RESEÑA: "EL PUENTE DE ALEXANDER", WILLA CATHER
Fuente: @undine.von.reinecke Instagram |
Ficha Técnica:
Editorial: Alba
Colección: Alba Clásica
Número colección: CXLVII
Traducción: Miguel Temprano
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 97884-90655252
Páginas: 120
Precio: 14€
Sinopsis de la Editorial:
Bartley Alexander anda ya por la mediana edad y es un
ingeniero de éxito, un hombre hecho a sí mismo, admirado por los puentes que
construye. Casado con una mujer culta y rica, vive en una bonita casa en Boston
y parece también tener una feliz vida conyugal. Pero en un viaje a Londres
vuelve a encontrarse con un antiguo amor, Hilda Burgoyne, a la que conoció en
París cuando era estudiante –entonces «fue la juventud, la pobreza y la
cercanía, todo era joven y amable»− y que ahora es una actriz famosa. El
reencuentro reaviva «la energía de la juventud que debe reparar en sí misma y
pronunciar su nombre antes de desaparecer». A los dos las cosas les han ido
bien; sin embargo, quizá no hayan agotado sus posibilidades.
El puente de Alexander (1912) recrea la intensa sensación,
cuando a uno le amenaza ya «la desganada fatiga», de verse acompañado por «su
propio ser juvenil», que posiblemente acabe siendo «el más peligroso de los
acompañantes». Willa Cather no guardaba –como se ve en dos textos que figuran
como apéndice a este volumen− muy buen recuerdo de esta su primera novela: le
parecía demasiado deudora de los autores que admiraba, Edith Wharton y Henry
James. Pero lo cierto es que hay en ella, en su estudio de una doble vida, toda
la excitación y la fatalidad y todo el talento para la introspección que
caracterizarán su obra posterior.
Propuesta musical para este libro:
Lo que Undine piensa del libro:
Siempre que veo una novela firmada por Willa Cather no dudo
que terminaré leyéndola más pronto que tarde. La escritora norteamericana fue
un descubrimiento para mí cuando tuve que buscar una novela, hace ya muchos
años, ganadora del Premio Pulitzer para cumplir con un requisito de un
reto lector. Entre la inmensidad de
títulos premiados (imaginad, lleva desde 1917 otorgándose en veintiuna categorías),
Uno de los nuestros, de Willa Cather me sedujo despertándome tal curiosidad que
devoré la novela en muy poco tiempo. Desde entonces guardo fidelidad y veneración
por esta novelista.
Cuando Alba editorial anunció la publicación de El puente de
Alexander fui haciendo hueco en mi biblioteca personal y hoy por fin la traigo
aquí.
Henry James Fuente: Alba Editorial |
El puente de Alexander guarda para mí una gran similitud de
estilo con El amor de un hombre de cincuenta años, del citado Henry James, y
con muchos de los relatos de madurez que también Alba publicó bajo el título de
Lo más selecto: cuentos y nouvelles. La propia Willa Cather así lo afirmaba
años más tarde cuando su editor le pidió que escribiera un prólogo para la
reedición de 1922 de El puente de Alexander, y en un artículo que escribió para
la revista The Colophon en 1931, sus palabras justificaban esta primera obra,
de la que no se sentía orgullosa en manera alguna, por su falta de personalidad
y originalidad, así:
<”Pero nuestros novelistas más interesantes eran Henry James y la señora Wharton, la mayoría de los escritores jóvenes imitaban su
estilo sin tener sus dotes”.>
Fuente: Alba Editorial |
¿Qué pretendía Willa Cather con esta su primera publicación
de 1912? Sin duda alguna, escribir, que era lo suyo. Pero como todo escritor
que se inicia, su personalidad no está definida. En esta obra aún no se ha
librado de las formas de sus escritores de referencia, no es ella misma, no hay
calidez, ni audacia que la distingan. No obstante, tras la rigidez y la
atmósfera helada que nos envuelve al leerla, para quienes admiramos y conocemos
a Willa Cather es un privilegio y una alegría poder disfrutar del primer texto
que publicó, compararlo con el resto de su producción y analizar la
evolución de su narrativa hacia campos más personales e intimistas. Que además
la edición que os enseño contenga el prólogo escrito en 1922 por la propia
escritora y el artículo antes mencionado (1931), para la revista The Colophon, en mi opinión convierte a este
libro en una joya de coleccionista.
