RESEÑA: "ALMAS Y CUERPOS", DAVID LODGE
Fuente: Undine von Reinecke
Ficha Técnica:
Editorial: Impedimenta
Traductor: Mariano Peyrou
ISBN:978-84-17553-38-8
Encuadernación:Rústica
Formato:13 x 20 cm
Páginas:392
PVP:23,50 €
Sinopsis de la Editorial:
Una trama magistral que reflexiona sobre las contradicciones que asolan al ser humano en su búsqueda del sentido de la vida, y que expresa su eterna pregunta: ¿hasta dónde se puede llegar?
Década de los sesenta: un grupo de jóvenes católicos ingleses educados en la fe, la castidad y la «inocencia espiritual» ven flaquear sus creencias en plena revolución sexual: Michael, atormentado por la culpa; Polly, de gran apetito sexual; Dennis y Angela, la viva imagen de la rectitud cristiana; Adrian, intransigente y heroico; Violet, hundida en la depresión; Ruth, que nunca parece interesarles a los chicos, y Miles, que lleva años esperando a que le gusten las mujeres, son un ejemplo de los miles de estudiantes que sufrieron en sus carnes el dilema entre virtud y pecado. No es una época fácil para mantenerse fiel a las costumbres y la tradición. Por un lado, están el sexo y la píldora; por otro, la Iglesia tradicional. El deseo carnal y el mundo moderno entran en conflicto con la vergüenza de decepcionar a Cristo y el miedo al infierno. Almas y cuerpos, ganadora del Premio Whitbread, retrata, con un ingenio afilado, la transformación social que se produjo tras el Concilio Vaticano II y la encíclica papal contra la anticoncepción.
Propuesta musical para este libro:
Lo que Undine piensa del libro:
<¿Qué podemos saber? ¿Por
qué tiene que
haber algo siquiera? ¿Por qué no la nada?
¿Qué debemos hacer? ¿Por
qué hacer lo que hacemos?
En última instancia, ¿por
qué y ante quién somos responsables?
¿Qué podemos esperar?
¿Por qué estamos aquí?
¿Cuál es el significado
de todo esto?
¿Qué nos dará el valor
para enfrentarnos a la vida y
Qué nos dará el valor
para enfrentarnos a la muerte?>
Hans Küng, Ser cristiano
No, no es mía la elección
de la cita, sino de David Lodge. Así da inicio a su novela How far can you go?
(1980), publicada recientemente por la editorial Impedimenta como Almas y
cuerpos. Y pese a ser fortuito el momento en el que he leído el libro, las
cuestiones que plantea este pasaje parecen premonitorias en la actualidad de
nuestros días.
Comienzo a escribir esta
entrada del blog el lunes de Pascua de Resurrección del año 2020. La Semana
Santa ha finalizado y en ninguna ciudad española los pasos procesionales han
visto las calles. La terrible pandemia
que asola nuestro planeta ha conseguido lo que ninguna otra fuerza
enemiga logró nunca antes, frenar el ardor religioso y espiritual que los miembros
de la Iglesia Católica manifiestan públicamente cada año para conmemorar la
Pasión de Cristo.
Conocí a David Lodge por casualidad, ya lo he
comentado con anterioridad, un reto literario me obligaba a leer una trilogía;
y como nada de lo que encontré me seducía lo bastante, decidí probar suerte con
este autor y su Serie del Campus. Una obra llena de humor y segundas
intenciones, que diseccionaba el mundo académico británico y norteamericano con
gran acierto, y satirizando sus propias experiencias. Desde aquel feliz día de
mi descubrimiento he leído todo lo que caía en mis manos de Lodge, no puedo
evitar mi atracción por sus trabajos.
