DIARIO DE UNA LECTORA DE TOLSTÓI: EL CAMINO DE LA VIDA CON TOLSTÓI Y SELMA ANCIRA
Sinopsis de la editorial
El camino de la vida sólo vio la luz en ruso en 1911, unos meses después de que Lev Tolstói falleciera en la estación ferroviaria de Astápovo. El libro, que había permanecido inédito en español, como un tesoro escondido, es la culminación de la obra moral del escritor y la expresión más completa de su pensamiento religioso: un destilado de máximas legadas por los sabios de todos los tiempos y de todas las tradiciones del mundo que le inspiraron sus propias reglas para el perfeccionamiento interior. Cada uno de los treinta y un capítulos que integran este volumen—uno por cada día del mes—conforman un singularísimo breviario espiritual destinado a «llevar una vida de bien» y contribuir así a la realización de una aspiración tan antigua como irrenunciable: la convivencia pacífica entre los individuos y los pueblos.
3 de enero de 2020
Son las 6:30 de la mañana. Hoy comienzo el capítulo
correspondiente al tercer día de lectura de El camino de la vida sin poder
tomar mi café solo; tengo que hacerme una analítica. Así pues, el ayuno me hace
sentirme más en conexión con Lev Tolstói. Quizá esta idea sea un placebo espiritual, para no
sentir la falta de cafeína que creo necesitar para comenzar a funcionar cada
día.
Capítulo III: Una sola Alma para todos
<Todos los seres vivientes están separados unos de otros por sus cuerpos, pero lo que les da la vida es uno y lo mismo para todos.>
Decía al comenzar la entrada que hoy madrugaba y hacía ayuno
involuntario, con motivo de una analítica que debía hacerme. Salí de casa a las
7:30 de esta gélida mañana del 3 de enero madrileña tras haber terminado mi
lectura del capítulo tercero. Cuando llegué al ambulatorio médico la enfermera
me dijo que volviera dentro de siete días, porque no encontraban mis datos
médicos. Molesta por lo que entendía una mala praxis, regresé a casa y comencé
a escribir.
¿Por qué anoto esta anécdota en mi diario? Simple y llanamente,
porque cuando me ocurren este tipo de cosas en mi vida, me es muy difícil estar
en armonía con las lecciones de vida que Lev Tolstói, maestro al que admiro
inmensamente, nos da. Cada una de sus enseñanzas supone todo un reto que exige
un esfuerzo, que incomoda y te expone a la buena o mala voluntad de la
sociedad.
Hoy en Una sola alma para todos nos pide amar a todos los
hombres, puesto que somos fruto de una misma alma divina: < La conciencia de
la divinidad del alma une a los hombres.>
Ciertamente, vuelvo a retomar la idea de utopía cuando leo:
<Cuánto más vive el hombre para el alma, más cerca se
siente de todos los seres vivientes. Si vives para el cuerpo, estarás solo
entre extraños; si vives para el alma, todos serán tus parientes.>
Entiendo el principio de esta máxima, pero no dejo de
sentirme vulnerable ante la dureza de mis congéneres. Una maldad que por vez
primera menciona Tolstoi en sus reflexiones:
<No importa cuán malo, injusto, tonto y desagradable sea
un hombre, recuerda que al dejar de respetarlo, cortas el vínculo que te une no
sólo con él, sino con todo el mundo espiritual.>
Es un principio que ya aprendí cuando era niña, mi educación
católica lo apoya: Si alguien te ofende pon la otra mejilla. Me cuesta ver la
divinidad en las personas que arrollan todo lo que se encuentran en su camino.
Supongo que me encuentro muy lejos de la santidad.
Algo que me emociona en la doctrina de Tolstói es el respeto
a todo ser vivo. El amor a toda criatura que habita el planeta. Una enseñanza
que llevaría hasta su máxima consecuencia convirtiéndose él mismo en un
vegetariano estricto, condenando la práctica de la cacería y a los hombres que
comen animales. Yo no soy vegetariana, pero cuando leo el siguiente pasaje
siento que alguna verdad reside en sus palabras:
<Si todos aquellos que comen animales los mataran ellos mismos, más de la mitad de la gente se negaría a comer carne.>
Un capítulo tercero muy breve, que me ha enardecido y
gustado a partes iguales. Creo en el respeto, creo en la armonía, pero también
busco la justicia en el mundo. Esa conciencia que ayude especialmente al
agraviado. Seguiré buscando respuestas en El camino de la vida, mientras apunto
la frase que más me ha estimulado en esta ocasión:
<El amor llama al amor.>
Mañana será otro día, queridos lectores.
Hola Undine!! Estoy de acuerdo en que hay que respetar a todo ser vivo, pero a mí me hacen lo que a ti en la analítica y me voy respetuosamente, aunque sintiendo muy poca estima por la clínica es cuestión. Me alegro que las lecciones de Tolstói te sirvan tanto. ¡Fantástica entrada! ¡Un muy feliz 2020! Besos!!
