RESEÑA: "FRESAS SILVESTRES" ANGELA THIRKELL

Fuente: @undine.von.reinecke Instagram




Ficha Técnica:


Autor: Angela Thirkell
Traductora: Patricia Antón
Editorial: Gatopardo Ediciones
Número de páginas: 250
Formato: 20 x 12,5 cm
ISBN: 978-84-17109-65-3
Primera edición: 29 de abril de 2019
PVP: 19,90 €
                                          

Sinopsis de la Editorial:


La atractiva Mary Preston, una joven perteneciente a una buena familia venida a menos, es invitada a la espléndida y lujosa finca de los Leslie en Rushwater. Allí, Mary perderá la cabeza por el apuesto seductor David Leslie. Sin embargo, su tía Agnes y la madre de David, la excéntrica lady Emily, planean emparejarla con otro hombre al que consideran un buen partido. En el espectacular baile de Rushwater, la felicidad de Mary, suspendida entre los imperativos del corazón y las maquinaciones de su familia, penderá de un hilo…



Fresas silvestres (1934) forma parte de un ciclo de veintinueve novelas ambientadas en el condado ficticio de Barbetshire, que Angela Thirkell tomó prestado de Anthony Trollope. Con una mirada afilada y permanentes alusiones y guiños a los clásicos, desde Lord Byron y R.L. Stevenson hasta Ovidio y Virgilio, Thirkell da vida a una galería de personajes cómicos que se debaten entre lo sublime y lo prosaico, sin abandonar jamás una muy británica obsesión por el estatus social.



«Sus libros livianos, ingeniosos y amenos son estudios espeluznantes de la represión británica. Thirkell saca a relucir los prejuicios, la intolerancia y el sentimiento de clase de sus personajes, sobre todo durante y después de los años de guerra.» Hermione Lee, The New Yorker

Primera propuesta musical para el libro


 Ivor Novello (1893/1951)


Lo que Undine piensa del libro:


Quienes me conocen saben de mi admiración por Inglaterra, un amor que dura ya muchos años y al que guardo veneración y fidelidad. Cuando era niña escuchaba a los mayores comentar sobre los estrafalarios turistas británicos que invadían nuestras costas y saqueaban restaurantes y tabernas. El comentario general era: “pobrecitos, no tienen sol y su comida es un horror, ¡tienen que venir aquí para sentirse bien!”

Vista de Tower Bridge
Fuente: undine.von.reinecke
No deja de tener gracia, que siendo ya adulta viajara a la capital inglesa, mi adorado Londres, y situada en pleno Trafalgar Square admirando el ritmo de la ciudad, comentara con mi compañero de viaje mis impresiones sobre lo equivocados que estábamos al pensar que un inglés es tan sólo una persona calzada con sandalias y calcetines blancos, como algunos humoristas caracterizaban a los mismos.

Royal Pavilion, Brighton
Fuente: undine.von.reinecke
La nación inglesa se ha distinguido por muchas cosas a lo largo de la historia, entre otras por viajar y hacer suyas culturas  y países del mundo entero, por inventar el deporte y el turismo, por ser grandes arqueólogos (no sin críticas al respecto, no quiero crear polémica), por dar al mundo algunos de los músicos más carismáticos y por ser mecenas de los más grandes, como Händel o Haydn. Pero si hay algo en lo que destacan por encima del resto de países, es por saber apreciar con alma sensible y artística todas las virtudes y tesoros que distinguen a las naciones de la Tierra. 

Tanto es así, que su literatura está llena de conocimiento y admiración por todos los ámbitos de la cultura, y ha sido para muchos creativos internacionales iluminación para óperas, como Romeo y Julieta (Shakespeare), que ha inspirado tanto a músicos de género clásico (Prokofiev,Tchaikovsky, etc.), o del pop rock (Dire Straits, Karina, etc.); pero también ha sido musa del cine y la televisión ( nadie puede olvidar la maravillosa Rebecca, de Daphne du Maurier, que Hitchcock llevó a la gran pantalla, porque si algo distingue la producción literaria británica, es por su capacidad de empatía con el lector, idónea para cambiar estados de ánimo, de enamorar, de hacer viajar en el tiempo y el espacio, de procurar inspiración. Un sinfín de virtudes, que me hacen pensar a mí como lectora si la literatura inglesa no tendrá poderes terapéuticos capaces de competir con balnearios y centros vacacionales de lujo.

