RESEÑA: SOSPECHA, FRANCIS ILES

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Who Editorial

Traducción: Vera Sánchez Ortiz

Prefacio: Andrés Amorós

Notas: Manuel Navarro Villanueva

Encuadernación: Cartoné con solapas

Páginas: 299

ISBN. : 978-84-127646-2-8

P.V.P.: 21,50 €


Sinopsis de la Editorial

A sus 28 años, Lina McLaidlaw vive aburrida con sus padres en un pueblo inglés. Hasta ahora no ha conocido a ningún hombre que le haya interesado. La llegada del encantador Johnnie Aysgarth, un joven de una familia noble venida a menos y con mala reputación, lo cambia todo. Su padre se opone al matrimonio y todo el mundo parece saber que lo único que busca Johnnie es el dinero de Lina. Sin embargo, pronto se casan.

Tras disfrutar de una larga y costosa luna de miel, Lina descubre que Johnnie no tiene dinero ni manera de conseguirlo; que no está dispuesto a trabajar y que no le importa vivir del dinero de su mujer. Pronto comprende que el sentido moral de su esposo es diferente al de los demás: deudas, apuestas, mentiras, estafas…

Un día Lina se da cuenta de que su marido es un asesino.


Propuesta musical para este libro

Suspicion, Franz Waxman

*Crédito del vídeo: Canal de YouTube Bozalikus, l'osservatore osservato

La banda sonora que el lector está escuchando corresponde a la película SospechaSuspicion en el inglés del original, y fue compuesta en 1941 por Franz Waxman para la adaptación cinematográfica que Alfred Hitchcock realizó de la novela Before the Fact de Francis Iles. Waxman, que obtuvo una nominación a los Oscars de la Academia por este trabajo, ya había colaborado un año antes con Hitchcock en su aclamada película Rebecca, cuya partitura supuso el culmen de su carrera dentro del género del suspense y el terror, dándole un nombre en la industria del cine. No sería la última vez que el músico colaboraría con el famoso director. De hecho, en 1954 compuso la BSO para La ventana indiscreta, otro de los grandes éxitos cinematográficos del gran cineasta británico.

Mi elección del acompañamiento musical de hoy no deja lugar a dudas, ya que Sospecha es la novela protagonista de la presente reseña.


Lo que Undine opina del libro


<La diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión persistente.> Albert Einstein (1879-1955)


Dice el refranero popular a colación del paso del tiempo, que cualquier época pasada fue mejor. Este pensamiento, tan bucólico y lleno de nostalgia, parece aludir a la pérdida de la juventud y de las costumbres arraigadas. En ese sentido, y tratándose de literatura, siempre me he sentido identificada con esta famosa sentencia. No es que no aprecie el esfuerzo de los escritores contemporáneos, entre ellos existen grandes mentes que dignifican su legado literario. Sin embargo, mi mundo emocional siente una atracción más empática hacia autores de otras épocas, cuya elocuencia e intelecto encuentro excepcional. Y esta conexión la siento especialmente hacia aquellos hombres y mujeres que consiguieron innovar, o sirvieron como simiente para algún que otro campo cultural. Sírvame de ejemplo la industria del cine que, como mis lectores seguro conocen, en sus inicios se nutrió significativamente de la literatura. Romances, dramas, novelas históricas y, cómo no, el género policiaco y el thriller, fueron tomados prestados por aquellos primigenios directores, para deleite de sus coetáneos, y de quienes, aún hoy, seguimos disfrutando de aquellas noveles obras del llamado Séptimo Arte.

Foto publicitaria de Alfred Hitchcock, Ante Brkan
Fuente: Wikipedia

Hubo un genio entre aquellos primeros cineastas carismáticos, que destacó con creces sobre la mayoría. Me refiero al genial Alfred Hitchcock, a quien muchos consideran el padre del suspense cinematográfico, haciendo del thriller psicológico y del terror algo totalmente extraordinario y fuera de lo común. Qué duda cabe, que gran parte de su magia residía en su buen criterio eligiendo buenos planos, inquietando con el juego de luces y sombras, o eligiendo los motivos que le gustaba rodar. Él siempre sabía dónde encontrar una buena historia con la que poder asombrar al público.

