RESEÑA: "NUEVA YORK", JULIO CAMBA



Ficha Técnica:


Editorial: Reino de Cordelia

Colección: Literatura     

Autor: Julio Camba        

Páginas: 464

Formato: 13 x 20 rústica con sobrecubierta y cuadernillos cosidos

ISBN: 13 978-84-18141-05-8

SKU: LIT121

CATEGORÍA: Novedades

 

Sinopsis de la Editorial:

Julio Camba, el periodista mejor pagado de España, fue corresponsal de ABC en Nueva York. En la primera ocasión llegó huyendo en 1916 de la Primera Guerra Mundial, cuando la palabra rascacielos aún se escribía en cursiva y Estados Unidos todavía no se atrevía a echarle un pulso a Europa, si bien guardaba fuerzas. De aquella experiencia surgió Un año en el otro mundo. Camba regresó de nuevo en 1929, con la crisis económica royendo los bolsillos y la moral de los neoyorquinos. Para entonces Manhattan ya era considerada la capital del mundo, como se aprecia nítidamente en La ciudad automática.

Con un sentido del humor inteligente y cáustico y la prosa más precisa y elegante del periodismo español, Camba detecta enseguida las virtudes y defectos de la Gran Manzana y teme que la producción en cadena y el american way of life acaben por dañar la libertad individual.

 

Propuesta musical para este libro:

 

New York, New York, Frank Sinatra

👉Para ti👈


Lo que Undine piensa del libro:

 

<La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.> Miguel de Cervantes
 

Siempre he admirado la elocuencia. La capacidad de expresar con claridad lo que uno opina sobre cualquier asunto me resulta uno de los dones intelectuales más envidiables. Si además a esta cualidad se le unen la inteligencia y el humor, puedo afirmar que la persona que lo posea tiene en mí a una incondicional. El placer de leer o escuchar hablar a un individuo que goza de locuacidad es comparable al disfrute que produce la música: una experiencia sensorial que nace, crece y llega a su destino donde eclosiona, generando ideas y emociones. Es por ese motivo que siempre me he declarado admiradora de la literatura británica, cuna de escritores virtuosos en el uso de la retórica más mordaz y llena de humor que se pueda encontrar, siendo el irlandés Oscar Wilde uno de mis favoritos. Nadie me negará que sus aforismos son el máximo exponente de la más cáustica libertad de expresión, no dejando títere con cabeza a su paso y empezando por él mismo.


<No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.> Oscar Wilde


¿Verdad que es imposible no reaccionar ante esta sentencia, ya sea negativa o positivamente?

Desde siempre he echado en falta algo de esta descarada labia entre nuestros literatos que, salvo algunas excepciones, no comparten el gusto por este ácido humor en su narrativa. Por ello, ha sido para mí una gran sorpresa y alegría intelectual descubrir entre las novedades de la editorial Reino de Cordelia a un autor español que posee tanta gracia y elocuencia, si no más, que propio Oscar Wilde. Se trata de Julio Camba, un escritor que destacó en el campo del periodismo nacional e internacional y que pudo presumir de ser uno de los mejores pagados de su tiempo por la prensa española. El libro que hoy os presento es el último que de él ha editado Reino de Cordelia bajo el título de Nueva York y que recoge dos textos del autor: Un año en el otro mundo (1917) y La ciudad automática (1934). El primero de ellos comienza así:


<Un año exactamente ha durado mi estancia en los Estados Unidos. Releyendo ahora, para reunirlos en este volumen, los artículos que escribí desde allí, me entra una sospecha terrible: la de que todos, o casi todos, sean fundamentalmente falsos. (…)>


Este es el primer pasaje de la introducción que el propio Julio Camba hace de su libro Un año en el otro mundo. Un texto que corresponde a los artículos que escribió para el diario ABC durante 1916, año en el que estuvo como corresponsal en Estados Unidos, mientras Europa se hallaba en guerra. Desde el inicio, el tono irónico, fresco y satírico de su estilo indica al lector que no se encuentra ante un texto periodístico cualquiera y que debe estar alerta por lo que se pueda encontrar, que no es otra cosa que la aguda mirada del periodista sobre un país que le despierta sentimientos encontrados, pero por el que no puede evitar una fuerte atracción. Esta relación de amor-rechazo le llevará a conclusiones que pudieran parecer en aquel entonces estrafalarias, pero que hoy día resultan visionarias, como la de posicionar a Estados Unidos como el posible motor de Occidente:


