RESEÑA: LA BAILARINA, MATILDE SERAO
Fuente: Undine von Reinecke |
Ficha Técnica
Editorial: Libros de Seda
Traducción: Noelia Pousada Lobeira
Nº de páginas: 224
P.V.P.: €19,95
ISBN: 978-84-19386-35-9
Género: clásicos
*Primera traducción al castellano
Sinopsis de la Editorial
Carmela Minino es una joven que desea ser bailarina. No es bonita y sí una mujer de vida devota que desconfía de los hombres, a los que ve como un peligro que lleva al mal y no al amor. Por eso se resiste a la insistencia amorosa de Roberto Gargiulo; pero cuando su colega Emilia Tromba, amante del conde Ferdinando Terzi, se burla de su virginidad, se deja llevar por Gargiulo y abandona la castidad. Al hacerlo, no logra la felicidad, ya que ella sigue enamorada… del conde. Y esta idea la perturba. Sin embargo, más tarde sucederá algo peor. ¿Desvelará Carmela por fin sus sentimientos? ¿Qué ha quedado de la joven honorable que un día fue?
Propuesta musical para este libro
*Crédito del vídeo: Canal de YouTube Frys Lan
La pieza que el lector está escuchando es el Gloria a Egipto, Marcha Triunfal perteneciente a la ópera Aida, compuesta por el italiano Giuseppe Verdi, cuyo libreto fue escrito por el periodista, novelista y poeta Antonio Ghislanzoni (1824-1893), que a su vez se basó en el texto del francés Camille du Locle. Por otro lado, la historia que narra esta aclamada obra del repertorio operístico centra su interés sobre una idea propuesta por el egiptólogo francés Auguste Mariette. La pieza se estrenó en el Teatro de Ópera del Jedive en El Cairo el 24 de diciembre de 1871, bajo la dirección de Giovanni Bottesini.
He elegido esta pieza musical para acompañar la reseña de hoy, porque la ópera Aida y sus escenas de danza aparecen en La bailarina de la escritora napolitana Matilde Serao, y durante su escenificación la nouvelle alcanza el clímax argumental.
Lo que Undine opina del libro
<El que no encuentra un biógrafo ha de forjarse la vida él mismo.> Giovanni Guareschi (1908-1968)
Decía el escritor italiano Giovanni Papini (1881-1956), que si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiera narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se hayan escrito. Yo no sé si esta idea puede considerarse una máxima universal, generalizar no siempre es acertado. Sin embargo, encuentro esta reflexión muy sugerente, porque condimentar las obras con una nota de sabor biográfico suele añadir siempre pimienta a la ecuación.
Eso es lo que sucede con La bailarina, una novela firmada por la escritora italiana Matilde Searao, que la editorial Libros de Seda pondrá el próximo 5 de febrero en las librerías, con la traducción de Noelia Pousada Lobeira, quien ha hecho un estupendo trabajo trayendo a nuestro idioma el impactante estilo literario de Serao.
Matilde Serao, revista Radiocorriere (1890) Fuente Wikipedia |
Quizá, lo que más llame la atención de esta autora, es que fue hija de la situación política italiana y, por ende, de la época en la que nació. Algo que suele ocurrir siempre, pero que en su caso fue determinante, ya que la efervescencia del momento dio pie a muchos movimientos sociales, a los que la escritora contribuyó de manera activa. De hecho, nadie pone en duda su liderazgo en la lucha a favor de los derechos de la mujer, y de los desheredados de la sociedad. Su legado literario, tanto el periodístico como el novelesco, dejan claro este aspecto. Serao dio visibilidad a la problemática femenina, tanto a nivel personal como laboral. En su compromiso con el tema, se acercó a las clases sociales menos favorecidas, y esto contribuyó a que la sociedad conociera el mísero espectro del universo femenino, que ésta se empeñaba en ocultar.
Francisco II, foto hermanos D'Alessandri (1865) National Portrait Gallery (Fuente: Wikipedia9 |
Como quiera que sea, los Serao vivirían durante la infancia y adolescencia de Matilde en Nápoles, donde el cabeza de familia trabajó como periodista, y esta labor imprimiría carácter en su joven hija. De hecho, fue su padre quien la introdujo en el mundo de la prensa, invitándola a colaborar con él en Il Piccolo, el diario en el que publicó su primer escrito, cuando contaba tan sólo dieciséis años, que firmó con el pseudónimo de Tuffolina. Sin embargo, la paupérrima situación económica familiar y los problemas de salud de la madre contribuyeron a que la joven no hubiera recibido una educación intelectual adecuada, que afectó a su estilo literario, y que la expondría en el futuro a las críticas, aunque ella jamás se avergonzó de ello, sino que hizo bandera de su condición.