Los éxitos de Hitchcock se cuentan a montones, ignorándose las películas menos brillantes de su carrera que no consiguieron triunfar. Y, de este modo, novelas sugestivas de profesionales del género como Daphne du Maurier, Patricia Highsmith, Marie Belloc Lowndes o John Buchan -estos dos últimos reseñados en Lecturas de Undine en años pasados, El huésped👈 y Los treinta y nueve escalones👈-, fueron seleccionadas por este mago del misterio como base argumental de sus mejores películas. Quién no se ha dejado dominar por la inquietante adaptación de Los pájaros, basada en un cuento de du Maurier, o por la fascinación que provoca el film Extraños en un tren, historia tomada del texto de Highsmith, o se ha cedido ante el pánico que provoca Psicosis, la película que dio una vuelta de tuerca a lo que significa la palabra miedo, que debe su argumento a una novela firmada por Robert Bloch. De hecho, como comentan Robert A. Harris y Michael S. Lasky en su interesante libro Todas las películas de Alfred Hitchcock, hubo muchas personas, que después de haber ido al cine a contemplar la brillante interpretación de Anthony Perkins en su papel de Norman Bates, se lo pensaron dos veces antes de echar la cortina de la ducha cuando se disponían a tomar un baño... Este es el sello Hitchcock, capaz de perturbar el sueño a quienes se dejan seducir por su siniestro universo del pavor.

Fuente: Alcaná Libros

Con todo y con ello, en mi caso concreto, jamás he dicho no al gran director británico, pese a la leyenda negra que pesa sobre él. No me refiero a lo que se comenta sobre su polémica personalidad, tan criticada en los últimos tiempos. Estoy hablando de los recortes o modificaciones que sufrían las historias en las que basaba sus películas. Es un hecho más que estudiado que, a menudo, sus producciones varían notablemente del texto original. Hitchcock, que sabía muy bien lo que quería mostrar, también se veía mediatizado por los gustos y prejuicios del público de la época, a quienes el productor en cuestión quería contentar. Este es el caso de Sospecha, un film en el que, por obra y gracia de un gerifalte iluminado de la R.K.O, se mutiló la historia original, cambiando también su brillante final. 

Afortunadamente, después de llevar la novela mucho tiempo descatalogada, Sospecha de Francis Iles ha sido publicada recientemente por Who Editorial, que la ha puesto a disposición de los lectores españoles, con la introducción de Andrés Amorós y la traducción de Vera Sánchez Ortiz, para regocijo de quienes saben que tras una buena película suele haber una novela aún mejor.

Sospecha nos lleva a la campiña inglesa de la década de 1930. Allí, Lina McLaidlaw, una solterona de veintiocho años, inteligente y peculiar, vive una vida tediosa junto a sus padres. Primogénita de una familia acomodada, y futura heredera de un notable capital, ha sufrido durante toda su existencia las humillantes comparaciones con su guapa hermana menor. Y no es que ella no posea una cierta belleza, la muchacha ha tenido algún que otro pretendiente, simplemente su persona se aleja de lo convencional. Por ese motivo, tanto ella como su familia, han perdido la esperanza de un posible enlace matrimonial. Sin embargo, un día, en una de las muchas reuniones campestres a las que asiste, Lina conoce a Johnnie Aysgarth, un guapo y seductor caballero, al que persigue una pertinaz fama como crápula y playboy. No obstante, y pese al gran atractivo que el galán posee, Lina no se deja en un principio engatusar; ella se sabe más lista que el resto de las muchachas de su círculo social. 

