RESEÑA: CARTA DE UNA DESCONOCIDA, STEFAN ZWEIG

 

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Ediciones Invisibles

Colección: Pequeños placeres

Traductor/traductora: Clara Formosa

Número de la colección: 20

Fecha de publicación: 14/01/2023

ISBN: 9788412535310

Formato: 11,5 x 18

Páginas: 88

Encuadernación: rústica con solapas

PVP: 13.00 €

Sinopsis de la Editorial

En la Viena de 1900, el prestigioso novelista R. —un gran seductor, poco dado al compromiso— recibe una carta de una mujer cuyo nombre no le dice nada. El tono apasionado de la carta le fascina y le sorprende a la vez: aquella mujer lo conoce muy bien y, sin embargo, para él la remitente es una auténtica desconocida.

Propuesta musical para el libro

Un sospiro, Liszt (Intérprete Claudio Arrau)

La pieza que el lector está escuchando pertenece a Trois études de concert, S 144, compuestos entre 1845 y 1849 por el pianista y compositor húngaro Franz Liszt, estudios que fueron publicados en París bajo el título Caprichos poéticos. Y, ciertamente, la belleza que contiene la poética se ve reflejada en Un sospiro, porque el dramatismo de su melodía nos llena de emoción. Quizá sea ese el motivo por el que el director de cine Max Ophüls la eligiera como tema musical principal de la adaptación que realizó de Carta de una desconocida. Y yo, que soy una apasionada de la película, no he podido evitar seleccionar esta delicada pieza para acompañar la reseña de hoy.

Lo que Undine opina del libro

<Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida.> Pablo Neruda (1904-1973)

Decía el escritor argentino Jorge Luis Borges que “uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”, y yo no puedo estar más de acuerdo con sus palabras, porque en los rincones escondidos de mi alma habitan todos y cada uno de los libros que me han acompañado hasta el momento actual. Mi imaginación, mi sensibilidad, y las muchas o pocas dotes creativas que poseo se las debo en gran medida a esos amigos generosos que reposan en mi biblioteca. Sin embargo, hay uno de entre todos los títulos que he leído a lo largo de mi vida, que siempre se ha significado con respecto a los demás. Se trata de un relato muy corto que llegó a mí de forma muy poética, y lo hizo en uno de esos momentos de la adolescencia en que las amigas comparten sus descubrimientos. Y así, con la promesa de vivir una loca aventura, un ejemplar viejo, manoseado y maltrecho de Carta de una desconocida, vino a mi casa desde la buhardilla de mi colegio. Las expectativas eran muy altas, pero nada de lo que me habían contado acerca de la historia que tenía entre manos me había preparado para lo que iba leyendo. Mi mente joven y ávida de emociones devoraba aquellas sensacionales páginas con sentida veneración. Ni el ruido de la calle, ni el teléfono sonando, ni siquiera mi familia consiguió sacarme de mi ensoñación. Fueron apenas un par de horas de lectura, soñando, diría yo. Y cuando cerré el libro al terminarlo, fijé la mirada en el nombre del escritor: Stefan Zweig. Fue el comienzo de una gran pasión.

Fuente: Ediciones Invisibles

Imagínense mis lectores la felicidad que sentí cuando Ediciones Invisibles comunicó la noticia de la próxima incorporación de Carta de una desconocida de Stefan Zweig en la deliciosa colección Pequeños Placeres, que llegaría hasta nosotros con la traducción de Clara Formosa Plans, una habitual de la casa, a la que conocemos por los trabajos que ha realizado con las nouvelles de Eduard von Keyserling.

El caso es que recibí el libro no hace mucho, y tenía muy claro que lo iba a reseñar. Pero, ¿cómo hablar de un libro que para mí ha significado tanto, que me ha acompañado durante toda mi vida, y que, probablemente, haya sido el maestro con el que aprendí a sublimar? El lunes pasado, finalmente, volví a leerlo después de muchos años, y la impresión que me ha dejado es la que ahora paso a relatar.

