DIARIO DE UNA LECTORA DE TOLSTÓI: EL CAMINO DE LA VIDA CON TOLSTÓI Y SELMA ANCIRA




Fuente: Undine von reinecke 


Sinopsis de la editorial

El camino de la vida sólo vio la luz en ruso en 1911, unos meses después de que Lev Tolstói falleciera en la estación ferroviaria de Astápovo. El libro, que había permanecido inédito en español, como un tesoro escondido, es la culminación de la obra moral del escritor y la expresión más completa de su pensamiento religioso: un destilado de máximas legadas por los sabios de todos los tiempos y de todas las tradiciones del mundo que le inspiraron sus propias reglas para el perfeccionamiento interior. Cada uno de los treinta y un capítulos que integran este volumen—uno por cada día del mes—conforman un singularísimo breviario espiritual destinado a «llevar una vida de bien» y contribuir así a la realización de una aspiración tan antigua como irrenunciable: la convivencia pacífica entre los individuos y los pueblos.

8 de enero de 2020

Tengo un recuerdo imborrable de la infancia. Tendría yo más o menos diez años cuando unos compañeros de colegio me explicaron, con la exactitud que puede dar el conocimiento a esa edad, cómo venían los niños al mundo. Para ello utilizaron el vocablo de uso común, aunque vulgar, que se usa en nuestro idioma para el coito. Yo escuché atentamente intentando no mostrar mucha sorpresa ante la información que era novedosa para mí. Evidentemente, no fui una niña muy precoz. Cuando llegué a casa me dirigí a la fuente de información fidedigna que tenía por aquella época, mi hermana mayor. Quería que me confirmara si lo que me habían contado era cierto. Ella, muy escandalizada, se chivó a mi madre quién me castigó; no sin antes echarme la peor regañina que recibí en mi vida. Y yo, más perpleja no podía estar, me pregunté: ¿qué mal he cometido? No sabía por aquel entonces, que el tema sobre el que buscaba información era tabú en la España de aquella época; y que hablar sobre sexo era casi como practicarlo sin la autorización debida.

¿Por qué cuento todo esto? Porque el tema sobre el que nos ilustra Lev Tolstói hoy versa sobre la castidad.

Capítulo VIII: La Lujuria


<Se debe tender a la castidad absoluta>

<Es bueno vivir honestamente casado, pero es mejor no casarse jamás. Pocas personas son capaces de ello. Bien por quienes pueden.>

Con estas dos sentencias terminantes de Tolstói da comienzo el capítulo. Hubiera apuntado también la tercera, pero pecaría de reiterativa.

En esta parte de El camino de la vida nos topamos, en mi opinión, con lo que bien podría haber sido una de las mayores dificultades para obtener la auténtica virtud por parte de Tolstói. Digo esto, porque siempre que me he topado con una persona severa en enjuiciar la conducta de otro en temas de pareja y sexo, habitualmente es debido a sus propios problemas de conciencia. No obstante, su personal concepción del amor también influye en su juicio sobre el tema:

<Se designa con la misma palabra el amor espiritual-por Dios y por el prójimo-, y el amor carnal del hombre por la mujer y de la mujer por el hombre.Es un gran error. No hay nada en común entre estos dos sentimientos. El primero, el amor espiritual por Dios y por el prójimo, es la voz de Dios; el segundo, el amor carnal entre un hombre y una mujer, es la voz animal.>

<En todas las personas, mujeres y hombres, vive el espíritu de Dios. ¡Qué pecado mirar a un portador del espíritu de Dios como un medio de placer! Toda mujer debe ser para el hombre ante todo una hermana, y todo hombre para la mujer, un hermano.>

Leyendo estas máximas del escritor me hace pensar en la sociedad de su época, en el tipo de educación recibida y en las costumbres que imperaban. Tolstói fue muy crítico en sus novelas con la alta burguesía y la aristocracia, puso bajo la lupa sus costumbres y querencias tremendamente banales; es muy posible que el sexo como expresión de amor en una pareja le pareciera una quimera, además de una traición al resto de los humanos. Y esta deducción, que es totalmente personal, me hace preguntarme si no condena asimismo el amor de una madre hacia su hijo, porque ¿no sería igualmente exclusivo e incorrecto, según Tolstói, este tipo de amor para con el prójimo? De ser así, ¿cree propicia la comuna como estructura ideal de sociedad? Encuentro incógnitas en mi camino, tendré que seguir leyendo para entender dónde quiere llegar finalmente.

Vuelvo a toparme con el tema de la decadencia de la sociedad de su época, y la condena de ésta por parte de Tolstói. Trata un asunto muy curioso, que aparece en múltiples novelas del movimiento realista: La iniciación sexual del varón como medida de salud y prescripción médica; la inducción de los padres a sus hijos para visitar burdeles. Es indudable que en nuestros días la prostitución sigue existiendo, pero afortunadamente la sociedad trata el tema de manera muy distinto, generalmente.

