RESEÑA: "EL JARDÍN DEL PRADO", EDUARDO BARBA GÓMEZ

 

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica:

Editorial: Espasa

Temática: Arte | PinturaCiencia | Biología Viajes

Colección: F. COLECCION

Número de páginas: 240

Encuadernación: Rústica con solapas

P.V.P.: 21,90€

 

Sinopsis de la Editorial:

Las plantas han estado presentes a lo largo de los siglos en el arte. El Museo del Prado aloja obras con algunas de las representaciones botánicas más bellas de grandes maestros. El Bosco, Tiziano, Botticelli, Velázquez o Goya nos deleitan con claveles, caléndulas y milenramas.

Eduardo Barba nos las muestra en un relato de identidad, de memoria y de tiempo, aspectos enraizados en la historia del arte. Pero en estas páginas también encontraremos viajes, museos y jardines de otros países y experiencias vitales, seducidos por el atractivo de una mirada atenta.

 

Propuesta musical para este libro:

 

Lo que Undine piensa del libro:


<El primer amor es una pequeña locura y una gran curiosidad.> George Bernard Shaw


Qué importante son nuestras primeras experiencias cuando somos niños, de ellas depende siempre nuestra personalidad. Si somos amados, si se nos escucha, si estamos rodeados de gente o por el contrario vivimos aislados; a todo ello obedece nuestro carisma. De igual modo funcionan nuestras pasiones adultas, que en la mayoría de los casos nacen en los momentos felices de nuestra infancia. Aquello a lo que se acostumbraron nuestros ojos de niños y que nos proporcionó un mundo nuevo donde poder jugar y soñar permanecerá ya para siempre en nuestro corazón. Algo así sucede con el primer amor, el cual jamás se olvida. Esta sencilla reflexión me la evocó Eduardo Barba Gómez en el prólogo de su libro El jardín del Prado, que fue publicado por la editorial Espasa hace un año y que va ya por su sexta edición.


<En el barrio de mi infancia me gustaba clasificar las terrazas y balcones que colgaban a la calle entre los que tenían plantas y los que no. Pensaba que aquellas casas en las que había flores estarían habitadas por personas con las que podría conectar más fácilmente. La culpable de esta mirada hacia las plantas era mi madre. Cuando íbamos a hacer la compra al mercado a veces nos encontrábamos algún tesoro desgarrado de las alturas. Eran pequeños trozos de plantas que caían de sus macetas. Me fijaba en los tallos que asomaban fuera de los barrotes de las barandillas, en las plantas extrañas con nombres desconocidos. Y sabía quién era la vecina que solía romper alguna rama  del geranio al quitarle las hojas secas. Y ese mismo geranio ya crecía en la terraza de nuestra casa.

Porque mi madre era una persona que, a mis ojos de niño, era capaz de crear vida también con sus propias manos.>


Así se presenta el autor en este prólogo del libro donde además hace una sentida declaración de amor:


<Una primavera decidí hacerme jardinero. Cuando en ocasiones pienso que desde hace más de treinta y cinco años presto atención a estos seres vivos y sus procesos, y que todavía me causan emoción, sorpresa y curiosidad, me alegro profundamente de haber seguido los pasos de mi corazón.>


Leyendo esta pasional afirmación el lector curioso no puede por menos preguntarse por qué razón un jardinero aguerrido que ha viajado por el mundo entero para aprender de las plantas y compartir su sabiduría sembrando belleza allá dónde aterrizara, decidiera un buen día escribir un libro dedicado a las obras que contiene una de las pinacotecas más grandes del mundo. Pero sin duda quienes saben de arte y estética podrían contestar esta cuestión con una sonrisa en el rostro: aquellos que viven para la belleza rinden culto a todas sus manifestaciones. Eduardo Barba Gómez se confiesa un enamorado del Museo del Prado.


<Algo extraordinario  es lo que me ocurrió hace un tiempo cuando quise volver al principal museo de mi ciudad. Deseaba comprender la belleza del arte, y para ello tenía la gran suerte de contar con uno de los templos más hermosos que existen.>


Allí encontró un universo paralelo habitado por seres que vivieron en otras épocas, cuyos rostros siguen hablándonos por obra y gracia de grandes artistas. Pintores que no sólo retrataron a prominentes personajes de su época, sino que los representaron enmarcándolos con símbolos y alegorías que explican su realidad. Entre esos atributos que encontró Eduardo Barba Gómez distinguió un gran número de plantas y flores, y casi sin darse cuenta se encontró catalogándolos y estudiándolos. Al principio por cuenta propia, luego con la colaboración del Museo del Prado.