Sobre el argumento de la novela debo decir que a mí, como
a Willa Cather (así nos dice en el apéndice, que tras un viaje a Londres se
interesó por algunas personas y decidió escribir sobre ellas), también me
parece un tema de lo más interesante. La vida de un triunfador puesta a prueba
al llegar a la madurez: ¿felicidad o frustración? Un tema recurrente en la
literatura de todo género (recordemos que Jane Austen lo utilizó en Persuasión
en el siglo XIX y Maggie O´farrell lo toca también en su novela de 2016 Tiene
que ser aquí), no por ello deja de ser sugestivo.
Hay un momento en la vida de cada persona en el que se
cruzan acontecimientos, personas o recuerdos, que nos hacen viajar al pasado para reencontrarnos con nuestro yo más auténtico; ese del que nos sentimos
orgullosos y quisiéramos rescatar. Hay quienes escapan a la tentación de
dejarse acunar por sones dulces del pasado, pero otros caen en ella sin remedio; de cómo manejen ellos el impulso emocional que les absorbe dependerá el resto de su
vida. Eso le sucedió a Bartley
Alexander, protagonista de la nouvelle, quién confundió el reencuentro con un
viejo amor con el elixir de la juventud:
<Empezó a dar esos paseos sintiéndose un poco culpable,
con un anhelo y unas expectativas curiosas totalmente compensadas por la
soledad, pues iba hombro con hombro con un acompañante indefinido –no la
pequeña Hilda Burgoyne, ni mucho menos, sino alguien mucho más querido de lo
que había sido jamás ella-, su propio ser juvenil (…)>
¿Quién llegando ya a cierta edad no se ha preguntado, sea un
triunfador o no, cómo hubiera sido su vida de haber tomado otro de los caminos
que le salieron al encuentro? El cansancio de vivir y el precio que debemos pagar
por nuestras decisiones nos llevan a la tentación de querer hacer un pacto con
el diablo, pese a que todos sabemos que del infierno no se regresa sano por muy dulce que sea el canto de sirena que nos conduce hasta él.
<”Parece que debemos vivir una sola vida en este mundo,
cuando intentamos vivir otra desarrollamos otra naturaleza. Me siento como si
me hubieran enganchado a otra persona”>.
Una interesante reflexión, que Willa Cather desarrolla a
caballo entre dos ciudades, Londres y Boston. Ellas serán los escenarios donde
veremos el ascenso y caída de Bartley Alexander. ¿Qué determinación tomará? Os
invito a leer esta curiosidad literaria en forma de relato y descubrir cómo Willa Cather lo resuelve.
Sarah Orne Jewett Fuente: Wikipedia |
<”Por supuesto, un día escribirás sobre tu propio país.
Entretanto, aprende todo lo que puedas. Hay que conocer muy bien el mundo antes
de conocer la parroquia”>.
Cuando Willa Cather comenzó su Trilogía de la Pradera inicia
su mirada interior y la dirige hacia lo conocido. De esta manera consigue el éxito y forma su característico
estilo, el cual supo desarrollar y trasmitir con sus obras, llegando al corazón de
los lectores americanos e ingleses. Un ejemplo de esta intimidad que comparte
con el lector, que considero personalmente como un regalo de Willa Cather hacia
nosotros, llegó en 1922 con la “construcción” de Claude Wheeler, protagonista
de Uno de los nuestros, ganadora del premio Pulitzer. Dicho personaje está
basado en su primo Grosvenor, el cual murió en la Primera Guerra Mundial en 1918
en Cantigny, Francia. Cather se enteró de su muerte mientras leía el periódico
en una peluquería. Ella escribió tras la publicación de la novela:
<”A partir de eso, él estaba en mi mente. La vergüenza
del parentesco, se había ido. Pero estaba en mi mente tanto que no pude verlo
por otras cosas ... una parte de mí fue enterrada con él en Francia, y otra
parte de él se quedó vivo en mí”>.
