RESEÑA: Y ÉL HARÁ RETUMBAR EL CIELO, ELIZABETH PETERS

 

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Suma de Letras

Traductor/a : Larrea, Juan

Colección: Punto de lectura

Formato: Bolsillo

Nº páginas: 604

Fecha publicación : 01-11-2003

ISBN: 978-84-663-0941-7

EAN: 9788466309417

*Descatalogado, aunque se puede encontrar de segunda mano


Sinopsis de la Editorial

Amelia Peabody, su marido Emerson, su hijo Ramsés y Nefret se encuentran en Egipto realizando una excavación. Poco a poco la situación internacional les hace verse envueltos en una trama de espionaje contra el imperio otomano y su aliado, el ejército alemán, que pretenden tomar el Canal de Suez, punto estratégico vital en la región. Todos los componentes de la familia y sus amigos íntimos se ocultan detalles entre sí para no poner en peligro a los demás. En el caso de Tamsés y Nefret este equilibrio entre la verdad y mentira es aún más difícil, pues a lo largo del relato irán descubriendo que están enamorados.

Afortunadamente todos acaban entendiendo que sólo una acción conjunta obtendrá buenos resultados. Pero Sethos, un misterioros personaje, consumado ladrón y mago del disfraz, les sorprenderá con un golpe de efecto final.


Propuesta musical para este libro

There's A Long, Long Trail, A-Winding

*Crédito del vídeo: Canal de YouTube John McCormack - Tema

El tema que el lector está escuchando se titula There's a Long, Long Trail. Esta canción fue un super hit de la Primera Guerra Mundial, cuya letra pertenece a Stoddard King (1889-1933) y la música al compositor y cantautor norteamericano Alonzo "Zo" Elliott (1891-1964). Los dos caballeros eran estudiantes de último año en Yale cuando escribieron la canción, actividad que realizaron enteramente por ocio. Sin embargo, tras haberla estrenado frente a sus compañeros de estudios y presentarla a diferentes productoras musicales, que no pronosticaban el éxito, el tema musical fue publicado en 1914, triunfando internacionalmente muy pronto. Su letra bucólica, que habla de un deseado reencuentro romántico, y su apasionada melodía emocionaron al público de aquellos días, que vivía con el corazón encogido por culpa de la contienda, pensando en los soldados que luchaban en el frente.

Mi elección de There's A Long, Long Trail para acompañar la reseña de hoy, se debe a que esta canción es mencionada en la novela. Elizabeth Peters la utiliza durante una de las escenas más románticas, y explica la implicación que esta canción tuvo durante la Gran Guerra, momento en el que se desarrolla la historia de Y él hará retumbar el cielo.


Lo que Undine opina del libro


<Cásate con un arqueólogo. Cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará.> Agatha Christie (1891-1976)


Hoy, 15 de mayo de 2024, llego a Giza, Egipto, en mi fascinante peregrinar literario La vuelta al mundo en doce libros👈. Por cuarto año consecutivo, sigo los pasos de Phileas Fogg, el héroe novelesco de Julio Verne, y he vuelto a recalar en las enigmáticas tierras egipcias, polo de atracción de poetas, novelista, turistas y grandes aventureros, que hicieron de la arqueología algo más que una interesante ocupación.

Eduard Toda y Güell ataviado al estilo de una momia
 en el antiguo Museo de Bulaq (El Cairo)
Fuente: novoyadecirqueno.wordpress.com

Muestra de ello son las dos primeras entregas del reto, que dediqué a Mil millas Nilo arriba de Amelia B. Edwards👈 y a las memorias tituladas A través del Egipto (1889) de Eduard Toda i Güell👈, dos textos decimonónicos, escritos por dos protectores europeos de la egiptología, donde pude visitar las riquezas arqueológicas de Egipto gracias a las vivencias que sus autores plasmaron en sus respectivos libros. Sin embargo, en la tercera edición de La vuelta al mundo en doce libros, quise centrarme en el interesante Valle de los Reyes, y ello me dio la oportunidad de hablar de lo que significaba la muerte para los antiguos egipcios, y de la relevancia del arte funerario de aquella milenaria civilización. Aquella etapa de mi tercer viaje literario, también me brindó la ocasión de viajar a Guiza para comentar los misterios de la Gran pirámide de Keops.

En la presente edición, regreso a Guiza, interesante ciudad situada en el Nilo, a poco más de veinte kilómetros del suroeste del Cairo, para fijar mi mirada en la famosísima Esfinge, que está situada frente a la antes mencionada pirámide de Keops, y muy cerca de las de Kefrén y Micerino, los grandes monumentos funerarios de la dinastía IV, erigidas hace aproximadamente unos cuatro mil setecientos años, que presiden la meseta de Guiza. 

