RESEÑA: LA FAMILIA MEDEIROS, JÚLIA LOPES DE ALMEIDA

 

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Libros de Seda
Traducción: Noelia Rodriguez Otero
Nº de páginas: 352
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Género: clásicos. Primera traducción al español.
ISBN: 978-84-17626-93-8
P.V.P.: 21,00 €

Sinopsis de la Editorial

Octavio Medeiros vuelve desde Alemania, donde ha estado estudiando ingeniería, a la hacienda de su padre en Campinas, Sao Paulo. Trae con él ideas nuevas, quiere modernizar los cultivos y rechaza la esclavitud, lo que hace que se enfrente a su padre, el comandante Medeiros. Asimismo, en la casa familiar de Santa Genoveva vive ahora su prima, una joven altiva que tampoco está de acuerdo con la esclavitud, que colabora económicamente con los fondos de manumisión y que guarda un secreto que hace temblar al comandante, hombre retrógrado y dominante, casado con una mujer sumisa, sin voz ni voto, que cree que no solo puede dominar a los esclavos y dejar las cosas como están, sino también concertar los matrimonios de sus hijos sin pedirles su opinión.

Propuesta musical para este libro



Heloísa es una pieza musical en forma de vals, compuesta por la brasileña Chiquinha Gonzaga en 1897. La pianista, compositora y directora de orquesta, la primera mujer brasileña en conseguirlo, fue también pionera entre las féminas tocando el choro (instrumento de cuerda típico brasileño), y el primer músico de la historia que compuso una marcha de carnaval. Esta obra está fechada en 1899 y tiene por título Ô Abre Alas.

* Mi agradecimiento a Noemí Jiménez Furquet por darme a conocer a esta compositora.


Lo que Undine opina del libro



<Un hombre de noble corazón irá muy lejos, guiado por la palabra gentil de una mujer.> Johann Wolfgang Goethe (1749-1832)


El siglo XIX fue una centuria convulsa. El pensamiento social y los movimientos derivados de éste consiguieron cambiar la forma de gobierno de algunos países, y otorgaron el derecho al voto a un grupo privilegiado de ciudadanos, en lo que se llamó el sufragio censitario, que otorgaba el privilegio a decidir sobre las políticas y economías desarrolladas en la nación en cuestión. La Independencia de Estados Unidos y la la Revolución Francesa habían puesto en alerta a todas las monarquías imperantes, que veían peligrar unas ventajas que dieron por hechas durante siglos, y por ello, tuvieron que ceder ciertos privilegios al pueblo, para no perder del todo su posición. 

Archiduque Fernando Maximiliano y su prometida
Carlota de Belgica, (Fuente: Wikipedia)
Sin embargo, las grandes casas reinantes decimonónicas europeas buscaron contrarrestar esa pérdida de poder intentando emparentarse con las monarquías restantes de las Américas. Así lo hizo Austria, quien en la figura del archiduque Fernando Maximiliano, hermano del emperador Francisco José I y cuñado de la emperatriz Sissi, vio cómo éste se convertía en Maximiliano I de México en 1864, en una hábil conjura de intereses diplomáticos de carácter internacional. Su triste destino es bien conocido por todos, su muerte tres años después a manos de los republicanos mexicanos conmocionó al mundo entero. Sin embargo, antes de su fusilamiento, Maximiliano quiso afianzar su poder territorial, proyectando el matrimonio de su hermano menor, el archiduque Luis Víctor de Austria, con Isabel de Brasil (1846-1921). No obstante, el pretendiente ni siquiera fue considerado, ganando la partida Luis Felipe María Fernando Gastón de Orleans, uno de los dos enviados del monarca francés, que venció a Inglaterra, Bélgica y Portugal, en sus aspiraciones a conseguir la codiciada mano de la princesa.