De poco le sirven estas defensas intelectuales, porque lo que Johnnie Aysgarth quiere, Johnnie Aysgarth lo consigue, y este tiene en su objetivo a la hija mayor de los McLaidlaw. Y Lina, pese a la oposición de sus progenitores, tarda poco en comprometerse y casarse con él. No obstante, quizá se haya precipitado, porque, muy pronto, la joven descubre que no conoce por completo el carácter de su marido, y es posible que esa mala fama que posee sea merecida. El comportamiento de Johnnie es del todo inadmisible: jugador, tramposo y un tanto granuja, no se avergüenza de vivir a costa del dinero de su mujer. Por ese motivo, Lina decide hacerse responsable de él, de tal modo, que más que parece una madre que una esposa. Con todo y con ello, todo parece marchar bien, hasta que un día, Lina hace un angustioso y perturbador descubrimiento... Comienza en ese momento una espiral de dudas, que atormenta a la protagonista y que la persigue hasta que la historia llega a su punto final.

Editorial: Pocket Books, Inc, New York, 1947
Fuente: Iberlibro
Sospecha es una deslumbrante y original novela, un genial thriller psicológico, que fue publicado en 1932 por la editorial de Victor Gollancz, con el título original de Before the Fact. La obra fue firmada bajo el seudónimo de "Francis Iles", tras él se esconde el escritor Anthony Berkeley Cox, un ex-militar, combatiente en la Gran Guerra, que fue licenciado por las secuelas que sufrió al ser gaseado durante la contienda. Por ese motivo, a su regreso a Inglaterra comenzó a escribir, e inició una notable carrera como autor de novelas policiacas. De hecho, el escritor fundó en 1930 junto a Agatha Christie, Dorothy L. Sayers, Freeman Wills Crofts, entre otros escritores consagrados del género, el Detection Club, una asociación de escritores de misterio, cuyo primer presidente fue el carismático G. K. Chesterton👈. Francis Iles también publicó novelas con su nombre real, destacando entre ellas El caso de los chocolates envenenados (The Poisoned Chocolates Case, 1929), una obra que Who Editorial puso en las librerías españolas en 2022.

 La fama y el éxito de  Anthony Berkeley Cox fueron notables, y esto le proporcionó una segunda carrera dentro del mundo editorial. El novelista también ejerció como crítico literario para algunas publicaciones de prestigio, como fue el caso del The Daily Telegraph, firmando sus reseñas con el seudónimo antes mencionado de Francis Iles.

Sea como sea, Anthony Berkeley Cox o Francis Iles, como mis lectores lo prefieran nombrar, es mayormente conocido en nuestros días por su novela Sospecha. Y, esta circunstancia, es gracias a la aclamada adaptación cinematográfica que realizó Hitchcock en 1941, un film que aún hoy sigue teniendo mucha repercusión.

Sin embargo, y pese a lo buena que siempre me ha parecido la película, desde mi punto de vista, el texto original es, en mi opinión, muy superior. Por ello, voy a intentar entablar ciertas comparaciones que justifiquen mi aseveración. Eso sí, sin entrar en temas argumentales, no quisiera caer en el siempre odioso spoiler, que siempre estropea al lector la emoción. Además, la historia es sobradamente conocida, y la sinopsis da suficiente información.

Antes de nada, debo recalcar, que el final de la novela es diferente al que posee la película, y algunos críticos cinematográficos consideran que la conclusión es abrupta e inapropiada; el del film tiene un carácter mucho más hollywoodiense... La historia que narra el libro es mucho más oscura e interesante, centrando el interés principal en la evolución psicológica de la protagonista, y no tanto en los supuestos motivos románticos.

Comentaba al comienzo de la reseña, que Hitchcock se vio impelido a cambiar determinados aspectos de la historia original por requerimiento de los productores. Existían aspectos comerciales que implicaban a los actores principales, que eran la oscarizada Joan Fontaine (ganó una estatuilla por esta película) y el guapísimo Cary Grant. El galán de la pantalla debía cumplir las expectativas del público de la década de 1940, tan aficionado a las comedias románticas. 

