RESEÑA: CRANFORD, ELIZABETH GASKELL

 

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Ediciones Invisibles
Colección: Club Victoria/ Nº2
Traductor/traductora: Marta Morros
Fecha de publicación: noviembre 2022
ISBN: 9788412401981
Formato: 15 x 23
Páginas: 232
Encuadernación: Tapa dura
PVP: 22.00 €

Sinopsis de la Editorial

Cranford reúne las deliciosas y tiernas crónicas de un pueblecito habitado casi exclusivamente por mujeres, y nos permite asistir a los pequeños y grandes acontecimientos de una comunidad reducida pero bien avenida. Narradas con mucho humor e ironía, nos confían la inconveniencia de comerse una naranja en público o la necesidad de hacerle un pijama a una vaca… y también las estrecheces económicas de algunas damas de buena sociedad pero sin medios para ganarse la vida, los compromisos matrimoniales frustrados por convenciones sociales y las muertes de sus habitantes más queridos.

Propuesta musical para este libro

El concierto que el lector está escuchando fue compuesto en 1825 por el compositor, pianista y editor musical inglés de origen alemán Johann Baptist Cramer (1771-1858). Gran virtuoso del piano y alumno aventajado de otro maestro de la música como fue Muzio Clementi, gozó de gran fama internacional y del respeto del grandísimo Ludwig van Beethoven, con quién compitió en los famosos concursos para maestros del piano; siendo ambos considerados los mejores intérpretes de su tiempo. Después de muchos años ofreciendo conciertos por las salas europeas, Cramer se estableció definitivamente en Inglaterra en 1800, donde se desarrolló como compositor, exitoso editor musical y fabricante de pianos, y regentó una tienda musical, Cramer & Co. , en el N.º 201 de Regent Street. Sus estudios para piano son piezas muy conocidas entre los jóvenes pianistas de todos los tiempos, y a día de hoy siguen siendo piezas fundamentales para los estudiantes de conservatorio. 

El motivo por el que he elegido este concierto para acompañar la reseña de hoy, se debe a que Johann Baptist Cramer fue contemporáneo de la generación a la que Elizabeth Gaskell dedicó Cranford, y su música se interpretó en salas de conciertos y en los hogares ingleses de aquel momento, siendo también el editor en Inglaterra de muchas de las partituras importantes que se hicieron famosas en su tiempo, como el fantástico concierto para piano llamado Emperador de Beethoven .


Lo que Undine opina del libro



<Los vuelos naturales del espíritu humano no van de placer a placer, sino de una esperanza a otra.> Samuel Johnson (1709-1784)

El siglo XIX inglés posee muchísimos encantos. Los logros que consiguió su ejército en los campos de batalla y allén de los mares, junto con las proezas de sus ciudadanos más notables, nutrieron la historia de esta antigua nación de acontecimientos singulares que impresionaron al mundo entero, inspirando a su vez a artistas y literatos que, seducidos por el halo de romanticismo de dichas hazañas, imprimieron a sus obras de ese característico espíritu apasionado que les dio la inmortalidad. Las Guerras Napoleónicas, las conquistas de Ultramar, la Segunda Revolución Industrial o el nacimiento del ferrocarril, son motivos de notable importancia que a menudo sacan a relucir la época de Regencia, la Georgiana y, aún con más frecuencia, la emblemática era Victoriana. 

William IV (Fuente: Wikipedia)
Sin embargo, muchas veces omitimos de nuestro repaso histórico unos años que transcurrieron entre los dos últimos periodos citados, seis años en los que el trono de Inglaterra estuvo ocupado por un monarca que, eclipsado por la fama de su excéntrico hermano y predecesor el rey George IV, y la magnificencia de su sucesora y sobrina Victoria del Reino Unido, pasa ante nosotros casi sin pena ni gloria. Me refiero a William IV (1765-1837), el tercer hijo del llamado Rey loco quien, contra todo pronóstico, subió al trono a la edad de sesenta y seis años, en una suerte de carambola hereditaria, tras fallecer sus dos hermanos mayores sin dejar un sucesor directo. 

