RESEÑA: MEAULNES EL GRANDE, ALAIN FOURNIER

 

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica:

Editorial: Alianza

Colección: Editorial: Alianza Literaria (AL)

Traductor: Ramón Buenaventura

I.S.B.N.: 978-84-206-6959-5

Publicación :13/03/2012 

Formato: Tapa dura con sobrecubierta

Páginas:336


Sinopsis de la Editorial

François Seurel, un adolescente tímido y reservado, siente una profunda admiración por su nuevo compañero de estudios, el intrépido Meaulnes el grande, como es conocido por su estatura. Tras regresar al centro después de haberse escapado, François nota que algo lo perturba. Perdido en el bosque, había llegado a una heredad donde preparaban, en un marco de ensueño, los festejos de una boda que al final no tendrá lugar. Allí se cruza fugazmente con la hermana del novio abandonado, Yvonne de Galais, de la que se enamora perdidamente convirtiéndose en su obsesión. Ayudado por François y un misterioso bohemio, Meaulnes hará todo lo posible por volverla a ver. Pero el destino es caprichoso y no siempre lo pone fácil. 


Propuesta musical para este libro


Grave y desgarrador (Grave et poignant) es una pieza compuesta por el pianista y compositor belga Andre Devaere (1890-1914), que lleva como subtítulo una cita de Baudelaire: "Poseo más recuerdos que si tuviera mil años". La obra está fechada el 9 de mayo de 1914,  pocos meses antes del fallecimiento de su autor en la Primera Guerra Mundial, y se considera el testamento pianístico de su autor. 

El motivo por el que he elegido esta pieza para acompañar la reseña de hoy se basa en dos motivos: el primero, que las dos obras, tanto la literaria como la musical, fueron publicadas con pocos meses de diferencia; y la segunda, que los autores de las mismas, Faurnier y Devaere, fallecieron en el campo de batalla poco después de iniciarse la Gran Guerra. Estos hombres perdieron la vida a muy temprana edad, cuando tenían una prometedora carrera por delante. Vaya para ellos este pequeño homenaje.


Lo que Undine opina del libro


<Lo que hace indisoluble a las amistades y dobla su encanto, es un sentimiento que le falta al amor, la certeza.> Honoré de Balzac (1799-1850)


Hoy, 15 de febrero de 2023, llego a tierras francesas, siguiente etapa de mi reto La vuelta al mundo en doce libros, que imita el viaje de Phileas Fogg, el intrépido personaje de Julio Verne. En la edición de este año, he decidido desviarme un poco de la ruta original, para conocer una de las ciudades más bellas e históricamente significativas de Francia, una localidad que ha sido apodada como “Ville d'art et d'histoire", es decir, Ciudad del Arte y de Historia, desde que en 2004 se la designó como Capital Europea de la Cultura. Y es normal que así fuera, porque su patrimonio histórico y artístico hacen de ella un lugar de lo más singular. Estoy hablando de Lille, esa población de la Alta Francia, de la que es su capital, y que está situada a poco más de cien kilómetros del puerto de Calais, el lugar donde he desembarcado. Allí espero encontrarme con una interesante parte de la historia gala.

Ciudadela de Vauban en la ciudad de  Lille (Fuente: lille.es)

Lo primero que me llama la atención al entrar en la ciudad es su singular urbanismo, en el que destaca su gran Ciudadela de Vauban, una auténtica ciudad fortificada en forma de estrella, con edificios civiles y militares de todo tipo. Esta “mini-ciudad” fortificada fue mandada construir en 1667 por el rey Luis XIV, que, con ánimo de proteger su feudo de los enemigos, ordenó a Sébastien Le Prestre que la diseñara. De este modo, Lille se convirtió en una de las localidades más extraordinarias de Francia y, posiblemente, de toda Europa. Y su emplazamiento geográfico fue el verdadero causante de ello. Veamos por qué.

Lille limita por el noroeste con el Canal de la Mancha, por el noreste con Bélgica y, enmarcando su zona sur, tiene el resto del territorio francés. Esta particular posición hizo de ella a lo largo de su historia un lugar muy codiciado por todas las potencias europeas que lo rodeaban, que no sólo la veían como un punto altamente estratégico a nivel político, sino también por su potencial económico y comercial.

