RESEÑA: LA SEÑORITA ELSE, ARTHUR SCHNITZLER

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Ediciones Invisibles

Colección: Pequeños placeres, 25

Traducción: Clara Formosa

ISBN: 9788412535389

Formato: 11,5 x 18

Páginas: 144

Encuadernación: rústica con solapas

PVP: 15.00 €


Sinopsis de la Editorial

Else pasa el verano con su tía en San Martino di Castrozza, una localidad de montaña donde se concentra la flor y nata de la sociedad vienesa. La joven disfruta de las vacaciones despreocupadamente, hasta que recibe una carta de su familia en la que le anuncian un giro dramático de su situación económica. Para intentar salvar a su padre de ir a la cárcel, Else se verá obligada a pedir dinero a un conocido que, precisamente, también está allí de vacaciones. El hombre accede, pero a cambio de una condición…


Propuesta musical para este libro

Eusebius-Florestan, Carnaval Op. 9, Robert Schumann.

*Crédito del vídeo: Canal de YouTube Vladimir Ashkenazy - Tema

Eusebius y Florestán son dos temas musicales pertenecientes al Carnaval Op. 9, del compositor alemán Robert Schumann. Fue escrito para piano entre los años 1934 y 1935, y Schumann se lo dedicó al violinista Karol Lipiński. La obra completa consta de veintidós piezas breves, que representan a personajes enmascarados del carnaval que precede a la Cuaresma. Schumann se inspiró en algunos de sus amigos y conocidos, en los personajes que aparecen en la commedia dell'arte italiana y en sí mismo, para dar personalidad a cada una de las piezas. En el caso de Eusebius, describe la faceta más amable y moderada de la personalidad del compositor alemán; en cambio, Florestán representa la pasión, el carácter más impetuoso de Robert Schumann.

El motivo de haber escogido Carnaval Op. 9 de Schumann para la reseña de hoy es porque Arthur Schnitzler lo eligió para acompañar una importante escena de La señorita Else, y esta obra pianística ocupa un lugar importante dentro del relato.



Lo que Undine opina del libro


<La humanidad progresa. Hoy solamente quema mis libros; siglos atrás me hubieran quemado a mí.> Sigmund Freud (1856-1939)


Y, pese a la inicial hilaridad que provoca esta sarcástica frase, en el momento que surgió, para su autor era un triste consuelo. No cabe duda sobre ello.

Quema de libros en 1933, dentro del plan
«Aktion wider den undeutschen Geist» (Wikipedia)

Corría enero de 1933, cuando el partido nazi se hacía con el poder en Alemania. Pocos meses después, la llamada Aktion wider den undeutschen Geist (Acción contra el espíritu anti-alemán), llegó a su máxima expresión, y caló de tal manera en ciertos círculos intelectuales y nacionalistas de la sociedad, que derivó en la tristemente famosa quema de libros alemana. La denominada Bücherverbrennung de 1933, fue una maniobra política orquestada por la NSDAP (Partido Nacionalista de los Trabajadores Alemanes), las Juventudes Hitlerianas y la Unión de Estudiantes Alemanes, que tuvo como principio impedir que determinados autores prohibidos por el pensamiento nazi llegaran al pueblo alemán. La ofensiva fue vehemente, organizándose campañas propagandísticas y boicots, con la finalidad de llevar al ostracismo a muchos intelectuales cuyo pensamiento era contrario a su ideología. Se colocaron columnas con el nombre de académicos enemigos, se publicaron listados de libros prohibidos, y, entre otras medidas de lucha, se utilizó la quema de libros como un símbolo que, como se entendía en la Antigüedad, sirviera como un rito de purificación.

Y así, entre los meses de marzo y junio de 1933, se realizaron diferentes hogueras de libros a lo largo y ancho del país, aunque es cierto que la más significativa fue la realizada la noche del 10 de mayo de aquel año, por el carácter nacional que se le quiso dar. Las autoridades  invitaron a una acción conjunta a todas las universidades de la nación. Se envió circulares con nombres de sujetos considerados anti alemanes, para que se quemaran sus escritos, alzando la voz al grito de “¡Contra la lucha de clases y el materialismo, por la comunidad nacional y una actitud idealista ante la vida!”, entre otros voceríos similares. 

