RESEÑA: JUVENILIA, JANE AUSTEN

 

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha técnica

Editorial: Libros de la Ballena

Prólogo: Julia García de Felipe

Traducción: Anabel Palacios

Páginas: 136

Formato: 143 x 215 mm.

Encuadernación: Rústica

ISBN: 978-84-8344-797-0

PVP: 13,90 €

*Edición y corrección: Ligia Boga, Andrea Carnicero Sacristán, Patricia García Trapero, Ana Muinelo Monteagudo, Patricia Rouco Ferreiro, Alba Sánchez Calvo y Patricia Sevillano Mateo

Sinopsis de la Editorial

En el salón de su casa, Jane Austen se muestra pícara y descarada, mientras escribe para provocar la risa de los suyos. Esta selección de pequeñas piezas de juventud alberga una comedia en dos actos, doscientos años de historia de Inglaterra (orgullosamente firmada «por una historiadora parcial, prejuiciosa e ignorante») y hasta cinco micronovelas que no permitirán un segundo de seriedad al lector.

Jane Austen —adolescente gamberra y asombrosamente ingeniosa— imagina un universo de personajes en el que reina el absurdo: parientes que se juntan para emborracharse en familia, un visitante inesperado que se adueña de la casa de sus anfitriones o una asesina que con toda tranquilidad confiesa sus crímenes por carta. El efecto de sus caricaturas, tan inglesas, traspasa épocas y fronteras.

Propuesta musical para el libro

The Hole in the Wall (Hornpipe from Henry Purcell's 'Abdelazer')

Abdelazar es una pieza teatral de 1676 escrita por Aphra Behn (1640-1689), dramaturga, poeta, escritora y traductora inglesa de la etapa de la Restauración (adaptación de la obra del Renacimiento Inglés Lust's Dominion, atribuída a Thomas Dekker). La tragedia narra la historia de Abdelazar, un moro que intenta vengarse del rey Felipe de España por matar a su padre, y comienza su vendetta enamorando a la reina. La obra fue musicalizada para una representación en el verano de 1695, por uno de los más célebres compositores ingleses de todos los tiempos, Henry Purcell (1659-1695). La pieza que el lector está escuchando se titula The Hole in the Wall y corresponde al movimiento conocido como Hornpipe, una danza de origen inglés e irlandés que data del siglo XVI. Esta preciosa melodía fue elegida en 2007 para el baile que protagonizaron Anne Hathaway y James McAvoy en la película La joven Jane Austen (Becoming Jane), que, como muchos de mis lectores conocerán, la historia se centra en la etapa de juventud de Jane Austen.

Como dato de interés, es curioso comentar que, el famoso minueto que bailaron en Netherfield Park Lizzy Benet y Mr. Darcy en la adaptación de Orgullo y prejuicio de 2005, dirigida por Joe Joe Wright, también pertenece a Abdelazar. Ambas piezas han sido seleccionadas numerosas veces para formar parte de las bandas sonoras de las adaptaciones británicas de época. 

Lo que Undine opina del libro

<Admiramos las cosas por motivos, pero las amamos sin motivos.> G. K. Chesterton

Quién no ha sentido alguna vez que necesitaba un cambio de ritmo en su vida para combatir la monotonía de la rutina diaria. En esas me encontraba yo hace algunas semanas, cuando, aprovechando las vacaciones de Pascua, decidí comenzar un nuevo proyecto literario, una iniciativa que fuera divertida e inspiradora, y que me sirviera como motivación para continuar con mis publicaciones en el blog, sin perder esa ilusión para escribir y compartir reseñas, que muchas veces se ve afectada por lo que significa estar expuesto a la redes sociales. Mi intención era recuperar el “punch” para mi entusiasmo. 

Fuente: Wikimedia Commons

No me fue difícil recobrarlo, pues siempre he conservado una fórmula mágica que me pone en forma automáticamente, nada más empezar con el tratamiento. Y, como no tiene contraindicaciones ni necesita prescripción médica, hoy quiero compartir con mis lectores el elixir portentoso que siempre me da vitalidad: Jane Austen.

Durante estos días de terapia intensiva me he sumergido en eso que muchos aluden como el universo Austen. He releído novelas, textos biográficos, su correspondencia, he disfrutado de las adaptaciones de sus libros y he buceado en blogs y páginas web en busca de nuevos textos que me ofrecieran material nuevo con el que poder trabajar y soñar. El resultado ha sido francamente satisfactorio y, aunque muchos podrían pensar que está todo dicho sobre la narrativa de Jane Austen, y que no hay terreno nuevo que poder explorar, mi experiencia dice lo contrario.