Biblioteca de Emma Darwin (Down House)
Fuente: undine.von.reinecke
Es innegable que Inglaterra es una nación lectora; no podría ser de otro modo teniendo a Shakespeare, Fielding, Byron o Milton entre sus ilustres literatos. Pero, no olvidemos algo que los distingue muy por encima del resto de literaturas: la gran cantidad de mujeres escritoras que han enriquecido, especialmente desde el siglo XVIII, el panorama literario. Pioneras como: Frances Burney, Jane Austen, las hermanas Brontë, o Elizabeth Gaskell, facilitaron el camino a mujeres de generaciones posteriores que han dejado un riquísimo legado cultural y social, atreviéndose a tratar y cuestionar con ingenio y sensibilidad temas del máximo interés, y que hoy día siguen siendo actualidad, como por ejemplo el feminismo.

De entre todas estas literaturas femeninas de origen británico, la época de entreguerras es de mis preferidas. Se ha llamado “entreguerras” al periodo que abarca desde la Primera Guerra Mundial hasta la Segunda Guerra Mundial incluída. Es innegable que la aportación de grandes escritores como Adoux Huxley, o E. M. Foster a la narrativa de esta época es inmensa y enriquecedora; pero la inspiración de las mujeres, a veces mordaz  y lúgubre, otras ácida y pesimista, siempre aguda y, muchas veces sarcástica y cargada de humor, vino a dar una grandísima aportación a las bibliotecas de muchos hogares de este periodo de la historia, que necesitaba contrarrestar la tristeza y la desesperanza causada por los acontecimientos  mundiales y personales

Hay muchos nombres de mujeres internacionalmente conocidas, no solo por sus libros, como: Rebecca West, Virginia Woolf, Winifred Holtby, Nancy Mitford, etc. Pero, de entre la multitud de escritoras que surgieron en esta época de desconsuelo por la pérdida de seres queridos en la Primera Guerra Mundial y la desconfianza en la llegada de un futuro mejor, apareció Angela Thirkell, una escritora inteligente, mordaz, sarcástica, muy divertida, y autora de la novela que hoy os voy a comentar, y que ha hecho las delicias de mis últimas noches, Fresas silvestres.

La novela comienza así:

<En Rushwater, el pastor de la iglesia de Santa María miraba con gesto nervioso por la ventana de la sacristía, que daba a una portezuela en el muro del cementerio. A través de ella, la familia Leslie había acudido a la iglesia con distintos grados de impuntualidad desde que el pastor se hallaba en Rushwater, y no parecía probable que hubieran sido más puntuales antes de que él asumiera el cargo. Era un tributo a la personalidad de Lady Emily Leslie, reflexionó el pastor, que quienes vivían con ella, incluidos los huéspedes del fin de semana, acabaran contagiándose de su impuntualidad.>

Paisaje de Winchester
Fuente: undine.von.reinecke
¿Qué os ha parecido este comienzo? A mí, sin lugar a dudas, me trae recuerdos de multitud de novelas británicas de todos los tiempos. Innegablemente, Angela Thirkell hace honor a sus compañeras escritoras decimonónicas usando recursos como: el pastor, la iglesia y la “lady”. Técnica ésta que le sirve para introducir a los protagonistas de la novela, que son la familia Leslie. Esta estirpe está compuesta por un matrimonio, Lord y Lady Leslie; dos hijos, John (viudo) y David (conquistador de oficio); una hija, Agnes, casada y con tres hijos pequeños; y el nieto mayor, Martin, hijo del primogénito del matrimonio Leslie que falleció en la Primera Guerra mundial, dejando el puesto de heredero del título y las propiedades familiares a Martin.

