RESEÑA: LOS ERIZOS SALEN DE NOCHE, YORDANKA BÉLEVA

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: La tortuga búlgara

Traducción del búlgaro: Marco Vidal González

Diseño: María Vera Avellaneda

Colección: Bulgaria: narrativa actual

Número de páginas: 116

Tamaño: 12 x 18 cm

ISBN: 979-13-87535-09-4

PVP: 15 €


Sinopsis de la editorial

Con pedazos de letras y cera de velas, guantes de lana y migas de pan… escribe Yordanka Béleva estos relatos. (...) Patricia Crespo Alcalá


Propuesta musical para este libro


*Crédito del vídeo: Canal de YouTube Ivan Petrov

La ópera que el lector está escuchando es Gergana, una obra compuesta en 1917 por el maestro búlgaro Gueorgui Atanasov (1882-1931), compositor y director de orquesta, considerado el principal creador de la ópera nacional búlgara. Gergana es la obra más popular de Atanasov, y atesora bellas melodías, próximas al folclore búlgaro. Destaca también por su variedad rítmica, así como por las danzas y coros que aparecen en ella. Esta ópera se hizo tan popular, que ha sido representada infinidad de veces en los mejores teatros.

He elegido Gergana de Gueorgui Atanasov para acompañar la reseña de hoy, porque su colorido y espíritu están en sintonía con Los erizos salen de noche de Yordanka Béleva.


Lo que Undine opina del libro


<cuando era pequeña y miraba hacia arriba

veía cómo el cielo se apoyaba en el pañuelo de mi abuela

ahora cuando estoy triste

me acuesto y busco una nube con la forma de su pañuelo> Yordanka Béleva


Pocos lugares resultan tan pintorescos como ese rincón de los Balcanes llamado Bulgaria. País de paisaje tan diverso como poético, su llanura es regada por las musicales aguas danubianas, y su costa es acariciada por las olas del legendario Mar Negro. Crisol de culturas desde tiempos remotos, el folclore búlgaro atesora influencias griegas, eslavas, otomanas y persas, fruto del devenir de su palpitante historia. Y así fue también cómo se forjó el carácter de esta singular nación que, hasta cierto punto, resulta un tanto desconocida para el ojo occidental. 

Emperador Iván Alejandro (1331-1371).
Fuente: Wikipedia

De hecho, habría que remontarse siglos atrás para comenzar a desgranar sus misterios y entender su complejidad actual. De este modo, desde que se estableciera el Primer Imperio Búlgaro, allá por el siglo VII, este país ha experimentado períodos de dominio, independencia, y expansión, destacando la presencia bizantina y otomana, esta última tan determinante para su coyuntura social. Nada menos que cinco siglos duró el dominio turco sobre Bulgaria, cayendo en 1908, cuando los búlgaros se independizaron de éste, proclamándo el Reino de Bulgaria, que fue reconocido internacionalmente como nación.

Sin embargo, finalizada la Segunda Guerra Mundial, se realizó un referéndum que puso fin a la monarquía, instaurándose la República Popular de Bulgaria en 1946. El último rey fue Simeón II (1937-), que era tan sólo un niño cuando accedió al trono en 1943, perdiéndolo tres años después. Como nota curiosa, mis lectores recordarán que Simeón II regresó al poder en nuestro actual el siglo XXI, ya que fue elegido democráticamente Primer Ministro, ocupando el cargo entre los años 2001 y 2005.

Sea como sea, en los últimos años de la década de 1940, con el Partido Comunista Búlgaro (PCB) en el poder, que ilegalizó el resto de los grupos políticos, mantuvo una estrecha relación con la Unión Soviética, cuya presencia se dejó ver en el desarrollo nacional. El gran líder de este periodo fue Todor Zhivkov, que se hizo cargo del país 1954, y lo mantuvo hasta 1989. Su declive llegó tras un periodo de protestas y manifestaciones a lo largo y ancho del país, motivadas en cierto modo por la caída del Muro de Berlín, costándole el cargo a Zhivkov. Así fue cómo los búlgaros iniciaron la transición hacia un periodo más liberal, en lo político, lo económico y lo social, no exento de altibajos y complicaciones. Finalmente, el país fue nombrado Estado miembro de la Unión Europea el 1 de enero de 2007. Es así como, grosso modo, Bulgaria llegó al momento sociopolítico y cultural actual.

