RESEÑA: LOS PRIMEROS Y LOS ÚLTIMOS**TENÍA UN CABALLO, JONH GALSWORTHY
Fuente: Undine von Reinecke |
Ficha Técnica
Editorial: Reino de Cordelia
Título Original:The Firts and the Last - Had a Horse
Colección: Literatura
Traductores: Susana Carral
Páginas: 168
Formato: 13 x 20 rústica con sobrecubierta
ISBN13: 978-84-19124-31-9
P.V.P. : 17,95 €
Propuesta musical para este libro
A London Symphony es una sinfonía compuesta entre 1912 y 1913 por el compositor inglés Ralph Vaughan Williams, y está dedicada a su amigo y colega George Butterworth (1885-1916), quien moriría poco después en la Primera Guerra Mundial, y que fue la persona que le animó a escribir esta gran obra. La Sinfonía Londinense, como se conoce en español, se representó por primera vez el 27 de marzo de 1914 en el Queen's Hall de Londres, con la dirección de Geoffrey Toye, obteniendo un gran éxito. El compositor envió la partitura original a Alemania (a la atención del director de orquesta Fritz Busch), para que fuera interpretara, pero con el estallido de la Primera Guerra Mundial el preciado texto se perdió. Ralph Vaughan Williams tuvo que reconstruir la partitura, ayudado por Geoffrey Toye -director de la primera representación-, y por el crítico musical y musicólogo Edward Joseph Dent.
El motivo por el que elegí A London Symphony para acompañar la reseña de hoy, está basado en la cercanía temporal de la pieza musical con la publicación de los relatos de Galsworthy que reseño hoy, y porque ambas composiciones -la musical y la literaria-, sitúan su inspiración en la ciudad de Londres.
Lo que Undine opina del libro
<Vivir en contradicción con la razón propia es el estado moral más intolerable.> Leon Tolstoi
Hace algunos meses compartí con mis lectores la historia de Selma Lagerlöf👈, una gran mujer y destacada escritora que, pese haber sido un personaje de gran relevancia social e intelectual, a quien le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura en 1909, siendo la primera mujer de la historia en recibirlo, su nombre es en la actualidad prácticamente desconocido. Hoy quiero volver sobre el tema de las injusticias que el paso del tiempo y el cambio de las modas ejercen sobre la cultura, para hablar sobre otro personaje galardonado con el Nobel de Literatura, en este caso un caballero que, como ocurrió con la maravillosa Selma Lagerlöf, no goza del reconocimiento justo ni la fama que sus méritos merecen. Me refiero a John Galsworthy, quién también recibió el prestigioso galardón en 1932. He pensado en él a raíz de una publicación que hace poco tiempo ha llegado a las librerías españolas. Se trata de Los Primeros Y Los Últimos – Tenía Un Caballo, y es el último libro que Reino de Cordelia ha traído hasta nosotros de este singular escritor, con la estupenda traducción de Susana Carral y el interesante prólogo de Jesús Egido. La editorial madrileña que lleva más de una década publicando la obra de John Galsworthy, incluida su famosa saga y secuelas dedicadas a la familia de los Forsyte, en esta ocasión nos deleita con una edición compuesta por dos novelas breves tomadas del recopilatorio de 1925 que el autor inglés tituló Caravan. Sin embargo, antes de dar paso a mis impresiones sobre ambos relatos, creo oportuno ofrecer a quienes pasan por Lecturas de Undine un breve repaso a la figura de su autor.
John Galsworthy (Wikipedia) |
John Galsworthy (1867-1933), nació en Kingston Hill, Surrey, en el seno de una familia acomodada. Recibió una cuidada educación, cursando sus estudios universitarios en Oxford, especializándose en leyes en 1889, y obteniendo un año más tarde el título que le autorizaba a ejercer como abogado. Sin embargo, nunca quiso dedicarse a la abogacía, pese a su formación en la rama mercantil, que le permitía formar parte del negocio familiar, una empresa de transporte internacional, que le dio la oportunidad de viajar por el extranjero. Gracias a estas andanzas de negocios por el mundo, tuvo la ocasión de conocer al escritor Joseph Conrad (1857-1924), que en aquellos momentos surcaba los mares como capitán de la marina mercante, y con él entabló una gran amistad. Conrad sería el acicate que le empujaría a escribir, y su influencia se deja ver notablemente en su estilo literario.
