RESEÑA: MUJERCITAS, LOUISA MAY ALCOTT

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Ediciones Invisibles

Traductor/traductora: Montse Triviño

Colección: El jardín invisible

Número de la colección: 9

Formato: 14,3 x 21,5

Páginas: 440

Encuadernación: Tapa dura

PVP: 21.00 €


Sinopsis de la Editorial

Las hermanas March —Meg, Jo, Beth y Amy— viven con su madre en Massachusetts, en tiempos de la guerra civil norteamericana. Su situación no es nada fácil: la familia, que tiempo atrás había sido rica, ahora se ve obligada a vivir con austeridad. Pero no es eso lo que más les preocupa: sobre todo echan de menos a su padre, que ha tenido que irse al frente.

Aunque no pueden ser de carácter más distinto unas de otras, juntas pasarán por situaciones que pondrán a prueba su sensatez y su bondad, y deberán superar también peleas y disgustos.

Por otra parte, la llegada de Laurie, el nieto de su vecino, traerá nuevas alegrías a las hermanas.


Propuesta musical para este libro

Little Women | Soundtrack Suite (Thomas Newman)

*Crédito del vídeo: Canal de YouTube Soundtrack Fred

La pieza que el lector está escuchando es la Suite escrita por el compositor Thomas Newman (1955) para la banda sonora de la película Mujercitas de 1994. El músico norteamericano fue nominado por este trabajo para el Premio de la Academia en la categoría de mejor banda sonora, y obtuvo el galardón de los Premios BMI de cine y televisión. Famoso por sus trabajos en producciones como American Beauty (1999), La milla verde (1999) o Skyfall (2012), Thomas Newman pertenece a una saga de músicos dedicados a la industria hollywoodiense, siendo el miembro más destacado de todos ellos el gran Alfred Newman (1900-1970), que ha pasado a la historia del cine por haber ganado nueve Oscars de la Academia.

He elegido esta pieza musical para acompañar la reseña de hoy porque pertenece a la adaptación cinematográfica de Mujercitas que siempre me ha emocionado, y que con ilusión he legado a mi familia.


Lo que Undine opina del libro


< En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida.> Emerson (1803-1882)


Decía el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), que todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan. Algo que, en estos tiempos vertiginosos  en los que vivimos, parece una tarea especialmente difícil de realizar. Recuperar la inocencia y los sueños felices que marcaron nuestros primeros años de vida no es una entrada destacada en las páginas de nuestro diario vital. Sin embargo, al llegar determinadas fechas del calendario, los hados del tiempo se compadecen de nosotros y esparcen sobre los adultos pequeños recordatorios de aquella dicha, que nosotros podemos o no reavivar. ¿No es eso lo que ocurre cada año al llegar los primeros sones de la Navidad?

Las luces de las calles, los adornos en los hogares, las melodías que resuenan en todos los comercios…Todo parece mejor y más bonito, consiguiendo momentáneamente que miremos hacia atrás, al pasado más emocional. Sin embargo, existe una fórmula que logra un efecto mucho mejor y duradero, especialmente para aquellos que tienen alma literaria. La prescribió hace unos ciento cincuenta y cinco años una joven norteamericana muy particular, que conquistó los corazones de muchas generaciones, con la entrañable historia de una tal familia March. 

Evidentemente, me refiero a la gran Louisa May Alcott y a su memorable novela Mujercitas, una obra que recientemente ha publicado Ediciones Invisibles con la estupenda traducción Montse Triviño, y que se basa en la obra original e íntegra que la escritora estadounidense publicó en el año 1868 con el título de Little Women.

Primera edición norteamericana, 1868
(Fuente: Wikipedia)

A estas alturas de la vida, resulta un tanto redundante comentar el argumento de Mujercitas, ya que me es imposible pensar que exista algún lector en el mundo, por joven que éste sea, que no conozca la emocionante historia de las hermanas March. Esas jóvenes que vivían en Massachusetts en los aciagos tiempos de la Guerra Civil estadounidense (1861-1865), cuyas vidas dependían de una firme educación emocional y espiritual, en detrimento de la riqueza material. Meg, Jo, Beth y Amy, acompañadas de su caballero andante Laurie, la fiel sirvienta Hanna y la carismática Marmee, progenitora de las cuatro muchachas, además de otros tantos amigos y conocidos de la familia, forman uno de los electos más conocidos y queridos de las letras norteamericanas y de la literatura universal. Y quienes no se hayan acercado a ellos a través de los libros, seguro que lo hicieron gracias al cine o a la televisión. Sus once adaptaciones dan fe de ello, siendo las más aclamadas históricamente las realizadas en los años 1933, 1949, 1994 y 2019.