Cirilo y Metodio, Jan Matejko (1885)
Fuente: Wikipedia

Decía líneas arriba, que el folclore búlgaro destaca por su colorido y riqueza. De ello dan buena cuenta sus letras, cuyos inicios datan del siglo IX, momento en que los monjes Cirilo y Metodio crearon el alfabeto glagolítico, el más antiguo de las lenguas eslavas, y tradujeron del griego algunas obras eclesiásticas.

Una de las voces búlgaras más interesantes de la contemporaneidad es la poeta y escritora Yordanka Béleva, autora de Los erizos salen de noche, obra protagonista de hoy, que ha sido publicado recientemente por la editorial La Tortuga Búlgara, con la cuidada traducción de Marco Vidal González.

Probablemente, quienes me siguen semanalmente, recuerden la reseña de Ojos que lloran de Aleksándar Vutimski, un relato fascinante publicado por La Tortuga Búlgara en colaboración con Caleidoscopio de Libros, que me dió la oportunidad de entrar en contacto por primera vez con la literatura búlgara, con la que quedé francamente impresionada y que me indujo a querer descubrir algo más sobre ésta.

Hace unos días, Marco Vidal González, editor y traductor para La Tortuga Búlgara, se puso en contacto conmigo,  con el ánimo de concertar una entrevista y poder conversar sobre su proyecto literario, cuya filosofía se basa en dar visibilidad a las letras de escasa difusión en español, prestando especial atención a la literatura búlgara y al resto de lenguas eslavas. 

Marco Vidal González y Undine von Reinecke
Fuente: Marco Vidal González

Fue una tarde inspiradora y reconfortante, siempre lo es cuando una persona joven, inteligente y con dotes artísticas, te muestra una idea interesante y con proyección. Entre los diferentes temas que tratamos en nuestra conversación, hablamos de cómo surgió la editorial, y del curioso nombre con el que se presenta. Al parecer, Marco Vidal viene teniendo desde la infancia dos pasiones, el interés por la literatura y las lenguas eslavas, especialmente la búlgara, y el amor por las tortugas. En relación a esto último, me contó que en Bulgaria hay una peculiar tortuga en extinción que guarda similitudes genéticas con otra especie mediterránea, y de esta coincidencia nació el nombre de La Tortuga Búlgara, como símbolo del hermanamiento entre las letras del Este y el Oeste. 

En realidad, la tortuga es un icono tan importante para este sello, que no sólo influye en su nombre, sino también en el diseño gráfico de su cuidada línea editorial. Y todo escritor que publica un texto con ellos, además de escribir un breve memorándum donde explica su motivación para dedicarse a la literatura, que aparece en la solapa del libro, también debe componer un breve aforismo sobre lo que significa para él la tortuga como especie animal en su realidad. Eso mismo tuvo que hacer Yordanka Béleva para la edición española de Los erizos salen de noche, libro de relatos que comienza así:


<Una vela en algún lugar

Mi abuela Zóitsa era sacristana en la iglesia del pueblo. Le encantaba repetir que era una sierva de Dios. A veces, el sacerdote le pagaba por su trabajo, aunque ella lo sabía bien: a mí me paga Dios. Por eso aceptaba el dinero y lo guardaba para una ocasión especial. Una vez hasta me dio para comprarme unos vaqueros, la palabra era nueva para ella y seguro que imaginaba que los vaqueros era algo sagrado. Con los años, de tanto encender velas y limpiar candelabros, mi abuela había elaborado su propia teoría sobre la luz.>


Los erizos salen de noche es un precioso, sugestivo y cautivador libro de relatos, que fue laureado en 2022 con el Premio Nacional de Literatura Yordán Radíchkov, un galardón búlgaro de mucho prestigio, que se otorga a cuentistas búlgaros en honor del gran escritor Radíchkov (1929-2004). Al parecer, el tribunal reconoció el texto por su calidad literaria y su contribución a la literatura búlgara. Y no es extraño que así fuera, porque los diecinueve microrrelatos que lo componen funcionan como una delicada y armoniosa sinfonía conceptual y emocional