Fotografía de Sigmund Freud (1921)
Max Halberstadt. Fuente: Wikipedia

En aquel primer listado de pensadores enemigos del nacismo, cuya obra vio las llamas en la Opernplarz de Berlín, la hoguera más mediática de aquel día, se encontraba el nombre de Sigmund Freud (1956-1939), el famoso neurólogo austriaco de origen judío, considerado el padre de psicoanálisis. La misma suerte corrió la obra de su colega y amigo, el médico y dramaturgo austriaco Arthur Schnitzler (1862-1931), quien es considerado una de las figuras más relevantes del modernismo vienés

A este autor quiero dedicar mi reseña de hoy, aprovechando que Ediciones Invisibles ha incorporado La señorita Else, una de las obras más importantes del escritor austriaco, a su magnífica colección Pequeños Placeres, con la traducción de Clara Formosa Plans.

Arthur Schnitzler, que no llegó a vivir aquel horror de la quema de libros, porque falleció dos años antes, pertenecía a una familia judía originaria de Hungría. Su padre, Johann Schnitzler, doctor y especialista laringólogo, consiguió elevar el nivel social y económico de los suyos trabajando como médico de actores y cantantes famosos. Esto proporcionó que Arthur Schnitzler recibiera una magnífica educación, doctorándose en medicina en 1885 por la Universidad de Viena. Su primera ocupación profesional fue en el campo médico, dedicándose a la medicina interna, a la dermatología y a la psiquiatría, primero en el Hospital General de Viena, y luego colaborando con su padre.

Arthur Schnitzler, 1878 (Fuente: Wikipedia)

Sin embargo, su vocación médica no apagó la pasión que sentía desde niño por la literatura. De hecho, publicó su primer trabajo cuando contaba sólo 18 años, y jamás dejó de escribir. En 1888 su labor literaria se intensificó, publicando en revistas relatos, poemas, y obras de teatro de un solo acto. Por otro lado, en este periodo de su vida, el joven Schnitzler era un incondicional de la animada vida literaria de los cafés vieneses, germen de lo que llegaría a ser el nuevo movimiento de las letras austriacas. Pese a todo, no abandonó la medicina, y a la muerte de su padre, acontecida en 1993, abrió su propia consulta médica.

El éxito como dramaturgo le llegó a partir de 1996, cuando varias de sus obras triunfaron en el escenario (Liebelei, en 1895; Paracelsus, Die Gefährtin, y Der grüne Kakaduy, en 1898), se proclamó como uno de los nombres más importantes del teatro, fuera y dentro del Imperio Austrohúngaro. Por otro lado, su narrativa en prosa tampoco pasaba inadvertida, destacando principalmente sus relatos cortos. 

Pese al éxito que posicionó a Schnitzler como unos de los grandes, la franqueza que mostraban sus obras, evidenciando ciertas problemáticas sociales, en las que también hablaba abiertamente de temas que atentaban contra la moral de su tiempo, como el erotismo, el sexo o el adulterio, e incluso el suicidio o la muerte, terminarían por costarle algún que otro disgusto, pese a las medidas astutas que tomaba, situando las tramas de sus textos en lugares apartados de Viena, para que la sociedad de la capital del Imperio no se sintiera aludida. 

Cubierta 1ª edición El teniente Gustl (Wikipedia)

El escándalo no pudo evitarse de ningún modo, cuando publicó en 1900 El teniente Gustl, una de sus obras más aclamadas, que le costaría a Schnitzler ser despojado del rango de oficial médico superior en la reserva del ejército, una posición que ostentaba desde que hizo el servicio militar. El escritor se había atrevido en su relato a ridiculizar al ejército austrohúngaro, al que adjudicaba además acentuados sentimientos antisemitas entre sus oficiales. Con todo y con ello, El teniente Gustl ha pasado a la historia por su calidad literaria, y por ser la primera obra en lengua alemana en la que se emplea el monólogo interior. 

