RESEÑA: EL ENIGMA DARTMOOR, BASIL THOMSON

 Ficha Técnica:

Editorial: dÉpoca

Traducción: Susanna González y Blanca Briones

Introducción: Juan Mari Barasorda

Colección «dÉpoca Noir»

ISBN: 978-84-121291-3-7

Formato:15X23 cm 

Encuadernación: Rústica cosida con solapas. 

*Incluye marcapáginas y lámina

Nº de Páginas: 270

P.V.P. 20,90 €

Sinopsis de la Editorial

Inglaterra, 1935. El señor Dearborn, de Winterton, fallece en su casa pocos días después de sufrir un accidente de tráfico en los páramos de Dartmoor. Tanto el juez como un forense dictaminan que la causa de la muerte ha sido la conmoción cerebral sufrida durante el propio accidente. No obstante, una serie de cartas anónimas enviadas a las oficinas de Scotland Yard advierten del posible error que se está cometiendo y piden que se posponga el entierro y se realice una investigación más profunda sobre el asunto.

El elegido para hacerse cargo del caso y desplazarse al condado de Devon es el inspector jefe Richardson, famoso tanto por su juventud a la hora de ascender dentro del cuerpo como por su pericia para resolver casos difíciles. Con la inestimable ayuda del sargento Jago, Richardson comienza unas pesquisas que pronto le llevan a descubrir que por cada detalle resuelto en este misterio surgen nuevas intrigas, y todas ellas convergen en el enigma más sorprendente de todos: el propio señor Dearborn.

Propuesta musical para este libro

Midnight, The Stars And You, Al Bowlly 

Midnight, The Stars And You es un famoso foxtrot escrito por Harry M. Woods , Jimmy Campbell y Reg Connelly, que fue popularizado en 1934 por  Ray Noble y su Orquesta, junto a Al Bowlly, una de las voces más importantes del panorama musical de la década de 1930, si no el que más, tan sólo equiparado con el grandísimo Bing Crosby. A Bowlly se le atribuye el mérito de ser el creador de un nuevo estilo de canto denominado como "crooner", que se refiere a esa manera susurrante y suave de cantar, por la que destacaron grandes estrella como Tony Bennett, Bing Crosby, Ella Fitzgerald o Peggy Lee, entre otros artistas.

La elección de la pieza musical de hoy se basa en el género al que pertenece, ya que el "foxtrot" fue uno de los bailes favoritos durante la década de 1930, siendo ésta su etapa de máximo esplendor, aunque su creación se remonta a los primeros años del siglo XX. Por aquellos mismos años treinta triunfaba como escritor Basil Thomson, el autor de El misterio Dartmoor.

Lo que Undine opina del libro

<El misterio de la vida es la conexión entre nuestros errores y nuestros infortunios.> Germaine de Staël

A menudo, cuando las circunstancias nos son adversas, caemos en la tentación de preguntarnos por qué motivo somos víctimas de tal desdicha, qué suerte de lamentables circunstancias se han podido conjugar para encontrarnos en tal situación. No somos conscientes de que cada paso que damos en nuestro día a día es un eslabón sólido que nos da la oportunidad de amarrarnos a una buena vida o, de lo contrario, nos encadena de manera inexorable a una mala decisión. Este interesante motivo ha sido utilizado constantemente en la literatura. Los escritores realistas y los que vinieron después quisieron explorar este tema  tormentoso hasta la saciedad, ofreciendo al mundo de las letras profundas y sesudas obras con el fin de reflexionar. Sin embargo, hay otro género literario que supo examinar esta temática de manera muy distinta, obteniendo con sus trepidantes y absorbentes historias obras con las que el lector puede involucrarse intelectualmente sin dejar de disfrutar. Efectivamente, me refiero a los libros de trama policiaca, esas novelas subyugantes que a veces tienen un trasfondo muy negro y sangriento, y otras, en cambio, poseen ese carácter inteligente y glamuroso, que caracterizó al género en la Golden Age. 

Fuente: Editorial dÉpoca

A este último caso pertenece El enigma Dartmoor de Basil Thomson, el último título publicado por la editorial asturiana dÉpoca, traducido por Susanna González y Blanca Briones, que viene a engrosar esa lista de geniales novelas detectivescas, editadas con preciosas ilustraciones, que caracteriza su exitosa Colección Noir. Como es habitual en esta antología, el prólogo del libro ha sido firmado por Juan Mari Barasorda, experto conocedor del mundo de la criminología, quien nos introduce en el interesantísimo universo de Basil Thomson y su obra, adentrándonos también con él en un nuevo concepto, el "procedural", un subgénero de la novela policiaca por el que el escritor ha pasado a la historia, que se refiere a ese tipo de novelas detectivescas cuya importancia primordial gira entorno al proceso de investigación. 

