RESEÑA: LA FORMACIÓN DE UNA MARQUESA


Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Ediciones Invisibles

Colección: Club Victoria

Traductora: Gemma Rovira Ortega

Número de la colección: 7

ISBN: 9788412579321

Formato: 15 x 23

Páginas: 280

Encuadernación: Tapa dura

PVP: 24.00 €


Sinopsis de la Editorial

Emily Fox-Seton —que tiene treinta y cuatro años, está sola en el mundo y vive en una pensión de mala muerte— se gana la vida haciendo pequeños recados para damas de la alta sociedad londinense. Pero como es enormemente práctica y tiene muy buen corazón, poco a poco se va convirtiendo en imprescindible. Por eso, una de estas damas le pide que la acompañe a su mansión en el campo, donde debe tener lugar una gran fiesta con la flor y nata de la sociedad inglesa. Allí coincidirá con el marqués de Walderhurst, uno de los solteros más codiciados del país, al que todas las jóvenes de la fiesta intentarán deslumbrar. Pero el marqués no tiene especial interés en casarse. O, por lo menos, eso es lo que creía hasta ahora.


Propuesta musical para este libro

Overture Cockaigne, Op. 40, Edward Elgar

*Crédito del vídeo: Canal de YouTube elgarian497

La obra que el lector está escuchando es la Obertura Cockaigne, op. 40, también conocida como En la ciudad de Londres. La pieza es una obertura de concierto para orquesta compuesta por el músico británico Edward Elgar entre los años 1900 y 1901. La obra fue encargada al compositor por la Royal Philharmonic Society, y el estreno tuvo lugar el 20 de junio de 1901 en el Queen's Hall londinense, con el propio compositor a la batuta. Elgar dijo de ella que era una pieza alegre, honesta, potente y muy londinense, muchos de los adjetivos que se pueden aplicar a La formación de una marquesa de Frances Hodgson Burnett.

Por otro lado, la Obertura Cockaigne, op. 40 se estrenó el mismo año que se publicó La formación de una marquesa de Frances Hodgson Burnett, la novela protagonista de hoy, un motivo más para elegirla para acompañar la presente reseña.


Lo que Undine opina del libro


<Nada revela tan fiablemente el carácter de una persona como su voz.> Benjamin Disraeli (1804-1881)


Decía el escritor irlandés Oscar Wilde (1854-1900) que las pequeñas acciones de cada día hacen o deshacen el carácter, una aseveración tan inspiradora y sugerente que me es difícil no apoyarla, porque no es un secreto que nuestro comportamiento habla por nosotros mismos, dejando huella en el entorno inmediato, y sirviéndonos como carta de presentación ante la sociedad en general.

Algo así viene a decirnos la obra protagonista de hoy, entre otros muchos motivos de interés. Me refiero a La formación de una marquesa de Frances Hodgson Burnett, una novela que ha sido publicada recientemente por Ediciones Invisibles en su selecta colección Club Victoria, y que cuenta con la traducción de Gemma Rovira Ortega.

El jardín secreto, edición española Alianza Editorial (2023)
Fuente: Undine von Reinecke

Probablemente mis lectores conozcan el nombre de Frances Hodgson Burnett, ya que su fama como reputada autora de literatura infantil la precede. De hecho, algunos de sus títulos más aclamados de este género han conocido infinidad de reimpresiones. Por poner un ejemplo, El jardín secreto ha pasado a los anales de la literatura universal como una de las obras más entrañables que jamás se hayan escrito, siendo aceptada del mismo modo entre la población adulta y la juvenil. Es más, su éxito ha propiciado que se hayan realizado diferentes adaptaciones al cine, a la radio y a la televisión.

Sin embargo, su faceta como novelista de narrativa para adultos es menos conocida, quizá haya quedado eclipsada por la fascinación que aún hoy generan sus libros infantiles. Empero, esas novelas destinadas al público de más años fueron en su día auténticos bestsellers, un éxito que se forjó a fuego lento durante la agitada y compleja vida de la autora que, probablemente, fuera el germen de su interesante, diferente y característico estilo literario.