Y esto me lleva a donde el escritor quería llegar con respecto a las relaciones sexuales. Si el individuo no es capaz de mantenerse casto, algo que sólo pueden conseguir los más excelentes de la sociedad, entonces sólo puede mantener relaciones con el fin de servir a Dios mediante la procreación.
Sé, debido a mi educación católica, que la religión cristiana entiende el matrimonio y el sexo como medio para la fecundación, pero me ha sorprendido la vehemencia con la que condena Lev Tolstói el matrimonio, especialmente el cristiano. Culpa a la iglesia cristiana de no dejar claras las leyes que deben regir en el matrimonio, para que la pareja sepa cómo conducirse en temas de fidelidad, y ve más plausible otras prácticas:

<Debido a que la verdadera doctrina cristiana no tiene ninguna alusión a la instrucción del matrimonio (…) Y, al mismo tiempo, no ven, porque la Iglesia lo ha velado, el ideal de Cristo de la castidad absoluta, se quedan sin ninguna regla de conducta al respecto. A esto se debe el hecho, extraño a primera vista, de que en los pueblos que profesan doctrinas menos sublimes que el cristianismo, pero que cuentan con una definición exacta del matrimonio, el espíritu de la familia y la fidelidad conyugal estén mucho más desarrolladas que entre los cristianos, Los pueblos que profesan doctrinas inferiores al cristianismo admiten el concubinato, la poligamia y la poliandria dentro de ciertos límites, pero evitan la depravación que conlleva el concubinato, la poligamia y la poliandria que reinan entre los cristianos y se ocultan bajo el aspecto de una monogamia aparente.>

¡Ahí dejó eso dicho! ¿Necesita el individuo que le digan, “no mates”, para saber que matar está mal? El sentido común y la razón dictan las leyes no escritas por los hombres y por ello, en mi opinión, una pareja que se quiere no necesita que le digan que la infidelidad hace daño al otro cónyuge, independientemente de la moral que dicte la doctrina que se profese.

El sexo, el matrimonio, la paternidad responsable. Un capítulo el de hoy complejo, que era muy importante para Tolstói. Podría seguir escribiendo horas y horas sobre él, pero el resumen es el siguiente: Profesa la castidad, si no puedes, cásate como mal menor; si te has casado, mantén relaciones con el único fin de procrear con tu pareja, con ella única y exclusivamente.

Ha sido un apartado francamente interesante de leer, de esos que te hacen volver a él para comprender mejor al autor. Me han incomodado e incluso enfadado muchos pasajes, pero entiendo que su percepción del mundo no es la mía. Han transcurrido más de cien años desde que este libro se publicara, el mundo ha cambiado. Y aunque no lo suficiente, es cierto que las costumbres y la educación han mejorado en la sociedad, ayudando a concebir las relaciones de pareja de una manera más sana, y a levantar la censura que el sexo ha tenido a lo largo de la historia. Quisiera creer que la enseñanza que doy a mis hijas al respecto es mejor que aquella de la que hablaba al comienzo de la entrada. Una educación sana, basada en el conocimiento y el respeto hacia uno mismo y sus semejantes, no puede llevar a ningún lugar terrible.

Os dejo con el pasaje del capítulo que me recordó lo mucho que me gusta leer y hablar sobre el mudo de Tolstói:

<Especular a propósito de si es un bien o no es un bien el nacimiento de los hijos no es asunto nuestro. Asunto nuestro es cumplir, en lo que a ellos se refiere, con las obligaciones que se nos encomiendan por haberlos traído al mundo.>

Hasta la próxima entrada, amigos. Es el momento de escuchar a Aldo Ciccolini; su interpretación de Salut D'amour es para mí una verdadera expresión de amor, que atesora la sabiduría que dan los años. 


Undine von Reinecke ♪









Comentarios

  1. Cuánto estoy aprendiendo de Tolstoi contigo! Y me has recordado mi infancia. Yo no podía preguntarle a nadie. Aprendí de lo que decían las amigas y el Superpop... La verdad es que se ha cambiado tanto en tan poco tiempo. Y al menos ahí para mejor. Y qué maravillosa la interpretación de Aldo Ciccolini. Voy a escucharla otra vez.
    Besotes!!!

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    1. ¡El Superpop, qué recuerdos!
      Creo que vivimos una época parecida, por lo que cuentas. Me alegra encontrar a una compañera de fatigas.
      ¡Verdad que Ciccolini está inmenso interpretando esta humilde pieza? Cuando descubrí este video me quedé anonadada con su interpretación. No sé si sabes, que este tema lo compuso Elgar como regalo de compromiso para su novia. Pese a la belleza de su música, el compositor no consiguió ser fiel a la que sería su esposa. ¡Paradojas de la vida y lo efímero de los sentimientos!
      Un abrazo, guapísima!!

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  2. Holaa!! excelente reflexión. Gracias por compartirla y, por supuesto, por compartir tu opinión.

    Blessings!!

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    1. ¡Muchas gracias a ti por tus palabras, y por entrar a comentar!
      Un beso grande!!

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  3. Sigo aquí. Hoy ración doble.
    Evidentemente "perdonas" a Tolstói por sus circunstancias pero me alegro de que no te haya convencido, con lo bien que sienta el piel con piel al cuerpo y al alma.
    Besos y Buenas noches.

