RESEÑA:"TROIKA": "LA PERSPECTIVA NEVSKI", "MI VIDA", " LLUVIAS PRIMAVERALES"
Fuente: @undine.von.reinecke |
Datos del Libro
Colección: Literatura
Autores: Antón
Chéjov, Iván Turguéniev, Nikolái Gógol
Páginas: 459
Formato: 13
x 20 rústica con sobrecubierta y cuadernillos cosidos
ISBN 13 978-84-16968-73-2
Traductores: Víctor
Andresco Kuraitis
Edición: Víctor
Andresco
SKU: LIT107
CATEGORÍA: Novedades
Precio: 22,95 E
Descripción de la Editorial:
Rendimos homenaje a uno de los mayores traductores de la
literatura rusa, Víctor Andresco Kuraitis, de la mano de su hijo, el también
traductor Víctor Andresco. Se recopilan aquí tres de los mejores títulos de
Gógol, Chéjov y Turguéniev, colosos de la narrativa que no ocultan su condición
de precursores de la prosa moderna. Un singular y privilegiado viaje por las
sinuosas rutas de la memoria y la identidad de Rusia.
"La perspectiva Nevski", la
principal de las novelas de Gógol centradas en San Petersburgo, es esencial
para entender la hondura y la complejidad de su radical apuesta narrativa.
"Mi
vida", de Chéjov, pasó enseguida a la historia como el mayor y más logrado
alegato a favor de la libertad del hombre en los estertores del zarismo.
Y con "Lluvias primaverales" Turguéniev alcanzó la más depurada fórmula de su personal
visión del amor como motor de la humanidad.
Con esta "Troika" Víctor Andresco
rinde homenaje a su padre, escritor, periodista y traductor, hijo de rusos
exiliados en Suiza y Francia llegados a España al final de la Primera Guerra
Mundial, que en 2019 hubiera cumplido cien años.
Recomendación Musical Para Este Libro
Compuesta por Modest Músorgski (1839-1881), en 1874.
Lo que Undine opina del libro
"Troika"
Troika. Fuente: criticalcommons.org |
Bajo el acertado título de “Troika” (Carruaje ruso grande y montado sobre patines que
va tirado por tres caballos), se engloban tres novelas de tres de los mejores novelistas
rusos decimonónicos.
Grandes representantes de lo que se ha dado a llamar el
“Alma rusa” (русская душа), término que se refiere a una forma peculiar y característica del pueblo ruso de sentir y de
crear.
Bajo este sentir se acogieron muchos creativos del siglo XIX, a los que les unía un ferviente amor por su tierra ensombrecido por la decadencia de la sociedad, la opresión del
régimen zarista y la pobreza de un pueblo, que aún sufría la esclavitud.
Compositor Musical Glinka Fuente: http://elaguijonmusical.over-blog.es |
Estos artistas e intelectuales, que entre
ellos tenían sus más y sus menos, encontraron un punto de conexión: la mirada
hacia su cultura, el ensalzamiento de los valores morales de sus grandes
maestros (Glinka en la música , Pushkin en la literatura), tomándolos como
referentes y modelos, un pensar
nacionalista que pretendía levantar y lanzar a Rusia hacia el progreso.
"El adios de Pushkin al mar" Fuente: ABC.es |
Como
decía, en el mundo de la literatura el referente fue Pushkin, quién marcó el
camino a sus compatriotas: Tolstoi, Dostoievski, Lérmontov, Gógol, Chéjov y
Turguéniev. Ellos finalmente posicionarían la literatura rusa en lo más alto
del panorama narrativo.
Debo decir, que aunque hace años que leo y disfruto de la
literatura rusa, no ha sido hasta ahora que mi camino lector se ha dirigido
hacia el estudio comparativo en el ámbito del Alma Rusa. He de agradecer a “Troika” que así haya
sido, sumérgiendome por unos días en el
placer y deleite del más bello arte que se pueda encontrar. Músicas y
narraciones que me han llevado a un crecimiento intelectual interior del que espero seguir gozando en el
futuro.
