RESEÑA: MADAME DE TREYMES, EDITH WHARTON
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Fuente: Undine von Reinecke |
Ficha Técnica
Editorial: Ediciones Invisibles
Traductor/traductora: Carlos Mayor
Colección: Pequeños placeres
Número de la colección: 37
Número de edición: 1ª
Fecha de publicación: junio de 2025
ISBN: 9788412983722
Formato: 11,5 x 18 cm
Páginas: 136
Encuadernación: rústica con solapas
PVP: 15.00 €
Sinopsis de la Editorial
Un elegante caballero neoyorquino llamado John Durham llega a París con la intención de pedir en matrimonio a su amiga de la infancia Fanny Frisbee, que ahora es ya toda una mujer acostumbrada a la sofisticación del Viejo Continente. Aunque ambos están muy enamorados, su plan se enfrenta a un grave impedimento: Fanny está separada (pero no divorciada) del marqués de Malrive, un aristócrata disoluto que se niega a concederle el divorcio para evitar el escándalo, y que incluso está dispuesto a retirarle la custodia del hijo de ambos. Durham, resolutivo y directo, pide ayuda a la cuñada de Fanny, la enigmática Madame de Treymes, que se muestra dispuesta a interceder por ellos, pero a su manera.
Propuesta musical para este libro
*Crédito del vídeo: Canal de YouTube Arturo Benedetti Michelangeli - Tema
℗ 1971 Deutsche Grammophon GmbH, Berlin
El tema que el lector está escuchando es Cloches à travers les feuilles, una pieza pianística compuesta por Claude Debussy en 1907. De hecho, Cloches à travers les feuilles es el primer movimiento del tríptico Images-Serie 2, y a éste le siguen Et la lune descend sur le temple qui fut y Poissons d'or. Las tres piezas están dedicadas respectivamente al escultor Alexandre Charpentier (1856-1909), al musicólogo Louis Laloy (1874-1944) y al pianista español Ricardo Viñes (1875-1943). Images 2 fue publicada en 1908 y su duración total viene a ser en torno a los catorce minutos.
Con respecto a Cloches à travers les feuilles, al parecer, según la opinión del antes mencionado Louis Laloy, estaría inspirada en una antigua costumbre de los campos del departamento del Jura francés. Y el tema aludiría a la campana que se hace tañer las vísperas de Todos los Santos hasta la misa del Día de Difuntos, atravesando con su sonido cada población y los bosques otoñales amarillentos en el silencio de la tarde.
He elegido Cloches à travers les feuilles de Claude Debussy, porque la pieza fue escrita en 1907, el mismo año que la nouvelle Madame de Treymes. Por otro lado, Claude Debussy era francés y, posiblemente, coincidió en más de una velada con Edith Wharton, ya que la novelista residía en París por aquellas fechas, y ambos creativos participaban de la vida intelectual parisina.
Lo que Undine opina del libro
<El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás.> François de La Rochefoucauld (1613-1680)
Decía la escritora e intelectual francesa Simone de Beauvoir (1908-1986), que la familia es un nido de perversiones, una sentencia que, a priori, puede parecer fría y excesiva según las creencias de nuestra sociedad. Sin embargo, si nos paramos a reflexionar, puede que encontremos en estas palabras un fondo de cáustica verdad. Sólo hay que sondear el panorama mediático, para comprobar cómo algunos clanes famosos disfrazan o esconden las acciones deshonrosas de alguno de sus miembros en pos de un supuesto beneficio familiar. Y refugiándose tras la recurrente coletilla noblesse oblige, justifican y asumen sibilinamente cualquier tipo de conducta vil o depravación que la opinión pública podría castigar.
Madame de Treymes comienza así:
<En la puerta del hotel, mientras esperaba a que madame de Malrive se pusiera los guantes, John Durham contempló la luz esplendorosa de la tarde en los jardines de las Tullerías, al otro lado de la rue de Rivoli.>
John Durham es un neoyorquino que ha viajado a París junto a su madre y hermanas para disfrutar de unas largas vacaciones en Europa. Elegante y hombre de éxito, sus negocios le han tenido tan ocupado en el pasado, que a sus cuarenta años aún se mantiene soltero. Sin embargo, parece que eso puede cambiar, porque en su vida ha vuelto a entrar un antiguo amor de juventud. Se trata de Fanny Frisbee, una conocida beldad del viejo Nueva York, con quién desea unirse en matrimonio. Empero, existe un grave impedimento, Fanny está en manos del marqués de Malrive, un hombre licencioso y depravado, con el que se casó años atrás y con el que ha tenido un hijo, y éste se niega a concederle el divorcio. Él pertenece a un antiguo apellido francés, devoto de la fe católica, y debido a sus creencias y a su elevada posición social, el clan no contempla en absoluto la disolución del enlace, y mucho menos ceder la potestad sobre el vástago de la pareja, que es el heredero del apellido.