<Llevo años analizando las plantas en la historia del arte, en un aprendizaje que continúa generando brotes. De entre todos los lugares en los que he realizado mi labor de investigación, el Museo del Prado ocupa el papel de maestro y padre.>


Ilustración del libro
Así nació El jardín del Prado, un maravilloso, vivo y apasionante texto en el que confluyen dos de las grandes pasiones vitales del autor: la botánica y la pintura. Con esta premisa, todo aquel que se declare apasionado de la pintura y del arte en general se verá inducido a curiosear entre las páginas de este libro en busca de nuevos horizontes artísticos de placer que satisfagan su curiosidad. Pero si además dicho sujeto ha sido tan afortunado, como es mi caso, de haber podido escuchar en vivo a Eduardo Barba Gómez, la tentación de perderse en el libro es irremediable. Esto se debe a que el autor es un gran comunicador: su personalidad abierta, sincera y empática, junto con la gran erudición que posee, le hacen ser el mejor de los oradores. Así se refleja en El jardín del Prado, donde cada pasaje es una aventura intelectual y emocional. 



<El término plant blindness fue creado en Estados Unidos a finales de los años 90 para indicar cómo las personas somos capaces de no prestar la más mínima atención a la botánica que nos rodea de manera incesante, incluso estando en mitad de un bosque.>


La Anunciación, Fra Angelico
Fuente: Wikipedia

Son cuarenta y cinco capítulos dentro de los cuales, el autor nos habla de artistas que incluyeron en sus obras alguna especie botánica. En cada uno de ellos comenta un cuadro en particular, y sus reflexiones le llevan a rememorar, además, otras obras de arte que pudo contemplar en algún momento a lo largo y ancho del mundo, incluyendo anécdotas de toda índole y consejos jardineros. Entre la maravillosa selección que Eduardo Barba realizó para el libro encontramos cuadros famosísimos y otros de menor notoriedad, pero de inmensa belleza, que añaden interés a las futuras visitas que hagamos al Museo del Prado. De este modo leeremos por ejemplo sobre El Bosco y su Tríptico del Jardín de las Delicias, donde la borraja es la protagonista; conoceremos lo que nos cuenta de Alma Tadema y su cuadro titulado La siesta, con su interesante representación de la hiedra; disfrutaremos más que nunca de Rubens y su dramático cuadro El rapto de Proserpina, con su interpretación del tulipán; nos felicitaremos por encontrarnos con Goya y el clavel que representó en el cartón de El columpio; nos toparemos con Fra Angelico y su higuera en ese delicado tesoro que es La AnunciaciónUna inmensa lista de obras pictóricas comentadas con sublime elegancia y gran sensibilidad que se hace realmente corta, el lector no desea que llegue nunca a su fin. Porque cada pasaje es un secreto de amor compartido, una experiencia vital en la que el autor combina pasión y sabiduría, donde es difícil distinguir la línea que separa al hombre del jardinero, quizá porque no exista.


<Uno de mis clientes en Granada, ahora amigo, también cogía su saquito de bellotas y se iba en el otoño a sembrarlas pacientemente en sus caminatas. Nicolás se hacía ese regalo para sí mismo, para su hijo, para las siguientes generaciones, para la tierra. Es casi como hacer el amor con el paisaje que te rodea, porque quieres darle lo mejor de ti para que él cada vez dé mejores frutos.>


El libro se acompaña de fotos de cuadros e ilustraciones
de las especies botánicas
Este hombre jardinero demuestra ser con sus relatos un profundo amante del arte, un ciudadano del mundo que ha recorrido sus caminos para encontrar respuestas en jardines históricos, naturales y pictóricos. En El jardín del Prado comparte con sus lectores muchos de los episodios que le sucedieron durante sus viajes por las más artísticas poblaciones italianas que dieron nombres ilustres a la pintura. En ellas relata su peregrinar en busca de la humilde casa de un pastor que se convirtió en un coloso de la pintura, las personas que conoció, o las cinco veces que tuvo que visitar un lugar hasta conseguir contemplar una obra que llevaba toda la vida deseando disfrutar.