Pero, ¿cómo trasmitir lo que he vivido con este libro? No se
me ocurre mejor manera que dejar hablar a Turguéniev:
<...¡Gógol ha muerto!...¿qué corazón ruso no se conmociona
por estas tres palabras?...Se ha ido, el hombre que ahora tiene el derecho, el
amargo derecho que nos da la muerte, de ser llamado grande....>
Iván Turguénev (1852)
Estas palabras, que Iván Turguéniev escribió a la muerte de
Gógol y que le costaron la cárcel y posterior exilio, representan el fervor
y el respeto por lo más sagrado que estos escritores tenían: su palabra
escrita. Con ella denunciaban los abusos. Con ella ensalzaban los actos
heroicos propios y ajenos en forma de publicación. Respeto y admiración que
se ven reflejados en los relatos que estoy comentando, y que todo lector, por
alejado que esté de las penurias y acontecimientos que contemplaban estos
escritores, no puede más que conmoverse y admirarse con el corazón palpitante.
Una novela ésta, “Troika”, que me ha abierto un nuevo mundo de conocimiento, un mundo más cercano de lo que parece y que trae sones de
actualidad.
De la edición, comentar lo cuidada y bonita que es. Con ilustraciones que dan color y categoría al libro, y una encuadernación de lujo, que yo, como amante de los libros que soy, atesoraré en mi biblioteca.
Un brillante y emotivo homenaje para el que fue traductor de
estas novelas, Victor Andresco Kuratis (San Sebastián, 1919- Madrid, 1983), en
el centenario de su nacimiento y que prologa y edita su hijo, Victor Andresco, a quien quiero
felicitar de todo corazón y agradecer esta inmensa publicación que tanto me ha
dado.
Paso ahora a comentar las narraciones: “La Perspectiva
Nevski” (1836, Gógol), “Mi vida” (1896, Chéjov)
y “Lluvias primaverales” (1872, Turguéniev).
"La Perpectiva Nevski"
(Gógol)
Avenida Nevsky Fuente: Wikipedia |
La Avenida Nevski es una de las calles más famosas de la
ciudad de San Petersburgo. Cuando Gógol llegó allí siendo aún muy joven con
grandes y románticos sueños, se topó con una ciudad bellísimamente diseñada. De
entre todas las calles por las que caminaba, una le llamó la atención: la
avenida Nevski. Casi cuatro kilómetros de longitud, repletos de palacios y
tiendas, es junto a París precursora en la idea de boulevard y centro comercial,
un hervidero de paseantes y curiosos que se dejan ver.
Ya en tiempos de Gógol era un lugar de contrastes, que él
supo identificar muy bien, a diferencia de otros artistas e intelectuales contemporáneos, que eligieron dicha avenida
como lugar ideal de residencia sin prestar atención más que a la moda y la elegancia
del lugar. Quizá el motivo fuera la
herencia ucraniana de Gógol: esa genética romántica, amante fiel de la tierra y
las raíces profundas de su cultura, que veía cómo lo que se hace llamar “Alma
rusa”, estaba desapareciendo y siendo absorbida por occidente.
Lugar de moda ya en su época, hablamos de los años treinta del
siglo XIX, el cambio de transeúntes marcaba las horas del día en la avenida
Nevski. El relato de Gógol comienza así:
<”No hay nada mejor que la perspectiva Nevski, al menos
para Petersburgo; lo constituye todo para la ciudad. Nada le falta a esta
calle, verdadera belleza de nuestra capital.>
El lector se sumerge en un relato mediante la palpitante
descripción que de la famosa avenida hace el literato. Y entre bellísimos
adjetivos, que describen las cualidades del lugar y sus visitantes, pasa desapercibida
la palabra “perspectiva”, un sutil indicativo de punto de mira, que es el que
nos va a contar Gógol. Utilizando el humor y el sarcasmo nos pone sobre aviso,
nos indica que en algún momento algo dará al traste con ese cuadro costumbrista
de virtudes. Veamos un ejemplo:
<En ninguna parte al encontrarse la gente se saluda con
tanta nobleza y soltura como en la perspectiva Nevski. Aquí encontrará usted la
sonrisa única (…) Hay un gran número de gente que al cruzarse con usted
indefectiblemente le mirará los zapatos, y cuando usted se haya pasado se
volverá para mirar los faldones de su levita (…)>
El relato fluye de manera poética entre aromas deliciosos y
visiones idílicas, palabras y descripciones engañosas que van marcando los diferentes momentos y ritmos del día, hasta detenerse en una
pareja de amigos: uno, pintor; el otro, militar. Ambos amigos se fijan en dos
beldades y hechizados por su belleza,
sus caminos se separan, no sin antes adentrarnos en sus diferentes
personalidades, que representan las debilidades que Gógol ve en el pueblo ruso. Es en este punto justo donde Gógol
aprovecha para hacer apología de su pesar.
