DIARIO DE UNA LECTORA DE TOLSTÓI: EL CAMINO DE LA VIDA CON TOLSTÓI Y SELMA ANCIRA
Fuente: Undine von Reinecke |
Sinopsis de la editorial
El camino de la vida sólo vio la luz en ruso en 1911, unos meses después de que Lev Tolstói falleciera en la estación ferroviaria de Astápovo. El libro, que había permanecido inédito en español, como un tesoro escondido, es la culminación de la obra moral del escritor y la expresión más completa de su pensamiento religioso: un destilado de máximas legadas por los sabios de todos los tiempos y de todas las tradiciones del mundo que le inspiraron sus propias reglas para el perfeccionamiento interior. Cada uno de los treinta y un capítulos que integran este volumen—uno por cada día del mes—conforman un singularísimo breviario espiritual destinado a «llevar una vida de bien» y contribuir así a la realización de una aspiración tan antigua como irrenunciable: la convivencia pacífica entre los individuos y los pueblos.
22 de enero de 2020
Cuando era adolescente pasaba los veranos en el pueblo de mi
abuelo. En aquellas tierras las festividades patronales estaban siempre acompañadas
de grandes convites en la plaza mayor, donde se ofrecía vino dulce y bandejas
con productos tradicionales de la región. Cada familia tenía luego un gran
banquete preparado al volver a casa. Recuerdo un año en que mis amigas y yo
recorrimos muchas de las casas de nuestros conocidos, y en todas ellas nos
tentaron con insistencia a probar sus especialidades culinarias. Al llegar a
casa, exhausta de tanto manjar, no pude
evitar degustar unas pastas con piñones que mi madre puso a la hora del café.
Desde aquel día nunca jamás he vuelto a probar un piñón.
Capítulo XXII: El no hacer
<Los hombres arruinan su vida no tanto no haciendo lo que deben hacer, cuanto haciendo lo que no deben hacer. Y por eso el mayor esfuerzo que debe hacer el hombre sobre sí mismo para tener una vida de bien es no hacer lo que no debe hacer.>
Un día más me enfrento a un capítulo que, aun tratando un
tema importante para el crecimiento personal como es el autocontrol, resulta reiterativo y un tanto
difuso y enmarañado en su explicación. Hablando muy genéricamente de la contención que debe prodigar el individuo.
Tolstói comienza dándonos a entender que en su tiempo las personas
llevaban una vida de actividades frívolas creyéndolas valiosas, y por ello
invita a los individuos a ser menos activos y selectivos a la hora de elegir
ocupación, para no caer en actividades perniciosas que invaliden sus vidas:
<Lo más importante para todos los hombres es llevar una vida de bien. Llevar una vida de bien significa no tanto hacer el bien que podemos hacer, cuanto no hacer el mal que podemos hacer.>
<Todos los hombres de nuestro tiempo saben que nuestra vida es mala, y no solo critican la manera en que está organizada, sino que hacen cosas que, en su opinión, deben mejorar la vida. Pero lejos de mejorar, la vida no hace más que empeorar. ¿Por qué? Porque los hombres realizan los trabajos más artificiosos y más complicados con el fin de mejorar la vida, y no hacen lo más fácil y sencillo: no se abstienen de participar en aquellas cuestiones que hacen que nuestra vida sea mala.>
Por otro lado, también nos incita a no precipitarnos en nuestras
elecciones para no caer en error. Como también nos impele a no rendirnos ante la depresión, y a esperar a que campee el temporal para conducirnos con cordura:
<Pregunta: ¿qué es lo mejor que puedes hacer cuando tienes prisa? Respuesta: nada.>
<En los momentos de abatimiento moral uno debe comportarse con uno mismo como con un enfermo; lo más importante: no emprender nada.>
Por otro lado, nos dice que siempre es mejor lamentar no
haber hecho algo que deberíamos haber hecho, que penar por haber hecho algo
indebido. Esto último invita a la más absoluta contención, y evidentemente no
es como se nos educa hoy día, ahí lo dejo:
< (…) Que toda persona, aun si es joven, haga memoria de su vida. Y si se lamenta aunque sólo sea una vez de no haber hecho algo que debía hacer y que habría estado bien que hiciera, se lamentará ciento de veces de haber hecho algo malo y que no debía haber hecho.>
Nos asegura que las consecuencias de nuestros malos actos
son fatales, reitera ideas anteriores. También nos advierte de lo fatal que
es dejarse llevar por el mal carácter; y hace además su personal apunte contra
las tentaciones de la carne (con esto Tolstói tenía un problema):
<Es peor hacer más de la cuenta que no hacer lo suficiente; es peor apresurarse que llegar tarde.Los reproches de la conciencia siempre son más dolorosos por lo que hiciste que por lo que no hiciste.>
<La mayoría de las personas a las que llamamos malas, se han vuelto así porque tomaban su mal humor por el estado legítimo del alma y se abandonaban a él sin hacer esfuerzos para oponerle resistencia.>
<Si sientes que no tienes la fuerza suficiente para contener el deseo carnal, es porque seguramente no lo contuviste cuando aún podías hacerlo, y ahora el deseo se ha vuelto un hábito en ti.>
No contento con invitarnos a la contención a la hora de
actuar, también lo aplica para la conducta general en la vida. Y nos anima a no
cejar en nuestro esfuerzo por vencer las tentaciones. Pero ante todo, nos
pide que reflexionemos:
<Cada vez que tengas muchas ganas de hacer algo, detente y piensa: esto, de lo que tantas ganas tengo, ¿es bueno?>
