DIARIO DE UNA LECTORA DE TOLSTÓI: EL CAMINO DE LA VIDA CON TOLSTÓI Y SELMA ANCIRA
Sinopsis de la editorialEl camino de la vida sólo vio la luz en ruso en 1911, unos meses después de que Lev Tolstói falleciera en la estación ferroviaria de Astápovo. El libro, que había permanecido inédito en español, como un tesoro escondido, es la culminación de la obra moral del escritor y la expresión más completa de su pensamiento religioso: un destilado de máximas legadas por los sabios de todos los tiempos y de todas las tradiciones del mundo que le inspiraron sus propias reglas para el perfeccionamiento interior. Cada uno de los treinta y un capítulos que integran este volumen—uno por cada día del mes—conforman un singularísimo breviario espiritual destinado a «llevar una vida de bien» y contribuir así a la realización de una aspiración tan antigua como irrenunciable: la convivencia pacífica entre los individuos y los pueblos.
9 de enero de 2020
Mi primer trabajo pude conseguirlo al poco tiempo de
terminar la carrera. Inicié mi vida laboral con mucha ilusión y un montón de
sueños bajo el brazo. Lamentablemente, España estaba inmersa en la crisis
económica que sobrevino tras la olimpiada y la Exposición Universal del 92. Eso
hizo que mis grandes sueños se escaparan muy deprisa. Uno de los sectores más
afectados por aquella recesión fue el mundo de la construcción; campo al que
pertenecía el estudio de diseño en el que yo trabajaba, y que se vio afectado considerablemente, reduciéndose el número de proyectos que se le encargaban. Recuerdo aquellos
meses de especial bajón en el trabajo como los días más tediosos de mi vida. La
falta de actividad en la jornada laboral la hacía larga y pesada. Aun así, y pese
a la ínfima calidad de las condiciones de mi trabajo, fui de las personas
privilegiadas que no lo perdieron. Eso no evitó, que cuando llegaba la noche y
tocaba dormir, el descanso no era placentero. Sentía que me faltaba algo.
Capítulo IX: La Holgazanería
<Es injusto aceptar de las personas más trabajo del que les das. Pero como no se puede sopesar si se da más o si se acepta más, y como en cualquier momento se puede perder la fuerza, o caer enfermo, y se tendrá que aceptar sin dar, mientras se tengan fuerzas, hay que intentar trabajar para las personas lo más que se pueda y aceptar de ellas el menor trabajo posible.>
Con este capítulo del libro he sentido gran empatía. Y
aunque algunos de los enfoques que da Tolstói al tema me quedan un
poco lejanos y no los comparto enteramente, en general estoy bastante de
acuerdo con su planteamiento del trabajo y lo saludable que es, si el individuo
es honesto.
Para empezar, plantea la labor del individuo y su recompensa como un
tema de justicia. Cree en la equidad del esfuerzo y la recompensa. Y para ello
utiliza las palabras del Apóstol Pablo:
<El que no quiere trabajar no come.>
Por otro lado, cree en el valor y el respeto al trabajo
realizado por los individuos:
<Cuando hagas uso de cualquier objeto que sea, recuerda que es obra del trabajo humano y que si desperdicias, destruyes o arruinas dicho objeto, estás desperdiciando el trabajo humano y, en ocasiones, la vida del hombre.>
¿No es gratificante que nos recuerden esto? Cuando visito
algún parque o espacio común de mi ciudad me entristece comprobar cómo los vándalos
han dejado huellas de su paso por ahí, sin tener en cuenta el esfuerzo de
quienes lo mantienen en buen estado, o de todos los ciudadanos que pagamos con
nuestros impuestos su cuidado.