<Yo creía, en fin, que la mecánica se desarrollaba en América más intensamente que el gusto y que el sentimiento; pero que no pretendía sustituirlos. Ahora comienzo a persuadirme de lo contrario. Y el día en que esté convencido de ello por completo, entonces América me parecerá un país de posibilidades infinitas. El país, sencillamente, de donde puede surgir nada menos que una nueva humanidad.>


Un año en el otro mundo nos ofrece por una parte una serie de agudísimos artículos, donde Julio Camba opina y critica todos los tópicos que de siempre se han tenido sobre Estados Unidos y los estadounidenses, comenzado desde su llegada al puerto de Nueva York. En su arribo a la Gran Manzana, un compañero de viaje de nacionalidad norteamericana le pone al corriente de la magnitud de lo que ve: Un despliegue de grandísimos edificios e infraestructuras cuyo valor se mide por el tamaño y coste. Esta será de ahora en adelante la vara de medir para todo lo que vea durante su estancia.


< ¿Qué clase  de hombres vamos a  encontrarnos luego, cuando saltemos a tierra? Porque forzosamente, los hombres que han construido este puerto y que habitan esta ciudad tienen que ser gigantes. De lo contrario, Nueva York resultaría algo desproporcionado y monstruoso.>

Oscar Wlde
Fuente: theguardian.com
Los artículos tratan de todo lo que tiene que ver con la forma de vida norteamericana: sus costumbres, sus tiempos, sus ritmos, su gastronomía, su cultura o falta de ella, la carencia de conocimiento sobre lo que no venga del propio país, etc. Un sinfín de elocuentes y divertidos escritos de entre los cuales quisiera destacar, no el mejor -puesto que todos me han parecido geniales-, sino el que me sirvió para confirmar mi primera impresión con respecto a Julio Camba y su conexión intelectual con Oscar Wilde. Me refiero a Los rascacielos como obra de ternura. En este artículo Camba narra una simpática anécdota que le ocurrió a Wilde en una visita que hizo a un círculo de cowboys, donde impartió una conferencia sobre el escultor Benvenuto Cellini (1500-1571), y que le sirve a nuestro periodista para ilustrar el carácter del pueblo norteamericano y cómo éste ayudó a construir las ciudades. Son apenas dos páginas y ambas repletas de risas inteligentes:

<La conferencia de Oscar Wilde versaba sobre Benvenuto Cellini, cuya vida y aventuras entusiasmó a los cowboys.

-          Tiene usted que traerlo aquí y presentárnoslo-le dijeron varias veces a Oscar Wilde.

-          Lo haría con mucho gusto -contestó Oscar Wilde-; pero es imposible: Benvenuto ha muerto hace muchísimos años.

-          ¿Ha muerto? -gritó un cowboy-. ¿Y quién fue el que le dio el tiro?

Porque aquellos hombres no concebían que nadie muriese más que a tiros. (…)>

 

Por otro lado, durante este primer viaje de Julio Camba a Estados Unidos en 1916, el escritor pudo contemplar en primera fila cómo se decidía el destino del mundo. Por aquel entonces se estaba determinando si el país debía entrar o no en la Primera Guerra Mundial y este hecho, que dividía a la población estadounidense, fue utilizado en las elecciones a la presidencia del país por los candidatos que se presentaban a la elección. Todo un lujo contar con el testimonio del periodista español quien dedicó diez artículos a la forma de hacer política en Norteamérica para ganarse al electorado y otros ocho a la implicación de Estados Unidos en la guerra tanto a nivel nacional como internacional. Unas observaciones que no tienen desperdicio y que hoy día podrían resultar foco de escándalo entre algunos sectores de la población, pero que a mí me resultan fruto del libre y respetuoso uso de la libertad de prensa.


<Hoy los Estados Unidos se proponen, sencillamente, hacer una raza, y su procedimiento, como ya he dicho, se  parece al de la cría caballar. ¿Por qué no, después de todo? ¿Por qué no obtener una raza de hombres como se obtiene una raza de caballos? Lo extraño es que con un procedimiento semejante no se hayan logrado todavía aquí resultados mejores.>


Con respecto a la segunda parte del libro; está protagonizada por La ciudad automática, que comienza así:


< ¿Qué cosa extraña es esta que me ocurre a mí con Nueva York? Me paso la vida acechando la menor oportunidad para venir aquí, llego, y en el acto me siento poseído de una indignación y terrible contra todo. Nueva York es una ciudad que me irrita, pero que me atrae de un modo irresistible, y cuanto más me doy cuenta de lo que me atrae, a sabiendas de lo que me irrita, me irrita, naturalmente, muchísimo más todavía.>


Los artículos que componen esta segunda parte corresponden a los escritos durante dos viajes más que hizo Julio Camba a Estados Unidos: El primero en 1929 invitado por la Fundación Carnegie y la segunda en 1930 enviado de nuevo por el diario ABC. Muchos de ellos están protagonizados por la ciudad de Nueva York, por sus gentes y escenarios. Son una visión analítica y perspicaz de la ciudad a la que Julio Camba considera la más moderna del mundo y a la vez el exponente vergonzoso de todos los defectos de la modernidad de su tiempo.