"Gógol" (Moscú, Escultor Z. Vilensky Fuente: 123rf.com |
Con una prosa digna de la más bella lírica, el autor nos
relata dos sucesos que parten de ideas contrarias: el alma pura que se deja
encandilar por la belleza exterior, contra el ser vil que saca provecho de su
poder. Fuerzas contrarias que llegan a un mismo punto: la
belleza engañosa, que seduce con encantos vacíos y superficiales lleva al
desastre, y a la aniquilación del alma. Una adoración a dioses paganos, que, como
sucedió a otras civilizaciones y culturas pasadas, lapidará el Alma Rusa.
Pasión, inteligencia, valentía y un toque de locura. Así es “La perspectiva Nevski”, así era y será siempre Gógol.
"MI VIDA, RELATO DE UN PROVINCIANO"
(Chéjov)
<El encargado me dijo: “Le tengo a usted aquí sólo por
respeto a su venerable padre; de lo contrario hace mucho tiempo que hubiera
usted salido volando”. Yo le dije: “Me lisonjea usted demasiado, excelencia, al
suponer que yo sé volar”. Luego, oí cómo decía: “Llévense a este señor; me
ataca los nervios”.>
Así da comienzo “Mi vida, relato de un provinciano”. Sin
presentación, ni introducción alguna, Chéjov, , nos avisa a los lectores de que
esta no va a ser una novela pacífica, sino todo lo contrario. Nos arma para la
batalla emocional.
El protagonista, Misaíl, es el hijo de un arquitecto de
provincias perteneciente a la nobleza. De familia adinerada, se ha pasado los
últimos tiempos de trabajo en trabajo, sin conseguir permanecer mucho tiempo en
ninguno de ellos.
Harto del tedio de estas labores burocráticas sin utilidad
alguna, decide dar un cambio a su vida buscando un oficio que sirva de provecho a
la sociedad. Su elección, pintor de brocha gorda, será un escándalo para la comunidad
entera.
"Ultimo día" (Perov, 1885) Fuente: http://devaneosmodernopeterpan.blogspot.com |
Vilipendiado por los de su clase, desheredado por su padre y
despreciado por las gentes humildes, será objeto de burlas y desprecios, que no
le harán cambiar su decisión, sino todo lo contrario: le llevarán a un proceso
interior donde el desarraigo será la cura interior contra la apatía y el dolor
que la decadencia de la sociedad en la que vive le han provocado.
¡Qué hermosa a la par que triste novela! Bellísima, porque
Chéjov posee en su pluma la emoción y el duende del artista, pone armonía y
dulzura en su héroe, Misaíl, hombre sencillo que quiere ser honesto consigo
mismo y para el mundo. Y triste, porque, pese a los intentos del protagonista
por abrirse camino, sin molestar intencionadamente, ni agredir a la comunidad,
es contrarrestado por el patetismo de la ignorancia, que frena el progreso y el
entendimiento social y humano. Cada escena, cada acontecimiento que se suceden
en el relato, tiene la dualidad del bien y el mal, belleza y tosquedad; asimetrías que dejan claro al lector que esta lucha es agónica.
"Inundación de primavera" (Levitan, 1897) Fuente: http://devaneosmodernopeterpan.blogspot.com |
Pese a todo,
Chéjov, hombre progresista, de cabeza lúcida y de mirada puesta en otros
horizontes más humanos, abre una puerta a la esperanza. En el último pasaje de
la novela, su mensaje transmite esta idea: “No, lector aún no ha llegado el momento, no estamos preparados,
pero llegará el día”.
¡Qué emocionante es leer a Chéjov! ¡Cuánto amor pone en sus
personajes, héroes y antihéroes! A todos ellos dota de carisma: protagonistas de la atmósfera que vivía el
pueblo ruso, sociedad que agonizaba bajo el yugo del régimen zarista (aún no ha
despertado del yugo feudal, pese a la abolición que en 1861 se hiciera de la
esclavitud).
Mi personaje favorito sin duda alguna es Cleopatra, la hermana de
Misaíl. Ella representa la sociedad entera, esa que se deja zarandear según venga
o vaya el viento, carente de personalidad fuerte y que, cuando la lucidez de
espíritu aparece, no tiene fuerzas
suficientes para luchar, pero, no obstante, lleva dentro de sí la llama que
encenderá la hoguera de la libertad. Es curioso que Chéjov utilice
precisamente a Cleopatra para mencionar a Gógol. En una escena del libro
podemos disfrutar de la opinión que Chéjov tenía de éste:
<Todos los días le leía a Ostrovski o a Gógol, él
escuchaba, mirando a un punto, sin reírse, moviendo la cabeza, y de vez en
cuando balbuceaba para sí:
-¡Todo puede ser!