El reinado de este monarca fue muy breve, y su participación en el gobierno fue escasa, aunque determinante ante algunas crisis importantes que amenazaban la estabilidad del país. Durante el tiempo que fue la figura más prominente de Inglaterra se introdujeron grandes cambios políticos y sociales que en el futuro cambiarían el destino del país. No todos fueron positivos,  como la polémica revisión de la Ley de los pobres de 1834, pero sí se atendió otros aspectos sociales de importancia como la restricción del trabajo infantil, la abolición de la esclavitud en todo el Imperio, o la modernización del sistema electoral inglés. 

Adelaida de Sajonia-Meiningen, esposa de William IV
Retrato de William Beechey, c. 1831(Fuente: Wikipedia)
William IV fue un monarca sobrio, al que la pompa de la corte no le gustaba, quizás acostumbrado a los años que pasó en la Marina Real, navegando y batallando por medio mundo, aunque también es posible que influyera en la austeridad de su carácter la relación ilícita que mantuvo durante veinte años con una plebeya, la actriz irlandesa Dorotea Bland, con la que tuvo diez hijos. Sin embargo, esa relación que transgredía toda norma del decoro acabó años antes de acceder él al trono, los intereses políticos vencieron sobre los del corazón. Corría el año 1818 cuando el entonces duque de Clarence y futuro rey William IV, tomó por esposa a  Adelaida de Sajonia-Meiningen (1792-1849), una dama mucho más joven que él que no le pudo dar ningún heredero, ya que las dos hijas que consiguió dar a luz de los cuatro embarazos que tuvo fallecieron al poco de nacer. Juntos estuvieron al frente de la gran nación inglesa, y ocuparon el trono del reino de Hannover, desde 1830 hasta que el monarca falleció en junio de 1837. Ambos constituyeron el símbolo de una generación que vivió el resultado de la Ilustración y los horrores de la Revolución francesa en un país de espíritu conservador e intelectuales inconformistas, donde se pedía a gritos cambios para la nación.

En este interesante periodo histórico se enmarca la novela que presento hoy, una obra que rinde homenaje a los ciudadanos ingleses contemporáneos al reinado de William IV, y al propio rey, cuya presencia y la de su consorte se mencionan constantemente en el texto. Me refiero a Cranford, un maravilloso título perteneciente a la autora victoriana Elizabeth Gaskell, a la que Ediciones Invisibles eligió con gran criterio para protagonizar la segunda publicación de su preciosa colección Club Victoria. En este caso, la traducción del texto ha corrido a cargo de Marta Morros.

Cranford comienza así:

<En primer lugar, Cranford pertenece a las amazonas; todos los residentes de casas por encima de cierta renta son mujeres. Si un matrimonio llega al pueblo para instalarse, el caballero desaparece por alguna razón; bien porque le aterra el hecho de ser el único hombre en las veladas de Cranford, bien porque su regimiento o barco lo reclaman, o porque se pasa toda la semana dedicado al trabajo en la vecina localidad comercial de Dumble, a tan solo veinte millas en ferrocarril. Es decir, por una razón u otra, en Cranford no hay caballeros.>

Cranford narra la vida de un grupo de damas de una pequeña localidad campestre cuya población está prácticamente compuesta por mujeres. Todas ellas son solteras o viudas de cierta edad que vivieron tiempos mejores. No obstante, por rango y educación, se ven obligadas a guardar las apariencias y a reducir sus relaciones a un selecto círculo de personas de su misma posición. Las visitas sociales que realizan y las reuniones que convocan siguen siempre un rígido protocolo que nadie osa transgredir. Y si algún intruso llega a Cranford con alguna nueva idea, este refinado grupo de señoras lo someten a un severo juicio y castigo. Pese a ello, la solidaridad y los sólidos valores reinan en los corazones de estas heroínas, que siempre están dispuestas a renunciar a algo humildemente, con tal de socorrer al amigo necesitado. Y así, entre cotilleos, visitas formales e invitaciones para tomar el té, estas damas viven su sencilla existencia con el corazón dividido entre su dulce pasado y la incertidumbre del futuro.