Frances Eliza Hodgson nació en 1849 en Cheetham, una localidad perteneciente a Manchester, en Inglaterra. Como muchas otras novelistas de su tiempo, Frances comenzó a escribir por necesidad, ya que la prematura muerte de su padre, acontecida en 1853, había dejado a la familia con grandes dificultades económicas, pese a la buena posición de la que habían gozado. De hecho, debido a ello, la futura novelista emigró junto a su familia en 1885 a Tennessee, Estados Unidos, ya que fueron infructuosos los muchos esfuerzos que realizó su madre por sanear la economía familiar. 

Frances Hodgson Burnett (1890)
The Illustrated American (Fuente: Wilkipedia)

Fue en el Nuevo Mundo donde la escritora inició su carrera literaria a la temprana edad de dieciocho años, escribiendo relatos que publicaba en diferentes revistas. Sabía lo que suponía para una joven de cierta educación y posición trabajar para subsistir, y esas duras experiencias, como veremos, las plasmó de manera inteligente en La formación de una marquesa, la obra protagonista de la reseña de hoy.

Frances, que había recibido una educación modesta en diferentes escuelas, supo sacar partido a su afición a la lectura, y en ella encontró una fuente inagotable de inspiración para sus escritos, a los que dotaba de motivos interesantes gracias a su fértil imaginación. Leer a Charles Dickens, Walter Scott, o William Makepeace Thackeray no es mala universidad para un escritor.

Como quiera que sea, y continuando con esta breve nota biográfica de la escritora, Frances contrajo matrimonio en 1873 con Swan Burnett, un caballero que, en gran parte, llegaría a convertirse en doctor en medicina gracias al apoyo económico de su mujer. El matrimonio tuvo dos hijos, y la familia al completo se estableció primero en París y luego Washington. Fue en esta última ciudad donde Frances comenzó a escribir novelas; rondaba por aquel entonces la década de 1880. 

De aquel momento es su conocidísima obra El pequeño Lord Fauntleroy, que apareció de manera seriada entre los años 1885 y 1886. Esta novela tuvo tanto éxito que ha llegado a ser comparado con el mediático Harry Potter en la actualidad. La maternidad y el amor hacia sus pequeños fueron dos de los acicates que alimentaron la narrativa infantil de Hodgson Burnett.

Sea como sea, sus trabajos llegaron a cosechar tanto éxito, que la escritora abrió en Washington un aclamado salón literario que era visitado por políticos e intelectuales del momento.

Sin embargo, sobre Frances seguía recayendo el gran peso de mantener económicamente a la familia. Ni la gloria literaria, ni el esfuerzo profesional de su esposo en el campo de la medicina podían paliar este hecho. Esa circunstancia causó en ella diferentes problemas de salud, tanto emocionales como físicos que de alguna manera se vieron reflejados en sus obras, y también afectaron a su vida personal.

Edición de 2024 publicada por Editorial Renacimiento
Fuente: Undine von Reinecke

En 1887, con motivo del Jubileo de Oro de la reina Victoria, la escritora viajó a Inglaterra. Este viaje supondría el primero de los muchos que haría la autora al Viejo Continente para visitar tanto su país de nacimiento como otras ciudades europeas. De hecho, Frances llegó a residir junto a sus hijos en Florencia, ciudad elegida con ese fin por muchos intelectuales decimonónicos, como la célebre escritora George Eliot o la poeta Elizabeth Barrett Browning, entre otros muchos nombres de interés. Allí, en la cuna del Renacimiento, Frances Hodgson Burnett escribió The Fortunes of Philippa Fairfax (Londres: Frederick Warne), la única de sus obras que se publicó inicialmente en Inglaterra.

En 1990, una terrible desgracia se cernió sobre Frances Hodgson Burnett, su hijo mayor falleció debido a la enfermedad del siglo. La tisis se lo llevó después de muchos esfuerzos para vencerla. Esta tragedia daría lugar a un nuevo motivo recurrente en sus obras, la pérdida, la orfandad en la vida emocional. La sensibilidad de la escritora, que veía el alma humana con ojos empáticos, se acentuó, dotando a sus historias de personajes, tanto infantiles como adultos, indefensos y realmente adorables. 

