RESEÑA: "RESURRECCIÓN", LEV TOLSTÓI




Fuente: @undine.von.reinecke Instagram




Ficha Técnica:


Traductor: Víctor Andresco
Título Original: Voskreséniye
Colección: Literatura     
Autor: Lev Tolstói           
Páginas: 408
Formato: 17 x 22 cms.
Encuadernación:  Tapa dura con sobrecubierta y punto de lectura
ISBN:  13978-84-16968-93-0


Sinopsis de la editorial:


Publicada por entregas en el periódico Niva hace ahora ciento veinte años, Resurrección (1899) no solo es la última novela aparecida en vida de Lev Tolstói sino también la tercera en ambición del escritor ruso, tras Guerra y paz (1869) y Anna Karénina (1877). Cumplidos los sesenta años, Tolstói ya no era el mismo y su preocupación por la búsqueda de una sociedad más justa se había acentuado cuando abordó en Resurrección las contradicciones de la aristocracia rusa y sus privilegios sobre la población campesina, que vivía prácticamente esclavizada. Poco antes de casarse con la hija de un noble, el joven noble Nejliúdov, que incorpora rasgos autobiográficos de su autor, asiste como jurado al juicio contra la que fuera un amor de juventud, Ekaterina Máslova, condenada por envenenamiento a una cárcel siberiana. El remordimiento le llevará a plantearse las relaciones de los poderosos con los más humildes y la incapacidad de estos para defender sus derechos.



Propuesta musical para el libro:



Vals Sentimental, Op. 51, Nº6. Tchaikovsky




Lo que Undine piensa del libro:


<Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados y maestros, sería oportuno saber si no se está muriendo de hambre.>Lev Tolstói


Fuente: elmundo.es
En estos tiempos de desesperanza que corren, cuando te encuentras por la calle con una persona que amablemente te cede el paso al atravesar una puerta, te da las gracias, o simplemente te sonríe al cruzar una mirada, uno se siente sorprendido. Y no es que no se agradezca el acto, ¡cómo no! Simplemente es que no estamos acostumbrados. La falta de iconos sociales carismáticos y la pérdida cada vez más acusada de valores en la sociedad me hacen pensar, que hoy más que nunca nos hace falta leer a Lev Tolstói.

Llevaba tiempo aplazando la lectura de Resurrección, y no por falta de interés. Mi absoluta admiración por la narrativa del insigne ruso me hizo dilatar el placer de su lectura, ¿cómo enfrentarme a la realidad de no tener otra gran obra suya por descubrir? Pero este mes de octubre pasado, aprovechando la nueva y maravillosa edición del libro realizada por Víctor Andresco y la editorial Reino de Cordelia, me decidí a abordar por fin esta extraordinaria novela con mucha expectación y un tremendo respeto. No en vano, Resurrección, está considerada por muchos entendidos en la materia como la gran obra del autor. En ella recoge todas sus enseñanzas últimas, su gran filosofía de vida. Y yo, que me tengo por una lectora en constante aprendizaje, me dispuse a conocer de primera mano lo que tantas veces se ha usado por ideólogos y políticos de diferentes  corrientes como bandera de pensamiento.

Fuente: Undine von Reinecke
Hace algunas semanas compartí con todos vosotros la reseña de otro libro de Lev Tolstoi, Relatos de Yásnaia Poliana. En ella os contaba la preciosa iniciativa que tuvo el autor mediado el siglo XIX, abriendo una escuela para los hijos de campesinos pobres. Allí aplicaba sus innovadoras teorías pedagógicas, para intentar llevar la cultura y la educación a todos los sectores de la sociedad. Era ésta una época de crecimiento y descubrimiento personal para Tolstói. Tiempos de esperanza, que le ayudaron a escribir dos de sus tres grandes novelas, Guerra y paz y Anna Karénina. En ellas plasmaba todos sus credos de aquellos años con gran sensibilidad, cariño y fe en su esfuerzo educativo, para conseguir un futuro mejor para el global de la humanidad.