Angela Thirkell despliega todo su humor en el primer capítulo de la novela, para ponernos en ambiente, con una serie de diálogos absurdos y muy cómicos, donde nos hacemos una idea de la clase de personas que van a protagonizar esta comedia de situación. La familia Leslie representa para Angela Thirkell ese tipo de estirpes británicas en extinción, muchas de ellas desaparecidas otras por desaparecer, que antes de la Gran Guerra  ejercían su poder e influencia social con total desparpajo, pero que los cambios económicos y sociales hicieron imposible mantener su estilo de vida en grandes mansiones, de fiesta en fiesta y viajando donde estuviera la Sociedad.

En estas primeras páginas se nos presenta al matrimonio como unos simpáticos, aunque estrambóticos personajes. Lady Emily, mujer preocupada por todo y por todos, es tan absurda, que vuelve locos a todos; Lord Leslie, machista incurable, es de la vieja escuela en la que se dejaba reinar a la mujer, mientras no hiciera mucho ruido. Es interesante como Thirkell refleja la decadencia de su generación en este  personaje, como podemos ver en este pasaje:

<No sé para qué quieren a todas esas chicas-comentó el señor Leslie-. Les quitan el trabajo a los hombres. Me alegro de que tú no quieras tener un empleo, Mary (…)-Oh, lo de los libros está bien. A una chica no le hace daño leer un poco. A lo que me opongo yo es a toda esa educación>

Luego tenemos a John, es el segundo hijo del matrimonio, pero no heredará ni título ni propiedad, las leyes inglesas no funcionan así, ya nos lo dijo Jane Austen  ciento veinte años antes. John es un buen hombre que luchó en la guerra y volvió sin su hermano mayor al que admiraba. Es un hombre de honor y familia, se ocupa de los negocios y hace el papel de padre para sus sobrinos. El buen y amable John, apuesto pero discreto, perdió a su esposa después de un año de casados.

Sin duda alguna, el personaje más atractivo de la novela es David, el hijo menor de los Leslie. Apuesto, guapo y seductor, arrasa entre las mujeres allá donde vaya. Afortunado económicamente, no tiene oficio fijo, si  no contamos el de vividor.

David tiene un admirador, su sobrino Martin, el heredero de los Leslie. Como hemos dicho antes, es huérfano de padre y decidió quedarse a vivir con su familia paterna, donde le reciben con cariño y felicidad, pues es el vivo retrato del hijo que perdieron. Constantemente se repite esta imagen en la novela, haciendo honor a tantas familias británicas que perdieron sus seres queridos en esa trágica y cruel guerra. Es un brillante y sutil guiño de Thirkell a sus compatriotas, una muestra de empatía y solidaridad.

Por último tenemos a la hija del matrimonio, Agnes, amable y una gran madre cariñosa y tierna. Una muchacha educada para no pensar, que protagoniza momentos muy tiernos y cómicos dentro de la novela, cogiéndole el lector mucho cariño pese a sus torpezas mentales. Su hermano John la define de esta manera:

<Agnes era la favorita indiscutible de su hermano mayor,  John, a menudo se preguntaba, con cariño, cómo podía ser una idiota tan divina como ella>

Tremendo, ¿verdad? Agnes es un personaje importantísimo en la denuncia encubierta que hace Angela Thirkell del machismo en la sociedad.

A todos estos personajes se une Mary, sobrina por matrimonio de Agnes. Mary  es una buena chica, sencilla y atractiva de familia venida a menos, que va a disfrutar el verano con los Leslie, y así de paso, ayuda un poco a toda esa familia y sus locuras. La muchacha se enamorará de uno de los miembros de la familia, dejo a mis lectores adivinar quién pueda ser el personaje elegido. Para complicar la comedia, otro de los miembros masculinos de la familia se deja fascinar por ella. Las mujeres Leslie, madre e hija,  observan todo esto y actúan de hadas madrinas.