De RKO Pictures - ebaycard,
Fuente: https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=47903475

Sin embargo Francis Iles, el escritor, había pensado un drama muy distinto. Tras su obra se esconde una historia muy sutil, retorcida y perturbadora, repleta de crítica social, traumas emocionales, y un cierto toque de sarcástico humor británico, que habla del crimen y la complicidad. El novelista pone en un brete al lector, preguntándole qué haría él si estuviera en la misma situación que su protagonista. Y puedo asegurar a quienes me están leyendo, que es imposible mantenerse al margen de lo que acontece a lo largo de la novela.

Es cierto que Hitchcock, genio y figura indiscutible, supo plasmar esa misma tensión en su adaptación, el juego psicológico y los momentos hilarantes de la película son semejantes a los del texto de Francis Iles, además de otros matices artísticos que ennoblecen la película. Sin embargo, los recortes de la trama original que se reflejan en esta, desde mi perspectiva, modifican notablemente el resultado final. Y este factor no afecta solamente a la historia que se narra, eliminando una tercera parte de lo que cuenta la novela, también compromete el conocimiento que se tiene sobre el carácter de los personajes. Especialmente el de Lina McLaidlaw, la particular protagonista de Sospecha, un personaje fascinante que ahora entro a analizar.

Joan Fontaine como Lina McLaidlaw
Fuente: Undine von Reinecke

Lina McLaidlaw, una joven que es considerada solterona a sus veintiocho años, muy inteligente y culta, aunque poco apreciada en su entorno social, cae en manos de un experto manipulador emocional, quien hace de ella el objetivo de sus deseos y cavilaciones. Esta descripción, que en parte resulta muy austenita, por la semejanza que existe entre la protagonista y Anne Eliot, el personaje principal de Persuasión, es el punto de partida que toma Francis Iles para su novela. En ella, el escritor intenta dar respuesta a lo que plantea la siguiente pregunta: ¿qué puede ocurrir cuando una persona sin verdadera autoestima rinde sus armas ante un ser hedonista y carente de moral? El escritor afila su imaginación y da una vuelta al género del misterio, ofreciendo una historia desprovista de tapujos, que luce un aspecto de avanzada modernidad.

De hecho, en mi opinión, esta obra se distancia en mucho de los típicos misterios de la Golden Age, más interesados en enrevesadas tramas y en ofrecer deslumbrantes personajes. El principal motivo de Sospecha reside en el proceso mental de su protagonista, al que el lector se acerca con profundidad gracias a la habilidad del escritor. Todos los miedos, dudas y sufrimientos de Lina McLaidlaw se muestran ante nosotros sin ninguna reserva. No hay descanso para quienes comiencen a leer la novela. Debo confesar, que la empatía inicial que sentí hacia este personaje fue evolucionando en diferentes direcciones. Así de astuta es esta historia.

No obstante, frente a Lina tenemos otro gran personaje, su marido Johnnie Aysgarth. El escritor nos lo presenta como el hijo menor de una prestigiosa familia aristocrática venida a menos. Guapo, seductor y carismático, es un vago redomado al que le gusta apostar en las carreras, un joven acostumbrado a vivir de la picaresca y, pese a ello, ser el alma de todas las fiestas. A priori, Lina McLaidlaw no es el perfil de mujer que pueda elegir como esposa. Sin embargo, Johnnie sabe lo que le conviene, y Lina, por motivos que todos imaginamos, se convierte en la mujer de sus sueños, o eso quiere él aparentar. Y lo hace muy bien, porque ella, pese al potente intelecto que posee y a los renuncios en que pilla a su esposo, se deja frecuentemente manipular.

