RESEÑA: MANSFIELD PARK, JANE AUSTEN

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Ediciones Invisibles

Colección: Club Victoria

Número de la colección: 6

Traducción: Ana Mata Buil

Número de edición: 1ª

Fecha de publicación: noviembre del 2024

ISBN: 9788412579437

Formato: 15 x 23 cm

Páginas: 536

Encuadernación: Tapa dura

PVP: 26.00 €


Sinopsis de la Editorial

Fanny Price no es más que una chiquilla cuando sus tíos, nobles, ricos y magnánimos, la acogen en la mansión de Mansfield Park, donde podrá crecer y formarse con sus cuatro primos: Tom, Edmund, Maria y Julia. Cultos y superficiales, todos tratan a Fanny como a una inferior, excepto Edmund, que tiene un interés real por ella. 

El severo patriarca deberá marcharse a Antigua por negocios, y ese hecho, junto con la llegada de unos nuevos vecinos procedentes de Londres, los atractivos hermanos Henry y Mary Crawford, será el inicio de la irrupción de nuevas diversiones en Mansfield Park. 

Sin embargo, Fanny, por su carácter discreto y reflexivo, no acabará encajando del todo en la nueva situación y observará con tristeza la fascinación que siente Edmund por los encantos de Mary Crawford, a pesar de su clamorosa falta de principios.


Propuesta musical para este libro


*Crédito del vídeo: Canal de YouTube Sayaka Shoji - Tema

 *Provided to YouTube by Universal Music Group

El tema que el lector está escuchando es el tercer movimiento de la Sonata para violín n.º 27 en sol mayor, K. 379/373 -Andantino Cantabile-, compuesto por el músico austriaco Wolfgang Amadeus Mozart. La obra completa fue publicada en noviembre de 1781 por la editorial Artaria, que la ofreció a los suscriptores mozartianos como Opus 2, junto con las sonatas KV 296, KV 376, KV 377, KV 378 y KV 380. Este Andantino Cantabile K.379 se compone de cinco variaciones, más la repetición del tema en tiempo de Allegretto y el cierre de la pieza con una coda suavemente matizada. 

He elegido esta pieza musical para acompañar la reseña de hoy, porque su belleza y el virtuosismo expresivo de la creatividad de Mozart es similar al ingenio y chispa que encuentro en Mansfield Park, tercera obra publicada por Jane Austen, que es la protagonista de hoy.


Lo que Undine opina del libro


<La parte más importante de la educación del hombre es aquella que él mismo se da.> Walter Scott (1771-1832)


Decía el filósofo, ensayista y poeta inglés Samuel Johnson (1709-1784), que el autor que ha alcanzado fama, corre el riesgo de verla disminuir, tanto si sigue escribiendo como si deja de hacerlo, una máxima de carácter probable que, como ocurre a menudo con los asuntos de la vida, suele toparse con alguna excepción. En este caso, la salvedad podría aplicarse a una de sus compatriotas. Me refiero a la aclamada novelista Jane Austen quien, con tan sólo unas pocas obras publicadas en vida y dos más tras su muerte, consiguió la fama universal y la inmortalidad. El secreto de este insólito éxito, en mi opinión, podemos atribuirlo a su distintivo ingenio. ¿Quién sino ella se acercó al fundamento del alma humana con tan aparente ligereza y, sin embargo, tamaña destreza?

Biblioteca de Claydon House, Buckinghamshire, 2019
Fuente: Undine von Reinecke
Es por ese motivo que jamás dejarán de publicarse sus obras, esas novelas que todos hemos visto ocupar un lugar de importancia en las librerías, ya sean ediciones de coleccionista o en versión estudiantil, dejándose acompañar en cada temporada por el último bestseller de moda. 

