RESEÑA: "JILL", PHILIP LARKIN

Fuente: Undine von Reinecke

 

Ficha Técnica:

Traducción: Marcelo Cohen

Encuadernación: 13x20cm

Formato: Rústica con sobrecubierta

ISBN: 978-84-17553-87-6

Páginas: 312

Precio: 22,50 €

Edición: 1ª

 

Sinopsis de la Editorial:

Durante los primeros años de la II Guerra Mundial, John Kemp, un joven estudiante de clase humilde, llega desde un pequeño núcleo de provincias a la ciudad universitaria donde cursará sus estudios.

 

Propuesta musical para este libro:

 


Lo que Undine piensa del libro:

 

<El hombre feliz es el que vive objetivamente, el que es libre en sus afectos y tiene amplios intereses, el que se asegura la felicidad por medio de estos intereses y afectos que, a su vez, le convierten a él en objeto de interés y el afecto de otros muchos.> Bertrand Russell

 

Existe un género literario que posee un magnetismo especial para cierto tipo de lectores; la temática que trata resulta tremendamente interesante y atractiva para quienes nos contamos como sus adeptos. Me refiero a la llamada novela académica o de campus. Esta clasificación literaria surgió hace aproximadamente doscientos años en el mundo anglosajón, y atiende a ese tipo de novelas que se ubican en los centros educativos, casi siempre de élite, conocidos por su apelativo inglés “colleges”. Instituciones que, por otro lado, están tan presentes y son de tal modo influyentes en la sociedad anglosajona, que se introducen en su literatura como un personaje más, traspasando muchas veces el género académico para formar parte del ámbito sociológico. Muchos títulos de las letras inglesas incluyen capítulos en los que, sin ser la parte esencial, el tema de los colleges es determinante para el desarrollo de la trama. Ejemplos de ellos hay muchos, tanto en la literatura de épocas pasadas como en la contemporánea. Dos ejemplos al respecto serían En compañía de los Forsyte de John Galsworthy (1928) y El libro de los niños de A. S. Byatt (2009).


St John's College (Alma Mater Philip Larkin)
Fuente: discoveroxfordshire.com
Las novelas de campus han sufrido cambios a lo largo de su existencia. En sus comienzos solían centrarse fundamentalmente en las experiencias de los estudiantes. Eran auténticas novelas de aprendizaje que, muy frecuentemente, tenían connotaciones autobiográficas del escritor que las firmaba. Pero con el tiempo, este subgénero literario fue adoptando temáticas más amplias, que incluían un vasto espectro de todo lo que supone el mundo académico. Las aspiraciones, sueños, competencias y ascensos profesionales…Todo lo que engloba el ambiente y la vida en los colleges para sus habitantes, ya fueran catedráticos, profesores o estudiantes.

Muchos han sido los autores que se han visto tentados a adentrarse en este mundo lleno de luces y sombras, entre los que se incluyen grandes nombres de la literatura, como Evelyn Waugh, Kingsley Amis, Irish Murdoch, Philip Roth, Zadie Smith… Incluso el autor español Javier Marías rinde homenaje a este género en su famosa novela Todas las almas (1989), ambientada en el mundo académico de Oxford. Gracias a las obras de estos autores, los lectores podemos disfrutar de novelas que nos trasladan a ese lugar soñado, al que sólo unos cuantos pueden acceder. Porque, aunque muchos de nosotros en la actualidad podamos cursar estudios superiores, también es cierto que pasear por los claustros de Oxford, Cambridge o Harvard, o llegar a formar parte de la élite erudita, está reservado sólo a unos pocos privilegiados. Para el resto de los mortales los misterios, intrigas, encuentros y desencuentros que se cuecen en aquellos rincones del conocimiento debemos experimentarlos a través de los libros.

El último ejemplo de novela de campus que se ha incorporado a mi biblioteca personal se titula Jill y fue escrita por el poeta, novelista y crítico de jazz Philip Larkin (1922-1985). La novela ha sido publicada el pasado mes de febrero por la editorial Impedimenta, cerrando el ciclo novelístico del autor, ya que en 2015 editaron Una chica en invierno (1947), su segunda y última novela.