Emma ,Chris Hammond, 1898
Fuente: Wikipedia

Hace dos décadas encontré un libro que había salido al mercado con el nombre de Amor y amistad, y comprendía una serie de piezas que había escrito Jane Austen durante su juventud, a las que ella catalogó en tres volúmenes como Juvenilia -inéditos hasta más de cien años de la desaparición de la autora-, de los que la editorial Alba había hecho una selección para que el lector de habla hispana pudiera disfrutar de su legado. Algunos años más tarde, en 2008, la editorial Funambulista sacó al mercado otro recopilatorio que, bajo el título de El castillo de Lesley, ofrecía algunos escritos más que no se habían visto antes en el panorama literario español, y yo no me pude resistir a comprarlo. Cuál no sería mi sorpresa cuando descubrí recientemente que en 2021 la editorial Libros de la ballena (Taller de libros del Master en edición de la UAM) había publicado otro libro con textos pertenecientes a Juvenilia, que vio la luz con el mismo título. Y, aunque el libro es un compendio de las mejores piezas que aparecen en las ediciones de Alba y Funambulista, también es cierto que ofrece una cuidada traducción del texto que Anabel Palacios ha sabido traer al siglo XXI sin que perdiera la singularidad del estilo austenita, como aseguran las editoras al final del libro. Por otro lado,  en esta edición aparecen publicadas por primera vez en nuestro país las simpáticas ilustraciones que hiciera Cassandra Austen, la hermana de la escritora de Regencia, para ilustrar la peculiar Historia de Inglaterra que salió de su pluma, y, que, según dicen son caricaturas de la familia Austen. ¡Qué alegría poder volver a reencontrarme con Jane!

Las piezas que componen la edición de Juvenilia de Libros de la Ballena son:

• Frederic y Elfrida 
• Jack y Alice 
• Edgar y Emma 
• La bella Cassandra 
• La visita 
• La historia de Inglaterra 
• Fragmentos: 

1. .- La filosofía 
2. .- Carta de una joven cuyos sentimientos eran demasiado fuertes para su sentido común

• Evelyn 

 Jemima Rooper como Amanda Price en Lost in Austen
Fuente: teainateacup.wordpress.com

Los lectores de Jane Austen que son fieles amantes de su legado, suelen compartir un sentimiento común que fue expresado muy bien por Amanda Price, el divertido personaje de Lost in Austen, el genial fanfiction de la productora británica ITV que en 2008 logró sacar una sonrisa a los janeites (fans de Austen) de medio mundo, con esa delirante adaptación de Orgullo y prejuicio que hablaba de un viaje en el tiempo al universo ficticio austenita de la protagonista. Pues bien, Amanda Price justificaba su afición a releer la conocidísima novela de Jane Austen ante su mejor amiga, su novio y su madre, de esta manera:

< “No estoy enamorada de Darcy. No me quedo sentada en casa dando la pausa cuando Colin Firth sale con esos pantalones ¿Ok? (...) Estoy enamorada de los modales y el lenguaje, de la cortesía. Se ha convertido en parte de lo que soy y lo que quiero.”>

Probablemente, muchos de los que hayáis leído ya los escritos de juventud de Jane Austen os acercasteis a ellos por motivos similares, unidos a la imperiosa necesidad de volver a disfrutar del ingenio, ironía y buen humor con los que la autora sabía envolver sus interesantes historias de sociedad de la época de Regencia. Yo misma lo hice a comienzos de este siglo con esas intenciones. No obstante, también os quedarías atónitos al comprobar lo diferentes que, en principio, pudieran parecer esas piezas con las que os topasteis, ya que en ellas no se encuentran narraciones que recuerden ni lo más mínimo a las grandes novelas de la autora, por las que se la reconoce. Estos textos no recogen emocionantes tramas protagonizadas por carismáticas heroínas, que se ven sometidas a diferentes dificultades en sus vidas y en sus relaciones sociales, enfrentándose a personajes variopintos, antes de conseguir una aparente felicidad, dándonos así el espectro sociocultural entre la gentry  (clase media alta) de la Inglaterra de comienzos del siglo XIX, que tantos lectores han captado a lo largo de doscientos años y aún siguen haciéndolo, pese a las críticas que en los últimos tiempos están recibiendo, siendo tachadas por algunos como "novelitas rosas para marujas", sin duda mal aconsejados por el desconocimiento hacia la obra de la autora. 

Los señores Benet (Hugh Thomson, 1894)
Fuente: Wikipedia

Muy al contrario, lo que contienen estas singulares obras de juventud son historias, algunas de ellas realmente surrealistas, con tramas completamente disparatadas, en las que Jane Austen practicaba su ingenio, para compartirlas con familiares y amigos en reuniones e intercambios epistolares. Así se distraían y relacionaban en aquellos tiempos, carentes entonces de las distracciones que nuestros días nos ofrecen fácilmente. Precisamente de este tema nos habla Julia García de Felipe, la prologuista del libro y gran conocedora de Jane Austen -doy fe de ello-, quien nos ofrece al comienzo de Juvenilia un amable y emotivo ensayo sobre el ambiente que se respiraba en la rectoría de Steventon cuando Jane era una jovencita traviesa, la séptima hija del reverendo George Austen, que jugaba a entretener a los suyos ideando obras de teatro y pequeños relatos cargados de humor y pícaras intenciones. 

