RESEÑA: EL MISTERIO DE LAS HADAS, ARTHUR CONAN DOYLE

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial José J. de Olañeta

Colección: El barquero 13

Prólogo de Christopher y Letitia Clemens

Traducción de Jerónimo Sahagún

Páginas: 140

Formato: 13,5 x 20 cm

Encuadernación: Rústica

ISBN: 978-84-9716-220-3

Año aparición: 1.998

Precio con IVA: 15,00€


Sinopsis de la Editorial

Cuando en 1917 dos niñas de un pequeño pueblo inglés declararon haber fotografiado a unas hadas, un gran debate se desató en la prensa británica. El escritor Conan Doyle, célebre ya por sus novelas policíacas, lleva a cabo, a partir de estos hechos, una investigación detallada en la que discute y busca demostrar la existencia y naturaleza de las hadas. Así traza un verdadero catálogo de hadas, gnomos y elfos: tipos, características específicas, vestido y colores, costumbres, carácter, lenguaje y sonidos, actividades (…)


Propuesta musical para este libro



La belle dame sans merci Op. 29 es un poema sinfónico compuesto por el escocés Alexander Campbell Mackenzie (1847-1935), basado en una balada de 1819 del poeta John Keats, y éste a su vez se inspiró en una obra del siglo XV, titulada La Belle Dame sans Misericordia, escrita por el francés Alain Chartier.

El argumento de este poema trata sobre un hada que condena a un caballero a un destino fatal. La obra está considerado como un clásico de la literatura británica, sirviendo de inspiración a multitud de pintores, músicos, literatos y cineastas en su producción. En ella subyace la preocupación elegiaca de Keats por el amor y la muerte.

Arthur Conan Doyle menciona el poema en su historia The Adventure of the Three Gables, perteneciente al libro Las memorias de Sherlock Holmes (1893). Tanto la temática del poema como la mención del mismo en una obra de Doyle, así como la nacionalidad del compositor Alexander Campbell, me han servido de motivación para elegir La belle dame sans merci Op. 29 como acompañamiento de la reseña de hoy.


Lo que Undine opina del libro


<La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir.>Gabriel García Márquez


Y sin habernos dado cuenta, estamos casi en el meridiano de octubre, el mes que habitualmente dedicamos muchos blogs a la narrativa fantástica, de fantasmas o de ciencia-ficción. No quería dejar pasar una semana más para comenzar con mis propuestas literarias del género, con el ánimo de dar ideas a los que os gusta pasar por Lecturas de Undine.

La publicación de hoy no necesita presentación, ya que el escritor que la protagoniza es sobradamente conocido por el público en general, sea lector o no. A nadie se le escapa que sir Arthur Conan Doyle, autor de El misterio de las hadas, el libro sobre el que os hablo hoy, fue el creador de uno de los personajes más importantes y geniales de la novela policiaca, y si cabe, de la literatura universal de todos los tiempos. Me refiero, claro está, al brillante y genial Sherlock Holmes.

Fuente: Wikipedia
Muchos son los escritores que se han basado en esta figura para crear sus propios sabuesos, incluso hay series televisivas actuales (House), cuyo protagonista sigue los esquemas de comportamiento y personalidad del famoso inquilino del 221B Baker Street. Lo que no todo el mundo conoce sobre Arthur Conan Doyle es que él también tuvo su propio modelo de inspiración para crear a su personaje, una persona real de la que tomó muchos aspectos de su carácter y forma de razonar para dar vida al inteligente e inigualable detective victoriano. Me refiero a Joseph Bell, un médico y profesor escocés que impartía sus clases en el hospital Royal Infirmary of Edinburgh, perteneciente a la Universidad de Edimburgo. 

