RESEÑA: "OLALLA", ROBERT LOUIS STEVENSON
Fuente: Undine von Reinecke
Ficha Técnica:
Título: Olalla
Editorial: Ediciones Invisibles
Colección: Pequeños placeres
Traducción: Isabel Llasat
Paginas: 96
ISBN: 9788494898778
PVP: 13.00 €
Sinopsis de la Editorial:
«Todo lector está obligado a leer Olalla; todo escritor
tendría que intentar escribir una historia de misterio como esta, con el
magistral ritmo de Stevenson». Sir Arthur Conan Doyle
Uno de los grandes relatos de Robert Louis Stevenson,
ambientado en un caserón español.
Siguiendo las recomendaciones médicas, un oficial escocés
herido en combate y que necesitará un largo período de convalecencia accede a
convertirse en el huésped de una familia que vive en un gran caserón
fortificado en un remoto rincón de España. Según le han dicho, en la casa, muy
deteriorada por el tiempo, solo vive una madre con sus dos hijos: Felipe, de
pocas luces, y Olalla, de la que apenas
se sabe nada, últimos supervivientes de esta estirpe venida a menos, víctima de
los excesos y la endogamia. Pero antes de entrar en la fortificación, el
oficial tendrá que aceptar una condición
previa: deberá renunciar a mantener cualquier tipo de relación con la familia.
Recomendación musical para este libro:Lo que Undine piensa del libro:
Siempre he pensado que el cine es un gran aliado de los
libros. Es un hecho que el llamado séptimo arte ha ayudado desde su nacimiento
a difundir el trabajo de muchos escritores, que hubieran vivido casi en el
anonimato de no haber sido adaptadas sus obras a la gran pantalla. Me atrevo
incluso a afirmar, que tras un título exitoso de película su guión suele estar invariablemente
basado en un libro. Así de pronto, se me ocurren algunos ejemplos que todos
conocemos y que a mí personalmente me hicieron iniciarme en la producción de
sus autores: Lo que el viento se llevó, Rebecca, o Expiación de Ian McEwan. Grandes
películas que dieron brillo y renombre a las estupendas novelas en las que
estaban basadas.
Pero por el contrario, encuentro que hay fantásticos autores a los que el cine en ocasiones ha perjudicado con las adaptaciones de sus obras, haciendo que potenciales lectores lleguen a evitar sus libros por prejuicios adquiridos tras haber visto alguna película basada en sus obras. Este es el caso de Charles Dickens, de quien se han hecho múltiples adaptaciones de sus grandes títulos y que, en mi opinión, no expresan el amable estilo narrativo del autor; o el de Robert Louis Stevenson, a quien mis propios prejuicios infantiles, adquiridos tras ver cada Navidad en televisión La isla del tesoro, convirtieron en autor non grato para mí hasta bien entrada en la edad adulta. No quiero decir con esto que las películas fueran malas, no. Pero mi sentido de la estética demandaba otras cosas.
Afortunadamente, la curiosidad y el cariño que siento por las tierras
escocesas me hicieron recapacitar, y con el tiempo decidirme a investigar la producción de R.
L. Stevenson. Descubrí que en sus trabajos había mucho más que buenas historias, abriéndose ante mí un mundo nuevo de formidable imaginación y romántica fantasía. Un universo diferente a lo habitual, en el que convergían diferentes corrientes
narrativas, que me hablaban con un lenguaje propio y exquisito difícil de igualar.
Os preguntaréis qué es lo que hace diferente a Robert Louis Stevenson del resto de sus compañeros escritores; qué consigue catalogar sus trabajos como especiales en comparación con otras publicaciones contemporáneas a las suyas. En mi opinión, su especial idiosincrasia, que estuvo desde el inicio de su vida sojuzgada por una precaria salud; algo que le impedió ser como el resto de los niños, y que de adulto le obligó a buscar incesantemente la anhelada "fuente de la vida". Pero, conozcamos un poco más de él.
Robert Louis Stevenson nació en Edimburgo en 1850.
Perteneciente a una familia de ingenieros especializados en la construcción de
faros, parecía que su futuro profesional debería haberse dirigido hacia allí también. Pero, su especial inclinación por la literatura
pesó más que la tradición familiar.
Desde muy niño tuvo que guardar cama muchas horas al día por consejo médico, debido a problemas respiratorios heredados de una madre que no podía cuidar de él. Por ese motivo la familia contrató a “Cummy”, una enfermera aficionada a contar historias misteriosas de corte religioso y fantástico, que alimentaron la imaginación del pequeño Robert Louis, además de causarle frecuentes pesadillas. No obstante, el amor y la adoración que llegó a sentir por aquella mujer es innegable, como demuestra que en 1885 le dedicara A Child’s Garden of Verses, un libro de poemas, que pone de manifiesto la influencia de la enfermera en la educación sentimental y literaria del escritor.