Al hilo de ello, y aunque la completa introducción del libro nos lo cuenta de manera extendida, no me resisto a comentar quién se esconde tras el nombre de Basil Thomson, un hombre cuya propia vida explica la importancia de su obra, no sólo porque dio un nuevo sentido a la novela policiaca, como máximo exponente y precursor de la novela procedural de su tiempo, sino porque el total de su narrativa ofrece al lector una idea precisa del momento sociocultural de su país. Veámoslo.

Basil Thomson fue un autor inglés que comenzó a escribir a finales del siglo XIX y publicó sus mejores libros de trasfondo criminalístico durante las décadas de 1920 y 1930. Su figura representa lo que con frecuencia es aludido con el apelativo de “hombre del Imperio'', la trayectoria de su vida así lo indica, y la relevancia que tuvo su labor para Gran Bretaña es incuestionable. 

Escudo de Armas del New College de Oxford
Fuente: Wikipedia

Nacido en el año 1861 en la emblemática ciudad de Oxford -su padre era rector del Queen’s College, aunque un año después se convertiría en obispo de York-, el joven Thomson recibió una educación elitista en las instituciones académicas más prestigiosas del país. Tras una inestable etapa universitaria en el New College de Oxford, debido a sus constantes episodios depresivos, decidió al finalizar sus estudios viajar a los Estados Unidos para trabajar como agricultor. No obstante, el amor provocó que buscara un futuro más prometedor en el Servicio Colonial británico, y así poder ofrecer a la que se convertiría en su futura esposa la seguridad financiera que el padre de ésta demandaba. Así es como consiguió una gran carrera diplomática en Oceanía, donde ocupó diferentes cargos de importancia, llegando incluso a desempeñar un papel relevante en el proceso y establecimiento de lo fue el Protectorado Británico, cuyo tratado se firmó en el año 1900. Sin embargo, siete años antes de esta fecha, el escritor tuvo que regresar y establecerse en Inglaterra, debido a los problemas de salud que padecía su esposa.

South Sea Yarns, Basil Thomson (1894)
Fuente: bookfusion.com

Pese a ello, el tiempo que pasó en el Pacífico le sirvió para inspirar su carrera incipiente como escritor, labor que combinó, primeramente como vicegobernador en la Prisión HM de Liverpool, para luego desempeñarse como gobernador de las de de Northampton, Cardiff, Dartmoor y Wormwood Scrubs. Finalmente, ejerció como secretario de la Comisión Penitenciaria desde 1908 hasta 1913, año en el que Thomson fue nombrado Comisionado Asistente para el crimen de la Policía Metropolitana de Londres, un puesto que le abrió el camino para convertirse en el jefe del Departamento de Investigación Criminal en New Scotland Yard. Imaginad cuánta inspiración pudo encontrar Basil Thomson durante todos esos años en contacto con el mundo del delito para documentar argumentalmente sus novelas. Sin embargo, ahí no queda todo, porque, al estallar en 1914 la Primera Guerra Mundial, su trabajo en el CID derivó en labores de inteligencia militar contra el espionaje al servicio de Gran Bretaña, en estrecha colaboración con el MI5. Quizá ésta sea la faceta más glamurosa por la que se le conoce, ya que uno de los muchos e importantes interrogatorios en los que estuvo involucrado fue el de la mundialmente conocida bailarina exótica holandesa Mata Hari (1876-1917). ¿Verdad que Basil Thomson despierta mucha curiosidad?

Mata Hari (Fuente: Wikipedia)

Como quiera que sea, el trabajo que realizó este hombre como Comisionado Adjunto de Scotland Yard (1919) le proporcionó una larga experiencia en el campo criminal y le llevó, además, a tratar con diferentes problemáticas de su tiempo, relevantes en el terreno de lo social y lo político, como son el tema irlandés, los constantes conflictos con las sufragistas o la contención del creciente pensamiento marxista en Inglaterra, entre otros muchos asuntos de interés. Sin embargo, en 1921 se vio obligado a abandonar el cargo forzosamente, sin que se conozcan las razones para ello. La noticia causó un shock en Inglaterra, tan controvertida fue que llegó hasta el Parlamento, y protagonizó los titulares en The Times. Hacia el final de su vida, otro escándalo manchó su reputación, ya que en 1925 él mismo fue detenido y acusado de "cometer un acto de violación de la decencia pública", al encontrársele junto a una prostituta en el famoso Hyde Park londinense. El escritor siempre negó haber cometido ninguna falta, pero el juez que atendía su causa le encontró culpable y lo condenó a pagar una multa. 

