RESEÑA: EL PARAÍSO A PINCELADAS, EDUARDO BARBA GÓMEZ

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Espasa

Temática: Arte

Ilustrador: Jorge Bayo Lon

Colección: NO FICCIÓN

Número de páginas: 208

Formato: Rústica con solapas

P.V.P.: 21,90 €

eBook: 8,99 €


Sinopsis de la Editorial

Eduardo Barba, autor de El jardín del Prado, nos propone en esta ocasión un recorrido por la pintura de jardines, esos mágicos espacios verdes que nos vinculan íntimamente a la naturaleza y que, como obra de arte viva, constituyen uno de los más sofisticados medios de expresión cultural de cada época.

Desde el antiguo Egipto hasta nuestros días, cada jardín encierra una concepción del mundo y es un mundo en sí mismo, habitado por diferentes plantas que el autor nos descubrirá con la mirada de un jardinero apasionado también por el arte.


Propuesta musical para este libro

Los diamantes de la corona, Francisco Asenjo Barbieri (Interpretado por Ensemble de Madrid)

La pieza musical que el lector está escuchando es un popurrí para sexteto de cuerda con piano, adaptado de la zarzuela Los diamantes de la corona, del compositor madrileño Francisco Asenjo Barbieri (1823-1894), que dispuso de Francisco Camprodón como libretista. La obra fue estrenada el 15 de septiembre de 1854, y tuvo como escenario el Teatro del circo, un lugar situado en la Plaza del Rey madrileña, que fue reformado como escenario por iniciativa del Marqués de Salamanca.

Barbieri fue uno de los compositores españoles más reputados durante el siglo XIX, y a él se debe el renacimiento de la Zarzuela. La fundación de la Sociedad Artística junto con Gaztambide, Ynzenga, Hernando y Oudrid, ayudó a consolidar este género musical tan significativo en la cultura española. Por otro lado, Barbieri fue un gran musicólogo, escribiendo un número considerable de artículos y ensayos. Su labor en este campo le llevaría en 1892 a ser admitido en la Real Academia Española (RAE).


Lo que Undine opina del libro


<Si cerca de la biblioteca tenéis un jardín ya no os faltará de nada.> Cicerón (106 AC-43 AC)


Decía Leonardo Da Vinci que el ojo recibe de la belleza pintada el mismo placer que de la belleza real. Ese debe ser el motivo por el que mi pasión por las pinacotecas rivaliza con las emociones que siento al disfrutar de un jardín. Y llegado un momento concreto del año, suelo cambiar los pasillos de los museos por las sendas coloristas en las que habita la floresta. 

María Cristina de Borbón-Dos Sicilias
Franz Xaver Winterhalter (1841)
Fuente: Wikipedia

Mi última visita a uno de estos paraísos vegetales fue todo un descubrimiento, y data de no hace muchas semanas. Fue una bonita mañana de abril, cuando conocí los jardines que adornan la Finca del Palacio de Vistalegre, el parque que mandó diseñar la reina María Cristina (1806-1878) en la década de 1830, tras haber adquirido diferentes terrenos en el pueblo de Carabanchel. 

En este lugar de privilegiada climatología, que ya gozaba durante el siglo XVIII de gran prestigio entre la nobleza madrileña, la monarca mandó construir un palacio, y quiso que otras edificaciones ya existentes fueran transformadas para dar cabida a las caballerizas e invernaderos que, junto con el parque de recreo, sirvieran como lugar de ocio para sus invitados y el cortejo real. 

Plano de la finca (Fuente:web Comunidad de Madrid)

Los encargados de llevar a buen puerto el proyecto plantaron miles de árboles y arbustos, que distribuyeron entre las plazas y paseos del parque, compartiendo esos espacios con fuentes y construcciones menores, rematando el bonito trazado con un canal navegable. 

Sin embargo, debido a los problemas políticos que sufría España en aquel momento, que llevaron al exilio a María Cristina en 1840, la finca quedó en primera instancia en manos de sus hijas Isabel II y la infanta Luisa Fernanda, para ser adquirida en 1859 por José María de Salamanca y Mayol (1811-1883), I marqués de Salamanca.  

Palacio Nuevo (Fuente: Undine von R.)

El gran estadista, conocido por sus iniciativas urbanistas y ferroviarias, rehabilitó completamente la finca y sus jardines, e hizo de este magnífico espacio, un lugar de esparcimiento, donde frecuentemente se celebraban fiestas espectaculares. Tras la muerte del marqués, en 1886 sus herederos cedieron los terrenos y edificios al Estado Español, para dedicarlos a la beneficencia, sufriendo por ese motivo notables transformaciones, que desdibujaron el diseño original. 