Cuando Robert Louis contaba edad suficiente para asistir a la escuela fue inscrito en una, pero una bronquitis le volvió a recluir en casa, viéndose obligado a tomar clases particulares en su
domicilio. Ya en esta época comenzó su primer acercamiento a la escritura,
componiendo poemas y contando historias que inventaba, demostrando ser un niño de talento precoz, muy marcado por la herencia escocesa de escritores como Walter Scott que dieron forma a su sentido de la estética.
En la adolescencia pudo abandonar las lecciones en el hogar,
asistiendo a diferentes escuelas, que le prepararon para ingresar en la escuela
de ingeniería náutica, y así dar continuidad a la profesión familiar. Pero, como
adelantaba al comienzo de la entrada, Robert Louis abandonó esta dedicación muy pronto, para terminar estudiando derecho. Y aunque llegó a ejercer como abogado, tampoco tardaría mucho tiempo en dejar esta profesión. Además, su precaria
salud se vio muy desmejorada con los primeros síntomas de la enfermedad del
siglo, la tuberculosis, viéndose obligado a viajar por el continente en busca
de una ansiada cura.
Fue en 1876, en este viajar sin cesar, cuando conoció a quien sería el amor de su vida, Fanny Osbourne. Una mujer norteamericana casada, aunque separada, diez años mayor que él de quien se enamoraría locamente y a quien seguiría hasta EEUU para contraer matrimonio en 1880. Allí se quedaron, instalándose en el lejano Oeste, donde Robert escribiría historias de aventuras, romance y viajes, apoyado siempre por el consejo de su amada esposa. De esta época es su famosa novela de aventuras La Isla del Tesoro, novela que ideó inspirado por el dibujo de un juego ideado por su familia durante unas vacaciones.
Pero, como había ocurrido a lo largo de toda su vida, la
salud volvió a fallarle, y emprendió numerosos viajes a diferentes puntos de Europa en busca de esa mágica cura que no llegaba, para
establecerse finalmente en Bournemouth, Reino Unido, cerca de un balneario de la costa sur del país. Allí escribió
la mayoría de sus grandes obras, incluyendo la que le consagraría como
escritor: El extraño caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde.
A la muerte de su padre en 1887, Robert Louis se sintió libre para atender los consejos médicos de su doctor, y emprender rumbo otra vez hacia climas más beneficiosos para su salud, y se encaminó hacia EEUU. De esta época data también su amistad con los grandes escritores y admiradores de su obra Henry James y Mark Twain.
Pero, su alma inquieta le indujo al siguiente verano a
planificar un crucero por el Pacífico Sur, estableciéndose definitivamente en el Archipiélago de Samoa. Allí se relacionó con los aborígenes con total
naturalidad, llegando a formar parte de la comunidad como miembro de pleno derecho
y participando de la vida política, posicionándose al lado de los jefes nativos,
y en contra de las autoridades alemanas imperantes; denunciando además por
diversos medios la penosa situación de Samoa. Una labor por la que obtuvo gran reconocimiento.
En este archipiélago del Pacífico terminaron sus días en
1894, un derrame cerebral se lo llevó. En su última morada fue enterrado,
llevando sus restos al monte Vaeva a hombros de los aborígenes, en la misma Isla de Samoa. Un año antes
escribiría en una carta estas palabras:
<“Durante catorce años no he conocido un solo día efectivo de salud. He escrito con hemorragias, he escrito enfermo, entre estertores de tos, he escrito con la cabeza dando tumbos”.> Su mala salud fue una constante en su vida, pero el amor a su profesión, la de narrador de historias, lo hizo inmortal. Así quedó reflejado en su tumba, donde los aborígenes a quienes defendió y quienes lo habían apodado como “Tusitala” (contador de historias), inmortalizaron sus últimos deseos: <Bajo el inmenso y estrellado cielo,cavad mi fosa y dejadme yacer. Alegre he vivido y alegre muero, pero al caer quiero haceros un ruego. Que pongáis sobre mi tumba este verso:“Aquí yace donde quiso yacer;de vuelta del mar está el marinero,de vuelta del monte está el cazador”.>
Político, pensador, ensayista, novelista, poeta y romántico
incurable, Robert Louis Stevenson ha pasado a la historia como uno de los
escritores juveniles más reconocidos. El concepto de pirata que hoy tenemos fue
creación suya, como también la “X” en un mapa, la botella de ron y los ropajes
con los que recordamos a estos personajes aventureros que surcaron los mares en
otros tiempos a la busca de tesoros. Sus obras defendieron la aventura, la
