RESEÑA: EL AMOR DE ERIKA EWALD, STEFAN ZWEIG

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Ediciones Invisibles

Colección: Pequeños placeres

Número de la colección: 27

Traductor/traductora: Clara Formosa

ISBN: 9788412579338

Formato: 11,5 x 18

Páginas: 112

Encuadernación: rústica con solapas

PVP: 14.00 €


Sinopsis de la Editorial

Erika Ewald es una profesora de piano que ha vivido siempre una existencia monótona y gris, carente de amor y de alegría. Hasta que un día conoce a un joven violinista con el que comparte vocación e intereses. Conversan sobre arte y literatura, tocan Chopin juntos, pasean por el Prater de Viena..., pero ¿seguro que los dos esperan lo mismo de esta relación tan pura?


Propuesta musical para este libro

Symphony No. 5 in C-Sharp Minor: IV. Adagietto, Gustav Mahler (arreglo violín/piano)

*Crédito del vídeo: Canal de de YouTube Yuka Mawaki

El tema que el lector está escuchando es una arreglo para violín y piano del Adagietto perteneciente la Sinfonía Nº 5 del compositor austriaco Gustav Mahler, realizada por Otto Wittenbecher. La Sinfonía n.º 5 en do sostenido menor de Gustav Mahler es una de las piezas más famosas del canon del músico austriaco. El compositor la finalizó en el otoño de 1902, pero la estuvo revisando de manera constante hasta el año anterior a su muerte. La obra consta de cinco movimientos, siendo el Adagietto el cuarto, y representa un momento de reposo dentro de la obra, debido a su cadencia acentuadamente lenta. Por otro lado, el peculiar cromatismo y el acentuado dramatismo son de una extremada belleza.

He elegido este arreglo para violín y piano del Adagietto de la 5ª de Mahler, porque los protagonistas de El amor de Erika Ewald podrían haber interpretado juntos esta pieza, ya que son un dúo violín y piano. Por otro lado, Gustav Mahler y Stefan Zweig eran compatriotas y contemporáneos, y ambos fueron dos genios del momento en sus respectivas disciplinas.



Lo que Undine opina del libro



<No hay sentimiento que valga; el amor es una ocupación como otra cualquiera.> Jacinto Benavente (1866-1954)



Decía el académico francés del siglo XVIII Sébastien-Roch Nicolas, alias Chanfort, que el amor, tal como se practicaba en la sociedad de su tiempo, no era más que un intercambio de dos fantasías y el contacto de dos epidermis, una idea que, a día de hoy, no suena nada peculiar. De hecho, el comportamiento de la humanidad poco ha cambiado desde el comienzo de los tiempos. Los individuos solemos repetir conductas una y otra vez, sin que el sentido común o las experiencia ajenas nos sirvan de consejeras. Si esto lo aplicamos al universo emocional, muy comúnmente, quien más y quien menos se deja llevar sin asegurar su terrenal vulnerabilidad. Especialmente si nos referimos a las primeras experiencias.

Y si de las pasiones del corazón estamos hablando, hubo un pensador que las exploró todas con gran acierto. Me refiero a Stefan Zweig, el autor de El amor de Erika Ewald, una de las últimas incorporaciones a la colección Pequeños Placeres de Ediciones Invisibles, que recientemente la ha puesto en las mesas de novedades con la traducción de Clara Formosa Plans.

Fuente: Undine von Reinecke

El amor de Erika Ewald narra la historia de una joven pianista. Sensible, tímida y disfrutando de una discreta belleza, la muchacha lleva una vida anodina, en una casa anodina, junto a su anodina familia. Sus días son todos iguales, repartiendo su tiempo entre sus diferentes alumnos de piano, y regresando a su tedioso hogar, a la espera de que un nuevo día vuelva a comenzar. Tan sólo algún recital en el que participa o un acontecimiento musical ocasional rompen momentáneamente la monotonía de su vida. Hasta que un día, en una de esas veladas artísticas, conoce a un virtuoso violinista, al que acompaña al piano en un momento de su concierto. Desde ese momento, surge entre ambos una conexión especial.

El amor de Erika Ewald es una maravillosa, bucólica y convulsa nouvelle que fue publicada por primera vez en enero de 1904 con el título original de Die Liebe der Erika Ewald. La obra formaba parte de un compendio de relatos -La estrella sobre el bosque, La caminata y Los milagros de la vida-, recogidos bajo el mismo título de la obra protagonista de la reseña de hoy. Todos ellos fueron escritos entre 1900 y 1904. El libro contó además con las ilustraciones de Hugo Steiner-Prag (1880-1945), y corrió a cargo de la editorial berlinesa Egon Fleischel & Co. Por otro lado, El amor de Erika Ewald fue dedicada al poeta y escritor checo Camil Hoffmann, amigo de Stefan Zweig, que pereció en 1944 en el campo de exterminio de Auschwitz.