Isabel, Princesa Imperial de Brasil (Fuente: Wikipedia)
¿Quién era esta joven de clase aristocrática que tanta admiración despertaba? Pues, ni más ni menos que una princesa que ha pasado a la historia como La Redentora, que era hija de Pedro II, el último monarca del Imperio Brasileño (1822-1889). Isabel fue la artífice en 1888 de la abolición de la esclavitud en su país, y lo hizo durante un periodo de tiempo en el que actuó como regente, debido a que su padre estaba ausente del país por motivos de salud.  La princesa brasileña fue un personaje muy amado y admirado por sus compatriotas contemporáneos, entre otras cosas, por ser una liberal convencida, antiesclavista, y una protectora de la cultura y las artes de Brasil. Sin embargo, tan sólo un año después de conseguir aquel hito social y político, tuvo que huír del país que la vio nacer, junto al resto de la familia imperial, porque se alzó la República, en un golpe de Estado que había triunfado con el apoyo de un grupo de agricultores y terratenientes conservadores, contrarios a la abolición de la esclavitud. 

En este contexto se enmarca La familia Medeiros de la escritora brasileña Júlia Lopes de Almeida, la última novedad de Libros de Seda, un libro inédito en España hasta el momento, que ha sido traducido por Noelia Rodríguez Otero, que el 20 de marzo está ya en librerías.

1ª Edición española, Editorial Libros de Seda
La familia Medeiros nos lleva al Brasil de 1887. Allí, en una hacienda de Campina, en la demarcación de Sao Paulo vive la familia Medeiros, una antigua y prestigiosa saga de cafeteros. Los Medeiros están de celebración por dos motivos: porque la hija mayor se ha comprometido con un buen partido, un rico hacendado con un antiguo apellido como ellos, y porque el primogénito de la estirpe ha regresado al hogar, tras muchos años estudiando en el extranjero. Sin embargo, Octavio Medeiros ha vuelto de Alemania con ideas progresistas. Tras finalizar sus estudios de ingeniería y conocer otro tipo de vida, el joven ya no ve con los mismos ojos de antes las ancestrales prácticas esclavistas que emplean en la hacienda familiar, y quiere modernizar los arcaicos métodos que utilizan en temas de agricultura. Por ello, Octavio se siente incómodo entre los suyos. Tan sólo encuentra algo de comprensión en su prima Eva, una joven heredera que reside con los Medeiros desde que quedó huérfana. Bien educada, altiva y con pretensiones intelectuales, la muchacha además cree fervientemente en los preceptos abolicionistas. No obstante, esas ideas revolucionarias atormentan al comandante Medeiros. El tío de Eva teme que detrás de la bondad que ésta demuestra hacia los esclavos de la finca se esconda alguna perversa intención. Y así, entre bailes nupciales, conspiraciones secretas, y cortejos de seducción, transcurren las vidas de los miembros de aquella familia, cuando en Brasil se está a punto de conseguir la abolición.

La familia Medeiros es una apasionante, romántica e interesantísima novela, que fue publicada como folletín en la revista brasileña A Gazeta de Noticias, durante los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1891. En 1892, y tras el gran éxito obtenido entre los lectores, que le sirvió como lanzadera hacia el triunfo literario a Júlia Lopes de Almeida, la editorial Publisher unnamed de Río de Janeiro sacaría el libro completo, agotándose las existencias, y dando lugar a una segunda y tercera edición.

Revista ilustrada brasileña sobre abolicionismo (1880)
Fuente: Wikipedia
Eran varias las temáticas que le interesaba abordar a Júlia Lopes de Almeida en su palpitante historia, que exploraban importantes preocupaciones socioculturales del momento. Algunas guardaban un espíritu nacional, como la lucha entre esclavistas y abolicionistas, el folclore y el sentir brasileño; y otras tenían un carácter más universal, manteniendo ocupada a toda la comunidad intelectual internacional, en cuestiones que implican la ética y la moral, con problemáticas que abordaban los avances científicos, la industrial, la agricultura, el feminismo y la política social.

Sin embargo, y tras esta pátina de gravedad que pueda mostrar la novela, Lopes de Almeida también supo imprimir al texto otros intereses de carácter argumental y emocional, amparados en sutiles tácticas narrativas, que imprimen a la novela delicadas notas románticas y sentimentales. 