H. D. Thoreau. Fuente: Wikipedia
Con el paso de los años, el cansancio, la desesperanza, y  la impotencia ante los acontecimientos sociales de una Rusia corrupta y llena de contradicciones con la que era imposible lidiar, las ideas de Tolstói fueron radicalizándose hasta convertirse en el personaje estrambótico al que se denominó como filósofo cristiano libertario y anarcopacifista. Fue un gran admirador del Ensayo sobre la desobediencia civil del anarquista norteamericano Henry David Thoreau, y a su vez gran defensor de la resistencia pacifista, idea ésta en la que se basa su idea de Cristianismo, y que influyó notoriamente en el pensamiento de Gandhi, con quien mantuvo una dilatada correspondencia. Quiso deshacerse de sus propiedades en favor de los pobres, aunque su familia lo impidió; se vestía como un campesino y convivía con ellos; se hizo vegetariano declarándose protector de los animales; tras varias crisis espirituales se volvió profundamente religioso.  Renegó de sus escritos literarios, incluidas sus grandes y exitosas dos primeras novelas, y  se desprendió de casi todos sus derechos de autor. A finales de la década de los ochenta comenzó a escribir Resurrección, que se publicaría en 1899, novela que hoy reseño, y que comienza de este modo:

<En vano se esforzaban cientos de miles de hombres, hacinados en un pequeño espacio, en esterilizar la tierra que los sustentaba cubriéndola de piedras, para que nada pudiera germinar, y arrancando las hierbecillas que pugnaban por salir; en vano impregnaban el aire con humo de carbón y petróleo; en vano talaban los árboles y exterminaban a los animales y los pájaros, porque, incluso, en la ciudad, la primavera era siempre primavera. El sol resplandecía, la hierba –resucitando- crecía y verdeaba por todas partes donde no la habían quitado, no solo en los céspedes de los bulevares, sino incluso entre los adoquines del empedrado. En los álamos, abedules y cerezos silvestres despuntaban hojas pegajosas y perfumadas; los brotes de los tilos estaban a punto de reventar; las cornejas, gorriones y palomas construían sus nidos con alegría primaveral, y las moscas –al calor del sol- zumbaban junto a los muros. Estaban alegres las plantas, los pájaros, los insectos y los niños. Pero los hombres –los hombres mayores hechos y derechos- no cesaban de engañarse y atormentarse. Consideraban que lo sagrado e importante no era aquella mañana de primavera ni la belleza del mundo creada por Dios y concedida para dicha de todos los seres vivientes –belleza que disponía a la paz, a la armonía y al amor-, sino lo que ellos mismos habían inventado para dominarse unos a otros.>

Un bello pasaje inicial que sirve como introducción a la apasionada, poética, terrible y, pese a todo, bellísima historia que tiene como principal protagonista al príncipe Nejliúdov. Un joven rico  de la vieja nobleza rusa, bien educado, pero echado a perder por los vicios y el excesivo lujo de la sociedad superficial y privilegiada a la que pertenece. Una figura que, una vez más en la trayectoria como escritor de Tolstói, tiene connotaciones autobiográficas, y que supera en construcción y evolución a Pierre Bezújov (Guerra y paz), y a Konstantín Dmítrievich Lyovin (Anna Karénina). Un personaje fascinante y carismático donde los haya, que es magníficamente acompañado, formando un dueto extraordinario con la protagonista femenina, “la Máslova”. Una heroína a la altura de Madame Butterfly, salvando las distancias. Un ser imperfecto y bello a la vez, pero sobre todo muy humano, capaz de sacrificios colosales. Katiuska Máslova es ya mi favorita por encima de cualquier otro personaje femenino de Tolstoi.

Fuente: Edición Reino de Cordelia
La historia central del libro da comienzo cuando el joven príncipe es llamado a participar en un juicio como miembro del jurado. El caso que se va a juzgar versa sobre un asesinato cometido por una prostituta, quien es acusada de haber envenenado a un cliente para robarle. Cuando Nejliúdov ve entrar a la imputada descubre que se trata de Katiuska Máslova, una joven que conoció en la adolescencia con la que vivió una bella historia de amor, y a quien años más tarde dejaría abandonada tras haberla seducido. Esto ocasionaría la perdición para la joven e inocente Katiuska.