¿Os habéis preguntado
cuál es la fuerza magnética que os lleva a afirmar vuestra absoluta rendición o
pasión por algún escritor? Y en tal caso, ¿habéis conseguido dar respuesta a
esa cuestión? Yo sí, y he resuelto el enigma al leer el párrafo final de Almas
y cuerpos, que paso a transcribir, puesto que no desvela ninguna trama
argumental del libro:
<Mientras escribo este último capítulo, el papa Pablo VI murió y fue sucedido por Juan Pablo I. Pero, antes de que me diera tiempo a mecanografiarlo, Juan Pablo I también murió. Entonces eligieron a Juan Pablo II, el primer papa no italiano en cuatrocientos cincuenta años: era polaco, poeta y filósofo; lingüista, atleta, un hombre del pueblo, un hombre del destino, fue elegido de un modo trágico y se hizo popular de inmediato; (…)>
Recuerdo este momento de la
historia como si fuera ayer mismo, tal
y cómo lo cuenta David Lodge, aunque yo era una niña de muy corta edad y a lo
que me dedicaba era a estudiar EGB y a jugar al baloncesto. Cuando recibí la
noticia de que Juan Pablo II había sido nombrado papa, mis compañeras de equipo
y yo estábamos finalizando un entrenamiento de baloncesto cuando irumpió la secretaria
del colegio en la cancha corriendo con tacones y gritando: “¡Tenemos papa!”. Las
risas entre nosotras se extendieron, la hilaridad del momento era enorme al ver
a un adulto adoptar una actitud tan cómica. Aunque a nadie sorprendió este
alarde de sentimentalismo, pues el ambiente de expectación y nerviosísimo era
profunda tanto en el colegio como en la mayoría de nuestros hogares. La cúpula
católica superaba así un momento de crisis y cerraba filas junto a un papa al
que se denominó “viajero”, por sus
múltiples viajes de apostolado por el mundo, toda una novedad; como por las
modernas imágenes que las televisiones emitían del prelado de Cristo en la
tierra esquiando. El mundo estaba cambiando y aunque sin duda alguna la vida ya
distaba mucho de lo que nuestros padres habían vivido en su juventud, las
consecuencias de la educación en la España de la postguerra aun hacían mella.
Todos los que crecimos en los ochenta y fuimos educados en colegios religiosos
vivimos nuestra adolescencia rodeados de los prejuicios, casi siempre asociados
con el sexo, que calificaban peyorativamente a las personas que decidían
ejercer su libertad de diferente manera a la que se había considerado correcta
hasta la fecha. Y si bien nuestro sentido común nos indicaba que en muchas
ocasiones era injusto y retrógrado señalar con el dedo a la persona que se
atrevía a dar un paso al frente, atreverse a ser valiente no era tan fácil. El
sentido de culpa permanente que iba asociado a nuestra educación se había
instalado en nosotros, y aunque finalmente la mayoría nos deshicimos de los
preceptos innecesarios para el crecimiento del individuo, en el fondo un poso
de duda con respecto a cualquier cuestión moral siempre toca la campanilla en
nuestra conciencia.
Por ese motivo he
encontrado francamente interesante leer Almas y cuerpos, una novela que aborda
este mismo tema: la culpa y sus consecuencias en la vida de las personas. Un
título que nos lleva a la Inglaterra de los años cincuenta, sesenta y setenta
del siglo XX, y que comienza así:
<Son poco más de las ocho de la mañana en un oscuro día de febrero del año de gracia de 1952. La depresión atmosférica se ha aliado con el humo del carbón de un millón de chimeneas para cubrir Londres con una espesa cortina. Una fría llovizna cae sobre las calles estrechas y anodinas que se extienden al norte del Soho y al sur de Euston Road. Pero, a juzgar por el oscuro interior de la iglesia de Nuestra y San Judas, un edificio neogótico de piedra gris que se apretuja entre un banco y un almacén de muebles, podría seguir siendo de noche. El amanecer invernal se revela demasiado débil como para penetrar los vitrales, revestidos por una segunda y una tercera capa de hollín y de guano respectivamente; representan escenas de la vida de Nuestra Señora con San Judas, patrón de las causas perdidas, que destaca en primer plano mientras ella asiste a su propia coronación en el cielo.(…)>
Este lúgubre lugar y oscuro
momento del día son los elegidos por David Lodge para presentarnos a los
protagonistas del libro: Un grupo de estudiantes universitarios católicos, que contraviniendo
las costumbres del resto de sus compañeros de generación, inician su jornada en
el más absoluto ayuno, para poder comulgar en misa sin caer en pecado. Son una pandilla de muchachos y muchachas que asisten a un grupo de catequesis impartido por
un sacerdote joven de la parroquia, quien los instruye en los preceptos
católicos y contra las tentaciones del mundo moderno. Todos ellos intentan
cumplir con las leyes de la Santa Madre Iglesia con gran esfuerzo, y en contra
de sus múltiples dudas humanas y espirituales. En el grupo encontramos todo tipo de problemas
existenciales propios de jóvenes de su edad: un chaval que se cuestiona su
sexualidad, otro a quien obsesiona su apremiante necesidad de masturbarse, una
chica a quien le gusta lucir su sexualidad, otra a quien su físico poco
atractivo le hace plantearse ingresar en un convento, una pareja que comienza
su noviazgo obligados por un primer beso, otra más a quien su educación recibida
en un colegio de monjas le ha ocasionado problemas psicológicos, etc. Como veis, un grupo heterogéneo de común
existencia en cualquier lugar y tiempo, pero que en este caso tiene que lidiar además
con su problemática obligado por las rigurosas leyes católicas de la época, en la
sociedad cambiante y aperturista británica.