Dos aspectos más que me han agradado de este capítulo tratan
temas universales. El primero versa sobre ricos y pobres, invitando a los
primeros a ocupar el lugar de los otros por unos días para conocer sus
verdaderas circunstancias. Un tema que Tolstói reflejó en sus novelas,
desarrollándolo sublimemente en Resurrección. Hasta que no sufrimos en nuestra
persona una circunstancia no podemos entender la consecuencia que se deriva de
ella y cómo solucionarla:
< (…) Sólo si ha vivido esta experiencia, comprenderá plenamente toda la falsedad de la vida de los ricos.>
El segundo de los temas que me han admirado, por parecerme peculiar en
un hombre de su tiempo y circunstancia, es la igualdad de los sexos. Mirad lo
que dice:
<La gente está acostumbrada a pensar que guisar, coser, cuidar a los niños, es una cuestión femenina y que es incluso vergonzoso para un hombre hacerlo. Y, sin embargo, lejos de ser así, lo vergonzoso para un hombre, con frecuencia ocioso, es desperdiciar su tiempo en tonterías o no hacer nada mientras la mujer, cansada, muchas veces débil y embarazada, está guisando, lavando y al cuidado de los niños.>
Estoy segura que muchos de sus lectores y seguidores de su
tiempo quedarían pasmados por estas palabras. Sin duda, un hombre en busca de
justicia para todos. Que lo consiguiera o no en su vida privada, eso es otro tema.
Investigaré sobre ello a no mucho tardar.
Es por todos sabido, ya lo hemos visto en capítulos
anteriores, que Tolstói aboga por una vida sencilla y frugal. Por eso no me
sorprende que condene la vida de los ricos, citando a su admirado Thoreau:
< ¡Qué terrible error pensar que las almas de los hombres pueden vivir una vida espiritual elevada mientras sus cuerpos permanecen en el lujo y la holgazanería! El cuerpo es siempre el primer alumno del alma.>
Afirma que la mayor satisfacción se encuentra en el
descanso merecido tras el esfuerzo del trabajo, concordando con Kant en ello.
Pero va más allá, eleva las labores del campo sobre todo lo demás, condenando
especialmente la especialización del trabajo en cadena:
<El trabajo manual, y sobre todo el trabajo agrícola, es útil no sólo para el cuerpo, sino para el alma. A las personas que no trabajan con sus manos, les cuesta comprender sanamente las cosas. (…)>
<Durante los últimos tiempos se dice mucho que una de las razones principales del éxito de las personas en la producción de las cosas es la división del trabajo. Se dice: división del trabajo; pero la expresión no es correcta. En nuestra sociedad no es el trabajo lo que está dividido, son las personas las que están divididas en partículas de personas, están rotas en trocitos, hechas migajas. (…)>
Sin duda alguna, el trabajo manual y artesanal imprime
dignidad al mismo y al individuo que lo ejecuta. No obstante, parece poco
plausible que en nuestra sociedad actual las cosas puedan ser de otro modo. Eso
sí, en mi opinión, deberíamos buscar la manera de invertir más en el campo;
origen y germen de nuestra vida.
Antes de abordar la recta final de la entrada
correspondiente al capítulo de hoy quiero hacer mención de una velada crítica
o alusión a la Iglesia. En un pequeño cuento que aparece, Tolstói invita al
hombre a dejarse de rezos y prestar más atención al trabajo. Critica el mundo
ascético de ciertos religiosos, que pasan la vida orando permitiendo que otros
trabajen para ellos. Menciono este apunte, porque llevo un listado de posibles
afrentas que dieran pie a la Iglesia Ortodoxa para excomulgar a Tolstói.
En todo lo dicho hasta este punto puedo sentir afinidad,
pero cuando cita a Emerson aludiendo a la clase dirigente proporcionando al
pueblo falsos dioses a seguir, entonces es cuando me digo, ¡cuánto me ha
gustado este capítulo!:
<Las personas que se han liberado a sí mismas del trabajo manual pueden ser inteligentes, pero raramente son racionales. Si se escriben, se publican y se enseñan en nuestras escuelas tantas tonterías y tantas banalidades, si nuestra literatura, nuestra música, nuestros cuadros son tan rebuscados y tan poco comprensibles para todos, es porque aquellos que se dedican a esto se han liberado del trabajo manual y viven una vida relajada y ociosa.>
Hasta la próxima entrada del diario, amigos.