En el mismo instante en que se cruzan sus ojos con los de Katiuska, quien no le reconoce, toda su vida pasa ante él rebelándole lo que su conciencia había acallado durante diez años. Su inmundicia, su inhumano proceder para con un ser inocente, como era Katiuska en aquellos días, invade sus recuerdos haciendo partícipe al lector de todo ello. Su memoria recorre todos los acontecimientos vividos hasta la fecha del juicio y su reencuentro con Katiuska.

La mala conciencia del joven príncipe, quien ve aterrorizado cómo su egoísmo y perversión  condujeron al abismo a la dulce e inocente muchacha que un día amó, de la que poco queda ya, le incitan a rectificar sus actos y emprende una campaña para salvarla, llegando incluso a plantearse el matrimonio. Esta empresa le llevará a modificar su vida a fondo poniendo bajo el microscopio todas las facetas de ella, enmendando los errores cometidos. Pero sus buenos sentimientos y proyectos de cambio encontrarán dificultades insospechadas, terribles e imposibles de vencer. Se tropezará con la ignorancia del campesino, el egoísmo de la sociedad acomodada, la corrupción del gobierno y la administración rusa, la ceguera de la iglesia y la falta de compasión generalizada.

Emprenderá un duro camino de lucha para alcanzar la verdad, el perdón, la salvación: su resurrección. Un éxodo siguiendo al objeto de su penitencia, Katiuska, que le llevará por tierras siberianas conociendo todo tipo de gentes y problemáticas ignoradas deliberadamente por la conciencia colectiva. ¿Conseguirá el príncipe Nejliúdov alcanzar la salvación a través del perdón de Katiuska? ¿Alcanzará la verdad última?  

Cuando el lector se adentra en la sinopsis del libro, aparentemente, la novela podría pasar por una historia más del realismo literario de la época: Madame Bovary, La Regenta, o la propia Anna Karenina, son novelas que cuentan pasiones prohibidas y dramáticas para tratan problemáticas de una sociedad caduca y rancia, que necesita un cambio con urgencia. Y la relación del príncipe  Nejliúdov  con la guapa sirvienta Katiuska, a quien empuja a la prostitución, sería digna de protagonizar una ópera de Puccini, como todas ellas. Pero la Trágica historia de estos personajes va mucho más allá de lo que la historia inicial nos cuenta. Sus logros superan y engrandecen  la literatura de su tiempo, consiguiendo que la novela supere los cánones establecidos hasta el momento y dé un nuevo significado al término de novela y al movimiento realista.

Su narrativa es rica en descripciones y léxico, pero no excesiva, siendo su lectura fluida y de bellísima factura. Las escenas que contiene son de una precisión abrumadora, consiguiendo que el lector imagine al detalle la atmósfera creada en cada episodio, como también el carácter de sus personajes. Algo imprescindible para el fin que Tolstói quería conseguir: crear conciencia en el hombre, adoctrinar. ¿Pero cómo interesar al lector en unos hechos terribles y tristes?

Para ello utiliza una fórmula aparentemente sencilla. Además de contener un argumento sólido con una historia romántica de fondo, que sostiene y  arma la novela, Tolstoi divide el libro en tres partes. Utiliza la fórmula más conocida a la hora de analizar un texto, esa que nos enseñaron en el colegio: introducción, núcleo y conclusión. De esta manera consigue emocionar e impresionar al lector progresivamente hasta llegar al punto final en el que cae rendido a sus pies por la grandeza de su narrativa poética, vehemente y seductora.

Fuente: Edición R. Cordelia

Según esto, Tolstói, se vale de la primera parte para poner en conocimiento del lector toda la historia de los amantes; nos habla de los personajes, de su carácter y sus intenciones. Crea la atmósfera necesaria para mantener la atención del lector. Una tensión psicológica que pocos escritores consiguen con tanta fluidez como él.


