DIARIO DE UNA LECTORA DE TOLSTÓI: EL CAMINO DE LA VIDA CON TOLSTÓI Y SELMA ANCIRA




Fuente: Undine von Reinecke

Sinopsis de la editorial

El camino de la vida sólo vio la luz en ruso en 1911, unos meses después de que Lev Tolstói falleciera en la estación ferroviaria de Astápovo. El libro, que había permanecido inédito en español, como un tesoro escondido, es la culminación de la obra moral del escritor y la expresión más completa de su pensamiento religioso: un destilado de máximas legadas por los sabios de todos los tiempos y de todas las tradiciones del mundo que le inspiraron sus propias reglas para el perfeccionamiento interior. Cada uno de los treinta y un capítulos que integran este volumen—uno por cada día del mes—conforman un singularísimo breviario espiritual destinado a «llevar una vida de bien» y contribuir así a la realización de una aspiración tan antigua como irrenunciable: la convivencia pacífica entre los individuos y los pueblos.

12 de enero de 2020

No hay mundo donde se dé más la soberbia que aquel en el que el ego personal se alimente del éxito. Eso ocurre en todas las profesiones en las cuales la creatividad y el duende personal están premiados: La música, la pintura, el baile, el arte en general. Cuando estudiaba la carrera tenía dos compañeros muy brillantes. Ambos grandes diseñadores en potencia  cuyos proyectos eran de una calidad exquisita. Pero sólo uno era admirado; su humildad y generosidad con todos los compañeros hacían imposible que alguien no le quisiera. Pese a todo, los elogios y los galardones se los llevaba mi otro compañero; un individuo que jamás mostró un trabajo a un colega mientras lo estaba diseñando, y que no ofrecía ayuda alguna a quien la pudiera necesitar. No tenía amigos en la escuela, pero la generalidad de los estudiantes le profesaba servilismo, eclipsando el brillo absoluto de aquel otro compañero a quien todos debíamos tanto.



Capítulo XII. La Soberbia


<Suele ser difícil liberarse de los pecados, sobre todo porque las tentaciones los respaldan. Una de esas tentaciones es la soberbia.>

<La soberbia es repugnante porque la gente se enorgullece de lo que debe avergonzarse: la riqueza, la gloria, los honores.>

Cuando comenzaba a leer este capítulo me plantee lo mucho que la soberbia va unida a otro de los pecados capitales, el orgullo. Estos dos sentimientos, que podrían tener matices distintos, habitualmente se dan en las personas que sufren de  uno ellos; estos individuos tienen una opinión tan alta de sí mismos, que su orgullo les impide ser generosos y habitualmente ejercen la tiranía ante quienes se sienten inferiores. Hoy ha sido muy reconfortante para mí comprobar que el maestro Tolstói y yo pensamos similar en este tema; aunque como era de esperar, él lo conduce de manera incisiva hacia el terreno que más le interesa: La igualdad entre los seres humanos.

<Llaman a la gente: “su excelencia”, “su majestad”, “su alteza”, “muy señor mío”, “monseñor”…cuando sólo hay un título que conviene a todos y que no ofende a nadie: hermano, hermana. (…)>

*Anoto afrenta al zar y la Iglesia

<Es estúpido que la gente se enorgullezca de su cara, de su cuerpo, pero es más estúpido todavía que se enorgullezca de sus padres, de sus antepasados, de sus amigos, de su clase social o de su pueblo. Buena parte del mal en el mundo proviene de este estúpido orgullo. De ahí vienen también las disputas entre personas, entre familias, y las guerras entre los pueblos.>

De sus palabras se traduce ese gran interés por parte de Tolstoi que ha llegado hasta nosotros, y  que lo eleva como un gran pacifista que buscaba la comunión entre los pueblos. Y dejan además entrever sus pensamientos a cerca de la nobleza y el zar, aleccionando a todas las personas supuestamente “superiores”:

<Si usted es más fuerte, más rico, más instruido que los otros, intente servir a la gente con aquello que usted tiene de más que ellos. (…) Pero no es así como piensa la gente soberbia. Ellos piensan que si tienen lo que otros no tienen, en vez de compartir, su deber es alardear frente a ellos.>

Por otro lado, me ha divertido mucho leer cómo valora el carácter de los sujetos soberbios:

<Las personas soberbias se consideran mejores y por encima de otras personas. Pero otras personas soberbias no las consideran a ellas mejores. A los soberbios esto no los incomoda, y están completamente seguros de que todo aquel que cree estar por encima de ellos, está equivocado y que sólo ellos tienen razón.>