¡Todo puede ser!
Si en la obra
aparecía algo feo, inconveniente, entonces decía con tono malvado,
indicando con el dedo el libro:
- ¡Vaya con la mentirosa! ¡Hay que ver lo que hace la
mentirosa!
Las obras le atraían por su contenido, por su moral y por su
compleja construcción artística (…)>
Delicioso pasaje de una breve pero gran novela,
imprescindible para los amantes de la literatura con letras mayúsculas, y que, a
mí particularmente, me ha tocado el corazón.
"Lluvias Primaverales"
(Turguéniev)
Cual lluvias primaverales,
los años alegres,
los días felices,
pasaron como una exalación…
(De un antiguo romance)
Con estos bucólicos
versos, que expresan lo efímero de la vida, da comienzo “Lluvias primaverales”, la cual pertenece a
esas novelas cortas que Turguéniev escribió en su última etapa fuera de Rusia,
perdida ya toda esperanza de
entendimiento con su país. De ahí la tristeza que emanan esos primeros versos, y que preparan emocionalmente a quien se acerca a la obra.
Como si de una película en blanco y negro se tratara, el
lector escucha una melodía imaginaria, siente que un foco se enciende e ilumina a un personaje: Dimitri Sanin
anciano, que volviendo de una exitosa velada, regresa agotado y hastiado a su casa. La inquietud
ante algo desconocido le agita, y comienza a remover los cajones de su
despacho. En ellos encuentra algo que en otro momento lejano de su vida
significó mucho para él. Dicho hallazgo le hace rememorar tiempos pasados, y así
comienza la historia.
Munich Fuente: ef.com.es |
Dimitri Sanin es un joven de la nobleza campestre rusa, que
habiendo heredado cierta cantidad de
dinero, hace un viaje por Europa para disfrutar de la cultura y el arte que
occidente atesora. Habiendo gastado la totalidad de lo que poseía en el
momento, decide volver a sus posesiones en Rusia, pero hace un alto en Munich,
donde debe esperar unas horas hasta coger la diligencia que le llevará a Berlín.
La suerte, o el destino hacen que pare en una confitería. Allí, su buen juicio
logra que salve la vida de un joven. La familia del muchacho y más
concretamente su hermana, le están muy agradecidos, y le ruegan que vuelva en unas horas para
agradecerle como merece el acto heroico que ha realizado. Eso dará lugar a una
serie de situaciones donde el honor, el amor y las malas compañías, harán que
el destino de los personajes cambie y sea beneficioso para unos y fatal para
otros.
Tercera pieza de “Troika”, tercera belleza literaria. Confieso que me extrañó mucho que la editorial
Reino de Cordelia eligiera “Lluvias Primaverales” para finalizar su publicación, no por la calidad de la obra, que es extraordinaria, sino por la profundidad
crítica y espíritu eslavo de las piezas que la preceden, y que me llevaba a
pensar en una última obra culmen en el mismo sentido, para cerrar la tríada. Y
así ha sido, pero no del modo esperado.
Lluvias primaverales es la más internacional de las obras
que componen “Troika”. La mirada Turguéniev, siempre cambiante entre la Madre Patria Rusia y Occidente, hace que el corazón del buen escritor sea ruso, y la
cabeza y el buen juicio viajen hacia occidente.