Jill
nos traslada al Oxford de los primeros años de la Segunda Guerra Mundial. John Kemp, un estudiante de clase humilde, llega a la ciudad tras haber ganado con mucho esfuerzo una beca para estudiar allí. Las disposiciones del college al que pertenece le obligan a compartir habitación junto a Christopher Warner, un muchacho de clase social privilegiada, petulante, despótico y sin ningún interés por los estudios. El primer contacto que tiene con él deja claras sus diferencias sociales y personales, ya que la falta de experiencia mundana y la personalidad introvertida del protagonista le ponen en evidencia frente a su compañero y los amigos que le visitan asiduamente. Pese a esta circunstancia, John queda impresionado por la imagen arrolladora de Warner y centra toda la energía que tiene para ser aceptado en su grupo. Pero sus esfuerzos son vanos, ya que no posee el temperamento suficiente ni el encanto personal necesarios para triunfar, hasta que un día consigue llamar la atención de Christopher en una conversación. John despierta cierto interés en su compañero contándole una anécdota adornada de su vida, en la que incluye un personaje femenino inventado, al que pone el nombre de Jill. Desde ese momento abandona sus intereses académicos y se centra vehementemente en construir por escrito todo lo que rodea a la joven: su físico, su personalidad, su entorno, sus emociones… Como si de un personaje literario se tratara, John trabaja en su personaje dándole voz y construyéndole una vida. Pero, cierta tarde, paseando a la deriva en su delirio, cree reconocer a Jill al entrar en una tienda. ¿Será cierto que su creación ha cobrado vida? Si esto es así, ¿podrá Jill ayudarle a conseguir lo que anhela?

Jill es una interesante, apasionante y perturbadora novela, escrita por Philip Larkin cuando sólo contaba veintiún años, y él mismo estudiaba en Oxford. Fue publicada en 1946 y, según comenta el propio autor en el interesante y divertido prólogo del libro, que es tan fascinante o más que la propia novela, no ofreció muchos comentarios públicos. No sería del todo así, cuando en 1964 se decidió a volver a editarla. Como quiera que sea, Jill es un perfecto ejemplo de lo que hemos denominado novela de campus. En ella Philip Larkin se centra en las experiencias personales de su protagonista y en el ambiente estudiantil de pasillo y dormitorio, más que en el tema académico. Es en realidad una perfecta novela de aprendizaje, en la que el autor pretende abordar diferentes problemáticas y aspectos de la conducta humana durante la juventud. Su planteamiento y esquema narrativo puede recordar vagamente a otros títulos del género, como la famosísima novela de Evelyn Waugh, Retorno a Brideshead (1945). Pero, tras superar las primeras páginas y conocer a los personajes se encuentra su originalidad y valor, porque el éxito de Jill reside principalmente en estudio psicológico y emocional de sus protagonistas, como también en la particular construcción ambiental.

Philip Larkin, Oxford (1943)
Fuente:Theguardian.com

Por un lado tenemos a nuestro personaje principal, John Kemp, un muchacho de origen humilde y poco carismático, que accede a la universidad de Oxford por méritos propios y por la insistencia de su tutor, sin saber muy bien dónde se mete y lo que quiere; por otro lado encontramos a su compañero de habitación, Christopher Warner, el típico joven de clase privilegiada, arrogante, abusón y pendenciero, que ingresa en Oxford más por un tema social y de relaciones, que por sus intereses intelectuales. Larkin enfrenta y compara a sus protagonistas, los coloca en medio de una ciudad universitaria en plena Segunda Guerra Mundial, donde pensar en el futuro era toda una quimera. El resto de personajes son una comparsa de la que se sirve el autor para reforzar el espíritu de la trama. Comenzando por el tutor del instituto de John, un intelectual frustrado que pone sus esperanzas intelectuales en el primer muchacho que saca buenos resultados; continuando por los académicos universitarios en tiempos de guerra, más concentrados en el exceso de trabajo que en el alumnado; y finalizando por los compañeros y compañeras de los colleges de Oxford, con sus diferentes intereses y conductas. El resultado es un panorama muy distinto y menos romántico del que el lector pueda estar acostumbrado a imaginar. Larkin presenta otra faceta de lo que supone aquel templo del saber, que no tiene nada que ver  con el tema intelectual.