Indudablemente, los personajes de El puente de Alexander están
a años luz de este planteamiento literario tan íntimo, no obstante, se
vislumbra la intención de la escritora de crear figuras que interaccionan con
el lector y hablan sobre las más profundas emociones humanas, los vicios y virtudes y que sirven a su vez de espejo en el que contemplarse.
Nuestro protagonista, Bartley Alexander, no llega a conectar
completamente con el lector, no hay vínculo emocional. Le vemos frenético en
sus "viajes del pasado al presente" (Londres/Boston), pero no genera empatía; el
lector es un observador que ve con curiosidad su devenir. Su esposa, Winifred, está en un altar expuesta,
actúa como una geisha que sirve a su señor, de quien poco sabemos y que poco
trasmite; Hilda, el amor de juventud, se dibuja con dos pinceladas pictóricas y
efectista, pero no se da la interacción suficiente con Alexander como para llegar al clímax que el personaje debería proporcionar. Por último, referirme al
personaje que más posibilidades tiene en esta nouvelle, Lucius Wilson, un
antiguo maestro de Alexander, quien abre y cierra esta novela y que anticipa
futuros protagonistas de la obra de Willa Cather.
En el jardín de Luxemburgo, J. S. Sargent (1879) Fuente: wahooart.com |
Para terminar, quisiera mencionar la riqueza ilustrativa que
la nouvelle contiene, haciendo referencia a múltiples citas históricas, artísticas (no puedo dejar de mencionar a John Singer
Sargent, pintor al que se alude en la historia como conocido del
protagonista), y musicales. Son decoraciones literarias muy pintorescas e interesantes para el
lector curioso actual. Las cuales, también es cierto, no escaparon a la autocrítica indirecta de Willa Cather, aduciendo que son adornos innecesarios, con estas palabras:
<”El escritor, al principio de su carrera, a menudo está
más interesado en los descubrimientos de su arte que en las verdades cotidianas
que llevan rodeándole desde la cuna. Es probable que tenga la sensación de que
escribir es una de las cosas más importantes, si no la más importante del
mundo, y de que lo que aprende en materia de escritura es una posesión de valor
incalculable”>
¿Verdad que es un lujo conocer los pensamientos más
profundos de Willa Cather y la autocrítica que se dedica para ésta su primera
publicación?
Con todo y con ello, mi recomendación musical está dedicada
a Winifred Alexander, un personaje a quien hubiera querido conocer mejor y de
quien Willa Cather nos cuenta interpretaba a Schumann de sublime manera, tocando El
Carnaval Op. 9 para Bartley Alexander y Lucios Wilson justo al comenzar la nouvelle.
Undine von Reinecke ♪
Willa Cather por la Editorial:
Fuente: Alba Editorial |
Willa Cather nació en Winchester (Virginia) en 1876, de una familia
de origen irlandés, y pasó su infancia en Nebraska, en los años de la primera
gran colonización de inmigrantes checos y escandinavos. Siempre activa y de
espíritu independiente, estudió en la Universidad de Nebraska, donde se
presentó, vestida de hombre, con el nombre de William Cather.
Fue viajera,
periodista, maestra, dirigió revistas; vivió durante cuarenta años con su
compañera, Edith Lewis; y, cuando hubo ahorrado lo suficiente, se dedicó
exclusivamente a la literatura. Admiradora de Flaubert y Henry James, así como de
Turguéniev, Conrad y Stephen Crane, su primera novela, Alexander’s Bridge, se
publicó en 1912.