Tras multitud de vicisitudes, como la destrucción de algunas zonas durante la Guerra Civil, o los cambios efectuados al servicio de las diferentes utilidades que se quiso dar a la parcela durante el siglo XX, en el año 2021 los Jardines de los Palacios de la Finca de Vista Alegre abrieron sus puertas al público, después de un gran trabajo de restauración. Y, aunque en el espacio están por finalizar aún las obras, los jardines han sido declarados Bien de Interés Cultural por su valor histórico. Algo que, desde mi punto de vista no resulta sorprendente, porque el lugar reúne tanta magia, especialmente ahora que la primavera ha hecho su eclosión, que pasear entre sus sendas floridas, es un deleite para los sentidos. 

Rosa fotografiada con el edificio del Baño de la Reina
de fondo (Fuente: Undine von Reinecke)

En esta visita me acordé mucho de Eduardo Barba Gómez, el jardinero y paisajista español que en los últimos años ha revolucionado el mundo editorial con su diferente y empática mirada literaria al mundo natural. Y no es extraño que me sucediera, porque en aquel paseo llevaba junto a mí El paraíso a pinceladas, su último libro. Este singular título es una bellísima publicación, que lleva como valor añadido, los elegantes dibujos botánicos de Jorge Bayo Lon, y el interesante prólogo del escritor Antonio Muñoz Molina. Por otro lado, la publicación de El paraíso a pinceladas ha corrido a cargo de la editorial Espasa, que ha hecho un gran trabajo de diseño y maquetación, incluyendo bonitas estampas pictóricas que ayudan a comprender el texto.

Quienes hemos tenido la suerte de leer anteriormente a Eduardo Barba Gómez sabemos que sus trabajos se salen de lo habitual. Sus obras son el resultado de una fusión de duende y conocimiento, en directa conexión con el lector. Si en su primer libro, titulado El jardín del Prado 👈, abandonaba las herramientas de jardinería, retrotrayéndose a sus experiencias intelectuales más intimistas y humanas, para visitar las salas del Museo del Prado, en su segunda experiencia como escritor, Barba Gómez viró hacia mundos menos formales, con un ensayo fresco, ameno y emocionante, titulado👉 Una flor en el asfalto, que dedicó a esas plantas que crecen en nuestras ciudades sin que nadie las haya invitado. Ambos libros son el indicativo de que un texto dedicado al mundo botánico no tiene porque ser tedioso ni aburrido, sino que puede estimular nuestro intelecto y conectar directamente con nuestra vida emocional.

Sin embargo, en El paraíso a pinceladas, el jardinero escritor regresa a las librerías con un tono ligeramente más académico, para regalarnos un ensayo dedicado a los diferentes jardines que a través de los tiempos han seducido a civilizaciones del mundo entero. Y lo hace comentando treinta obras de arte en las que el motivo principal es el jardín.


Capítulo dedicado al Libro de los Muertos egipcio (Fuente: Undine von reinecke)
A lo largo de estos treinta capítulos, cada uno de ellos dedicados a un cuadro, un bajo relieve, una litografía o un mural, de diferente época y origen, Eduardo Barba Gómez los analiza de manera precisa, enumerando y poniendo nombre a las especies que protagonizan las escenas, aportando su gran experiencia como paisajista e intelectual. El resultado es un estudio interesantísimo que nos enseña a saber observar y entender las distintas maneras de concebir la jardinería que, civilización tras civilización, ha experimentado grandes cambios, influyendo directamente sobre la diversidad cultural. Y así, lo mismo disfrutamos de un biombo japonés, decorado con delicadas miniaturas; como visitamos la campiña inglesa, dibujada románticamente en un lienzo; sin olvidarnos del misterioso mundo egipcio del Libro de los Muertos; el elegante Renacimiento italiano; la sepultada Pompeya; o del sinestésico jardín andaluz, que nos impregna de ese aroma a jazmín, tan característico de aquellas tierras... 

Del mismo modo, es maravilloso viajar por la geografía mundial junto a Eduardo Barba Gómez, porque su discurso también nos ayuda a conectar con la variedad de sensibilidades estéticas internacionales, cuyo idioma imperante entre todas ellas es el vegetal. En un momento tan inestable como el actual, encontrar en la naturaleza un nexo de unión para la humanidad parece del todo importante.

