RESEÑA: "RESURRECCIÓN", LEV TOLSTÓI
Fuente: @undine.von.reinecke Instagram |
Ficha Técnica:
Traductor: Víctor Andresco
Título Original: Voskreséniye
Colección: Literatura
Autor: Lev Tolstói
Páginas: 408
Formato: 17 x 22 cms.
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta y punto de
lectura
ISBN:
13978-84-16968-93-0
Sinopsis de la editorial:
Publicada por entregas en el periódico Niva hace ahora
ciento veinte años, Resurrección (1899) no solo es la última novela aparecida
en vida de Lev Tolstói sino también la tercera en ambición del escritor ruso,
tras Guerra y paz (1869) y Anna Karénina (1877). Cumplidos los sesenta años,
Tolstói ya no era el mismo y su preocupación por la búsqueda de una sociedad
más justa se había acentuado cuando abordó en Resurrección las contradicciones
de la aristocracia rusa y sus privilegios sobre la población campesina, que
vivía prácticamente esclavizada. Poco antes de casarse con la hija de un noble,
el joven noble Nejliúdov, que incorpora rasgos autobiográficos de su autor,
asiste como jurado al juicio contra la que fuera un amor de juventud, Ekaterina
Máslova, condenada por envenenamiento a una cárcel siberiana. El remordimiento
le llevará a plantearse las relaciones de los poderosos con los más humildes y
la incapacidad de estos para defender sus derechos.
Propuesta musical para el libro:
Lo que Undine piensa del libro:
<Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados y maestros, sería oportuno saber si no se está muriendo de hambre.>Lev Tolstói
Fuente: elmundo.es |
Llevaba tiempo aplazando la lectura de Resurrección, y no
por falta de interés. Mi absoluta admiración por la narrativa del insigne ruso me
hizo dilatar el placer de su lectura, ¿cómo enfrentarme a la realidad de no
tener otra gran obra suya por descubrir? Pero este mes de octubre pasado, aprovechando
la nueva y maravillosa edición del libro realizada por Víctor Andresco y la
editorial Reino de Cordelia, me decidí a abordar por fin esta extraordinaria
novela con mucha expectación y un tremendo respeto. No en vano, Resurrección, está
considerada por muchos entendidos en la materia como la gran obra del autor. En
ella recoge todas sus enseñanzas últimas, su gran filosofía de vida. Y yo, que
me tengo por una lectora en constante aprendizaje, me dispuse a conocer de
primera mano lo que tantas veces se ha usado por ideólogos y políticos de
diferentes corrientes como bandera de
pensamiento.
Fuente: Undine von Reinecke |
H. D. Thoreau. Fuente: Wikipedia |
<En vano se esforzaban cientos de miles de hombres, hacinados en un pequeño espacio, en esterilizar la tierra que los sustentaba cubriéndola de piedras, para que nada pudiera germinar, y arrancando las hierbecillas que pugnaban por salir; en vano impregnaban el aire con humo de carbón y petróleo; en vano talaban los árboles y exterminaban a los animales y los pájaros, porque, incluso, en la ciudad, la primavera era siempre primavera. El sol resplandecía, la hierba –resucitando- crecía y verdeaba por todas partes donde no la habían quitado, no solo en los céspedes de los bulevares, sino incluso entre los adoquines del empedrado. En los álamos, abedules y cerezos silvestres despuntaban hojas pegajosas y perfumadas; los brotes de los tilos estaban a punto de reventar; las cornejas, gorriones y palomas construían sus nidos con alegría primaveral, y las moscas –al calor del sol- zumbaban junto a los muros. Estaban alegres las plantas, los pájaros, los insectos y los niños. Pero los hombres –los hombres mayores hechos y derechos- no cesaban de engañarse y atormentarse. Consideraban que lo sagrado e importante no era aquella mañana de primavera ni la belleza del mundo creada por Dios y concedida para dicha de todos los seres vivientes –belleza que disponía a la paz, a la armonía y al amor-, sino lo que ellos mismos habían inventado para dominarse unos a otros.>
Un bello pasaje inicial que sirve como introducción a la
apasionada, poética, terrible y, pese a todo, bellísima historia que tiene como
principal protagonista al príncipe Nejliúdov. Un joven rico de la vieja nobleza rusa, bien educado, pero
echado a perder por los vicios y el excesivo lujo de la sociedad superficial y
privilegiada a la que pertenece. Una figura que, una vez más en la trayectoria
como escritor de Tolstói, tiene connotaciones autobiográficas, y que supera en
construcción y evolución a Pierre Bezújov (Guerra y paz), y a Konstantín
Dmítrievich Lyovin (Anna Karénina). Un personaje fascinante y carismático donde
los haya, que es magníficamente acompañado, formando un dueto extraordinario con
la protagonista femenina, “la Máslova”. Una heroína a la altura de Madame Butterfly, salvando las distancias.