Yordanka Béleva y Marco Vidal González, Junio de 2025
Fuente: Marco Vidal González

Me explico, cada historia del libro narra brevemente un recuerdo, una idea o una emoción derivada del mismo, que se encuentra a medio camino entre el relato autobiográfico y la ficción. En palabras de la autora, según su editor: “no hay un relato que sea 100% autobiográfico ni 100% ficción". Con esta materia prima, el lírico estilo narrativo de Yordanka Béleva recompone la historia reciente de Bulgaria a través de los recuerdos de una vida, que bien podría ser la de cualquier individuo de su generación. 

De este modo, y ayudándose de un realismo mágico cautivador, los bocetos que dibuja la escritora nos hablan de las raíces ancestrales búlgaras, de su folclore, creencias y religión, mientras comparte sus impresiones sobre la trascendencia de los recuerdos familiares y personales, en un alarde maravilloso de introspección. 

En ese mismo sentido, los protagonistas de estas historias son tan entrañables como interesantes, y transitan entre la oscuridad y la luz. De hecho, esa dualidad está presente durante toda la lectura, testimoniando que vida y muerte forman parte de una misma ecuación. Y lo mismo que la sombra acompaña siempre a la claridad, principio y fin se abrazan, confirmando el renacer de la vida a perpetuidad.

Tatarabuelos, bisabuelos, padres, tíos, primos y hermanos, ¿puede ser la herencia genética más fuerte que el libre albedrío del individuo? ¿Puede éste librarse de la costumbre o el resultado de su educación?

Estas y otras interesantes ideas subyacen en Los erizos salen de noche, obra que posee como hilo conductor muchos de los asuntos trascendentes en toda vida, como la maternidad, el amor, la amistad, la fidelidad, el perdón o el sentimiento de comunidad.

Odighitria denominada Theotokos de Smolensk , c. 1482  
Versión de Dionisio el Sabio
 Fuente: Wikipedia

A este respecto, debo confesar que, como mujer, me he sentido particularmente atraída por los relatos dedicados al mundo femenino. Estos lucen con un halo de potente fulgor. Y pese a que algunos tratan temas muy duros, como son el abandono, el abuso o la pérdida, la belleza que late en ellos es muy superior. Si mis lectores me piden que elija un favorito al respecto, difícil elección, creo que me decantaría por Casi diosas, una fábula optimista y repleta de seres luminosos, que guarda pleitesía a la generosidad que, por lo general, acompaña a la maternidad.

Empero, y aludiendo a la antes citada dualidad, no hay emoción que no se acompañe de su contraria, y la pérdida es innata a cualquier relación de amor, sea del tipo que sea. En este caso, El guante del abuelo es una historia modelo y exquisita para definir esa situación. Bucólica y tremendamente emotiva, el abuelo del cuento encontró un hueco en mi corazón lector.

Comentaba líneas arriba, que Los erizos salen de noche está intrínsecamente ligado a la historia reciente búlgara y a su tradición ancestral. De ello dan muestras diferentes relatos, en los que el orgullo de haber nacido en tierra búlgara no está reñido con la objetividad. Así lo vemos, por ejemplo, en el cuento titulado Turkan, 681, una historia que tiene como protagonista a una amiga de la infancia de la autora, que ejemplifica cómo se llevó a cabo el llamado “renacer nacional”. Si mis lectores recuerda, durante la década de 1980 comenzó el debilitamiento del bloque soviético, algo que afectó a la economía búlgara, y esto provocó el auge nacionalismo, que fijó su mirada en los ciudadanos de orígenes turcos, pomacos (grupo étnico de religión musulmana) y gitanos, a quienes se presionó para que adoptaran nombres búlgaros… Béleva aborda el tema con realismo, delicadeza y autoridad.

Sea como sea, Los erizos salen de noche, además de ser el título que recoge las diecinueve historias que aparecen en el libro, es también uno de los más impactantes y sobrecogedores relatos que posee. Brevísimo y contenedor de un singular simbolismo, las imágenes que evoca no dejarán inmune al lector.