<Puedes ver este lugar como una gran estación central. Miles de personas. Trenes que parten en todas direcciones. Lo que tienes que decidir es a dónde vas. Una vez que lo hayas decidido, debes unirte a tus compañeros de viaje. Ellos serán de gran ayuda. Sé que lo que voy a decirte te sonará cínico y trillado, pero con diez minutos de arribismo social se consiguen mejores puestos que con diez años de trabajo duro.>


A través de esta atmósfera peculiar que construye, Larkin aborda el tema de la educación emocional, y sugiere la importancia que ésta tiene para los momentos relevantes en la vida. Plantea que la inexperiencia juvenil y la falta de formación vital derivan en debilidad, y te hacen objeto de depredadores, comenzando por ti mismo.


<Al mirarlos se sintió como un camarero de un restaurante caro. La amabilidad con la que le trataban era como la propina que habrían dejado a un camarero.>


Por otro lado, y volviendo otra vez a la relevancia de los personajes, empatizar con cualquiera de ellos resulta francamente difícil. De ello se sirve el autor para captar la atención del lector sobre la trama y la acción, en una línea de pensamiento que deriva en más de una dirección, y despierta una imperiosa expectación por conocer dónde llevarán los inquietantes acontecimientos. Imposible no rememorar la lectura de otra novela publicada en 1955 por Patricia Highsmith, salvando las distancias argumentales y de género,  desde mi punto de vista, El talento de Mr. Ripley y Jill provocan por momentos sensaciones similares.


<Toda su vida había sospechado que la gente le era hostil y quería hacerle daño; ahora sabía que no se había equivocado y veía materializarse los peores temores de su infancia.>


En cuanto al estilo que encontramos en Jill, resulta directo y certero, en una suerte de narrativa que fluye por sí misma sin poderla frenar. Esta circunstancia es realmente singular, si se tiene en cuenta que es una novela de juventud y la primera escrita por su autor. Esto contradice las insinuaciones que Philip Larkin deja caer en su prólogo del libro, donde comparte anécdotas frívolas de su propia experiencia universitaria en Oxford, quizá algo más aplicada de lo que quiere dejar pensar.

Por último, quiero recalcar la originalidad de la novela dentro de la cotidianeidad de la temática. El autor imprime relevancia a la historia de cada individuo y le traslada al lector la responsabilidad para observar y juzgar. Pone frente a éste ese mundo imperturbable de los colleges, donde nadie es fundamental y la vida sigue invariablemente cuando ya no estás.

 

<Si conociéramos el verdadero fondo de todo tendríamos compasión hasta de las estrellas.> Graham Greene

 


Undine von Reinecke ♪

 

El autor por la Editorial:

Fuente: Editorial Impedimenta

Larkin, Philip

Philip Larkin (1922-1985) estudió en la Universidad de Oxford. Amigo fraternal de los también escritores Kingsley Amis y Edmund Crispin (a quien dedica este libro), está considerado uno de los poetas ingleses más aclamados del siglo XX.

