RESEÑA: LADY SUSAN, JANE AUSTEN

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Libros de Seda

Traducción: Josep Marco Borillo, Pilar Ezpeleta Piorno y equipo de la Universitat Jaume I

Género: Clásicos

Nº de páginas: 192

Encuadernación: Rústica con solapas

ISBN: 978-84-10481-00-8

P. V. P.: 18,95 €


Sinopsis de la Editorial

Hermosa, coqueta y viuda desde hace poco, lady Susan Vernon desea volver a casarse, y que el suyo sea un matrimonio ventajoso. Al mismo tiempo, intenta empujar a su hija a una unión deprimente.


Propuesta musical para este libro


*Crédito del vídeo: Canal de YouTube: Vladivostok 1969

La pieza que el lector está escuchando es la Sonata en Do Mayor, compuesta en 1756 por el músico veneciano Baldassare Galuppi (1706-1785). La obra, que fue pensada para clavecín, aunque en la actualidad ha sido adaptada al piano, pertenece al periodo del Barroco musical, y se compone de tres movimientos: Andante, Allegro y Presto.

Galuppi, que fue un avezado y prestigioso compositor de óperas, como era común en su época, también escribió muchas obras para intérpretes amateur de teclado. De hecho, se conocen ciento treinta piezas de este tipo entre su producción, entre ellas la Sonata No. 5 en Do Mayor. Su primer movimiento, Andante, que rezuma dulzura, gracia y encanto, posee las características de la "forma de sonata" infantil que predominará en las obras de los periodos clásico y romántico. (John Henken)

He elegido Sonata No. 5 en Do Mayor de Baldassare Galuppi para acompañar la reseña de hoy, porque su primer movimiento fue elegido para una de las escenas de la película Valmont (1989), drama que fue dirigido por Miloš Forman, y protagonizado por Colin Firth, que está basado en la novela francesa Las amistades peligrosas de Pierre Choderlos de Laclos. Y esta última obra ha sido equiparada con Lady Susan de Jane Austen, la novela protagonista de hoy.


Lo que Undine opina del libro


<Vano quiere decir vacío; es tan ruin la vanidad que para afrentarla basta llamarla por su propio nombre.> Chamfort (1741-1794)


Decía Jonathan Swift (1667-1745), escritor, clérigo anglicano y político irlandés, que el poder arbitrario constituye una tentación natural para un príncipe, como el vino o las mujeres lo son para un hombre joven, o el soborno para un juez, o la avaricia para el viejo, o la vanidad para la mujer. Este eminente autor satírico, fue un individuo de conducta controvertida a nivel humano y profesional, y ha pasado a la historia como uno de los nombres de su tiempo que influyeron en el pensamiento general de su nación. Misántropo consumado, su estilo irónico e innovador, a la par que punzante, en el que vertía una crítica mordaz contra la política y las costumbres de su época, ha trascendido de manera universal, convirtiéndose en fuente de inspiración para multitud de escritores. Y así viene siendo en la literatura de lengua inglesa desde el siglo XVIII, donde su influencia fue especialmente notoria. 

Daniel Defoe, autor  desconocido s. XVII-XVIII
National Maritime Museum, London (Fuente: Wikipedia)

A la muerte de Jonathan Swift, quien es considerado uno de los precursores de la novela moderna en lengua inglesa junto a Daniel Dafoe (1660-1731), tomó el relevo en el panorama literario británico un reconocido escritor de cartas, que se convirtió a la postre en una de las mejores plumas de novelas epistolares, actuando como crítico de la moral de su época, para gran hilaridad de Henry Fielding, su enemigo literario y gran contrincante. Estoy hablando de Samuel Richardson (1689-1761), autor de Pamela o la virtud recompensada (1740), una obra que ha sido evaluada por el mundo académico como fundamental para el desarrollo de la novela en lengua inglesa, y que, para muchos críticos, fue un numen para la novela protagonista de hoy. 

Me refiero a Lady Susan de Jane Austen, una novela epistolar que ha sido publicada en 2025 por Libros de Seda en conmemoración al 250 aniversario del nacimiento de la gran escritora del periodo de Regencia inglés (1811 y 1820). La traducción corresponde a Josep Marco Borillo, Pilar Ezpeleta Piorno y por el equipo de la Universitat Jaume I.


Lady Susan comienza así:

<Langford, diciembre

Mi querido hermano.