Probablemente se deba al dolor y la depresión que le causaron el fallecimiento de su hijo que la escritora abandonó la Iglesia de Inglaterra, la fe en la que había sido educada, para interesarse de manera activa por otras líneas de pensamiento que se pusieron de moda en las últimas décadas del siglo XIX. Me refiero a la ciencia cristiana, el espiritismo y la teosofía, filosofías que influyeron enormemente en la obra posterior de Hodgson Burnett.

En este momento el matrimonio de Frances estaba ya en crisis. De hecho, el divorcio de la pareja se materializó en 1898, aunque ya llevaban algunos años separados de facto. La escritora aprovechó este momento para asentarse casi de manera permanente en Great Maytham Hall, la gran mansión de la campiña del condado de Kent, en Inglaterra, cuyos jardines sirvieron de inspiración a Hodgson Burnett para una de sus historias más aclamadas, la antes mencionada El jardín secreto (1910-1911).

Durante la década de 1890, mientras la escritora estaba inmersa en los problemas familiares mencionados líneas arriba, residiendo ya en Inglaterra, comenzó a escribir una saga de novelas para adultos que se convirtieron en auténticos bestsellers. Entre aquellos títulos se encuentran Lady of Quality (1996), In Connection with the De Willoughby Claim (1899) y, en 1901, publicó The Making of a Marchioness, conocida en nuestro país como La formación de una marquesa, que es la obra protagonista de hoy.

La formación de una marquesa comienza así:

<Cuando el ómnibus económico se detuvo, la señorita Fox-Seton se apeó y se recogió con esmero y recato la elegante falda, pues estaba acostumbrada a subir y bajar de aquellos vehículos y a caminar por las embarradas calles de Londres. Una mujer cuyos trajes a medida deben durarle dos o tres años pronto aprende a protegerlos de las salpicaduras y a ayudarlos a conservar la forma de los pliegues.>

Fuente: Ediciones Invisibles

La formación de una marquesa narra la historia de Emily Fox-Seton, una mujer de treinta y cuatro años soltera, huérfana y sin fortuna que, pese a pertenecer a una familia de la élite británica, se ve abocada a ganarse la vida como buenamente puede. Elegante y de imagen sorprendentemente imponente, más por el tamaño que por su belleza, Emily se dedica a solucionar problemas de logística para algunos amigos de la aristocracia, y también hace recados por encargo de sus conocidos más pudientes. No es una actividad que le reporte mucho dinero, tan sólo el suficiente para mantenerse con dignidad. Gracias a ello, puede costearse una habitación en una pensión ubicada en un barrio obrero de Londres. Este negocio está regentado por la señora Cupp y su hija, dos mujeres que la sirven con afabilidad, ya que Emily demuestra ser una dama con clase en todo momento y situación. 

Sin embargo, pese al buen carácter que posee y la abnegación que luce ante las dificultades de su día a día, Emily siente aprensión con respecto a su futuro, ya que no sabe qué será de ella cuando sea mayor y no pueda trabajar para sostenerse. Y así pasa sus días, sirviendo a todo aquel que necesite de sus servicios, hasta que un día, Emily recibe una sorprendente invitación para pasar una temporada en una mansión campestre. Se trata de la propiedad de Lady Maria Bayne, una anciana para la que trabaja de vez en cuando y que, en esta ocasión, requiere de su compañía para que la ayude a lidiar con sus invitados, un grupo formado por matronas y jóvenes casaderas, que tienen como objetivo cazar al altivo, apetecible y maduro Lord Walderhurst. 

La formación de una marquesa es una preciosa y emocionante novela que fue publicada por primera vez en 1901 con el título original de The Making of a Marchioness por la editorial Frederick A. Stokes de Nueva York. La novela tuvo una secuela titulada The Methods of Lady Walderhurst, que vio la luz inmediatamente después. Desde ese momento, las dos historias fueron publicadas de manera conjunta. Parece ser que en el momento en que apareció la obra, los críticos de la época no fueron favorables a ella, pese a que el público se mostró entusiasmado. La historia parecía seguir el canon victoriano de los típicos dramas novelescos, tan denostados en las primeras décadas del siglo XX por las nuevas generaciones de intelectuales que se inclinaban hacia otros gustos estéticos.