De hecho, los reconocimientos a su labor literaria, entre los que se incluyó la Queen’s Gold Medal, fueron una constante en su vida. En 1984 se le ofreció el galardón, que rechazó, de poeta laureado del Reino Unido. Fascinado tras una primera lectura de Thomas Hardy, e influenciado por T. S. Eliot y W. H. Auden, comenzó a escribir en su adolescencia. Aunque al principio su producción literaria se limitó a la lírica, llegaría a escribir cinco novelas (tres de las cuales destruyó nada más terminarlas), una supuesta autobiografía y hasta un manifiesto creativo titulado «Para qué escribimos». A punto de sacar a la luz su primera novela, Jill (1946), su editor le preguntó si también escribía poesía. Como consecuencia de esto, apareció, tres meses antes que Jill, El barco del norte (1945), un poemario en la línea de W. B. Yeats. Poco después, Larkin comenzó a escribir Una chica en invierno, que publicaría en 1947 la prestigiosa editorial Faber and Faber. La obra se convirtió de inmediato en un rotundo éxito. El Sunday Times la describió como una narración de «una presentación exquisita y casi intachable». Jamás volvió a terminar una novela. Su madurez como poeta la alcanzaría durante los cinco años que pasó en Belfast. Allí escribió la mayoría de los versos que compondrían Un engaño menor, una recopilación de poemas que le consagró definitivamente como poeta de culto. Otras obras destacables son Ventanas altas (1974), donde refleja su preocupación por la muerte, o Las bodas de Pentecostés (1964). Larkin fue bibliotecario de la Universidad de Hull a partir de 1955 y crítico de jazz del Daily Telegraph. Falleció en 1985, a los sesenta y tres años de edad, víctima de un cáncer de esófago. Está enterrado en el cementerio municipal de Cottingham.

 

 

Comentarios

  1. Hola.
    No conocía el libro ni el autor y, aunque me parece interesante lo que nos cuentas sobre las novelas de campus, el argumento de Jill no es que me llame demasiado y creo que lo voy a dejar pasar.
    Un saludo.

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    1. Buenas tardes, Samarkanda:
      Gracias por tu visita. Siennto que en esta ocasión el libro no te tiente.
      Un abrazo grande y muy feliz día!!

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  2. Mi querida Undine,

    Ya sabes que yo leyéndote me transporta a otro mundo, incluso a veces me olvido del libro... Pero no, tengo el libro muy presente porque me ha encantado desde las primeras dos frases que has puesto, aunque solo con la portada ya sabía que lo quería.
    Es que la educación emocional es tan importante y se le da tan poca relevancia...

    Maravilla de reseña, por supuesto, y de libro 💋💋💋

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    1. Buenas tardes, querida Yolanda:
      ¡Muchas gracias por ser tan amable siempre! Sé que el libro te gustará porque conozco tus intereses culturales. Además, tanto tú como yo hubiéramos disfrutado escuchando en directo a un intelectual tan singular y carismático como era Philip Larkin. Si no has leído Una chica en invierno, no dejes de hacerlo porque esta novela también es fantástica.
      Un abrazo grandísimo, mi querida amiga!!

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  3. He leído varias y sin embargo nunca pensé que estas novelas se agruparan en un género. me encanta Todas las almas y, por supuesto, Retorno a Brideshead y La mancha humana. Pues acabo de descubrir un género que me gusta mucho y no sabía que existía. Tomo nota de esta otra novela e indagaré en los autores que mencionas y que no he leído a pesar de conocerlos de nombre.
    Un beso.

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    1. Buenas tardes, Rosa:
      Con tu permiso, te indico algunos títulos de novela de campus, que creo te pueden gustar. Si te apetece un poco de humor, Lucky Jim de Kingsley Amis (Impedimenta) y La trilogía del Campus de David Lodge (Anagrama). Si lo que buscas es novela de campus desde el punto de vista femenino, El libro y la Hermandad de Irish Murdoch y Sobre la belleza de Zadi Smith.
      Me encanta encontrar lectores que comparten mis gustos.
      Un abrazo y gracias por la visita!!

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  4. Hola Undine, cuando has mencionado lo de Jill y que al final cree que se la encuentra de verdad, me ha recordado la novela de Kathleen de Christopher Morley...
    Tomo buena nota de las recomendaciones que le has dado a Rosa...
    Un besazo

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    1. Querida Nitocris:
      Aunque es literatura británica, no creas, el libro guarda un espíritu muy diferente al de Kathleen. Jill está lleno de claroscuros. Te animo a que te adentres en esas novelas de campus, hay para todos los gustos y es un mundo muy interesante.
      Un abrazo y muchas gracias por tu visita!!

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  5. Pues me descubres este género, que no sabía que existía. Podría encuadrar aquí Retorno a Brideshead, que es la única novela que ahora mismo recuerde, que pueda encajar en este género. Y me dejas con muchas ganas de descubrir esta novela.
    Besotes!!!