Fuente: patxideamescua.com

Dicho doctor se dio a conocer en el campo de la medicina y en el académico por su original método de trabajo. Con el ánimo de llegar a diagnósticos más certeros, el buen doctor empleaba un exhaustivo método de observación, prestando atención a los individuos que estudiaba, a su indumentaria, la forma de caminar que tenían, la manera en que usaban sus manos, el acento que poseían... Gracias a la información que conseguía de este modo, y usando deducción lógica, llegaba a conclusiones muy interesantes que iban más allá de las dolencias o enfermedades que pudieran padecer los sujetos que llegaban a sus manos. Doyle fue alumno de Bell entre los años 1877 y 1878, convirtiéndose en su asistente ambulatorio durante el segundo año que cursó con él, porque al maestro le agradaban sus habilidades intelectuales y profesionales. A cambio, el famoso escritor escocés se sirvió de Bell y de su sistema de trabajo como inspiración, introduciendo el novedoso método forense en sus investigaciones, rompiendo con ello los esquemas del género detectivesco que se conocían hasta entonces. En 1892, el creador de Sherlock Holmes dedicó sus doce primeras historias de esta manera: “A mi viejo maestro, Joseph Bell, MD, etc. de 2, Melville Crescent, Edimburgo ", algo por lo que Bell se sintió tremendamente halagado. 

George Edalji (1907)
Fuente: Arthur-conan-doyle.com

Ambos hombres colaboraron y se involucraron a la hora de resolver algún que otro caso de asesinato, usando sus conocimientos médicos y deductivos fuera de la ficción. Quizá el sumario más conocido fuera el que Doyle llevó en solitario en 1906, que tuvo como acusado a George Edalji, un abogado de origen indio acusado injustamente por mutilar animales. El escritor, al más puro estilo Sherlock Holmes, consiguió demostrar su inocencia. De este proceso judicial da buena cuenta otro autor inglés, Julian Barnes, que en su novela Arthur y George👈 narra cómo transcurrieron las investigaciones y el juicio, del que se hicieron eco los periódicos mundiales. Gracias a esta obra podemos comprobar cómo los ingleses confiaban en las capacidades analíticas de Arthur Conan Doyle, al que algunos llegaron a confundir con el propio detective de sus novelas, uno de los motivos por el que el escritor quiso acabar con su criatura en El problema final (1893), para resucitarlo años después por presión del público. Pero es otra historia de la que me ocuparé en otro momento.

Sello Sociedad para la Investigación Psíquica
Fuente: Wikipedia

Con estos antecedentes tan racionales de su persona, en los que el uso de la lógica era una máxima, es realmente sorprendente conocer que, tras esa faceta de hombre empírico que poseía Arthur Conan Doyle, sus intereses se tornaron paulatinamente hacia el espiritismo. Él, que había sido educado en la fe católica y de ello pasó a declararse agnóstico, sintió la llamada del esoterismo.  No obstante, así fue, y contrariamente a lo que muchas fuentes aseguran, los motivos que causaron este cambio en sus convicciones no nacieron con los horrores que contempló en el campo de batalla durante la Primera Guerra Mundial, donde realizó labores informativas para el Ministerio de Asuntos Exteriores, ni tampoco por la pérdida de su primer hijo durante la contienda, acontecida en 1918, aunque ambos asuntos incrementaron su obsesión. Con anterioridad a estos sucesos, Doyle llevaba algún tiempo adentrándose en el terreno de lo inexplicable, sintiendo gran interés por los fenómenos paranormales y los temas místicos. De hecho, en 1893 se unió a la Sociedad para la Investigación Psíquica, grupo del que ya formaban parte algunos miembros destacados de la sociedad inglesa, formado por científicos, filósofos, miembros del Parlamento, e incluso un futuro primer ministro. En los últimos años de la centuria, el ya famoso escritor se declaró como un neófito en la materia, realizando algún que otro experimento para intentar contactar con los espíritus, como por ejemplo el método de la escritura rápida. Todo ello motivado por los avances científicos y tecnológicos que surgieron en el cambio de siglo, e impresionado por algunas corrientes alternativas de pensamiento que estaban en boga -se interesó por el mesmerismo, doctrina propuesta por el médico austriaco Franz Mésmer (1734-1815), y por la llamada transferencia de pensamiento (algo así como la telepatía)-, aunque abandonó estas doctrinas rápidamente.