La novela nos llevará a
conocer las vidas de todos los personajes que encontramos en la misa que inicia
el libro. Nos mostrará cómo crecen emocionalmente, cómo se emparejan, cómo
viven su sexualidad, cómo afectan todos estos factores a su mundo profesional,
social y familiar. Y todo ello a lo largo de tres décadas, comenzando en el
mes de febrero de 1952, momento en el que Isabel II sube al trono, y
finalizando en 1978, cuando Juan Pablo II es nombrado papa; asociándolo además
a la historia real de la Iglesia católica durante este periodo de tiempo. Nos contará cómo
los preceptos eclesiásticos influyeron en
los católicos británicos, que veían con curiosidad y envidia las ventajas de
quienes vivían al margen de su fe.
Almas y cuerpos es un
interesante documento histórico y social de una generación. Una novela escrita por
su autor desde la experiencia de un católico convencido en la época que se narra, cuando él mismo era joven, como los protagonistas de la novela. Y pese a no ser
autobiográfica, refleja en ella sus vivencias y observaciones, cuestionándolo
absolutamente todo, tanto el mundo católico como lo que rodeaba a éste.
Obligaciones y ventajas de ser o no creyente.
<¿Por qué lo hacen?
No se trata del sentido del deber, ya que los católicos solo están obligados a ir a misa los domingos y en las fiestas de guardar (…)
(…)Entonces, ¿por qué lo hacen? ¿Acaso sienten una atracción inexorable hacia la virtud? ¿Veneran la Verdadera Presencia de Cristo en el Santísimo Sacramento? ¿Vienen por hábito, por superstición o porque desean rodearse de un ambiente de camaradería? ¿O tal vez se trata de todas esas cosas juntas o de ninguna de ellas? ¿Por qué se encuentran aquí, y qué beneficio pretenden obtener?>
Un título en el que el autor
se involucra personalmente, tratando de trasmitir al lector cada cuita y
preocupación de los jóvenes de una generación, que veían con curiosidad, deseo
y culpa todo lo relacionado con el sexo y la vida.
<Por favor, padre, ¿hasta dónde se puede llegar con una chica, padre?
La respuesta siempre era la misma, aunque se expresaba de distinta manera en cada ocasión: te lo dirá tu conciencia, hasta donde no te avergüence contárselo a tu madre, hasta el punto al que permitirías que otro chico llegara con tu hermana.>
Una generación educada en
el miedo al infierno y en constante búsqueda de la salvación eterna para la
otra vida, y que descuidaba su felicidad en la Tierra.
<Era como jugar a la oca: el pecado te enviaba directamente al pozo; los sacramentos, las buenas acciones, los actos de automortificación, te permitían avanzar hacia la luz. Todo lo que hacías o pensabas era sometido a una nueva evaluación espiritual. Podía ser bueno, malo o neutral. Solo ganaban el juego aquellos que eliminaban lo malo y conseguían convertir en algo bueno la mayor cantidad de cosas neutras posibles.>
Un libro escrito con gran
ironía, que hace patente el gran sentido del humor del estilo de Lodge, pero
que en este caso va progresivamente abandonando las risas, dejando cierto
regusto ácido en el lector, inducido por los acontecimientos que se relatan en
la trama. Pese a ello, la sonrisa es inevitable en muchos momentos de gran
ingenio narrativo.