<Marcharme de la sala donde se encontraba una de las obras de arte que me tocaban profundamente por alguna razón solía convertirse en un acto voluntario de abandono que me producía una profunda desazón.>


El autor se desborda emocionalmente en cada capítulo ofreciéndonos un ejemplo de lo que es amar una profesión que está ligada a una forma de vida. En ellos el poder de la observación es la llave mágica que abre las puertas de lo sublime, demostrando cómo es posible henchirnos de belleza con tan sólo prestar atención. Auténtica poesía para los sentidos.


<Suavemente perfumada. El dulce peso del agua que acaricia su piel. La tersura de unos labios entreabriéndose. Una copa a la que le falta poco para desbordarse. El calor de los cuerpos que se rozan. La humedad que sube de la tierra. Arrullos que mecen sus pétalos. Una violeta acaba de abrir otra flor más, y mi suspiro acompaña la creación de un artista que ve la luz en mi mirar, cuatrocientos años después.>


¡Cuánta sinceridad, sensualidad, lirismo y generosidad hay en su discurso!

Cuando has conectado con un autor y su obra de arte muchas veces es difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar cuánto te ha gustado, y hasta qué punto te han hecho sentir; la experiencia es algo tan íntimo que te hace enmudecer. Esto es lo que me ha sucedido a mí con Eduardo Barba Gómez y su libro El jardín del Prado. Confieso que hubiera querido ser más elocuente y trasmitir a mis lectores toda la grandeza que esconde este libro. Ya que entre sus páginas habita el mayor regalo que un maestro te pueda hacer: el entusiasmo por conocer y la ilusión por aprender. De profesores están las aulas llenas, ojalá algún día también habite en ellas tanta emoción.

 

<No hay más uniones legítimas que las que están gobernadas por una verdadera pasión.> Stendhal


Undine von Reinecke ♪

 

El autor por la editorial:

Fuente: Diariodeibiza.es
Eduardo Barba Gómez es jardinero, investigador botánico en obras de arte, paisajista y profesor de jardinería. Su pasión por el reino vegetal es tan intensa como su pasión por el arte, lo que le ha llevado a catalogar todas las piezas expuestas del Museo del Prado que muestren algún detalle botánico, identificando sus especies.

Ha colaborado también con el Museo Lázaro Galdiano y con el Museo de Bellas Artes de Bilbao, y ha sido artífice de la implantación y mantenimiento de plantas y jardines en diversos países, además de España, como en Bélgica, Francia, Italia, Países Bajos, Estados Unidos o Australia.

 

 

 

 

 

 

 

 


Comentarios

  1. Vaya libro que nos traes hoy! Has tocado mi fibra sensible. Estudié historia del arte y me encantan las plantas. En mi casa lo que más hecho de menos es tener un balcón o una pequeña terracita para llenarla de plantas. Te diré que tenemos el microondas a punto de romperse y en su lugar no voy a poner otro, voy a poner plantas. Vamos que este libro sí o sí lo tengo que leer. Además tengo muchas ganas de ir un día a Madrid a enseñar a las niñas el museo del Prado, a ver si lo conseguimos. Un abrazo

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    1. vaya falta de ortografía que he cometido... glup

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    2. Querida Esther:
      Estás dirigiéndote a la mujer más despistada del mundo, dame un teclado y pulsaré las teclas compulsivamente sin percibir si he atinado en la letra correcta.
      Con respecto al libro, no puedo recomendártelo más. De hecho, creo que es un magnífico regalo para toda persona que tenga sensibilidad. En el momento actual es un refugio para disfrutar de la verdadera vida.
      Un abrazo fuerte y mucha suerte para tu pequeño jardín futuro (el de la cocina)

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  2. Los libros escritos con el corazón siempre son bonitos. A mi es que esto de la jardineria se me resiste un poco. Besos

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    1. Buenos días, Senyoreta Buncle:
      Yo no tengo buena mano para las plantas, no obstante, mi gran sueño es tener un jardín. Nada me detendrá, así como Elizabeth von Arnim plantó su jardín, yo también consegiré el mío. Sólo me falta el terreno. :)
      Ya en serio, El jardín del Prado es pura poesía.
      Un abrazo grande, y felices lecturas!!