<Resulta entretenido ver a dos personas soberbias cuando se reúnen y cada una de ellas siente que está por encima del resto de los habitantes del planeta. Verlo de fuera resulta entretenido, pero para esas dos personas no lo es: se odian mutuamente y por lo mismo se atormentan.>

Mucho más  interesante es cuando trata temas universales como el orgullo nacionalel imperialismo y la supremacía:

< (…) Considerar a nuestro pueblo como el mejor es lo más estúpido que pueda haber. Y, sin embargo, esto no sólo no se considera malo sino que se considera una gran virtud.>

<Las personas soberbias, no contentas con considerarse a sí mismas superiores a las demás, consideran superior también a su pueblo: el alemán al alemán, el ruso al ruso, el polaco al polaco, el judío al pueblo hebreo. Y, si la soberbia individual es dañina, el orgullo nacional es infinitamente más nocivo. Por su causa han muerto y mueren millones y millones de personas.>

Tras leer estas palabras es inevitable recordar tantos y tantos genocidios y guerras que se han dado a la largo de la historia, pero a mi memoria viene también una vez más el Pierre Bezukhov de Guerra y paz.

El capítulo resulta algo reiterativo, pues desde el comienzo queda clara la postura de Tolstói frente al tema. Pero también, repite una vez más, la convicción que mantiene durante todo El camino de la vida: la  prioridad de dedicación a la vida espiritual frente a la terrenal:

<Un hombre no debe ensalzarse frente a los otros. Y no debe porque lo más valioso que hay en el ser humano es el alma, y el valor del alma humana no lo conoce nadie más que Dios.>

Realmente ha sido un capítulo reconfortante, y no sólo porque no haya entrado en discrepancia con el maestro  sino, porque por primera vez he sentido por parte de Tolstói la empatía hacia el individuo en particular y no sólo hacia la masa que impera. Algo que para mí es importante, y que me remite a la introducción de esta entrada en el diario:

<La soberbia no es en absoluto lo mismo que la conciencia de la dignidad humana. La soberbia aumenta con los falsos honores y las falsas alabanzas de la gente. La conciencia de la dignidad humana, por el contrario, aumenta con las humillaciones falsas y las condenas de la gente.>


Hasta la próxima entrada, amigos.


Undine von Reinecke ♪



Comentarios

  1. Te voy a contar una cosa. La primera vez que gané un certamen literario fue en 1° de BUP, mi profesor de lengua presentó un trabajo mío sin decir nada, y va y gana. La sorpresa fue mayúscula, todo el mundo quería que lo leyera en alto, iba pasando de clase en clase y cada vez gustaba más. Todo el mundo me felicitaba, y yo en las nubes. Fue tal el subidón que los trabajos ajenos me parecían malos, y cuando ante un nuevo certamen el profesor eligió otro relato en lugar de uno nuevo mío, me cabreé muchísimo ¡Era malo malísimo! No entendía porqué lo habían elegido.
    Cuando el relato no fue premiado no solo me lo esperaba, sino que me alegré muchísimo, y se lo dije a la cara a mí compañero "perdedor" el cual reconoció que el mío era mejor. Mi profesor me dijo: cuando aprendas a ser humilde y aceptar una derrota, volveré a presentar un trabajo tuyo.
    Me costó llegar a 3° de BUP para que un relato mío fuera de nuevo presentado a concurso...y no quedé ni finalista...

    La soberbia es uno de los defectos más aborrecibles que existen, que enturbia la mente y te oscurece el corazón.

    Magnífico Undine, magnífico 👏👏👏
    Besitos 💋💋💋

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    1. Querida Yolanda:
      creo que todos podríamos contar algún ejemplo similar al que has compartido tú. Los triunfos se nos suben a la cabeza y cuesta aceptar que no siempre somos el centro de atención. Tampo es tan terrible, si el individuo hace examende conciencia y consigue colocarse en el lugar que le corresponde. Tú eras muy joven, y si a los diecisiete años habías lo superado, creo que fuiste más precoz que muchos de nosotros. A mí me tocó algunos años más darme cuenta de ello.
      La soberbia no es sentirnos estupendos en un momento dados, sino no superar ese sentimiento. Y mejor guardar distancia con los sujetos que son soberbios por naturaleza, porque su ira es terrible.
      ¡Muchísimas gracias por leerme, pero te agradezco mucho más cómo enriqueces cada entrada del diario!
      Un beso grande, y todo mi cariño!!