ResponderEliminarBueno, ya se me pasó el enfado con los servivios sanitarios españoles :)
EliminarLo que quería decir es que ante todo el respeto debe vivir entre las personas, pero que lamentablemente no creo que se viable. Siempre hay quienes no piensan en los demás.
Te agradezco mucho que te tomes la molestia de leerme y comentar una entrada tan abstracta y compleja como ésta.
Un abrazo fuerte!!
Holaa!! como siempre, es un placer leerte y me alegra que estés disfrutando la lectura. Las frases que has puesto me han llegado profundo. Gracias por la entrada.
ResponderEliminarBlessings!!
¡Muchas gracias!
EliminarEs una lectura muy diferente a las que suelo reseñar, pero lo he tomado como una misión, el culmen de mi cariño a Tolstoi.
Un abrazo!!
Buenas noches, Undine:
ResponderEliminarMe pasa como a ti, lo de poner la otra mejilla no entra en mis planes. Alguna vez lo he hecho pero porque a veces soy muy tonta y me cuesta entender a ciertas personas o les doy demasiadas oportunidades.
La verdad es que a veces parece muy inocente, como si viviera en un dulce mundo donde las maldades fueran pequeñas torpezas y no lo que hay en realidad, auténticos monstruos.
Respetar a todos los que tengan alma, por supuesto, tanto como amar creo que no. Es que estoy segura de que algunos se la han dejado por el camino. Como ya nos hemos puesto de acuerdo en que Dios existe, pues que los ampare él.
Lo de la cafeína no sé si sería real o no, lo que sí es cierto es que el hambre agudiza el ingenio y te hace estar más despierto.
Esta tarde estuve en el Corte Inglés y tenían el libro pero lamentablemente plastificado. Es mucho más gordo de lo que me había imaginado.
Buenas noches y felices sueños.
Sí Norah, es un libro de más de 600 páginas, entre prólogo e índice final, pero se lee muy fácil día a día. Desde ya te digo que te encantará, a ti y a toda persona con necesidades intelectuales y humanas. Te enfadarás con él, para inmediatamente hacer las paces. Ya me dirás si te decides a leerlo.
EliminarDentro de un rato publicaré la nueva entrada, que habla sobre Dios.
Un abrazo, y gracias por aportar siempre algo importante!!
Hola.
ResponderEliminarInteresante el diario y las reflexiones que los dejas, con algunas estoy de acuerdo y con otras no. Mi educación no ha sido para nada religiosa, más bien todo lo contrario, así que lo de poner la otra mejilla no va conmigo.
Coincidimos en el respeto y la búsqueda de justicia aunque, viendo lo que nos depara el mundo cada día, lo veo complicado ya que la pérdida de valores y la educación de están perdiendo en pos del egocentrismo y egoísmo.
Un saludo.
También coincidimos en lo de no poner la otra mejilla. Yo no soy violenta, procuro siempre evitar el enfrentamiento. Lo que me dicta mi interior es apartarme y protegerme. Por eso decía, muy irónicamente, que estoy lejos de la santidad :)
EliminarMil gracias por pasar a leerme, para mí es importante entablar diálogo con todos vosotros!! Un abrazo!!
Qué placer leerte siempre Undine, tengo muy pendientes a Tolstoy y sin duda me entran más ganas después de tus entradas.
ResponderEliminarBesitos
¡Muchísimas gracias!
EliminarSi algún día te decides a leer a Tolstói no dejes de preguntarme si necesitas alguna sugerencia.
Un beso grande!!
Hace muuuuucho y de la peor de las maneras, aprendí que no solo no todo el mundo es bueno, es que hay mucha maldad suelta y gente dispuesta a todo por salirse con la suya. Hay almas muy oscuras y mentes muy perversas.
ResponderEliminarA estas alturas no me cabe la menor duda que tengo que leer el libro. Sentir, mejor sentir el libro.
Besitos carinyet 💋💋💋
Un capítulo breve pero intenso en sus palabras. Es complicado amar a todo los prójimos, es fácil a los cercanos, a los que te quieren, lo difícil es amar a los desconocidos y no te digo a los que te fastidian en el día a día. Quizá Tolstói a lo largo de los siguientes capítulos nos diga cómo se hace eso.
ResponderEliminarBuenas tardes nuevamente; Esther:
EliminarPues, Tolstói dice y se desdice durante El camino de la vida, pero al final comprobarás que su mensaje te da paz. No te vas a arrepentir de leer esta obra culmen de su filosofía. Yo finalicé mi lectura completamente emocionada.
Amar a todos, tarea muy difícil. Me conformo con intentar querer bien a los que me rodean.
Un beso grande, y disfruta de El camino de la vida.