<Para no cometer malas acciones no basta con abstenerse de las malas acciones en sí, hay que aprender a abstenerse de las malas conversaciones y, sobre todo, de los malos pensamiento. (…)>
<Independientemente de cuántas veces hayas caído por no haber podido vencer tus pasiones, no te desanimes. Todo esfuerzo de lucha disminuye la fuerza de la pasión y facilita la victoria sobre ella.>
Anima a todos los individuos a trabajar la fuerza de
voluntad:
<Si quieres ser libre, acostúmbrate a refrenar tus deseos.>
<La verdadera fuerza no está en aquel que vence a los otros, sino en aquel que se vence a sí mismo, que no permite que el animal que hay en él domine su alma.>
Ha sido un capítulo muy breve también el de hoy. Está escrito como
un guión de gimnasio que da pautas al usuario para conseguir las metas marcadas
por un entrenador. El mensaje principal es: si consigues vencer las pasiones
que te invaden serás libre y un hombre mejor. No es que no esté de acuerdo con
estas palabras, pero sabiendo lo estricto que era el buen hombre, quizá habría
que matizar un poco más esta cuestión. Porque en el capítulo sólo hace mención a las pasiones
de la carne y a la falta de economía en el hablar; dejando muy difuso el resto de temas que ocupan al ser humano. En mi opinión, este es uno
de los capítulos que no le dio tiempo a concluir o completar antes de fallecer,
quedando en el vació mucho aspectos de la vida. No obstante, me quedo con la última cita que el maestro
eligió para cerrar el capítulo, que dejan muy claro cómo nuestras acciones afectan a la vida:
<El movimiento más pequeño de la materia es importante para la naturaleza entera. El mar entero se modifica a causa de una sola piedra. Lo mismo ocurre en la vida espiritual, el movimiento más pequeño provoca consecuencias infinitas. Todo es importante.> Pascal
Hasta la próxima entrada, amigos.
Undine von Reinecke ♪
Otra vez yo.
ResponderEliminarPues pensé que iba a salir con lo de no hacer en plan omisión, como cuando te callas por no decir la verdad.
En parte estoy de acuerdo con él, en lo que respecta a las cosas malas, sí, no hay que hacerlas. Pero no estoy en lo de arrepentirse de haber hecho más de no haber hecho. Es que si sale mal pues ya sabes que por ahí no era, aunque te cueste la vida entera aceptar el fracaso, pero si no haces, vivirás penando que dejaste escapar la solución a un problema o una oportunidad.
También estoy de acuerdo en que ciertas decisiones no se pueden tomar cuando estás muy mal.
Tal como nos lo has contado tú,me ha parecido un capítulo interesante.
Buenas noches, querida Undine
Buenas tardes otra vez, Norah:
EliminarA míme ocurre como a ti, estoy de acuerdo con él solo en parte. Porque es cierto que la prudencia es aconsejable pero, también es cierto que, cuando se llega a mi edad te das cuenta de todo lo que no hiciste y debieras haber hecho; y, con mis disculpas a Tolstói, nada compensa esa pérdida personal.
Con respecto a tomar decisiones en los malos momentos, en eso sí estoy totalmente de acuerdo.
¡Muchas gracias por tus palabras, y por tu gran empatía!
Un beso grande, preciosa!!
Tus piñones fueron mis torrijas; una semana santa, tras las Macoyas (arcos de pino y flores de papel que los "quintos" plantaban por todo el pueblo) la costumbre era que los mozos fueran de casa en casa comiendo torrijas y bebiendo zurra, Resolí y otros licores. Uno de mis tíos, con el que solo me separan 4 años, era este año quinto; otra prima y yo fuimos con el tocando el bombo por todas las casas y entrando a comer, aunque bebida no nos daban, nos pusimos de torrijas hasta arriba, del empacho tuvieron que llevarnos a urgencias al pueblo de al lado 😖😖😖
ResponderEliminarlo malo es que nos empachamos de torrijas unas cuantas veces más, hasta que la razón nos entró en el cerebro 😂
El autocontrol lo he tenido que trabajar mucho durante toda mi vida, pero no llego a los extremos de Tolstói, castigo y remordimiento normal, sin llegar fustigarse.
Para tomar algunas decisiones hay que hacerlo muy en frío y mirarlo todo como si de un cuadro impresionista se tratara, con distancia.
Besitos 💋💋💋
¡Cómo sabía que la anécdota de los piñones te impactaría!:)
EliminarMe gusta un montón que intercambiemos experiencias, es conmovedor comprobar cómo nuestras vidas han transcurrido paralelamente hasta llegar aquí con tantas similitudes; genera empatía y es muy agradable.
Yo también lucho constantemente con el autocontrol, no es una batalla ganada. Pero no cejo en mi empeño, eso es algo :)
Y sí, contar hasta cien si hace falta, para no precipitarse en decisiones importantes.
¡Qué maravilla poder conversar, querida Yolanda!
Un beso grande!!
Este capítulo tiene frases que parecen verdaderos trabalenguas en los que ya no sé si tengo que hacer o no hacer lo que hago. Hoy te comparto la frase que me ha traído un poco de cabeza: "Los reproches de la conciencia siempre son más dolorosos por lo que hiciste que por lo que no hiciste." Las cosas que no hicimos también traen consecuencias, si hubiese dicho aquella palabra igual hoy la seguiría teniendo a mi lado, si hubiese hecho aquello que me aconsejo mi madre igual no hubiera ocurrido lo que ocurrió... Cosas que se me pasan por la cabeza y que comparto contigo.
ResponderEliminarY yo agradezco que compartas conmigo tus ideas e inquietudes. :)
EliminarReleyendo el capítulo he visto que me dejó un poco decepcionada. Recuerdo que había algunos pasajes no muy desarrollados y sin corregir, por eso me decepcionó.
Voy a leer otro de tus comentarios.