Y hoy, lunes 16 de diciembre, día en el que se conmemora la fecha del nacimiento de Jane Austen, Lecturas de Undine se viste de gala para reseñar Mansfield Park, la última obra publicada por Ediciones Invisibles en su elegante colección del Club Victoria, que la ha puesto a nuestra disposición con la traducción de Ana Mata Buil, quien ya había traído antes a nuestro idioma Orgullo y prejuicio 👈para la editorial. Mansfield Park comienza así:

<Hace unos treinta años, la señora María Ward de Huntingdon, con solo siete mil libras, tuvo la buena fortuna de cautivar a sir Thomas Bertram, de Mansfield Park, en el condado de Northampton, y ascender a partir de entonces al rango de dama de baronet, con todas las comodidades y ventajas de una casa opulenta y unos ingresos elevados.>

Aquella dama de la que habla el primer pasaje de la novela sería conocida desde entonces como Lady Bertram. Dio al baronet dos guapos hijos varones y dos bellísimas niñas, conociendo desde ese momento la plenitud personal y la dicha familiar. Las hermanas de milady, conocidas como las señoritas Ward, no fueron tan afortunadas y se casaron de manera desigual. Una contrajo nupcias con el reverendo Norris, y se quedó a vivir en la rectoría de Mansfield Park, siendo una tía abnegada para sus sobrinos y gozando de los privilegios de la mansión; la otra hizo un matrimonio imprudente, cayendo en manos del señor Price, un marino zafio y holgazán, quien le dio una familia numerosa y un mísero hogar. Las dos damas mejor situadas vieron el enlace de la tercera como un insulto, y esta se alejó de ellas, retirándoles la palabra durante muchos años. Sin embargo, el orgullo no es buen consejero para la pobreza, y la señora Price se vio en la tesitura de rogar ayuda a sus hermanas. El auxilio le llegó en forma de apadrinamiento para su hija mayor Fanny Price, una pequeña de apenas diez años, tímida y asustadiza que, en adelante, fue a vivir a Mansfield Park. 

Fanny creció a la sombra de sus cuatro imponentes primos, sufriendo el escarnio de su tía Norris, la indolencia de lady Bertram y la mirada severa del baronet. Tan sólo el menor de sus primos, Edmund, un joven algunos años mayor que ella, supo ganarse el corazón de la niña, forjando con ella un vínculo que iba más allá de lo fraternal, al margen de los cánones establecidos para ella por los Bertram, ausente de esnobismo y severidad.

Stowe House, Buckinghamshire, 2019
Fuente: Undine von Reinecke

Y justo al llegar Fanny a los dieciocho años, cuando su querido Edmund iba a profesar como pastor anglicano y a tomar posesión de su parroquia, un nuevo grupo de personas se adhiere a la vida social de Mansfield Park. Se trata del matrimonio Grant y sus parientes Mary y Henry Crawford, dos buenos partidos londinenses, que con su riqueza y elegantes maneras pondrán patas arriba la estabilidad de Mansfield Park. ¿Cómo afectará todo esto a la humilde y formal Fanny Price?

Mansfield Park es una brillante y sagaz novela, que fue publicada por el editor londinense Thomas Egerton en 1814. La obra fue inmediatamente un éxito de ventas entre los lectores, que agotaron en seis meses la edición, publicándose dos años más tarde una segunda, a cargo del escocés John Murray, que también desapareció rápido de las librerías. Sin embargo, la recepción de la obra entre los intelectuales no fue tan positiva en un principio, datándose la primera reseña oficial del año 1821, y corrió a cargo de Richard Whately (1787-1863), que fue uno de los primeros defensores autorizados de la narrativa de Jane Austen junto con el poeta y novelista Walter Scott (1771-1832). Y aunque su opinión fue positiva, al igual que otras que vinieron después, lo cierto es que el recorrido de Mansfield Park en manos de la crítica especializada a lo largo de la historia ha sido controvertido. De hecho, en la actualidad sigue siendo la obra austenita que más dividida mantiene a la opinión pública, tanto del lado de los entendidos como del público en general. Yo misma, cuando leí la obra por primera vez, me sentí menos atraída por ella que por el resto de novelas de la autora. 

A día de hoy, al igual que le ocurrió a Lizzy Bennet con respecto a Mr. Darcy, mi opinión es muy distinta, y admiro Mansfield Park bajo un prisma de excelencia, acorde con la pluma de su autora y de su evidente madurez intelectual. De hecho, mi última lectura de esta novela me ha proporcionado tanta satisfacción, que me ha trasladado a lo mejor de la narrativa austenita, identificando en ella una labor superior de sagacidad y originalidad. Esta historia posee un entramado argumental que va más allá del archiconocido concepto de “varias familias reunidas en sociedad”, que comúnmente es asociado a las tramas que planteaba la gran escritora del periodo de Regencia. Sin ir más lejos, los victorianos creían ver en ellas tan sólo una comedia de sociedad. 