fantasía y la diversión, pero también buscaban una singularidad y exactitud en
su narrativa, propia de un intelecto sublime; de ello dan fe sus Ensayos sobre
Literatura (Ed. Páginas de Espuma). Pese a ello, su obra se vio casi eclipsada
en el siglo XX por otros escritores de vanguardia, siendo su nombre relegado a
un segundo plano. Pero en los últimos tiempos se ha recupera do la
importancia que merece, ocupando un puesto de relevancia junto a los mejores intelectuales
de la lengua inglesa. Su producción, más compleja de lo que en un principio
podríamos pensar, no está sólo dedicada a los más jóvenes lectores como durante
mucho tiempo se hizo creer al público, sino que sus mejores novelas, de entre
la que podemos destacar El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, son un
excelente ejemplo de las corrientes psicológicas y psiquiátricas de vanguardia
de la época, adecuadas para un público adulto y preparado, aficionado a las
ciencia ficción, la novela policiaca y de misterio. Ha quedado constancia que
la creación de esta obra fue debida a una pesadilla nocturna de su autor, su
esposa así lo aseguró:
<"A altas horas de la mañana" dijo la señora Stevenson "fui despertada por gritos de horror de Louis. Pensando que tenía una pesadilla le desperté. Él me dijo furioso '¿Por qué me has despertado? Estaba soñando un dulce cuento de terror.' Yo le había despertado en la escena de la primera transformación".> The Life of Robert Louis Stevenson, Graham Balfour.
Y del mismo modo aseguró R. L. Stevenson haber obtenido la
idea para Olalla, apasionante y turbador relato que escribió al mismo tiempo que
Jekyll y Hyde, y que hoy protagoniza la entrada de Lecturas de Undine. Relato publicado por vez primera en la revista Court and Society Review en la
Navidad de 1885, que hoy podemos disfrutar gracias a la magnífica edición de la colección Pequeños Placeres de Ediciones Invisibles, por cuya cortesía pude leerlo, y que ahora paso a comentar.
Olalla cuenta la historia de un oficial escocés herido en
España luchando contra el ejército francés durante las guerras napoleónicas. Recuperado
casi por completo de su convalecencia, es aconsejado por el doctor del hospital
donde reposa a terminar su recuperación en una casa de la comarca. El caserón,
antaño casa de Grandes de España, está ubicado en una zona desolada y extraña,
y sus habitantes son una rara familia venida a menos compuesta por una madre y
dos hijos: Felipe y Olalla.
Al comienzo de su estancia en la casa, el único contacto que
el oficial escocés tiene es con Felipe, hombre rúustico y embrutecido que se dedica
a las labores del campo y a atormentar a los animalillos. Y el exclusivo entretenimiento de nuestro protagonista, es la contemplación del retrato de
una bella y misteriosa mujer antepasado de los habitantes de la casa, que
decora los aposentos cedidos al oficial. Con el paso de los días las emociones crecen
para el escocés, ya que conoce a la madre de la familia, un personaje tan bello
como enigmático, de gran parecido con el cuadro de su dormitorio. Su extraño
comportamiento, poco sociable y comunicativo, llama la atención del oficial subyugándole y obligándole a entrar en contacto personal con ella, mientras ésta toma el sol
en el patio del caserón, única actividad que la mujer parece acometer.
Y así pasa los días, observando la extraña forma de vida de esa singular familia, y sin ver al tercer miembro de la familia en ninguna ocasión. Muy extrañado por ello, decide preguntar a Felipe por Olalla. Felipe, esquivo como un animal salvaje, le contesta que no es de su interés. Así las cosas, todo sigue igual con las únicas visitas esporádicas del sacerdote de la comarca, quien sortea suspicazmente las preguntas del escocés, haciendo sospechar a éste que tras los muros del antiguo caserón se esconde un terrible secreto.
Pero un día, la casualidad hace que Olalla y el oficial se
encuentren cara a cara, y cual no será la sorpresa de él, al descubrir que
la muchacha es muy diferente de sus familiares: su belleza y delicada educación
la elevan ante ellos como un ser puro, devoto y cultivado, cayendo el escocés
loca e irremediablemente enamorado de ella. Desde ese día crece su anhelo por
desvelar los misterios que guarda esta familia, para intentar ganarse el amor
de Olalla. Pero sus esperanzas se ven
frustradas cuando algo atroz sucede. ¿Qué terrible secreto oculta esta antigua
familia? ¿Será posible que su amor derribe las barreras de tan escalofriante
impedimento?