Como si de una parábola se tratara, Iván Turguéniev, nos cuenta una bonita y
romántica historia, que recuerda a las novelas francesas y alemanas
contemporáneas, pero con la clara personalidad del autor, ruso aunque le
tacharan de occidentalista. En ella convergen enamoramientos, héroes, duelos y
malvadas mujeres, que harán de la novela una trepidante historia: un drama
apasionante y conmovedor, que el lector no podrá dejar voluntariamente, y que
aboga por abandonar definitivamente la decadencia en la que vive Rusia: el
sistema esclavista (se dice que obra
ayudó a terminar con la esclavitud en Rusia, así como “La cabaña del tío Tom”
lo hizo en Norteamérica), y la pérdida de la moral sólida . Esa moral la
encarnan para él los grandes creativos rusos representantes del más puro
nacionalismo, entre otros los espíritus de Glinka o Pushkin. Un ejemplo
de ello lo encontramos en el siguiente pasaje. En el aúna la magia del
sentimiento patriótico, con la grandeza y el progreso que Turguéniev ve en
Europa:
<”(…) primero recitó, después tradujo y luego cantó el
poema de Pushkin “Recuerdo el maravilloso instante”, con música de Glinka,
estrofas de tono menor que falseó ligeramente. En este punto, las señoras
llegaron al éxtasis; frau Leonor descubrió, incluso, en el idioma ruso un
parecido extraordinario con el italiano”>
Los personajes que en “Lluvias primaverales” aparecen son
variopintos, y dignos de un drama operístico de Rossini. No en vano, el gran
amor de Turguéniev fue una diva del bel canto, Paulina García de Viardot, con quien compartió
su vida, y a quien menciona solapadamente al final de la novela:
<“Sanin abandonó Petersburgo, en un invierno nevado,
recién alquilado y amueblado un magnífico piso, incluso con un abono para las
representaciones de la ópera italiana en la que actuaba la propia señora Patti,
¡la misma señora Patti!”>
Otro personaje de la ópera cómica es el bueno de Pantaleón,
un viejo cantante operístico venido a menos, que está al servicio de la familia
que acoge en Munich al protagonista, y que hará las veces de conciencia,
encarnando a su vez la nota humorística que quita peso dramático a la novela .
Los personajes masculinos en general son arquetipos de la
sociedad imperante: el noble de buen corazón, pero desorientado; el militar
frívolo, pero con conciencia; el joven valeroso que lucha por la nueva patria; el noble rancio y ocioso que se burla del mundo…
"Estatua de la Libertad" (New York) Fuente: enelmundoperdido.com |
Pero donde verdaderamente está la esencia de nuestra
“parábola” es en los personajes femeninos: Gemma y María Nikoláievna Polozova.
Ambas encarnan el progreso y lo pútrido de la sociedad caduca, respectivamente.
Gemma es Italia: el arte, la música y la cultura; el conocimiento que viaja
hasta las Américas, ese nuevo mundo en el cual el progreso tiene espacio, donde
cualquier persona puede empezar de cero y, como el ave Fénix, resurgir. María Nikoláievna Polozova, por el
contrario, es Rusia: es el vicio, la maldad, lo ponzoñoso del régimen zarista;
un personaje que recuerda claramente a la madre de Turguéniev, mujer vanidosa y
manipuladora que destrozaba a toda persona que se fijara en ella. Y que influiría en el pesimismo de la obra de Iván turguéniev, como asevera Javier Marías en su obra "Vidas escritas".
Los Autores, vida y obra:
Nikolai Vasilievich Gógol (1809-1852)
Gógol Fuente: Wikipedia |
Escritor ruso nacido en Soróchintsy (actual Ucrania), el 20
de marzo de 1809 y fallecido en Moscú, el 4 de marzo de 1852. Perteneciente a
una familia acomodada, de padre terrateniente y madre perteneciente a la baja
nobleza, quedó huérfano de padre a la edad de 15 años. Esta tragedia familiar afectó sumamente a la madre, refugiándose en la religión
(ortodoxa), lo que influiría mucho en la educación y personalidad de Gógol y marcaría la dirección de su vida y obra.
En 1828 se trasladó a San Petersburgo, donde tomaría contacto
con las corrientes románticas del momento mientras se dedicaba a trabajos
burocráticos para el régimen zarista, haciendo también sus primeros trabajos
literarios y publicando con dinero de su bolsillo, un poema (Hans Küchelgarten), el cual pasó inadvertido.
La suerte hizo que conociera al escritor Aleksandr Pushkin,
quién le tomó como ahijado ayudándole a abrirse camino en el mundo de la
literatura . A su vez le encontró trabajo de maestro y posteriormente, como profesor de Historia Medieval en la
Universidad de San Petersburgo (1834-1835), abandonando más tarde esta
dedicación por falta de preparación suficiente.
De esta época datan sus primeros relatos, que dedicaría a
las tierras ucranianas donde nació y vivió hasta los diecinueve años, “Veladas
en un caserío de Dikanka”, ocho relatos que se publicaron en diferentes
revistas, y que cuando el escritor contaba veintidós años se reunieron en un
libro. Más tarde dedicaría a la ciudad que lo acogió, San Petersburgo, otros cinco relatos: “La
avenida Nevski”, “El Diario de un loco”, “El capote” y ”La nariz”. Pero no
sería hasta 1836 que su carrera literaria despegaría con la publicación de “El
inspector”, comedia que le dio el reconocimiento del público. El tono
aparentemente burlón de la obra provocó gran controversia , esto hizo que Gógol
decidiera emigrar a Roma, lugar que consideraba idóneo para la creación
artística, como cita en “La avenida Nevski”.