Así las cosas, John, que es un caballero al viejo estilo, decide tomar cartas en el asunto. Su idea es entrevistarse con algún miembro de los Malrive y, si es posible, encontrar un aliado que medie por los intereses de su enamorada. Su cruzada le lleva a tratar con madame de Treymes, una célebre societé parisina, hermana del marqués de Malrive, que posee una enigmática fama y luce una interesante personalidad. ¿Qué ocurrirá entre John Durham y madame de Treymes?
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1ª Ed. Charles Scribner's Sons (Nueva York, 1907) Fuente: abebooks.com |
Me explico, las dos obras parten del mismo principio argumental: un caballero americano adinerado que llega a París con la intención de contraer matrimonio con una dama, y se encuentra con la oposición de la vieja nobleza europea. Grosso modo, ese es el vínculo entre ambas historias, con algún otro punto en común que por motivos de spoiler no puedo comentar. El posterior desarrollo de cada obra es diferente y personal, aunque también es cierto que ambas historias ahondan en las siempre complejas relaciones entre europeos y norteamericanos, entrando en conflicto sus respectivas costumbres, algo recurrente en la narrativa de ambos autores. Si mis lectores recuerdan, meses atrás hablé sobre este tema en la reseña sobre Pandora de Henry James👈.
Algunas semanas antes había publicado una crítica dedicada a la novela de Edith titulada El día de Año Nuevo 👈, donde explicaba también la amistad que unía a Wharton con su colega y compatriota, quien fue su guía y mentor intelectual. La relación fue tan estrecha, que James incluso actuó como carabina en el affaire que su protegida mantuvo con el periodista y gigoló William Morton Fullerton, al que luego me referiré.
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William Morton Fullerton, amante de Wharton Fuente: Wikipedia |
Sea así o no, este último punto me lleva a comentar la curiosa y fascinante ambientación de Madame de Treymes, ya que Edith Wharton escribió esta historia en 1907, el año en que llegó a París con la idea de poder liberarse emocionalmente de Teddy, su inestable e infiel marido. París era una ciudad interesante desde el punto de vista intelectual y allí podía encontrar la atmósfera apropiada para inspirarse y escribir. Así lo hizo, motivada por el recién obtenido reconocimiento literario y por sus contactos sociales, una élite que había vivido sus glorias durante la Belle Epoque y que poco a poco se iba desvaneciendo en favor de los intereses de los nuevos tiempos.
Como decía, Wharton y su esposo se establecieron temporalmente en el Hôtel de Montalivet, sito en el número 58 de la Rue de Varenne, y tras varias estancias posteriores en diferentes edificios señoriales, la escritora fijó su residencia en el número 53 de la calle antes citada (la autora vivió allí hasta 1920), en pleno distrito histórico de Faubourg Saint-Germain. Este lugar había sido durante muchos siglos el predilecto de la alta nobleza francesa para crear su hogar y, en el momento en que la autora lo conoció, aún se movía por códigos de etiqueta profundamente enraizados entre sus habitantes. Por otro lado, en uno de aquellos hogares del Faubourg, concretamente en el salón de la condesa Rosa de Fitz-James, ubicado en el número 142 de la rue de Grenelle, fue donde Edith conoció ese mismo año al que llegaría a ser su amante, el antes mencionado Fullerton Morton. La autora no sólo conocía a fondo lo que se "cocía" en esas mansiones elegantes, sino que también era juez y parte en los asuntos del Faubourg.
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Cartas a Morton Fullerton (1907-1931), Editorial Grijalbo, Barcelona, 1993 Fuente: Iberlibro |
Y es justo en este elegante distrito parisino donde Wharton situó el hogar de los Malrive, la casa señorial en que suceden algunos de los momentos más interesantes de Madame de Treymes. Es más, la importancia de este emplazamiento es tal dentro del relato, que podría decirse que el espíritu del Faubourg es una figura protagonista dentro del cuadro que dibujó la novelista.
Si tenemos presente que puede apelarse a Madame de Treymes como un cuento eminentemente de personajes, este elegante barrio de París adquiere un significado mayor dentro de la situación que Wharton deseaba analizar. ¿Por qué leyes se movía la alta sociedad parisina de los albores del siglo XX?