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    2. Querida Undine"
      Aquí una auténtica plant blindness que tuvo que buscar un día, ya por aburrimiento, lo que eran los rododendros y las buganvillas que salen en todas las novelas inglesas (también el dichoso tweed). No sé cuidar plantas y la botánica siempre se me dio fatal. Pero lo cierto es que cuando viene alguien con una pasión así me engancha, porque consiguen transmitírtela y eso me gusta mucho. Además el arte me chifla y los museos más. Por lo que este curioso paseo me llama muchísimo la atención así que me apunto. Además el libro se veía precioso en el vídeo que le hiciste. Me lo llevo.
      No sabía que tú también pintabas.
      Un besito y ¡¡Feliz Semana!!

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    3. Mi querida Norah:
      Yo no puedo presumir de ser una jardinera carismática, todo lo contrario. Pero me gusta tanto el mundo natural que su presencia me parece imprescindible. En estos tiempos que vivimos me parece aún más necesario el contacto con las plantas para beber de ellas vida. Con respecto al libros, el arte es una de mis pasiones desde la infancia, por ese motivo El jardín del Prado es un imprescindible en mi biblioteca. Además de ello, comprobar la pasión y el amor que emanan de él me hace pensar que aún hay gente por el mundo que merece la pena conocer. Creo que cuando leas este libro entenderás mis palabras.
      Un abrado grandísimo y muchas gracias como siempre por leerme con tanta atención!!
      PD: Sí, la pintura está entre mis aficiones. Mis estudios están ligados a ella.

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  3. Querida Undine la verdad es que a mí me gusta ver las plantas, pero no tengo idea de ellas y mira que a veces me planteo aprenderme algún nombre y luego se me acaba olvidando... Pero me gusta este libro que traes sobre la relación de las plantas y los cuadros de El Prado. Me lo apunto...
    Un besazo

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    1. Buenos días, Nitocris:
      En mi opinión, no hace falta ser un experto botánico para amar la naturaleza. Yo disto mucho de serlo. Sólo con respetar las plantas ellas nos regalan sus beneficios. Leyéndote me doy cuenta que tú eres de esas personas sensibles que apreciarían El Jardín del Prado, porque tan sólo es necesario dejarse llevar por las imágenes y las palabras de Eduardo Barba.
      Un abrazo y muchas gracias por pasar a leerme!!

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  4. Buenos días Undine, que estupenda lectura nos traes hoy!.Me encantan las plantas, y he asistido a varios cursos sobre floras autóctonas y plantas medicinales, aunque reconozco que en casa tengo plantas resistentes que duran mucho porque las flores se me dan fatal. También me gusta mucho el arte, aunque al Prado solo he podido ir una vez, si visito los museos de mi ciudad, y aunque siempre me fijo en las flores y plantas de los cuadros, nunca se me ocurrió que alguien podría escribir un libro sobre ellas. Este si que me lo llevo encantada y lo buscaré sin falta. Gracias por la recomendación y la maravillosa reseña. Un abrazo.

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    1. ´Buenos días, Mar:
      Veo que tu perfil se parece mucho al mío. Por ese motivo te recomiendo encarecidamente que leas este libro, lo vas a disfrutar de principio a fin. Por otro lado, cuando todo este horror de la pandemia pase, me encantaría acompañarte a visitar una vez más el Prado cuando vengas a Madrid.
      Un abrazo fuerte y feliz fin de semana!!

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  5. Hola.
    A mí sí que me has trasmitido muy bien tu experiencia lectora con este libro, con éste y con todos de los que nos hablas, pero aún así el mundo de las plantas no me llama nada la atención y no disfrutaría de El jardín del Prado como realmente merece.
    Un saludo.

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    1. Buenos días, Samarkanda:
      No pasa nada, a cada uno nos gusta lo que nos gusta. Te agradezco tus amables palabras y te deseo que disfrutes de tus lecturas y aficiones.
      Un abrazo grande y gracias por pasar a leerme y comentar!!

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  6. Qué estupenda reseña! Como se nota que has disfrutado con esta lectura! Se percibe el entusiasmo en todas tus palabras. Pero no creo que me anime esta vez, que las flores se me dan fatal. No es lo mío, no.
    Besotes!!!