En el Imperio Antiguo Egipcio (2686-2181 a. C), Guiza formaba parte de la gran necrópolis de Menfis, por aquel entonces la capital, y era conocida como Her-necher. Este gran lugar de enterramiento, no sólo cuenta con la presencia de las monumentales pirámides de los faraones; también se encuentran allí otro tipo de tumbas, como mastabas e hipogeos, donde fueron sepultados diferentes miembros de la familia reinante, altos dignatarios o sacerdotes. Por otro lado, además de todas estas sepulturas, los visitantes pueden encontrar en este interesante complejo funerario otras edificaciones del mismo carácter, como templos y pirámides menores.

Esfinge de Guiza, grabado de Frederic Louis Norden (1737/1755)
Fuente: Wikipedia

Sin embargo, hay una edificación que por su simbología y misteriosa imagen desde siempre ha despertado un gran interés. Me refiero a la Gran Esfinge, una colosal figura esculpida sobre un montículo de la citada meseta, compuesto por roca caliza, de veinte metros de altura y algo más de setenta de longitud. Esta sugerente figura, que posee cuerpo de león y cabeza humana, algo que para los egipcios era símbolo de la inteligencia y la fuerza, fue esculpida alrededor del año 2.500 a.C. como parte del complejo funerario de Kefrén, con la finalidad de convertirse en el guardián que protegiera su tumba. Por ese motivo, se ha querido ver en ella el rostro del poderoso faraón, quien mandó construir junto a ella un templo, el cual comunicaba con su pirámide mediante una larga avenida procesional. La esfinge siempre fue un lugar de veneración y culto, que tuvo su especial momento de gloria durante el Imperio Nuevo (1550 a. C.- 1070 a. C.), y era identificada, entre otros, con el dios Horus, una de las deidades más importantes del Antiguo Egipto, siendo algunos de sus atributos más importantes gobernar como dios de la realeza y del cielo, según la mitología egipcia, así como de la guerra y de la caza.

En origen, la Gran Esfinge de Guiza era policromada. De hecho, su gran cabeza era de color rojo y el nemes que la cubría (tocado de tela usado por los monarcas egipcios en su lecho funerario) presentaba rayas blancas y azules. Sin embargo, a causa de la acción del viento y la arena, así como del vandalismo humano, la esfinge sufrió una tremenda degradación y no ha llegado íntegra hasta nuestros días. Estos desperfectos son especialmente visibles en la zona del cuerpo, sometida a una tremenda erosión, y que oculta bajo su volumen varios pozos excavados por los míticos ladrones de tumbas.

Napoleón contemplando la Gran Esfinge, semienterrada por las arenas del desierto
 Óleo de Jean-Léon Gérôme (1867-1868)/ Fuente: Wikipedia

No obstante, quizá la característica más notable de esta imagen sea la tara que posee su rostro, al cual se le amputó la nariz. Existen hipótesis que apuntan hacia un castigo infringido a la imagen en 1378 por parte del sufí musulmán Muhammad Sa'im al-Dahr, que quiso erradicar la herejía entre los campesinos, quienes practicaban el culto a la esfinge, con la intención de obtener buenas cosechas. Así lo narra el historiador árabe del siglo XV Al-Maqrizi, y los estudios arqueológicos de siglos posteriores confirman que la nariz fue cercenada intencionadamente, clavándole instrumentos alargados en diferentes emplazamientos, aunque los expertos han datado esta profanación entre los siglos III y X d. C., muchos años antes de la existencia de aquel caudillo musulmán. Otras narraciones populares atribuyen la desaparición del apéndice a los tiempos de la Cruzada de Alejandría, emprendida por Pedro I de Chipre en 1365, como también a la intervención de los mamelucos, y en tiempos más modernos, al paso de Napoleón por tierras de Egipto. Lo cierto es que no se tiene certeza de lo que ocurrió con esa legendaria nariz, como tampoco se conoce de manera contundente el origen de la barba ceremonial que un día lució la esfinge (se cree que fue colocada posteriormente), y que hoy se encuentra en el Museo Británico de Londres.

Son muchas las fábulas que rodean a la Gran Esfinge de Guiza, los arqueólogos y novelistas han reflejado muchas de ellas en sus trabajos. Y no es de extrañar, porque algunas de estas esfinges fueron construidas por los egipcios con la creencia de que durante la noche cobraban vida y protegían al templo junto al que fueron erigidas. Es más, hay relatos que hablan de hechos que incluyen voces y sonidos extraños provenientes de ellas. En el caso de la Gran Esfinge de Guiza, este fenómeno se ha achacado a la picaresca de ciertos individuos. Así lo fundamentó el viajero alemán Johann Helffrich quien, a mediados del siglo XVI, viajó a Guiza y dijo haber presenciado cómo los monjes egipcios se introducían dentro de la Esfinge para comunicarse con el pueblo haciéndose pasar por esta.