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    1. Buenas tardes, Norah:
      Creo que este capítulo del libro no puede convencer a muchas personas hoy por hoy. Evidentemente, siempre hay quienes crean en la fe que propone Tolstói, pero hoy día incluso la mayoría de las personas religiosas son moderadas en este tipo de cuestiones. La vida ha cambiado.
      Un beso grande, preciosa!!

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  4. Fueron mis primos mayores los que me contaron como venían los niños al mundo, también de una forma bastante grotesca, pero como era bastante listilla les dije: pues yo he visto besarse en la boca al de la puerta 3 con otro chico, y no tienen hijos...esto ha pasado a las anécdotas etílicas familiares.
    Lo de la educación masculina, nos contaba la abuela de una amiga, que en sus tiempos, cuando un hombre iba a casarse, su padre y su padrino lo llevaban a la capital a estrenarse, y la novia esperaba que él viniera "aprendido" para hacer "el trabajo"; no hay que irse a los años 20 o 30 para encontrar casos de estos, los jóvenes de los 60 esperaban marchar a la mili para "aprender" incluso había prostitutas "de confianza" cerca de los cuarteles 🙄
    A mí en esta ocasión tampoco me ha convencido el Maestro, pero sus letras me enamoran siempre.

    Besitos preciosa 💋💋💋

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    1. ¡Eres genial! ¡Mil gracias por contarnos tus experiencias!
      Lo cierto es que nada de lo que cuentas me sorprende, así han sido las cosas hasta hace nada. En provincias pequeñas siguen siendo así en algunos casos.
      Pese a que hoy Tolstói no nos ha convencido le seguimos queriendo, porque el verdadero amor perdona los desacuerdos :)
      Un beso grande, preciosa!!

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  5. Hola.
    Doy gracias a la educación que he tenido y, por suerte, en mi casa el sexo se ha tratado de una forma muy natural por lo que todas las dudas siempre me las resolvieron. También en el colegio y en el instituto tuvimos clases de educación sexual, muy necesarias desde mi punto de vista.
    Sé, como dices, que hay que retrotraerse a la época en la que el autor escribió este libro para entender su forma de pensar. Es más, me gustaría saber qué pensaría Tolstoi de la homesexualidad así como el matrimonio entre personas del mismos sexo. Seguramente lo consideraría una aberración.
    Un saludo.

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    1. Respondiendo a tu pregunta, es muy posible que así fuera, que condenara a este sector de la población. Pero conociendo su amor por todos sus semejantes, también es muy posible que entre sus amigos queridos tuviera algún ejemplo. Eso es lo admiro de él, su capacidad de amar, incluso a las personas alejadas de su fe.
      Hoy por hoy no me imagino cómo seria Tolstói, la verdad. El mundo ha cambiado en algunas cosas y no se puede ver desde el mismo prisma.
      Un abrazo grande, y muchas gracias por participar un día más!!

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  6. Hola.
    Gracias por la entrada porque no sabía apenas nada de Tolstoi y gracias a ti estoy aprendiendo cositas, además aun no he leído nada del autor.
    Besos y tienes una nueva seguidora ;)

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    1. ¡Muchas gracias por tu interés, y por seguirme en el blog!
      Conocer a Tolstói por este libro es duro. Yo te aconsejo que si quieres leerlo comiences por sus novelas. He visto que lees narrativa romántica, es posible que te agrade Anna Karenina. Ya me contarás si lo haces.
      Un abrazo, y bienvenida a Lecturas de Undine!!

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  7. Undine. ¿Qué edad tenía Tolstoi cuando escribió eso de la castidad, el matrimonio y el amor de dios y del animal? Es para situarlo y tratar de interpretarlo.

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    1. Pues, mira, no lo he podido encontrar exactamente. Pero el libro son sus conclusiones últimas de vida. Si tenemos presente sus obras, (escribió la Sonata Kreutzer e 1889, ahí ya se le veían maneras; Resurrección es de 1899, y sus idea ya aparecen, aunque sin esta vehemencia). Yo entiendo que estas palabras las ecribió en los últimos veinte años de vida. Un margen amplio, siento no poder aclarar más el tema. Estudiaré sus diarios, pero antes tengo que hacerme con ellos. El tema Tolstói da para mucho
      Un saludo!!

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  8. Sí, es difícil este capítulo. Es verdad que la vida ha cambiado mucho. Leyendo este capítulo sólo he pensado en la esposa de Tolstói, ¿qué pensaría ella de todo esto?
    La música que nos acompañas con cada entrada es magnífica. Un abrazo! (yo también soy de la época de la superpop).

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    1. Hola otra vez, Esther:
      Mira, ya he encontrado la lectura que podemos hacer conjuntamente. Se trata de un libro escrito por la esposa de Tolstói, "¿De quién es la culpa?". Lo escribió como respuesta a la publicación de otra obra de su marido, "La sonata kreutzer". Cuando pasen estos malos tiempos podemos comenzar su lectura, si te parece bien.
      Gracias por tus amables palabras sobre la música!!

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    2. Me parece muy bien tu propuesta. Ya vamos viendo como lo podemos hacer. Igual se nos anima más gente.

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