Por ese motivo, la novela no sólo resulta interesante a quienes buscan narrativa histórica o social, sino que amplía el campo de posibles lectores, atrayendo a ese sector del público que busca emocionarse con un buen libro. De este modo, la escritora construyó una preciosa y conmovedora historia, en la que subyacen significativos temas intelectuales, que adereza con la narración de una apasionada crónica de amor. Créanme mis lectores si les digo que este ardiente relato amoroso trae a la mente al célebre Werther de Johann Wolfgang von Goethe. Desde mi punto de vista, Júlia Lopes de Almeida quiso rendir homenaje a la romántica herencia literaria germánica, imprimiendo con su alma a Octavio Medeiros, el joven que regresa de estudiar en Alemania, y principal héroe de La familia Medeiros. Este guiño poético resulta delicioso.

En sentido opuesto tenemos a su padre, el comandante Medeiros, un señor chapado a la antigua, acostumbrado a salirse siempre con la suya, conservador y amigo del sistema esclavista, que utiliza a sus hijos como moneda de cambio, para acordar enlaces matrimoniales que atiendan a sus intereses sociales y comerciales. Es aquí cuando la autora saca su vena feminista, haciendo una dura crítica contra el patriarcado. Y, créanme los lectores si les digo que ciertos capítulos de la historia son del todo increíbles. Válgame de ejemplo el pasaje en el que las mujeres son comparadas con ejemplares porcinos de buena raza, a los que hay que saber cruzar. Lopes de Almeida se muestra implacable en este tema.

Esclava babá y ama de leche con el niño
Eugen Kelleren la provincia de Pernambuco, 1874
(Fuente: Wikipedia)
Por otro lado, y desde mi perspectiva, el asunto que reina sobre los demás en esta novela es el de la esclavitud y las corrientes abolicionistas, que siguiendo el ejemplo norteamericano tras la Guerra de Secesión (1861-1865), trataban de imponerse en Brasil. Julia Lopes de Almeida recrea con pluma firme el ambiente que se vivía en las haciendas brasileñas donde se utilizaba la mano de obra de esclavos, describiendo con exactitud, pero sin caer en el morbo, las crueles prácticas y castigos con las que se intentaba sacar el mayor rendimiento a los hombres y mujeres procedentes de África y a algunos indígenas del país. En este punto, me gustaría comentar que la edición de Libros de Seda cuenta con un montón de interesantes notas a pie de página, en las que la traductora hace aclaraciones con respecto al lenguaje, las costumbres y los diferentes estratos sociales que imperaban entre las gentes que ocupaban las zonas rurales de Brasil. La lectura de la novela resulta una experiencia completa.

En contraste con la oscuridad que imprimen en el texto los individuos que apoyan la esclavitud, tenemos a la heroína femenina. La luz y el progreso los aporta Eva, la prima huérfana que vive con los Medeiros. Sin embargo, y en contra de lo que normalmente nos ha enseñado la literatura en innumerables novelas, la joven no es pobre, no está sola, ni tiene alma de persona desdichada, sino que está dotada de una gran personalidad, atractivo y recursos económicos, para poder vivir de manera independiente. No obstante, un terrible secreto familiar mantiene a Eva atada a sus parientes, quienes la estudian con curiosidad, admiración y, algunos, como el comandante Medeiros, con hostilidad. 

Y este misterio, que tiene ocupados a tío y sobrina en un acalorado tira y afloja, es el que imprime emoción a la novela. El lector no podrá evitar seguir atado a la lectura, mientras hace una fascinante inmersión histórica en el Brasil de la década de 1880.

Ley Áurea, 1888. Archivo Nacional de Brasil.
Fuente: Wikipedia
Debo confesar que, en mi caso particular, mientras leía La familia Medeiros iba al mismo compás investigando acerca de la historia de Brasil. La novela es tan interesante que no podía contener mi curiosidad. Gracias a eso, pude documentarme sobre diferentes acontecimientos políticos que sucedieron en el periodo de tiempo en el que se centra la novela, y conocer mejor quién se escondía tras la figura de la princesa Isabel, aquella dama tan solicitada a la que aludía al comienzo de la reseña. Gratamente me encontré con una sorpresa, ya que descubrí que fue una mujer muy comprometida con el abolicionismo, que guardaba muchas semejanzas con la heroína de la novela, y que no sólo aprobó la ley contra la esclavitud en 1888, conocida como la Lei Áurea, sino que ella misma se encargó de liberar esclavos, a los que recibía en su propio palacio.