No sería el último ejemplo al respecto, ya que durante la última etapa de su vida, que estuvo marcada por las desgracias personales, y por la relación que le unió a Sigmund Freud, quien se declaró un gran admirador de Schnitzler, y con el que compartió correspondencia hasta el final de sus días, quiso seguir explorando esta misma técnica estilística. Y el mejor ejemplo lo tenemos en La señorita Else, la obra protagonista de la reseña de hoy.

La señorita Else narra la historia de una joven que está disfrutando de unas vacaciones junto a unos familiares en la localidad alpina de San Martino di Castrozza. Una tarde, tras finalizar un partido de tenis disputado contra su primo y la amante de éste, la joven recibe una carta alarmante de su madre, que la pone al corriente de la situación desesperada en que se encuentra la familia. En la misiva la insta a pedir ayuda económica al señor Dorsday, un conocido de su padre que reside en el mismo balneario que Else. La muchacha duda al respecto, pero termina claudicando ante la vehemente presión familiar. Sin embargo, el auxilio que le ofrece el caballero tiene un alto coste. ¿Obedecerá Else a su instinto, o cederá ante la necesidad?

Logo de la Ed. Paul Zsolnay Verlag (Wikipedia)

La señorita Else es una trepidante novela corta en forma de monólogo que fue publicada originalmente en 1924, por la editorial austriaca Paul Zsolnay Verlag, una de las más exitosas empresas del sector durante el periodo entreguerras, cuyo propietario estuvo sujeto a las restricciones nazis antijudías, después de haber sido anexionada Austria en 1938.

La misma suerte corrió La señorita Else, que gozó de mucha fama entre el público y admirada por eruditos y críticos. Sin embargo, con la llegada al poder de los nazis, el libro fue prohibido, junto con el resto de la producción de su autor.

Anécdotas aparte, La señorita Else es un relato apasionante, que responde a los motivos científicos e intelectuales que mencioné anteriormente, y que fueron la fuente de inspiración de la narrativa de su autor. Por otro lado, el relato goza de ese espíritu esteticista, característico del movimiento modernista vienés al que Arthur Schnitzler perteneció. De hecho, muchos pasajes de la obra emanan esa fascinante aura. Sírvase como ejemplo los momentos en que el autor pone en boca de sus personajes la palabra champagne para describir la atmósfera del lugar.

El antiguo Café Griensteidl, punto de reunión de los
miembros del grupo Joven Viena. (Wikipedia)

Sensual, oscuro y algo obsceno, tras el relato se esconde una dura crítica a la clase privilegiada vienesa de su tiempo. Tomando como protagonista a una jovencita prototipo, banal, mimada y educada para ser una auténtica socialité sin ocupación ni formación, Schnitzler analiza la decadencia de esta aburguesada élite social. 

En este convulso texto, el lector asiste fascinado ante el monólogo interno de su protagonista, una joven inmadura, algo narcisista, y, sobre todo, aburrida de su entorno y de su propia vida, que es sometida a una dura prueba moral, obligada por fuerzas de poder, tanto masculinas como monetarias. Y durante este proceso de análisis interno, que transcurre tan sólo durante unas horas, entre la tarde y noche de un día, el autor consigue acercarse con virtuosismo a muchas facetas de la psique humana y femenina. No en vano, Schnitzler destacó por dibujar característicos personajes de mujeres que, desde mi perspectiva, son el símil literario de las féminas pictóricas de su compatriota Gustav Klimt. Y, en este fascinante drama psicológico, retrata a la perfección los estados mentales irracionales y de pánico del que, en ocasiones, es víctima el individuo frente a situaciones límite de la vida, a través de la joven Else. 