El mundo perdido (1912), portada primera ed.
Fuente: Wikipedia

Quizá fueran estos intereses los que hicieran que el gran escritor escocés se dejara seducir por otro de los géneros literarios con los que también triunfó. No es un secreto que Arthur Conan Doyle se adentró con gran éxito en el campo de la ciencia-ficción, dando al mundo editorial títulos tan exitosos como The Lost World (1912) -traducido en España como El mundo perdido-, y con la creación de un nuevo héroe, el singular profesor Challenger, un sujeto diametralmente opuesto a su aclamado detective, pero igual de carismático. A su nuevo personaje le otorgó la personalidad de un zoólogo arrogante, inteligente y temperamental, al que dedicó cinco relatos, publicados entre 1913 y 1929 -El mundo perdido, La zona ponzoñosa, El país de la bruma, Cuando la Tierra lanzó alaridos y La máquina desintegradora-, en los que muestra su gran preocupación por el futuro de la humanidad. Con el profesor Challenger vivirá experiencias espiritistas.

Houidine y A. C. Doyle. Fuente:  americanhauntingsink.com

Y en eso estaba el gran autor cuando estalló la Gran Guerra. Con las numerosas pérdidas humanas que sufrieron los hogares de Inglaterra, incluido el suyo propio, Doyle encontró un gran consuelo en el mundo del espiritismo. Fue entonces cuando incrementó su relación con los círculos espiritistas y comenzó una cruzada en su favor. Nada le importó que su prestigio como escritor quedara en entredicho, ni las críticas que recibió por parte de la prensa o amigos íntimos -al parecer, el gran Houdini cortó su relación con él, debido a que Doyle quiso contactar con la madre fallecida del mago en una sesión espiritista-, él continuó escribiendo libros y artículos apoyando estas creencias, al tiempo que daba conferencias al respecto y asistía a reuniones para intentar contactar con las almas que cruzaron al otro mundo. Sobre esta singular faceta del escritor se ha escrito largo y tendido, tanto en artículos periodísticos como en relatos de ficción. Recomiendo a mis lectores leer a A. S. Byatt, quien le dedicó un espacio en su relato El ángel conyugal, recopilado en el libro Ángeles e insectos, en el que aparece el escritor en plena acción.

Esta curiosa faceta de Arthur Conan Doyle motivó que en 1920, cuando conoció la existencia de unas controvertidas fotos en las que aparecían fotografiadas unas niñas junto a unas hadas, se interesara por ellas y se embarcara en una polémica batalla por su autenticidad. Se trata del famoso caso al que se denominó como el  "episodio Cottingley", protagonizado por Elsie Wright, de 16 años, y su prima Frances Griffiths, de 9, dos niñas que vivían en una población de Yorkshire, y que en 1917 se retrataron en un paraje cercano a su hogar, donde decían vivían y se les aparecían estos seres de cuentos y leyendas. El escritor se sintió tan fascinado por estos hechos, que inmediatamente contactó con las personas que habían dado a conocer la noticia.

Frances Griffith y Elsie Wright (1917)
Fuente: Wikipedia
De ahí salió El misterio de las hadas, el libro protagonista de la reseña de hoy, publicado  en 1922 por Hodder & Stoughton Ltd., con el título original de The Coming of the Fairies. En este texto el escritor recoge cómo conoció las fotos y cómo inició su colaboración con Edward L. Gardner (1869-1969), destacado miembro y conferenciante de la Sociedad Teosófica -La Sociedad Teosófica es una organización o fraternidad internacional fundada en 1875 y relacionada con la teosofía, que buscaba la sabiduría divina, sabiduría oculta o espiritual-, individuo con el que inició labores de investigación para aclarar el asunto y demostrar su veracidad. 

Arthur Conan Doyle vio desde el primer momento la posibilidad de encontrar un nexo de unión entre el mundo conocido por los humanos y ese otro habitado por criaturas mágicas, tan presente en el folclore británico. El escritor que ya creía de antemano en estos temas, terminaría defendiendo la existencia de estos seres, justificándola con axiomas sorprendentes, que no voy a desvelar. Y así, en el libro incorpora el proceso de investigación que, según él, demostraba la realidad de las hadas. Doyle, que en aquellos momentos tenía apalabradas diferentes conferencias sobre espiritismo en Australia, envió a su compañero de fatigas a Yorkshire para contactar con la familia de las niñas que habían tomado las famosas fotografías, para interesarse por el prestigio de todos ellos y solicitar a las muchachas nuevos retratos de las hadas. Esto quedó recogido en la correspondencia que éste mantuvo con Gardner, y en las epístolas que intercambió con E. Blomfield, la mujer que puso en contacto a ambos caballeros. Todos estos documentos están incluidos en el libro, siendo, desde mi punto de vista, la parte más interesante del mismo.