Un ser imperfecto y bello a la vez, pero sobre todo muy humano, capaz de
sacrificios colosales. Katiuska Máslova es ya mi favorita por encima de
cualquier otro personaje femenino de Tolstoi.
Fuente: Edición Reino de Cordelia |
En el mismo instante en que se cruzan sus ojos con los de
Katiuska, quien no le reconoce, toda su vida pasa ante él rebelándole lo que su
conciencia había acallado durante diez años. Su inmundicia, su inhumano
proceder para con un ser inocente, como era Katiuska en aquellos días, invade
sus recuerdos haciendo partícipe al lector de todo ello. Su memoria recorre todos
los acontecimientos vividos hasta la fecha del juicio y su reencuentro con
Katiuska.
La mala conciencia
del joven príncipe, quien ve aterrorizado cómo su egoísmo y perversión condujeron al abismo a la dulce e inocente muchacha
que un día amó, de la que poco queda ya, le incitan a rectificar sus actos y
emprende una campaña para salvarla, llegando incluso a plantearse el matrimonio.
Esta empresa le llevará a modificar su vida a fondo poniendo bajo el microscopio
todas las facetas de ella, enmendando los errores cometidos. Pero sus buenos
sentimientos y proyectos de cambio encontrarán dificultades insospechadas,
terribles e imposibles de vencer. Se tropezará con la ignorancia del campesino,
el egoísmo de la sociedad acomodada, la corrupción del gobierno y la
administración rusa, la ceguera de la iglesia y la falta de compasión
generalizada.
Emprenderá un duro camino de lucha para alcanzar la verdad, el perdón, la salvación: su resurrección. Un éxodo siguiendo al objeto de su penitencia, Katiuska,
que le llevará por tierras siberianas conociendo todo tipo de gentes y
problemáticas ignoradas deliberadamente por la conciencia colectiva. ¿Conseguirá
el príncipe Nejliúdov alcanzar la salvación a través del perdón de Katiuska?
¿Alcanzará la verdad última?
Cuando el lector se adentra en la sinopsis del libro, aparentemente,
la novela podría pasar por una historia más del realismo literario de la época:
Madame Bovary, La Regenta, o la propia Anna Karenina, son novelas que cuentan
pasiones prohibidas y dramáticas para tratan problemáticas de una sociedad caduca
y rancia, que necesita un cambio con urgencia. Y la relación del príncipe Nejliúdov
con la guapa sirvienta Katiuska, a quien empuja a la prostitución, sería
digna de protagonizar una ópera de Puccini, como todas ellas. Pero la Trágica historia
de estos personajes va mucho más allá de lo que la historia inicial nos cuenta.
Sus logros superan y engrandecen la
literatura de su tiempo, consiguiendo que la novela supere los cánones establecidos
hasta el momento y dé un nuevo significado al término de novela y al movimiento
realista.
Su narrativa es rica en descripciones y léxico, pero no
excesiva, siendo su lectura fluida y de bellísima factura. Las escenas que
contiene son de una precisión abrumadora, consiguiendo que el lector imagine al
detalle la atmósfera creada en cada episodio, como también el carácter de sus personajes. Algo imprescindible para el fin que
Tolstói quería conseguir: crear conciencia en el hombre, adoctrinar. ¿Pero cómo
interesar al lector en unos hechos terribles y tristes?