En la segunda parte se desarrolla toda la acción principal. En ella el príncipe Nejliúdov se enfrentará a todas las vicisitudes posibles para conseguir su meta, la liberación de Katiuska. Y para ello tomará decisiones vitales, que le llevarán a viajar hasta sus posesiones en el campo, donde conoceremos la problemática de los campesinos, su ignorancia y la complicidad con un sistema social que los oprime. Admirable es el párrafo donde lo cita:

<La gente se muere y está acostumbrada a esta extinción, a su alrededor se han creado unas condiciones propicias para que perezca: la muerte de los niños, el excesivo trabajo de las mujeres, la falta de alimentos para todos, especialmente para los viejos.
Así, poco a poco, la gente llega a esta situación sin darse cuenta de todo su horror y sin quejarse por ello.>

Brillante, horroroso, pero una verdad que se atrevió a decir en alto Lev Tolstoi. El autor introduce este tema en  la trama para denunciar la injusticia que sufren los ignorantes y desheredados de la tierra. Filosofa sobre ello, postula por una solución al tema del derecho a una vida digna y se cuestiona la propiedad sobre las tierras.

En la segunda etapa del viaje el príncipe viajará a San Petersburgo. Allí nos paseará por todo el sistema judicial y gubernamental ruso de la época; conoceremos sus entrañas más putrefactas; nos presentará la hipocresía de políticos y de falsos samaritanos que buscaban nuevas religiones para no enfrentarse a los problemas cercanos. Viviremos la superficialidad de la aristocracia, ajena a los problemas existentes, a quien critica de manera vehemente.

En este núcleo de la novela, Tolstoi plantea toda la problemática de la sociedad, cuestiona absolutamente todos los cimientos en los que está basada: el zar, la iglesia, el ejército, el sistema carcelario, la economía, el campo, la esclavitud abolida en 1861. Todo es analizado desde diferentes aspectos sin llegar a ninguna conclusión definitiva. Algo característico en el pensamiento del escritor, de quien Lenin diría que era “el espejo de la revolución rusa”, y a quien criticaba por las contradicciones en sus ideas. Un ejemplo de ello lo podemos en este pasaje, en el que el príncipe Nejliúdov se está planteando liberar sus tierras y dárselas a los campesinos, y busca para ello la fórmula mágica para conseguir hacer lo correcto:

< Más de una vez, al comparar la situación del dueño de unas tierras con la de los siervos, consideró que arrendar la tierra a los campesinos en vez de que la cultivaran como obreros era lo mismo que si un propietario de siervos les concediese la libertad a cambio de tributos. No era una solución al problema, pero era un paso hacia la solución: era pasar de una manera grosera de violencia a otra menos grosera.>

Una segunda parte del libro maravillosa, apasionante, con pasajes brillantes como en el que compara a una dama de la alta sociedad con una vulgar dama de la noche que pasea por la famosa avenida Nevski, inmortalizada por Gógol en Historias de San Petersburgo. Que le sirve a Tolstói para llegar al cenit emocional de su protagonista, su desprecio por la corrupción moral de la sociedad aristocrática a la que pertenece. El protagonista comprende que debe seguir en su búsqueda de la verdad, la cual no conoce, pero aún así  debe encontrar. La redención a través de la renuncia a lo material, ese es el camino. Pero, ¿cómo?

El cómo le será revelado a Nejliúdov en la tercera y última parte del libro. En ella se nos relata el peregrinaje de presos, políticos y comunes, hacia tierras siberianas. Para ello, utiliza hechos verídicos acontecidos en sus días, como el maltrato a un preso que se desesperaba por no poder coger en brazos a su hija (huérfana de madre), al estar esposado, y que es golpeado con violencia por un militar.