No puedo privarme por más tiempo del placer de aceptar la cordial invitación que me hizo la última vez que nos vimos de pasar algunas semanas junto a ustedes en Churchill y, por tal motivo, si no les resulta inoportuno a usted y a la señora Vernon recibirme en este momento, estaría encantada de que me presentase en los próximos días a la hermana que anhelo conocer desde hace tanto tiempo.>


Fuente: Libros de Seda

Lady Susan Vernon es una viuda, atractiva y muy coqueta, que se encuentra en la treintena. Desde que su marido falleció, un año atrás, va luciendo sus encantos y dotes de seducción allá donde va. Por ese motivo, la dama goza de una fama dudosa entre la crema y la nata de la sociedad. Tampoco ayuda a su causa la mala relación que mantiene con Frederica, su única hija que, a sus dieciséis años, ya ha dejado en entredicho las dotes maternales de su progenitora.

Así las cosas, cuando Lady Susan se ve impelida a marcharse de Langford, la localidad donde había pasado una larga temporada en la mansión de los señores Manwaring, y donde, con su zalamería habitual, despertó los celos justificados de la dueña de la casa y de la cuñada de ésta, la dama se obligada a buscar una nueva morada para refugiarse de los rumores de la sociedad. Por ese motivo decide instalarse temporalmente en Churchill, que es el lugar donde residen los señores Vernon, sus cuñados, y usar el hogar de estos como centro de operaciones para sus astutos propósitos.

Calculadora, inteligente y una manipuladora consumada, Susan Vernon busca sin miramientos ni conciencia materna un pretendiente rico para su hija y, si todo sale bien, un marido conveniente para sí misma. Por ello, cuando el adinerado, apuesto e idealista Reginald De Courcy, que es hermano de su cuñada y conoce su cuestionable reputación, se instala también en el hogar de los Vernon, Lady Susan ve en él un reto emocionante y un objetivo interesante al que conquistar. 

Sin embargo, todo se complica cuando su hija Frederica, a la que creía apaciblemente instalada en un internado de Londres, se ve urgida a alojarse también en Churchill con ellos. Da comienzo así una comedia de enredo, que nadie puede prever dónde y cómo puede acabar.

Lady Susan (1883), Editorial: Richard Bentley, Londres
Fuente: Iberlibro

Lady Susan es una cautivadora novela epistolar, una chispeante obra de juventud austenita que, al más puro estilo shakesperiano, exhala de entre sus páginas lucidez y buen humor. Se cree que Jane Austen pudo haberla comenzado a escribir alrededor de 1793 o 1794, poco después de haber concluído los escritos que fueron recogidos bajo el título de Juvenilia (1787 y 1793). Al parecer, la escritora nunca tuvo intención de publicarla, aunque ésta realizó una copia en limpio de la misma en 1805. De hecho, dicho documento ha llegado a la actualidad, y representa la única novela manuscrita por Austen que se conserva íntegramente. La existencia de Lady Susan se dio a conocer por James Edward Austen-Leigh (1798-1874), sobrino de la autora, quien habló de ella y la incluyó en Recuerdos de Jane Austen (A Memoir of Jane Austen, 1870), que es una biografía un tanto edulcorada sobre la vida y obra de su tía. 

Sea como sea, Lady Susan fue ofrecida al público victoriano en 1875, que la acogió con interés, desempolvando de algún modo el recuerdo de la autora, cuya narrativa conocería una nueva vida.

Por otro lado, en esta deliciosa novela corta de Jane Austen, la más breve de su producción, se adivinan ya el ingenio, la ironía, la complicidad, la elegancia de estilo, el humor… En definitiva, ese espíritu relampagueante que caracterizará el conjunto de su magnífica producción, aunque también es cierto que ha sido valorada por una parte de la crítica como una obra menor. Chesterton, uno de los grandes admiradores de la escritora, así lo manifestó. Sin embargo, desde mi perspectiva, Lady Susan es una magnífica ópera prima, y un texto nada común, pues en él subyace más de una intención… ¿Burla,crítica o, quizá, las dos? 

1a edición Senstido y sensibilidad, Jane Austen
Biblioteca Lilly, Universidad de Indiana
Fuente: Wikipedia

Decía al comienzo de la reseña, que Jane Austen se fijó en las novelas epistolares Samuel Richardson para escribir su Lady Susan, algo que no debe extrañar, ya que la aclamada escritora de Regencia fue una ávida lectora, y entre sus autores de referencia se encontraba dicho escritor. Por este motivo, no asombra que Austen se decidiera a escribir su primera obra dándole la forma epistolar, una experiencia que volvería a repetir con Elinor y Marianne (1795), primer borrador de la obra que hoy conocemos con el título de Sentido y sensibilidad (1811), que fue la primera novela publicada de la autora.

