RESEÑA: LAURA, VERA CASPARY

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Alianza Editorial

Colección: 13/20

Traducción: Pilar de Vicente Servio

I.S.B.N.: 978-84-9104-392-8

Publicación: 16/06/2016

Formato: Papel

Páginas: 320

Sinopsis de la Editorial

Una hermosa mujer, Laura, aparece asesinada de un tiro en su lujosa mansión de Nueva York. En el escenario del crimen, donde un gran cuadro da fe del enigmático atractivo de la víctima, comparece el duro y baqueteado detective Mark McPherson, encargado del caso. Su investigación se centra principalmente en Waldo Lydecker y Shelby Carpenter, sospechosos por sus vínculos sentimentales con ella. Pero la atracción y el misterio de Laura pueden seguir actuando desde más allá de la tumba…

Propuesta musical para este libro

Smoke Gets in Your Eyes, Gertrude Niesen (1933)

* Crédito del vídeo: canal de YouTube The75Prof

Smoke Gets in Your Eyes es una canción compuesta por el músico estadounidense Jerome Kern, con letra de Otto Harbach. La pieza pertenece al musical Roberta, que a su vez está basado en la novela Gowns de Roberta de Alice Duer Miller. El espectáculo fue una producción original de Broadway, y se estrenó el 18 de noviembre de 1933 en el New Amsterdam Theatre. Smoke Gets in Your Eyes se hizo tan famosa por sí sola durante las décadas de 1930, 1940 y 1950, que existen múltiples y exitosas versiones de esta canción. Entre ellas destacan, la que popularizó la orquesta de Benny Goodman como la que ofreció la agrupación de Glenn Miller, la del grupo The Platters, o la grabada por Nat King Cole junto a su trío Oscar Moore...

He elegido Smoke Gets in Your Eyes como tema musical de la reseña de hoy, porque la canción tiene un gran protagonismo en un momento muy significativo de la novela.

Lo que Undine opina del libro

Queridos lectores.

Lecturas de Undine regresa con energías renovadas tras un largo descanso vacacional. Y lo hace con la reseña de un clásico policíaco, una novela de esas que te mantienen despierto hasta altas horas de la noche. Me refiero a Laura de Vera Caspary, novela traducida por Pilar de Vicente Servio para Alianza Editorial, con la que participo en el reto Serendipia Recomienda 2023. La sugerencia para leer este emocionante título me vino dada por Miss Hurt, la infatigable administradora del blog amigo Las Inquilinas de Netherfield. Y, como nunca me han fallado sus recomendaciones literarias, máxime si se trata de un texto detectivesco, me decidí a leer este libro.

Cartel de la película (Fuente: Wikipedia)

Por otro lado, Laura no era un título extraño para mí, ya que conocía la historia gracias a su aclamada adaptación cinematográfica de 1944. Esta estupenda película fue dirigida por el audaz Otto Preminger (1905-1986), uno de los primeros directores que se atrevieron a retar la censura de los Estados Unidos, y junto a él compartieron cartelera algunas de las estrellas hollywoodienses más brillantes del momento. Entre aquellos grandes nombres se encontraban la bellísima Gene Tierney, actriz de la que hablé en la reseña de El fantasma y la señora Muir👈; el polifacético Vicent Price, conocido en Lecturas de Undine por su participación en la adaptación de la novela de Anya Seton Dragonwyck👈; o Judith Anderson, a quien todos mis lectores reconocerán por su brillante papel como la perturbadora ama de llaves de la película Rebecca de Alfred Hitchcock, que está basada en el famoso texto de Daphne du Maurier. A este elenco se unieron también Dana Andrews y Clifton Webb, entre otros importantes personajes del espectáculo. No es extraño que la película recibiera cinco nominaciones a los Premios de la Academia, obteniendo finalmente el Premio a la Mejor Fotografía en Blanco y Negro, además de haber sido seleccionada en 1999 por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos para su conservación en el Registro Nacional de Películas, por tratarse de un film cultural y estéticamente importante. 