La historia de esta ciudad se remonta al año 2000 a. C., habiéndose hallado en su delimitación restos de asentamientos humanos de la Edad de Bronce y la del Hierro. No obstante, su verdadera trayectoria importante comenzó con la romanización de la Galia -ya sabemos lo buenos ingenieros de caminos que eran los romanos, favoreciendo las comunicaciones con ello-, y fue en ese momento cuando comenzó a crecer, destacando sobre el resto de asentamientos cercanos y convirtiéndose en el germen de lo que sería la futura Lille. Con la llegada de la Edad Media, este desarrollo fue exponencial, absorbiendo en su avance a todas las poblaciones cercanas a ella. En ese momento, su destino estaba ya fijado, iba a transformarse en una potencia económica de carácter internacional.

Antiguo Canal de la Explanada sobre el río Deûle
Fuente: Mundovacaciones/Wikimedia
Por aquel entonces, la ciudad formaba parte del Condado de Flandes, que era vasallo del Reino Franco. Esa posición fronteriza la hizo vulnerable a los movimientos estratégicos de los monarcas interesados en sacar provecho de ella, con la intención de ampliar además sus fronteras. La codicia de esos reyes estaba justificada, porque Lille estuvo muy pronto a la cabeza del comercio, gracias a su cercanía con la zona navegable del río Deûle, donde construyó un puerto fluvial, que la ayudó en su empresa, creciendo su economía enormemente.

Los primeros en darse cuenta de ello fueron los vikingos, que invadieron sus tierras durante el siglo IX y el X en repetidas ocasiones. Ni siquiera las murallas defensivas que levantaron los Condes de Flandes quitaron el deseo de hacerse con la ciudad a las naciones cercanas. La rentabilidad que Lille obtenía de su magnífica industria textil despertaba la más oscura de las codicias. Un ejemplo de ello lo tenemos en el rey francés Felipe Augusto II (1165-1223), que veía un peligro en los vínculos comerciales que Lille mantenía con Inglaterra y el Sacro Imperio. El monarca temía la invasión de estos enemigos y concentró sus energías en ocupar la región, para seguir teniendo la hegemonía sobre Flandes. Estos movimientos estratégicos terminarían en la sonada Guerra de los Cien Años (1337-1453).

Felipe I, el Hermoso (Fuente:Wikipedia)

Pese a todas la precauciones y luchas mantenidas, debido a las diferentes alianzas matrimoniales, Lille acabaría en manos de la casa de Habsburgo. Así fue como la corona española terminaría haciéndose con Lille y con el resto del condado de Flandes, además de los territorios de Borgoña y Brabante. Todo empezó cuando Felipe I -también conocido como Felipe el Hermoso, el esposo malogrado de Juana de Castilla y padre del futuro emperador Carlos V-, subió al trono en 1482, como resultado del matrimonio de sus padres, el archiduque Maximiliano I de Austria y María de Borgoña. 

Sin embargo, no sería hasta que Carlos V entró en Lille al mando del ejército español en 1516, que se estableciera la soberanía sobre la ciudad. Este poder se mantuvo durante siglo y medio, cayendo otra vez en manos francesas durante el reinado de Felipe IV, como resultado de la victoria de Luis XIV en la Guerra de Devolución (1667-1668).


Durante el tiempo que Lille perteneció a España, siguió registrándose ese gran crecimiento económico y demográfico, aunque la ciudad también sufrió por culpa de la peste y de las guerras entre católicos y protestantes. Pese a ello, esta cotizada ciudad se convirtió, junto a Ámsterdam y Amberes, en una de las ciudades más importantes de los Países Bajos, gracias a sus ya mencionadas manufacturas textiles y a la fundación en 1562 de su universidad, que fue ordenada construir por Felipe II. Hoy en día aún se dejan ver algunas edificaciones del paso de la cultura española por aquellas tierras, de las que son ejemplo las casas españolas de Bettignies, la Puerta de Roubaix o la Vieja Bolsa de Lille.