Siguiendo con mis impresiones acerca del libro, otro aspecto que me ha cautivado poderosamente de la novela es la soberbia ambientación. La escritora construyó una impactante y cálida atmósfera, enriquecida con múltiples y absorbentes descripciones, que sumerge al lector en el rico y colorido paisaje brasileño, con sus costumbres, folclore y tradición, convirtiendo la lectura de la novela en una experiencia sinestésica, placentera y única.

No es extraño que así sea, porque Julia Lopes de Almeida no sólo mostró sus grandes dotes narrativas en esta novela, sino que recurrió a su propia experiencia vital. Tan sólo hay que acudir a su biografía para descubrirlo. En ella podemos descubrir que la escritora ubicó la historia en Campinas, una población perteneciente a Sao Paulo, donde ella misma se instaló siendo una niña junto a su familia, y lo hizo en una finca similar a ciertos hogares que aparecen en la novela.

Júlia Lopes de Almeida (Fuente: Global Voices.org
 Imagen: National Library Foundation. Archivos públicos.
Llegados a este punto, me parece significativo comentar quién era Julia Lopes de Almeida, porque durante la lectura de La familia Medeiros se pueden encontrar muchas motivaciones de la vida real, que nos hablan del ideario con el que ella se educó, mientras veía la historia de su país transcurrir, entre desgarradoras fugas y rebeliones de esclavos, que daban pie a las voces antiesclavistas, mientras el progreso entraba en el país al ritmo que marcaba la invención de la nueva maquinaria agrícola y rompedoras ideas filosóficas. Lo primero que me gustaría comentar es la singularidad que envuelve a este personaje, ya que Lopes de Almeida fue una mujer muy avanzada para su época

Nacida en 1862, en el seno de una familia acomodada, Júlia Lopes de Almeida recibió una rica educación intelectual. Apoyada por su padre, quien animó a sus hijas a escribir -la autora era hermana de la escritora Adelina Lopes Vieira (1850-1923)-, Júlia Lopes de Almeida comenzó a participar con sus trabajos en revistas como A Gazeta de Campinas cuando sólo tenía diecinueve años. Imaginemos la impresión que esto podría causar en Brasil, un país donde este tipo de trabajo de carácter intelectual estaba reservado sólo a los caballeros. 

 Filinto de Almeida (Fuente: Academia Letras Brasil)
En 1886, cuando tenía veinticuatro años, viajó a Lisboa donde, además de redactar su primera novela corta Traços e illuminuras (1887), también conoció y contrajo matrimonio con el poeta portugués Filinto de Almeida, con el que regresó a Brasil en 1888. En su país, además de mostrar una actividad productiva como ensayista, columnista, novelista y dramaturga, Lopes de Almeida estuvo muy involucrada en la fundación de la Academia Brasileña de las Letras, que comenzó a planificarse tras el alzamiento republicano de 1889, fundándose ocho años después. Sin embargo, la escritora no fue invitada a ocupar un sillón entre sus compañeros catedráticos, a pesar de contar con algunos apoyos, como por ejemplo el que mostró públicamente el escritor Lúcio de Mendoça (1854-1909), quien veía en la escritora todos los méritos que el caso requería. Empero, los caballeros académicos alegaron que no había mujeres en la Académie Française de Lettres, y dado que este organismo les había servido de inspiración, tampoco la Academia Brasileña debía alojar a ninguna fémina. El resultado fue que el marido de la escritora fue el que ocupó la que debería haber sido su cátedra, y ella se tuvo que contentar con el reconocimiento como cofundadora que se le concedió ciento veinte años después, en el aniversario de la fundación. Dejo a mis lectores que opinen sobre el tema.

Como quiera que sea, Júlia lopes de Almeida mantuvo una actividad literaria y social muy activa, no sólo en su país, sino que también viajó a diferentes lugares del mundo durante las primeras décadas del siglo XX. Primero se estableció en Portugal, para luego hacerlo en París. Sin embargo, la escritora regresó definitivamente a Brasil en los primeros años de la década de 1930, donde falleció a causa de la malaria en 1934, estando en Río de Janeiro.