En este éxodo triste e inhumano, el príncipe verá horrores ilimitados, y se preguntará en múltiples ocasiones por su cordura al contemplarlos. Uno de los pasajes más emocionales y elocuentes de la novela se refiere a ello de este modo:

<Pensar que lejos, en alguna parte, unos hombres atormentan a otros, sometiéndoles a toda serie de humillaciones y sufrimientos, es muy distinto a presenciarlo a lo largo de tres meses. Y Nejliúdov lo había experimentado. Más de una vez, en el transcurso de ese tiempo, se preguntaba: “¿Estoy loco porque veo lo que otros no ven o están locos los que hacen lo que veo?”. Pero las personas que ejecutaban lo que tanto le sorprendía y horrorizaba -¡y había tantas!- tenían la plena seguridad de que no solo debía ser así, sino que realizaban una cosa muy importante y positiva. Por tanto, resultaba difícil reconocer a toda esta gente como locos, y tampoco se podía reconocer loco porque se daba cuenta de la claridad de su pensamiento. Y por ese motivo se encontraba continuamente perplejo.>

¿Y quién no se siente continuamente perplejo hoy día, verdad? No temáis, queridos lectores, la perplejidad del príncipe será paliada al llegar a su meta final, él lo conseguirá. Eso sí, deberá acometer una última batalla interior, tormentosa y esclarecedora de la que saldrá victorioso. O mejor dicho, y citando a Tolstói al final del libro, el futuro nos lo enseñará.

Resurrección es una gran novela, una de las mejores novelas que he leído si no la mejor. Su éxito fue tremendo ya en su época, traduciéndose a múltiples idiomas. Pese a ello, Tolstoi fue excomulgado por la iglesia ortodoxa, a quien atacó sin piedad, es cierto. Pero él solo era testigo de lo que veía. Su profunda fe en el amor al prójimo, en la redención a través del perdón, y en la lucha pacífica, hicieron de él un ser excepcional. Un ferviente amante del ser humano , que en sus últimos momentos de vida, y habiendo perdido ya la lucidez, dijo: “Amo la verdad”.

Yo no sé dónde se encuentra la verdad, ni si hay una única verdad, pero he leído a Tolstoi, y de él he aprendido, como también lo hiciera Mahatma Gandhi, a quien se le atribuyen estas palabras:

<"No hay camino para la paz, la paz es el camino".>


Undine von Reinecke ♪


De la edición de Víctor Andresco:


Hablaba al comienzo de la reseña de la perplejidad a la que nos enfrentamos hoy día cuando encontramos un gesto amable en nuestro caminar, debido a la falta de costumbre. Del mismo modo sucede en nuestra vida cuando entre tanta vulgaridad descubrimos algo hermoso, cuidado, pulido hasta el mínimo detalle. En un mundo ruidoso, superficial, y algo obsceno como el que tenemos, encontrar la armonía es algo reconfortante.

Así es esta edición de Resurrección, que Víctor Andresco ha realizado y prologado, para Reino de Cordelia. Un trabajo serio ejecutado con amor y respeto. Algo que un lector debería exigir siempre con pasión y agradecimiento.

<” ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de a agradecérselo a otro que al mismo cielo!”>Miguel de Cervantes


El autor por la editorial:


Fuente: Ed. Reino de Cordelia
Lev Tolstói
(Yásnaia Poliana,, 1828 – Astápovo, 1910) Es uno de los novelistas rusos que más contribuyó a modernizar la literatura universal durante el siglo XIX. Hijo de una aristocrática familia de terratenientes, en 1852 se alistó en el Ejército y participó como oficial en la guerra de Crimea. En 1856 abandona la milicia, regresa a Petersburgo e inicia una serie de viajes por Europa en busca de nuevas experiencias pedagógicasque plasmaría posteriormente en la revista mensual Yásnaia Poliana, nombre de su localidad natal, donde también abrió una escuela para niños. Intelectual comprometido con la sociedad de su tiempo, intentó que sus campesinos se hicieran con la propiedad de las tierras que trabajaban, aspiración frustrada que reflejaría en su última gran novela, Resurrección (1899). Entre sus obras destacan las monumentales Guerra y paz (1865-1869) y Ana Karenina (1876-1877). Maestro de la novela corta, es autor de títulos excepcionales como Felicidad conyugal (1859), La muerte de Iván Ilich (1886) o El padre Sergio, publicada póstumamente.