Vieja Bolsa de Lille, S. XVII (Fuente: Wikipedia)

Esta privilegiada preponderancia económica se mantuvo durante el siglo XVIII, aunque se diversificó a otros ámbitos del comercio y la manufactura, pese a los diferentes conflictos en los que se vio envuelta la región, como la Guerra de Sucesión (1701-1713), la Revolución Francesa o la guerra contra Austria, acontecimientos bélicos que tuvieron a Lille muy ocupada.

Así llegó Lille al siglo XIX, preparada para recibir con las manos abiertas a la Revolución Industrial, y en ese momento eclosionó como el foco económico más importante de Francia, y uno de los mayores a nivel internacional. La industria metalúrgica, su buena red ferroviaria, los yacimientos de carbón descubiertos y el renacimiento de su potente industria textil, fueron el detonante de ello. No es de extrañar que con tanto progreso se fundara durante esta centuria su prestigiosa Universidad de Ciencias, cuyo primer decano fue el insigne científico Louis Pasteur. Con tanto movimiento económico y cultural, es normal que Lille fuera en aquellos días, en lo relativo a lo social, un hervidero ideológico que rivalizaba con la capital. Ya sabemos por la reseña parisina del pasado año👈 lo que todo ello implicaba.

Y en este contexto llego al siglo XX, y con él, el acontecimiento que cambiaría la forma de vida de prácticamente toda la humanidad: la Primera Guerra Mundial. Este conflicto bélico castigó severamente a Lille, y, una vez más, fue por culpa de su ubicación geográfica, ya que se encontraba en pleno frente franco-alemán.

Alain Fournier, 1913 (Wikipedia)
Este periodo de la historia gala me sirve para presentar ante mis lectores a un escritor que murió en el campo de batalla. Me refiero a Alain-Fournier, el autor de Meaulnes el Grande, la novela protagonista de la reseña de hoy y una de las más importantes de la literatura francesa, que fue publicada con gran éxito entre el público y la crítica tan sólo un año antes del fallecimiento de Fournier, acontecido el 23 de septiembre de 1914, cuando sólo habían transcurrido unas semanas del inicio de la contienda.

Alain-Fournier es el seudónimo de Henri Alban Fournier, un escritor cuya biografía es muy escueta, debido a temprano fallecimiento, ya que perdió la vida cuando sólo contaba veintisiete años. Sin embargo, las experiencias de su malograda vida son fundamentales para conocer la trascendencia que ésta tuvo sobre la única novela que publicó, y por la que alcanzó la inmortalidad.

Nacido en 1886 en La Chapelle-d'Angillon, capital del cantón del departamento de Cher. Al ser sus dos progenitores maestros, pasó gran parte de su infancia en los destinos rurales, donde eran enviados sus padres para impartir sus clases, y aquellos días felices de la niñez serían fundamentales para ambientar su futura novela. A la edad de doce años fue enviado a París para obtener el título de educación secundaria, y lo consiguió con todos los honores. Por aquel entonces, su espíritu soñador le hacía desear embarcarse en la carrera naval, como les ocurría a muchos de sus colegas escritores contemporáneos (recordemos anteriores etapas dedicadas a Pierre Loti 👈y a Wenceslau de Moraes👈), pero muy pronto abandonó este anhelo, que cambió por el de obtener el título de bachiller y, más tarde, estudiar literatura. Sin embargo, después de haber pasado por varias instituciones de prestigio, en 1907 no consiguió aprobar el examen oral que le daría el título de la prestigiosa institución universitaria École Normale Supérieur. 

Yvonne de Galais (Fuente: geneanet.org)
Por aquel entonces, ya había conocido a la que fue su gran y fallido amor, Yvonne de Quiévrecourt, una muchacha que conoció a los dieciocho años, de la que estuvo locamente enamorado. El escritor reconoció que ella fue la inspiración para construir a Yvonne de Galais, la heroína de Meaulnes el Grande. En la correspondencia que mantuvo con su gran amigo y confidente Jacques Rivière, persona que conoció en su etapa de estudiante, queda constancia de ello.