Adaptación de 1949 (fuente: Wikipedia)

De este modo fue mi primer contacto con Mujercitas. Conocí esta bonita historia a través de la televisión siendo muy niña, cuando TVE emitía una de las primeras adaptaciones cinematográficas que se habían realizado de la novela cada Navidad. Y yo, fiel a la cita año tras año, me sentaba frente al televisor esperando disfrutar de las trepidantes aventuras de aquellas cuatro particulares hermanas. Meg, guapa y elegante, nacida para el matrimonio; Jo, intrépida, independiente y creativa, con el espíritu audaz de una escritora; Beth, dulce, adorable y musical; y Amy, la pequeña y mimada de la familia, que siempre me resultó la menos singular. Normal que así fuera, porque mi favorita era Jo, su gran antagonista, hacia la que yo sentía un vínculo muy especial. En aquellos tiempos cada niña se identificaba con una u otra de las March. 

Mi pasión por Louisa May Alcott nació con vehemencia en aquel entonces. ¿Cómo no iba a venerar a la escritora que dibujó a Jo March a su imagen y semejanza, a la que yo quería imitar? Mi yo infantil quedó eternamente ligado a la primera heroína literaria que conocí, sellado con lacre dorado. Tiempo después, cuando me convertí en una ávida lectora, cada título que encontraba de esta carismática autora lo devoraba con entusiasmo y fervor.

Jo March (ilustración de L. M. Alcott, 1869)
Fuente: Wikipedia
Fuente: https://archive.org/details/littlewomenormeg01alco

Sin embargo, la primera edición que llegó a mis manos de Mujercitas fue un auténtico fiasco. Era una publicación española de la década de 1940, cuya nefasta y mojigata adaptación al español me desencantó. Es cierto que no perdí del todo la fe en esta magnética historia, mi intuición me decía que era imposible que una película lograra superar la obra literaria en la que estaba basada. Y, cuando en 1994 se estrenó la nueva producción cinematográfica que recreaba la novela, puse todas las esperanzas en el nuevo guión, y éste no me defraudó. Fue entonces cuando comprendí que necesitaba leer una nueva y mejor edición, aunque he tardado muchos años en atreverme a dar ese paso.

Qué importante es el trabajo editorial y de traducción. Los profesionales de este sector de la cultura tienen en sus manos el destino, no sólo de los libros, sino de hacer nuevos y buenos lectores. Y yo debo agradecer a Ediciones Invisibles que me haya atrevido a leer nuevamente Mujercitas, una aventura maravillosa que jamás olvidaré. Cuatrocientas treinta y tres páginas de auténtica emoción.

En los últimos tiempos se ha hablado largo y tendido de la trascendencia filosófica de la obra. Las nuevas corrientes de pensamiento siempre están estudiando con lupa cada personaje, cada pasaje y motivo, que indique algo más sobre lo que quiso expresar Louisa May Alcott en su libro. Esta escritora, que ha pasado a la historia como una mujer progresista, innovadora, feminista y comprometida con la causa anti esclavista, representa una de esas figuras que todo el mundo quiere añadir a su causa personal. Y es lógico que así sea, porque la personalidad de esta escritora, que era rebelde como su personaje de Jo March, despierta el magnetismo de quienes llegan hasta ella. 

Por otro lado, el carácter cuasi autobiográfico de Mujercitas -los personajes de las hermanas March están basados en la propia escritora y en las hermanas de ésta-, y la trayectoria que tuvo la novela desde su nacimiento hasta su éxito final, han convertido en mito a esta historia inmortal. Es curioso observar que Alcott hubiera querido escribir otro tipo de relatos en aquel momento, y que fuera por consejo de su editor Thomas Niles y de su padre Amos Bronson Alcott (1799-1888) -famoso filósofo y reformista norteamericano-, que la autora se embarcara en la escritura de una historia de este carácter, protagonizada y destinada a ser leída especialmente por niñas. En sus diarios personales hay pasajes donde alude al esfuerzo que realizó en el proyecto, que decía no disfrutar.

Amos Bronson Alcott, padre de L. M. Alcott
(Fuente: Wikipedia)
Sin embargo, cuando se publicó la novela en 1868 fue un auténtico boom. El éxito fue tan grande, que muchos lectores imploraron a Louisa May Alcott que escribiera una continuación. Necesitaban saber el destino de las cuatro hermanas March. ¿Se casaría Meg, Jo triunfaría como escritora, llegaría Beth a tocar el piano en público, Amy viajaría a Roma a aprender de los maestros de la pintura, y qué ocurría con Laurie, acaso no estaba enamorado de alguna de ellas? El resultado fueron varias secuelas, una primera titulada Aquellas mujercitas (1869), Hombrecitos (1871), y Los muchachos de Jo (1886). 