Olalla es un romántico, gótico y fantástico relato, basado
en un sueño que tuvo su autor. Qué partes son inventadas y cuáles son fruto del sueño de
Stevenson es un enigma, aunque sí se sabe lo mucho que le costó adaptarlo a terrenos narrativos, de ello hablo en su ensayo de 1888 Un capítulo sobre los sueños. Pero lo cierto, es que el resultado es un cuento escalofriante y muy bello, que tiene reservada más de una sorpresa al lector.
Ubicado en un lugar indefinido del norte de España, las
descripciones del paisaje más parecen describir las elevaciones montañosas
escocesas y sus parajes, que la orografía española; de hecho, el autor hace
referencias a su tierra en ellas:
<Por un momento pensé en la superstición escocesa sobre los espíritus del agua, los kelpies, y me pregunté si por ventura en aquella parte de España prevalecía algo similar. (…)>
Pese a ello, el disfrute al leerlas es innegable, llevando
al lector a un grado de ensoñación parejo al que Emily Brontë consiguiera al acercarnos a Cumbres Borrascosas, obra con la
que comparte también la llegada de un viajero a una inhóspita tierra, dominada
por un caserón venido a menos, y ocupado por gentes extrañas:
<Hacia las cuatro de la tarde habíamos coronado la cresta de la sierra, dejando atrás el sol de poniente, e iniciamos el descenso por la otra ladera, bordeando numerosos barrancos y cruzando bosques en penumbra. Por todos lados se alzaba la voz del agua precipitándose, no intensa y formidable como en el cañón del río, sino dispersa, musical y alegre de valle en valle. (…)> < (…) Llevaba unos diez días en la casa cuando se levantó un áspero y fuerte viento que arrastraba nubes de polvo. Procedía de llanuras palúdicas y había pasado sobre cordilleras nevadas. Crispaba los nervios de quien lo sufría; hacía que le picaran los ojos con el polvo; que le dolieran las piernas solo de sostenerle el cuerpo, y que el simple roce de una mano con la otra se tornara odioso. (…)>
Pero hasta ahí las semejanzas con la obra de la escritora
británica. Olalla es un relato que va más allá de lo que la mente humana pueda
explicar, porque su trama explora mundos ocultos de fantasía y leyenda, que han
dado a la cultura multitud de fábulas y cuentos con seres estigmatizados por
una terrible herencia. Una historia que se adentra en la eterna lucha entre
ciencia y espíritu, en busca de la verdad inmutable. Una disputa que debió
perseguir al propio autor educado en la fe presbiteriana, y obsesionado como estaba
por su perpetua enfermedad y en constante búsqueda de la cura médica que le
librara de su padecer:
<Ahora solo falta sacarle a usted de esta ciudad fría y malsana y darle dos meses de aire puro y conciencia tranquila. Lo segundo es asunto suyo. En cuanto a lo primero, creo que puedo ayudarle. Por una enigmática casualidad, el otro día vino a verme un sacerdote de pueblo con el cual conservo una vieja amistad, a pesar de nuestras profesiones contrarias.>
Un relato que habla de la herencia genética, y el declive de
grandes linajes ocasionado por la endogamia, en virtud a la pureza de sangre. En
el cual muchos han querido ver connotaciones políticas refiriéndose a las
diferentes casas monárquicas:
< Hablamos del alma, pero el alma está en la estirpe> Pero en definitiva, Olalla es la historia de un amor imposible enclavado en una atmósfera de corte gótico, compartiendo con las novelas del citado género múltiples signos que la identifican: el caserón “hechizado” en una comarca solitaria entre montañas, constantes referencias a la muerte, la descomposición y un cuadro que simboliza esa maldición genética de la que hablaba anteriormente, motivo que ya fue utilizado por el escritor Sheridan Le Fanu en 1872 en su cuento de fantasía vampírica Carmilla. Con el que comparte además otras muchas coincidencias, de las que no debo hablar para no estropear al lector la sorpresa y el disfrute de la narración.
Olalla es una historia cautivadora y
hechizante, con un romántico y literario final, que mantiene al lector pegado a
sus páginas hasta concluirlo. Poseedora de una prosa delirante y bellísimamente
compuesta, sello indiscutible de su autor, y con una destacable elaboración psicológica de los personajes, que arman la trama imprimiendole caracter. En estas pocas páginas que
componen el relato Robert Louis Stevenson hace gala de sus mayores dotes literarias, demostrando
su calidad no sólo como escritor, sino también como gran teórico de las corrientes culturales de su época. Un hombre de
sublime romanticismo evidenciado en sus obras, que amó su profesión de
escritor, a su familia y especialmente la vida; sus palalabras dejaron constancia de ello:
<No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies.>
Undine von reinecke ♪
👉3ª Propuesta para el reto Mes del amor, organizado por el blog Libros que hay que leer
El autor por la Editorial:
Enfermo de tuberculosis desde su juventud, pasó gran parte
de su vida viajando para encontrar un clima que fuera favorable a sus pulmones.