Sin embargo, en la actualidad La formación de una marquesa, y en general toda la producción de Frances Hodgson Burnett, está conociendo una nueva vida, y sus obras se vuelven a leer con renovado interés. Y no es extraño porque, lejos de ser una novelista convencional, Hodgson era una escritora que no daba una puntada sin hilo. De hecho, el conjunto de su narrativa ofrece al lector contemporáneo una visión excepcional de la conducta de la sociedad de su tiempo, centrando especialmente su mirada en el mundo anglosajón. Dotada de un audaz ojo crítico, su empatía hacia los más débiles y la acentuada sensibilidad que poseía Frances Hodgson Burnett hicieron de su elegante estilo narrativo un universo emocionante y muy particular.

Fuente: Amazon

Así es La formación de una marquesa, una obra tan fascinante que resulta imposible abandonar una vez te sumerges en ella. Su historia aparentemente sencilla en realidad no lo es tanto, y, en mi opinión, comparte determinados paralelismos atmosféricos con algunas de las famosas novelas de Wilkie Collins, tales como Marido y mujer, e, incluso, puede equipararse en tensión y audacia con El secreto de Lady Audley de Mary Elizabeth Braddon, uno de los más famoso superventas victorianos.

Sea como sea,  Frances Hodgson Burnett presentó ante los lectores de los albores del siglo XX a una heroína completamente atípica, y con ella se adentro en el género del thriller y el misterio .

Por supuesto me refiero a Emily Fox-Seton, una solterona sin recursos, no demasiado agraciada ni excesivamente inteligente, que ha entrado en la treintena sin expectativas de mejorar en la vida. Sin embargo, Emily es tan servicial y posee tan buen carácter, que la imagen de cualquier otra dama es eclipsada por ella, especialmente si las compara un espectador inteligente que sabe lo que le conviene. Y es justamente en este punto cuando nos topamos con el primer motivo narrativo importante que saca a relucir Frances Hodgson Burnett, el mercado del matrimonio en la alta sociedad británica victoriana. Es sabido que la escritora fue una mujer que se interesó por los derechos de sus congéneres.

Con sutileza y mordacidad, la autora construye una trama divertida y emotiva, en la que destaca una competición a la caza y captura de marido protagonizada por una rica heredera norteamericana, una aristócrata viuda y, por último, la beldad de la temporada londinense, una joven cuya belleza es equiparable a su pobreza. Las tres mujeres se verán abocadas a demostrar sus virtudes con la finalidad de pescar al mejor partido. Este no es otro que Lord Walderhurst, un viudo acaudalado de más de cincuenta años, para quien el matrimonio no resulta de interés, más allá de conseguir un heredero para sus muchas posesiones. Emily, la protagonista, ve todo esto sin prejuicios y sin pensar en el interés personal.

¿Verdad que todo esto nos puede recordar a ciertas heroínas de las novelas de las hermanas Brontë, y que incluso podríamos evocar determinadas situaciones planteadas en las novelas de Jane Austen? Empero, no es así, porque la novela no ha hecho más que comenzar. En este punto es cuando La formación de una marquesa cambia de carácter para adoptar la forma de thriller, involucrando al lector en un misterio trepidante y emocionante, llevándolo al interior de una mansión de la campiña inglesa, a sus jardines, a su parque y al cottage destinado a ser habitado en época de caza. Estos sublimes escenarios, descritos con excelencia por la autora, servirán como soporte para una trama vibrante en la que un crimen se cuece a fuego lento.

Mis lectores me permitirán que deje aquí el análisis del argumento para no revelar más de lo debido…

Sadbury Hall, Derbyshire, 2015 (Fuente: Undine von Reinecke)

Sí puedo aportar algunos datos más con respecto a los nuevos personajes que aparecen en la trama y sobre los motivos ambientales añadidos que enriquecen la nueva historia. Me refiero a la entrada en escena del matrimonio formado por el capitán Osborn y su esposa angloíndia. Esta pareja llegada de ultramar con intenciones mercenarias, se convertirán en los herederos de Lord Walderhurst si el futuro no dicta lo contrario... De ellos y de su idiosincrasia se sirve la escritora para ofrecer un espectro interesante de lo que representaba el Imperio Británico en aquellos días, tanto para las tropas que se desplazaban al continente asiático, como para los ciudadanos implicados en la vida económica y política del país. 