<Nuestra época solo Nueva York ha acertado a encarnarla, y probablemente esta es la verdadera causa de que la gran ciudad nos atraiga y nos rechace a la vez de un modo tan poderoso. Nos atrae porque uno no puede vivir al margen del tiempo. Y nos rechaza por la estupidez enorme del tiempo en que le ha tocado vivir a uno.>


Si interesantes fueron los capítulos de Un año en el otro mundo, más lo son si cabe los que corresponden a La Ciudad Automática. Aquí el humor escuece cuando habla de temas sociales como: la corrupción y la mafia, de la crisis económica y el crack de la bolsa, de las clases sociales, del racismo, etc. Todos temas que no son desconocidos para el lector, pero que aportan una mirada clara y muy directa sobre un país que ya por aquel entonces pugnaba por ser la primera potencia de occidente y que competía por esa soberanía con el mundo soviético. A este tema le dedica un breve pero apasionante capítulo en el que el escritor aporta su incisiva visión del asunto, con opiniones que resultarían molestas a sus contemporáneos y también a los míos.


<Lamento, claro es, no haber estado en Rusia, pero no creo que una visión directa de aquel país modifique en mucho mi opinión sobre su analogía con los Estados Unidos. Los extremos se tocan, y, al parecer, una organización capitalista, llevada a su límite extremo, se traduce en una organización perfectamente comunista. Que se empiece por estandarizar la industria y se llegue como consecuencia a estandarizar a los hombres o que se proceda al contrario, el resultado es igual.>


Fuente: Wikipedia

Pero dejando a un lado los temas sociales y políticos, si es que algún asunto de la vida no se ve afectado por ellos, especial interés despierta las páginas que dedica a su visión filosófica de la construcción de rascacielos como símbolo de poder. Unos artículos agudísimos y llenos de interés para quienes aman la arquitectura y su relación con la evolución del ser humano, donde Julio Camba compara las nuevas edificaciones gigantescas con los edificios emblemáticos de otros tiempos, y a su vez especula sobre la breve vida de poder que los rascacielos tienen frente a la hegemonía de la que disfrutaron catedrales y pirámides de otros tiempos y civilizaciones. Los capítulos dedicados al Empire State y al Chrysler son especialmente interesantes, y estoy segura que muchos lectores los sabrán apreciar en su justa medida, por lo curioso de las anécdotas y el interés de sus conclusiones.

Moda, literatura, política, gastronomía, cultura, sociedad, etc. Julio Camba no dejó un rincón de la sociedad estadounidense por explorar, ni tampoco un solo aspecto de lo que definía y define a sus ciudadanos. Casi dos décadas del gran coloso norteamericano puestas bajo la sagaz, ingeniosa y elocuente mirada del periodista español, quien puso fin a sus reflexiones en el capítulo último escribiendo un breve alegato sobre la deshumanización de la vida moderna, representada en la figura ciudad de Nueva York, del que extraigo este breve pensamiento que define a la perfección lo que pensaba Julio Camba de la forma de vivir norteamericana.


<No es igual inventar la flauta para expresar un sentimiento musical que inventar el sentimiento musical para darle aplicación a la flauta. (…)>


Y hasta aquí llega mi reseña de Nueva York. Esta ha sido mi síntesis breve y personal de un libro que hubiera dado para escribir una tesis sobre una época, un país, una guerra y del cambio incipiente de la sociedad occidental de entreguerras por causa de la hegemonía estadounidense. Los dos títulos que conforman el libro son exponentes de una labor periodística de primera por la agudeza de observación, por el ingenio con el que están escritos los artículos, por la cercanía del lenguaje que emplea pese a su gran riqueza lingüística; pero especialmente, por la libertad y atrevimiento con que fueron escritos. Son ejemplo de un periodismo estimulante, sano y divertido poco común hoy en día.