Sea como fuere, lo cierto es que su vida y obra van ligadas y suponen un interesante y subyugante archivo criminalístico. Y todo, gracias a las experiencias que adquirió en las prisiones donde ejerció como gobernador y a la lucha que realizó contra el crimen en Scotland Yard, por lo que sus obras son un caudal de información revelador que deja ver los entresijos de las investigaciones policiales de su tiempo, al tiempo que nos da una idea de lo que sucedía en las calles inglesas en aquellos días.

Scotland House, sede de la Dirección de Inteligencia,
 dirigida por Basil Thomson (1919/21) 
Fuente: Wikipedia

Pese a que su imagen quedó empañada por los sucesos antes comentados, su oficio de escritor se mantuvo firme, y dejó para la posteridad una excelente colección de títulos, que incluyen ensayos sobre el crimen y novelas policiacas, entre las que se encuentran las protagonizadas por el inspector jefe Richardson de Scotland Yard, que tuvieron mucho éxito en la década de 1930. Finalmente, Basil Thomson moriría en 1939. ¿Verdad que su vida resulta apasionante? Conozcamos ahora qué nos cuenta El enigma Dartmoor.

El enigma Dartmoor nos lleva a las oficinas de Scotland Yard de 1935. Al despacho del superintendente Witchard ha llegado una carta anónima denunciando un asesinato que ha quedado impune en el distrito sureño de Devonshire. Sin hacer mucho caso a la misiva, el alto cargo de la policía londinense cambia de opinión y presta atención a la nota cuando, desde el condado antes mencionado, se les solicita ayuda para desvelar la veracidad de otro anónimo con el mismo mensaje. Ambas cartas revelan que la muerte de un tal señor Dearborn ha sido un asesinato, y no un accidente automovilístico como dictaminaron el juez de instrucción y las pruebas forenses. Con estas dos epístolas anónimas en la mano, el jefazo de Scotland Yard manda llamar al inspector jefe Richardson, el sabueso más joven y audaz que tiene bajo su mando, para que viaje a una localidad cercana a los páramos de Dartmoor, el lugar donde sucedieron los hechos, e investigar qué hay de verdad en estos anónimos. Junto a él irá el sargento Jago, un eficiente compañero que le ayudará a desenmarañar este intrincado y pérfido caso. 

Primera edición Fuente: Iberlibro

El enigma Dartmoor es una trepidante y sesuda novela detectivesca que fue publicada por vez primera en 1936 con el título original de The Dartmoor enigma: an inspector Richardson mystery. Esta obra supone la quinta entrega de las ocho interesantes historias que componen la serie protagonizada por el peculiar e inteligente personaje de ficción, el carismático inspector jefe de Scotland Yard Richardson, cuyo primer libro de la colección vio la luz en 1933 (Richardson’s First Case), publicándose el último en 1937. Como vemos, Thomson escribió ocho novelas en tan sólo cuatro años.

Pero vayamos al caso que nos ocupa, son varios los puntos importantes que hacen de El enigma Dartmoor una lectura destacable. En primer lugar, su preeminente dominio de los entresijos de Scotland Yard. El escritor dibuja con precisión el funcionamiento del organismo policial y perfila del mismo modo, no sólo a los personajes que pertenecen a las fuerzas de seguridad, sino a todos los que pasan por las páginas de esta emocionante novela, sean delincuentes o no. El más importante de todos, cómo no, es el inspector jefe Richardson, un jovencísimo detective que, gracias a su sagacidad y valía, ha escalado puestos muy deprisa, despertando la animadversión de los compañeros con más años de experiencia en el Yard. Esta faceta del personaje resulta muy peculiar, ya que en el momento en que apareció fue un contraste con otros detectives famosos, en este caso privados, como Sherlock Holmes, Marple o Poirot, que siempre superan con creces las habilidades de los agentes de la policía londinense. 

Shaun Evans como Endeavour Morse (Wikipedia)

Por otro lado, hay que otorgarle un original punto a su favor, la novedosa forma de proceder en su investigación. Sin embargo, hay una vertiente más de este personaje que a mí personalmente me ha llamado poderosamente la atención, y que me lleva a pensar lo mucho que influyó Richardson en el género policiaco posterior, es la similitud que tiene su singular personalidad con el también joven inspector jefe del valle del Támesis, el televisivo Endeavour Morse -basado en las novelas de Colin Dexter-, un hombre que despierta envidias por su inteligencia y eficacia entre sus compañeros, y que muestra una peculiar empatía hacia las personas con las que trata, especialmente con las damas. Mis lectores pueden decirme si estoy en lo cierto o no.