Pero la trama se complicará al entrar en juego más personajes femeninos, ejerciendo fuerzas del mal que llevarán a Mary a rozar la desdicha y sacar lo peor de ella. Angela Thirkell utiliza a este personaje para explicar el enigma más grande que el género masculino jamás podrá llegar a comprender: la competencia entre mujeres. La escritora plantea una serie de brillantes escenas en las que intervienen Mary y su rival, Joan (no digo quién es, para no desvelar parte de la trama), con unos diálogos agudísimos llenos de veneno, y que el acompañante masculino protagonista de la contienda no captará en ningún momento. Veamos un pasaje que muestra las sutilezas de las que hablo:

<Por las venas de Mary corría la sangre de muchas generaciones de soldados. Con una cortes inclinación, le preguntó a Joan:-          ¿Puedo llevarte a algún sitio? Tengo el coche a mi disposición.Tampoco Joan carecía del estoicismo de un piel roja que no emite queja alguna cuando le desgarran los tendones. Aceptó el ofrecimiento con la apropiada gratitud.>

 Es de lo más divertido de la novela, pues dudo que ninguna mujer que me esté leyendo no haya vivido o presenciado algún acontecimiento parecido, y no lo rememore con cierto humor, pese a lo lamentable del asunto. Siempre he pensado que no merece la pena competir por un hombre, ¿o tal vez sí? Angela Thirkell nos da su opinión sobre el asunto muy inteligentemente.

Otro tema que aparece en el libro es el poderío británico. Ya sabemos que con la Gran Guerra Inglaterra perdió su hegemonía. Thirkell aborda el tema con orgullo patrio. En la historia aparece una familia francesa, que protagonizará momentos desternillantes en los que se pondrá a prueba la paciencia británica para con sus vecinos franceses, y se explaya de lo lindo opinando sobre ellos en escenas de lo más grotescas en las que se habla de asuntos tan ridículos como la comparativa entre las lavanderías francesas e inglesas, o la calidad de los alimentos en los que el té británico será el único que se libre de la criba francesa.

Para terminar, quiero trasmitir a mis lectores la empatía que he sentido hacia Angela Thirkell, que ha traído a mi memoria una de las novelas de Jane Austen que más me fascina: Emma. En Fresas silvestres he admirado al caballero británico elegante, honesto y honorable, como lo era Mr. Knightley; me he reído con Lady Emily, como lo hiciera con Mr. Woodhouse; me he indignado con David, como me sucedió con Frank Churchill; me he puesto muy nerviosa con Madame Boulle, así mismo sucedió con Mrs. Elton; y me he compadecido, a veces solo, de Mary, como me pasaba con la incauta y adorable Emma. Un clarísimo homenaje a Jane Austen llevado a los años treinta del siglo XX donde se baila al ritmo de jazz en vez de una contra dance.

Una comedia de enredo al más puro estilo del cine en blanco y negro británico de los años treinta y cuarenta. Con diálogos tronchantes no exentos de malicia y segundas intenciones, en los cuales se habla de la educación, de los cambios sociales y económicos, del honor, el amor y los celos. Una novela escrita para divertir y entretener sin dejar a un lado temas tan importantes como la necesidad de un cambio social para sobrevivir a los nuevos tiempos donde la mujer debe ejercer un nuevo puesto en la comunidad.

Un cuento de hadas que emocionó a una generación, y que Gatopardo Ediciones nos trae, con la estupenda traducción de Patricia Antón, para hacer las delicias de todos los amantes de la buena literatura que quieran descansar de lecturas más comprometidas disfrutando de una novela que esconde tras ella mucho más de lo que parece. Me declaro fan de Angela Thirkell, ¿os apuntáis al club?