En una estancia en París conoció a Fanny Osbourne, una norteamericana separada y con hijos. La siguió
a América y se casó con ella en 1880, a pesar de la oposición familiar. Años
más tarde, la pareja emprendió un viaje por el Pacífico y se estableció en
Samoa. Stevenson es recordado especialmente por La isla del tesoro, El extraño
caso del Dr.Jekyll y Mr. Hyde, y esta estremecedora Olalla, que apareció
publicada en la Navidad de 1885.
Fuentes de información:
* Fotos de Wikipedia y Ediciones Invisibles
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No lo conocía, pero me gusta lo que cuentas.
ResponderEliminarBesos
Buenas tardes Ayla:
EliminarLa verdad es que sorprende la novela, no te esperas la temática...
Se lee en un ratito, y te deja buen talante.
Ya me contarás si te animas a leerla.
Un abrazo y gracias por leerme y comentar!!
Que curioso lo de que esté basado en un sueño del propio autor. Bueno, no diré que no me gusta lo que cuentas para escudar mi rechazo, simplemente tengo que parar de comprar libros aunque lo tendré en mente para un futuro.
ResponderEliminarBesos
Buenas tardes, Inés:
EliminarDesde luego, no podemos comprar todo lo que nos apetece o quisiéramos leer. A mí me ocurre igual que a ti. Otro tema es el espacio en las librerías y muebles varios de mi casa...no existe espacio libre:)
Si te animas a leer Olalla, ya me contarás tu opinión.
¡Un beso grande, preciosa!
Lo leí hace poco y me encantó esta lectura, me sedujo totalmente.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu preciosa reseña.
Besitos
Sí, recuerdo haber leído tu reseña después del verano. Tenía el libro en mente, pero tú me animaste del todo. Mil gracias!!
EliminarLa verdad es que estoy encantada de haber leído Olalla, y o sólo porque la historia me fascinara, sino porque me ha hecho reseñar por vez primera a Stevenson, y eso me ha gustado un montón.
Un beso grande, y mil gracias por tus amables palabras!!
¡Oooooh, qué buen recuerdo guardo de este libro! No dejas de traerme recuerdos preciosos y aumentar mi ansia de relecturas ¿Sabes que Olalla y Sónnica -de Blasco Ibalez- siempre eran los nombres claves de mi mejor amiga y yo? Si, mira que marisabidillas las dos 👯😁
ResponderEliminarLady Reinecke, has bordado la reseña.
Y chapeau a la música elegida 👏👏👏
Besitos 💋💋💋
Buenas tardes, pelirroja:
EliminarCada díame lo paso mejor leyendo tus anécdotas ¡Me encanta lo de Olalla y Sónnica! Tú eres Sonnica, ¿verdad? Lo digo porque te pega más ser un personaje de Blasco Ibañez.
¡Muchas gracias por tus palabras hacia la reseñ! Me hacen mucha ilusión que una gran escritora y lectora como tú la tenga en tanta estima. ¡Ah! Y lo de Lady Reinecke ya es para nota :)
Un beso grande, preciosa, y muy felices lecturas!!
Hala, otro para la lista de la compra.
ResponderEliminarBuenas tardes, Undine:
No me lo esperaba. Ahora que me he ganado tu simpatía puedo decepcionarte diciendo que yo a Stevenson lo asociaba a La isla esa que tampoco me gustó nunca y se me hacía interminable y nunca lo intenté leer y pensaba que sus libros eran todos así, iguales y nunca lo asocié al Dr Jekyll, una historia que nunca me atrajo y por la que nunca supe quién era su autor.
Ahora necesito leer Olalla para redimirme, porque además me encanta todo lo que cuentas, el estilo y la historia. Creo que aún soy recuperable.
Ayer tuve un día francamente malo y prácticamente todo me salió mal, también fui a la Fnac y no tenían ni el de Bjarnes ni el de Updike.
Me ha gustado mucho también la biografía que nos has hecho de Stevenson. ¿Cómo puedes saber tanto? Es una historia preciosa.
Besitos
Muy buenas tardes, Norah:
EliminarNo, no me has decepcionado en absoluto, porque yo misma opinaba como tú hasta hace algunos años. Creo que el desconocimiento que el público en general tenemos sobre algunos escritores, como es el caso de Stevenson, es el causante de estas antipatias lectoras. Yo misma hasta no leer casualmente un cuento breve romántico de Stevenson evitaba toda su obra.
Creo sinceramente que Olalla te gustaría. Eso sí, tú que eres tan versada en temas de misterio y terror debes verlo con los ojos victorianos con los que fue escrita. Ya me dirás tu opinión cuando la leas.