Undine von Reinecke ♪
Deux Poémes, Op. 32. AlexanderScriabine
Hay algo que comparto con el maestro, es mi gusto por la sencillez, lo necesario para sentirme feliz, no lo llamaría holgazanería, pero no me gusta trabajar más de lo "que me pertenece". No soy ambiciosa y prefiero menos dinero y más tiempo, pero me gusta trabajar y ser provechosa, emocionalmente me es imprescindible.
ResponderEliminarNo sé si me he explicado del todo bien 😅
Me encantan estas citas diarias en tu casa, la próxima vez traigo algo de picar 😁
Besitos 💋💋💋
Creo que has pasado los exámenes con respecto a este capítulo, y con nota alta. :)
EliminarUna vez más el equilibrio es la palabra clave para acercarse a lo correcto. Trabajar es bueno, pero sin pasarse. Y siempre dar valor al esfuerzo de los demás. Yo tuve una jefa que comía por encima de mi hombro manchando los planos en los que estaba trabajando, eso se me olvido decirlo en la reseña :)
A mí me encanta que pases a charlar, y si traes aperitivo te sirvo un excelente Oporto que quedó de esta Navidad :)
Un abrazo, preciosa!!
Las menciones a la Iglesia no faltan nunca, cómo le gustaba a este hombre meterse en problemas. Me ha hecho gracia lo de la holgazanería, parece un tema intrascendente pero tiene su miga la cosa.
ResponderEliminarBesos
Sí, Inés, mucha miga!!
EliminarTodos nos hemos encontrado con ejemplares de humanos que se aprovechaban de nuestro trabajo, de la familia, o de los amigos.
Es sano estar activo y ser productivo. Quines no lo han probado no saben lo gratificante que es.
Un beso grande y mil gracias por leerme y comentar!!
Desde luego que a este señor no se le puede reprochar que no entrara en aguas pantanosas, algo que el lector, al menos yo, agradece.
ResponderEliminarBesitos
Yo también le agradezco su valentia, y no sólo eso, también su esfuerzo en recopilar tanta sabiduría. porque, aunque no compartamos todas sus ideas, sin duda alguna no induce a pensar y mejorar.
EliminarUn abrazo gran, y muchas gracias por acompañarme en el camino!!
Guapa, he leído todas las entradas que llevas antes de comentarte. En otro momento de mi vida me hubiese unido a tu lectura, pero ni la entrada de año ha sido buena (tampoco la salida, la verdad...) ni a nivel familiar espero tampoco un mes bueno (incierto, cuando menos), así que no quería comprometerme a algo que seguramente tendría que interrumpir en algún momento del mes. Y mira que lo siento, sabes que comparto adoración por este autor. Las cosas han salido así...
ResponderEliminarCómo me gusta este desglose capítulo a capítulo, Undine. Cuando hablamos de los libros en general, como un todo, se escapan detalles, reflejos... las ideas se difuminan en el conjunto. Al analizar capítulo a capítulo queda reflejado todo lo que importa, lo que trasciende de esas pocas páginas, las sensaciones y reacciones puntuales ante la lectura. Es una utopía, pero ojalá pudiésemos hacer un análisis así con todos los libros que leemos, ¿verdad?
En cuanto a Tolstói... es Tolstói. Sus enseñanzas, su forma de ver la vida, su forma de vivirla... es un camino que en ocasiones es llano, cómodo y confortable para quien le lee, y en otras ocasiones ese camino está lleno de piedras que unas veces podemos sortear y con los que otras veces directamente nos tropezamos. No siempre podemos estar de acuerdo con él, no siempre somos capaces de ver las cosas como él las ve, pero siempre merece la pena leerlo y exprimir lo máximo posible de todo, nos incomode o no.