<Le resultaba muy difícil creer que, si muriera durante ese acto (y se representaba muy vívidamente la escena: lo descubren en la cama, paralizado por el rigor mortis como una estatua de yeso, con la mirada fija en el techo y el miembro hinchado todavía en la mano), sufriría un castigo eterno idéntico al de, por ejemplo, Hitler. (De hecho, no hay ninguna garantía de que Hitler se encuentre en el infierno; es posible que llevara a cabo un acto de contrición perfecta un micro segundo antes de apretar el gatillo en su búnker de Berlín.)>
Una hilaridad que
acompaña las escenas juveniles de nuestros protagonistas, en las que más de un
lector se verá reflejado, que irán tomando carácter más serio según avanza la
historia cuando los problemas que aborda se complican: las relaciones
prematrimoniales, el control de la natalidad y sus complicaciones con la
prohibición de los métodos anticonceptivos para los católicos, que trajeron más
de un embarazo no deseado y problemas adicionales, que dificultaban e impedían las relaciones de pareja
satisfactorias y sanas.
<En 1974, durante una cena bien regada de vino, Dennis describiría su cortejo como “la sesión de preliminares más larga de la historia de la sexualidad humana”. Se refería a la infinita lentitud con la que Angela le fue dando permiso para tocarla a lo largo de los años, una lentitud comparable al curso de las épocas y los siglos.>
Si a todo lo anterior
añadimos que los protagonistas vivían en el país en el que se inventó la
minifalda, pionero en el divorcio desde que Enrique VIII se encaprichara de
Anna Bolena, las tentaciones y comparaciones hacían de ellos los católicos más
desgraciados sobre la faz de la Tierra.
<Los italianos toleran el adulterio y los prostíbulos porque no pueden divorciarse -dijo ella-. Los católicos ingleses se han quedado con lo peor de ambos mundos. No es de extrañar que estén tan reprimidos.>
Una novela que se cuestiona
absolutamente todo lo que dictaba la vida de los católicos antes de la
apertura: el poder de la oración, el sexo como único fin de procrear y la infalibilidad
de los preceptos eclesiásticos en general, que impedían a su fieles llevar una
vida libre y al margen de toda culpa.
Algo que ya hicieran en su momento el gran Graham Greene, autor al que se cita
innumerables veces durante el libro, y el inigualable Evelyn Waugh, autores que
junto a David Lodge forman el gran triunvirato de escritores católicos británicos.
Literatos que supieron retratar la frustración y contradicción humana
provocadas por una fe exigente que a veces pedía demasiado a su fieles, pero
siempre desde el respeto.
<Estiró el brazo por debajo de la mesa y le tomó la mano con fuerza, embargado de una melancolía digna de Greene. “La lealtad que todos sentimos hacia la tristeza, la sensación de que ese es el lugar al que pertenecemos en realidad”, como decía uno de sus pasajes favoritos de El revés de la trama.>
Una novela con una apasionante historia,
como lo es la vida misma, que nos llevará a conocer a sus protagonistas tan
profundamente como si fuéramos miembros del grupo de amigos que conforman. Una
narración de brillante maestría narrativa, con parones argumentales en los que
Lodge habla directamente con el lector, para puntualizar datos históricos y dar
matices de opinión; licencia poética
que, desde mi punto de vista, justifica y aumenta el valor del texto. Un
documento escrito que por otro lado muy bien podríamos tratar de ensayo.
Un título en definitiva interesantísimo,
del que se podrían extraer multitud de citas brillantes, que ayudan a comprender
la idiosincrasia de un sector importante de la población británica, que vivió la
transformación social paralelamente al
resto de sus conciudadanos, y que ve con escepticismo los cambios necesarios
para sanear una Iglesia que no terminaba de encajar en la sociedad que iba afrontar la década de los ochenta.