1ª edición ilustrada (1864, George du Maurier)
Fuente: Wikipedia
Cranford es una maravillosa, emotiva y chispeante novela incidental que fue publicada por entregas durante los años 1851 y 1852 en la revista Household Words, de la que Charles Dickens era el editor. Al finalizar la historia se revisó el texto, y la editorial Chapman & Hall publicó el libro completo en 1853. 

La aceptación de la novela fue muy buena en el momento de su publicación, pero el éxito verdadero le llegaría en la década de 1890, gracias a las reediciones ilustradas de Cranford que salieron al mercado tras su primera publicación. El mérito puede atribuírsele a dos grandes artistas, George du Maurier -abuelo de la famosa escritora Daphne du Maurier, autora de Rebecca-, que realizó unos preciosos dibujos de carácter victoriano para la edición de 1864, y Hugh Thomson, que eligió un estilo cercano al periodo preindustrial de la época de Regencia para la publicación de 1891. Ambas ediciones demostraron ser un recurso publicitario estupendo, y generaron gran entusiasmo entre el público, que supo apreciar los cuidados diseños de vestuario que lucían las protagonistas del libro, y la minuciosa decoración de interiores que se mostraba en los dibujos.

El caso es que Cranford conquistó los corazones de los lectores victorianos de finales del siglo XIX y de comienzos del XX, y su bellísima historia llegó incluso a adaptarse en diversas ocasiones para ser representada en los escenarios de Estados Unidos e Inglaterra. Antes de ello, la novela había sido traducida al francés en 1856 y al alemán en 1867. La clave de este triunfo de Elizabeth Gaskell fue saber trasladar con verdadero encanto la forma de vida doméstica inglesa a su novela, una idea que fue inspirada por el escritor Robert Southey (1774-1843), quien afirmaba haber querido siempre escribir algo así, aunque jamás lo hizo.

Ilustración de la edición de 1891 (Hugh Thomson)
Fuente: Wikipedia
Cranford no fue el primer texto donde la escritora mostró este interesante aspecto de la sociedad inglesa de sus mayores, antes de su publicación Gaskell ya había trabajado con este motivo argumental. Su primera incursión fue en 1849, cuando publicó un texto para la revista norteamericana Sartain's Union Magazine, titulado The Last Generation in England; la segunda vez que utilizó esta feliz idea fue en 1851 con la novela Mr. Harrison's Confessions, un título delicioso que ha sido traducido en España como Las confesiones del doctor Harrison (Alba editorial), y que cuenta las anécdotas de un médico en un entorno rural. Ambas publicaciones motivaron la aparición de unas sencillas historietas con similar carácter tituladas como Our Society in Cranford, y que recogían la forma de vida de esa clase media acomodada, anticuada y encorsetada por los esnobismos de las viejas costumbres. Tras la aparición de los dos primeros capítulos en la revista de Charles Dickens, el famoso escritor y amigo de Elizabeth Gaskell vio las posibilidades que estos relatos tenían y le pidió que siguiera trabajando sobre ellos. Así es como nació el libro que hoy conocemos como Cranford.

El fondo argumental que utilizó Elizabeth Gaskell para su novela reside en sus recuerdos de infancia, los años que vivió al cargo de su tía materna en la pequeña ciudad de Knutsford (Cheshire), el lugar en el que se basó para ubicar su ficticia localidad de Cranford, nutrieron su fértil imaginación de múltiples y simpáticas anécdotas sobre la forma de vida de la generación anterior a la suya, observando a las personas con las que su tutora se relacionaba, y tomando nota de sus rutinas y ceremonias. Dicen las crónicas victorianas que la escritora confesó en una carta al escritor y crítico de arte John Ruskin que muchos de los chascarrillos que se cuentan en Cranford son un calco de las experiencias que tuvo en su niñez, y que atenuó el carácter de las mismas para que la crítica no la tachara de exgerada. No es de extrañar que Gaskell pensara así, porque la anécdota a la que se refería la autora en su epístola a Ruskin es del todo increíble. ¿Quién puede imaginar a una vaca vistiendo un traje de franela? 