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  2. La soberbia suele tener otra secuela, la vanidad. La primera es un engreimiento de alguien que se considera superior a los demás. Un soberbio para mí es un pobre diablo. Pero si encuentra un caldo de cultivo donde cunda, donde sea reconocido, donde desarrolle artimañas de imposición se convierte en un individuo peligroso. Puede ser un escalista laboral que a base de codazos desplaza a otros, puede ser un líder de gente mezquina...y ya se sabe esta última figura genera dictadores. La vanidad sería un paso de exhibición. Tanto el soberbio como el vanidosos o la mezcla de ambos hacen gala de una presuntuosidad que igual puede ser un arma para sus discutibles ascensos como la dinamita de su propia caída. Son interesantes las reflexiones que hace Tolstoi, no tanto las conclusiones tradicionales marcadas por un aferramiento a la doctrina (el alma no la conoce más que Dios) como aquellas otras que extrapola tras analizar u observar las conductas de los individuos. Temo estar hablando por hablar, opinar en base a párrafos que extraes o sacas de contexto me pueden inducir a error. Si me decidiera a leer este libro...

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  3. Por fin nos encontramos con el Tolstói que a mí me gusta y a ti te enamora. Tiene toda la razón con la soberbia y comparto plenamente lo de observar y ver lo ridículos que son los soberbios. En el ejemplo que pones se refleja perfectamente lo que ocurre. En mi trabajo hay algo parecido, casualmente, la persona que más sabe y que mejor trabaja es la que pasa más desapercibida porque además va a lo suyo. No necesita que le cuelguen ni colgarse medallas.
    Creo que detrás de la soberbia a veces también hay mucha inseguridad. Ahí entra también el grupo del que hablas, los artistas. También supongo que si estás todo el día oyendo lo estupendo que eres y lo guay y lo bien que lo haces, algo te tienes que acabar creyendo. El quid de la cuestión es mantener los pies en el suelo. La soberbia es muy peligrosa porque además es efectiva.
    Buenas noches y felices sueños.

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    1. Buenas tardes, norah:
      La verdad es que a estas alturas de la vida ya no me importa cuales son los motivos para que alguien sea soberbio (Tolstói me censuraría), lo que me gusta es la armonía y que las personas no se sientan empujadas a hacer la pelota a estas personas.
      Es un sentimiento que hace daño tanto al soberbio como al que convive con él.
      Un beso grande, y muchas gracias por otra jornada a mi lado!!

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  4. Hola.
    En esta ocasión si que estoy más de acuerdo con Tolstoi, salvo en la parte que comenta que es estúpido estar orgulloso de los padres y tus antepasados. Personalmente estoy muy orgullosa de los padres y la familia que tengo y eso no me hace ser una déspota o soberbia.
    Un saludo.

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    1. Buenas tardes:
      Yo creo que cuando habla de orgullo de familia se refiere especialmente a "las grandes familias", ala aristocracia. Pero en general, sí, él censura todo tipo de satisfacción personal de orgullo. Yo tampoco veo eso del todo correcto.
      Un abrazo!!

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    1. Buenas tardes.
      Eso les ha pasado a todos los grandes.
      Un saludo!!

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  6. Mira que es un libro que de primeras no me hubiera acercado, pero me estás dejando con tu lectura con unas ganas!
    Besotes!!!

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    1. Buenas tardes, Margari:
      Este libro lo puedes leer en cualquier momento de tu vida, y cogerlo a ratos muertos si tienes ganas de hacer alguna consulta. Si algún día te animas, no dejes de contármelo.
      Un abrazo, y mil gracias por pasar a leerme y comentar!!

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  7. La soberbia es uno de los pecados más feos ya que no sólo ofrece una visión distorsionada de uno mismo sino también de los demás
    Besos

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    1. ¡Totalmente de acuerdo! Además, suele causar mucho daño.
      Un abrazo, y gracias por acompañarme este tramo de El camino de la vida!!

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  8. Ayyy la soberbia qué daño causa, para el que lo es como para los que le tienen que aguantar. No sé si has leído el cuento El viento en los sauces de Kenneth Grahaam, pues en ese cuento hay un personaje que sirve para explicar lo que es la soberbia. Desde que lo leí me hablan de soberbia y pienso en ese personaje y en otra persona cercana...
    De este capítulo me quedo con su idea de como la soberbia institucional, de las naciones, de los pueblos, hace tanto mal. U
    Un abrazo

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    1. No he leído El viento en los sauces, pero ya está apuntado.
      La soberbia es muy dañina, venga de donde venga. Nosotros estamos siendo víctimas de ello en estos momentos, lamentablemente. Esperemos que quienes están encargados de regir nuestras vidas recapaciten y busquen consenso y armonía.
      Un abrazo!!

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