Hoy muchos años después de que se
publicara por vez primera Almas y cuerpos (1980) el mundo está irreconocible. Los
tiempos modernos, el acceso a la cultura y la globalización han conseguido ofrecer
libertad de pensamiento y de obra a la inmensa mayoría del llamado Primer Mundo, pero también ha traído
otros problemas, el último lo estamos padeciendo. Este acontecimiento te hace
cuestionarte absolutamente todo; especialmente saber dónde colocar los límites
de nuestro proceder. Pese a ello, siempre he creído en la libertad acción. Una
independencia que debe cimentarse en una buena educación basada en el
conocimiento y el respeto mutuo. La libre expresión, la comprensión y el perdón
son básicos para el funcionamiento del mundo, sin ellos nos será imposible
conseguir la armonía y el miedo se apoderará de nosotros sin remedio.
<El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar.>
Francisco de Quevedo
Undine von Reinecke
El autor por la Editorial:
Fuente: Editorial Impedimenta |
David Lodge nació en Londres en 1935, en el seno de una familia católica muy tradicional.
La Segunda Guerra Mundial
marcó profundamente su infancia, ya que durante el conflicto su madre y él
fueron evacuados a Surrey y a Cornualles. Se licenció en Letras por el
University College de Londres y se doctoró en la Universidad de Birmingham,
donde enseñó en el Departamento de Inglés desde 1960 hasta 1987, fecha en la
que se retiró para dedicarse exclusivamente a la literatura. Toda su obra de
ficción se caracteriza por sus fuertes tintes autobiográficos, hecho que ya se
refleja en su primera novela publicada, The Picturegoers (1960), en la que
retrata la vida de una familia católica afincada en el sur de Londres. Su
narrativa suele satirizar la vida académica, como en la Trilogía del campus,
compuesta por Intercambios(1975), El mundo es un pañuelo (1984) y Buen trabajo
(1988), de las cuales las dos últimas fueron finalistas del Premio Booker.
También destacan Fuera del cascarón (1970) y ¿Hasta dónde puedes llegar?
(1980), ganadora del Premio Whitbread y que Impedimenta publicará próximamente.
Asimismo, Lodge ha
escrito biografías noveladas de escritores notorios: ¡El autor, el autor!
(2004), que indaga sobre la vida y obra de Henry James, y que gozó de una
amplia resonancia entre la crítica y el público; o su última novela, Un hombre
con atributos (2011), que analiza la vida y amores del novelista H. G. Wells.
Lodge también ha realizado importantes aportaciones en el ámbito de la teoría y
la crítica literaria, y es autor de uno de los manuales de referencia en este
género: El arte de la ficción (1992), un compendio de artículos en los que
analiza los mecanismos narrativos de grandes obras de la literatura.
Igualmente, su actividad se ha extendido a la escritura de guiones para
televisión y obras teatrales.
David Lodge es miembro de
la Real Sociedad de Literatura y ha sido nombrado Comendador de la Orden del
Imperio Británico y Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres en Francia.
Actualmente reside en Birmingham, donde sigue escribiendo.
Más sobre el autor:
Aconsejo leer este
interesantísimo artículo firmado por David Lodge, en él explica la creación
de dos de sus novelas llamadas católicas: la que hoy reseño, Almas y cuerpos
(How far can you go, 1980), y la que precedió a ésta en temática, La caída del
Museo Británico (1965), editada en España por Anagrama. Un documento estupendo para conocer al autor y su obra más comprometida.
https://www.lrb.co.uk/the-paper/v03/n10/david-lodge/a-catholic-novel
Hola.
ResponderEliminarNo conocía el libro ni tampoco al autor pero el argumento de esta historia tampoco me despierta mucho interés así que lo voy a dejar pasar.
Un saludo y gracias por la reseña.
Buenos días:
EliminarSin duda el tema es particular. A mí me interesa porque de alguna manera, y desde la distancia entre generaciones, entiendo el mundo del que habla. Pero, aunque no fuera asó, David Lodge me gusta muchísimo como escribe y siempre me intereso por su producción. Sialgún día te cruzas con su Trilogía del Campus, o con alguna de sus biografías noveladas no dejes de echarles un vistazo.