Fuentes Consultadas:


http://www.ibe.unesco.org/sites/default/files/tolstoys.pdf
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lavozdelaescuela/2016/12/14/feliz-segun-leon-tolstoi/0003_201612SE14P4991.htm

Comentarios

  1. Hola.
    Ya he comentado que los clásicos son mi asignatura pendiente y tus reseñas incitan a leerlos pero mi pereza al ponerme con su lectura es superior. No obstante, sé a quién puedo consultar cuando venza esas reticencias con los grandes clásicos.
    Un saludo y gracias, como siempre, pero una estupenda reseña.

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    1. Buenas tardes:
      Muchas gracias por tus amables palabras, para mí son importantes.
      Sobre lo que comentas de los clásicos, estoy segura que algún día llegarán a ti. Y entonces, no necesitarás el consejo de nadie, tú misma te orientarás. Pero igualmente, aquí me tienes. :)
      Un abrazo, muchísimas gracias nuevamente!!

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  2. Una reseña fabulosa. Y no conocía esta novela de Tolstoi, así que ya mismo estoy apuntándola. Me has dejado con muchas ganas.
    Besotes!!!

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    1. Buenas tardes:
      Mil gracias por tus palabras!!
      Lo cierto es que reseñar una novela de este calibre es siempre un reto. A mí me supone una gran responsabilidad, y espero haber aportado un poquito, para que más lectores se atrevan a leerla.
      Un beso grande, y muchísimas gracias otra vez!!

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  3. Hola Undine!! Es una pena que no haya leído aún nada de Tolstoi, porque entran unas ganas irresistibles de leer cada título suyo que recomiendas(además, de tan estupenda editorial la edición). ¡Fantástica reseña, completísima! Besos!!

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    1. ¡Muchas gracias por tus palabras!
      Y sí, no dejes de leer en algún momento a Tolstoi, no te arrepentirás.
      Un abrazo!!

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  4. Magnífica reseña! Como siempre digo, los rusos son mis eternos pendientes, me imponen mucho y Tosltoi sobre todo, pero después de leer tu reseña ya sé que voy a empezar con esta novela y me gustaría sino terminar el año al menos empezarlonm con Tolstoi y quitarme el miedo. Un saludo!

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    1. ¡Muchas gracias, Alejandra, por tus palabras!
      Estoy deseando conocer tu opinión sobre la novela, pero no la leas con prisa, regálale tiempo. Resurrección y Tolstoi lo merecen.
      Ya me contarás!!:)
      Un abrazo!!

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  5. Tienes el don de hacerme interesar por obras que (vergüenza mía) no he leído. Y no es que sea de lecturas del presente, qué va. Pero hay tanto sin leer. Y ahora están saliendo mejores traducciones, o eso me parece, que nunca. En fin, veré de encargar el libro e iniciar mi propia resurrección lectora de los rusos. O dejo de leer tus entradas, que me incitan a pecar (y vaya precio tienen libros como este)

    Un abrazo.

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    1. ¡Muchas gracias por lo que me toca!
      Y no, no dejes de leerme, por favor.
      Resurreción y Tolstoi te esperarán siempre, y cuando los leas será seguro el momento indicado. Ya me contarás.
      Un abrazo!!

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  6. Pues las otras dos grandes las he leído y acabaré leyendo Resurrección también. Algún día...
    besos

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    1. Sí, Inés, no dejes de leer en algún momento Resurrección,es una obra inmensa que estoy segura te maravillará. Lo sé porque compartimos muchos gustos lectores.
      Un besote, y mil gracias por leerme y comentar!!

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  7. Era adolescente cuando descubrí el universo ruso en un poemario que mi padre trajo en uno de sus viajes, era una edición bilingüe de Sinaida Hippius, y me volvió literalmente loca ¡Qué manera de escribir, de sentir, qué simbología! Para una quinceañera era lo más 😅 entonces recordé que en la estantería había libros de Tolstói, Dostoyevsky, Gogol, Chéjov, Pushkin ¡Y se desató la auténtica locura! Lo leía todo, y aunque siempre he tenido predilección por las poetisas rusas (Ajmatova, Tsvetáyeva, Bergolz, Ajmadúlina...) La narrativa rusa me apasiona.
    Leí hace mucho Resurrección, pero recuerdo perfectamente a Nejliúdov y Katyuska, esa intensidad de sentimientos, esa sociedad hipócrita y oscura, el ambiente espeso ¡Ayyyy que pronto voy a releerla! 🤗