Para ello utiliza una fórmula aparentemente sencilla. Además
de contener un argumento sólido con una historia romántica de fondo, que sostiene
y arma la novela, Tolstoi divide el libro
en tres partes. Utiliza la fórmula más conocida a la hora de analizar un texto,
esa que nos enseñaron en el colegio: introducción, núcleo y conclusión. De esta
manera consigue emocionar e impresionar al lector progresivamente hasta llegar
al punto final en el que cae rendido a sus pies por la grandeza de su narrativa
poética, vehemente y seductora.
Fuente: Edición R. Cordelia |
Según esto, Tolstói, se vale de la primera parte para poner en conocimiento del lector toda la historia de los amantes; nos habla de los personajes, de su carácter y sus intenciones. Crea la atmósfera necesaria para mantener la atención del lector. Una tensión psicológica que pocos escritores consiguen con tanta fluidez como él.
En la segunda parte se desarrolla toda la acción principal.
En ella el príncipe Nejliúdov se enfrentará a todas las vicisitudes posibles
para conseguir su meta, la liberación de Katiuska. Y para ello tomará decisiones
vitales, que le llevarán a viajar hasta sus posesiones en el campo, donde
conoceremos la problemática de los campesinos, su ignorancia y la complicidad
con un sistema social que los oprime. Admirable es el párrafo donde lo cita:
<La gente se muere y está acostumbrada a esta extinción, a su alrededor se han creado unas condiciones propicias para que perezca: la muerte de los niños, el excesivo trabajo de las mujeres, la falta de alimentos para todos, especialmente para los viejos.
Así, poco a poco, la gente llega a esta situación sin darse cuenta de todo su horror y sin quejarse por ello.>
Brillante, horroroso, pero una verdad que se atrevió a decir
en alto Lev Tolstoi. El autor introduce este tema en la trama para denunciar la injusticia que
sufren los ignorantes y desheredados de la tierra. Filosofa sobre ello, postula
por una solución al tema del derecho a una vida digna y se cuestiona la
propiedad sobre las tierras.
En la segunda etapa del viaje el príncipe viajará a San
Petersburgo. Allí nos paseará por todo el sistema judicial y gubernamental ruso
de la época; conoceremos sus entrañas más putrefactas; nos presentará la
hipocresía de políticos y de falsos samaritanos que buscaban nuevas religiones para
no enfrentarse a los problemas cercanos. Viviremos la superficialidad de la
aristocracia, ajena a los problemas existentes, a quien critica de manera vehemente.
En este núcleo de la novela, Tolstoi plantea toda la
problemática de la sociedad, cuestiona absolutamente todos los cimientos en los
que está basada: el zar, la iglesia, el ejército, el sistema carcelario, la economía, el campo, la
esclavitud abolida en 1861. Todo es analizado desde diferentes aspectos sin llegar a
ninguna conclusión definitiva. Algo característico en el pensamiento del escritor, de
quien Lenin diría que era “el espejo de la revolución rusa”, y a quien criticaba
por las contradicciones en sus ideas. Un ejemplo de ello lo podemos en este
pasaje, en el que el príncipe Nejliúdov se está planteando liberar sus tierras
y dárselas a los campesinos, y busca para ello la fórmula mágica para conseguir
hacer lo correcto:
< Más de una vez, al comparar la situación del dueño de unas tierras con la de los siervos, consideró que arrendar la tierra a los campesinos en vez de que la cultivaran como obreros era lo mismo que si un propietario de siervos les concediese la libertad a cambio de tributos. No era una solución al problema, pero era un paso hacia la solución: era pasar de una manera grosera de violencia a otra menos grosera.>
Una segunda parte del libro maravillosa, apasionante, con pasajes
brillantes como en el que compara a una dama de la alta sociedad con una vulgar
dama de la noche que pasea por la famosa avenida Nevski, inmortalizada por
Gógol en Historias de San Petersburgo. Que le sirve a Tolstói para llegar al
cenit emocional de su protagonista, su desprecio por la corrupción moral de la
sociedad aristocrática a la que pertenece. El protagonista comprende que debe seguir en su búsqueda de la
verdad, la cual no conoce, pero aún así debe encontrar. La redención a través de la
renuncia a lo material, ese es el camino. Pero, ¿cómo?