Undine von Reinecke ♪


Segunda recomendación musical para el libro

Esta pieza enamoró a un caballero, Bach no deja inmune, no


Biografía por la Editorial:


Fuente: Gatopardo Ediciones
Angela Thirkell (1890-1961) nació en Londres en el seno de una familia ilustrada. Fue nieta del artista prerrafaelita Edward Burne-Jones, y entre sus parientes figuraban también el escritor Rudyard Kipling, el político Stanley Baldwin, y el novelista J. M. Barrie, quien fue su padrino. Se educó en Londres y París, y empezó a publicar artículos y relatos en los años veinte. Después de vivir una década en Australia, regresó a Inglaterra. En 1931 apareció su primer libro, unas memorias de infancia tituladas Three Houses, y, en 1933, su novela cómica High Rising, con la que obtuvo un gran éxito. A partir de entonces publicó un libro al año hasta su muerte. Fresas silvestres (1934) está considerada una de las mejores novelas de su producción.

Más sobre la autora por Undine:


Angela Thirkell (John Collier)
Fuente: angelathirkellsociety.co.uk
He encontrado diferentes páginas que nos hablan de Angela Thirkell, de su vida y de su obra, pero lo que más me ha llamado la atención es la familia a la que pertenecía, con parientes tan interesantes como su abuelo, Edward Burne-Jones, o su padrino, el escritor J. M. Barrie, creador de Peter Pan. Siempre he pensado que poseer relaciones cercanas de tan grande talla es un privilegio y una condena a partes iguales, pues todo lo que se haga sufrirá agravio comparativo por la sociedad. Como amante del arte y la literatura envidio a Angela Thirkell por sus contactos, como persona admiro a la escritora por su arrojo y desinhibición a la hora de escribir sin importarle las críticas.

Ella escribió para un público que necesitaba curar sus heridas, un bálsamo para el alma, y en mi opinión consiguió su propósito, sin dejar por ello a un lado su personalidad y ética.

Os adjunto dos links de la Sociedad Angela Thirkell, la inglesa y la norteamericana, en ellos encontraréis más información sobre ella y la bibliografía completa, que espero vaya editándose poco a poco en nuestro idioma:



Comentarios

  1. ¡Quiero leerlo! Bueno, no, necesito leerlo. Me ha encantado cómo lo cuentas, eres muy buena vendedora y has generado unas expectativas importantes. Me gusta mucho el estilo y sobre todo ese humor suspicaz y con doble sentido.
    Un abrazo

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    1. Buenos días, Norah:
      ¡Cuánto me alegran tus palabras! De verdad, eso es lo que pretendía, crear expectativas, pues el libro lo merece. Es cierto que no llegará a todo el público, pero sí a una gran masa, pues Angela Thirkell escribía para muchos sectores de la población, desde los más intelectuales, a la gente que no lee con frecuencia. Su humor e inteligencia facilitaba su misión. También es cierto que su novela "no aclara el origen de las especies", pero si se la ubica en el año en que fue escrita, 1934, se entiende como una crítica incisiva a la sociedad en general, y al machismo en particular. Y todo ello con gracia, estilo y humor.
      Me ha encantado y espero que a ti te ocurra lo mismo :)
      Un beso grande y muy feliz inicio de semana!!

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  2. Me había dejado tu reseña para leerla hoy tranquilita, disfrutando ;) Me ha encantado esa introducción que has hecho sobre Inglaterra, se nota que te encanta y es un gustazo leer lo que cuentas.

    Este título me había llamado la atención por su título (me parece muy evocador), pero es la primera reseña que leo y tengo que decir que me encanta ese estilo reivindicativo de la autora. Era todo un avance que criticaran el machismo de la época a través de las letras, así que no puedo negarme a llevármela a la lista de deseos ;)

    Besitos

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    1. Buenos días, Cris:
      ¡Muchas gracias por tus palabras! Sí que me gusta Inglaterra, la he visitado con cierta frecuencia, y para mí es un paraíso cultural. Por eso leo tanta novela británica, siento empatía :)
      Con respecto al machismo atacado desde la literatura, ¡ni imaginas cuántas escritoras de esta época lo hicieron y con estilos tan diversos! Poco a poco iré reseñando autoras que dejaron su granito de arena en este campo. Pero debo decir, que de todas las que he leído, Angela Thirkell me parece la más divertida "narrativamente" hablando, pues su sutileza crítica es tremendamente humorística.
      Un beso grande y muy feliz comienzo de semana!!