John Galsworthy vio su primera novela publicada en 1897, que llevaba por título From the Four Winds, sin embargo, el peso del apellido familiar y el reparo a perder el apoyo económico de su padre le indujo a firmar sus escritos con el seudónimo de John Sinjohn. En aquellos días, el escritor ya había iniciado un romance con Ada Nemesis Galsworthy, una escritora, editora y traductora inglesa, gran defensora de los derechos de la mujer, que estaba casada con Arthur Galsworthy, primo del escritor. La pareja se conoció en la década de 1890, cuando el marido de Ada estaba luchando en la guerra contra los Boers, y desde ese momento, iniciaron una intensa y apasionada, aunque clandestina, relación. Los años de esconderse finalizaron para la pareja en 1904, cuando el padre de John Galsworthy falleció. Fue entonces cuando comunicaron al mundo su amor, libres ya de las restricciones victorianas y paternales, que les prevenían contra la ruina y el escándalo. La pareja terminaría contrayendo matrimonio en 1905, tras conseguir Ada el divorcio de su primer marido, no sin antes concederle a éste una cuantiosa compensación económica. La importancia de Ada en la vida y obra de John Galsworthy fue superlativa. De hecho, hay quienes afirman que uno de sus personajes femeninos más interesantes, la adúltera Irene Forsyte, que aparece en su saga más celebrada, está inspirado en ella.
Ada Galsworthy ( Georg Sauter, 1897) Fuente: Wikipedia |
Ese mismo año de 1904, en que John Galsworthy se atrevió a declarar al mundo su romance con Ada, el escritor también se atrevió por vez primera a firmar con su verdadero nombre. En ese momento su carrera como escritor y novelista iba a despegar, y sus más grandes éxitos en aquellos días le llegaron del mundo del teatro. Su exitosa carrera como dramaturgo se inició en 1909 con La caja de plata, una comedia en tres actos (The Silver Box, a comedy in three acts). En ella, el autor ponía de manifiesto la injusticia de las leyes que protegían a los ricos en detrimento de los pobres. No sería la última vez que utilizara este motivo, ya que el conjunto de sus obras están plagadas de tramas que abordan el tema del sistema de clases y otras cuestiones de relevancia social, como la crítica al sistema penitenciario, la causa de los derechos de la mujer y la defensa de los animales, en la que se implicó activamente. Galsworthy destacó por escribir de manera directa y muy clara, con un estilo naturalista, llegando a empatizar con los lectores y motivándolos a reflexionar.
Por aquel entonces, el escritor ya había iniciado su obra magna, por la que hoy día es recordado, La saga de los Forsyte, una serie formada por tres novelas y dos interludios, que el autor escribió entre 1906 y 1921, y que se recopiló en un libro que vio la luz un año después. En ella, Galsworthy narraba la evolución de una familia de clase media alta inglesa, a lo largo de varias décadas, dibujando con gran precisión ese mundo esnob y algo corrosivo de la clase media alta de su tiempo, a la que él mismo pertenecía y con la que simpatizaba, y a la que, sin embargo, dejaba en evidencia porque criticaba de manera incisiva sus códigos morales. El cariño que el autor sentía por los personajes que habitaban su obra más sonada le empujaron a escribir dos trilogías más dedicadas a esta familia, Una comedia moderna (A Modern Comedy, 1929) y Fin de capítulo ( End of the Chapter, 1934), todas ellas publicadas en España por Reino de Cordelia.
Adaptación de 2002 por la ITV Fuente: Filmaffinity |
Algo de magia tendrían estos personajes de ficción, porque gracias a ellos, hoy día el escritor ha sido recordado, y su obra ha sido adaptada en repetidas ocasiones, tanto al cine como a la televisión. La última y, desde mi punto de vista, más interesante de las versiones es la que realizó en 2002 la cadena británica ITV, aunque la rodada por la BBC en 1967 tuvo muchísima repercusión.