Con todo y con ello, y pese a ser una magnífica adaptación que he visto en infinidad de veces, porque es uno de esos clásicos cinematográficos al que siempre apetece volver, tras haber leído la novela puedo asegurar que sus páginas no tienen parangón en relación con el film. La película, desde mi punto de vista, no consiguió igualar la emoción y el suspense que Vera Caspary construyó a lo largo de los capítulos de su libro. Quizá, los ligeros retoques que hicieron los guionistas de la producción fueran la causa de ello, o quizá fuera la dificultad de llevar a la Gran Pantalla el complejo esquema narrativo que la autora diseñó. Lo cierto es que ni el planteamiento argumental ni los personajes principales de la película resultan tan brillantes una vez se ha leído la novela. Y esta afirmación pertenece a una fan incondicional del film.

En este punto, parece importante comentar cuál es la estupenda historia que se esconde tras el título de Laura. Ahí va.

Cubierta de la primera edición (Fuente: Wikipedia)

Nueva York década de 1940. Una calurosa mañana de agosto, los noticiarios neoyorquinos despiertan con una sorprendente noticia, una conocida y exitosa agente publicitaria, miembro destacado de la socialité, ha sido encontrada muerta en su elegante apartamento, situado en una de las calles más lujosas de la ciudad, y la persona que descubrió el desfigurado cadáver fue la fiel trabajadora doméstica de la fallecida. Así las cosas, el caso ha sido asignado al detective Mark McPherson de la policía metropolitana, un inteligente sabueso conocido por sus éxitos resolviendo casos delictivos. Los primeros indicios de la investigación apuntan a un crimen pasional, ya que Laura Hunt, la mujer asesinada, tenía en su poder el corazón de dos hombres: el de Waldo Lydecker, escritor exitoso, hombre refinado y mentor de la finada, y el de Shelby Carpenter, un dandy de poca monta, y el hombre con el que Laura se iba a casar. Sin embargo, y tras haber pasado muchas horas buceando en la vida de Laura Hunt, aparentemente la sagacidad del detective se ha visto trastocada. Tampoco él parece haber podido escapar del influjo que aún ejerce sobre los hombres la “presencia” de la mujer asesinada, y sus pesquisas no parecen avanzar. Hasta que una mañana, un sorprendente acontecimiento cambia el rumbo del asunto. Es entonces cuando realmente comienza el siniestro juego del gato y el ratón, en el que todos los involucrados en el caso van a participar.

Laura es una apasionante, glamurosa e inteligente novela negra, que fue publicada en 1942 por la revista semanal Colliers. La historia apareció de manera seriada durante los meses de octubre y noviembre con el título original de Ring Twice for Laura. Un año más tarde, la novela sería publicada de forma completa por la editorial Houghton Mifflin. El éxito fue tan grande, que Vera Caspary vendió los derechos de su obra a la productora cinematográfica Twentieth Century Fox, repitiendo la jugada en 1946, ofreciendo al mundo del teatro una versión escrita a medias con el dramaturgo George Sklar, conocido por ser uno de los pioneros del Teatro Protesta durante la década de 1930

Como quiera que sea, Laura tuvo tanta repercusión que alcanzó fama internacional, siendo publicada en diversos idiomas, entre ellos el italiano, el alemán, e incluso, el holandés y el japonés. Por otro lado, y como la novela vio la luz durante los años que aconteció la Segunda Guerra Mundial, se realizó una edición especial destinada a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Y, en mi opinión, los soldados norteamericanos debieron solazarse leyendo el libro, porque la novela es tan cautivadora que te mantiene secuestrado en su lectura sin querer escapar.

Uno de sus puntos fuertes, como anteriormente comentaba, es su brillante esquema narrativo, un estilo que la crítica ha comparado con el de el grandísimo Wilkie Collins en La mujer de blanco, ya que las dos obras siguen un mismo patrón narrando cada una su historia. Es decir, los acontecimientos se cuentan en primera persona desde el punto de vista de algunos de los personajes implicados en el caso, ofreciendo así al lector un caleidoscopio rico en detalles y muy interesante de lo sucedido antes, durante y después del asesinato en cuestión, y de las personas que se ven comprometidas en él.