Esta fascinante nouvelle, que brilla por la profundidad psicológica con la que el autor abordó a su protagonista, la inolvidable Erika Ewald, sorprende doblemente al tratarse de una obra de juventud, ya que Zweig (1881-1942) contaba tan solo veinticuatro años cuando la escribió. El escritor, con el transcurrir de los años, se convertiría en un verdadero filósofo y maestro de las pasiones humanas, especialmente dotado para desgranar la esencia del alma femenina.

Fuente: Undine von Reinecke

Si mis lectores recuerdan, el pasado año tuve la oportunidad de reseñar Carta de una desconocida👈, también perteneciente a la colección Pequeños Placeres, y en aquella publicación ya me referí a ese tema. Realmente, desde mi punto de vista, cada obra firmada por Stefan Zweig se puede analizar de manera similar, porque los parámetros de su narrativa de ficción suelen ser siempre los mismos. Personajes complejos, dotados de un mundo emocional excepcional y turbulento; tramas aparentemente oscuras y, sin embargo, muy cercanas a la idiosincrasia del individuo; narraciones palpitantes que culminan en un clímax demoledor; y un manejo espectacular de las pasiones humanas, que proclaman a este autor en un mago de la psicología.

Sin embargo, cada obra de Zweig es única y diferente. El escritor austriaco no resulta reiterativo en sus obras, ni se repiten pautas en sus personajes. Digamos que todos ellos conforman una rica pinacoteca colmada de personalidades, que juntos muestran las diferentes facetas del sujeto. Y aunque algunos nos recuerden motivos de relatos ya leídos, tan solo son consecuentes de personajes conocidos tiempo atrás, o antecedentes de los que habremos de conocer.

Eso es lo que me ocurrió a mí cuando leí por primera vez El amor de Erika Ewald, cuya protagonista se enfrenta de manera primigenia a una pasión desconocida. En ella quise hallar la esencia prístina de la protagonista de Carta de una desconocida, que padecía un delirio romántico desbordante, confuso y demoledor, nacido a edad muy temprana. Y aunque estos términos son válidos para definir las perturbadoras emociones de ambas mujeres, cada una de ellas se enfrenta a su particular arrebato. En el caso de Erika Ewald, que es pianista y vive la música con una sensibilidad exuberante, debe enfrentarse a su propio yo para diferenciar el amor del frenesí sensual.

Fuente: Undine von Reinecke

Stefan Zweig no se lo puso fácil a su heroína. Digamos que la echó a la arena a luchar contra los leones. Es sabido que los artistas poseen una sensibilidad singular, la historia nos ha dejado buenos ejemplos de ello. Solo hay que indagar un poco en la biografía del compositor romántico Ludwig van Beethoven para conocer su atormentado mundo pasional. En el caso de la historia que nos ocupa, el autor austriaco hizo que dos músicos carismáticos se encontraran, él un virtuoso del violín, ella una pianista que venera la música del otro con ardor; de tal modo, que era inevitable que entre ambos naciera una subyugante relación, cuando sus interpretaciones les juntan. Empero, él es un hombre acostumbrado desde niño a ser admirado, ella no ha conocido nunca semejante situación. Como epicentro de todo está la música, hechicera implacable, que anula la capacidad de reflexionar. 

Por otro lado, los escenarios que recrea Zweig son particulares. El apartamento del violinista, elegante y bucólico; los bellos bosques cercanos a Viena, por donde un día Beethoven paseó; tabernas y reservados de clubes nocturnos, donde los vieneses de los albores del siglo XX apagaban sus pasiones, son algunos de los emplazamientos que sutilmente el escritor eligió. La atmósfera es por momentos embriagadora, fascinante, abrasadora, para tornarse poco a poco en agobiante, en un caleidoscopio de emociones tortuosas que el lector vive junto a la protagonista.

Con todo y con ello, el lirismo de Stefan Zweig lo preside todo. La calidez de su pluma, la elegancia de su narrativa, la profundidad de su mensaje es conmovedor. Este eclosiona en un exquisito, soberbio y melancólico final, que invita al lector a reflexionar.

Leí por primera vez El amor de Erika Ewald hace ya más de una década, mientras visitaba la ciudad de Viena. La historia de su protagonista me dejó tan impactada, que creí ver su esencia inocente en cada bello rincón vienés por el que caminaba. Esa es la huella imborrable que deja siempre la narrativa Stefan Zweig, educador emocional y maestro de almas.  