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    1. Buenas tardes, Margari:
      Claro que Retorno a Brideshead es novela de campus, de hecho comparte ciertos paralelismos con Jill. Te animo a que leas Jill, porque es una novela fantástica que te sorprenderá.
      Un abrazo, y muy felices lecturas!!

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  6. Holaa!! otro más que no conocía pero debo admitir que no suena nada mal. Gracias por la entrada.

    Blessings!!

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    1. ¡Gracias a ti por llegar siempre a la cita semanal! Disfruta de la novela.
      Un abrazo!!

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  7. Buenas tardes Undine!. Siento decir que aunque apunté a Philip Larkin después de leer tu reseña de Una chica en invierno, aun no me he puesto con él.
    Ignoraba que existiera " la novela de campus", aunque yo igual que tú disfruto mucho con las novelas desarrolladas en College. A parte de la que mencionas "todas las almas", que la he leído y visto la película (aunque poco tienen que ver), Retorno a Brideshead y la mancha humana, he leído Una novela de Dorothy L. Sayers desarrollada en un College femenino, no recuerdo si se titula Misterio en Oxford o Asesinato en Oxford, y esta protagonizada por la esposa de Lord Peter Wilson, escritora de novela policíaca y profesora.
    He disfrutado mucho con tu reseña y vuelvo a llevarme a Larkin, veremos si va de esta vez. Un abrazo.

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    1. Buenas tardes, Mar:
      Sí, la novela de Dorothy L. Sayers es estupenda, me encanta. Todas las almas es un novelón, pero tienes razón, no se parecen nada adaptación y novela. Leí por ahí que Marías rompió con Anagrama por culpa de eso...El mundo editorial y sus asuntillos. Por otro lado, Me encanta que hayamos descubierto otro punto más en común en las novelas de campus. No dejes de comentarme nuevos títulos que descubras, yo las colecciono :).
      Un abrazo grande y muchas gracias por tu visita!!

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  8. Hola. Me atraen muchísimo esos ambientes universitarios británicos y también los americanos, y curiosamente, en este caso, ganan los británicos. Qué pena no haberlos podido vivir y solo poder visitarlos como turista. No sabía que tenían su propio género reconocido como tal. Me apunto sin pensarlo a leer esta novela. Pese a que sí que leí hace años Una chica en invierno y me dejó un poco fría, supongo que por esperar cosas que nadie me ha prometido. Me refiero a que quizás cogí el libro con una idea equivocada. No creo que me equivoque con este, así que pido plaza en Oxford.
    Besitos y ¡¡Feliz semana!!

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    1. Buenas tardes, Norah:
      Fíjate, a mí me gustó muchísimo Una chica en invierno, también es cierto que me adentré en el libro a ciegas. Con respecto a los colleges, ya sabes que yo soy muy anglófila y, como tal, prefiero los ingleses. Pero no creas, en este sentido los norteamericanos no se quedan a la zaga. Con respecto a Jill, ve con ojos ciegos, así te sorprenderá más. Ese es mi consejo.
      Un besote grande, y mil gracias por tu visita!!

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  9. ¡Hola! Para mí que un libro sea original me parece un aspecto muy positivo para leerlo así que, aunque no lo tengo entre mis grandes deseados, no me importaría leerlo. Un besote :)

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    1. Buenas tardes, Marya:
      Qué bien que te haya interesado. Si finalmente te decides a leerlo, no dejes de contarme tus impresiones.
      Un abrazo y felices lecturas!!

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  10. No leí ninguna novela ambientada en el mundo del campus universitario, aunque sí vi alguna película, si bien estaba también presente el aspecto académico. Es interesante lo que nos cuentas sobre esta novela, teniendo en cuenta el período histórico en la que se desarrolla la trama. Besos.

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    1. Buenas tardes, Francisco:
      A mí el tema académico de élite siempre me pareció interesante. Cómo funcionan los claustros ilustres, la competencia entre catedráticos, la rivalidad entre los estudiantes, todos esos temas que no suelen verse desde fuera, pero que son un mundo muy complejo y que, a veces, tienen muy poco que ver con el mundo intelectual y más con los defectos humanos. El priodo de tiempo influye en la novela pero, quizás, no tanto como se pudiera pensar, ya que esta misma situación de la trama pudiera darse en cualquier otro momento de la historia.
      Un abrazo y muchas gracias por la visita!!