El cómo le será revelado a Nejliúdov en la tercera y última
parte del libro. En ella se nos relata el peregrinaje de presos, políticos y
comunes, hacia tierras siberianas. Para ello, utiliza hechos verídicos acontecidos
en sus días, como el maltrato a un preso que se desesperaba por no poder coger
en brazos a su hija (huérfana de madre), al estar esposado, y que es golpeado
con violencia por un militar.
En este éxodo triste e inhumano, el príncipe verá horrores
ilimitados, y se preguntará en múltiples ocasiones por su cordura al contemplarlos. Uno de los pasajes más
emocionales y elocuentes de la novela se refiere a ello de este modo:
<Pensar que lejos, en alguna parte, unos hombres atormentan a otros, sometiéndoles a toda serie de humillaciones y sufrimientos, es muy distinto a presenciarlo a lo largo de tres meses. Y Nejliúdov lo había experimentado. Más de una vez, en el transcurso de ese tiempo, se preguntaba: “¿Estoy loco porque veo lo que otros no ven o están locos los que hacen lo que veo?”. Pero las personas que ejecutaban lo que tanto le sorprendía y horrorizaba -¡y había tantas!- tenían la plena seguridad de que no solo debía ser así, sino que realizaban una cosa muy importante y positiva. Por tanto, resultaba difícil reconocer a toda esta gente como locos, y tampoco se podía reconocer loco porque se daba cuenta de la claridad de su pensamiento. Y por ese motivo se encontraba continuamente perplejo.>
¿Y quién no se siente continuamente perplejo hoy día, verdad?
No temáis, queridos lectores, la perplejidad del príncipe será paliada al
llegar a su meta final, él lo conseguirá. Eso sí, deberá acometer una última
batalla interior, tormentosa y esclarecedora de la que saldrá victorioso. O mejor
dicho, y citando a Tolstói al final del libro, el futuro nos lo enseñará.
Resurrección es una gran novela, una de las mejores novelas
que he leído si no la mejor. Su éxito fue tremendo ya en su época, traduciéndose
a múltiples idiomas. Pese a ello, Tolstoi fue excomulgado por la iglesia
ortodoxa, a quien atacó sin piedad, es cierto. Pero él solo era testigo de lo que
veía. Su profunda fe en el amor al prójimo, en la redención a través del perdón,
y en la lucha pacífica, hicieron de él un ser excepcional. Un ferviente amante
del ser humano , que en sus últimos momentos de vida, y habiendo perdido ya la
lucidez, dijo: “Amo la verdad”.
Yo no sé dónde se encuentra la verdad, ni si hay una única verdad,
pero he leído a Tolstoi, y de él he aprendido, como también lo hiciera Mahatma
Gandhi, a quien se le atribuyen estas palabras:
<"No hay camino para la paz, la paz es el camino".>
Undine von Reinecke ♪
De la edición de Víctor Andresco:
Hablaba al comienzo de la reseña de la perplejidad a la que
nos enfrentamos hoy día cuando encontramos un gesto amable en nuestro caminar, debido a la falta de costumbre. Del mismo modo sucede en nuestra vida cuando entre
tanta vulgaridad descubrimos algo hermoso, cuidado, pulido
hasta el mínimo detalle. En un mundo ruidoso, superficial, y algo obsceno como
el que tenemos, encontrar la armonía es algo reconfortante.
Así es esta edición de Resurrección, que Víctor Andresco ha
realizado y prologado, para Reino de Cordelia. Un trabajo serio ejecutado con
amor y respeto. Algo que un lector debería exigir siempre con pasión y
agradecimiento.
<” ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de a agradecérselo a otro que al mismo cielo!”>Miguel de Cervantes
El autor por la editorial:
Fuente: Ed. Reino de Cordelia |
Lev Tolstói
(Yásnaia Poliana,, 1828 – Astápovo, 1910) Es uno de los
novelistas rusos que más contribuyó a modernizar la literatura universal
durante el siglo XIX. Hijo de una aristocrática familia de terratenientes, en
1852 se alistó en el Ejército y participó como oficial en la guerra de Crimea.