En este punto, mis lectores se preguntarán cuál es el motivo de originalidad y emoción que posee Sospecha, si el autor desde el principio descubre o da pistas sobre lo que puede ocurrir. Véase como ejemplo el impactante pasaje inicial: 

<Algunas mujeres dan a luz asesinos, algunas se meten en sus camas y otras se casan con ellos. Lila Aysgartth llevaba viviendo casi ocho años con su marido el día que se dio cuenta de que estaba casada con un asesino.>

Joan Fontaine y Cary Grant en una escena Sospecha
Fuente: Undine von Reinecke

La respuesta se encuentra en las intenciones que abriga el autor. Este, más allá de construir una trama sorprendente, puedo asegurar a mis lectores que no esperan lo que se van a encontrar, tiene a todo el mundo acongojado, pendiente de conocer lo que sucederá después. La duda no es si se va a cometer un asesinato, la tensión reside en cuándo y cómo va a ocurrir, y en lo que la protagonista va cavilando por el camino. Y ahí lo dejo, para quienes se decidan a leer esta fantástica obra puedan descubrir por sí mismos todos sus sobresaltos.

No, no me olvido del resto de personajes, que son muchos más de los Hitchcock nos enseña en la adaptación. Todos ellos son interesantes e indispensables en algún momento de la trama, porque contribuyen al perfecto desarrollo de la historia. Por otro lado, sin ellos sería imposible que Francis Iles hubiera conseguido esa fascinante ambientación que posee la novela. El autor logró imprimir a su texto ese carácter tan distintivo de la clase media alta británica de entreguerras, del que tanto y tanto he venido hablando a lo largo de los años de vida del blog. 

Por Sospecha pasan aristócratas afincados en la campiña, nuevos ricos, esnobs impenitentes, el personal de servicio que los atiende a todos, e intelectuales de la gran ciudad que disfrutan del Londres de entreguerras, esperando su gran oportunidad. Debo señalar que mi personaje favorito, dejando a un lado mi interés por la atípica protagonista, es Isobel Sedbusk, una famosa escritora de novelas policiacas, que muy bien podría caracterizar a algunas de las escritoras del antes mencionado Detection Club. En ella, por poner algún ejemplo, he creído adivinar ciertas conductas que me recordaron a Agatha Christie o Dorothy L. Sayers. En ese mismo sentido, hay quienes afirman que la personalidad de este simpático personaje quizá se base en E. M. Delafield (1890-1943), prolífica novelista inglesa, con quien Anthony Berkeley (Francis Iles) mantuvo una estrecha relación de amistad. De hecho, el autor le había dedicado con anterioridad The Wychford Poisoning Case, una novela que fue publicada en 1926. 

Sea como sea, cada pasaje de Sospecha, cada elección de escenario, personaje o pieza musical que se menciona en la novela, son un clave para obtener una soberbia atmósfera, de esas que hacen disfrutar al lector. Como punto destacable, cabe señalar que las alusiones a la educación británica son brillantes, especialmente cuando se refieren al universo de la mujer. Por ese motivo, sorprende la naturalidad que aplica el autor cuando habla de sexo y de la vida extramatrimonial. Otorga al texto un grado de innovación que no suele encontrarse en la narrativa británica de aquella época.

Y hasta aquí llega mi reseña de hoy. Ha sido un auténtico placer leer Sospecha, una novela que me ha fascinado por su perspicaz trama, su audaz osadía y por el hábil manejo de la psicología del individuo. Emoción y tensión se sirven a partes iguales, en un texto que fluye solo y sin interrupción hasta su punto final.


<El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto.> Charles Chaplin (1889-1977)



Undine von Reinecke ♪


El autor por la Editorial

Fuente: Who Editorial 

Francis Iles

Es el seudónimo bajo el que escribió algunas de sus obras Anthony Berkeley Cox (Waldorf, 1893 – Londres, 1971). Berkeley fue una figura fundamental en el desarrollo de la literatura detectivesca. Miembro fundador del Detection Club, publicó toda su obra entre 1925 y 1943. Su novela Before the Fact fue adaptada al cine en 1941 por el cineasta Alfred Hitchcock bajo el título Sospecha. Entre su producción destacan títulos como El caso de los bombones envenenados (publicado por Who Editorial en esta misma colección), The Silk Stokings Murders o Malice Aforethought.