Por otro lado, a este matrimonio proveniente de la India lo acompaña un personaje realmente especial. Se trata de Ameerah, la sirvienta india que trabaja para la pareja, una figura que pone el punto exótico en la ambientación de la novela, cuyas acciones incrementan la tensión atmosférica de la narración. A través de ella, de su personalidad nebulosa y de su involucración en la palpitante historia, la escritora describe a los lectores cierto tipo de prejuicios racistas que circulaban en la Inglaterra colonialista del siglo XIX y de los albores del XX.

Y hasta aquí debo contar, aunque podría referirme brevemente a la magnífica ambientación de la novela, repleta de referencias a la temporada social inglesa, que en esta novela queda reflejada en los palacetes de la londinense Berkeley Square y en la mansión solariega campestre de Palstrey; también podría hacer una pequeña mención al importante papel que jugaba el personal de servicio en la vida de la grandes mansiones, cuya relevancia demuestra Hodgson Burnett a través de la señora Cupp y de su hija, un ejemplo ideal de la famosa coletilla “arriba y abajo” que series como Downton Abbey han emulado; otra anotación interesante es el pintoresquismo narrativo que emplea la escritora, describiendo con precisión y elegancia jardines, edificios, mobiliario y muchos detalles más de interés ambiental. 

No obstante, aquí lo dejo, queridos lectores. Os invito a comprobar por vosotros mismos los méritos de La formación de una marquesa, una obra amable y chispeante que habla por sí misma del carácter de quién la firmó.


<Los pequeños hechos revelan mejor que los grandes el carácter de una persona.> Samuel Smiles (1812-1904)


Undine von Reinecke ♪


*Con esta reseña cumplo con la premisa libro olvidado del reto Libros Rescatados organizado por el blog amigo Un libro en un tris.

 

La autora por la Editorial

Fuente: Ediciones Invisibles
Frances Hodgson Burnett

(Cheetham Hill, Inglaterra, 1849 - Plandome, Estados Unidos, 1924)

Aunque su educación formal terminó cuando cumplió los trece años, gracias a su talento se convirtió en una escritora de éxito que desafió las convenciones sociales de su época sobre la mujer. Precisamente, las malas lenguas alimentaron los rumores acerca de sus escandalosos divorcios, y se le atribuyeron un gran número de amantes.

Si bien actualmente es más conocida por sus obras infantiles, como El jardín secreto, en Estados Unidos las novelas que escribió para el público adulto permanecieron muchas semanas en las listas de los libros más vendidos. Su enorme éxito la llevó a revolucionar la ley de la propiedad intelectual, tras ganar una demanda en la que solicitaba que los escritores percibieran derechos por las obras derivadas de sus textos. Fue también una firme defensora de la lucha de las sufragistas.


Comentarios

  1. Buenas tardes, Undine:
    Ya sabía yo que nos ibas a contar cosas muy curiosas y muy interesantes sobre la autora y su trabajo. Es curioso que siendo médico él y ella con sus publicaciones no les diera casi para vivir.
    A la pobre mujer le pasó de todo. Lo cierto es que poca gente se va de rositas, todos tenemos batallas y dificultades pero parece que los escritores, al menos los de antes, tenían vidas especialmente trágicas.
    Por supuesto conocía las populares novelas infantiles y tengo el del jardín en una edición especial. De las de adultos, tenía esta apuntada pero todavía no le ha llegado el momento. A ver si no falta mucho.
    Besitos y feliz ¿verano?

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    1. Buenos días, Norah.
      No sabes cuánto me gusta conocer la vida de esas autoras que vivieron a caballo del siglo XIX y el XX. Frances era una mujer tremendamente interesante. La relación con su marido debió ser una carga casi desde el principio. Se conocieron siendo muy jóvenes, porque eran vecinos de calle, y se casaron muy pronto. Ella tuvo que ayudarlo económicamente mientras finalizaba la carrera de medicina; por aquel entonces ya estaban casados...
      Por otro lado, todo lo que he leído de esta autora me ha fascinado. No obstante, mi novela favorita es El señor de la casa de Combe. Algún día escribiré la reseña.