En cuanto a lo personal, como muchos hombres de su generación, se vio marcado por la Primera Guerra Mundial. El escritor sintió desde el inicio de la contienda la necesidad de ayudar a Bélgica, y apoyó de manera activa que Inglaterra se uniera a la Guerra contra Alemania. No fue aceptado como combatiente en el frente, pero realizó labores de camillero en Francia, por lo que fue propuesto al título de caballero gracias a David Lloyd George, Primer Ministro del Reino Unido. Sin embargo, al igual que su compatriota, colega y amigo Arnold Bennett, John Galsworthy rechazó dicho honor en 1918, alegando que la recompensa de un escritor era la propia escritura. Y, gracias a su labor en este campo, fue elegido en 1921 para presidir la PEN Internacional (Asociación Mundial de Escritores), organización que se creó ese mismo año para promover la amistad y colaboración intelectual entre escritores de todo el planeta.
Por otro lado, y en lo relativo al Premio Nobel de Literatura que recibió, John Galsworthy no pudo asistir a la ceremonia celebrada el 10 de diciembre de 1932, ya que se encontraba muy enfermo. Sin embargo, el escritor aceptó el galardón y donó el premio en metálico a la PEN Internacional. Pocas semanas después fallecería en su casa de Londres a consecuencia de un tumor cerebral.
Bury House, casa de John Galsworthy, West Sussex Fuente: Wikipedia |
John Galsworthy fue un hombre emblemático del tiempo en el que nació, un símbolo del paso generacional entre la era victoriana y la eduardiana, que tantos cambios en la forma de vida experimentó. Tan emblemático e importante fue en su momento -tanto o más que literatos hoy de culto, como Joseph Conrad o Thomas Hardy-, que quizá por ello su imagen se diluyó. El soplo de los nuevos tiempos y los cambios sociales no dejaron casi nada tras de sí, y John Galsworthy quedó ligado injustamente a los ideales de los viejos tiempos. Hay quienes afirman, entre ellos George Orwell, que la pluma subversiva que lo caracterizó al comienzo de su carrera se relajó con el correr de los años, y que se acomodó a ese gran éxito que lo abrumó. Sin embargo, aquellos envites a las injusticias de la vida que aparecían en sus obras, esos personajes carismáticos y atormentados, víctimas de la sociedad, que pasean por sus novelas, desde mi puto de vista, jamás han perdido notoriedad. Todos son motivos universales e inherentes a la vida del individuo y él supo darles humanidad. Así ocurre con los que aparecen en Los primeros y los últimos y en Tenía un caballo, los dos relatos que aparecen en el libro protagonista de la reseña de hoy.
En Los primeros y los últimos, John Galsworthy narra la historia de Keith Darrant, un exitoso abogado de Londres, a quien le espera una prometedora carrera. Sin embargo, en su vida tiene una pesada lacra, un hermano menor, fracasado y algo crápula, que depende de él. Una noche, cuando el abogado descansa tras una agitada jornada en los juzgados, su hermano Larry lo visita para pedirle consejo. El joven se ha visto involucrado en un delito de sangre defendiendo a una mujer. Alarmado y preocupado por las consecuencias que este acontecimiento tenga sobre su propio futuro, Keith le aconseja que se esconda y no diga nada, a la espera de nuevas noticias suyas. No obstante, el caso cobra notoriedad en los periódicos y las autoridades han tomado cartas en el asunto. Comienza así una lucha descarnada por parte de los dos hermanos por salvar lo que queda de su respetabilidad. ¿Vencerá la justicia o la verdad?