Ministro unitarista William Turner (Andrew Morton)
Fuente: Wikipedia
Por otro lado, si tenemos en cuenta la sociedad que frecuentaba la familia materna de la escritora, descubriremos que su mundo fue realmente interesante, y que aportó a su obra grandes motivos intelectuales y filosóficos, ya que estaban conectados con un selecto grupo de destacadas familias de religión unitarista. Cabe destacar entre ellas a los exitosos ceramistas Wedgwood; a los industriales del sector textil apellidados Martineau, que eran los familiares de la economista y escritora Harriet Martineau👈, gran amiga de Elizabeth Gaskell; los Darwin, cuya presentación es innecesaria; o los Turner, estos últimos conocidos por la labor que llevó a cabo uno de sus miembros, el ministro unitarista William Turner (1761–1859), impulsador del movimiento que terminaría con la esclavitud en Inglaterra. ¿Verdad que su mundo resulta sugerente y muy prometedor? Quienes hayan leído diferentes novelas de Elizabeth Gaskel, como Mary BartonNorte y sur, RuthLa casa del páramo, entre otras, comprenderán de dónde le vino la inspiración a la autora para escribirlas. Y, aunque Cranford tiene una intención distinta a estas otras obras tan comprometidas socialmente, la novela bebió de las mismas fuentes y guarda similitudes morales.

Sea como sea, así nació el amable y emotivo universo de Cranford. En él encontramos una colección de maravillosos personajes, casi todos mujeres ancianas o de mediana edad, cuyo único objetivo en sus vidas es seguir manteniendo los valores que aprendieron en su juventud. Son arquetipos de aquellas personas que se educaron al calor de las enseñanzas del famoso intelectual Dr. Johnson (1709-1784), mientras veían con horror cómo peligraba su forma de vida bajo la tenaz amenaza de la invasión francesa en tiempos de Napoleón. Las constantes, divertidas y entrañables menciones a estos temas, como las alusiones a los marinos ingleses que vivían aventuras en ultramar o las referencias a la movilización de destacamentos del ejército que se asentaban a lo largo del país, me hacen pensar en una de las autoras favoritas de Elizabeth Gaskell, que no es ni más ni menos que Jane Austen. Desde mi punto de vista, es evidente cómo la autora victoriana recreó el mundo austenita en las heroínas de Cranford, y resulta divertido pensar que la entrañable señorita Matty y su hermana mayor la señorita Jenkyns podrían haber sido amigas de Jane y Casandra Austen si el mundo de la realidad y la ficción algún día se encontraran, no sólo porque ambas parejas de hermanas fueran hijas de un pastor de la iglesia y vivieran durante sus años jóvenes en una rectoría, sino porque sus amores y desamores de juventud me sugieren ciertos puntos en común. 

Cartel de la daptación teatral de Cranford
 (Marguerite Merington, 1905) Fuente: Wikipedia
Y qué decir del resto de “amazonas” que aparecen en la novela, ataviadas todas ellas con sus cofias pasadas de moda y siempre dispuestas a cotillear. Estas son un conjunto de simpáticos y entrañables personajes, cuyas delirantes proezas hay que disfrutar. Mi consejo es hacerlo junto a una gran tetera y una taza de té, ya que al lector le espera una emocionante y divertida jornada de lectura que no querrá finalizar. Eso sí, no debe olvidarse posicionarse cómodamente en un buen sofá y tener a mano un sufrido pañuelo, porque esta amable lectura tan pronto le hará reír a carcajadas, como navegar en un mar de lágrimas. Así de entrañable y cercana es esta novela, que rompe los clichés de todo tipo, porque, ¿a quién podría importar las vidas de unas ancianas anónimas de una población perdida?