Y me encanta el glosario que estás haciendo de motivos para la excomunión. Qué pena me da no poder comentar la lectura contigo al alimón, sufro...
Beso enorme :*
Querida Inquilina:
EliminarAunque siento tu ausencia en este camino junto a Tolstói, me entristecen aun más los motivos. Espero que cambie el rumbo negativo de este comienzo de año, y que pronto te sientas con energías para todo.
Con respecto a todo lo que podrías aportar, y lo que podríamos conversar...no te preocupes, siempre hay tiempo para ello, Algún día lo haremos.
Un beso grande, y mil gracias por leerme a diario, me hace mucha ilusión!!
Hola Undine!! Me encanta todo lo que me estás descubrimiento de este autor, desde luego tenía valor o mucha imprudencia dando su opinión sobre ciertos asuntos. ¡Estupenda entrada! Besos y Feliz Año!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias, guapísima!
EliminarYo creo que era muy valiente, su educación privilegiada le daba alas, pero también la experiencia de los años vividos y la "resurreción" interior que tuvo. Un maestro sin lugar a dudas.
Un abrazo grande, y muchas gracias por leerme y comentar!!
Buena noches, Undine:
ResponderEliminarPensaba que iba a ser más dramático y extremo. Que abogaría por el trabajo hasta caer desplomado. Veo que es algo más comedido.
Me recuerda lo que dice George Clooney al principio de Los descendientes: "Dale a tus hijos lo suficiente como para que puedan hacer algo, pero no tanto como para que no hagan nada".
Lo del trabajo es complicado, es cierto que estás mucho mejor siendo útil y haciendo algo productivo pero a veces también es muy duro.
Respecto a los ricos pues sí, supongo que si te dedicas a no hacer absolutamente nada más que frivolidades, no te irá muy bien. El problema vuelve a ser el mismo. No es si tienes demasiado, es lo que haces.
Besos
¡Justamente, yo pienso lo mismo!
EliminarHay personas buenas que tienen mucho porque han trabajado mucho y comparten de alguna manera con la sociedad sus ganancias. Como también hay gente pobre que perezosa y poco dispuesta a trabajar. ¿Quién es peor?
Son temas complejos, y generalizar nunca es justo.
Un besote grande, y mil gracias por pasar diariamnete a conversar!!
¿Y qué pensaría Tolstói de la renta básica universal, algo de lo que se esta hablando estos días? Si la gente se queda sin posibilidad de trabajar, pero tiene que seguir comiendo, y cubriendo necesidades básicas, ¿cómo se hace eso? No es ociosidad, es imposibilidad de trabajar. Ahora por la situación de la pandemia, pero también se ha hablado de esto cuando se piensa en el trabajo del futuro, cuando muchos trabajos desaparezcan por la llegada de la robótica. Renta básica universal es mandar a la ociosidad a mucha gente. No hacerlo es mandarles a la pobreza y a la mendicidad. Es un tema muy complejo y del que no tengo una opinión clara.
ResponderEliminarHoy no he cumplido la norma de Tolstói, y me he leído dos capítulos, el de ayer y el de hoy.
Un abrazo.
A mí todos estos temas me parecen muchomás complejos de lo que parecen a simple vista. Y en el momento en que estamos actualmente, más aún.
EliminarEn mi humilde opinión, debemos revisar nuestras prioridades y forma de vista. Una mira al campo no estaría nada mal. Volver a una forma de vida más tranquila y abandonar ciertas costumbres que se han vuelto necesarias sin serlo. ¿Por qué un país debe depender casi únicamente del turismo teniendo la posibilidad de otros medios de subsistencia? Ese es solo un ejemplo de cómo funciona esta sociedad de la que todos, en mayor o menor medida, somos cómplices.
Un abrazo!!