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    1. Buenos días, Margari:
      Sí, he disfrutado de este libro como pocas veces me ha sucedido. El arte, la pintura en concreto, me apasiona desde niña. Me he sentido muy identificada con algunas de las anécdotas personales que Eduardo Barba comparte en El jardín del Prado. Pero además, el amor que transmite el autor hacia el mundo natural es tan contagioso que te hace querrer salir a la calle y plantar cualquier especie. ¡Imagina!
      Un abrazo muy fuerte y feliz fin de semana!!

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  7. Ay pero que bonito este libro, no me importaría para nada hacerme con él.
    Un beso

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    1. Querida Inés:
      Conociendo tu amor hacia el campo y la posibilidad que tienes de poder trabajar una parcela, no podría recomendarte más este libro. Por su belleza y por el entusiasmo que te va a transmitir. Ya te veo sembrando belleza.
      Un beso y muy felices lecturas!!

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  8. Hola,
    a pesar de tu entusiasmo no me van nada las plantas y tampoco el arte me apasiona así que lo voy a dejar pasar.
    Un beso

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    1. Buenos días, preciosa:
      Pues, no se hable más. A ver si la próxima semana te conquisto con el libro que reseñe.
      Un abrazo grandote y felices lecturas!!

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  9. Ya lo vi por instagram y me dejo embelesada, después de tu reseña me encantaría leerlo. Besos

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    1. Buenos días, Rocío:
      Conociendo cómo eres, no puedo dejar de recomendarte con mucho cariño El jardín del Prado. Sé que lo vas a adorar.
      Un beso y muy feliz fin de semana!!

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  10. Que preciosidad! La magia de los libros que bien hacen al alma.
    Me encanta pasear por tu jardín literario.
    Saludosbuhos! !!

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    1. Buenos días, buhievanescente:
      Yo estoy feliz recibiéndote aquí. Espero que si algún día lees El jardín del Prado te deje tanta alegría como a mí.
      Un abrazo fuerte y felices lecturas!!

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  11. Mira Undine, mi sobrina es historiadora del arte y cada vez que voy con ella a una exposición o museo, casi me tengo que llevar el pijama. Sabemos a qué hora entramos, pero no a la que salimos. Una vez, para cinco esculturas me tuvo dos horas en el museo... Así que, viendo este libro, creo que a ella le podría gustar muchísimo. En unos meses será su santo, con lo que anoto título en mi agenda. Fantástica reseña como siempre. Besos

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    1. Buenas tardes, Marisa:
      No dudes que a tu sobrina le apasionará El jardín del Prado. Es un libro que gusta a toda persona con un poco de sensibilidad, pero a los amantes del arte... Ya me contarás cómo reacciona después de leerlo.
      Un abrazo y muchísimas gracias por tus amables palabras!!

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  12. A veces hacer una reseña no es fácil sobre todo cuando las emociones son tantas que las palabras se quedan cortas. Tomo nota. La reseña está genial.

    Un beso,

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    1. ¡Muchísimas gracias! Ya me contarás que te ha parecido el libro si finalmente lo lees.
      Un abrazo

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  13. Holaa!! wow, qué buena reseña, sin duda has logrado convencerme nuevamente y me lo llevo apuntado. Gracias por compartirla, me ha gustado mucho.

    Blessings!!

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    1. ¡Muchísimas gracias a ti por tus amables palabras!
      Feliz semana!!

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  14. Hola!! Una recomendación estupenda, me has picado muchísimo la curiosidad. ¡Genial reseña y gracias por el descubrimiento! Besos!!

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    1. ¡Cuánto me alegra que te haya gustado, Ana! No dejes de echar un vistazo al libro porque es algo muy especial.
      Un abrazo y gracias por la visita!!

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  15. Un libro muy especial el que nos descubres hoy. No te voy a engañar: no lo veo para mí pero sé que tiene que tener un público absolutamente devoto
    Besos

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    1. Buenas tardes, Laky:
      No lo dudes, todo aquel que se vea subyugado por la naturaleza y el arte rendirá pleitesía a este libro tarde o temprano.
      Un abrazo y muchas gracias por pasar a leerme!!

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  16. Qué interesante lo que cuentas sobre este libro, gracias por descubrirme esta historia.

    Besos!

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