Representación de la Esfinge en el libro de Helffrich
Fuente: Wikipedia
Sea como sea, lo cierto es que la Gran Esfinge de Guiza ha sufrido mucho a lo largo del tiempo, y no sólo por la actuación de los fenómenos naturales y el vandalismo, también las empresas arqueológicas que desde antaño han actuado sobre el monumento tienen parte de culpa sobre su degradación, ocasionando daños de diferente origen y condición.

A este tema, entre otros apasionantes motivos, alude la escritora Elizabeth Peters en su  novela Y él hará retumbar el cielo, perteneciente a la colección protagonizada por la arqueóloga Amelia Peabody, que fue publicada en nuestro país en el año 2003 por la editorial Suma de Letras. Mi edición corresponde a la colección Punto de Lectura, y cuenta con la traducción de Juan Larrea.


Y él hará retumbar el cielo nos traslada a Egipto durante los años en que se desarrolla la Primera Guerra Mundial. Muy cerca del Cairo, y a una corta distancia de Guiza, se encuentra la residencia de Amelia Peabody y su marido el arqueólogo Emerson. El matrimonio vive allí junto a su hijo Ramsés y la joven Nefret, que es la protegida de la familia, e intentan seguir con sus labores de excavación, pese a los sinsabores propios de la contienda. Los Emerson viven preocupados por el destino del resto de los miembros de la familia, que por culpa de la guerra, están en el frente, en Inglaterra, o diseminados por el resto de la geografía mundial. A estas preocupaciones se unen las acusaciones de cobardía que periódicamente recibe Ramsés, quien es agasajado por las damas del Cairo con acusadoras plumas blancas, por su negativa de partir como soldado hacia el frente. Sin embargo, no todo es lo que parece y, tras las labores arqueológicas de los Emerson, se esconde una importante investigación que, muy posiblemente, cambie el curso de la guerra. ¿Será posible que esta familia de arqueólogos salga victoriosa de tal peligrosa empresa?

Edición en inglés (Fuente: Amazon)

Y él hará retumbar el cielo es una emocionante y romántica historia, que fue publicada originalmente por la editorial William Morrow and Company en el año 2000. La historia es la duodécima novela correspondiente a la serie protagonizada por la detective aficionada y arqueóloga por matrimonio Amelia Peabody Emerson, que es una colección de veinte novelas y un volumen de no ficción, pertenecientes al género del misterio histórico, escritas por la autora Elizabeth Peters. 

La serie se centra en las aventuras de la poco convencional egiptóloga antes mencionada, y por las que desempeñan un copioso número de familiares, amigos y conocidos de Amelia. Algunos de estos personajes son salidos de la imaginación de la escritora, pero otros están extraídos de la realidad. De esta manera, la autora consigue crear una atmósfera sólida y acertada, dando veracidad a sus historias.

En ese mismo sentido, Elizabeth Peters es realmente un seudónimo literario. Tras él se esconde la egiptóloga norteamericana Barbara Mertz (1927-2013). Imagínense mis lectores la profundidad científica que pueden alcanzar estas novelas, teniendo presente la preparación académica de su autora.

No obstante, la misión de estas novelas no es divulgativa, sino la de entretener. De hecho, el lector puede adivinar en estas novelas cierto regusto de parodia del género novelesco nacido en época victoriana que centraba su interés en la egiptología. El tono de estas obras tiene sin duda un acento cómico, y lo combina en el mismo porcentaje con el romance y la aventura, un equilibrio que la escritora supo manejar muy bien, consiguiendo que sus novelas lograran captar la atención de un amplio espectro del público lector.

En el caso que me ocupa hoy que, como señalaba en líneas anteriores, es Y él hará retumbar el cielo, la novela transcurre varias décadas después de la primera historia protagonizada por Amelia Peabody. En aquella aventura, que se publicó originalmente en 1975 con el título original de Crocodile on the Sandbank, la protagonista se presentaba al público como una heredera millonaria, soltera, sufragista y erudita, que vive en la Inglaterra de 1884, y que quiere salir del país para conocer mundo. En el momento actual, han pasado un par de décadas, y de aquella solterona poco queda, quizá sólo su inquietud por el destino femenino.