Refiriéndome, pues, al motivo principal que subyace y sobrevuela de principio a fin en esta historia, debo apelar al llamado Código Napoleónico, también llamado Code Civil des Français, que fue creado en 1804, en tiempos del famoso emperador, y aún se encuentra en vigor con muchas e importantes reformas. Sin embargo, en el momento en que Wharton sitúa su historia, las leyes que regían en Francia protegían vehementemente la institución familiar, y lo hacían concentrando las riquezas y los bienes heredados en la unidad del clan, en vez de distribuirlas entre los individuos que formaban parte de éste.
Y es en esta circunstancia dónde encontramos el fascinante motivo que da pie al mercenario y peliagudo principio argumental de Madame de Treymes: una joven y bella norteamericana, atrapada en un matrimonio infeliz, que no puede escapar del yugo a que la somete su perversa familia política, temerosos de que sus bienes se dispersen a causa de la separación legal. Evidentemente, este miedo puede considerarse justificado, porque el divorcio sería resuelto a favor de la dama, debido a la conocida depravación de su esposo, con el resultado de la dispersión del patrimonio de los Malrive a través del hijo de la pareja, ya que éste, en un principio, quedaría en manos de su madre…
Es en este punto dónde entra en acción madame de Treymes, hermana del vil marqués de Malrive y verdadera protagonista de la historia. Ella, junto al norteamericano John Durham, pretendiente y caballero andante de la dama agraviada, mantendrán un duro, implacable y brillante ten con ten, que tiene como motivo liberar a la madame de Malrive sin que ésta salga perjudicada en el divorcio.
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Edición en inglés obras completas de Wharto Editorial Wisehouse Classics, 2020 (Fuente: Amazon) |
Malvada o sufrida mártir de la sociedad, lo cierto es que madame de Treymes es un personaje complejo y carismático que nada tendría que envidiar a las protagonistas whartonianas de grandes novelas como La Edad de la inocencia (Premio Pulitzer 1920) o Las costumbres nacionales (1913), si Madame de Treymes fuera una obra de largo recorrido en vez de una nouvelle.
Con todo y con ello, pese a las poco más de ciento veinte páginas que ocupa el libro, esta obra hace honor al magistral ingenio de Edith Wharton, a su admirable capacidad de observación, y a su elegancia narrativa, algo que se ve reflejado en los magníficos escenarios que describe, entre los que destacan los jardines de las Tullerías, o la mansión de los Malrive, refugio y bastión de los decadentes ideales europeos.
Es más, Edith Wharton utilizó esta historia para comparar la conducta honesta y un tanto ingenua que caracterizaba a los expatriados norteamericanos que visitaban o vivían en Francia, propiciada por las libertades que les aseguraba su joven y democrática nación, frente a las acciones sibilinas de los apellidos nobles del Viejo Mundo, que justificaban sus manipulaciones en tradiciones arraigadas y un tanto esnobs. Evidentemente, los valores del Nuevo Mundo los defiende John Durham, quien se enfrenta con gallardía e integridad a una estirpe desalmada, que pone por delante los intereses económicos a las debilidades del corazón.
Breve, seductora y, desde mi perspectiva, ciertamente sensual, la historia posee un final un tanto ambiguo, que a más de un lector le hará reflexionar. Y todo envuelto en una nebulosa de matices atmosféricos góticos que provocan tensión y emoción.
Hasta aquí llegan mis impresiones sobre Madame de Treymes, otra obra whartoniana que explora caústica y sutilmente la complejidad de las relaciones humanas, poniendo en el ring la institución del matrimonio y el amor frente a las expectativas sociales del individuo. Sin duda, una pieza interesante para seguir conociendo y gozando de la apasionante e incisiva narrativa de Edith Wharton.
<A veces en lo oscuro, en lo complicado, se toca la verdad.> Carmen Martín Gaite (1925-2000)
Undine von Reinecke ♪
La autora por la Editorial
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Edith Wharton, Edward Harrison Mayo (1881) Fuente: Wikipedia |
(Nueva York, 1862 - Saint-Brice-sous-Forêt, Francia, 1937)
Nació en el seno de una familia acomodada. Se casó con un aristócrata doce años mayor que ella, del que acabó divorciándose. Fue una mujer muy independiente para su época, viajó sola por toda Europa y realizó largas estancias en París. Fue la primera en ganar un Pulitzer, que obtuvo por La edad de la inocencia. Tanto El día de Año Nuevo como La solterona forman parte del volumen «The Old New York», donde retrata las costumbres de la alta sociedad en la época dorada de la ciudad, en la que las apariencias eran sumamente importantes.
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