Por otro lado, y en relación a la expectación que levantó dicha investigación, Doyle adjunta los artículos que escribió en diferentes revistas, como el que publicó en la Navidad de 1920 en el Strand Magazine (revista mensual dedicada a historias ficticias y artículos objetivos fundada por George Newnes, que estuvo en circulación desde 1891 hasta 1950), donde explicaba e intentaba demostrar la credibilidad de las fotos; y también agrega la respuesta de escritores e intelectuales, como reacción a la publicación de las fotos de las hadas en la revista antes mencionada.

Foto de Frances Griffithscon las supuestas hadas (1917)
Fuente: laexuberanciadehades.wordpress.com
Por supuesto, el libro contiene también los primeros retratos de 1917, así como los solicitados por Doyle en 1920 a Elsie Wright y a su prima Frances Griffiths, las causantes del sorprendente descubrimiento, además de relatar los diferentes procesos que siguieron los negativos o placas de las fotos para demostrar su autenticidad, los cuales pasaron de mano en mano, entre profesionales de la fotografía. Los capítulos de El misterio de las hadas que se dedican a los exámenes de las fotos son, desde mi perspectiva, realmente singulares, si tenemos presente las personas que intervinieron en ellos, científicos y expertos en fotografía, con una completa formación académica, entre los que se encontraba el propio Arthur Conan Doyle. No obstante, dejo a mis lectores que saquen sus propias conclusiones cuando lean el libro, porque el asombro que pueda provocar su lectura no anula en absoluto el interés que despierta el documento. 

El texto se completa con el testimonio de creyentes en el tema de todos los tiempos, con un alegato donde se demuestra la existencia del mundo mágico alternativo y su funcionamiento, para cerrar el libro con un capítulo dedicado a las hadas desde el punto de vista teosófico.

Y hasta aquí puedo contar sin incurrir en el error de enumerar datos y narrar anécdotas que revelen más de la cuenta, estropeando con ello el disfrute del libro. Lo que debería venir ahora, si El misterio de las hadas fuera un título habitual, como los que suelen protagonizar el común de mis reseñas, sería mi opinión objetiva sobre el mismo. No obstante, se trata de un rara avis, un documento escrito por un hombre inteligente y capaz, afectado por las duras experiencias que vivió, deslumbrado por las ciencias ocultas y afectado por las artimañas de embaucadores que servían del dolor de la gente para lucrarse. Por ello, me inclino en esta ocasión a dar sólo ciertas recomendaciones de lectura.

Primeramente, es importante conocer las circunstancias históricas y personales que experimentó el autor para verse comprometido con la causa que motivó el libro. Una vez conseguida esta ecuanimidad que separa al lector de la inevitable y vehemente opinión que despiertan el relato y los documentos que lo acompañan, es interesante dejarse llevar por la crónica que nos hace, disfrutando de la enérgica y pulcra narrativa de Arthur Conan Doyle, atendiendo a sus explicaciones y argumentos, para comprenderlo a él y a todos aquellos de sus contemporáneos, que quisieron encontrar un rayo de luz y esperanza, agarrándose a un clavo ardiendo, tras la oscuridad y desolación que dejó a su paso la Gran Guerra.


<En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue adelante.> Robert Frost



Undine von Reinecke ♪



El autor por la página Biografías y vida.com

Arthur Conan Doyle

(Edimburgo, 1859 - Crowborough, Reino Unido, 1930) Novelista británico. De familia escocesa, estudió en las universidades de Stonyhurst y de Edimburgo, donde concluyó la carrera de medicina. Entre 1882 y 1890 ejerció como médico en Southsea (Inglaterra). Para redondear sus magros ingresos publicó una novela de intriga, Estudio en escarlata, que se convertiría en el primero de los sesenta y ocho relatos en los que aparece uno de los detectives literarios más famosos de todos los tiempos, Sherlock Holmes. 