Edición en inglés de la primera aventura
 protagonizada por Amelia Peabody
Fuente: Amazon
Ya casada y poseedora de una amplia e interesante familia, Amelia aún es capaz de despertar el interés de su marido y de otros caballeros, como el malvado villano Sethos, que ven en ella una mujer de bandera, pese a su edad. No obstante, sus devaneos amorosos comparten protagonismo con la verdadera historia que la escritora nos quiere relatar. A saber, la primera Ofensiva sobre el Canal de Suez, acontecido realmente entre el 26 de enero y el 4 de febrero de 1915, que llevó a cabo el ejército otomano, liderado por sus aliados alemanes. El Imperio Británico con su ejército, que por aquel entonces aún ocupaba Egipto, se encargaban de proteger este importante punto estratégico, que tanto interés tenía para todos los bandos implicados en la contienda.

Con este principio argumental tan interesante, y adjuntando un sinfín de datos históricos y socioculturales de interés -entre ellos las menciones a famosas figuras de la arqueología como es el caso del francés Gaston Maspero (1846-1916), el inglés Hogard Carter (1873-1939), o el alemán Ludwig Borchardt (1863-1938)-, Elizabeth Peters construye una interesantísima trama, repleta de personajes sospechosos y glamurosos.

El lector se entretendrá adivinando quienes de entre los personajes que aparecen son espías, aristócratas, verdaderos arqueólogos, o, simplemente, viajeros curiosos, como los que aparecían en las novelas ambientadas en tierras exóticas de Agatha Christie. Debo señalar que mi personaje favorito no es ninguno de ellos, sino la gata Seshat, un felino sabio y misterioso, que aumenta el carácter enigmático de esta historia.

Por cierto, y ya que ha salido a colación la Gran Dama del Misterio, es de justicia mencionar que en 1989 Elizabeth Peters fue merecedora del galardón The Agatha Awards (novela Naked Once More), que es un premio literario destinado a escritores de misterio y crimen que utilizan el mismo método que Agatha Christie, y optó al mismo premio por la obra que nos ocupa hoy.

Sea como sea, la atmósfera es impecable, y en la historia aparecen lugares que alimentan su glamour, como el conocidísimo hotel Savoy del Cairo, que estaba situado en el centro de la ciudad, y que abrió sus puertas en el año 1898, siendo tomado por las fuerzas británicas al comienzo de la Primera Guerra Mundial-, o los yacimientos arqueológicos de Guiza anteriormente mencionados, donde el lector puede contemplar la metodología de trabajo que en aquellos días se ejecutaba.

Representación de las pirámides de Giza en el libro de Helffrich.
Fuente: Wikipedia

No menos interesantes son las descripciones de los barrios, calles y callejuelas cairotas, con sus comercios dedicados a la baratijas, antigüedades, y tabernas, donde comerciantes, turistas y ladronzuelos conviven a la vez. Las descripciones son sabrosas, y sirven de soporte a esta emocionante historia que, por su buenísima ambientación, muy bien podía confundirse con una obra escrita en esa misma época.

En cuanto a la trama principal, que es el misterio de espionaje y traición que Amelia y el resto de los Emerson deben desentrañar, debo decir que tiene varios intereses comprometidos. Algunos recuerdan a la película Lawrence de Arabia, basada en la vida del militar, arqueólogo y escritor británico T. E. Lawrence (1888-1935), y otras a cualquiera de las novelas protagonizadas por Hercules Poirot. El conjunto de todas estas imágenes conforman una obra amena, divertida e interesante, que cualquier amante de los misterios de la Golden Age sabrá apreciar. Si tuviera que poner algún pero a esta novela, sería su larga extensión, ya que algunos pasajes, en mi opinión, resultan reiterativos.

En otro sentido, y encarando el final de la reseña, el significativo título de Y él hará retumbar el cielo alude a una historia mitológica egipcia que se localiza en los famosos Papiros de Chester Beatty, que son un grupo de antiguos manuscritos de textos bíblicos, la mayoría escritos durante el siglo III, que en la actualidad se encuentran repartidos entre la Biblioteca Chester Beatty de Dublín (Irlanda) y la Universidad de Michigan (EEUU). La narración a la que hace mención el título es Las contiendas de Horus y Seth, una historia de la Vigésima Dinastía de Egipto, que relata las batallas entre los dioses antiguos Horus y Seth, clara referencia a otras batallas más modernas que se mencionan en la novela.

Y hasta aquí mis impresiones sobre Y él hará retumbar el cielo. Ha sido todo un placer embarcarme en esta historia que cumple con creces esas reglas que muchos apreciamos en la ficción.