Cartel de la película de 1940 (Wikipedia) |
Los primeros y los últimos es una fantástica, trepidante y absorbente nouvelle escrita por John Galsworthy en 1914. La historia sería llevada en varias ocasiones a la escena, en 1919 al teatro, y en 1940 protagonizó las carteleras cinematográficas, con Vivian Leigh y Lauren Olivier como protagonistas, con el título de 21 Days Together. Ésta última sería una soberbia adaptación, con dos actores de primera que, como nos cuenta Jesús Egido en su chispeante prólogo del libro, por aquellos días vivían su más glorioso momento de amor. No obstante, quienes sientan la curiosidad de comparar la película con el texto de Galsworthy, comprobarán que el relato es mucho más brillante que su adaptación. La dinámica narrativa es soberbia, y el escritor supo transmitir en ella con verdadera eficacia su más afilada crítica sobre el sistema judicial de su país y sobre las dobleces de la conducta moral humana.
Para ello, Galsworthy perfiló unos personajes fascinantes y atractivos, copiados de la realidad de su propio entorno vital, tanto de su formación como abogado, como de los tomados de las calles londinenses. Entre ellos dibujó abogados, damas de la calle, policías y sujetos perdidos en la vorágine de la vida. El resultado fue un relato vibrante, emocionante, algo angustioso por momentos, y muy interesante al final, en el que el autor supo conectar con los lectores, ofreciéndoles la disección de su propia alma, a través de una historia criminal. Es indudable que el estilo de esta pieza guarda semejanzas con las obras más características de Joseph Conrad, amigo y mentor de John Galsworthy. Quienes hayan leído El regreso 👈del autor anglo-polaco encontrarán paralelismos de diverso tipo con el mismo.
Un carácter muy distinto tiene la segunda nouvelle que aparece en el libro sobre el que escribo hoy. Esta vez el escritor inglés nos lleva al ambiente de los hipódromos y las carreras de caballos.
En Tenía un caballo Galsworthy nos traslada al mundo de las apuestas de Oxford. Allí, entre los estudiantes adinerados de la ciudad universitaria, Jimmy, un corredor de apuestas de poca monta, tiene su negocio. Un día, gracias a una deuda que no puede saldar uno de sus clientes, Jimmy se hace dueño de un caballo. Ante el propio asombro de verse poseedor de algo tan singular, y sentirse por vez primera como si fuera una persona de respeto e importante, Jimmy decide participar con Calliope, su caballo, en una carrera real. ¿Será capaz de burlar al destino?
Epson Derby, 1920 (Fuente: Wikipedia) |
Dos son los aspectos que me han llamado especialmente la atención de este cuento. Por un lado, la documentada ambientación del mundo de las carreras y la gran narración del desarrollo de los derbis; y por otro, la gracia con la que Galsworthy describe a sus personajes. El escritor economiza en palabras pero no en ideas. El colofón es tan ocurrente y humano que, pese a no ser una de las historias cuyo argumento más me interesaba en un principio del autor, acabó siendo una de las piezas que recordaré con más admiración. Su dinámico desarrollo y la amable conclusión tienen buena culpa de ello. Por otro lado, la empatía que siempre mostró John Galsworthy hacia los sujetos de las clases menos favorecidas queda patente en esta narración y consigue que el lector sea cómplice de esa intención.
Comentaba el editor de Reino de Cordelia al comienzo del libro, que John Galsworthy solía emparejar sus relatos por temáticas análogas. Así lo afirmó el autor en su recopilatorio Caravan de 1925, donde recogía los dos títulos que acabo de comentar. Y, aunque el argumento de los mismo sea del todo dispar, difiriendo al mismo tiempo en estilo e inspiración, también es cierto que las dos historias aluden a un mismo motivo: el poder de un hecho fortuito sobre el destino del individuo.
Decía el filósofo y científico alemán Hermann Keyserling (1880-1946), que muy pocos grandes hombres proceden de un ambiente fácil. Sin embargo, algunas veces espíritus empáticos salen de sus urnas de oro para denunciar la hipocresía y la mezquindad. Ese fue el caso de John Galsworthy, un hombre de carácter valiente y espíritu refinado que supo y quiso delatar lo que veía mal.