Elizabeth Gaskell supo llegar al corazón de las personas dando importancia a las vivencias sencillas de la existencia humana. El amor parental y fraternal, los enamoramientos y las decepciones, el matrimonio y la viudedad, el dinero y la pérdida del mismo… En definitiva, todo lo que constituye las preocupaciones de una vida y que, al llegar a la ancianidad, suponen un logro que se debe atesorar. Otros de los aspectos que destacan y glorifican el trabajo que hizo Gaskell en Cranford fue su manera de contar la historia. La autora eligió un estilo narrativo muy distinto al habitual, ya que la trama no sigue un hilo temporal ni argumental correlativo. El relato corre a cargo de Mary Smith, una visitante asidua en casa de las hermanas Jenkyns, principales protagonistas del libro, y, en cada capítulo que va narrando, se dirige a los lectores para contarles diferentes acontecimientos en la vida de sus amigas y del resto de personajes que viven en aquella población rural. Y así, entre conversaciones privadas, lecturas de cartas antiguas y descripciones del momento presente, conocemos las interesantes vidas de nuestras heroínas y de los pocos caballeros que aparecen en esta historia. 

Jim Carter como Capitan Brown (adapatción BBC 2007)
Fuente: http://news.bbc.co.uk/
No es una novedad que Gaskell prestara especial atención al universo de la mujer en su narrativa, el conjunto de su obra así lo confirma. Sin embargo, a los personajes masculinos que aparecen en Cranford se les presta el máximo cariño y atención. Debo confesar que mi favorito es el Capitán Brown, un peculiar caballero que llega a Cranford acompañado de sus dos hijas con ánimo de asentarse en la población, a través de él la escritora se permite un simpático guiño que afecta a su amigo y editor Charles Dickens. Esta aparente broma literaria tiene una importante base conceptual, ya que en ella reside ese mensaje bucólico e implacable que es para todos el inevitable paso del tiempo, que representa el principal motivo de esta narración. Dejo a mis lectores que descubran en privado este singular y maravilloso misterio.

Decía Samuel Johnson, poeta, pensador y escritor recurrente en la reseña de hoy, que el autor que ha alcanzado fama, corre el riesgo de verla disminuir, tanto si sigue escribiendo como si deja de hacerlo. Así ocurrió con Elizabeth Gaskell y su obra que, al llegar el siglo XX y con el correr de los años, poco a poco fue diluyéndose en el tiempo, ayudada por las tendencias literarias emergentes. Sin embargo, tras el devastador paso de la Segunda Guerra Mundial y con el surgimiento de nuevas corrientes de pensamiento de carácter feminista, la figura de esta grandísima escritora renació, recuperandose sus obras y dignificando su narrativa, tanto a nivel estilístico como de pensamiento. En las últimas décadas las reediciones de sus libros se han multiplicado y sus historias han sido adaptadas numerosas veces para la televisión. Las últimas versiones que se han visto de Cranford son dos producciones de 2007 y 2009, tituladas Cranford y Regreso a Cranford. En ellas no sólo se recoge lo que ocurre en la novela protagonista de la reseña de hoy, sino que incluyen las aventuras de otros importantes títulos de la autora, como son Lady Ludlow, La casa del páramo, o las Las confesiones del doctor Harrison, entre otros relatos, que son un magnífico y emotivo complemento para esta producción. 

El despertar de la figura de Elizabeth Gaskell no es casual, todo el mundo sabe que somos esclavos del ciclo vital y de las modas que marcan nuestro momento. Pese a ello, nada que sea efímero tiene peso en el tiempo y el poder para resucitar. Los valores y emotivos mensajes que encontramos en Cranford son los mismos que buscamos vehementemente cada vez que se acerca una Navidad.