Pasó los cinco años siguientes viajando por diferentes
ciudades europeas. De esa época datan sus obras más importantes, “Almas muertas”
(1842) y “Taras Bulba” (1835/1842 publicación definitiva).
En 1848 Gógol peregrinó a Jerusalén llamado por sus
fervientes sentimientos religiosos. A su regreso de Tierra Santa y bajo el
influjo de sus fuertes sentimientos cristiano ortodoxos, el escritor decidió abandonar
su carrera literaria y dedicar su vida a la religión. Fue acogido en el seno de
la familia del conde Alexander Petrovich Tolstói, allí terminaría sus días
entre la locura y sus demonios interiores, no sin antes quemar el manuscrito de
la segunda parte de “Almas muertas”, dictado por su conciencia.
La obra de Gógol está en un principio influída por el
espíritu de Pushkin, padre de la novela rusa moderna. De él tomó su mirada
romántica y el tono satírico, al igual que sus ideas reformistas unidas a sus creencias
religiosas que rozaban el fanatismo. Además su estilo satírico no fue bien
entendido ni acogido entre los liberales rusos, quienes tachaban su obra de
patética.
Antón Pávlovich Chéjov (1860 - 1904)
Chéjov Fuente: Reino de Cordelia |
Nacido en Taganrog, a orillas de mar Azov y fallecido en Badenweiler, balneario en la Selva Negra.
Narrador y dramaturgo ruso. Considerado el representante más destacado de la
escuela realista en Rusia. Su obra es una de las más importantes de la
dramaturgia y la narrativa de la literatura universal.
Procedía de una familia de escasos medios, cuyo abuelo fue
un siervo de la Gleva. Su padre se dedicó al comercio y consiguió comprar su
libertad y la de su esposa e hijos.
El joven Chéjov realizó
sus primeros estudios en su ciudad natal. Ya en Moscú ingresó en la Facultad de
Medicina en 1879. Cuando cursaba sus estudios universitarios comenzó a
publicar narraciones humorísticas en diversas revistas, las cuales fueron
recogidas en el libro titulado “Cuentos de varios colores”. Gracias a estas
publicaciones fue capaz de mantener a su familia, pues el padre estaba
arruinado.
Su carrera literaria estuvo alentada por Grigorovich y por
el director del periódico Novoe vremja (Tiempo nuevo), Suvorin, con quien
estableció una gran amistad y viajaría por vez primera a las grandes
capitales europeas en 1891.
En 1888 consiguió el éxito , siendo liberado su estilo por
fin de las connotaciones humorísticas, para volcarse en lo social.
Fue también en 1888 cuando apareció publicado su relato “La
estepa”, que marcaría el estilo de su narrativa mostrando representación del inconsciente colectivo de la Rusia a finales del siglo XIX. De esta
época es también “Una historia aburrida” (1889), que estudia la mente de un
viejo profesor de medicina, profesión que Chéjov practicó ocasionalmente. Esta narración pertenece a los llamados “Relatos Clínicos” que tienen
por protagonistas a enfermos físicos o mentales.
En su vida no hubo demasiados cambios, salvo el viaje que
realizó a la isla de Sakhalin, atravesando Siberia y
regresando por la costa India. Allí vio la cara más oscura del régimen zarista.
De este viaje se hará eco en el libro “La Isla de Sakhalin” (1891).
Pese a sus
éxitos literarios, Chéjov no cambió su mirada social, prestando atención a los
problemas ajenos. Un ejemplo de ello es el auxilio sanitario que prestó durante la penuria que azotó a la Rusia meridional en 1892/1893, sin cobrar nada a cambio. Él mismo escribiría lo siguiente:
“La medicina es mi esposa
legal; la literatura, sólo mi amante”.
Impartió clases gratuitas de higiene en
un dispensario que construyó para intentar luchar contra las epidemias y
atendía gratuitamente a los campesinos, sin cobrarles tampoco las medicinas.
La mayoría de sus obras fueron escritas en su finca de
Melichovo, cercana a Moscú. De allí tuvo que trasladarse junto con su esposa (
la actriz Olga Knipper, con la que había contraído matrimonio en 1902) a Crimea debido a haber enfermado de tuberculosis. Desde allí viajó a Francia y Alemania para hacer sus curas de salud.