Por otro lado, los lectores que llevan más tiempo profundizando en la narrativa y la vida de Jane Austen, y que, por lo tanto, conocen bien la personalidad de la autora, porque la han vislumbrado en la multitud de biografías que existen sobre su vida y, especialmente, han estudiado la correspondencia que mantuvo con su hermana Cassandra, esos lectores, decía, podrán encontrar en estas creaciones un sinfín de motivos importantes que anuncian lo que en el futuro sería su estilo narrativo, ese que se distinguía por una aguda ironía, cargada de intención, con un humor inteligente e hilarante y esa capacidad para distinguir la grandeza en las cosas cotidianas de la vida, comunes en las vidas de todos los mortales. Algunas son parodias de las "novelas tontas de ciertas novelistas" -término acuñado por George Eliot en su ensayo de 1856, aunque Austen las ridiculiza aquí, también es cierto que se nutrió de ellas para construir su particular narrativa-, otras caricaturizan las historias góticas de moda, igualmente encontramos tramas de gusto surrealista que anticipan otros tiempos, y también hay algunas pequeñas obras de teatro que, probablemente, fueran escritas con cierta malicia y espíritu de crítica, mofándose del comportamiento de personajes cercanos a la familia Austen. Dejo a mis lectores que saquen sus propias conclusiones.

Página 2 del original (La historia de Inglaterra, 1791)
Fuente: Wikipedia

Mención especial merece La historia de Inglaterra, una obra que no pretende ser ilustrativa ni erudita, sino un divertimento singular con el que la escritora daba su particular punto de vista sobre los monarcas de la corona inglesa. Es tan particular, que, desde mi punto de vista, esta pieza fuera fruto o resultado de las conversaciones y juegos que mantuvo Jane en alguna fiesta que compartiera con los amigos a los que alude en el texto, citados en el pasaje protagonizado por el duque de Norfolk, en el espacio que dedica a Isabel I de Inglaterra. El humor y carácter que destila esta pieza es difícil de igualar, no obstante, el conjunto de todas ellas es realmente poderoso y resulta sugestivo, máxime, si tenemos presente que cada una de ellas está dedicada a uno de sus conocidos o parientes, aportando una clave más a nuestro conocimiento sobre la vida de la autora.

De tal modo son interesantes estos escritos que, incluso el genial escritor G. K. Chesterton se sorprendía en 1922 de que hubieran permanecido inéditas durante más de cien años. Así lo comentaba en su ensayo de la primera edición de Love and friendship and other early works (primeros textos de Juvenilia que salían al mercado literario), porque entendía que su calidad era muy superior a otras obras de la autora como la novela epistolar Lady Susan (posiblemente escrita en 1794), que a él no le terminaba de gustar y que había sido publicada casi cincuenta años antes que los textos de Juvenilia que él prologaba. Chesterton consideraba que la profundidad de su ingenio y la intención que subyace en ellos era de primera categoría, fruto de un gran intelecto.

No seré yo quien contradiga a este genio de las letras inglesas, muy al contrario, me uno a él en la apreciación de estas obras, y doy las gracias a quienes las han conservado a lo largo de más de doscientos años, para que este singular legado llegue a quienes saben que detrás de un texto de Jane Austen habita mucho más que románticas y dulces baladas de amor. 

<La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.> G. K. Chesterton

Undine von Reinecke ♪

La autora por la Editorial

Fuente: Wikipedia

Jane Austen (Steventon, 1775 – Winchester, 1817) es una novelista considerada una de los clásicos de la literatura universal.

Era la séptima hija de una familia de ocho hermanos. Su familia pertenecía a la burguesía agraria, contexto en el que sitúa todas sus obras. Nunca llegó a contraer matrimonio, el cual rechazó para no dejar la escritura, enfrentándose a los roles de género de su tiempo. Trabajó con mimo la psicología de sus personajes y con una fina ironía supo reflejar la realidad de las relaciones sociales de su tiempo, desde una perspectiva íntima y doméstica. A pesar de que sus obras retraten un mundo diferente al nuestro son un éxito atemporal.

Tras la muerte de su padre en 1805, se mudó junto a su familia a Chawton, un pueblo de Hampshire, donde desarrolló gran parte de su carrera literaria. Jane comenzó a sentirse débil y enferma en 1815. Falleció el 18 de julio de 1817 sin que los médicos pudieran establecer un diagnóstico preciso, pero en la actualidad se estima que padecía de la enfermedad de Addison.

Su obra se agrupa en tres periodos: los textos de juventud escritos entre 1787 y 1793, una selección de los cuales compone nuestra Juvenilia; una etapa más comedida, a partir de 1796, en la que se sitúan algunas de sus grandes obras como Orgullo y prejuicio o Sentido y sensibilidad, y su etapa más creativa, desde 1811 hasta su muerte, con obras como El parque de Mansfield, Emma y Persuasión.