Comentarios

  1. Querida Undine:
    Me he acordado de una peli que me gustaba mucho: Fotografiando hadas. La vi en cine y después cada poco la alquilaba en el videoclub (es del 97). Así que antes de comentar he ido a investigar, se basa en el mismo hecho que investigó Doyle pero no está basada en su libro, es una historia diferente.
    Como ya habrás adivinado me encanta esta temática así que me llevo el libro de calle.
    No he leído nada de Doyle, es que las novelas de detectives y yo nos llevamos medio mal aunque debería intentarlo. Pero mientras llega esa ocasión seguro que conoceré antes a Doyle con este libro.
    Muy interesante la anécdota de cómo se inspiró y en quién para crear a Sherlock. Por cierto, el de Arthur y George lo tenía apuntado por recomendación tuya.
    Besitos y ¡¡Feliz día festivo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días, Norah.
      Conozco la película a la que te refieres, yo también la ví hace algunos años. Por cierto, me gustó pero me dejó un cierto regusto amargo. La aparición de Arthur Conan Doyle en el film me dejó de piedra. Hasta aquel momento nada conocía yo de la relación del escritor con el mundo del espiritismo y las hadas. Por ese motivo compré este libro hace algunos años y, como me suele ocurrir, lo dejé tomando polvo en la estantería. Me ha gustado leerlo, porque representa una faceta sorprendente de su autor y de la época en la que vivió. Ya me contarás qué te parece a ti.

      Un abrazo y mil gracias por pasar a leerme!!

      Eliminar
  2. Querida Undine, leí este libro hace muchísimos años en un ejemplar que encontré en la biblioteca Jovellanos de Gijón. En ese tiempo leía todo lo que podía encontrar del escritor, además de sus historias de Sherlock Holmes. Lo recuerdo con cariño porque me pareció curioso e interesante. En estos momentos no me veo releyendolo, pero quien sabe... Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días, Mar.
      Es un libro interesante, pero no creo que necesite segunda lectura, a no ser que se esté escribiendo un artículo sobre el autor o el tema que toca en el texto. Yo también tomé cariño a la lectura, la simpatía que tengo hacia Doyle me hizo empatizar con el libro, pese a no compartir sus ideas.

      Un abrazo y mil gracias por la visita!!

      Eliminar
  3. Pues conocía estos hechos, pero no sabía que Doyle había escrito sobre él. Tomo muy buena nota, que me has dejado con ganas.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días, Margari.
      Es un texto muy interesante. No sólo te enseña una faceta diferente del autor de Sherlock, sino que te enseña una línea alternativa de pensamiento de aquellos años de comienzos del siglo XX.

      Un abrazo y muy feliz inicio de semana!!

      Eliminar
  4. Por fin pude llegar, hoy venía para aquí y mi vuelo se vio alterado.
    Espero.poder conseguirlo , me interesa mucho.
    Algo sabía de sus indagaciones con las hadas y lo paranormal también.
    Excelente octubre🎃🎃🎃🎃🎃

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días, Buhoevanescente.
      Espero que lo puedas conseguir. Si es así, no dejes de comentarme tus impresiones sobre el texto.

      Un abrazo!!

      Eliminar
  5. ¡Hola! Tengo ganas de leer al autor desde hace tiempo pero este en concreto no termina de atraerme y creo que tiene otros libritos que podrían ser más de mi estilo. Estupenda reseña, como siempre. Un besote :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días, Marya.
      Estoy segura que te gustará leer cualquier libro de Arthur Conan Doyle. No importa por cual empieces.

      Un abrazo y gracias por la visita!!

      Eliminar
  6. Leí hace años Arthur y George que me resultó muy curioso porque no imaginaba a Conan Doyle metido en esa faceta de abogado en defensa de los condenados, pero esta creencia suya en hadas me resulta del todo extraña y fascinante. No sé si leeré el libro. hay demasiadas cosas y esta no es de las que más me apetecen, pero desde luego intrigada me quedo. Tampoco lo niego totalmente. Madre mía, hadas nada más y nada menos. Con alas y tocando la flauta. Son iguales que Campanilla. Sí, es muy intrigante cómo un hombre analítico y lógico puede llegar creer tales cosas.
    Un beso y muchas gracias por el descubrimiento.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días, Rosa.
      A mí me fascinó Arthur y George. Me pasó como a ti, no imaginaba que este hombre influyera tanto en la opinión inglesa de su época. El libro lo saqué de la biblioteca y no me dio tiempo a terminarlo en la fecha límite. Me estaba gustando tanto la novela, que a falta de cincuenta páginas para terminarlo, lo devolví a la biblioteca y acto seguido me lo compré en edición de bolsillo de Anagrama.
      Con respecto a El misterio de las hadas, es una curiosidad literaria. Si te topas con él te animo a que lo leas. No te llevará mucho tiempo y es interesante.