Pero, ¿sobre qué nos habla Pamela o la virtud recompensada de Samuel Richardson y qué similitudes tiene con Lady Susan?

Pamela o la virtud recompensada está fechada en 1740, aproximadamente treinta y cinco años antes del nacimiento de Jane Austen. Esta obra sigue la estela moralizante literaria surgida en el siglo XVIII, momento en el que sobre la sociedad inglesa pesaba, entre otras cosas, el temor a que las mujeres fueran “demasiado atrevidas”, debido a los excesos que se respiraban en el ambiente. Richardson, que era un genial escritor de epístolas desde la infancia, y que, durante un tiempo, había mantenido correspondencia con jovencitas para instruirlas en las buenas costumbres, decidió escribir su novela debut sobre una heroína que poseía todas las cualidades admirables que, según la moral imperante, debía tener. 

Es decir, la novela atendía la causa defendida por la Iglesia de Inglaterra, que requería para la mujer una conducta intachable en el ámbito de la castidad, fomentando un comportamiento honrado, productivo, sano y modesto, en todos los ámbitos de la vida. Y así es Pamela Andrews, una joven admirable que, acosada por el caballero para el que trabaja, lucha por proteger su integridad; el lector conoce su historia mediante las cartas que esta protagonista inmortal envía a sus padres.

Edición inglesa de 1841
Fuente: Wikipedia

La obra se hizo muy famosa, y ofreció a la sociedad de mediados del siglo XVIII un modelo de conducta femenino al que admirar. Sin embargo, Pamela o la virtud recompensada también molestó a un sector de la esfera intelectual, y surgieron obras de autores belicosos en respuesta al pensamiento vertido en la novela de Richardson. Si mis lectores quieren conocer alguna de ellas, les diré que un buen ejemplo es Shamela (1741), una novela burlesca epistolar atribuída a Henry Fielding, enemigo acérrimo de Richardson, en la que su autor caricaturiza la moral hipócrita que detectó en Pamela y los defectos estilísticos que en ella encontró.

A medio camino entre estas dos obras podemos ubicar Lady Susan, una obra que pretende evidenciar y estudiar los vicios en las costumbres de las clases privilegiadas inglesas dieciochescas con astucia, elocuencia y sibilino sentido del humor. Ninguna conducta ni personaje se escapan a su juvenil, risueña y, no obstante, inteligente mirada.

Al igual que ocurre en las obras de Richardson y de Fielding, en Lady Susan también  conocemos la historia de su protagonista a través de la correspondencia que ésta sostiene con los implicados en los hechos que se relatan. A saber, Lady Susan mantiene un intercambio constante con su amiga la señora Johnson, que es cómplice en sus enredos amorosos y manipulaciones; en lado opuesto nos topamos con la correspondencia entre la señora Vernon ( cuñada de la protagonista) y lady De Courcy, su madre, que nos ofrece una mirada diferente de los acontecimientos; y, finalmente, conocemos la opinión de otros personajes importantes, como Reginald De Courcy, el galán de la novela, y uno de los objetivos de Lady Susan, o Frederica, la hija de la dama, cuyas impresiones completan la idea global.

Henry Fielding (Fuente: Wikipedia

El resultado es un relato apasionante que fluye animosamente, y que nos ofrece una antiheroína espectacular. De hecho, la conducta manipuladora, vanidosa, interesada, ególatra y, en definitiva, poco ética de Susan Vernon ha hecho que esta novela de juventud de Jane Austen haya sido equiparada por algunas voces con otra obra dieciochesca epistolar que, por otro lado, también ha sido considerada como una contratesis literaria a la Pamela richardsoniana. Me refiero a Las amistades peligrosas (Les Liaisons dangereuses, 1782) del escritor francés Pierre Choderlos de Laclos, una obra que no fue traducida al inglés hasta 1812, y que, sin embargo, según asegura una parte de la crítica, pudo haber sido conocida por Jane Austen gracias a la relación de cercanía que mantuvo con Eliza de Feuillide. 