Con el corazón roto, y sin expectativas de triunfo en el campo académico, Alain Fournier se alistó para realizar el servicio militar ese mismo año de 1907, para licenciarse dos años más tarde con el grado de teniente segundo, quedando en la reserva del regimiento de infantería. Ahí dejó su relación con el ejército, por el momento, ya que, en 1910 fue contratado como columnista en el Paris-Journal, y también comenzó a publicar con cierto éxito ensayos, poemas y cuentos. En aquellos días, también inició amistad con personalidades del mundo intelectual parisino de todos los ámbitos, como Andre Gide, Jacques Copeau o Paul Claudel. La fascinación que Fournier sentía por la cultura no tenía freno, y muestra de ello era su afición por la música de Debussy, cuya influencia puede encontrarse en su famoso texto, ya que algunos motivos argumentales están basados en la ópera Pelléas et Mélisande ( 1902), del prestigioso compositor francés. Invito a mis lectores a leer las interesantes impresiones del escritor Julian Barnes sobre este tema.

Madame Simon, amante de Faurnier (Fuente: Wikipedia)

En aquellos momentos, ya se estaba fraguando lo que sería su gran obra Meaulnes el Grande. Este trabajo literario lo compatibiliza con el de secretario, cuando entró al servicio de Claude Casimir-Perier, un escritor que era hijo de un expresidente de la República, al que ayudó a finalizar su libro Brest, port transatlantique (1914). Sin embargo, lo más singular en la relación de estos dos hombres tenía nombre de mujer: Pauline Benda. Se trataba de la esposa de Perier, una famosa actriz -conocida con el nombre artístico de Madame Simon-, con la que Alain Fournier mantuvo  un apasionado romance, que sólo finalizó al morir el escritor en el frente de batalla, ya que la última vez que se vieron estaban juntos disfrutando de la temporadas estival, cuando el fue llamado a filas por el ejército.

Alain Fournier fue considerado un héroe de guerra por haber perdido la vida defendiendo a Francia. Fue condecorado con la Cruz de Guerra y nombrado Caballero de la Legión de Honor. Su nombre aparece escrito en los muros del Panteón de París, junto al resto de escritores que murieron con honor por Francia durante la Primera Guerra Mundial. Y todo ello, unido al tremendo éxito que obtuvo desde el primer momento con su única novela publicada, convirtió al autor de Meaulnes el Grande en una leyenda inmortal.

Meaulnes el grande nos cuenta la historia de François Seurel, un joven de quince años, introvertido y sensible, que vive en una localidad rural. Hijo de monsieur y madame Seurel, los profesores de la escuela del pueblo, a su hogar ha llegado Agustín Meaulnes, un joven carismático y grandullón, dos años mayor que François, que se quedará a vivir con ellos como pupilo. Muy pronto, los dos muchachos se hacen amigos íntimos, y gracias a la atractiva personalidad de Agustín, el resto de compañeros de la escuela seguirán con interés sus correrías. Tanto influjo tiene Meaulnes entre el resto de muchachos, y su tamaño les impondrá tanto, que se ha ganado el sobrenombre de “El Grande”. Un día, Agustín desaparece, y la familia Seurel no sabe nada de él hasta tres jornadas después. Su regreso resulta misterioso y parece esconder un enigma, y, por ello, François no ceja en su empeño de descubrir el secreto. Y esta investigación llevará a los dos amigos a vivir una gran hazaña, en busca de una mansión perdida en el bosque que, como un  castillo encantado, esta habitado por una bella doncella. Es entonces cuando comenzará la verdadera aventura, una andanza que durará algunos años, y que llevará a los dos jóvenes a vivir las experiencias más románticas con las que todo pintor, músico o escritor quiso alguna vez soñar.

Edición original del libro (FUente: Wikipedia)

Meaulnes el Grande es una bellísima, apasionada y emotiva novela, que fue publicada en 1913 por la editorial Émile-Paul Frères. La obra está considerada semiautobiográfica, por los recuerdos que Fournier volcó en ella de su propia infancia, y por estar la heroína principal basada en un antiguo amor de su juventud del autor, la antes mencionada Yvonne de Quiévrecourt. No sería el único personaje real que el escritor retrató en el libro, ya que otra de las figuras femeninas que aparecen en él, la joven costurera Valentine Blondeau, recrea la personalidad de Jeanne Bruneau, una muchacha con la que Fournier vivió una efímera aventura. Como vemos, el romance está muy presente en el texto, y hace un homenaje al primer amor. Sin embargo, la novela no pertenece al género "amatorio" per se, sino que se acerca a lo que frecuentemente se denomina como "iniciático", siendo su personaje central el fascinante Agustín Meaulnes, la encarnación del ideal romántico, ese héroe carismático, impulsivo y valeroso, que va en busca del amor perdido, y por el camino, irá dejando tras de sí las experiencias de la infancia y la juventud, hasta llegar a la edad adulta. 