Fuente: Alba Editorial |
Al año siguiente, con Pioneros (ALBA CLÁSICA núm. L) introdujo
el que habría de ser uno de sus temas centrales: el mundo vitalista de los
colonos en el que transcurrió su infancia. A ésta siguieron otras novelas como
Mi Ántonia (1918; ALBA CLÁSICA núm. XXXV), One of Ours (1922), que mereció el
premio Pulitzer, La muerte y el arzobispo (1927), Shadows on the Rock (1931) o
Lucy Gayheart (1935; ALBA CLÁSICA núm. ) y algunas exquisitas nouvelles como
Una dama extraviada (1923; ALBA CLÁSICA núm. LX) o Mi enemigo mortal (1926;
ALBA CLÁSICA núm. XXXII), ejemplos de un modo de escribir complejo y personal
que se ganaría la admiración de escritores como William Faulkner y Truman
Capote. Es autora asimismo de un gran número de relatos, reunidos en Los libros
de cuentos (ALBA CLÁSICA MAIOR núm. ), y de un delicioso libro de recuerdos y
ensayos, Para mayores de cuarenta (1936; ALBA CLÁSICA núm. LV). Murió en Nueva
York en 1947.
Más sobre la autora por Undine:
Willa Cather Fuente: Libertaddigital.com |
Es para mí un privilegio reseñar una obra de Willa Cather.
Mujer de comienzos del siglo XX, es el prototipo de luchadora, trabajadora y mujer alternativa a los cánones establecidos por la sociedad de la época. Escritora de
pluma incisiva, ya desde la escuela escribía artículos de toda índole, con
fuerza y personalidad. De su aspecto decían que era masculino, llevando el pelo
corto y usando el seudónimo de William Cather para firmar sus escritos. No
intentó disfrazar su lesbianismo, pero al contrario que otras mujeres de la
época, no le interesó estar a la cabeza de la lucha, su trabajo periodístico y literario
eran el centro de su vida.
Si tenéis interés en conocer algo más de sus relaciones
personales con sus parejas aquí os dejo unos links sobre el tema:
Edith Lewis Fuente: Wikipedia |
Su carrera literaria despegó gracias a la publicación de la
nouvelle que hoy os presento, El puente de Alexander, después vino Pioneros con
la cual tendría tal éxito que abandonó el periodismo y se centró en la
literatura. A partir de entonces se dedicó a viajar recorriendo Europa con su
pareja Edith Lewis, con la que se establecería posteriormente en New Hampshire
hasta el día de su fallecimiento, haciéndose enterrar allí también.
Aunque hoy día va
siendo cada vez más valorada, su trabajo no fue lo suficientemente considerado en
su época, por estar encuadrado de alguna manera en las corrientes literarias
del siglo pasado. Es por ello que sus compañeros generacionales la criticaban, desvinculándola así del modernismo de su época. El propio Hemingway criticó a Cather por creer impropio de una mujer escribir sobre la primera Guerra
Mundial (se refería a la premiada con el Pulitzer, Uno de los nuestros), pese a haber realizado ésta un gran trabajo de investigación viajando a los campos de batalla y entrevistando a militares que lucharon en la guerra.
Truman Capote Fuente:madridnebraska.blogspot.com |
No obstante, la escritora impactó en otros literatos que
supieron ver en ella la delicadeza y sensibilidad que sus trabajos atesoran. La
pasada semana os hablaba en mi última reseña de cómo Truman Capote fijó su
mirada en el estilo de una escritora contemporánea a Cather, Djuna Barnes, pues
bien, al parecer Capote fue una persona que no tenía prejuicios a la hora de
valorar a sus compañeras escritoras, pues el influjo que tuvo Willa en él fue
tan grande como para escribir sobre ello veintidós años después del
fallecimiento de ésta. Os dejo un link de un artículo muy sugerente firmado
por Bárbara Ayuso donde nos habla de esto y de otras cosas muy interesantes:
No ha sido hasta los últimos años que su producción se ha
traducido al español, cada vez son más los lectores que se acercan a ella y yo,
como admiradora infatigable de su arte, estoy feliz de haber podido disfrutar y
reseñar un título más de la maravillosa Willa Cather.