 
<El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.> Charles Dickens
  




Undine von Reinecke ♪

*Reseña incluída en el proyecto literario Viajando por la Inglaterra victoriana👈

La autora por la Editorial

Fuente: Ediciones Invisibles
Elizabeth Gaskell
(Londres, 1810 – Holybourne, Hampshire, 1865)

Es una de las escritoras victorianas más relevantes y queridas de Inglaterra. Huérfana de madre desde muy pequeña, la crió su tía en Knutsford, una pequeña ciudad muy tranquila, donde tuvo una infancia plácida y feliz. Con veintidós años se casó con el ministro de la capilla unitaria de Cross Street, en Manchester, también escritor, con quien vivió en perfecta armonía. La llegada al norte de Inglaterra, mucho más industrializado, fue un choque muy fuerte para Elizabeth, que quiso retratar las precarias condiciones de vida de los trabajadores de las fábricas en obras como Mary Barton y Norte y Sur. Tras el éxito de Mary Barton, el que acabaría siendo su amigo Charles Dickens le ofreció escribir en su periódico, en forma de fascículos, pequeñas historias basadas en las anécdotas domésticas de su infancia en Knutsford, piezas muy divertidas que rápidamente adquirieron una gran popularidad y que acabaron convirtiéndose en la semilla de Cranford. Fue respetada y admirada por los críticos y por autores de su época como Dickens o Charlotte Brontë, de quien escribió una biografía imprescindible.

Comentarios

  1. Querida Undine, esta vez puedo alegrarme de leer esta reseña ya que no voy a llevarme el libro... y no lo hago porque ¡ya lo he leído!, jeje... Es verdad, es un libro delicioso. Fue el primero que leí de la Gaskell y me encantó. Yo sí que noté un poco esa edición por entregas ya que, como dices, cada capítulo está dedicado a una persona o acontecimiento. Aunque es verdad que al final se hace una unión de algunas historias y sobre todo se ve la unión, la sororidad, de los personajes. También leí Las confesiones del señor Harrinson, con el que me reí bastante y también me gustó mucho. Tengo La casa del páramo y Lady Ludlow en el kindle esperándome. Y finalmente, hablando de Harriet Martineau, de ella leí Deerbrook, que aunque me gustó lo hizo menos que las novelas de la Gaskell.
    Ale hay te dejo esta parrafada, ;)
    Un besazo

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    1. Querida Nitocris,No sabes cuánto me alegra que te guste tanto esta novela y que admires a su autora. Yo la conocí hace años gracias a Norte y sur, desde entonces fui consiguiendo todos sus libros traducidos al español. Esta es la segunda vez que leo cranford y, puedo asegurarte que me ha emocionado más que la primera vez. Por ello me he propuesto ir rescatando lecturas de Elizabeth Gaskell.

      Un abrazo y gracias por parte a comentar!!

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  2. Yo también me he leído este libro y también me encanto. Aunque fijate que empecé a leerlo y no se por qué pero no me enteraba. Lo cerré y lo volví a empezar desde el principio y ahí ya empecé a disfrutar. Me he visto la serie y la disfruté muchísimo. No he leído más de ella por ahora. Un abrazo

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    1. Buenas tardes, Esther.
      La adaptación de Cranford es una delicia. No he hablado prácticamente nada de ella porque la reseña era muy larga. No obstante, en mi opinión fue una gran trabajo por parte de los guionista y de los fantásticos actores que participaron en las dos temporadas. Creo que esta Navidad volveré a ver esta serie.

      Un abrazo y muchas gracias por la visita!!

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  3. Buenos días Undine, yo también he leído Cranford al que llegue por la serie de la BBC en un momento en el que sólo conocía de la autora Hijas y Esposas, reconozco que al principio me costó hacerme con la historia que me parecía un poco deslavazada, tal vez porque como ya comentaba Nitocris, se le nota su inicial publicación por entregas, sin embargo tengo que reconocer que al final lo disfruté mucho e incluso he vuelto a releerlo. Gracias por tu completa reseña, ni siquiera recordaba la existencia de ese William IV. Un abrazo.

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    1. Buenas tardes, Mar.
      Hoy estoy feliz porque veo que muchos lectores conocen Cranford. Creo que Elizabeth Gaskell hizo una obra de arte con esta novela y con muchas de sus otras novelas, y por ello debería ser una autora mucho más conocida. Yo llegué a ella por Norte y sur, luego he leído toda su obra traducida. En la actualidad, he decidido comenzar a releer la totalidad de sus títulos porque la experiencia con Cranford ha sido extraordinaria y emocionante.