No obstante, nuestro héroe no estará solo durante todo el camino. A veces a su lado, en otras ocasiones a distancia, su amigo François Seurel, como un trovador de los viejos tiempos, irá narrando todas sus hazañas de manera intimista, sencilla y cercana al lector, de tal manera que se hace inevitable la empatía y la conexión de éste con el narrador. El toque soñador y algo fantástico de su disertación ayudan en esta bonita relación.

La fórmula estilística que utilizó Fournier en el fondo es muy sencilla, tan sólo tomó sus mejores herramientas narrativas y las combinó con un sublime trabajo de introspección, que le sirvió, no sólo para trasladar sus propias emociones de juventud, como he mencionado algunos párrafos antes, sino para ambientar y construir la magnífica atmósfera de la novela, esa que envuelve sin poder evitarlo al lector. 

Río Cher a su paso por Saint-Georges (Fuente: Wikipedia)

En ese sentido, el autor dejó constancia de todo ello en la correspondencia que mantuvo con sus padres. Fournier les hablaba en ella de los gratos recuerdos que conservaba de su infancia, transcurrida junto a ellos y su hermana en la región del río Cher. Aquel idílico lugar, situado en el Centro del Valle del Loira, lo camufló bajo el nombre de Sainte-Agathe, y allí situó a sus personajes, todos ellos arquetipos y personalidades que se veían en las aldeas de aquellos días, como aldeanos, granjeros, hacendados, pilluelos varios, feriantes ambulantes y bellas muchas, consiguiendo dibujar con estas figuras tiernas y llenas de humanidad una hermosísima pintura costumbrista

No obstante, sería muy simplista quedarse tan sólo con esta última observación, porque Meaulnes el Grande es un texto mucho más complejo que todo eso, algo tan grande, que incluso el escritor y crítico literario John Fowles la calificó como la mayor novela que se había escrito en Europa sobre la adolescencia. Y, desde mi experiencia como lectora, comparto esta opinión. En ella subyacen de manera empática y positiva todas las emociones que experimenta el ser humano desde la adolescencia hasta entrar en la madurez. La amistad, la rivalidad, el amor, el miedo e incluso el rechazo, la pérdida y la falta de esperanza… Todos esos sentimientos que atenazan al individuo en su etapa de crecimiento, son tratados desde una perspectiva lírica, mágica, por momentos soñadora y algo dramática al final, pero en absoluto nada sensiblera y pazguata. La magia que obró Fournier con su novela consiguió que ésta sea una obra capaz de emocionar a cualquier edad, tanto si se es un adolescente rebelde y soñador, como si el lector pertenece al grupo de la tercera edad. 

Jacques Rivière, amigo y confidente de Fournier
(Fuente: Wikipedia)
Hablaba antes del acertado estilo narrativo del autor, y sin embargo, no mencioné su carácter acogedor. No es de extrañar que así resulte, ya que en Meaulnes el Grande se pueden encontrar, desde mi punto de vista, las influencias de los más grandes literatos decimonónicos ingleses y franceses. En los pasajes de este clásico galo distinguiremos ciertos motivos de Stevenson, el lirismo realista de Balzac, o la amable e imaginativa narrativa de Dickens, del que Fournier se confesó en vida admirador. Así se lo manifestó a su amigo Jacques Rivière en una de las cartas le envió, donde le decía que soñaba con poder crear obras al estilo de Charles Dickens. Y, desde mi punto de vista, en Meaulnes el Grande lo consiguió, eso sí, con un estilo más cercano a los lectores de posteriores generaciones.