Y hasta aquí me permito contar sobre Los erizos salen de noche, un libro de emociones infinitas que traspasa las barreras literarias para adoptar la forma de un poético álbum de estampas. Ésta, sencillas o no, son un glosario refinado y hermoso de lo vital.


<Como una tumba sin inscripción

es la melancolía

cada vez vengo con flores distintas> Yordanka Béleva


Undine von Reinecke ♪


*Los poemas que inician y cierran la reseña han sido traducidos del búlgaro por Marco Vidal González👈


La autora por la Editorial

Fuente: La Tortuga Búlgara

Yordanka Béleva (Йорданка Белева) nació en 1977. Estudió Filología Búlgara. Es doctora en Biblioteconomía. Autora de ocho libros de poesía y prosa. Ha sido galardonada en concursos nacionales de literatura. Sus textos han sido incluidos en prestigiosas antologías en el extranjero.




El traductor por la editorial

Marco Vidal González (Sanlúcar de Barrameda, España, 1995). Graduado en Lenguas Modernas y sus Literaturas con Mención en Lenguas Eslavas por la Universidad de Granada, traduce literatura búlgara al español, tanto prosa como poesía. Se ha especializado en lengua y literatura búlgaras en la Universidad de Veliko Tárnovo y en la Universidad de Sofía. En 2023 recibió el Premio Literario búlgaro Peroto en la categoría "Traducción del búlgaro a una lengua extranjera". Ha sido redactor en la revista búlgara Nova sotsialna poezia (Nueva Poesía Social) y actualmente colabora con las revistas digitales de literatura Círculo de Poesía y Vallejo&Co. Dirige la editorial independiente La Tortuga Búlgara, sello especializado en lenguas de escasa difusión con especial interés en el este de Europa. Ha vivido en Bulgaria, Uzbekistán y Letonia y actualmente reside en Madrid. Ha publicado dos libros de poesía en Bulgaria.


Comentarios

  1. Te decía en el comentario a tu reseña de Ojos que lloran que la literatura búlgara nos es muy desconocida, pero también lo es su historia más allá de su participación en el bloque soviético. Me enteré de lo relatico al final de su monarquía leyendo el libro La princesa de Buchenwald que leí para el reto Serendipia recomienda 2024 por recomendación tuya.
    Anoto este libro de relatos que me parece muy interesante. Siempre me atrae mucho la auto ficción y eso de que mezcle historias a medio camino entre una y otra cosa, me apetece mucho.
    El nombre de la editorial ya me había llamado la atención desde que te leí la mencionada reseña Ojos que lloran.
    Un beso.

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  2. ¡Hola! Cuando estudiaba recuerdo que tuvimos un día un interesante debate sobre si pesaba más la herencia o el entorno y me parece un tema que da mucho de sí. Creo que este libro podría gustarme. Un besote :)

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  3. Buenos días, Undine:
    Te has dejado lo mejor y definitivo para el final, "emociones infinitas". Con eso me has ganado pero he de admitir que tenía mis dudas. Reconozco que hasta el miércoles no hubiera podido decir el nombre de un escritor búlgaro así de memoria. Pero me gusta mucho el folclore y la cultura de los Balcanes, cierto es que nunca me decepciona.
    Admiro muchísimo los autores que saben contar cosas duras, difíciles y temas delicados de una forma bella que hace mas fácil la lectura. Y el realismo mágico es vital. Las dudas venían porque los microrrelatos me cuestan, siempre me quedo con muchas ganas y a veces no captó la intención.
    Soy como tú, me brillan los ojos cuando me encuentro gente joven con ganas de hacer cosas interesantes y que quieren luchar por sus proyectos sin tener miedo al esfuerzo.
    Me la apunto porque merece la pena intentarlo.
    Besotes y feliz semana post feria

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  4. Aquí una vez más descubriéndome autora, obra... Y maravillándome con tu cultura, con tu saber y con tu enorme talento para transmitirlo todo. Apuntadísima me la llevo.
    Besotes!!!

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