      Un abrazo y gracias por pararte a comentar!!

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  4. ¡Hola! No tenía demasiadas referencias sobre el libro pero me has dejado con muchas ganas de darle una oportunidad. Siento curiosidad por cómo se desenvolverá ese grupo de mujeres en esa época. Un besote :)

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    1. Buenas tardes, Marya.
      Es literatura británica del XIX, puedes imaginar la atmósfera que describe. No obstante, es una novela muy positiva y entrañable. Te animo a que conozcas esta obra porque te deja con el espíritu renovado.

      Un abrazo y gracias por visitarme!!

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  5. Tengo varias novelas de la autora en mi lista de pendientes porque solo he leído Norte y Sur y la biografía de Charlotte Brontë, pero precisamente Cranford no estaba entre ellas. No obstante entrará ahora mismo porque ese comienzo es de los que atrapan y todo lo que cuentas, de lo más interesante.
    Has hecho todo un trabajo magnífico acerca de la época histórica. Me ha encantado.
    Un beso.

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    1. Buenas tardes, Rosa.
      Mi primera incursión en el universo Gaskell también fue con Norte y sur, luego vino Cranfrod, Hijas y esposas, Los amores de Silvia y el resto de obras publicadas en España. Así de fuerte es mi vínculo con esta autora, yo diría que casi casi al mismo nivel que Jane Austen. Estoy segura que encontrarías su lectura muy amable, aunque su carácter difiere de Norte y sur. Ya me contarás si te decides a leerla.
      Por cierto, si lees Los amores de Silvia deja el prólogo del libro para el final, ya que la autora de ese texto hace un spoiler imperdonable en él.

      Un abrazo y gracias por tus amables palabras!!

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  6. Este no lo he leído pero es una autora que me gusta mucho así qeu terminará cayendo tarde o temprano. Y más después de leer tu maravillosa reseña, con la que siempre aprendo mucho. Muchísimas gracias Undine por el maravilloso trabajo que realizas en cada reseña.
    Besotes!!!

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    1. Querida Margari.
      No sabes la ilusión que me hacen tus palabras. Intento dar lo mejor de mí en cada reseña que escribo, pero cuando abordo un clásico como Cranford pongo aún mayor intención porque no me resulta nada fácil. Te recomiendo que leas Cranford porque es una novela tan especial y amable que la vas adisfrutar.

      Un abrazo y mil gracias por tus afectuosas palabras!!

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  7. Querida Undine:
    Ni idea tenía yo de ese rey, a George y Victoria los coloco pero no sabía que había otro por el medio. Menudos amigos tenía esta señora, nada menos que Dickens, quién pudiera.
    De Cranford vi una serie hace tiempo, no sé de qué año sería pero recuerdo haberla traído en dvd de la biblio. Luego alguna vez he pensado en coger la novela pero nunca me he animado con ella. Es que si son todo mujeres me aburro, como si son todo hombres, o todo negros, o todo de lo que sea, a mí me pones variedad y ahí ya voy mejor, es mucho más divertido. Tenía apuntado el de Norte y Sur. Ahora me voy a pensar el de Cranford, porque me suele ir bien cuando te hago caso.
    Besines y Feliz Semana prenavideña

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    1. Mi queridísima Norah.
      No temas leer esta novela por la falta de varones, hay pocos pero son muy bien tratados y aportan humor al texto. En cuanto a las damas, son unos personajes muy entrañables que te pueden llegar al corazón. Se que lo british no termina de encajarte, pero si te digo que este libro sin ser navideño consigue tanto como Cuento de Navidad, estoy segura que así te convenzo.
      En cuanto a la serie, qué bien actúa nuestra querida Judi Dench y el resto del reparto.

      Un abrazo grande y gracias por tu confianza!!