 

<Yo no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero me pelearía para que usted pudiera decirlo.> Voltaire

 

Undine von Reinecke



El autor por la editorial:

Julio Camba

(Villanueva de Arosa [Pontevedra], 1884 – Madrid, 1962)

Julio Camba (Villanueva de Arosa [Pontevedra], 1884 – Madrid, 1962) es hoy uno de los grandes escritores del siglo XX, aunque apenas publicó novelas y la mayor parte de su obra fue inspirada y alimentada por el periodismo. Culto y al mismo tiempo asequible para todo tipo de lectores, elegante y dueño de un sentido del humor radicalmente inteligente, se ganó a los principales escritores de su época, desde Azorín, que lo ensalzó en un artículo de ABC, hasta Pío Baroja. Amigo del anarquista Mateo Morral, con quien compartió más ideas que bombas, Camba colaboró con los principales medios de comunicación españoles, de los que fue corresponsal en Constantinopla, París, Londres, Berlín y Nueva York. Desde algunas de estas capitales cubrió la Primera Guerra Mundial y el crack de 1929 que hundió la economía norteamericana. Entre sus libros destacan Playas, ciudades y montañas (1916) [LITERATURA REINO DE CORDELIA, no 8], Londres (1916) [LITERATURA REINO DE CORDELIA, no 14], Un año en el otro mundo (1917) [REY LEAR, no 24], La rana viajera (1920), Aventuras de una peseta (1923), El matrimonio de Restrepo (1924), Sobre casi todo y Sobre casi nada (ambos de 1928), La casa de Lúculo (1929), La ciudad automática (1933) y Haciendo de República (1934). En 1951 obtuvo el premio Mariano de Cavia y durante años se le consideró el periodista mejor pagado de España. En 1949 se instaló en la habitación 383 del Hotel Palace de Madrid, en donde residió durante los últimos doce años de su vida.


Comentarios

  1. Pues nada, aquí estoy de nuevo llevándome anotado un libro. ¿Sabes que en el año 2003 tuve la suerte de ir a Nueva York? Mi hermano me regaló un viaje con él, 10 dias estuvimos. Tengo un gran recuerdo de ese viaje. Y desde entonces suelo leer todo tipo de libros que hablen de esta gran ciudad. Un abrazo!

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    1. Buenas tardes, Esther:
      ¡Quésuerte haber conocido Nueva York! Es mi asignatura pendiente en cuanto a viajes se refiere. Visitar los museos y los famosos rascacielos es algo que me encantaría...Algún día´
      Ya me contarás si finalmente lees a julio Camba, sin duda no te dejará indiferente.
      Un abrazo!!

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  2. Hija mía, admiras lo que ya tienes porque si algo no te falta a tí es, precisamente, elocuencia. Y, una vez más, lo acabas de demostrar con esta fantástica reseña
    Besos

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    1. Querida Laky, ¡mil gracias por tus palabras!
      Ya me gustaría a mí poseer la décima parte de elocuencia que tenía Julio Camba. Pero me conformo con saberapreciar a quienes poseen este don, que no es poco.
      Un abrazo muy fuerte y mil gracias otra vez!!

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  3. Buenos días, Undine:
    Qué impresión cuando llegaban a esa ciudad sin saber tanto o haber visto tanto como ahora cuando viajamos. Ver Nueva York por primera vez es una experiencia sobrecogedora y maravillosa. Me gustan mucho estos libros que muestran los lugares como desde dentro, porque pasan allí el tiempo suficiente como para poder observar todo. Cuando vas solo unos pocos días es como si vieras el trailer de la ciudad, como el de una peli.
    Tal vez no sea la época que más me gusta ni el género pero es Nueva York y a eso no se le puede decir que no.
    Besos y un abrazo

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    1. Buenas tardes, Norah:
      Ya te dije por el mundo de Instagram que mientras leía este libro me estuve acordando constantemente de ti. Sé que has dicho que no te seduce la época sobre la que habla, pero permíteme que te aconseje echar un vistazo al texto. Puedo asegurarte que si empiezas a leerlo no pararás hasta el final. Pese a ser artículos el libro está tan bien hilado que se lee de manera fluída. Además, los temas de los que habla son muy interesantes y la mayoría divertidísimos. Aconsejable 100%.
      Por otro lado, estoy segura que ver por primera vez Nueva York impresiona, y si algún día viajo allí quisiera hacerlo como Julio Camba, en barco. :)
      Un besote grande y muy feliz tarde!!

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  4. Hola.
    Si Nueva York es una ciudad que impresiona a quien la visita a día de hoy en la época del autor tenía que causar estragos. Creo que no hay medias tintas, o gusta o la aborreces, y leer este libro puede ser una buena experiencia para comprender mejor lo que es hoy en día esta ciudad.
    Un saludo.