Sorprende que una historia tan poco sofisticada que centra su atención en cuatro adolescentes de una familia venida a menos, unas jovencitas que encuentran la felicidad tan solo en las cosas sencillas de la vida, y siguiendo las pautas morales marcadas por El progreso del peregrino (1678) -famosa obra literaria teológica del predicador inglés John Bunyan (1628-1688)- , consiguiera enternecer y subyugar a miles de lectores de aquellos días, y aún hoy lo siga logrando, con anécdotas y chascarrillos de la vida cotidiana.

Que Louisa May Alcott tenía talento para conquistar ya lo he mencionado, que la peculiar educación recibida por su padre enriqueció su intelecto, mientras se relacionaba con pensadores notables de su tiempo como Emerson y Thoreau, es otra realidad. No obstante, desde mi punto de vista, el éxito de Mujercitas radica también en otras cosas. Motivos sencillos y, sin embargo, tan importantes como lo es la vida misma. El amor, la solidaridad, la familia, la amistad, el esfuerzo por mejorar… Todos esos valores que hoy tan fácilmente denostamos y que, en realidad, siempre vamos a necesitar.

En otro sentido, la obra rezuma literatura -Mujercitas ofrece un listado emocionante para quien quiera comenzar a construir su propia biblioteca-, que es imposible no disfrutar. Imagínense mis lectores cuando descubrí en la segunda página del libro el título de Ondina, la obra que motivó el nombre de este blog (Lecturas de Undine), que fue firmada por Friedrich de la Motte-Fouqué, y que Jo March guardaba como oro en paño en el bolsillo de su vestido. Y como este momento literario tan emocionante hay muchos más.

Ahora que los ecos de la Navidad resuenan con fuerza, nos sentimos muy cercanos a la familia March. Sin embargo, estos días pasarán volando, y necesitamos que alguien nos asegure que Mujercitas volverá a nuestras vidas el próximo año y cada Navidad. No importa que a veces lo haga disfrazado con las tendencias de última hora, su mensaje jamás cambiará. El espíritu que hizo a esta obra única y especial, aguarda inmutablemente a que un nuevo lector quiera descubrirla. Sabedor de que el misterio que envuelve su divertida y conmovedora historia, será legado por éste como una preciosa herencia para la siguiente generación.



<Grabad esto en vuestro corazón: cada día es el mejor del año.> Emerson (1803-1882)



Undine von Reinecke ♪


👉Con esta reseña concluyo el reto Libros Rescatados 2023, categoría Libro que no nos gustó cuando lo leímos por primera vez, organizado por el blog amigo Un Libro en un Tris.


La autora por la Editorial

Louisa May Alcott (Germantown, Filadelfia, 1832 -Boston, 1888). Hija de un pensador utópico partidario del abolicionismo, del sufragio femenino y de la reforma de la educación, Louisa May Alcott empezó a trabajar siendo muy joven como maestra, costurera, institutriz, enfermera y escritora. Su primer libro, Flower Fables (1855), recopilaba unos cuentos escritos originariamente para la hija de Ralph Waldo Emerson. El éxito le llegó a raíz de la publicación de Mujercitas (1868), un relato semiautobiográfico de su infancia y juventud junto a sus hermanas en Concord, Massachusetts. Fue también autora de folletines con elementos góticos, muy leídos en su época.


Comentarios

  1. Buenos días Undine, como muchas jóvenes de mi generación Mujercitas fue la primera novela que leí de la autora ( y luego Una muchacha anticuada) y me encantó porque además nosotros somos cuatro hermanas y yo ocupo la misma posición entre ellas que Jo, así que siempre me gustó este personaje sobre los otros. Hasta muchos años después no descubrí que la versión que leí era una adaptación, cuando Lumen publicó la versión integra, todo lo que involuntariamente me había " saltado", me dió de la historia otra dimensión y aún me gustó más. Hace mucho tiempo que no la releo pero siempre la disfruto como la primera vez, además también he visto todas las adaptaciones cinematográficas e incluso la serie. Es de esas novelas que de una manera u otra forman parte de tu vida. Un abrazo y Felices Fiestas.

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  2. Inolvidable. No te puedo decir las veces que habré leído "Mujercitas" desde bien pequeña y cómo me enamoró el personaje de Jo. Una historia llena de valores y un mensaje muy positivo a la que has hecho un homenaje precioso. Magnífica reseña, Undine. Muy adecuada para estos días de Navidad. Besos y felices fiestas.