Mujer liberal, feminista, abolicionista, republicana, que apoyaba el divorcio, la educación formal de la mujer, y los derechos civiles para todos los ciudadanos, sin distinción de raza, sexo o clase social, dejó para la posteridad un innumerable número de trabajos y colaboraciones para diferentes publicaciones. También quiso extender sus ideas dando conferencias y charlas de temas literarios y relativos a lo social. Su figura representa un legado digno de recordar. Quizá por ello, se recurrió a ella para participar en la exposición Mujeres escritoras del siglo XIX, compartiendo importancia junto a otras mujeres que marcaron tendencia en el mundo de las letras, como George Sand, Emily Dickinson o Emily Brontë. Mejor compañía sería imposible.

Por otro lado, su estilo literario, que muchas veces ha sido comparado con el que lucían los franceses Zola y Guy de Maupassant, transita entre el realismo y el naturalismo, con lo que todo ello implica. Sin embargo, su pluma está también provista de un acentuado espíritu propio, cálido por momentos y lacerante un segundo después, que no deja de impresionar, y que le otorga personalidad propia. Resulta justo que fuera proclamada como una de las autoras más leídas de su tiempo.

De todo ello bebe La familia Medeiros, una novela que ha sido calificada junto a A falência (1901) como uno de los mejores trabajos de Julia Lopes de Almeida. Su preciosismo literario, su acentuado carácter social, la valentía que dirige su pluma y su embriagadora ambientación, hacen que su lectura resulte agradable e inolvidable, por encima de la ahora desgarradora y luego impactante temática que acoge la  historia de esta narración.




<No progresas mejorando lo que ya está hecho, sino esforzándote por lograr lo que aún queda por hacer.> Khalil Gibran (1883-1931)



Undine von Reinecke ♪


La escritora por la Editorial


Fuente: Libros de Seda
Júlia Lopes de Almeida (1862-1934) nació en Río de Janeiro y fue una de las primeras autoras brasileñas que lograron la fama y el reconocimiento en su país. Estuvo casada con el poeta Filinto de Almeida y fue madre de la también escritora Margarida Lopes de Almeida. Escribió cuentos, novelas, ensayos y obras de teatro. Fue abolicionista y feminista.

Aunque su pluma alcanzó los más diversos géneros, destacan en especial sus obras de ficción, en las que se percibe la influencia naturalista de Guy de Maupassant y Emile Zolá. En una época en que casi todo lo que se publicaba en Brasil eran traducciones, ella y su hermana Adelina Lopes Vieira dieron aire a la literatura brasileña de su puño y letra. Fue presidenta honorária de la Legião da Mulher Brasileira (Legión de la Mujer Brasileña), establecida en 1919 y estuvo en la fundación de la Academia Brasileña de Letras, de la que fue expulsada finalmente por ser mujer.

Comentarios

  1. Hola guapa 😘
    Este es uno de esos libros con los que me surgen las dudas sobre si leerlo o no: por un lado, por la historia que cuenta y por una ambientación de la que creo que no he leído todavía nada.
    Por otro, el reflejo de la crueldad y lo peor del ser humano sabiendo que ha ocurrido de verdad y que me haría pasar un mal rato con el libro.
    Una gran reseña.
    Besos.

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    1. Buenos días, Maria.
      Es difícil aconsejar en tu caso, porque cada uno sabe cuál su grado de tolerancia ante las escenas literarias de cierto realismo incómodo. En mi caso ha prevalecido la admiración por narrativa de Júlia Lopes de Almeida. Ya me contarás si decides leer esta novela.

      Un abrazo, y gracias por la visita!!

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  2. ¡Hola! No es un libro que vaya a leer seguro pero me llama mucho por la ambientación y creo que podría regalarme un buen rato de lecturas. Además, el que sea de los mejores trabajos de la autora también me anima a leerlo. Un besote :)

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    1. Buenos días, Marya.
      Es una novela con un marcado acento realista. Pese a ello, el motivo romántico es una preciosidad, y sigue los cánones del género noveles. Si te animas con La familia Medeiros no dejes de comentármelo. Me encantará conocer tu opinión.