Un abrazo y gracias por pasar por aquí!!
Yo recuerdo más, a pesar de mi corta edad, la muerte de Juan Pablo I; por vía materna tengo familia eclesiástica, mi tío abuelo fue rector durante casi toda su vida del Monasterio de Uclés, Cuenca. Él se alegró mucho de que lo nombraran Papá, y expuso sus pensamientos cuando "falleció", ya sabes las teorías al respecto...no se alegró tanto con Wojtyla, y eso siempre se me ha quedado grabado 😂😉
ResponderEliminarMaremeua, qué reseña, no se cómo no lo he comprado ya, la página de la editorial la tengo abierta..
Juventud, represión y religión, menudo cóctel molotov.
Besitos xiqueta 💋💋💋
Buenos días:
EliminarYa estoy aquí con mi portátil, me han dejado usarlo unos minutos :)
¿Sabes? Tn tío abuelo se llevaría muy bien con David Lodge, creo que eran de la misma opinión, por lo que cuentas.
Cada post que te leo, o cada comentario que haces a los míos es indicativo de las muchas coincidencias entre nuestras experiencias :)
Yo creo que esta novela y La caída del Museo Británico te van a gustar mucho. David Lodge habla con mucho acierto y desde el respeto. In tenta ser objetivo.
Un beso grande, Yolanda, y a ver qué nos reseñas esta semana!! Cuídate!!
Buenas tardes, Undine.
ResponderEliminarPues me temo que cada vez me entiendo menos con los escritores británicos. No niego que tiene su punto interesante este grupo de personajes pero creo que el estilo no me va a gustar. Quizás también sea porque ahora mismo me están contando un cuento mágico y no quiero que me saquen de ahí, el tipo de libro que no querrías acabar.
Creo que esta vez mi lista y yo escapamos de tus redes.
Me llevo eso sí, mi pequeño aprendizaje de los miércoles.
Qué especial fue ese Papa ¿verdad?
Besitos y un abrazo.
Buenos días, Norah:
EliminarYa sé que el "humor" británico te descoloca, como también su estilo ácido y crítico. David Lodge sin duda es así.
Esta novela la veo como terapia para el autor. En ella se confiesa, se queda tranquilo al sacar de su interior las experiencias que vivió y le hicieron cuestionarse sus creencias. A mí me interesa porque de alguna manera entiendo lo que le ocurre. Pero también, porque me gusta mucísimo cómo escribe.
Esta semana te libras de poder de la novela que reseño, pero te aviso, la próxima no creo. A no ser que ya leyeras lo que tengo preparado. :)
Un beso grande, y muchas gracias por leerme con tanto cariño!!
Qué interesante Undine, me anoto sin dudarlo este título que no conocía y del que has logrado despertar toda mi curiosidad. Bravo por tu reseña.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Cuánto me alegra que te haya gustado! Sin duda es un tema controvertido y poco frecuente en nuestros días, pero durante generaciones pasadas fue tema de muchas conversaciones. A mí me gusta mucho cómo lo trata Lodge y la trama argumental es interesante además.
EliminarYa me contarás si lo lees.
Un abrazo grande, y muchas gracias!!
Tiene un punto interesante la novela, sobre este tema he visto más cine que literatura que trate de ello. Imagina lo mismo pero en jóvenes españoles, debía ser más traumático enfrentarse a ese cambio, intentar acceder a esa libertad en todos los sentidos que se empezada a desplegar por el mundo.
ResponderEliminarBesos
Buenos días, Inés:
EliminarLo que dices es lo que argumenta Lodge, que en Inglaterra era más difícil llevar su catolicismo correctamente, superar la tentación. Ellos vivían en un país puntero en la modernidad y trasgresor en las costumbres. Aquí todos los jóvenes tenían las mismas restricciones, era más llevadero.
Si te cruzas con la novela y la lees ya me contarás.
Un beso grande y muchas gracias por pasar por aquí!!