Bibliografía:
Novelas:
- Alexander's Bridge (1912), El puente de Alexander.
- Pioneers! (1913). Tr.: Los colonos, Caralt Editores, 1956, ISBN 978-84-217-2359-3; y Pioneros por Alba Editorial, 2001, traducción de Gema Moral Bartolomé, ISBN 978-84-8428-099-6.
- The Song of the Lark (1915). Tr.: El canto de la alondra, Editorial Pre-Textos, 2001, ISBN 978-84-8191-386-6.
- My Ántonia (1918). Tr.: Mi Ántonia, Alba Editorial, 2002, ISBN 978-84-8428-013-2 y Mi Ántonia, Nuevas Ediciones de Bolsillo, 2003, ISBN 978-84-9793-153-3, traducción de Gema Moral Bartolomé.
- One of Ours (Uno de los nuestros, 1922). Ganó el Premio Pulitzer.
- A Lost Lady (1923), novela corta. Tr.: Una dama perdida, Buenos Aires, Centro Ed. América Latina, 1977, y Una dama extraviada, Alba Editorial, 2008, ISBN 978-84-8428-395-9.
- The Professor's House (1925). Tr.: La casa del profesor Plaza & Janés, 1963.
- My Mortal Enemy (1926), novela corta. Tr.: Mi enemigo mortal, Alba Editorial, 1999, traducción de Gema Moral Bartolomé, ISBN 978-84-89846-95-1
- Death Comes for the Archbishop (1927). Tr.: La muerte llama al arzobispo, Ediciones Cátedra, 2000, ISBN 978-84-376-1793-0
- Shadows on the Rock (1931). Sombras en la roca, Ediciones Traspiés, 2019, traducción de M.A. Martínez-Cabeza, ISBN 978-84-947358-8-2.
- Lucy Gayheart (1935). Tr.: Lucy Gayheart, Alba Editorial, 2008. ISBN 978-84-8428-417-8
- Sapphira and the Slave Girl (1940). Sapphira y la joven esclava, Impedimenta.
Colecciones:
- April Twilights («Crepúsculos de abril», poesía) 1903
- The Troll Garden («El jardín de los Troll», cuentos) 1905
- Youth and the Bright Medusa («La juventud y la brillante Medusa», cuentos) 1920
- Obscure Destinies («Destinos oscuros», tres cuentos) 1932
- The Old Beauty («La vieja belleza», tres cuentos) 1948
- En inglés, existen colecciones recientes de las primeras historias de Willa Cather, que originariamente se publicaron en periódicos y revistas.12
- En España, hay un amplio volumen: Los libros de cuentos, Alba Editorial, 2006, ISBN 978-84-8428-289-1. Además, Tommy, the Unsentimental («Tommy, una persona nada sentimental»), cuento aparecido en la revista Home Monthly (agosto de 1896), se ha publicado, con nota biográfica, en la antología Cuando se abrió la puerta.
- Cuentos de la Nueva Mujer (1882-1914), Alba Editorial, Clasica maior, 2008, ISBN 978-84-8428-418-5.
Ensayos:
- The Life of Mary Baker G. Eddy and the History of Christian Science («La vida de Mary Baker G. Eddy y la Historia de la Ciencia cristiana», con Georgine Milmine, 1909) (reed. por U Nebraska Press, 1993)
- On Writing («Sobre la escritura», 1949) (reed. por Uiversity of Nebraska Press, 1988)
- Not Under Forty (artículos) 1936. Tr.: Para mayores de cuarenta, Alba Editoria, 2002.