Y otra cosa,si no encuentras algún libro dame un toque...algo bueno tiene vivir en mi ciudad :)
No creas que sé tanto, lo que ocurre es que cuando leo un libro me es imposible no buscar todo lo relacionado con el autor y su circunstancia, soy una cotilla irremediable. Leer un libro para mí es casi como seguir en el colegio: leo y hago un trabajo de documentación :) Manías lectoras!!
¡Mil gracias por el cariño con el que tratas siempre a mi persona!
Un beso grande, preciosa!!
Me gusta mucho Stevenson, pero coincido contigo en que las adaptaciones de sus obras al cine no han sido muy afortunadas. Me quedé muy sorprendida cuando supe lo de sus pesadillas recurrentes y que "El extraño caso del doctor Jeckyll y el señor Hyde" había tenido su origen en uno de esos malos sueños, como bien señalas tú de "Olalla". Me apetece mucho leer este relato, por el romanticismo y su goticismo. Además, las ediciones de Viena son exquisitas, tanto en catalán como en castellano. Magnífica reseña. Besos.
ResponderEliminarBuenas tardes, Mónica:
Eliminar¡Qué maravilla coincidir en opinión! Fíjate, yo pensaba que era la única a quien no gustaban las adaptaciones sobre la obra de Stevenson, pero desde que publiqué la entrada, he leído a muchos seguidores afirmar que no leen a Stevenson por culpa de las adaptaciones de La isla del tesoro.
También estoy decuerdo con respecto a las ediciones Viena. Llevo tres leídas y todas ellas me han parecido francamente estupendas. La elección de autores y títulos es brillantísima.
¡Muchas gracias porpasar por el blog, siempre eres bienvenida!
Un beso grande!!
Gran reseña, me encanta!
ResponderEliminarYo no he leído mucho del autor, pero le tengo muchísimo cariño; La isla del tesoro es mi libro favorito desde que era niña. Quizás por eso me hace especial ilusión que tenga este título con mi nombre (el mío es con 'y' en vez de 'll' pero hagamos la vista gorda). El relato, como comentas, es fantástico, sobre todo Felipe y la madre. Además de la ambientación y las diferentes lecturas que se le pueden dar.
En cuanto a la edición, es preciosa, no me canso de decirlo. Yo lo leí en una edición de Penguin de sus cuentos completos, pero me habría encantado hacerlo en esta.
Muchos besos!
Buenas tardes, Oly:
EliminarPara mí Oly con "y" es igual que Olalla, si ese es tu gusto :)
Ya en serio, me alegra que coincidamos en el cariño hacia Stevenson. A mí me llegó tarde, pero como dicen: "nunca es tarde si la dicha es buena"
Mi personaje favorito no sabría decirte, pero sí es cierto que los pasajes dedicados a la madre me encantaron.
En cuanto a tu edición de Penguin, no la conozco, pero investigaré, porque me apetece tener todos sus relatos reunidos. Pero sí, la edición de Pequeños Placeres de ediciones Invisibles es sublime.
Un beso grande, y gracias por pasar a comentar!!
Sí, al final Olaya y Olalla es el mismo nombre escrito de manera diferente. Lo que sí me gustaría saber es cómo pronunciaba el nombre Stevenson, porque claramente lo escogió porque es un nombre utilizado en España, ¿pero él lo pronunciaría como 'Oleiya? jajaja
EliminarBuenas tardes:
ResponderEliminarEstoy segura que si finalmente te animas a leer Olalla no te arrepentirás. Ya me dirás algo :)
Un abrazo, y feliz jueves!!
Lo he visto por redes sociales y me gustaría poder leerlo, parece una novela cautivadora y con una prosa maravillosa.
ResponderEliminarGracias por la reseña.
Besos
Buenas tardes, Espe:
EliminarSí, yo también he visto en los últimos meses el libro muy frecuentemente. Y la verdad, me quedé enganchada a él desde la primera reseña que leí. Espero que tengas oportunidad de leerlo y disfrutarlo.Ya me dirás algo.
Un abrazo, y mil gracias por leerme!!
Hola! Hacía tiempo que lo tenía en mente. Gracias a que Jekyl y Mr Hyde me encantó y que la Flecha negra me fascinó, quiero leer mas libros de este autor y este me llamaba mucho, pero tu reseña lo ha vuelto a hacer. Me has creado una necesidad imperiosa de ponerme con él. Tengo que buscarlo! Gracias
ResponderEliminar¡Muchas gracias Jani!
EliminarYo he leído Jeckell y Hyde y algunas de sus novelas cortas de corte romántico, pero después de conocer Olalla se me ha despertado la curiosidad por sus novelas de misterio. A ver si encuentro algún otro título sugerente y puedo compartir otra reseña que aporte nuevos mundos a este gran autor.