Conjeturas aparte, la compostura, seguridad y frialdad que muestra Richardson tanto en la investigación como en los interrogatorios que realiza, que se acompañan de un sentido muy agudo para la observación, despiertan admiración y las simpatías del lector apasionado que, sin apenas percibirlo, deja alinear su pensamiento con el Richardson. ¿Conseguiremos superar a éste en la investigación? 

Algo menos carismático y, sin embargo, una ayuda imprescindible para el protagonista de esta historia, es el sargento Jago, un policía trabajador y fiel a su jefe, que sigue a pies juntillas todas sus demandas, improvisando a veces para sorprenderle.

Libro sobre Scotland Yard escrito por Thomson
Fuente: AbeBooks

Frente a esta pareja de sabuesos están los altos mandos del Yard y el jefazo de la policía de Devonshire, todos ellos personajes pegados a su sillón del despacho que anteponen lo políticamente correcto a descubrir la verdad en honor a la ley. Este punto plantea otra interesante cuestión que Basil Thomson hace notar en El enigma Dartmoor, la importancia que tenía la difusión de las noticias de la prensa ya en sus días, capaces de cortar cabezas en la administración pública. 

No menos interesantes son los implicados en el supuesto crimen, una galería de personajes variopintos en género y clase social, que son la sal y la pimienta de la novela. Entre ellos hay estrellas de cine, jovencitas pícaras, abogados corruptos, inversores incautos, mineros, pasantes, directores y conserjes de hotel, aventureros, ex-convictos, amas de casa y, cómo no, alguna dama esnob de la alta sociedad. El escritor conjuga todo ello con gran pericia y gracia, para ofrecer una trama vibrante de corte y ritmo cinematográfico, que llevará a los dos investigadores del caso a viajar por una parte importante de la geografía inglesa en busca de una pista certera que les de la clave para resolver el caso. Tavistock, Bath, Bristol, Londres, incluso visitaremos momentáneamente el puerto de Dover, la acción es constante durante toda la novela. A modo de anécdota, es gracioso leer cómo el autor pone en boca del superintendente de Scotland Yard una queja, referente al dinero que Richardson se gasta en las dietas para viajar. Sin duda, esto debió ser un guiño a sus propias experiencias de la vida real.

Algunas ilustraciones de la edición de dÉpoca (Fuente: dÉpoca editorial)

En cuanto a cómo Basil Thomson presenta las investigaciones policiales, el autor refleja un mundo científico muy parecido al que conocemos hoy, ya que en aquel momento los avances forenses eran ya notables y son fundamentales para la novela. Sin embargo, el lector no debe temer enfrentarse a un sinfín de pasajes tediosos al respecto, todo lo contrario, ya que el autor hace gala de la educación que recibió en Eton y Oxford con su narrativa. El estilo de Thomson es ciertamente enérgico, característica fundamental en este tipo de novelas, pero también resulta fluido, sobrio y elegante.

Comenta en su página el escritor británico de novela negra Martin Edwards, que después de Basil Thomson ningún otro autor de ficción policial ha tenido una experiencia personal tan grande sobre la gestión de prisiones, el trabajo de inteligencia y el funcionamiento de Scotland Yard, organismos en los que Thomson se implicó de manera vehemente. También comenta que muchos autores de reputación incuestionable, como es el caso de Dorothy L. Sayers, han visto en su personaje del inspector jefe Richardson a un detective sobrio y excelente al que admirar. Pese a ello, hasta hace pocos años, las novelas de Basil Thomson habían caído en el olvido en el Reino Unido, y en España, hasta este momento, eran prácticamente desconocidas. Gracias a la editorial dÉpoca hoy podemos acercarnos a este peculiar e interesante autor que abrió a los lectores las puertas del fascinante e histórico Scotland Yard, una institución en constante lucha contra el mundo criminal, cuyos archivos contienen muchos de los oscuros misterios que envuelven a la humanidad.

<El mayor de todos los misterios es el hombre.> Sócrates

Undine von Reinecke ♪

El autor por la Editorial

Fuente:npg.org.uk (National Portrait Gallery)

Sir Basil Thomson (1861-1939).  Célebre novelista británico que fue jefe del CID (Departamento de Investigación Criminal) de la Policía Metropolitana durante la Primera Guerra Mundial. Publicó extraordinarias novelas de misterio con gran éxito durante la Golden Age. Su obra permanecía inédita en castellano hasta la fecha.