Cuánto aprendo siempre con tus reseñas. Un gustazo siempre leerte. A mí me pilló pequeña la elección de Juan Pablo II pero también recuerdo cierto revuelo en mi colegio el día que fue elegido. Colegio de monjas en el que estaba, así que fíjate. Cuatro o cinco años tendría pero si recuerdo esa frase de "Tenemos Papa, tenemos Papa". Y llegar a mi casa y preguntarle a mi madre, si es que las monjas no tenían padre hasta ese momento... Cosas de niños... Pero bueno, la verdad que esta vez no creo que me anime con la lectura. NO me veo disfrutando como tú con esta lectura.
ResponderEliminarBesotes!!!
Buenos días, Margari:
EliminarPrimeramente, ¡muchas gracias por tus palabras!
Yo tenía diez años cuando Juan Pablo II fue elegido, mis recuerdos son más claros por eso, aunque mi edad también era corta. ¡Es increíble cómo algunas cosas se fijan en la memoria!
Aunque la novela no te seduzca de primeras, si te cruzas con ella échale un ojo, ya verás como Lodge te conquista.
Un beso grande, y muchas gracias otra vez!! Cuídate mucho!!
No he leído nada del autor, y aunque algunas cosas no han despertado mi interés, sí lo ha hecho lo que comentas de la culpa y sus consecuencias, ese es un tema que me fascina. Ahora estoy en un momento que necesito lecturas ligeras porque no me concentro, pero anoto tu recomendación. ¡Feliz viernes!
ResponderEliminarBuenos días:
EliminarEntiendo muy bien lo que dices, estamos viviendo un momento que la lectura que elegimos debe ser terapéutica, debe hacernos viajar; salir de casa.
No obstante, si algún día te decides a leer a David Lodge, ya verás que lo que te trasmite no te afecta negativamente. Es un autor que habla de todo sin dejasr un poso de negatividad ni lastre emocional. Es realista, pero sin complejos. Ya me contarás.
¡Un abrazo, y muchas gracias por pasar por aquí a leerme y comentar!
Hola. Me encanta siempre las propuestas de lecturas que nos traes. Ya la editorial es un plus, pues me gusta mucho su diseño y el tratamiento de sus libros. Ahondar un poco en el tema católico y sus dogmas me parece interesante. Una buena lectura, sin duda.
ResponderEliminarCuídate. Un beso.
Buenas tardes:
Eliminar¡Muchas gracias por tus palabras! Sin duda Impedimenta edita con criterio y mucha valentía, por ese motivo yo siempre doy una oportunidad a sus autores y títulos, aunque me quedan muchos por descubrir aun. Si te decides a leer Almas y cuerpos, ya me contarás.
Un abrazo!!
Hola preciosa!
ResponderEliminarMe gustan las novelas con historias apasionantes y que sean como la vida misma, aunque ahora mismo no es lo que suelo lee, pero no la descarto así que va a mi libretita para más adelante.
Cuídate mucho cielo.
❀ Fantasy Violet ❀
Besotes! 💋💋
Buenas tardes, Violeta:
EliminarEntiendo muy bien lo que dices. Los momentos que vivimos nos llevan a elegir rincones tranquilos para refugiarnos. Si algún día te decides a leer esta novela, ya me contarás.
Un abrazo, preciosa!!
Muy buenas, querida Undine. Me dan bastante miedo estos temas porque terminan hablando de lo mismo, con los mismos casos y arquetipos. Pero, a la vez me resulta interesante porque yo viví algo completamente distinto, igual que mi entorno. Tomo nota, por si acaso. Abrazos.
ResponderEliminarBuenas tardes, preciosa:
EliminarEste tipo de literatura llama siempre la atención desde un punto sociológico: a unos por haber vivido algo similar; a otros por todo lo contrario, la curiosidad de lo desconocido. Si algun día lees a Lodge, no dejes de contarme tus impresiones.
Un abrazo grande!!
Hola Undine!! Me has dejado con muchísimas ganas de leer este libro, además, es una editorial cuyos títulos adoro. ¡Estupenda reseña y gracias por el descubrimiento! Besos!!