Hola,
ResponderEliminarno conocía a la autora y tampoco su obra pero de momento no me voy a animar aunque he apuntado varios títulos para futuras lecturas.
Un beso
Buenos días:
EliminarMi favorita de Cather es Uno de los nuestros, pero cualquier título que decidas leer de la autora es un tesoro. Así pues, cuando te decidas a leerla seguro que te darán ganas de repetir.
Un abrazo y muchas gracias por leerme y comentar!!
Hola!!! Pues no he leído nada de la autora y me ha dado la impresión de que es el tipo de libro que te sirve una vez que la autora te ha atrapado y quieres leer todo lo suyo. Creo que probaría con otra, por ejemplo la de Uno de los nuestros que veo que es tu favorita.
ResponderEliminarAbrazo
Buenos días, Norah!!
EliminarHas sacado la impresión acertada, sin duda es una novela que debe leerse después de conocer a Willa Cather, pues si no puedes llevarte una impresión equivocada. Uno de los nuestros es mi favorito por el momento de la autora, aunque Mi Antonia es otra novela que guardo con mucho cariño. No dejes de acercarte cuando puedas a esta autora, era alguien muy especial, cálida e inteligente.
Un abrazo y muchas gracias por comentar!!
No soy muy asidua de novelas intimistas pero de vez en cuando, para desconectar, me gusta buscar algo diferente y lo que cuentas sobre este libro parece interesante, aunque me dejo llevar por tus preferencias y apunto tu titulo preferido. Besos y me ha encantado tu reseña
ResponderEliminarBuenas tardes, Marina:
EliminarCreo que es acertado que empieces por una de sus mejores obras, así te quedarás satisfecha y en un futuro es casi seguro que vuelvas a Willa Cather. Si finalmente te animas, no dejes de comentarme qué te parece.
Un abrazo y muchísimas gracias por tus palabras!! :)
Pues tengo en casa "Una dama extraviada" y seguramente me estrene con ella con ese título, si la disfruto tanto como tú no dudaré en repetir ;)
ResponderEliminarbesitos
Una dama extraviada es una estupenda novela, y para conocer a Willa Cather está muy bien, porque es corta, pero contiene la esencia de la autora. Yo estoy segura que te aficionarás a ella y te aconsejo que leas en un futuro Uno de los nuestros y Mi antonia:)
EliminarUn abrazo y muchas gracias por pasar y comentar!!
Tengo todavía bastante pendiente de leer de esta autora, así qe después de esta reseña me queda claro que leeeré todo lo pendiente y a esta novela primeriza me acercaré al final. Es que hay primeras novelas que son auténticas joyas, pero son la excepción. La mayor parte son eso, primeras novelas, y aunque están muy por encima de la media, al lado del resto de su obra se percibe con claridad la diferencia.
ResponderEliminarPor cierto, en cuanto pueda leo el artículo sobre Capote y Willa :)
¡Besote!
Buenos días:
EliminarCreo que has comprendido perfectamente mi reseña :) Es una novela que se debe leer cuando se conoce perfectamente la obra de la autora, porque si no puede dejarte fría. No obstante, para todo el que admira a Willa Cather es una curiosidad imposible de no poseer.
Un abrazo y muchas gracias por pasar y comentar!!
De esta autora me he leído Pioneros y aunque no me entusiasmó, me dejó con ganas de leer algo más de la autora. Espero hacerlo pronto. Besos
ResponderEliminarBuenos días, Jani:
EliminarPrimeramente, muchas gracias por pasar y comentar!!
Pioneros es la primera de sus novelas de la pradera, no es la mejor de las tres, sin duda. Yo te aconsejo que leas Mi Antonia, es de una calidez tremenda. Y por supuesto Uno de los nuestros, a mí me llegó al corazón y me gustó mucho más que la aclamadísima Adiós a las armas de Hemingway (que no me odien los fans):).
Un abrazo y hasta la próxima!!