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  8. Esta es, hasta la fecha, mi novela preferida de Elizabeth Gaskell. Tengo en casa, "Las confesiones del señor Harrison" y "La casa del páramo" y estoy deseando leerlas también porque forman parte del universo Cranford, pero ahora que leo tu reseña (siempre me gusta mucho el marco histórico y musical que dedicas a tus reseñas, pero este me ha parecido especialmente bonito) me apetece volver a leer "Cranford" primero. Un abrazo grande.

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    1. Querida Mónica.
      Me concuerda enormemente contigo que Cranford sea tu favorita de Gaskell. SIn duda también es una de las mías, aunque no podría decir si por encima de Norte y sur, Esposas e hijas o Lady Ludlow. Cada una tiene ese "aquel" que las hace únicas. El resto de su producción es fantástica, pero mis títulos favoritos me aportaron un motivo emocional importante.
      Por otro lado, me emocionan las palabras que me dedicas. Me tomo muy en serio el trabajo de reseñas y con cranford el compromiso era muy grande.

      Un abrazo, querida Mónica, y muchas gracias por tu visita!!

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  9. Holaa!! pues este es otro libro que sin duda suena bastante interesante, gracias por el descubrimiento y tu genial reseña.

    Blessings!!

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  10. ¡Muchísimas gracias a ti por leerme y apreciar mi recomendación!

    Un abrazo

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  11. Las ediciones de Invisible son preciosas y las de esta línea ya son simplemente divinas
    El libro no lo he leído pero hace mucho que lo tengo en mente. Ahora ya no quiero leerlo de cualquier manera, ahora quiero tenerlo en esta edición jajaja
    Besos

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  12. Hola,
    Aunque conozco a la autora no he leído aún nada de ella y esta novela parece perfecta para hacerlo, pues me ha gustado mucho lo que nos cuentas en tu detallada reseña que me ha dejado totalmente enamorada del libro, así que anotado queda en mi interminable lista de deseos.
    Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.

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  13. Aunque tengo varios libros de Gaskell he leído pocos. Cranford es el primero que leí y me pareció muy entretenido. Espero que Alba publique Milady Ludlow que es el cierre de la trilogía de Cranford.
    Besos.

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  14. Que hermoso y genial libro. Una reseña maravillosa <3

    Un besote desde Plegarias en la Noche

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  15. Madre mía, cada vez que veo una reseña de estos libros (o de otros de la época) siempre me digo que tengo que leerlos. No será porque no los tengo a mano. Pero es que las novedades me desbordan y no me dejan tiempo para acercarme a estos "clásicos". Menos mal que tú me sigues recordando que estos libros están ahí, esperando a que los leas. Me ha gustado mucho tu reseña, como siempre. Besos

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  16. ¡Hola Undine!
    Este libro lo tengo en la mira, es un clásico que debo leer sin duda alguna. He visto dos miniseries basadas en sus libros Wives and Daughters y Cranfield. Actualmente estoy leyendo Los amantes de Sylvia. Me encanta la forma en que esta autora le da vida a sus personajes. ¡Gracias por la recomendación!
    Que pases una feliz Navidad!

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  17. Me encanta esta historia de Elizabeth Gaskell, fue lo primero que leí de ella y lo disfruté muchísimo. El año pasado (bueno no, el anterior; jaja hay que acostumbrarse ahora a que ya estamos en 2023) lo releí, y fue todo un placer regresar a sus personajes y vivencias... Qué reseña más completa, me ha encantado leerte. La edición que nos muestras se ve realmente hermosa, y muy cuidada. Esta editorial trae verdaderas joyitas. Un abrazo.

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  18. Gracias por recomendarnos este libro. Esta autora Elizabeth Gaskell fue una autora interesante y peculiar. Personalmente prefiero las obras de Charlotte Bronte, muy intensas y vividas.

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    1. Buenos días.
      Una de mis novelas decimonónicas favoritas es Jane Eyre, con ello te digo todo. Sin embargo, si tuviera que comparar la obra completa de Gaskell y Brontë me quedaría con la primera. Es cierto que ésta vivió más tiempo que su amiga y colega, por lo que su legado es mayor. Sin embargo, yo conecto mejor con la diversidad y colorido de la narrativa de gaskelliana.

      Un saludo

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