En el terreno político sus ideas dieron un giro hacia la
izquierda en los últimos años del siglo, alejándose de sus primeras ideas más
conservadoras. Por este motivo y por tener que anular por mandato superior el nombramiento de Gorki como miembro
honorario de la Academia, Chéjov renunció a su cargo en ésta.
Primera Edición de "Tres Hermanas" Fuente: Wikipedia |
Por esta época le llegó el éxito teatral con “La gaviota”,
que fue dirigida esta vez (había fracasado anteriormente en San Petersburgo) por Konstantin Stanislavski y Vladimir Nemirovich-Danchenko. Esto le llevó a
animarse a escribir dramas, publicando posteriormente sus éxitos: "El tío Vania" en 1898-99, "Tres hermanas" en 1901 y "El jardín de los cerezos" en 1904. Con ellos crearía un estilo propio; una atmósfera que se ha dado a llamar
chejoviana y que se refiere a un particular estado de ánimo de un alegre
melancólico.
Chéjov se consideraba a sí mismo un escritor de relatos. Decía que
componía sus obras como si fueran un artículo periodístico y aunque no
pretendía hacer poesía, un agudo sentido de la estética no faltaba en sus
escritos:
“He escrito mis relatos de la misma manera que los
reporteros redactan sus notas sobre los incendios, de manera mecánica, apenas
consciente, sin preocuparme lo más mínimo por el lector o por mí mismo”.
En 1902 terminaría su penúltimo relato “El obispo”. En él se
encuentran claras notas autobiográficas del autor.
Funeral de Chéjov Fuente: Wikipedia |
Chéjov había pasado
muchos años de su vida enfermo por haberse contagiado de tuberculosis al tratar a
sus pacientes. En mayo de 1904 se encontraba muy grave y se trasladó
a un balneario alemán para ser tratado, pero fallecería el 15 de julio
del mismo año.
Alejado de toda ideología y religión, fue un hombre
progresista y liberal. Nunca pretendió ser un moralista, pero sí una persona
responsable y ocupada por el bien social. Dotaba a sus personajes de voz
propia, para que la obra hablara por sí sola. No pretendía por tanto aleccionar, sino
reflexionar.
No siempre la obra de Chéjov fue bien recibida, pero en sus últimos años de vida su producción tuvo mucha importancia e influencia en el
panorama internacional, concretamente en Inglaterra, donde gozaría de
gran éxito en la década de los veinte del siglo XX.
https://www.alohacriticon.com/literatura/escritores/anton-chejov/
http://blog.teatroscanal.com/2016/01/22/algo-tendra-el-teatro-de-chejov-cuando-lo-bendicen/ (foto leyendo)
Iván Sergueievich Turguéniev (1818-1883)
Turguéniev |
Oriol, Rusia,
1818 - Bougival, Francia, 1883) Escritor ruso. Perteneciente a una familia
noble rural, pasó su infancia en la hacienda materna, hasta que se trasladó a
Berlín para seguir estudios superiores, momento en que entró en contacto con la
filosofía hegeliana.
Fuente: americanuestra.com |
De vuelta a su país, inició su carrera literaria con relatos
que se inscriben dentro de la estética posromántica del momento (años treinta),
mientras trabajaba como funcionario público, cargo que abandonó en 1843 por un
gran amor,Pauline Viardot, cantante francesa de origen español constantemente en gira, con la que
Turgueniev mantuvo una apasionada relación, aunque nunca llegarían a casarse.
Con la publicación en 1852 de “Apuntes de un cazador”
consolidó su fama de escritor, al tiempo que era condenado al destierro de sus
propiedades por parte del gobierno con motivo de un artículo sobre Gógol, autor
considerado subversivo. Siguió escribiendo relatos hasta que publicó su primera
novela, “Rudin” (1856), en la que desarrolla por extenso su teoría de los
hombres «superfluos», jóvenes intelectuales formados en la universidad e
inflamados de ideas revolucionarias, incapaces, sin embargo, de operar en la
sociedad.
Siguen la misma línea las novelas “Nido de hidalgos” (1859),
donde defiende ideas eslavófilas, y “Vísperas” (1860). En parte, como respuesta
a las acusaciones de no crear héroes
positivos, escribió “Padres e hijos” (1862), en la que retoma sus ideas sobre
los nuevos hombres progresistas, que él denominó nihilistas, y con la que le
llegó el reproche de los críticos sobre su condición de rentista que alienta de
forma prudente, y sólo con la pluma, ideologías reformistas.
