la elocuente conversación que mantuvieron sobre esta antología los ponentes, pudimos disfrutar de un significativo y conmovedor documental, que versaba sobre la trayectoria sociopolítica de Rumanía, desde la época entreguerras hasta el momento actual. La emisión de este corto no era gratuita, ya que los tres escritores que dan vida a esta compilación de cuentos son tres de las voces rumanas más importantes que surgieron tras la Revolución de 1989.

Decía líneas arriba, que El coleccionista de las últimas palabras está compuesto de once relatos. Los cuatro primeros -Para manchas difíciles, Un hombre corriente, Moises, el mendigo y Chicle-, pertenecen a Lucian Dan Teodorovici, que es el más joven de los tres escritores. Sin embargo, este autor, que es además guionista y director de teatro, atesora en su trayectoria profesional un número notable de galardones literarios internacionales, algo que no sorprende en absoluto tras leer las soberbias piezas que nos ofrece.

Con una pluma cáustica, eficaz y no exenta de un personal sentido del humor, Teodorovici introduce al lector en el mundo emocional de los cuatro protagonistas de sus relatos, sorprendiéndolo en todo momento con su complejidad intelectual. Y así, si en Para manchas difíciles nos topamos con una trama divertida y grotesca relativa a la vida, a la muerte, a la amistad y al amor familiar, en Un hombre corriente cambia el tono de su discurso, ofreciendo una narración de tintes alámbricos y oscuros, que hace gala de un sutil realismo mágico. Como fondo, una historia en la que se elucubra sobre el valor de la vida, y cómo determinadas señales pueden influir o cambiar el rumbo de la misma.

Oana Mosniagu, editora de Omen Ediciones
Fuente: Undine von Reinecke

Muy diferente es Moises, el mendigo. En este relato, de trama dinámica, divertidamente disparatada y un tanto surrealista, el escritor nos lleva a la profundidad de la mente humana, para estudiar su laberíntica complejidad. Ese mismo objetivo comparte El chicle, cuyo protagonista resulta tan antipático como justo se siente el destino que para él marca el autor. En una trama dotada de connotaciones esperpénticas, El chicle es un cierre brillante para conocer a su magnífico y adictivo autor.

Los siguiente cuentos están firmados por Dan Lungu, escritor internacionalmente reconocido, que posee el título de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, concedido por el Estado francés, entre otros muchos galardones. Su trayectoria literaria como autor la ha compaginado con la de profesor en la Universidad Alexandru Ioan Cuza, además de haber intervenido en el mundo político ejerciendo como senador. Las cuatro historias que aporta en esta antología son de temáticas diversas, y comparten una misma preocupación: el estudio de algunas facetas enfermizas del individuo desde un punto de vista sociológico

Si en El domingo del señor Chichifoi nos topamos con un protagonista jubilado, que vive su retiro de la vida activa intentando revivir de algún modo, y de manera perturbadora, el “poder” que disfrutó en su vida pasada como conserje; en Cinco, cinco y media conocemos a un sujeto mucho más joven, cuya obsesión romántica dirige completamente sus acciones. De tal modo ha perdido el control sobre su realidad, que termina trasvasando las leyes humanas y divinas con tal de dar pábulo a esta fijación. 

Las dos piezas que restan de Dan Lungu están dedicadas a la adolescencia y a la infancia. Ambas se acercan a lugares incómodos que, quizá, el lector preferiría no conocer. Colecta de gargajos se sitúa en un entorno de pobreza y disfuncionalidad familiar, donde un adolescente aprende mucho antes de lo que le corresponde el mecanismo de la vida; y Jugando a la oscuridad es una historia no menos perturbadora, con pasajes que acarician la abstracción. La protagonista es una niña pequeña, mucho más receptiva de lo que debería a su edad que, visto lo visto, prefiere aislarse de la realidad que la rodea. 

Cuatro relatos, cuatro realidades, todas estudiadas con determinación y gran sensibilidad, por la mirada incisiva de Lungu, en la que marida su faceta académica de sociólogo con su deslumbrante carrera como escritor.

Presentación del libro en el Instituto Rumano
de Cultura, con Oana Mosniagu y Rafael Pisot
Fuente: Undine von Reinecke

Y finalizo mi recorrido por los títulos que componen esta antología de la mano de Florin Lăzărescu, un magnífico escritor, galardonado en 2016 con el Gran Premio de Literatura de Europa del Este (Fráncfort), que ha sido también premiado internacionalmente por su faceta como guionista y cineasta. De hecho, uno de los cuentos que encontramos en El coleccionista de las últimas palabras fue adaptado a un cortometraje que ha sido premiado en Estados Unidos y en varios festivales españoles. 

Me refiero a La lámpara con sombrero, un relato sesudo a la par que humano y cordial, en el que el autor narra con inmensa naturalidad una historia inaudita a ojos del lector occidental. Sin embargo, esta pieza está basada en una realidad social rumana no muy lejana en el tiempo a la actual. ¿Quién de nosotros transportaría a pie un televisor durante kilómetros y kilómetros con el fin de que le cambien una pieza? 