    Maravillosísima reseña bombón!
    Besitos 💋💋💋

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    1. ¡Cómo entiendo tus palabras!
      Los rusos, y para mí especialmente Tolstoi, son una catarata de sentimientos. Me fascinan!!
      Resurrección es una obra maestra con letras mayúsculas. Y como decía en la reseña, hoy más que nunca debería leerse.
      Esta novela es de las que me gustaría compartir en un club de lectura con lectores como tú.
      Un beso fuerte, preciosa!!

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  8. Ay Undine siempre que me dejas con unas ganas tremendas de leer tus recomendaciones... Este también me lo llevo apuntado.
    Gracias por tu recomendación!
    Besotes

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    1. ¡Muchas gracias a ti por leerme y dejar tus impresiones!
      Deseo que cuando leas Resurrección lo disfrutes tanto como yo. Ya me contarás.
      Un abrazo!!

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  9. Me he pasado por una librería a ver cómo era la edición a la que haces referencia, me he encontrado con otras. Una de Alianza Editorial, a mitad de precio por cierto, traducida por unas tal Irene y Laura Andresco. Me ha chocado porque la edición de Reino de Cordelia está traducida por Víctor Andresco. ¿Familia de traductores que traduce no unidos permenece unida? (esto es una broma, por aquello que se daba cuando yo era niño de la campaña del Padre Peyton) Se genera la duda. Competencia de traductores debe ser. ¿Qué hacer?

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    1. Lo cierto es que no tengo idea de qué une a los traductores. Pero sí sé, que Víctor Andresco es hijo del famoso traductor del mismo nombre, fallecido hace años.
      Pero no creo que sea competencia, pues he visto un libro cuyo editor era Víctor y las traductoras Irene y Laura. :)
      Debe ser como dices...permanecen unidos.
      Un abrazo!!

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  10. Holaa!! pues ya está, otro más que me llevo apuntado. De verdad que me gusta muchísimo cómo te expresas en tus reseñas:3 gracias por compartir la entrada.

    Blessings!!

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    1. ¡Muchas gracias a ti por tus amables palabras!
      Creo que cuando lees algo que te gusta la reseña se escribe sola.
      Un abrazo, y muchas gracias por leerme y comentar!!

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  11. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  12. Buenas noches, Undine:
    Ya me había apuntado el anterior de los relatos de la escuela. Este también me gusta mucho pero según iba leyendo la reseña me han entrado ganas de volver a leer Ana Karenina.
    Con este autor lo que pasa es que me da miedo no estar a la altura como lectora. Que no sepa engancharme a su forma de narrar y apreciarla. Pero está visto que si no lo intento nunca lo sabré.
    Tomo nota.
    Besos

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    1. Norah, tú estás a la altura de cualquier autor. Tus comentarios siempre son sensatos, y Tolstoi es mucho más accesible de lo que la gente piensa. De hecho, resurrección se lee más fácilmente que Anna Karenina, eso creo yo.
      Ya me contarás si tu opinión.
      Un beso fuerte, y mil gracias por leerme y comentar!!

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  13. Undine ¡Que amor tus entradas! hay tanto material para explotar y tan documentada como siempre. (Me das un poco de envidia de la buena porque yo no armo entradas tan elaboradas, antes cuando escribía en revistas de arte lo hacia) Sigo teniendo pendiente Anna Karenina y tengo que ser realista, que no creo que lo termine en este 2019. Muchas gracias por la hermosa reseña y me apunto este libro para tenerlo en el futuro.
    ¡besos y nos leemos!

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    1. ¡Muchas gracias por tus amables palabras!
      La verdad es que empiezo a escribir y no puedo parar. La intención primera no es esa, pero cuando un libro me seduce...
      ¡Qué interesante colaborar con revistas de arte! Me encantaría conocer alguno de tus trabajos, si no te da corte, claro.
      Un abrazo fuerte, y mil gracias otra vez por leerme y comentar!!