Capítulo dedicado al arte floral japonés (biombo S.XVII)
Fuente: Undine von Reinecke

Estos espacios dedicados a la belleza natural han captado desde siempre la atención de los artistas plásticos, quienes plasmaban en sus propias obras la esencia del jardín que motivaba su inspiración. Así nos lo hace ver el autor, el cual asegura, que estas obras de arte resultan de un valor incalculable, porque nos sirven para identificar los especímenes que habitaban los jardines históricos. De este modo, se pueden catalogar las plantas autóctonas o invasoras, llegadas desde tierras lejanas, que los jardineros sembraban en sus decoraciones paisajísticas. Es curioso comprobar cómo esta dedicación a la naturaleza conocía desde antaño una especie de globalización. 

Es cierto que en el libro encontramos nombres tan cercanos como el del sevillano Diego Velázquez, el valenciano Joaquín Sorolla o el francés Claude Monet, pero también en él residen obras no tan conocidas o anónimas, que ennoblecen el proyecto y son fruto de una seria investigación.

Pese a lo purista que pueda parecer así descrito el texto, en el libro también hay espacio para la creatividad y la sorpresa. Me explico, en el catálogo de obras que aparecen en El paraíso a pinceladas no sólo hay escenas del jardín formal, el autor también quiso añadir humildes vergeles y paisajes menos ortodoxos, rompiendo con la encorsetada idea del vergel tradicional. De este modo, en el libro también encontramos estampas de ventanas decoradas con tiestos, rincones de invernaderos, puestos de flores callejeros, o parcelas exóticas de carácter agreste. Y así, el autor consigue proyectar sobre su público la idea de que cualquier espacio en el que habite una planta es un buen lugar para disfrutar del colorido, el aroma y la paz que nos ofrece el mundo vegetal. 

Dibujos botánicos de Jorge Bayo Lon
Fuente: Undine von Reinecke
No podía ser de otro modo siendo ésta una obra firmada por Eduardo Barba Gómez, cuya sensibilidad ha sido muchas veces comprobada. Así lo demuestran los múltiples proyectos de jardinería que ha acometido, como también se ha visto en las diversas participaciones de carácter artístico o divulgativo que ha realizado. En todos esos momentos ha dejado una huella indeleble en las personas que han sido testigos de su gran capacidad artística y humana. 

Yo he presenciado alguno de estos inolvidables acontecimientos, y he tenido el privilegio de conversar personalmente con él, comprobando en primera instancia, la empatía que tiene hacia su público, alumnado o clientes, con quienes siempre traza lazos de amistad. Con tales dotes comunicativas, es inevitable que su carisma trascienda al mundo de las plantas, con el que le une una relación de amor que se remonta a los tiempos de su infancia.

Así pude comprobarlo una vez más el pasado martes 11 de abril, cuando Eduardo Barba Gómez presentó El paraíso a pinceladas en el Real Jardín Botánico de Madrid. Allí, junto al prologuista del libro, el gran escritor Antonio Muñoz Molina, nos hizo un recorrido por los mejores pasajes del libro, que son todos, compartiendo de manera cálida, cercana y afable, no sólo sus conocimientos sobre arte, historia, jardinería y paisajismo, sino también las experiencias que él ha ido acumulando durante su vida como ser humano y como profesional del sector.

Presentación del libro en el R. J. Botánico de Madrid
Fuente: Undine von Reinecke

Al finalizar el acto, tuve la ocasión de charlar unos minutos con Eduardo, mientras me dedicaba amablemente su libro. Él me confió que había tenido ciertas reservas con respecto a El paraíso a pinceladas, ya que era un texto muy diferente a lo que había abordado con anterioridad. Sin embargo, sus temores eran infundados, porque tanto la temática, como el estilo narrativo, así como la profunda documentación de la que goza su texto, hacen de esta lectura una emocionante e interesante experiencia, virtud también a una cuidada y esmerada edición. En este punto debo hacer mención a las delicadas ilustraciones que decoran las páginas del libro, firmadas por el artista Jorge Bayo Lon, con quien tuve el privilegio de conversar, así como a los apéndices del libro, que son un documento bibliográfico y de consulta imprescindible.

Como todos los títulos firmados por Eduardo Barba Gómez, El paraíso a pinceladas es un libro que siempre te acompaña. A veces lo llevas en el corazón, y te sorprendes recordando las palabras dedicadas a los cipreses de la Villa Medici pintados por Velázquez, mientras caminas rumbo a tu rutina diaria; y otras veces viaja contigo en la mochila, para hacer uso de su sabiduría en los momentos de ocio, cuando lo utilizas como una especie de oráculo al que consultar. Así lo hice yo en mi visita a los Jardines de la Finca de Vista Alegre, de la que hablé al comienzo de la presente reseña. Aquel día, libro en mano, pude comprobar que la belleza compartida es sinónimo siempre de felicidad.