Esto último me lleva a comentar la enorme influencia que esta obra ha tenido en otros escritores, y quienes conozcan la obra de Jack Kerouac, Scott Fitzgerald y de Marcel Proust, entre otros autores, me darán la razón. Ese viaje iniciático que aparece en la novela, y los personajes que la protagonizan, son motivos literarios que encontraremos de alguna manera en las obras de los escritores mencionados. No obstante, no sólo la literatura se ha visto influida por esta obra, también el mundo de la música le ha rendido pleitesía, y existen varias composiciones en su honor, entre las que se encuentran una sinfonía compuesta por Michel Bosc (1963) y un himno cuya autoría pertenece al compositor holandés Rodolfo Escher (1912-1980). Por otro lado, el cine y el teatro también cayeron bajo su influjo, habiéndose representado en los escenarios en repetidas ocasiones, y existiendo dos adaptaciones al cine, la última estrenada en el año 2006, bajo la dirección de Jean- Daniel Verhaeghe, y con Clémence Poésy como heroína. 

Ese ascendiente sobre la cultura ha hecho de Meaulnes el grande una lectura obligada en las aulas francesas, ha sido elegido en múltiples ocasiones como uno de los libros mejor valorados de la literatura francesa, e incluso de la internacional, ocupando el sexto puesto, por detrás de Proust y de Camus, en un listado que hicieron los franceses para votar las mejores novelas del siglo XX. 

Si es así o no, queda al criterio de mis lectores. No obstante, prepárense todos a vivir con Meaulnes el Grande una emocionante, tierna y, por supuesto, nostálgica aventura, que no sólo les transportará a los sueños idílicos del pasado, sino que les devolverá la magia de aquellos días.


<¿Acaso el sueño no es el testimonio del ser perdido, de un ser que se pierde, de un ser que huye de nuestro ser, incluso si podemos repetirlo, volver a encontrarlo en su extraña transformación?> Gastón Bachelard (1884-1962)


Undine von Reinecke ♪


Os espero a todos el 15 de marzo de 2023 en Sicilia (Italia), próxima etapa de La vuelta al mundo en doce libros 2023.



El autor por la editorial

Alain Fournier, 1905 (Fuente: Wikipedia)

Alain-Fournier

Alain-Fournier es el seudónimo de Henri Alban Fournier, un clásico de la literatura francesa, un autor de culto a pesar de su corta carrera literaria, truncada a los veintiocho años en los primeros compases de la Primera Guerra Mundial. Poeta y narrador, publicó sus poemas, relatos y artículos en diversas publicaciones como La Nouvelle Revue Française y Paris-Journal. Sus poemas aparecieron agrupados en el libro Miracles. Sólo escribió una novela, Meaulnes el grande. Fue publicada diez meses antes de su muerte.


Comentarios

  1. ¡Hola! Siento cierta curiosidad por ese homenaje al primer amor pero no es un libro que termine de llamarme y seguramente opte por dejarlo pasar. Un besote :)

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    1. Buenos días, Marya.
      Es cierto, la novela se aleja de tus lecturas ordinarias. No obstante, si te cruzas con esta novela, no dudes en darle una oportunidad. Creo que es una historia preciosa.

      Un abrazo y gracias por la visita!!

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  2. Querida Undine:
    Me has ganado por la mano. Tiene todo lo que me gusta. Y me parece de esas novelas que son ideales para desentenderse del mundo un bien rato.
    La historia del autor me pareció triste, me recordó a la de Némirovsky, vidas truncadas por la guerra y además lo que se pierde la literatura.
    Voy sacando billete a Lille.
    Besitos y ¡Feliz semana carnavalera!

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    1. Buenos días, Norah.
      No dudes ni un momento sobre esta novela, estoy segura que te va a encantar. Tiene dulzura, belleza y todos los ingredientes para fascinarte.
      Y, sí, Fournier fue otra víctima más de la violencia y terror de la guerra. Cuántas vidas se han perdido al servicio de no se sabe qué.

      Un abrazo, preciosa y diviértete mucho en estas fiestas!!

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  3. Ay, Lille. A la vuelta de un viaje en coche que hicimos a Ámsterdam, queríamos pasar una noche en el sur de Holanda o en Bélgica. Fuimos incapaces de encontrar una habitación hasta llegar a las afueras de Lille. Lo malo es que al día siguiente cogimos carretera y seguimos sin visitar la ciudad. Siempre nos hemos arrepentido y seguimos con idea de volver a ella.
    Respecto al autor, no lo conocía, pero la novela me atrae mucho y su inspiró a Camus, Proust o Scott Fitzgerald que tanto me gustan, seguro que tengo que leerla.
    Magnífica la reseña y, sobre todo, el apunte histórico de la ciudad. Te lo has currado.
    Un beso.