Turgueniev, dolido por las malas críticas y la falta de
entendimiento a su obra, se mantuvo a partir de entonces alejado de las
controversias ideológico-políticas del momento. Mientras tanto, se había instalado
ya definitivamente fuera de Rusia, a caballo entre Alemania y Francia, donde
continuó escribiendo algunas novelas cortas como “Lluvias primaverales” (1872),
relatos, algún drama y poemas en prosa. Ocasionalmente había visitado
Inglaterra, otorgándosele en 1879 un
título honorífico por la Universidad de Oxford.
Murió en Bougival, cerca de París, debido a un cáncer de
médula. En su lecho de muerte exclamó, refiriéndose a Tolstói; «Amigo, vuelve a
la literatura». Con tal inspiración, Tolstói escribió obras como La muerte de
Iván Ilich y La Sonata Kreutzer. Por expreso deseo de Turguénev, su cuerpo fue
trasladado a San Petersburgo y enterrado en el cementerio Vólkovskoie.
Fuente Biográfica:
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/turgueniev.htm
Undine von Reinecke ♪
Del tema ruso no controlo, me sacas de la Karenina y ya se me hace de noche. Me da la sensación de que son lecturas que exigen bastante atención y esfuerzo extra. Pero este libro es buena idea para conocer al menos un poco de cada uno y solucionar la ignorancia. Me lo guardo en la lista.
ResponderEliminarSaludos :)
Buenos días!! Lo primero, muchas gracias por tus palabras. Quería comentarte, que no debes tener miedo alguno a los rusos. Si has leído Ana Karenina, ya has accedido a la parte más copleja de su literatura. Turguéniev, es muy agradable de leer y Chéjov, con sus relatos breves y emocionales, te va a enamorar. Creo, que nuestro sistema educativo nos ha trasmitido mucha confusión, no permitiéndonos acceder a tesoros que nos nos abren puertas nuevas a la belleza. Anímate, pues te aseguro que es muy agradable leer a estos literatos:)
ResponderEliminarUn beso
Qué ediciones más bonitas hace esta editorial!! Este título en concreto lo tenía despistado, pero me parece una forma fantástica de estrenarse con estos autores rusos y conocer el estilo de cada uno.
ResponderEliminarBesitos
Hola preciosa:
EliminarEs verdad, Reino de Cordelia edita de una manera bellísima y en esta ocasión especialmente. Si sientes curiosidad por Troika no lo dudes, es algo muy especial, la ocasión de contemplar un amplio panorama eslavo.
Un abrazo y muchas gracias otra vez.
Adoro a los rusos (a los pocos que conozco) y a Gógol más que a ninguno.
ResponderEliminarPedazo de entrada más currada te has marcado, enhorabuena.
Me alegra que te hayas animado a entrar en el mundo bloguero, vendré a visitarte muchas veces.
Besos.
¡Muchísimas gracias por tus palabras!
EliminarMe encanta que coincidamos en el gusto por los rusos. A mí Gógol me entusiasma, aunque tengo el corazón divido, cada día pienso algo distinto :) Sé que he hecho una reseña larguísima, pero me era realmente difícil decidir qué no comentar, tal era mi entusiasmo.
Quiero que cuando pases por aquí te sientas como en tu casa, y te sirvas en comentar lo que te parezca, para eso estamos, para intercambiar impresiones.
Un abrazo fuerte y hasta muy pronto.
Lo tuve en las manos el sábado, Undine, palabrita, pero al final se me fueron los ojos a otros dos librillos y no podía comprar los tres, así que fue el que dejé. Caerá más pronto que tarde de todos modos :). Adoro a los rusos, he crecido leyéndolos incluso a edades que realmente no creo que fuesen adecuadas para entender la mitad de lo que leía, pero no sé qué tienen que me atrapan. En el blog lo he dicho alguna vez, que mi alma literaria es mitad anglosajona y mitad rusa, y estos tres autores que componen Troika son fantásticos (a Gógol lo aceptamos como ruso porque escribía en esa lengua).
ResponderEliminarFantástica reseña, mi querida Undine.
¡Besote!
Eres una romántica (reconócelo), cómo no te van a gustar los rusos!! La verdad, ir de librerías es una perdición y se sufre mucho cuando no puedes llevarte todo lo que quisieras. Pero, lo bueno que tienen los libros, es que siempre nos esperan. Yo no puedo dejar de recomendarte Troika, por el contenido y el continente.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar por aquí!!
Un abrazo, Sra. Inquilina.