<El ojo recibe de la belleza pintada el mismo placer que de la belleza real.> Leonardo Da Vinci (1452-1519)



Undine von Reinecke ♪



El autor por la Editorial

Fuente: Ed. Espasa

Eduardo Barba Gómez es jardinero, investigador botánico en obras de arte, paisajista y profesor de jardinería. Su pasión por el reino vegetal es tan intensa como su pasión por el arte, lo que le ha llevado a catalogar todas las piezas expuestas del Museo del Prado que muestren algún detalle botánico, identificando sus especies.

Ha colaborado también con el Museo Lázaro Galdiano, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza o  el Museo de Bellas Artes de Bilbao y ha sido artífice de la implantación y mantenimiento de plantas y jardines en diversos países, además de España, como en Bélgica, Francia, Italia, Países Bajos, Estados Unidos o Australia.

Tiene publicados otros dos libros: El jardín del Prado. Un paseo botánico por las obras de los grandes maestros (2020) y Una flor en el asfalto. La vida de las hierbas urbanas contada por ellas mismas (2021).

Escribe cada semana en El País la columna «Cuaderno del jardinero» y participa con Àngels Barceló en Hoy por hoy, de la Cadena SER, con la sección «Meterse en un jardín».


Comentarios

  1. Holaaaa ^^
    Gracias por la reseña, no lo conocía :P

    Besitos =)

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    1. Buenas tardes, Leyna.

      Gracias por pasarte a comentar mi reseña. Espero que puedas disfrutar del libro.

      Un abrazo.

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  2. Querida Undine:
    Fatal soy con la botánica. Diría que peor aún que con la Historia. Aunque estoy tratando de cultivar girasoles enanos. No va bien la cosa.
    Lo que me queda claro es que este hombre tiene una verdadera pasión y eso es muy interesante porque hacen que te atraigan temas que de mano ni se te ocurriría. Tengo apuntado el del museo. Y creo que también el de las plantas urbanas.
    Lo que sí me llevo anotado es visita a ese jardín. Son lugares muy especiales que te transportan a otra época.
    Besitos y feliz semana

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    1. Buenos días, Norah.
      Me encantaría que algún día pudieras escuchar en directo a Eduardo Barba Gómez. Estoy segura que disfrutarías muchísimo su mensaje. Y éste no sólo se refiere al mundo del paisajismo, en él habita todo lo que tiene que ver con el arte, con la estética y la belleza.

      Por otro lado, si vienes a Madrid, estaré encantada de hacer de Cicerón para ti, y mostrarte los jardines del Palacio de Vistalegre.

      Un abrazo, y muchas gracias por visitarme!!

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  3. ¡Hola! Me alegra que hayas disfrutado tanto de él y en ese recorrido por todos los espacios naturales. Es una lectura que yo creo que no disfrutaría así que, sintiéndolo mucho, este no me lo llevo anotado. Un besote :)

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    1. Buenos días, Marya.

      Ya ves que sí, he disfrutado muchísimo El Paraíso a Pinceladas. De tal modo, que algunos capítulos los he leído más de una vez. Fíjate, que algunos cuadros los estudié en el colegio, luego en la universidad, para terminar viéndolos en los museos. Sin embargo, la mirada que Eduardo Barba fija sobre ellos es tan enriquecedora, que he vuelto a ellos para aprender mucho más. Si algún día tienes la oportunidad de escuchar o leer a este paisajista, no dudes en ello, te gustará.

      Un abrazo, y muchas gracias por la visita!!

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  4. Buenas tardes Undine, de este autor tengo apuntado por una reseña tuya El jardín del Prado. Este que traes hoy también me llama y la ilustración de los paisajes japoneses me parece preciosa, seguro que encuentro en el información y curiosidades interesantes porque me encantan los jardines, más para verlos que para tenerlo yo. Un abrazo.

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  5. Pues no sé si yo disfrutaría mucho con esta lectura. Lo que sí disfruto es con la pasión que pones en tus reseñas, que siempre me haces que termine apuntando todos los libros de los que hablas. Con mis dudas, este me lo apunto y si lo encuentro en la biblio, le doy una oportunidad.
    Besotes!!!

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    1. Buenas tardes, Margari.

      Antes de nada, muchas gracias por tus amables palabras!! Te preguntas si te gustaría leer este libro, porque es notorio que no es el género que sueles reseñar. Sin embargo, siendo como eres una persona que disfruta con la belleza que habita en la música, estoy segura que El Paraíso a Pinceladas te sorprendería muy gratamente. Ya me contarás si lo encuentras en tu biblioteca, y, si es así, qué impresión te ha causado.