<En verdad no puedes crecer y desarrollarte si sabes las respuestas antes que las preguntas.>  Wayne W. Dyer (1940-2015)



Undine von Reinecke ♪


Otras reseñas dedicadas a Stefan Zweig: Una boda en Lyon👈, Una historia crepuscular y Carta de una desconocida👈.


*Con esta reseña participo en el reto Libros Rescatados👈, organizado por el blog amigo Un libro en un tris. Categoría libro ya leído que me gustó mucho la primera vez que lo leí.



El autor por la Editorial

Fuente: Ediciones Invisibles

Stefan Zweig

Es uno de los autores más queridos de la literatura centroeuropea. Nació en el seno de una rica familia judía. Accedió a la universidad, donde estudió filosofía e historia de la literatura, y llevó a cabo una exitosa carrera como escritor y periodista. Muchas de sus obras —entre las que destaca especialmente esta Carta de una desconocida (1922)— alcanzaron un gran éxito. Con la irrupción del nazismo, se exilió primero en Londres y después en Brasil, donde, ante la posibilidad de un futuro dominado por el Tercer Reich, decidió suicidarse


Comentarios

  1. Hola guapísima, ya sabes que me inicié con este autor con Mendel, el de los libros. Tengo en casa Carta de una desconocida y pretendo ir leyendo su obra poco a poco. Esta que nos traes me parece muy bonita.
    Un besazo

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    1. Buenos días, Nitocris.
      Carta de una desconocida es una obra fascinante. En realidad todo lo que salía de la pluma de Zweig resulta así. Tengo muchas ganas de conocer tus impresiones sobre esa nouvelle, y te invito a que después leas El amor de Erika Ewald.

      Un abrazo, y gracias por leerme!!

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  2. ¡Hola! A este libro ya le tenía echado el ojo hace tiempo, creo que es una historia que me podría gustar y, por lo que cuentas en tu reseña, me apetece todavía más. Un besote :)

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    1. Buenos días, Marya.

      Esta historia podría ser de las tuyas, efectivamente. No obstante, prepárate para un final ... Ya me dirás cuál es tu impresión.

      Un abrazo, y gracias por la visita!!

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  3. Buenas tardes Undine, creo que es imposible no caer bajo el influjo de Zweig una vez que se ha empezado a leer sus novelas. Todas las historias que cuenta son diferentes, pero todas giran entorno al ser humano, sus debilidades y sus grandezas de una forma lírica y magistral. Esta que traes hoy aún la tengo pendiente y caerá tarde o temprano sobre todo después de haber leído tu estupenda reseña. Un abrazo.

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    1. Buenos días, Mar.

      Estoy de acuerdo contigo, una vez que lees a Zweig es imposible cortar lazos con él. Su comprensión del ser humano es tan conmovedora, que siempre he pensado cómo debería ser conversar con él.
      Por otro lado, no dejes de leer El amor de Erika Ewald, se que te va a fascinar.

      Un beso, y feliz viernes!!

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  4. Buenas tardes, Undine:
    No me extraña que este hombre no soportara la época que le tocó vivir. Esa sensibilidad lo tenía que hacer sufrir lo indecible aunque por otra parte era lo que le hizo especialmente hábil para retrasar personajes del seno puesto. Fíjate que a veces incluso he pesando que ¿y si sus obras las escribía una mujer? Es una tontería pero es que la precisión con la que las retrataba era impresionante.
    Además con la música de por medio, el libro tiene que estar como todo lo suyo. Hace tiempo que no leo ninguno, esta sería muy buena opción para volver.
    Besitos y feliz estreno de mes

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    1. Buenos días, Norah.

      Estoy de acuerdo contigo, un ser tan sensible como Zweig es fácil que se ahogara en el horror que contempló. Siempre me ha dado mucha pena pensar en la angustia de su final.

      Por otro lado, el legado que nos dejó es tan enriquecedor que, en mi opinión, debería ser lectura obligada en los centros de formación. ¿No crees que tras su lectura las personas salen transformadas en algo mejor?

      Un abrazo, y muy feliz fin de semana!!

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  5. Leí esta novela en 2013. He tenido que consultar mi lista porque no estaba segura de haberla leído y porque tu reseña tampoco me recordaba nada. 2013 fue un año muy duro para mí e imagino que no presté demasiada atención a casi nada. Creo que en 2023 no leí nada de Zweig y ya va siendo hora de retomarlo, aunque tengo tanto pendiente que no sé con qué novela, biografía o ensayo hacerlo.
    Mil gracias por traer al autor a mi memoria.
    Un beso.