Sus novelas se caracterizan por la agudeza intelectual y el sentido del humor. Las tramas, siempre apasionantes, se aderezan con diálogos ingeniosos e irónicos, que acercan el género policial a la sátira e incluso a la parodia. También experimentó con otras vertientes de la literatura criminal, como la novela de suspense y el policial inverso.

Algunas de sus novelas incluyen agudas reflexiones sobre el género detectivesco y sobre la técnica utilizada por el propio autor. Exhibió gran destreza intelectual y una extraordinaria habilidad para la construcción de sorprendentes rompecabezas criminales.


Comentarios

  1. Buenos días, Undine:
    ¿Que por qué no he leído las novelas en las que se basan algunas de mis pelis favoritas? Buena pregunta que no sé responder. Quizás alguna vez me haya echado para atrás esas diferencias y he pensado que mejor, no. Me pasó con Rebeca que la empecé varias veces y se me hizo bola.
    Me gusta mucho todo lo que cuentas de esta novela y aunque soy muy fan de la peli no me importan esos puntos diferentes, es más, me gusta que se centre menos en lo romántico y más en la psicología del personaje.
    Eso sí, tengo un libro, El cine según Hitchcock, de Traffaut, que son conversaciones entre ellos sobre las pelis de Alfred. Mi intención era ir leyendo y viendo cada película. Siempre tengo buenas intenciones, pero luego...
    Que en cuanto pueda me doy un paseo por las librerías...
    Besotes y feliz semana

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    1. Buenas tardes, Norah.
      Entiendo muy bien lo que comentas, porque a mí también me ocurre en ocasiones.
      Creo que no me he explicado bien, es la película la que tiene esos motivos románticos. La novela es mucho más oscura, perturbadora. El papel de Lina (Joan Fontaine en el film) es incluso más importante que en la peli. Te ruego que des una oportunidad a la novela, porque estoy segura que a Hitchcock le hubiera gustado que su adaptación se pareciera más a ella. Además, en este caso son perfectamente compatibles.

      Con respecto a Rebecca, es una de mis pelis favoritas de Hitchcock, aunque me gustó leer el libro.

      Por cierto, un miembro del club de lectura que modero me pasó un reportaje dedicado a
      la relación que unía a Hitchcock con Traffaut, y en él se hablaba del libro que mencionas. Algún día me haré con él.

      Un beso, y muchas gracias por comentar!!

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  2. Buenas tardes Undine, soy fan declarada de las películas de Hitchcock, y esta es una de mis favoritas, el director rodó dos finales porque él quería uno concreto pero le impusieron el otro porque Gary Grant era un galán y una estrella. La verdad es que disfruté mucho la película y en cuanto a la novela me atrae y me da miedo, aunque lleva entre mis pendientes desde que se publicó. En algún momento la leeré. En cuanto al autor ( que no recordaba este seudónimo) he leído otras historias, entre ellas El caso de los bombones envenenados. Un abrazo.

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    1. Hola, Mar.
      Yo también soy muy fan de Hitchcock. He visto sus pelis más famosas millones de veces y, estoy segura, volveré a hacerlo en repetidas ocasiones. Cuando algo es excelente, no cansa nunca.
      Por cierto, yo tengo varias adaptaciones favoritas, entre ellas ellas está Sospecha, cómo no. Sin embargo, de entre todas ellas destaco Encadenados (la adoro) y Rebecca.

      Un abrazo, y gracias por la visita!!

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  3. Hola guapísima, pues ya lo había visto por la blogosfera, pero me encanta verlo por aquí. Todo lo que has contado me ha encantado, así que puede que sea una opción para la feria del libro.
    Un besazo

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    1. Buenas tardes, Nitocris.
      Ya sabes que la novela policiaca epoquera me gusta especialmente. Te puedo asegurar que Sospecha ha superado mis expectativas con creces. Sé que tú eres entendida en el género y especialmente exigente. No obstante, me atrevo a recomendártela sin lugar a duda.