Charlecote Park, Warwickshire (2019). Fuente: Undine von Reinecke

Obra de argumento aparentemente simple, si se profesa atención a su lectura se puede hallar en ella un fondo crítico colosal. Me explico, Austen dibujó a una heroína que rompía el canon establecido, dotándola de una personalidad un tanto puritana, supuestamente poco atractiva, y la puso en medio de un círculo social variopinto, elitista y moralmente cuestionable, con el ánimo de servirse de ella para contrastar. Es por ese motivo que la pobre Fanny Price ha sufrido desde el comienzo de su singladura los más terribles apelativos que el mundo actual le puede adjudicar. Desde sosa, mojigata y aburrida, hasta ser calificarla como el epítome del antifeminismo. 

Sin embargo, Jane Austen, a quien preocupaba la problemática femenina de su tiempo inmensamente, le otorgó inteligencia y curiosidad intelectual. De hecho, en Mansfield Park, la mayor parte de las escenas de carácter intelectual están protagonizadas por Fanny. Sírvanme de ejemplo, el cuadro que sucede en la capilla de la mansión, en el que evoca el poema The Lay of the Last Minstrel de sir Walter Scott, o el momento del baile, en el que la heroína se imagina ser también su Dama de Branxholm Hall. No en vano, la escritora quiso que la protagonista actuara en determinados momentos de la historia como sus ojos, ejerciendo a su vez labores de brújula moral en la narración. Austen no era una escritora común, y a menudo su ingenio lo encontramos disfrazado. Por ello, es aconsejable leerla con detenimiento, para disfrutar de la sutil ironía de su estilo y de su hilarante crítica mordaz.

Una vez aceptado que Fanny Price no es una figura común, heroína con la que a priori no nos vamos a identificar, lo mejor es prestar atención a lo que leemos y dejarnos llevar por el interesante principio argumental. Recordemos, una niña perteneciente a una familia numerosa y de pocos recursos, es acogida por caridad en el opulento hogar de unos familiares ricos. Allí crece, se educa junto a sus primos privilegiados (en todos los sentidos), y ayuda abnegadamente a la familia en general, pero su persona es vista siempre con un halo de inferioridad, sin recibir el calor de un hogar. Digamos que la figura de la protagonista puede ser vista como un trasunto de Cenicienta decimonónica, y la cosa no tiene visos de cambiar.

Charlecote Park, Warwickshire, 2019
Fuente: Undine von Reinecke

Llegado el momento en que una muchacha es presentada en sociedad y la etapa de los enamoramientos, Fanny está siempre a la sombra de sus primas Maria y Julia, quienes han sido mimadas hasta la saciedad. Asunto diferente son sus primos varones; Anthony, el primogénito, es un heredero superficial y derrochador, que no presta especial atención a la muchacha; Edmund, en cambio, adora a Fanny y vuelca en ella sus intereses intelectuales y espirituales, naciendo entre ambos un cariño profundo, que la joven no sabe cómo manejar.

De otro lado están los adultos, Lord Bertram es un hacendado rico, uno de los primeros apellidos de la nación, y su imagen severa abruma a Fanny profundamente; su esposa, Lady Bertram, es la indolencia personificada, apoyándose en la protagonista por necesidad sin ver nada más. Finalmente, nos topamos con la tía Norris, que adora a sus sobrinas Bertram en la misma medida que aborrece a la protagonista, a la que atormenta hasta la saciedad.

Con este panorama, entre paseos por el parque y los jardines de Mansfield, reuniones para tomar el té en la rectoría, partidas de caza, y visitas sociales a otros hacendados de la región, se unen a la historia otros interesantes personajes que aumentan la tensión, e inciden en el clímax de la narración.

Me refiero al señor Rushworth, un rico hacendado de la zona, que bebe los vientos por Maria Bertram, y a Mary Crawford y su hermano Henry, que aterrizan en la rectoría de Mansfield, porque su hermanastra está casada con el pastor. Este nuevo trío de jóvenes, cada uno con su sibilina o romántica intención, interfieren en la vida de los inquilinos de Mansfield Park que, desde ese momento, ya no encuentran la paz. 