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    1. Buenos días, Rosa.

      Qué lástima que te perdieras la visita a Lille estando en la ciudad. Sin embargo, ahora tienes una excusa para volver.
      En cuanto a lo que comentas sobre Alain Fournier y su novela, no dudes en conocerlos. Estoy muy segura que te van a encantar. Ya me contarás.

      Un abrazo fuerte, y muchas gracias por tu amabilidad!!

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  4. Buenas tardes Undine!. ¡Cuanto talento se pierde en las guerras y de que forma tan inútil e Irrecuperable! . No he leído Meaulnes, el grande pero si he visto referencias a ella en otras novelas, que la consideraban una obra maestra de la literatura universal, y siempre he sentido curiosidad; por lo que cuentas creo que me gustará, tomo nota. Magnífica reseña como siempre, y un interesante e instructivo viaje a Lille, ciudad que no conozco. Un abrazo.

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    1. Buenos días, Mar.

      Efectivamente, las guerras arrasan con todo a su paso. Ni el patrimonio histórico, ni la cultura, ni las vidas humanas se libran de sus terribles consecuencias.
      Por otro lado, te animo a que leas Meaulnes el Grande, nada de lo que hayas leído a cerca de esta novela exagera sus méritos. A mí me ha emocionado muchísimo.

      Un abrazo y muchas gracias por la bonitas palabras que me dedicas!!

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  5. Tantas vidas y tantos talentos truncados por la maldita guerra... No conocía a este autor ni al compositor de la pieza que has puesto hoy, que es maravillosa. Cuánto disfruto con tus entradas y cuánto aprendo. Y desde luego me llevo este libro apuntado, que tiene ingredientes que me gustan.
    Besotes!!!

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    1. Buenos días, Margari.
      En estos momentos que vivimos, tus palabras de crítica a la guerra las hago más mías que nunca.
      Con respecto al autor y su obra, son magníficos. Espero que algún día puedas disfrutar de Maulnes el Grande. Por otro lado, la pieza musical la he conocido gracias a esta entrada, y a mí también me ha fascinado. ¿No te recuerda un poco a Skriabin?

      Un abrazo y muchas gracias de corazón!!

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  6. Holaa!! pues otro más que me llevo apuntado porque suena bastante interesante. Gracias por tu genial reseña.

    Blessings!!

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    1. Buenos días, BookLover.
      Me alegra que te haya gustado lo que cuento sobre Meaulnes el Grande. Espero que te guste la novela cuando la leas. Ya me contarás.

      Un abrazo y feliz semana!!

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  7. ¡Hola preciosa!
    Siempre es un placer pasarse por tu casita, pues me llevo apuntados libros que no conocía y por los que siento bastante curiosidad cuando leo tus reseñas.

    ❀ Fantasy Violet ❀
    Besotes! 💋💋

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  8. ¡Hola, Undine! Primero que nada muchas gracias por pasarte por mi blog. Ya te estoy siguiendo :)
    Con respecto a tu reseña (completísima por cierto) me encanta que sea una narración intimista pero no creo que sea una lectura para mí. De todas maneras me encantó lo que escribiste y la pieza musical que nos compartes.
    Me quedo por aquí para seguir leyendo tus próximas reseñas.
    ¡Un saludo grande!

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  9. Hola Undine, pues me parece muy poético todo lo que has dicho. Me la apunto para futuras lecturas.
    Un besazo

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  10. Hola Undine😊
    Buenos días! Imposible comenzar un sábado sin leerte a ti con un café por medio.
    Que magia nos regalas con cada trabajo, realmente excepcional.
    Y con mi cuaderno al lado anoto otra sugerencia por buscar tuya.
    Muchas gracias y feliz finde!

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  11. Jo, qué triste la vida del autor... La verdad es que es un libro en el que no me hubiera fijado si no es por esta extraordinaria reseña que te has marcado. Besos

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