El tío Mihai y Dios, el camarada es otra mirada sobre el mismo tema o similar. En esta ocasión, a través de un protagonista imbuido por el pensamiento del derrocado régimen comunista y la figura de Nicolae Ceaușescu, Florin Lăzărescu construye una sátira inteligente, socarrona e imaginativa, una vez más el realismo mágico hace su aparición, de cómo era el sentir de la vida para algunos individuos tras la Revolución. 

Y finalizo mi análisis de esta fascinante antología con el que ha sido mi cuento favorito. Me refiero a El mono, un relato amable, divertido y entrañable, protagonizado por un niño y su peculiar abuela. Con un espíritu muy similar al que inspiró al cineasta italiano Giuseppe Tornatore para su oscarizado film Cinema Paradiso (1988), Lăzărescu nos traslada al corazón de la Rumanía rural, al colorido de sus paisajes y gentes, de su folklore y sabiduría popular, sin perder de vista el espíritu que impera en esta antología. La hilaridad y la emotividad comparten protagonismo con unos personajes chispeantes y difíciles de olvidar. ¿No son las abuelas todas iguales, sin importar su nacionalidad?

Hasta aquí llegan mis impresiones sobre El coleccionista de las últimas palabras, una antología tan interesante como audaz, tan cáustica como emotiva y original, escrita por unos autores que poseen tres estilos narrativos muy personales y cercanos a la vez. Humor descarnado, personajes extravagantes, diálogos técnicamente brillantes, y una dosis enorme de introspección, Dan Lungu, Florin Lăzărescu y Lucian Dan Teodorovici nos abren las puertas del corazón de su nación. Once cuentos que representan sendos bocetos memorables relativos a la materialidad de la vida.


<La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla.> George Santayana (1863-1952)


Undine von Reinecke ♪


Los autores por la Editorial

Fuente: Omen Ediciones

Lucian Dan Teodorovici (1975) 

Es escritor, director de teatro y guionista. Desde 2017 dirige el Museo Nacional de Literatura Rumana de Iaşi y el Festival Internacional de Literatura y Traducción (FILIT) de la misma ciudad. Su extensa obra (que incluye varios guiones cinematográficos, así como relatos y novelas) le ha valido un buen número de premios y nominaciones entre los que destaca el International Dublin Literary Award, en 2020. Sus novelas han sido traducidas a más de diez idiomas.


Fuente: Omen Ediciones

Dan Lungu (1969) 

Es uno de los escritores rumanos más apreciados en la actualidad. Muchas de sus obras, que incluyen relatos, novelas y ensayos, han recibido diferentes premios y han sido traducidas a varios idiomas. También ha coordinado varios volúmenes colectivos. En 2011, el Estado francés le concedió el título de «Caballero de la Orden de las Artes y las Letras» por su contribución al enriquecimiento del patrimonio cultural francés.


Fuente: Omen Ediciones

Florin Lăzărescu (1974) 

Prosista y guionista, miembro fundador del FILIT, cuenta con una docena de novelas y libros de relatos publicados, muchos de los cuales le han reportado varios premios nacionales e internacionales (su novela Nuestro enviado especial se alzó en 2016 con el Gran Premio de Literatura de Europa del Este otorgado en Fráncfort). Su obra ha sido traducida a una decena de lenguas.



Comentarios

  1. Una excelente reseña.

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  2. ¡Hola! A mi también me parece muy complicado reseñar un libro de relatos pero, como siempre, lo has hecho estupendamente. Hace mucho que no leo ninguna antología de este estilo porque me cuesta bastante disfrutarlas así que no creo que me anime. Un besote :)

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  3. Buenos días, Undine.
    Casualmente acabo de leer un libro de relatos de un autor búlgaro, Gueorgui Gospodínov, y me ha sorprendido el sentido del humor con el que enfrenta la crítica de su país, la época del telón de acero y lo que vino después, claramente marcado por esa historia de más de cuarenta años. Imagino que la experiencia en Rumanía será muy similar.
    A mí también me resulta complicado hablar de un libro de relatos. De hecho, la reseña de este que te digo la haré solamente en Instagram.
    Un beso.

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  4. Querida Undine:
    Me encantan los buenos relatos. Y qué difíciles son de reseñar. Me pasa lo mismo, nunca sabes si hablar de todos juntos o en general. Y cuando son de distintos autores, ya se acaba de complicar del todo.
    Tengo que decir que has salido muy bien del paso.
    Me gusta lo que cuentas, lo veo diferente y muy interesante.
    Me lo apunto.
    Besotes y felices vacaciones

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  5. Hola Undine, pues si me había animado con el primer autor al ver que era divertido por lo menos dos de sus relatos, los demás me dan la sensación de que son demasiado intimistas para mí. Muy interesante a reseña, a punto estuve de ir de viaje de fin de curso en el Instituto a Rumania, hará ya unas cuántas décadas, pero al final acabamos yendo a Bulgaria, que tampoco estuvo mal.
    Un besazo

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  6. Son difíciles de reseñar los relatos. Lo que me queda claro es que tengo que acercarme a la literatura rumana, que me dejas con ganas.
    Besotes!!!

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