ResponderEliminarBuenas tardes:
EliminarLas dos somos fieles lectoras de Impedimenta, sin duda motivos tenemos. Ya has leído mi opinión con respecto a Almas y cuerpos, ahora te toca a ti decidir cuando la lees, y contarme tus impresiones.
Un abrazo!!
Holaa!! no lo conocía de nada pero, como siempre, tu entrada ha logrado despertar mi interés. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarBlessings!!
¡Muchísimas gracias a ti por pasar a leerme y comentar! Ya sabes que siempre eres muy bienvenida.
EliminarUn abrazo!!
Me gusta el argumento. Como dicen por ahí, he visto más cine sobre el tema que leído libros pero creo que con este podría disfrutar. Aunque me parece que necesita un momento concreto y no sé si el que estoy viviendo ahora es el idóneo para enfrentarme a esta lectura. EN cualquier caso, tendría que esperar a que abran las librerías y siento que voy a necesitar un periodo de adaptación en todos los sentidos cuando esto acabe. Estupendísima reseña. Besos
ResponderEliminarBuenas tardes, Marisa:
EliminarSin duda tienes razón, la novela necesita un momento concreto para ser leída. Yo la tenía desde la misma semana que salió a la venta, pero con los acontecimientos que se vinieron encima de nosotros, me fue imposible ponerme con ella. Cuando encontré un poco de paz fui capaz de concentrarme y disfrutarla. Si te decides a leerla, ya me contarás tus impresiones.
Un abrazo!!
Otra de las que no conocía al autor. Tomo nota de él pero no de la novela cuya trama no me seduce demasiado
ResponderEliminarBesos
Buenas tardes, preciosa:
EliminarSin duda, no es un argumento que atraiga a todo el mundo; Lodge era consciente de ello, de hecho lo comenta en su novela. Es un homnbre con un caracter muy particular y un estilo poco corriente de escribir. Yo te aconsejo que leas la trilo gía de la que hablo en la reseña, ese mundo académico sí creo que te guste. Es desternillante.
Un abrazo grandísimo!!
Me gusta David Lodge, he leído del autor "La caída del museo británico" y la excelente biografía novelada de H. G. Wells, "Un hombre con atributos". Así que entiendo bien lo que comentas sobre la narración, y esa sorna soterrada, ese sentido del humor que no sé si es ironía o sarcasmo, pero que siempre lo hace tan interesante. Un poco demasiado obsesionado con el sexo, tema recurrente (y a veces pesado) en todas sus obras, pero ya sabes lo que dicen "siempre pensando en lo único" ;-))) Besos.
ResponderEliminarBuenas tardes, Mónica:
EliminarCom conoces muy bien al autor no te lo voy a publicitar; ya sabes de lo que va. Lo que sí te digo es que Almas y cuerpos no es tan cómica como La caída de Museo británico, en esta ocasión hay cierto punto ácido; algo semejante a una lesión que en ocasiones causa dolor cuando cambia el tiempo. No obstante, él está pletórico. Ya me contarás si la lees, me encantará pasar y ver tu reseña.
Un abrazo grande, y gracias por comentar mi entrada!!
Una obra interesantísima como bien dices, la anoto porque no la conocía sí al autor pero no este libro.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu estupenda reseña, ¡besos!
¡Muchísimas gracias!
EliminarSi conoces a Lodge no es necesario decir más, seguro que la novela te gustará. Eso sí, hay que echarle tiempo y atención.
Un abrazo!!
Hola, justo me acabo de terminar la novela y si que la recomiendo, tanto por los puntos históricos que recuerda como el ritmo de su lectura y la historia entre los personajes. Me he sentido una más entre ellos, no conocía la novela, la he leído de casualidad
ResponderEliminarBuenos días y bienvenida a Lecturas de Undine:
EliminarMe alegra que te haya gustado la novela, y coincido con tus argumentos. Yo leo todo lo que se publica de Lodge desde que descubrí su trilogía del campus, dedicadas al mundo académico.. Me reí muchísimo con las tres novelas. Son realmente inteligentes, sarcásticas y agudas. Si te interesan, las puedes encontrarlas publicadas por Anagrama.
Un saludo y gracias por visitar el blog!!