Y así, a modo de comedia shakesperiana -Austen alude al gran autor inglés en más de una ocasión-, las intrigas amorosas, las disputas familiares y las escenas costumbristas, que llevan al grupo de aristócratas desocupados y a las personas esnobs de la gentry con las que se relacionan, a organizar una función teatral, sirven de marco para la afilada crítica que Austen nos quiere mostrar. La forma de vida de la clase alta inglesa queda al descubierto, para regocijo de sus contemporáneos.

Elizabeth Inchbald, (Thomas Lawrence, aprox. 1796)
Fuente: wikipedia

Mis lectores se preguntarán qué tendrá de malo representar una función teatral. Sólo les diré que la obra en cuestión es Promesas de enamorados de Elizabeth Inchbald (1798), una obra que no cumplía con el decoro que se exigía en determinados círculos sociales del momento, especialmente a la mujer…

Sea como sea, y sin entrar en determinados datos argumentales que desvelarían el misterio de la historia, la novela transcurre en diferentes escenarios de la campiña, donde el lector penetra en los aristocráticos salones de las mansiones y pasea por sus jardines, o viaja  hasta la costa del sur de Inglaterra, para disfrutar de la vista panorámica de los grandes navíos de guerra de la flota inglesa. Todo sucede frente a los ojos de una Fanny Price abnegada que, espantada por el comportamiento de unos y la ceguera de otros, es la única figura consciente de la fatalidad que se puede avecinar.

De fondo, en el texto se tratan muchos asuntos relevantes del momento. Entre ellos, las deficiencias en la educación de las clases privilegiadas, con especial atención a la figura del heredero del apellido que, en muchos casos, era un individuo capaz de dilapidar la fortuna familiar antes de llegar la hora de heredar; también se habla de la posición del hermano menor en las grandes familias que, por falta de recursos, se veía obligado a dedicarse profesionalmente a la Iglesia, con o sin vocación. En este punto, debo señalar, que Jane Austen era una observadora privilegiada, ya que su padre y dos de sus hermanos ejercieron como pastores anglicanos, y conocía el asunto en profundidad. De hecho, durante las primeras décadas del siglo XIX, la Alta Iglesia de Inglaterra se vió inmersa en una profunda crisis, por éste y otros motivos que otro día ampliaré.

Sin embargo, donde más se percibe lo afilado de la pluma de Jane Austen en Mansfield Park es en la crítica abierta contra el comportamiento de las clases altas londinenses. Y lo hace a través de la pareja de hermanos Crawford y su círculo social, a los que dibuja como dos personas altamente superficiales y volubles.

West Wycombe Park, Buckinghamshire (2019)
Fuente: Undine von Reinecke

Y hablando de conexiones personales, muy diferente es cómo trata Austen el tema del amor en el seno familiar. Es más, la autora podría estar vertiendo sus experiencias personales en la relación de verdadero afecto que mantienen Fanny y su hermano William Price, un guardiamarina que aparece de manera intermitente durante la trama, y que es determinante para el desarrollo de la misma. A estas alturas, mis lectores ya conocerán que Jane Austen fue una hermana abnegada, y que Francis y Charles, los hermanos más cercanos en edad a la autora, fueron oficiales de la armada inglesa. Jane Austen solía introducir este motivo autobiográfico en algunas de sus novelas, y en Mansfield Park se sirve de él para llevar al lector a otro estupendo escenario.

Me refiero a la ciudad de Portsmouth, uno de los puertos navales más importantes de Inglaterra durante y después de las Guerras Napoleónicas. Allí, en aquella estratégica ciudad portuaria, donde Jane Austen pasó algunos de los años más duros de su vida, la escritora nos presenta a la familia Price, un núcleo familiar que ofrece una estampa muy diferente al lujo y la prodigalidad que Fanny conoció en la mansión de la familia Bertram. La temporada que la heroína de la novela disfruta junto a su verdadera familia es una novedad en la narrativa austenita. Es más, si la memoria no me falla, es la primera vez que la escritora se refiere de manera tan explícita a la forma de vida de las clases trabajadoras. En ese mismo sentido, encuentro en este motivo una nota de modernidad que apunta maneras hacia el realismo literario de décadas posteriores que utilizarían Elizabeth Gaskell👈, Charles Dickens👈, e, incluso, las hermanas Brontë👈.