<Los buenos terminan felices; los malos, desgraciados. Eso es la ficción.> Oscar Wilde (1854-1900)


Undine von Reinecke ♪


👉Con esta reseña participo en el Reto Egipcio, categoría misterio, que organizó el pasado año el blog amigo Inquilinas de Netherfield


La autora por la Editorial

Elizabeth Peters nació y se educó en Illinois, donde obtuvo el doctorado de Egiptología por el afamado instituto Oriental de la Universidad de Chicago. Ganadora de un premio Agatha, la señora Peters fue nombrada Gran Maestre en la sesión inaugural de los Premios Anthony en 1986, y Gran Maestre por los Escritores de Misterio Americanos durante la entrega de los premios Edgar en 1998. En 1990 fue nombrada Doctor Honoris Causa en Humanidades por el Hood College. Conferenciante habitual en museos y bibliotecas, vive en una antigua granja de Frederick, Maryland, con seis gatos y dos perros.


Comentarios

  1. Buenos días, Undine.
    Qué bien me lo voy a pasar con esta lectura. Además si ella sabía de buena mano de lo que hablaba, ha tenido que crear unas muy buenas aventuras. Egipto es mi debilidad aunque cada vez veo más complicado poder ir, así que me valen los libros.
    Ya lo tengo fichado en iberlibro y a buen precio. En las librerías físicas de segunda mano nunca encuentro nada, solo lo que está en la mesa de los "nuevos" o en el escaparate.
    Esta etapa del viaje es de mis favoritas.
    Besitos y feliz semana festiva

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  2. Hola, Undine.
    Me ha resultado muy interesante todo lo que cuentas de la esfinge y su historia. La novela en sí me atrae menos porque ya me estaba pareciendo el estilo de Agatha Christie, que me gustó mucho en mi adolescencia y contribuyó en gran medida a la lectora que soy, pero que hace tiempo que tengo un tanto dejada. No obstante, esa ambientación en la Gran Guerra y el tema del espionaje etc., sí que me resultan atractivos. No aseguro nada.
    Un beso.

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  3. Buenas tardes Undine, en esta ocasión no me lo llevo porque ya lo tengo. De esta serie he leído varias entregas, que me he ido comprando a lo largo de los años y las he disfrutado mucho. Me encantan Amelia, Emerson, Ramsés, Nofret y David, sus familiares y amigos y la ambientación, aunque no controlo lo suficiente sobre Egipto para saber si meten o no lo pata; aún asi pienso que para los no iniciados están muy buen y son muy entretenidos. Tú reseña cómo siempre impecable. Un abrazo.

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  4. ¡Hola! Me encanta cuando las descripciones de un libro aportan tanto por lo bien detalladas que están. Yo no puedo asegurar que lo vaya a leer pero sí que se ve interesante. Un besote :)

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  5. Hola Undine,
    Hemos "coincidido" en Egipto estos días pues me estoy leyendo "Aquí vivió Nefertiti", de Mary Chubb, como parte del reto de Serendipia. ¡Caramba! ¿Cómo no nos hemos visto? Supongo que porque tú has estado en el Cairo y yo sigo en Amarna ja, ja. En fin, que ha sido un placer leer tu reseña y descubrir a Elizabeth Peters y sus novelas de misterio ambientadas en Egipto y el mundo de la arqueología. Me has puesto la miel en los labios al definirla como una novela de aventuras, romance y misterio en la línea de Agatha Christie así que la tendré en mi radar por si la localizo.
    Imagino que al haberse publicado hace veinte años será difícil conseguirla pero quizás se halle en alguna biblioteca y solo sea cuestión de desenterrarla como una buena arqueóloga.
    Muchas gracias y un abrazo,
    Teresa (de Letras Parlanchinas)

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  6. Hola Undine, veo que te ha gustado esta novela tanto como a mí, la leí este marzo. La leí porque quería saber qué les ocurría a alguno de los personajes, ya que me leí El halcón en la puerta, el año pasado para el reto de MH. Y porque me encanta Egipto, ya lo sabes... Esta tiene un poquitín menos de arqueología y un poquitín más de espionaje, pero me gustó bastante.
    Un besazo

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  7. Pues no sabía nada de esta novela, ni de su existencia. Y la trama me llama bastante. Si tropiezo con ella, caerá.
    Besotes!!!

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  8. Bueno, bueno, bueno, Undine. Me has tocado la fibra sensible. La mía y la de mi sobrina. Me encanta Egipto como ambientación. He leído hace tiempo unas cuantas novelas que ocurren en el país de las pirámides y me fascinan. Aprender sobre la cultura , con su toque de misterio, es algo que me atrae un montón. La tendré muy en cuenta. Besos

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