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  11. ¿Me pregunto si este libro está disponible en Kindle? Me gustaría conseguirlo. De este autor solo he leído A Girl in Winter, es una hermosa novela, Larkin fue un gran novelista y poeta.
    Un saludo

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    1. Buenas tardes, Yessykan:
      Creo que no hay versión Kindle, pero compruébalo porque quizás esté equivocada. A mí también me gustó muchísimo Una chica en invierno, por eso tuve claro que leería Jill en algún momento. Ambos obras son estupendas, aunque muy diferentes entre sí. Estoy segura que Jill será capaz de complacer tus expectativas.
      Un abrazo y muchas gracias por la visita!!

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  12. Hola!! Tomo buena nota de tu experiencia lectora, es un título del que no sabía qué pensar. ¡Gran reseña y gracias por tus recomendaciones! Besos!!

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    1. Buenas tardes, An:
      Te agradezco enormemente tus amables palabras. Si decides leer Jill, espero que disfrutes de su lectura tanto como yo.
      Un abrazo y feliz tarde de domingo!!

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  13. Todo un mundo en miniatura este de los "collegges"; ideales para un estudio sociológico de los buenos. Esta vez creo que no voy a decidirme pie tu propuesta, porque no es un tema que me atraiga demasiado, pero sí que tomó nota del título, qué nunca sabe una cuándo puede cambiar de idea. Cómo siempre, gracias por todo lo que me enseñas. Un abrazo.

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    1. Buenas tardes, Marisa:
      Sin duda tienes razón, es todo un mundo complejo digno de estudiarse. Fíjate, a mí siempre me han llamado la atención estos lugares y su funcionamiento. Pero cuando leí a David Lodge y su trilogía del campus los desmitifiqué (es desternillante cómo los satiriza). Pese a ello, llevo muchos años leyendo y coleccionando novelas académicas, me siguen interesando pese a todos esos claroscuros que envuelven la imagen de los college.
      Un abrazo grande y muchas gracias por tu visita!!

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  14. Tengo Una chica en invierno por leer así es que esta tendrá que esperar.
    Un beso

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    1. Buenas tardes, Inés:
      A mí me gustaron las dos novelas por igual, aunque son muy distintas entre sí. Si me lo permites, en mi opinión creo que Jill cuadra más con tus lecturas, por la tensión psicológica de la trama. Pero como te digo, las dos novelas son fantásticas.
      Un abrazo y gracias por la visita!!

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  15. Hola! Muchas gracias por descubrirme este libro, suena muy interesante.
    Besos!

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  16. Me gusta que trate de la educación emocional ❤

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    1. Buenos días:
      Espero que la novela te guste también.
      Un saludo

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  17. Hola Undine!
    Nunca había oído ese término novela de campus...que yo recuerdo. Ahora mismo estoy tratando de pensar en alguno de mis libros leídos que pueda caer en esa categoría...pero lo máximo que se me puede ocurrir son las novelas ambientados en internados como los de Enid Blython.
    Tampoco había oído de este escritor y menos del libro, pero a mi me gustan esas historias en las que se inventa gente jeje (Hay un película muy buena que se llama "días de otoño" en la que también inventan a alguien).
    Lo más cerca que he estado de OXford es que sigo la cuenta de IG de la universidad, así que me encataría saber más y qué mejor de saber de un tema que a través de una historia.
    Cómo siempre, muchas gracias por la enseñanza :)

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  18. Buenos días, Pilar:
    En mi opinión, se podría considerar las novelas de Enid Blython que transcurren en colegios como novelas de campus. Eso sí, dentro de la categoría infantil y juvenil.
    Con respecto a Larkin, si tienes oportunidad, no dejes de echar un vistazo a su obra, es un autor francamente bueno en los campos que trabajó.
    Un abrazo y muy felices lecturas!!

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