      Un beso y gracias por comentar!!

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  3. Querida Undine:
    Qué sorpresa hoy lunes.
    Me encanta lo que nos traes. De la Historia en general voy mal, ya lo sabes pero de esta en particular, ni idea. De algunas cosas concretas por Vargas Llosa y Allende tengo alguna noción más pero por ejemplo Brasil, un desastre. Recuerdo una época en la que buscaba libros ambientados en Río pero en la actualidad y sólo conseguí uno, Los números del elefante de Jorge Díaz.
    Pero bueno, vamos a que me ha parecido fascinante la historia de la autora y la de la novela.
    Muy injustamente asociamos estos sitios con la típica novela de españoles que en su día emigraron y las que se dieron en llamar novelas landscape.
    Me la apunto para leer enseguida.
    Besos y ¡feliz despedida del invierno!

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    1. Buenos días, Norah.
      No es normal en mí que publique los lunes, pero quiero tomarme un pequeño descanso en Semana Santa y estoy adelantando reseñas.

      Por otro lado, yo tampoco había leído antes ninguna novela referente a la historia brasileña. Gracias a La familia Medeiros he conocido un montón de datos interesantes sobre aquel país, su tradición y cultura. No obstante, lo que más me ha gustado ha sido conocer a Júlia Lopes de Almeida, su narrativa me ha fascinado. Ya me contarás lo que opinas tú cuando la leas.

      Un beso, y mil gracias por tu agradable visita!!

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  4. La autora me es conocida por su nombre, pero nunca he leído nada suyo. esta novela tiene muchos ingredientes que me la hacen muy apetecible. Conflictos sociales y familiares, derechos civiles, una mujer tan adelantada a su época, época convulsa y de grandes cambios. Muy interesante. Tomo nota.
    Tu reseña, como siempre, magnífica. Tratas el momento histórico, la novela y la vida de la autora, y haces de todo ello un relato apasionante.
    Un beso.

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    1. Buenos días, Rosa.
      Yo no había escuchado el nombre de Júlia Lopes de Almeida hasta el pasado año. Esta ha sido mi primara aventura con ella. Te aseguro que repetiré, porque su pluma es magnífica. Es una lástima que no se haya traducido hasta ahora. Por cierto, Libros de Seda también publicó La intrusa, una novela posterior de la autora.

      Un abrazo, y muchísimas gracias por tu amabilidad!!

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  5. Hola Undine, no me suelen gustar los libros que hablan sobre la vida de los esclavos, no me gusta "sufrir"... pero bueno este lo tendré en cuenta por las demás características. Gracias por acercarnos a la autora.
    Un besazo

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    1. Buenos días, Nitocris.

      Comprendo muy bien tus sentimientos con respecto a la esclavitud, yo misma siento ese rechazo hacia la violencia que muestran ciertos géneros literarios. No obstante, en mi caso, la lectura de La familia Medeiros me causó más interés que otra cosa. Ya me contarás si finalmente te decides a leerla, me gustaría conocer tu opinión.

      Un beso, y gracias por leerme y comentar!!

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  6. Hola
    No conocía la novela, no obstante, en estos momentos estoy centrada en otras lecturas así que voy a dejarla pasar.
    Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.

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    1. Buenos días.
      Lo entiendo perfectamente, yo misma tengo una lista enorme de lecturas. No obstante, si te cruzas con este libro, no dejes de darle una oportunidad, es una lectura fascinante.

      Un beso, y gracias por la visita!!

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  7. Hola, se me había pasado esta reseña y sería una pena porque lo que cuentas en ella me parece muy interesante, empezando por la autora totalmente desconocida para mi, porque reconozco que no he leído demasiada literatura brasileña, y luego con la historia que se recoge en la novela, la verdad es que tal y como la describes, lo cierto es que apetece mucho conocer a Eva, y aunque el tema de la esclavitud tampoco me entusiasma, tengo curiosidad por ver como lo trata esta escritora. Gracias por el descubrimiento y un abrazo.

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