      Un abrazo y feliz lunes!!

      Eliminar
  7. Hola Undine, ya sabes que Sherlock no es mi detective favorito, existiendo Poirot jeje. Pero reconozco que he leído poco de él y seguiré con ello. No sé si este me llama la atención, pero no lo olvidaré.
    Un besazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días, Nitocris.
      Yo también soy muy fan de Poirot, pero Sherlock me fascina también. En cuanto a El misterio de las hadas, creo que es como leer el Muy interesante, una lectura informativa...
      Ya me dirás si te animas con él algún día.

      Un abrazo y gracias por la visita!!

      Eliminar
  8. ¡Hola Undine!
    Leí este libro el año pasado, y la verdad me cuesta creer que el mismo hombre que creó a Sherlock Holmes, un personaje para deducir conclusiones lógicamente, también pudiera creer en las hadas. Pero estoy feliz de haberlo leído. Es una lectura interesante, aunque a veces frustrante y desconcertante. Sin embargo disfruté leyendo esta fantasía de Hadas.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días, Yessykan.
      A mí me ha ocurrido como a ti, me sorprende muchísimo la dualidad del Doyle. Es sorprendente conocer su línea de pensamiento con respecto al espiritismo y los temas sobrenaturales. Seguiré indagando.

      Un abrazo y muy feliz inicio de semana!!

      Eliminar
  9. Holaa!! Conozco al autor pero no tenía idea de la existencia de este libro y la verdad es que suena bastante interesante, así que por supuesto que me lo llevo apuntado. Gracias por el descubrimiento.

    Blessings!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días, booklover.
      Te animo a que leas este libro porque es muy interesante. También existen algunas películas que hablan sobre el tema. Te lo comento porque sé tu afición por el cine.

      Un abrazo y gracias por la visita!!

      Eliminar
  10. Que curioso todo y que interesante historia, a buscarlo toca. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días, Rocio.
      Ya me dirás si finalmente lo lees.
      Un abrazo!!

      Eliminar
  11. Hola! No conocía ni la editorial ni la historia que nos traes y Arthur Conan Doyle me gusta mucho, puede resultar interesante ver cómo nos narra esos hechos. Mil gracias por la reseña.

    ResponderEliminar
  12. No conocía este libro del autor 😯 que gran descubrimiento. Gracias por tan genial entrada 🖤

    Un besote desde Plegarias en la Noche

    ResponderEliminar
  13. Me ha resultado un libro curiosísimo de un escritor de sobras conocido. No lo veía yo en una de estas, la verdad.
    De todos modos, el libro no es de mi estilo así que lo dejo pasar.
    Besos

    ResponderEliminar
  14. Opino como Laky, no sabía yo de esta vertiente de Conan Doyle, me ha sorprendido un montón. Sin embargo, no es lo que me apetece leer ahora, así que lo dejo pasar. Tu reseña, como siempre, de diez.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas tardes, Rosa.
      Ciertamente, sorprende esta faceta de Arthur Conan Doyle. El libro es interesante por ese motivo, te hace ver al escritor de otra manera y te muestra un aspecto apasionante de la época que le tocó vivir. No obstante, es verdad que como lectura no es para cualquier momento. Ya me contarás si te decides a leer el libro.

      Un abrazo y mil gracias por pasarte a leerme!!

      Eliminar

Publicar un comentario

ENTRADAS POPULARES EN LECTURAS DE UNDINE

RESEÑA: EL BAILE, IRÈNE NÉMIROVSKY

RESEÑA: "EL CASCANUECES Y EL REY DE LOS RATONES", E. T. A. HOFFMANN

RESEÑA. "LOS TREINTA Y NUEVE ESCALONES", JOHN BUCHAN

RESEÑA: "El GATOPARDO", GIUSEPPE TOMASI DI LAMPEDUSA

RESEÑA: ORGULLO Y PREJUICIO, JANE AUSTEN