Dama con abanico de G. Klimt ,1917 (Wikipedia)
El personaje de Else es muy complejo, como también lo es su vida interior. En ella se confunden los sueños de adolescencia con una incipiente sexualidad. Sin embargo, el estilo narrativo que utiliza Arthur Schnitzler no resulta pueril ni soez, la voz que otorga a su joven heroína es refinada, elegante, y está dotada de una gran sensibilidad.

Con todo y con ello, el ritmo narrativo también forma parte del éxito de esta palpitante narración. Febril, desesperada, la lucha interna que mantiene Else en sus cavilaciones va in crescendo poco a poco, se intensifica cada vez más, y es tan sólo interrumpida brevemente por la intervención de algún personaje, del que se sirve el autor para evidenciar más el precario estado mental que padece en ese instante la protagonista. El final es tan espectacular que, desde mi punto de vista, deja sin respiración al lector. 

La señorita Else ha sido catalogada como una de las mejores obras de su autor, por la profundidad psicológica que posee y por su potencia narrativa. De hecho, es notoria su influencia en obras y autores posteriores, sirviendo de ejemplo Mejillones para cenar de la alemana Birgit Vanderbeke 👈(1990), también en la colección Pequeños Placeres de Ediciones Invisibles.

Como nota curiosa para terminar, debo añadir que este relato comparte ciertos paralelismos con un caso referido por Sigmund Freud en sus Estudios sobre la histeria, publicados en 1895. Sin embargo, desde mi perspectiva, este dato no disminuye en absoluto el valor estético, literario y moral de esta soberbia nouvelle, que tanto sorprendió en su tiempo y sigue haciendo mella en la actualidad.


<La dignidad del hombre requiere que obre según su libre elección, sin ninguna coacción externa.> Pablo VI (1897-1978)


Undine von Reinecke


El autor por la Editorial

Arthur Schnitzler, 1912 (Fuente: Wikipedia)

Arthur Schnitzler

(Viena, 1862-1931)

Es uno de los escritores más influyentes del cambio de siglo. De padre húngaro y madre austríaca, ambos de origen judío, estudió medicina en Viena y se especializó en neurología. Fue muy admirado por Freud, quien veía en él a un doble literario. Sus obras —muy a menudo objeto de polémica— manifiestan un gran interés por la psicología, el erotismo y la fractura social, en el epicentro cultural de la Viena más refinada. La señorita Else, publicada en 1924, tuvo un gran éxito, pero fue prohibida en 1933 a raíz del ascenso del partido nazi y de la aplicación de las leyes contra los judíos.


Comentarios

  1. Buenos días Undine, desgraciadamente la quema de libros es un recurso fácil de los regímenes totalitarios para intentar poner freno a todos aquellos intelectuales que se oponían a sus designios, no sé daban cuenta de que al final no servía de nada, porque las ideas son libres y de una forma u otra acaban transmitiéndose. En cuanto a La señorita Else y su autor , o cierto es que no los conocía, pero me lo llevo apuntado, este año me estrene con Ediciones Invisibles y precisamente Mejillones para cenar, que me gustó muchísimo, y que por lo que cuentas presenta influencias de esta novela. Un abrazo.

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    1. Buenas tardes, Mar.

      Estoy tan segura que a ti esta nouvelle no sólo te gustará, sino que te sorprenderá gratamente, que te la recomiendo sin ningún tipo de dudas. Ya me contarás.

      Un abrazo, y gracias por la visita!!

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  2. Buenos días, Undine:
    Me lo quedo. Esta colección la verdad es que es para llevársela entera. Cuando la veo en las librerías apetece coger la caja tal cual está con todo.
    Me gusta mucho todo lo que cuentas de La.señorita Else, ya sabes que los buenos personajes son mi debilidad incluso por delante de la trama.
    Lo peor de todo es que parece que retrocedemos de nuevo a esa situación. No quemando libros pero sí con las cazas de brujas sociales que buscan destruir a los que quieren cuestionar o piensan diferente a los mandatos de hoy en día encabezados poe auténticos cretinos ignorantes.
    Pero volviendo al libro y su autor, me alegro que esta colección recupere títulos así.
    Besos

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    1. Buenas tardes, Norah.