En 1856 abandona la milicia, regresa a Petersburgo e inicia una serie de viajes
por Europa en busca de nuevas experiencias pedagógicasque plasmaría
posteriormente en la revista mensual Yásnaia Poliana, nombre de su localidad
natal, donde también abrió una escuela para niños. Intelectual comprometido con
la sociedad de su tiempo, intentó que sus campesinos se hicieran con la
propiedad de las tierras que trabajaban, aspiración frustrada que reflejaría en
su última gran novela, Resurrección (1899). Entre sus obras destacan las
monumentales Guerra y paz (1865-1869) y Ana Karenina (1876-1877). Maestro de la
novela corta, es autor de títulos excepcionales como Felicidad conyugal (1859),
La muerte de Iván Ilich (1886) o El padre Sergio, publicada póstumamente.
Fuentes Consultadas:
http://www.ibe.unesco.org/sites/default/files/tolstoys.pdf
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lavozdelaescuela/2016/12/14/feliz-segun-leon-tolstoi/0003_201612SE14P4991.htm
Hola.
ResponderEliminarYa he comentado que los clásicos son mi asignatura pendiente y tus reseñas incitan a leerlos pero mi pereza al ponerme con su lectura es superior. No obstante, sé a quién puedo consultar cuando venza esas reticencias con los grandes clásicos.
Un saludo y gracias, como siempre, pero una estupenda reseña.
Buenas tardes:
EliminarMuchas gracias por tus amables palabras, para mí son importantes.
Sobre lo que comentas de los clásicos, estoy segura que algún día llegarán a ti. Y entonces, no necesitarás el consejo de nadie, tú misma te orientarás. Pero igualmente, aquí me tienes. :)
Un abrazo, muchísimas gracias nuevamente!!
Una reseña fabulosa. Y no conocía esta novela de Tolstoi, así que ya mismo estoy apuntándola. Me has dejado con muchas ganas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Buenas tardes:
EliminarMil gracias por tus palabras!!
Lo cierto es que reseñar una novela de este calibre es siempre un reto. A mí me supone una gran responsabilidad, y espero haber aportado un poquito, para que más lectores se atrevan a leerla.
Un beso grande, y muchísimas gracias otra vez!!
Hola Undine!! Es una pena que no haya leído aún nada de Tolstoi, porque entran unas ganas irresistibles de leer cada título suyo que recomiendas(además, de tan estupenda editorial la edición). ¡Fantástica reseña, completísima! Besos!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tus palabras!
EliminarY sí, no dejes de leer en algún momento a Tolstoi, no te arrepentirás.
Un abrazo!!
Magnífica reseña! Como siempre digo, los rusos son mis eternos pendientes, me imponen mucho y Tosltoi sobre todo, pero después de leer tu reseña ya sé que voy a empezar con esta novela y me gustaría sino terminar el año al menos empezarlonm con Tolstoi y quitarme el miedo. Un saludo!
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Alejandra, por tus palabras!
EliminarEstoy deseando conocer tu opinión sobre la novela, pero no la leas con prisa, regálale tiempo. Resurrección y Tolstoi lo merecen.
Ya me contarás!!:)
Un abrazo!!
Tienes el don de hacerme interesar por obras que (vergüenza mía) no he leído. Y no es que sea de lecturas del presente, qué va. Pero hay tanto sin leer. Y ahora están saliendo mejores traducciones, o eso me parece, que nunca. En fin, veré de encargar el libro e iniciar mi propia resurrección lectora de los rusos. O dejo de leer tus entradas, que me incitan a pecar (y vaya precio tienen libros como este)
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Muchas gracias por lo que me toca!
EliminarY no, no dejes de leerme, por favor.
Resurreción y Tolstoi te esperarán siempre, y cuando los leas será seguro el momento indicado. Ya me contarás.
Un abrazo!!
Pues las otras dos grandes las he leído y acabaré leyendo Resurrección también. Algún día...
ResponderEliminarbesos
Sí, Inés, no dejes de leer en algún momento Resurrección,es una obra inmensa que estoy segura te maravillará. Lo sé porque compartimos muchos gustos lectores.
EliminarUn besote, y mil gracias por leerme y comentar!!
Era adolescente cuando descubrí el universo ruso en un poemario que mi padre trajo en uno de sus viajes, era una edición bilingüe de Sinaida Hippius, y me volvió literalmente loca ¡Qué manera de escribir, de sentir, qué simbología! Para una quinceañera era lo más 😅 entonces recordé que en la estantería había libros de Tolstói, Dostoyevsky, Gogol, Chéjov, Pushkin ¡Y se desató la auténtica locura! Lo leía todo, y aunque siempre he tenido predilección por las poetisas rusas (Ajmatova, Tsvetáyeva, Bergolz, Ajmadúlina...) La narrativa rusa me apasiona.