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  14. Por todo lo que cuentas, tanto del libro como del autor, en esta reseña, no sé si León Tolstoi es un autor para leer en cualquier momento. ¿Crees que hace falta un estado de ánimo especial? Me da la sensación de que necesito los cinco sentidos para saborearlo como Dios manda. En fin, como me gusta aprender siempre, me anoto este título para cuando me encuentre dispuesta a conocer mucho mejor a Tolstoi. Gracias por la recomendación. Abrazos.

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    1. Yo creo que cualquier libro necesita de un determinado estado anímico para leerlo. Al menos eso me ocurre a mí. Muchas veces tengo una lectura programada y la cambio debido a eso.
      Anímate con Tolstoi, estoy segura que si lo coges con ilusión lo disfrutarás mucchísimo.
      Un besote, y muchas gracias por leerme y comentar!!

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  15. Tus reseñas hacen que me entran unas ganas locas de leer la novela que reseñas y esta no ha sido una excepción, del autor solo he leído Anna Karerina, no hace mucho, y no estuvo mal ;-)
    Besos

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  16. Buenas tardes Ayla:
    Pues si no te desagradó Anna Karenina, estoy segura que Resurrección te va a gustar mucho más. Esta novela es mucho más moderna narrativamente hablando, se lee con facilidad. Y su trama, a mí particularmente, me gusta más.
    Un beso fuerte, y mil gracias por leerme siempre y comentar!!

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  18. Por casualidad he encontrado esta reseña y me parece excelente, y estoy de acuerdo en muchas cosas, pero no en una.
    Desde el punto de vista pura y exclusivamente artístico Resurrección no me parece mejor novela en calidad que Anna Karenina o Guerra y paz.
    Si puedo intentar explicarme, lo que ocurre es que en Resurrección lo ético, las preocupaciones morales que dominaron la parte final de la vida de Tolstoi, dominan también la novela, y detraen un poco de la parte artística.
    Por ejemplo, la trama y su desarrollo están demasiado claramente dirigidas por las ideas morales; la evolución de los personajes no la siento tan natural y tan libre como Anna Karenina.
    No puedo evitar comparar con Anna Karenina porque me pasa algo parecido que con esta reseña: imposible leer a Tolstoi y ser incapaz de expresarse en otra cosa que superlativos. Lo que más admiro en Anna Karenina es como un equilibrio milagroso entre lo artístico y lo ético: cómo la trama no parece planeada por un escritor si no el resultado natural del libre albedrío de un conjunto de personas reales; y sin embargo de la trama (que sí fue planeada por el escritor) se desprende un mensaje ético profundo y radical, todo sin el menor rastro de moralismo o prédica.
    En Resurrección ese equilibrio perfecto se ha inclinado un poco hacia el lado del moralista y reformador, perjudicando al genial artista puro.
    No querría que mi comentario haga parecer que esta novela no me ha atrapado, fascinado, emocionado y admirado como cada vez que leo cualquier obra de Tolstoi. Es una de las mejores novelas que he leído, y que se pueden leer.

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    1. Buenas tardes y bienvenid@ a Lecturas de Undine:
      Primeramente, ¡muchas gracias por las amables palabras y por dedicar tu tiempo a compartir tu opinión! Estoy de acuerdo con tu valoración con respecto a los intereses que movieron a Tolstói a la hora de escribir cada novela, está claro que Resurrección es casi el punto culmen de su desarrollo espiritual y ético como intelectual y de ahí que la novela aborde otras sendas. En ningún momento quise menospreciar sus trabajos anteriores, es más, Guerra y paz sigue siendo uno de mis títulos favoritos de todos los tiempos. Pero, desde mi punto de vista, en Resurrección Tolstoi se muestra pletórico y lúcido, con respecto al "camino" que buscaba y por fin halló. Lo da todo de sí mismo y lo hace valientemente. De ahí mi valoración final.
      Un saludo, y te reitero mi agradecimiento por compartir tu interesante opinión!!

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