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    1. Buenos días, Rosa.

      Hay momentos de la vida que nos roban la energía positiva. Sin embargo, siempre he creído que son necesarios para apreciar después las cosas buenas que tenemos. Espero que la vida te haya tratado mejor desde aquel 2013.

      Por otro lado, estoy segura que en la actualidad te encantaría El amor de Erika Ewald. Tu sensibilidad es tan bonita que la apreciarías de una manera especial.

      Un abrazo, y feliz viernes!!

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  6. ¡Hola! Creo que no conocía esta historia, pero después de leerte me ha entrado curiosidad. Además tengo muchas ganas de leer los libros de esta colección porque son preciosas las ediciones :)

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    1. ¡Muchas gracias! Espero que disfrutes de su lectura.

      Un abrazo.

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  7. Lo leí hace ya unos años y me encantó, como todo lo de este autor. Tu grandísima entrada me deja ahora con ganas de releerla.
    Besotes!!!

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    1. Buenos días, Margari.
      Muchas gracias por tus amables palabras!! Sabía que compartíamos admiración por Zweig, pero me ha hecho mucha ilusión que esta nouvelle la hayas leído y te haya fascinado.

      Un abrazo, y gracias por pasar por aquí!!

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  8. ¡Qué alegría encontrar un título que sí he leído! Jejeje... Describes muy bien lo que este autor hace sentir al lector. Para mí Zweig es de esos autores imprescindibles en mi biblioteca. Hace mucho que no lo leo y fíjate lo que me ocurre. Antes me iba comprando título a título, en la edición de Acantilado. Compraba un titulo y me lo leía del tirón. Pero unos Reyes, mi marido me regaló un volumen con gran parte de su narrativa. Un tocho bueno. Pues nada, el tocho sigue con el precinto puesto. Creo que me seduce poco el volumen del libro. Zweig es para leerlo en pequeños sorbitos pero el tocho suena más a atracón y no me siento tentada. De todos modos, es un autor que me gusta y no voy a renunciar a él por el volumen del libro. Besos

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    1. Buenos días, Marisa.
      Para mí Stefan Zweig es también un imprescindible en mi biblioteca personal. De hecho, tengo todos los trabajos que han ido publicando en nuestro país. En la actualidad los voy leyendo con cuentagotas, porque hubo un tiempo que lo hacía de corrido y no creo que esa sea la mejor opción para llegar a la esencia del autor. Me agrada que coincidamos en la admiración por este gran pensador.

      Un abrazo, y gracias por tus palabras!!

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  9. Hola Undine!! No conocía este título y la temática me llama, ya que me apetecen lecturas de este tipo. Tomo buena nota de tus impresiones y me la apunto. ¡Genial reseña y gracias por el descubrimiento! Besos!!

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    1. ¡Muchas gracias! Espero que te agrade su lectura.
      Un saludo.

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  10. Tus entradas me parecen súper eruditas. No solo nos das todo lujo de detalles sobre el llibro en cuestión sino qque nos cuentas sobre las ediciones del mismo, los avatares del autor o autora, el contexto histórico y... la música que lo acompaña. Y, que no se me olvide, los recorridos que tú misma has hecho por los lugares en los que está ambientada la historia en cuestión. Me dejas alucinada con tus contenidos.
    En cuanto a esta obra concreta —no la he leído ni la conocía— y a su autor... bueno, no tengo demasiada buena opinión sobre él. Me chirrían un poco sus ideas respecto a la mujer. Creo que promocionaba un femismo mal entendido: aquel que empodera a la mujer convirtiéndola en un espejo del hombre. Y no me gusta, como su manera de suicidarse junto a su mujer, que siempre me ha parecido sospechosa. Y, sobre todo, absurda. En fin, que igual tengo que intentarlo un poco más y leer algo más de su obra. Esta me ha cautivado por su implicación con la música. Ya veremos.
    Una reseña magnífica y muy especial, Undine.

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  11. Buenos días, MJ.
    Yo te invito a que te adentres un poco más en la narrativa de Zweig. Podrás estar de acuerdo o no con sus ideas, pero verás que su actitud hacia el ser humano en general era de respeto absoluto. En cuanto a su suicidio, yo no me atrevo a juzgar. El tiempo que les tocó vivir y la experiencias personales de aquellos individuos debieron ser terribles. Hubo quienes apostaron por la vida, pese al sufrimiento físico y espiritual atroz, otros perdieron toda esperanza y sucumbieron. Me quedo con la narrativa de Zweig, siempre encontré en sus libros luminosos.

    Un abrazo, y gracias por dejar tus impresiones!!

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