Puerto histórico de Portsmouth, 2013 (Fuente: Undine von Reinecke)

Y ya acercándome hacia el final de esta reseña, no quiero terminar mis impresiones sin mencionar un aspecto de la novela que en los últimos años ha llamado la atención de la crítica. Me refiero al asunto colonial en relación con los antiguos hacendados de Inglaterra. La aclamada escritora de Regencia introduce el tema de soslayo, enviado en un momento dado de la trama a Sir Thomas Bertram a controlar sus posesiones en la isla de Antigua, y aunque no se entretiene en cavilaciones de ningún tipo, ahí lo deja para que el lector sepa lo que debe hacer con él. La abolición de la esclavitud en las colonias inglesas era un tema candente en aquellos días -no se aprobó la ley hasta 1833-, y Jane Austen, de alguna manera, se hizo eco de este asunto de importancia social.

Comentaba líneas arriba, que Mansfield Park era una obra mucho más compleja de lo que parece a simple vista, y que supone mucho más de lo habitual en una historia costumbrista de salón, repleta de bailes, propuestas matrimoniales, corazones rotos y guardesas de la etiqueta y el decoro. Llegados a este punto, sólo me resta destacar la maestría que denota en esta novela su autora, ofreciendo a los lectores una historia magníficamente planteada, con un soporte de subtramas que funcionan a la perfección junto a la principal, luciendo un elenco de protagonistas y personajes secundarios de primera, y con unos escenarios tan fastuosos que no podría haber una ambientación mejor para el ojo exigente. 

Sin embargo, como suele ocurrir siempre que nos embarcamos en una lectura austenita, lo más emocionante es comprobar cómo la escritora maneja las pasiones humanas. En todas sus obras, y Mansfield Park no es una excepción, saca a relucir los claroscuros de la conducta universal del individuo, poniendo ante el lector un espejo, y mostrándole cuál es su realidad. Todo ello, solapado tras una sinfonía de tonalidades románticas que habla del verdadero amor y la amistad.


<La amistad es el amor, pero sin sus alas.> Lord Byron (1788-1824)


Undine von Reinecke ♪


¡Feliz cumpleaños, Jane!


La escritora por la Editorial

Fuente: Ediciones Invisibles

Jane Austen

(Steventon, Hampshire, 1775 - Winchester, Hampshire, 1817)

Es una de las figuras más importantes de la literatura inglesa y también una de las más queridas. Sus obras, entre las que destacan Sensatez y sentimiento, Orgullo y prejuicio, Emma y Mansfield Park, son consideradas grandes clásicos de la literatura del siglo XIX.

Con un humor y una ironía finísimos, las novelas de Jane Austen constituyen una dura crítica a la injusticia de que eran objeto las mujeres de su época, a consecuencia de las leyes y costumbres en materia de herencia. Igualmente, fue una fiel retratista de las virtudes y las miserias de las clases adineradas, con un sentido del humor y una ironía finísimos.

La publicación de sus obras coincidió con la eclosión del romanticismo, pero Austen queda deliberadamente al margen de esta corriente, por su realismo sereno y su actitud equilibrada y armónica ante la vida.


Comentarios

  1. Hola Undine, a mí esta novela es una de las que más me gustan de Austen. Recuerdo a Fanny Price con mucho cariño y me pareció siempre una muy buena protagonistas, de hecho me gusta mucho más que Elinor de Sentido y Sensibilidad... además le leí en una preciosa edición con ilustraciones de Fernando Vicente que son una maravilla.
    Un besazo

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  2. Buenas tardes, Undine.
    Pues ya va siendo hora de que yo también relea Mansfield Park porque veo que lo leí en 1998. Aún así, recordaba más de lo que es propio de mi memoria, para hacer ya tanto tiempo.
    Austen es una autora que siempre se mantiene en una calidad y con un interés muy altos en todas sus novelas. Es cierto que algunas novelas son mejores o con tramas más complejas, pero hasta la más humilde, esconde muchos detalles que la hacen una autora imprescindible.
    Me ha encantado leerte y recordar Mansfield Park.
    Un beso.

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  3. ¡Hola! Jane Austen es una autora de la que no he leído apenas nada pero todas sus novelas me llaman mucho la atención. Esta es una de las que más me atrae así que espero poder darle una oportunidad en algún momento de mi vida. Un besote :)

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