ResponderEliminarLeí hace mucho Resurrección, pero recuerdo perfectamente a Nejliúdov y Katyuska, esa intensidad de sentimientos, esa sociedad hipócrita y oscura, el ambiente espeso ¡Ayyyy que pronto voy a releerla! 🤗
Maravillosísima reseña bombón!
Besitos 💋💋💋
¡Cómo entiendo tus palabras!
EliminarLos rusos, y para mí especialmente Tolstoi, son una catarata de sentimientos. Me fascinan!!
Resurrección es una obra maestra con letras mayúsculas. Y como decía en la reseña, hoy más que nunca debería leerse.
Esta novela es de las que me gustaría compartir en un club de lectura con lectores como tú.
Un beso fuerte, preciosa!!
Ay Undine siempre que me dejas con unas ganas tremendas de leer tus recomendaciones... Este también me lo llevo apuntado.
ResponderEliminarGracias por tu recomendación!
Besotes
¡Muchas gracias a ti por leerme y dejar tus impresiones!
EliminarDeseo que cuando leas Resurrección lo disfrutes tanto como yo. Ya me contarás.
Un abrazo!!
Me he pasado por una librería a ver cómo era la edición a la que haces referencia, me he encontrado con otras. Una de Alianza Editorial, a mitad de precio por cierto, traducida por unas tal Irene y Laura Andresco. Me ha chocado porque la edición de Reino de Cordelia está traducida por Víctor Andresco. ¿Familia de traductores que traduce no unidos permenece unida? (esto es una broma, por aquello que se daba cuando yo era niño de la campaña del Padre Peyton) Se genera la duda. Competencia de traductores debe ser. ¿Qué hacer?
ResponderEliminarLo cierto es que no tengo idea de qué une a los traductores. Pero sí sé, que Víctor Andresco es hijo del famoso traductor del mismo nombre, fallecido hace años.
EliminarPero no creo que sea competencia, pues he visto un libro cuyo editor era Víctor y las traductoras Irene y Laura. :)
Debe ser como dices...permanecen unidos.
Un abrazo!!
Holaa!! pues ya está, otro más que me llevo apuntado. De verdad que me gusta muchísimo cómo te expresas en tus reseñas:3 gracias por compartir la entrada.
ResponderEliminarBlessings!!
¡Muchas gracias a ti por tus amables palabras!
EliminarCreo que cuando lees algo que te gusta la reseña se escribe sola.
Un abrazo, y muchas gracias por leerme y comentar!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuenas noches, Undine:
ResponderEliminarYa me había apuntado el anterior de los relatos de la escuela. Este también me gusta mucho pero según iba leyendo la reseña me han entrado ganas de volver a leer Ana Karenina.
Con este autor lo que pasa es que me da miedo no estar a la altura como lectora. Que no sepa engancharme a su forma de narrar y apreciarla. Pero está visto que si no lo intento nunca lo sabré.
Tomo nota.
Besos
Norah, tú estás a la altura de cualquier autor. Tus comentarios siempre son sensatos, y Tolstoi es mucho más accesible de lo que la gente piensa. De hecho, resurrección se lee más fácilmente que Anna Karenina, eso creo yo.
EliminarYa me contarás si tu opinión.
Un beso fuerte, y mil gracias por leerme y comentar!!
Undine ¡Que amor tus entradas! hay tanto material para explotar y tan documentada como siempre. (Me das un poco de envidia de la buena porque yo no armo entradas tan elaboradas, antes cuando escribía en revistas de arte lo hacia) Sigo teniendo pendiente Anna Karenina y tengo que ser realista, que no creo que lo termine en este 2019. Muchas gracias por la hermosa reseña y me apunto este libro para tenerlo en el futuro.
ResponderEliminar¡besos y nos leemos!
¡Muchas gracias por tus amables palabras!
EliminarLa verdad es que empiezo a escribir y no puedo parar. La intención primera no es esa, pero cuando un libro me seduce...