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  3. ¡Hola! Me da un poco de vergüenza admitir que no me he leído este libro, aunque lo quiero hacer y se un poco de que va. Me ha gustado mucho concoer más de él. Besos :)

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  4. Queridisima Undine, Mujercitas fue una de las obras que leí cuando era pequeña. No sé en qué edición, ni cómo, cosas que no me preocupaban en aquel entoces. Sí que recuerdo que tenía una edición para las continuaciones, Hombrecitos y Los muchachos de Jo... o algo así, que conjugaba dos formatos, una edición normal con tiras de cómic por si querías leerlo de forma más rápida y distendida.. (yo leía las dos al tiempo, jeje...) Son unas novelas, sobre todo Mujercitas, de las que guardo un buen recuerdo y me da miedo leerlas ahora por si su magia se me desdibuja... Prefiero seguir con el recuerdo que tengo.
    Por cierto, me enfadaba muchísimo que Jo (yo también me identificaba con ella) no acabara con Laurie....
    Un besazo

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  5. ¡Hola! Este libro lo tengo en casa de mis padres y siempre he querido leerlo pero al final acabo por darle prioridad a otros. Aún así, conozco más o menos la historia porque vi la película y me gustó muchísimo pero, lógicamente no es lo mismo, así que a ver si me animo a leerlo en el futuro. Un besote :)

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  6. La tengo esperando en mi estantería desde hace poquito y le tengo un poco de respeto como a muchos clásicos por si no disfruto de ella como hace todo los que la leéis. A ver si me anima tu reseña y lo consigo para este próximo año. Aprovecho para desearte unas Felices Fiestas !!!

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  7. Querida Undine.
    También conocí la historia por la tv. El primer acercamiento al libro fue en la biblioteca, una edición para niños mayores ilustrada y supongo que recortadísima. Sólo me la llevé a casa por los dibujos. Decía mi abuelo que si solo leía libros de santos, que es como llamaban por aquí los mayores a los libros ilustrados.
    Después mi padre me lo iba a regalar un cumpleaños, fuimos a la librería de al lado de casa, regentada por una mujer más mala que un veneno, y como ella no lo tenía convenció a mi padre y de paso a mí, para que cogiera otro libro. Hace años que el diablo la reclamó para sí ( eso es de una peli).
    Y hasta hoy, que a pesar de las muchas ediciones que me han tentado, no sé, me ha acabado pareciendo que no era para mí.
    Pero estoy por cambiar de opinión y esta edición de E. Invisibles me llama. Quizá sea el libro de esta Navidad.
    Y muy de acuerdo con lo de las traducciones. Intenté leer Frankenstein y siempre abandoné hasta que me cayó en las manos la de José C. Vales.
    Vaya rollo te he soltado.
    Besitos y ¡Felices Fiestas!

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  8. Ohhh, este sí, este sí... Qué bonita historia. Tengo dos ediciones de Mujercitas. Una, básica y la otra, bonita jejeje. Me sé la historia de cabo a rabo. He visto la pelí (la antigua) tropecientas veces. Es más, me entraron ganas de verla de nuevo. Es una historia taaaaaaaaaan bonita. No solo por las relaciones familiares. También refleja bien el contexto histórico, aunque solo sea de pasada. Esos hombres en la guerra, mientras las mujeres esperan una carta o el regreso. En fin, tu reseña, como siempre, aporta más datos de interés. Gracias y besos.

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  9. Como dice Marisa, ¿qué historia taaaaaaaaaan bonita! Agacho la cabeza al decir que aún no he leído el libro, pero la levanto al decirte que apuntado está para este año que viene. Recuerdo las tardes maravillosas cuando era pequeña, sintiendome como Jo y haciendo volar la imaginación. Undine, tus reseñas son maravillosas. Gracias. Felices fiestas y muchos besos.

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  10. Hola, Undine.
    Juraría haber escrito un comentario en esta entrada. Yo conocí Mujercitas de la mano de un libro de aquellos de Historias Selección que cada dos páginas tenían un resumen a modo cómic. Era muy antiguo, de los pocos libros que tenía mi madre. Me la empezó a leer ella antes de que yo supiera leer. Luego vinieron las películas. Mi preferida es la de 1933 con Katherine Hepburn como Jo. Aquel libro lo desguacé de tanto leerlo y luego lo mandamos encuadernar y por c asa de mi madre debe de seguir. Hace un par de años leí la publicación ilustrada de Lumen de 2005 traducida por Gloria Méndez. Está basada en la primera edición con párrafos que se habían quitado en ediciones anteriores. Nada que ver con el resumen edulcorado que leía de niña.
    Un beso.

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