      Estoy de acuerdo contigo, esta colección es una joya. Por eso he reseñado casi todos los títulos que la componen. En este caso ya conocía la obra, pero me parece tan especial que quise publicar mis impresiones sobre ella. Debo mencionar que la traducción me parece especialmente buena, porque comparándola que mi ejemplar de otra editorial, la de Pequeños Placeres hace brillar el sentido del texto.

      Sobre el otro tema que comentas, también estoy de acuerdo contigo. El mundo retrocede sin freno. Desde nuestro pequeño sitio en el mundo, debemos colaborar para que no se pierdan los logros que otros consiguieron para la humanidad.

      Un beso, y gracias por leerme!!

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  3. Fue una suerte que el autor no llegara a ver lo que el futuro le hubiera reservado. Freud vio algo más que él, pero tampoco lo más terrible. La humanidad no había avanzado nada. Empezaron a quemar libros en 1933 y terminaron gaseando y quemando seres humanos unos años después.
    Me gustan las novelas que utilizan el monólogo como técnica literaria. Veo que el autor lo usa no solo en La señorita Else. También me gusta mucho la época de entreguerras por loq ue apunto novela y autor.
    Un beso.

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    1. Buenas tardes, Rosa.

      El periodo de entreguerras es apasionante y al mismo tiempo aterrador. Me gusta leer la narrativa de aquellos días porque aprendo muchísimo con ella. Sé que a ti te ocurre igual, por ello te recomiendo La señorita Else sin dudarlo.

      Un abrazo, y gracias por leerme y comentar!!

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  4. Hola Undine, pues no lo conocía y me ha gustado todo lo que cuentas. Lo apunto para ocasiones posteriores.
    Un besazo

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    1. Buenas tardes, Nitocris.

      Ya me contarás si te decides a leerla, y si te gusta lo que te muestra.

      Un abrazo!!

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  5. ¡Hola! Siento mucha curiosidad por saber si la protagonista llega a pagar ese precio tan alto o no. Una pena que haya sido uno de esos libros prohibidos. A mí me encantaría darle una oportunidad. Un besote :)

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    1. Buenos días, Marya.

      Ni te imaginas lo que ocurre con la protagonista de La señorita Else. Ese final es apoteósico. Cuéntame si finalmente te decides a leerla y que impresiones te causa.

      Un abrazo, y gracias por la visita!!

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  6. Me gusta lo que cuentas, la leo en breve y me has aumentado mucho las ganas de hacerlo. Especialmente me quedo con cómo has valorado la voz de la protagonista, algo que creo que también me va a agradar a mí... A ver qué me parece cuando lo lea. Los pequeños placeres de esta editorial no me han decepcionado de momento. No creo que este lo haga.
    Un abrazo, Undine.

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    1. Buenas tardes, Rocío.

      Como la reseñarás pronto, estaré muy atenta a tus impresiones. Me encantará que tengamos un intercambio de opinión.

      Un abrazo, y mil gracias por leeerme!!

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  7. Otra novela que no conocía y que me dejas ganas de leer. La verdad es que esta editorial está sacando verdaderas joyitas literarias.
    Besotes!!!

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    1. Buenas tardes, Margari.

      Sí, Ediciones Invisibles está eligiendo muy bien. Si mi memoria no me falla, la próxima obra pertenece a Irene Nemirovsky. Todo un lujo también. No te pierdas La señorita Else, porque sé que te va a fascinar.

      Un beso, y feliz finde!!

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  8. Hola, Undine. Lo primero que llamó mi atención. Parece una edición preciosa. No conocía la editorial o no me suena de haberla visto antes. Le echaré un ojo al catálogo. En cuanto a la novela en sí, la sinopsis ya me había dejado con ganas de leer. La situación que plantea abre mi apetito lector pero, luego, y como siempre, las ganas aumentan al leerte. En fin, yo no tengo mucho tiempo para leer más de lo que ya leo pero a esta sí me gustaría hacerle hueco. Besos

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