<En un mundo de fugitivos el que transita el justo camino, parece huir.> John Milton (1608-1674)
Undine von reinecke ♪
El autor por la Editorial
(Coombe, Surrey, 1867 – Londres, 1933) Fue uno de los grandes novelistas ingleses de la primera mitad del siglo XX, galardonado en 1932 con el Premio Nobel de Literatura. Estudió en Harrow y se doctoró en Derecho en la Universidad de Oxford, aunque, animado por la insistencia de su amigo Joseph Conrad, enseguida comenzó a compaginar las leyes con la literatura. Su primera novela, Jocelyn, la publicó con seudónimo en 1899, pero habría de esperar hasta 1906 para conocer el éxito gracias a El propietario, con la que abre su famosa serie La Saga de los Forsyte, llevada a la televisión por la BBC en 1967 y por la ITVen 2002, donde se describe a la clase media inglesa durante el final de la época victoriana y el comienzo de la edad moderna. Amplió este ciclo narrativo en otras novelas y relatos cortos con los mismos personajes y temas, entre los que destaca la segunda trilogía de los Forsyte, compuesta por las novelas El mono blanco (1924), La cuchara de plata (1926) y El canto del cisne (1928), publicadas conjuntamente en 1929 bajo el título de Una comedia moderna y ambientadas en la Inglaterra de entreguerras. La tercera y última trilogía, Fin de capítulo, apareció en 1935. Instalado en Sussex, Galsworthy escribió muchas más obras teatrales y novelas, que le convirtieron en uno de los escritores más prolíficos de su tiempo. Sus relatos cortos fueron reunidos y publicados en 1927. El acta del jurado que le concedió el Nobel destacó su poderosa fuerza descriptiva.
Que maravilla de reseña
ResponderEliminarMuchas gracias!!
EliminarHola Undine, cómo siempre una magnifica reseña. La verdad es que la saga de los Forsyte me echa un poco para atrás por su extensión, pero igual esta si me atrevería a leerla.
ResponderEliminarUn besazo
Buenos días, Nitocris.
EliminarYo te recomiendo que leas algún día La saga de los Forsyte, y en su defecto que veas la serie. Es una obra magnífica y terminarás adorando a los personajes, con sus defectos y virtudes, que son...
Por otro lado, efectivamente son más accesibles los relatos que explico en esta reseña. En mi opinión, son de una calidad extraordinaria y te dan un parámetro muy exacto de la narrativa de Galsworthy. Ya me contarás si te animas.
Un abrazo y gracias por pasar a comentar!!
Buenos días Undine, de Galsworthy leí hace años las primeras novelas de la saga de los Forsythe, que me gustó muchísimo. Esta que traes hoy me parece muy interesante y me la llevo apuntada. Estupenda reseña. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenos días, Mar.
EliminarUna vez más coincidimos en la admiración por un autor, y me alegra que te interese esta obra en particular. Te animo a que veas también la adaptación de Los primeros y los últimos. Ya verás qué maravilla de película.
Un abrazo y feliz semana!!
¡Hola! No he tenido el placer de leer nunca al autor pero con este no creo que me atreva, pues no consigue captar mi interés y creo que me costaría bastante su lectura. Aún así, agradezco enormemente tu cuidada reseña. Un besote :)
ResponderEliminarBuenos días, Marya.
EliminarQué pena que no te haya picado la curiosidad con Galsworthy, a mí me gusta mucho este autor. No obstante, te animo a que veas cualquier adaptación de una de sus novelas, creo que gustarían muchísimo, especialmente La saga de los Forsyte, con los fantásticos Damiam Lewis, Rupert Graves y Gina MCKee.
Un abrazo y gracias por pasar a comentar!!
Querida Undine:
ResponderEliminarSin palabras. Ha sido como leer una novela o ver una película y me ha asaltado una duda ¿cuánto tiempo tardas en escribir una reseña? Creo que tienes las reseñas de las más completas y mejor trabajadas de la blogosfera. Alucino mucho.
El libro me lo llevo y la peli 21 días juntos también. Intenté leer la saga, ese libro supergordote de Reino de Cordelia que creo que la tiene completa o casi. Y me quedé en el camino, no tuve paciencia. Pero así en corto me parece más asequible y me has dejado con las ganas.