Otro de los méritos que atesora este clásico detectivesco se basa en la estupenda construcción de los personajes, unos caracteres que destacan por su aguda definición psicológica, comenzando por el dominio que posee sobre la escena la fallecida Laura Hunt, un poder que ejerce gracias al cuadro con su retrato que decora su salón, y por los recuerdos que dibujan de ella sus allegados; en segundo plano tenemos a Waldo Lydecker, el amigo, mentor y enamorado de la fallecida, un hombre intelectualmente brillante y glamuroso, un esteta impenitente que, desde mi punto de vista, vuelve a remitir al lector a Wilkie Collins y su más aclamada obra, ¿o quizá no? 

Siguiendo con la descripción de los personajes, no menos interesante resulta el detective Mark McPherson, hombre inteligente, carismático y rudo, baqueteado en las duras calles de Nueva York, que guarda en su interior un halo de romanticismo. Frente a éste, nos topamos con Shelby Carpenter, el prometido de la fallecida, un petimetre neoyorquino con más apariencia que verdadera elegancia, del que pende gran parte del motivo principal de esta historia. Estos cuatro personajes, junto a las intervenciones menores de la esnob tía de la fallecida y la asistenta doméstica que encuentra el cadáver, forman un elenco literariamente sofisticado y original, al que hay que estudiar atentamente cada vez que uno de ellos entra en acción, si el lector quiere adelantarse y adivinar quién fue o no el supuesto asesino de Laura Hunt.

Por otro lado, y en cuanto a la ambientación de la novela, los escenarios me parecen excelentes, ya que definen muy bien los contrastes sociales que existían en Nueva York, allá por la década de 1940. Viviendas lujosas, apartamentos alquilados de mala muerte, tiendas para sibaritas, coleccionistas de arte y aficionados al licor, restaurantes elegantes y locales de moda, calles atestadas de gente… Un listado parco pero bien elegido en cada momento para ubicar una historia, oscura, interesante, glamurosa y tan antigua como el principio de los tiempos. Amor, celos y ambición.

Laura fue la obra más reconocida de Vera Caspary, una autora nacida en Chicago en 1899 y fallecida en Nueva York en 1987, que lo mismo escribía novelas, obras teatrales, cuentos, como guiones cinematográficos. Ella no se definía como una auténtica escritora de misterio, aunque los personajes femeninos de sus obras poseen cierto carisma que los predispone a ello. Incluído el de Laura Hunt, la protagonista de la novela que nos ocupa hoy. Vera Caspary comparte con su criatura muchos puntos en común, que no eran frecuentes en una mujer de su época, emprendedora, profesional de éxito, nada convencional en las relaciones de pareja, apasionada y activa políticamente, tanto que incluso militó en el Partido Comunista y se unió a la Liga Antinazi hollywoodiense y a la Liga de Escritores de Estados Unidos, con lo que todo esto conllevaba en plena época de la caza de brujas entre los intelectuales del país. A Caspary le tocó vivir una época llena de acontecimientos y desastres varios -entre ellos dos guerras mundiales y una depresión económica, que propiciaron muchos cambios en la sociedad de los que ella misma participa-, que la llevarían a cruzar el Atlántico en diferentes ocasiones, escapando de los problemas y para poder seguir ejerciendo su profesión.

Como quiera que sea, hoy por hoy Laura está considerada por el mundo editorial un clásico perdido, pese a haber sido reeditado en numerosas ocasiones desde su primera publicación, y formar parte de la colección Escritoras de Crímenes de la Biblioteca de los Estados Unidos. Sin embargo, quienes se acercan a esta historia quedan invariablemente subyugados por ella, reafirmando así su inmortalidad y vigencia dentro del género negro y criminalístico.

<No quiero alcanzar la inmortalidad mediante mi trabajo, sino simplemente no muriendo.> Woody Allen

Undine von Reinecke ♪

La autora por la Editorial

Vera Caspary

Novelista, dramaturga y guionista, Vera Caspary nació en Chicago en 1899. Publicada en la época dorada del género, "Laura" (1942) es un clásico indiscutible de la novela negra que conoció el favor del público desde el primer momento y fue llevada al cine con gran éxito por Otto Preminger.