Un beso grannde y muy feliz comienzo de semana!!
Holaa!! otro libro más que no conocía pero que, sin duda, suena interesante. De hecho toda tu entrada ha sido de lo más interesante, gracias por compartirla.
ResponderEliminarBlessings!!
¡Muchísimas gracias!
EliminarYo no puedo recomendártelo con más cariño y admiración. Si lo lees ya me contarás tu opinión.
Un abrazo, preciosa!!
Hola Undine!! El título me interesa muchísimo, además, es un autor cuya prosa me encanta y los libros de esta editorial también son de mis predilectos. Te ha quedado preciosa la fotografía del inicio. ¡Fantástica reseña y gracias por tu recomendación Undine! Besos!!
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias por tus amables palabras!
EliminarSi tienes la oportunidad, no dejes de leer Olalla, y si es en edición de Pequeños Placeres mejor que mejor, porque es fantástica.
Un abrazo grande, y muy feliz comienzo de semana!!
Hola preciosa!
ResponderEliminarYo me acerque a los clásicos gracias a las películas, después de verlas no veas que curiosidad me daba por saber más. La primera que vi y cuyo libro leí fue Rebecca, luego le siguió Lo que el viento se llevo y así con casi todos. No conocía el libro pero tomo nota, me gusta lo que cuentas.
Que tengas un lindo fin de semana.
❀ Fantasy Violet ❀
Besotes! 💋💋
¡Buenas noches Violeta!
EliminarParece que el cine nos ha ayudado a las dos a leer a los clásicos, y nuestra trayectoria ha sido similar. por eso me atrevo a asegurarte que Olalla te gustará muchísimo. Si algún día llegas a leerlo, no dejes de contarme tu opinión.
Un beso grande, y muy feliz comienzo de semana!!
Te he leído hasta que comienzas a hablar de "olalla" propiamente dicho, porque es precisamente el único libro que tengo de esta editorial y caerá más pronto que tarde. Cuando lo haya leído vendré a leer la entrada completa.
ResponderEliminarInteresantísima la vida de Stevenson, y muy triste, pero las vidas de los grandes autores casi siempre tienen mucho de ambos componentes. A mí me encanta este escritor, y precisamente uno de lso caprichos que me he compré a comienzo de año con lo que fui ahorrando el año pasando con cada libro que leía fue la magnífica edición de Reino de Cordelia de "La isla del tesoro". Ya que habñas de adaptaciones, a mí las de Jekyll y Hyde tampoco me gustan nada, se olvidan del componente filosófico y moral que tiene la obra en aras de ensalzar el componente fantástico y de terror. En fin, hay autores cuyas obras la gente cree que conoce gracias al cine cuando esas películas no le hacen ninguna justicia, y Stevenson ha tenido muy mala suerte en ese aspecto.
¡Besote!
Buenas tardes, MH:
EliminarSin duda tienes toda la razón, las adaptaciones de Jekyll y Hyde se dejan lo verdaderamente importante olvidado. Aunque, si te soy sincera, a mí me encantó la última adaptación británica, esa que era llevada a los años 30 y se tomaba tantas libertades.
Olalla te va a encantar. Es un cuento muy sencillo, pero de una gran belleza narrativa. Estoy segura que con tu sensibilidad le vas a sacar un disfrute tremendo.
Un beso grande, y muchas gracias por pasar a leerme y comentar!!
Hola, conocemos a Stevenson básicamente por "La Isla del Tesoro". Le tengo muy olvidado precisamente por esto. Clasificamos a los escritores por sus obras más conocidas y leer otras novelas suyas hacen que nos apetezca más. Esta no la conocía y será una buena novela para reconciliarme con el autor.
ResponderEliminarTe invito a que te des una vuelta por mi blog.
https://lasenyoretabuncle.blogspot.com/
Buenas tardes:
EliminarPrimeramente, ¡bienvenida a Lecturas de Undine!
Comparto tu opinión con respecto a Stevenson, incluso diría que no todo el mundo lo asocia con su novela El extraño caso del Dr. Heckyll y Mr. Hyde. No obstante, te recomiendo Olalla y sus relatos románticos, son fantásticos.
Por supuesto que pasaré por tu blog, en un rato lo haré.
Un abrazo!!
De Stevenson sólo he leído "Jekyll y Hide" que me gustó mucho y que tengo en una edición bilingüe en inglés y francés comprada en mi primer viaje a París (ya sólo por eso, tenía que gustarme jajaja)
ResponderEliminarEn fin, que éste me ha llamado mucho la atención así que tomo buena nota
Besos
Buenas noches:
Eliminar¡Qué bien encontrar esa edición tan especial de Jekill y Hyde! Ya has visto que yo a Stevenson llegué un poco tarde, no por eso le adoro menos. Si finalmente te animas con Olalla se muy bien que te encantará.