Es que lo de criticar las clases pero tú seguir perteneciendo y disfrutando de tus privilegios siempre queda como poco comprometido y por eso supongo que le vinieron las críticas. Es complicado, el hombre querría que otros mejoraran su situación pero sin tener que empeorar él la suya pienso yo.
Ya te contaré.
Besines y ¡¡Feliz semana!!
Muy buenos días, Norah.
EliminarNo sé ni que decir después de leer tu amabilísimo comentario. ¡Mil gracias! Y, sí, tardo mucho en escribir cada reseña, dedico tiempo a documentarme. La curiosidad siempre, desde muy joven, ha acompañado mis lecturas.
Por otro lado, sé a ciencia cierta que te va a gustar muchísimo Los primeros y los últimos, máxime si después ves su extraordinaria adaptación. Tú y yo compartimos esa pasión por los clásicos del cine, y por ello, sé que el espíritu que subyace en estas obras te va a fascinar.
Un abrazo, y no dejes de leer algún días La saga de los Forsyte!
Qué pedazo de reseña! La peli me suena haberla visto, pero hace muchos años, sobre todo porque cuando ibas explicando el argumento de la novela me sonaba mucho. Pero he de reconocer que la novela no la conocía y ahora me has dejado con la necesidad de leerla.
ResponderEliminarBesotes!!!
Buenos días, Margari.
EliminarTe agradezco mucho tus amables palabras. Te animo a que te acerque al libro, ya verás qué emocionante son los relatos, especialmente el primero que he reseñado.
Un abrazo y gracias por la visita!!
Parece ser una historia interesante, es cortito asi que me lo apunto :)
ResponderEliminarexcelente reseña
Buenos días, Génesis.
EliminarEfectivamente, es un libro que se lee en dos ratos. Su lectura es apasionante y muy fácil de hacer.
Un saludo, y gracias por visitarme!!
Otro libro que me llevo. La saga de los Forsyte la tenía en el punto de mira, porque me encantan ese tipo de libros. Leeré a este autor. Y muchas gracias por estas reseñas que nos preparas. Un abrazo
ResponderEliminarBuenos días, Esther.
EliminarLa narrativa de Galsworthy es impresionante, y no me canso de recomendar sus obras.
Por otro lado, La saga de los Forsyte se encuentra entre mis lecturas favoritas. Estoy segura que a ti te gustaría también.
Un abrazo y muchas gracias por tus amables palabras!!
¡Hola preciosa!
ResponderEliminarComo siempre una maravillosa entrada, me ha encantado leer la reseña ya que no conocía ni el libro ni al autor. Me parece un libro que ha pesar de no ser muy largo se ve bastante intenso.
❀ Fantasy Violet ❀
Besotes! 💋💋
Buenos días, Violeta.
EliminarMil gracias por pasar a leerme y por las palabras que me dedicas. Efectivamente, los dos relatos del libro son muy intensos, pero se leen muy rápido y te dejan la sensación de haber leído una gran novela. Es lo que pasa siempre con Galsworthy. Ya me contarás si te decides a leerlo.
Un abrazo y gracias por visitarme!!
Hola, increíble tu reseña. La verdad por como lo cuentas te anima a leer estas historias. No conocía al autor si te soy sincera. Miraré a ver
ResponderEliminarBuenos días, No solo leo.
EliminarGracias por tus amables palabras!! Te animo a que te acerques a Galsworthy, a mí me gusta mucho este autor y siempre recomiendo cualquiera de sus obras.
Un saludo y gracias por la visita!!
Hola Undine, si te digo la verdad, por el título ni me hubiera fijado en este libro. Así, a priori, no me resultaba tentador, pero luego al leerte la cosa cambia radicalmente. Me llevo apuntadas esas referencias cinematográficas, de entrada. Besos
ResponderEliminarBuenos días, Marisa.
EliminarTú, que eres tan cinéfila, no puedes dejar escapar la obra de este autor. Muchas de sus novelas se han adaptado al cine o la televisión, así de buenas son sus novelas. Ya me contarás.
Un abrazo y gracias por pasar a comentar!!