Carta de una desconocida nos traslada a los primeros años del siglo XX, a esa Viena que aún escuchaba los ecos de la época imperial. A un domicilio del extrarradio llega una misteriosa carta dirigida al exitoso y sofisticado escritor “R”. El caballero no tiene prisa en leerla, acaba de regresar de un viaje y sólo quiere descansar. Se acomoda para tomar un té, fumar un cigarro, y leer la prensa tranquilamente. Sin embargo, hay algo en esa misiva que le han entregado que le llama calladamente, y por ello "R" la toma en sus manos instintivamente. Se trata de una epístola muy larga con una caligrafía que le es completamente desconocida, y sus primeras palabras dictan: “A ti, que nunca me has conocido”. Con tan misterioso encabezamiento, el hombre sigue leyendo con ardor, intrigado por lo que pueda venir después. 

Edición Amok (1922) Fuente: Wikipedia

Carta de una desconocida es un sensacional, maravilloso y cautivador relato, que fue publicado en 1922, con el título original de Brief einer Unbekann, por la editorial Insel Verlag de Leipzig, dentro del recopilatorio Amok. Novellen einer Leidenschaft, que en castellano viene a decir algo así como Amok, novelas de pasión. Y sin duda, ese calificativo no podría haber sido más adecuado, porque el frenesí romántico que se desborda por toda la obra, consiguió que su éxito fuera inmediato, de tal modo, que ese mismo año de 1922, la nouvelle también se publicó como facsímil con letra original de Stefan Zweig. El autor la estuvo copiando durante el mes de septiembre, para que apareciera en el volumen 13 de los Deutsche Dichterhandschriften (Manuscritos de poetas alemanes), publicados por Hanns Martin Elster en la editorial Lehmannsche Verlagsbuchhandlun de Dresden.

Esta obra se sale de lo corriente, no sólo por la huella que deja lo impactante de la historia, sino porque su estilo narrativo está protagonizado por una única carta, a excepción de los pasajes iniciales del libro y un breve fragmento que la cierra al final. Sin embargo, la epístola está escrita con tanta emoción, es tan interesante y arrebatadora, que su lectura no se puede abandonar.

A estas alturas de la reseña, quienes no conozcan la historia de Carta de una desconocida estarán deseando saber qué decía esa dama en su misiva, que tanto delirio causa, y yo estoy dispuesta a satisfacer esa curiosidad. El texto es ni más ni menos que una confesión sincera y efusiva, una declaración sorprendente que una mujer realiza al hombre al que ha amado toda su vida. Hasta aquí no parece que haya mucha originalidad, ¿verdad? Mas, Stefan Zweig no era un escritor usual, y sabía añadir la sal y la pimienta a su trama argumental, para conquistar a cualquier lector. En este caso el motivo que eligió no podía ser más tristemente romántico, ya que el caballero que despierta tanta pasión en la autora de la carta no consigue recordarla.

Louis Jourdan como "R" en la adaptación cinematográfica
Fuente: hacerselacritica.com

Y este es el fascinante principio argumental de Carta de una desconocida, que desde que vio la luz por primera vez ha destilado tanta expectación. No es extraño que los espíritus más impresionables se hayan sentido siempre atraídos por un libro tan conmovedor. Posicionarse al lado de la amante ignorada es casi siempre la primera reacción. No obstante, según se va avanzando en la historia, el lector comprende que tras ese halo operísticamente dramático, en el texto subyace mucho más. Me explico, la nouvelle parte de ese concepto decimonónico tan literario del amor no correspondido y trágico, pero a medida vamos leyendo la narración va adquiriendo matices diferentes e importantes, para terminar topándonos con un dilema de conciencia. ¿Qué es capaz de hacer el ser humano ante la desesperación? 

Stefan Zweig, que era un mago del relato, lo consigue imprimiendo en la crónica de su protagonista intereses que despiertan desazón: pobreza frente a la riqueza, preponderancia masculina frente a la femenina, ignorancia frente a la obsesión del amor…El escritor conjuga todo esto hábilmente en la carta de la dama, para que el lector conozca el motivo de su sincera y desgarradora confesión.

Imagen de la carta en el film (Fuente: hacerselacritica.com)

La narración comienza cuando ella es una adolescente -casi una niña-, y va pasando por sus diferentes etapas de crecimiento, hasta llegar a convertirse en mujer. En todos los momentos del relato el caballero está presente en la historia, bien sea en el recuerdo o activamente, aunque él siempre ha sido ignorante de que en la vida de la desconocida todo ha girado en torno a él. Estamos ante un novedoso y fascinante thriller psicológico, recordemos que se publicó en el primer cuarto del siglo XX, en el que la protagonista adopta una posición que en la actualidad, y visto con los ojos de nuestros días, podríamos denominar como de acoso. Sin embargo, desde mi punto de vista, no es ese el motivo que quiere analizar el autor, sino el del descrédito y la bajeza a la que puede exponerse un individuo por culpa de una subyugante obsesión. Zweig nos pone a prueba a los lectores preguntándonos qué estaríamos dispuestos a sacrificar por amor.