      Un beso, y muy feliz tarde!!

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  4. ¡Hola! Me parece muy bonito que te sientas más ligada a los clásicos. A mí me pasa al revés, me cuestan bastante más y me resulta mucho más sencillo leer literatura contemporánea, me gustaría ser capaz de variar un poco más. Tomo nota de este libro que tanto te ha gustado. Un besote :)

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    1. Buenas tardes, Marya.
      Cada lector tiene su zona de confort, ¿verdad? Sin embargo, poco a poco voy abriendo camino hacia otras literaturas. Me cuesta, pero el resultado va dando sus frutos. Me agrada que entiendas mis predilecciones literarias, no todo el mundo lo respeta.

      Un beso, y feliz jueves!!

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  5. Cuántos años sin ver la película! Ahora me dejas con ganas de verla. Hitchcock siempre modificaba, hacía sus particulares aportaciones a la historia, y casi siempre acertaba. El libro, tengo que reconocer, que no lo conocía. Me dejas con ganas de leerlo.
    Besotes!!!

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    1. Buenas tardes, Margari.
      Sospecha es una obra de arte, a mí también me fascina. En cuanto a la novela, te aseguro que es absolutamente fascinante. El autor da una vuelta de tuerca al género. No creo que seas infiel a Hitchcock si algún día te decides a leerla.

      En cuanto a los cambios que el director realizó en la adaptación, como decía líneas arriba, en este caso no fueron por su causa sino por culta de los requerimientos de la productora. Lo que Hitchcock quería hacer se acercaba más al carácter de la novela. No obstante, la peli sigue siendo extraordinaria.

      Un beso, y feliz descanso!!

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  6. Buenos días, Undine.
    Ja, ja, una solterona de veintiocho años. Eso son hoy casi todas las mujeres de esa edad. Menos mal que hemos avanzado y lo de solterona ya está fuera de moda, creo.
    Vi Sospecha, lógicamente, un par de veces o tres y me gusta mucho. Es de mis favoritas de Hitchcock. La novela no la he leído, pero viendo las concesiones que el director tuvo que hacer a la censura y al código Heiss en Rebecca, imagino cómo puede ser esta novela. Anotada queda.
    Un beso.

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    1. Buenas tardes, Rosa.
      Así es, solterona antes de los 30. Es tremendo, por eso lo he expresado así. Además, quería crear el clima necesario para que se entendiera qué podía pasar por la cabeza de la protagonista. Y sí, en la actualidad, afortunadamente, las cosas funcionan de otra manera. Al menos en Occidente...

      Con respecto a la novela, mira lo que te digo, no te la pierdas. Sé conseguridad que te va a fascinar.

      Un abrazo, y gracias por la visita!!

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  7. Ohhhhhhhhhhhhhh, vaya reseña buena, Undine. Y qué obra. A ver, yo solo he visto la película. La habré visto no sé la de veces. Hichtcock es mi director favorito en este género de suspense de todos los tiempos pero desconocía que mutilara o modificara los textos originales de este modo. Sí sabía lo que comentas de su personalidad y del trato que daba a sus actrices. En fin, que el cine me resta de leer muchas veces las novelas originales y eso me da cierta rabia. A ver si, por lo menos, puedo leer esta. Besos

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  8. Como siempre: reseñaza. Que de información aportas, en todos los sentidos.
    Esta obra quiero leerla en algún momento, la película me gusta mucho, no sé hasta que punto reducirá mi visión de la novela (siempre prefiero leer el libro y luego ver la película, pero bueno, en este caso ya no puede ser jejeje).
    Ese manejo de lo psicológico me es siempre atrayente, sin duda caerá en algún momento. Destaco que la mayoría de obras de esta editorial, y más su colección Golden Age, son estupendas. Todo un disfrute el catálogo que están conformando.
    Un abrazo.

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