      Un abrazo, y muchas gracias por pasar a leerme y comentar!!

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  6. Holaa!! no lo conocía pero debo admitir que suena bastante interesante. Gracias por la reseña.

    Blessings!!

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    1. Buenos días, BookLover.

      El agradecimiento es mío por tu visita. Espero que puedas disfrutar de El Paraíso a Pinceladas.

      Un beso!!

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  7. Buenos días, Undine. Se ve por las fotos que es un libro precioso, aunque creo que los jardines prefiero pasearlos antes que tenerlos como tema literario. No obstante, apunto al autor por si algún libro suyo se me cruza.
    Como es habitual en ti, has hecho una reseña muy trabajada y que transmite tu entusiasmo.
    Un beso.

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    1. Buenas tardes, Rosa.

      Yo también prefiero paseas los jardines, aunque esa actividad me ha llevado a querer saber más sobre ellos. Por otro lado, durante mis estudios universitarios tuve mucha relación con el tema, y me picó el bichito de la curiosidad.

      Si algún día pasa por tu ciudad Eduardo Barba para impartir un curso o dar una conferencia, no dejes de acercarte a escuchar sus palabras. Te conquistará.

      Un abrazo, y feliz fin de semana!!

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  8. ¡Hola preciosa!
    Aunque no es lo que suelo leer la verdad es que se ve bastante interesante, a mí me encantan los jardines, soy una adicta a las plantas, tengo un jardín super grande, donde puedo tener más de cien macetas, llenas de linda flores. Así que no me importaría darle una oportunidad a este.
    Feliz jueves.

    ❀ Fantasy Violet ❀
    Besotes! 💋💋

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    1. Buenos tardes, Violeta.

      No veas cómo envidio que tengas espacio para disfrutar de un jardín propio. Ese es mi sueño dorado. Me encantaría saber más sobre tus plantas, cómo las eliges y qué tiempo ocupas en él.

      Por otro lado, te animo a que leas cualquiera de los libros de Eduardo Barba, verás que son textos muy amenos, para quienes disfrutamos del paisajismo.

      Un abrazo, y gracias por pasar a comentar!!

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    2. Yo disfruto mucho, Le dedico bastante tiempo. Además tengo un vivero que me ha echo mi marido super grande, donde siembro mis propias semillas. A ver si hago una entrada con imágenes de los jardines y plantas que tengo.

      ❀ Fantasy Violet ❀
      Besotes! 💋💋

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    3. Buenas tardes, Violeta.

      No sabes la envidia que me das. Me encantará leer tu entrada y ver las fotos de tu bonito jardín.

      Un abrazo, y feliz comienzo de semana!!

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  9. Querida Undine, tengo contradicciones con este tipo de libros, me llaman la atención, pero luego me cuesta ponerme con ellos... Tengo todavía por terminar de leer el de La vuelta al mundo en 80 plantas desde hace casi doce meses, con eso te lo digo todo...
    Un besazo

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    1. Buenas tardes, Nitocris.

      Sólo puedo decirte, que los libros de Eduardo Barba no son el típico texto académico tedioso. Muy lejos de ello, son ejemplares que te vinculan emocionalmente con las plantas... Ahí lo dejo.

      Un beso, y muchas gracias por la visita!!

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  10. Hola!!!
    La verdad es que tanto autor como libro son completamente desconocidos para mi y aunque la sinopsis no me llama para nada, la forma en que desarrollaste la reseña deja con el bichito de la curiosidad y dan ganas de leerlo o al menos agregarlo a la lista de pendientes. Un abrazo y muchas gracias por la reseña. Saludos =)

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    1. Buenas tardes, Cotito.

      Primeramente, bienvenida a Lecturas de Undine, y muchas gracias por tus amables palabras!!

      Por otro lado, te presento a Eduardo Barba Gómez, un jardinero y paisajista español que está rompiendo todos los moldes de la botánica escrita. Sus libros conectan plantas, arte y humanidad con la literatura. Te animo a que leas cualquiera de sus libros, o bien escuches en YouTube alguna de sus conferencias. Estoy segura que te sorprenderá.

      Un saludo, y gracias por tu visita!!

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  11. Hola Undine!! Me interesa mucho lo que nos cuentas sobre este título, creo disfrutaría con su lectura, así que tengo muy en cuenta tu recomendación. Me alegro que te haya gustado. ¡Estupenda reseña, como siempre! Besos!!

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