Un abrazo, y mil gracias por pasar a comentar!!
Hola! Ayer leí el cuento de Olalla, junto con el Diablo en la Botella. Me gustaron ambos (quizás el segundo sea mejor cuento, pero Olalla es una bomba de relojería). Aunque para mi el mejor libro que tiene es La Isla del Tesoro (otra bomba de relojería) No sé qué opinas de los cuentos de Kipling, pero para mí consigue darle otra vueltecita de rosca a la misma linea narrativa; en cambio, en novela, creo que no se la han dado.
ResponderEliminarCoincido totalmente en la recomendación de Olalla, y es impresionante lo bien que está escrita. No me gustaron tanto, en cambio, los oscuros y algo perturbadores cuentos del príncipe Florizel de Bohemia. Es admirable cómo alguien que tuvo una vida tan lastrada por las enfermedades escribió novelas y cuentos tan vitales. Larga vida a Stevenson!!!
Buenas tardes, Miguel:
Eliminar¡Qué maravilla que me visite un lector tan versado en el autor que reseño!
También yo coincido contigo en que Olalla no es el mejor de sus relatos, pese a lo mucho que me gustó. No obstante, la grandeza de su hilo narrativo y el cuidado estilo del texto me producen profundo placer. Creo que esa vida lastrada por la enfermedad a la que te refieres contribuyó en gran medida a centrarse en su imaginación y profesión literaria.
Por otro lado, debo confesar que mi conocimiento sobre la obra de Kipling es muy pobre. Quizá de ello tenga mucha culpa "el mundo Disney" a través de cual lo conocí. Prometo acercarme a sus relatos en algún momento. Y si tienes alguna sugerencia, estaré encantada de aceptarla.
Un saludo, y bienvenido a Lecturas de Undine.
Hola Undine, la edición de Acantilado de los relatos de Kiplinge está genial. La mayoría están situados en la India, que la conoció muy bien. Luego, recuerdo que tiene uno (me ha cogido la cuarentena sin mis libros, así que hablo de memoria...) llamado "Bee, bee, ovejita negra", que es autobiográfico, y me impresionó. Kipling tiene, también -y sorprende-, buenísima poesía, lo que también te recomiendo (Si puedes, échale un ojo a "La hermosa tierra de Sussex" o algo así -hablo de memoria-; lo tengo en austral, muy bien traducido, pero no recuerdo quien traduce...). Un saludo!
EliminarBuenos días, Miguel:
Eliminar¡Muchísimas gracias por las recomendaciones! En cuanto pueda echaré un vistazo a lo que me comentas. Prometo ponerme con los cuentos no tardando mucho.
Un abraz0!!
Soy un gran amante de Stevenson, pero no había leído "Olalla";lo he hecho gracias a su estupenda reseña. La he leído en inglés. La novela, o cuento largo, me ha resultado fascinante. Me ha gustado más incluso que los cuentos de Poe, pues aquí lo romántico le puede a lo macabro, y la sugerencia prima sobre lo explícito. La idea de la degeneración de la estirpe puede que influyese algo en ciertos momentos de Lovecraft. Leyéndola, he vuelto a estar en estrecha comunión con ese espíritu inconmensurable que fue R L Stevenson, como cada vez que lo leo, desde que con 15 años (tengo ahora más de 50) lo descubrí con "Secuestrado"
ResponderEliminarMuchas gracias por su gran reseña y un saludo afectuoso.
Jaime Lozano.
Buenos días, Jaime:
Eliminar¡Muchísimas gracias por tus amables palabras! Para mí es importante saber cómo llegan mis impresiones a los lectores, especialmente cuando estos son aficionados y entendidos en el tema. Me alegra que disfrutaras de Olalla pues, en mi opinión, es un relato de gran valor que ha pasado sin pena ni gloria y debería conocerse más.
Un saludo afectuoso y bienvenido a Lecturas de Undine
Hola, justo ahora terminé de leer el cuento en una edición de "Editorial la Oveja Negra", y, bueno, aunque no es la edición que mencionas, la he disfrutado muchísimo también. Y es lo primero que leo de Stevenson y me ha encantado, me pareció sublime:3
ResponderEliminarMe parece que tú reseña le hace mucha justicia, la has descrito de manera muy bella e interesante, y también me he deleitado con la biografía del autor y los datos curiosos de q varias de sus creaciones se originaron en sueños:o
En fin, qué lindo tu trabajo, saludos desde Lima, Perú:))