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  3. Bueno, sin haber empezado el libro yo ya estoy inlof con John, así que espero que Mary tenga el buen gusto de haberlo escogido a él para enamorarse... jajaja. Nada, ya te dije que me lo había comprado y quiero leerlo lo antes posible. Soy british hasta la médula, qué le voy a hacer :)

    ¡Besote!

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    1. Mi querida Inquilina, John es ese perfecto caballero, con detalles como los de Mr. Thorton (le ponemos el rostro de Armitage), o los de Mr. Knightley, que bailaba con la más fea. Efectivamente te va a encantar.
      Pero lo que sin duda alguna vas a disfrutar es con el sarcasmo de Thirkell. Rogemos a Gatopardo Ediciones que nos sign editando sus novelas.
      Un beso grande y mil gracias por pasar y comentar!!

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  4. Hola preciosa!
    Me ha encantado la reseña sobre todo la introducción yo no he visitado Londres pero si mi nena ya ha estado en dos ocasiones y si por ella fuera se iba a vivir allí, siempre a venido encantada de sus viajes así que yo espero ir. En cuanto al libro la verdad es que no lo conocía y aunque ahora mismo no es lo que busco para mi ratos de lectura no me importaría más adelante darle una oportunidad.
    Feliz semana!

    ❀ Fantasy Violet ❀

    Besotes! 💋💋

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    1. Hola Violeta:
      Qué bien que me visites! :)
      Inglaterra es un país maravilloso, luego, no puedo más que desearte que lo visites pronto y lo disfrutes.
      La novela es estupenda, no importa que ahora no entre en tus planes, los libros siempre nos esperan.
      Un abrazo y hasta muy pronto!!

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  5. ¡Hola!
    Pues me gusta la ambientación, aunque el periodo de entreguerras no es mi favorito, y también soy muy fan de Jane Austen, sin embargo no sé si es un tipo de libro que me apetezca en estos momentos. Me alegra que lo hayas disfrutado tanto ^^

    ExcentriKs- Blog literario

    ¡Saludos!

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    1. Buenas noches:
      Muchas gracias por pasar por aquí y comentar!!
      Si te gusta Jane Austen no dejes de apuntar este título aunque solo sea para el futuro, te encantará, te doy mi palabra. Los libros tienen sus momentos y no hay nunca que adelantar su lectura, esa siempre ha sido mi máxima :)
      Un beso grande!!

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  6. ¡Hola Undine! Me encanta todo lo "british" y por lo que cuentas esta novela que además es divertida podría gustarme. Me recuerda un poco lo que cuentas al ambiente de la serie "Downton Abbey" que terminé de ver no hace mucho
    Besos

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    1. Hola Marian:
      Si te gusta lo british, este es tu libro. A mí también me gustó mucho la serie de Downton Abbey, aunque Fresas silvestres tiene un aire más a comedia y no tanto a drama. Aún así, te lo recomiendo muchísimo :)
      Muchas gracias por leerme y dejar tu opinión!! Un abrazo!!

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  7. Ayyy, me encantó "Fresas silvestres", ya lo sabes. Era la primera vez que leía a Angela Thirkell y me ha enamorado definitivamente. Me encanta por su sentido del humor y, como tú señalas, su inteligencia. Y estoy muy de acuerdo con que sigue ese camino que abrieron escritoras como Frances Burney, por ejemplo, o Jane Austen, antes que ella. La historia es genial, los diálogos dignos del gran Wodehouse, la crítica de género e histórico-social es contundente, y todo con humor y unos personajes excéntricos que enamoran. Bueno ya lo has dicho tú :-))) Oye, David Leslie ¿no te recordó muchísimo al David Larrabee de "sabrina"? ¡Queremos más Angela Thirkell! Un abrazo.

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  8. Lo tengo apuntadísimo, creo que lo disfrutaría mucho.
    Besos

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