Es en este punto cuando conviene hablar de los personajes, que tan sólo podemos hablar de dos, porque el resto son tan sólo una puntual comparsa. Ella, la gran heroína operística, él su gran dominador. El escritor, que también está considerado como uno de los grandes conocedores del alma humana, se nos presenta en Carta de una desconocida como el amigo y el cómplice de los secretos femeninos, sabedor de todos los recovecos del corazón. Y lo hace presentándonos a una mujer enamorada, sí, pero también, sensible, soñadora, impresionable, obsesiva y atormentada, que necesita descargar su conciencia mediante su confesión. Frente a ella, sitúa al hombre que le robó el alma, un caballero de éxito, un dandi sin paragón, a quien no se puede culpar de nada, porque nada pide, y todo se le regala por libre decisión. Zweig reúne a sus dos protagonistas tan sólo en tres momentos del relato de la dama, y con tan escasas escuetas escenas juntos, es capaz de construir la historia de toda una vida. 

Joan Fontaine y Louis Jourdan en la adaptación de 1948 (Fuente: encadenados.org)

La ambientación es tan bella, ardiente y apasionada, como triste, cruel y angustiosa, consiguiendo un clímax atmosférico, tan maravilloso como aterrador. Y, pese a ello, esta nouvelle ha pasado a la historia como una de las más hermosas historias de amor. ¿Qué tiene la narrativa de Stefan Zweig que consigue imprimir luz donde debería haber tinieblas?

Muchas personas a lo largo del tiempo se lo han preguntado, y, quizá, ese sea uno de los motivos por los que sus obras nunca han dejado de triunfar. Las biografías que escribió son de las más reputadas, sus ensayos artísticos están muy valorados, y sus relatos y novelas son capaces de conquistar al lector más sobrio e impenetrable.

Así debió verlo el director de cine alemán Max Ophüls (1902-1957), quien adaptó Carta de una desconocida en 1948, durante su estancia en Hollywood, con la que alcanzó un gran éxito. La película estuvo protagonizada por el guapísimo Louis Jourdan (1921-2015), y por la maravillosa Joan Fontaine (1917-2013), y, aunque la trama de la producción difiere en algunos detalles importantes con respecto a la obra original de Stefan Zweig, supone uno de los más bellos films en blanco y negro que jamás se hayan rodado. Tanto su fotografía, como la ambientación, banda sonora e interpretación, son uno de los grandes legados que la meca del cine nos ha regalado. Si quienes me están leyendo son unos cinéfilos apasionados, les recomiendo que busquen el programa que José Luis Garci grabó para varias cadenas de televisión y radio sobre la película.

Leí Carta de una desconocida cuando apenas tenía quince años, volví a hacerlo tras haber vivido mi primer amor, regresé a ella cuando me consideraba una mujer adulta, y ahora, que soy madre y disfruto de mi madurez, nuevamente he gozado de esta obra, para renovar mis votos de afecto y devoción a su autor.

<La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación.> Lope de Vega (1562-1635)

Undine von Reinecke ♪

Con esta reseña participo en el reto Libros Rescatados, organizado por el blog Un libro en un tris, con la premisa “libro que me gustó mucho cuando lo leí por primera vez”.

El autor por la Editorial

Fuente: Ediciones Invisibles

Stefan Zweig

Es uno de los autores más queridos de la literatura centroeuropea. Nació en el seno de una rica familia judía. Accedió a la universidad, donde estudió filosofía e historia de la literatura, y llevó a cabo una exitosa carrera como escritor y periodista. Muchas de sus obras —entre las que destaca especialmente esta Carta de una desconocida (1922)— alcanzaron un gran éxito. Con la irrupción del nazismo, se exilió primero en Londres y después en Brasil, donde, ante la posibilidad de un futuro dominado por el Tercer Reich, decidió suicidarse.