      Un beso y gracias por la visita!!

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  2. Buenas tardes Undine, de esta autora leí hace muchísimos años La princesita, una novela me gustó un montón, pero no he vuelto a repetir. La formación de una marquesa está en mi lista de pendientes, aunque este año tengo en mente El jardín secreto que me apetece mucho.Como siempre tu reseña ha sido muy interesante e instructiva porque, aunque la autora es bastante conocida, de lo que nos cuentas apenas sabia nada. Tú edición es muy chula.Un abrazo.

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    1. Buenos días, Mar.
      Si ya conoces a la autora, no hace falta que te reitere los parabienes de su estilo. Sólo te diré que sus novelas para adultos no desmerecen con respecto a las infantiles. Te gustarán muchísimo. Te animo a que leas La formación de una marquesa y, sobre todo, El señor de la casa de Combe, que es mi preferida.

      Un be, y gracias por la visita!!

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  3. ¡Hola! Me encantan los libros que hacen referencia a la temporada social inglesa, es algo que siempre me ha llamado mucho la atención. No puedo asegurarte que vaya a leerlo pero has conseguido despertar mi curiosidad. Un besote :)

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    1. Buenos días, Marya.
      Me alegra que esta novela haya llamado tu atención. Si algún día te decides a leerla, no dejes de contarme tus impresiones.

      Un abrazo, y gracias por visitarme!!

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  4. Hola Undine, esta novela la leí allá por 2019, ¿madre mía antes del Covid!, me gustó mucho salvo por el penúltimo capítulo que me pareció que llevaba a extremos el peligro post parto... después de que ya todo parecía encaminado...
    De esta autora también tengo en casa El jardin secreto que algún día caerá.
    Un besazo

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    1. Buenos días, Nitocris.
      Sí, el último capítulo de la novela posee un dramatismo muy victoriano. Con todo y con ello, es mi segunda lectura de la obra y me ha gustado más que la primera. A causa de tu reto, estoy cogiendo afición a releer :)

      Un beso y gracias por la visita!!

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  5. ¡Hola, Undine!. El pequeño Lord Fauntleroy era una película que le encantaba a mi padre. Él no había leído la novela. Puede que ni supiera que existía, pero la película le gustaba mucho.
    La trama de esta La formación de una marquesa me estaba recordando, en efecto, a las historias de las Brontë, Austen, e incluso Gaskell, pero lo de que tome un aire de thriller me atrae aún más, por si lo anterior fuera poco.
    Un beso.

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    1. Buenos días, Rosa.
      La generación de nuestros padres conoció muchas obras buenas gracias a las adaptaciones. Ellos tuvieron una educación muy diferente a la nuestra, pero su imaginación se vio favorecida por la buena selección de historias a las que tenían acceso.
      Y sí, la novela es un caso singular con esa mezcla de novela sentimental, dramón y thriller. Yo me lo he pasado muy bien con ella. Ya me contarás si te animas a leerla.

      Un abrazo, y gracias por leerme!!

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  6. Qué gustazo leer siempre tus entradas! Siempre aprendo mucho y las disfruto un montón. Y más cuando es un libro que me tienta, como es éste. A ver si me estreno con la autora prontito.
    Besotes!!!

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    1. Buenos días, Margari.
      Muchas gracias por tus amables palabras. Me alegra que te interese esta autora porque es fantástica. Te aconsejo que leas La formación de una marquesa, El jardín secreto yEl señor de la casa de Combe, esta última mi favorita.

      Un abrazo, y gracias por pasar a leerme!!

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  7. ¡Hola! Interesante libro. La verdad es que no soy mucho de este tipo de género, pero por lo que cuentas tiene buena pinta y la edición me parece preciosa. Un beso :)

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    1. Buenos días, Likur.
      Sí, tenemos gustosdiferentes en cuanto a géneros literarios. No obstante, si te animas a leer esta obra ya verás que no te decepcionará.

      Un abrazo, y gracias por la visita!!

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