¡Qué interesante colaborar con revistas de arte! Me encantaría conocer alguno de tus trabajos, si no te da corte, claro.
Un abrazo fuerte, y mil gracias otra vez por leerme y comentar!!
Por todo lo que cuentas, tanto del libro como del autor, en esta reseña, no sé si León Tolstoi es un autor para leer en cualquier momento. ¿Crees que hace falta un estado de ánimo especial? Me da la sensación de que necesito los cinco sentidos para saborearlo como Dios manda. En fin, como me gusta aprender siempre, me anoto este título para cuando me encuentre dispuesta a conocer mucho mejor a Tolstoi. Gracias por la recomendación. Abrazos.
ResponderEliminarYo creo que cualquier libro necesita de un determinado estado anímico para leerlo. Al menos eso me ocurre a mí. Muchas veces tengo una lectura programada y la cambio debido a eso.
EliminarAnímate con Tolstoi, estoy segura que si lo coges con ilusión lo disfrutarás mucchísimo.
Un besote, y muchas gracias por leerme y comentar!!
Tus reseñas hacen que me entran unas ganas locas de leer la novela que reseñas y esta no ha sido una excepción, del autor solo he leído Anna Karerina, no hace mucho, y no estuvo mal ;-)
ResponderEliminarBesos
Buenas tardes Ayla:
ResponderEliminarPues si no te desagradó Anna Karenina, estoy segura que Resurrección te va a gustar mucho más. Esta novela es mucho más moderna narrativamente hablando, se lee con facilidad. Y su trama, a mí particularmente, me gusta más.
Un beso fuerte, y mil gracias por leerme siempre y comentar!!
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarPor casualidad he encontrado esta reseña y me parece excelente, y estoy de acuerdo en muchas cosas, pero no en una.
ResponderEliminarDesde el punto de vista pura y exclusivamente artístico Resurrección no me parece mejor novela en calidad que Anna Karenina o Guerra y paz.
Si puedo intentar explicarme, lo que ocurre es que en Resurrección lo ético, las preocupaciones morales que dominaron la parte final de la vida de Tolstoi, dominan también la novela, y detraen un poco de la parte artística.
Por ejemplo, la trama y su desarrollo están demasiado claramente dirigidas por las ideas morales; la evolución de los personajes no la siento tan natural y tan libre como Anna Karenina.
No puedo evitar comparar con Anna Karenina porque me pasa algo parecido que con esta reseña: imposible leer a Tolstoi y ser incapaz de expresarse en otra cosa que superlativos. Lo que más admiro en Anna Karenina es como un equilibrio milagroso entre lo artístico y lo ético: cómo la trama no parece planeada por un escritor si no el resultado natural del libre albedrío de un conjunto de personas reales; y sin embargo de la trama (que sí fue planeada por el escritor) se desprende un mensaje ético profundo y radical, todo sin el menor rastro de moralismo o prédica.
En Resurrección ese equilibrio perfecto se ha inclinado un poco hacia el lado del moralista y reformador, perjudicando al genial artista puro.
No querría que mi comentario haga parecer que esta novela no me ha atrapado, fascinado, emocionado y admirado como cada vez que leo cualquier obra de Tolstoi. Es una de las mejores novelas que he leído, y que se pueden leer.
Buenas tardes y bienvenid@ a Lecturas de Undine:
EliminarPrimeramente, ¡muchas gracias por las amables palabras y por dedicar tu tiempo a compartir tu opinión! Estoy de acuerdo con tu valoración con respecto a los intereses que movieron a Tolstói a la hora de escribir cada novela, está claro que Resurrección es casi el punto culmen de su desarrollo espiritual y ético como intelectual y de ahí que la novela aborde otras sendas. En ningún momento quise menospreciar sus trabajos anteriores, es más, Guerra y paz sigue siendo uno de mis títulos favoritos de todos los tiempos. Pero, desde mi punto de vista, en Resurrección Tolstoi se muestra pletórico y lúcido, con respecto al "camino" que buscaba y por fin halló. Lo da todo de sí mismo y lo hace valientemente. De ahí mi valoración final.
Un saludo, y te reitero mi agradecimiento por compartir tu interesante opinión!!