Sea así o no, esta mujer, que era prima de la familia Austen, y que llegaría a convertirse en esposa de uno de los hermanos de la escritora (Henry Austen), había contraído nupcias anteriormente con un aristócrata francés. Cuando regresó a Inglaterra, urgida por los peligros de la Revolución Francesa, y habiendo fallecido su esposo a manos de Madame guillotine, se instaló junto a los Austen en la rectoría de Steventon en 1794. La teoría popular apunta a que Eliza de Feuillide pudo haber puesto en manos de Jane Austen un ejemplar en francés de la aclamada y famosa novela de Laclos, o haberle dado a conocer la historia de ésta. Por otro lado, algunas voces apuntan a que la prima de los Austen, a su vez, podría haber servido de modelo a la escritora para dibujar el perfilde Lady Susan. Al parecer, era una coqueta redomada y los flirteos con Henry Austen antes de su matrimonio eran vox populi...

Ilustración Liaisons Dangereuses, edición
Londres [i.e. Paris], 1796 (Fuente: Wikipedia)

Como quiera que sea, de alguna manera, en Lady Susan se aprecia una intención crítica similar a la vertida por el novelista galo en Las amistades peligrosas. Por si mis lectores no lo recuerdan, Laclos retrata en ella la corrupción y la depravación de la nobleza francesa de los años previos a que estallara la Revolución Francesa, quedando en la memoria del tiempo como una de las mejores obras del subgénero epistolar, sentando las bases de un nuevo tipo de ficción. La atracción por la maldad, la venganza, la crueldad, la seducción, los juegos de poder… Todos estos motivos se encuentran en ambas novelas.

Evidentemente, la novela austenita no es tan ambiciosa como la obra francesa, y su carácter crítico no ensombrece en absoluto el buen humor que destila su final, al contrario de lo que ocurre en Las amistades peligrosas. Con todo y con ello, ciertos aspectos que hallamos en la conducta de los personajes principales, como también en algún motivo del destino que les espera al concluir la historia, convierten a esta novela iniciática en una obra con una cierta intención moral. De hecho, Lady Susan se ha estudiado como un antecedente claro de Mansfield Park, la obra del global de la narrativa austenita que goza de un espíritu moralizante importante.

De esta manera, salvando las distancias de diferente tipo que existen entre ambas historias, Susan Vernon y su hija Frederica han sido comparadas respectivamente con Mary Crawford y Fanny Price, y Reginald De Courcy, el galán de Lady Susan, ha sido equiparado con Edmund Bertram, el clérigo por el que compiten las dos figuras femeninas de Mansfield Park

Es cierto que en Lady Susan, a excepción de su vanidosa protagonista, el resto de personajes no gozan de la misma definición que se verá en las figuras de la futura narrativa austenita, aunque todos apuntan maneras; también es verdad que su final, la única parte de la obra que no se redactó de modo epistolar, resulta menos trabajado que el resto de la historia. Con todo y con ello, es un placer dejarse llevar por esta chispeante obra de juventud de Jane Austen, en la que dibujó un cuadro divertido, soberbio y audaz, sobre el vicio y la maldad.


<Una virtud simulada es una impiedad duplicada: a la malicia une la falsedad.> San Agustín (354-430) 


Undine von Reinecke ♪


La autora por la Editorial

Fuente: Libros de Seda

Jane Austen (1775-1817) fue una novelista inglesa de la época georgiana. La crítica social que destilan sus historias y su fina ironía la han llevado a convertirse en un clásico de la literatura universal. Escribió seis obras en total, además de algunos relatos en su juventud y multitud de cartas: Sentido y sensibilidad (1811), Orgullo y prejuicio (1813), Mansfield Park (1814), Emma (1815), La abadía de Northanger (1818) y Persuasión (1818). Leyó asimismo a muchos contemporáneos, entre los que se cuentan Maria Edgeworth, Fanny Burney, Daniel Defoe, Laurence Stern y muchos otros. Virginia Wolf dijo de ella que era «la artista más perfecta».

 

Comentarios

ENTRADAS POPULARES EN LECTURAS DE UNDINE

RESEÑA: CARTA DE UNA DESCONOCIDA, STEFAN ZWEIG

RESEÑA: "El GATOPARDO", GIUSEPPE TOMASI DI LAMPEDUSA

RESEÑA: EL BAILE, IRÈNE NÉMIROVSKY

RESEÑA: "EL CASCANUECES Y EL REY DE LOS RATONES", E. T. A. HOFFMANN

RESEÑA: ORGULLO Y PREJUICIO, JANE AUSTEN