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    1. Buenas tardes:
      Comparto tu opinión con respecto a Nueva York, pese a no haber estado nunca. Pero son tantas las referencias que de esta ciudad tenemos, que pocos no tenemos una imagen preconcebida de ella.
      Un abrazo fuerte y mil gracias por leerme!!

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  5. Fantástica reseña Undine, siempre logras que quiera leer y conocer la obra que nos recomiendas. Me parece muy muy interesante.
    Un abrazo

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    1. ¡Muchísimas gracias por tus palabras!Si te decides a leer a Julio Camba, no dudes en contarme tus impresiones.
      ¡Un abrazo y feliz tarde!

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  6. Holaa!! la verdad es que suena bastante interesante todo lo que nos comentas, así que no descarto darle una oportunidad a este libro. Gracias por la reseña.

    Blessings!!

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    1. ¡Qué genial! Si finalmemente lo lees cuéntamé qué te ha paecido.
      ¡Un abrazo!

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  7. ¡Hola Undine! Siempre he pensado que si yo visitara la ciudad de Nueva York (me gustaría hacerlo algún día porque me parece fascinante) tendría esos sentimientos encontrados hacia ella, odio y amor al mismo tiempo, como le pasaba a Camba. Me gustan los escritores con riqueza lingüística y gran sentido del humor e ironía en sus textos y está claro que el humor inglés (tanto en libros como en películas y series) es muy especial, inigualable ese humor ácido.
    Creo que nunca había oído hablar de Julio Camba y es muy probable que nunca lea este libro (creo que siempre te digo lo mismo, pero aunque tú y yo elijamos de forma muy distinta nuestras lecturas, me encanta todo lo que cuentas, me resulta muy curioso y las cosas que aprendo contigo y tus libros)
    Un besito

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    1. Buenas tardes, Marian:
      No tiene importancia que nuestras elecciones de lecturasean diferentes. En mi opinión lo importante entre lectores es compartir lo que conocemos. Así es como se aprende.
      Con respecto a Nueva York, coincido contigo y con Julio Camba, es una ciudad que divide el corazón. Por un lado están todos susdefectos, pero por otro son muchísimas sus tentaciones. :)
      Un abrazo fuerte, y muchas gracias por pasar a leerme y comentar!!

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  8. Hola preciosa!
    Me encanta lo que cuentas sobre él aunque ahora mismo no creo que me anime a darle una oportunidad pero con tus reseñas es imposible no sentir curiosidad por lo que nos traes. Quizá más adelante.

    ❀ Fantasy Violet ❀

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    1. Buenas tardes, Violeta:
      Es un placer tenerte por aquí, tus comentarios son siempre tan cariñosos y repetuosos que me subes el ánimo.
      Un beso muy fuerte y feliz mes de agosto!!

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  9. Hola Undine!! Aunque no es lo que suelo leer, creo que estaría bien darle una oportunidad. Me lo llevo bien anotado y gracias por el descubrimiento. ¡Fantástica reseña! Besos!!

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  10. Buenos días Undine!. También Oscar Wilde es uno de mis escritores favoritos. Me encanta la ironía del humor inglés y esa mezcla satírica y absurda del autor me ha hecho pasar muy buenos ratos. No conocía a Julio Camba, pero por lo que comentas estoy segura que va a gustarme y Nueva York es una ciudad que siempre quise visitar, así que esta historia para mi reúne muchos atractivos. Me la llevo apuntada. Besinos.

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    1. Buenas tardes, Mar:
      Ya imaginaba que ati te gustaría Oscar Wilde. Leyendo tus reseñas se entiende por donde van tus gustos literarios, que son muy afines a los míos. Me atrevo a recomendarte a Julio Camba con entusiasmo, porque sé que te va a fascinar.
      Un abrazo y mil gracias por pasar a leerme!!

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  11. Hola Undine. Asomar por aquí es muy peligroso jejeje. Es que siempre traes unos libros muy chulos y los presentas muy bien. Es muy difícil resistirse. En fin, la vida es compartir lo bueno y eso lo haces muy bien con tus lecturas. Anoto el libro pero voy a plantearme su lectura pasado el verano. Besos

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    1. Querida Marisa:
      A mí me gusta pasar por tu blog por la misma razón. Tus publicaciones son siempre interesantes para mí. Espero que si finalmente lees a Julio Camba te entusiasme tanto como a mí.
      Un abrazo grande y feliz mes de agosto!!

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  12. ¡Muchas gracias por leerme, Carolina!
    Un abrazo.

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