Con todo y con ello, y regresando a la trayectoria de vida de Matilde Serao, en 1874 obtuvo el título de maestría, y consiguió una plaza para trabajar en la empresa estatal de telégrafos, una ocupación que mantendría por tres años, para ayudar con sus ingresos a la familia. Aquellas experiencias como telegrafista las aprovecharía en el futuro, no sólo para escribir una novela que tituló Il romanzo della fanciulla (1886), sino también para exponer ante la sociedad las pésimas condiciones laborales a las que se enfrentaba la mujer de aquellos días, una temática que siempre estuvo presente en su narrativa.
La pasión por escribir y el periodismo lo eran todo para la joven Matilda. Por ese motivo, muy pronto también comenzó a colaborar con diferentes periódicos, como el Giornale di Napoli, para los que escribía artículos y cuentos.
Eleonora Duse, Matilde Serao ydos caballeros(1897) Foto: Giuseppe Primoli / Fuente: Wikipedia |
Sea como sea, la escritora se trasladó a Roma 1882 para continuar su carrera literaria y periodística. Allí colaboró durante cinco años con la publicación Il Capitan fracassa, para la que escribía chismes y críticas de novelas, firmando sus trabajos con el seudónimo de Chiquita.
Por otro lado, en aquellos días, su carácter inquieto la llevó a hacerse un hueco en los salones romanos más selectos de la época, aunque es cierto que también contribuyó a ello la fama que le dió su novela Fantasía (1883). Aquella obra recibió críticas muy negativas de un joven, apuesto y arrogante escritor llamado Edoardo Scaroglio (1860-1917), con el que Matilde protagonizó uno de los cotilleos más sabrosos de la escena social romana, que el genial Grabriele D'Annunzio no dudó en difundir en el diario La Tribuna. Y no es para menos, porque, pese al inicial rechazo que Matilde Serao causó en la persona de Scaroglio -ella era bajita, de aspecto poco agraciado y modales descarados-, el crítico literario terminó rendido a sus pies. La pareja contrajo matrimonio en 1885, y de aquella unión nacieron cuatro hijos.
Edoardo Scarfoglio, retrato de Vincenzo Gemito Fuente: Wikipedia |
Su arrojo era tal, que pese a los cuatro embarazos que llevaría a término durante los años que vivió en Roma, su producción literaria no se vio afectada, sino que fue muy prolífica, tanto en el campo de la novela como de la prensa. Incluso llegó a fundar un periódico junto a su marido (Corriere di Roma), al que Serao contribuía con gran número de artículos. Y aunque la empresa fracasó, pues la competencia era sangrienta, sacó partido de aquella experiencia para escribir Vita e avventure di Riccardo Joanna (1887), una novela que retrata con tal virtud el mundo de la prensa, que el eminente ideólogo del liberalismo italiano Benedetto Croce (1866-1952) la definió como “la gran novela del periodismo”. Matilde Serao ejerció esta profesión con una incuestionable vocación, y sin ningún tipo de complejo. Para ella cualquier aspecto de la actualidad era digna de su pluma. Gracias a esa cualidad, su narrativa se nutrió de un amplio espectro de temáticas, tanto humanas como culturales y sociales. Por ese motivo, sus obras han pasado a la historia como una rica galería de cuadros costumbristas que gozan de un estilo muy particular.
Mas, las finanzas del matrimonio Scaroglio-Serao estaban en números rojos, en gran parte por las dificultades que desde el comienzo habían encontrado al intentar sacar a flote su periódico. Por ese motivo, la pareja abandonó Roma para establecerse en Nápoles. Allí continuaron su singladura periodística con más éxito económico. Fundaron varios periódicos, entre ellos Il Matino, que puso en marcha sus rotativas en 1892.
Sin embargo, aquel mismo año se levantaron nubarrones en el paraíso. Matilde Serao y su esposo tuvieron algunas desavenencias, por las que ella decidió marcharse con sus hijos para descansar lejos del hogar conyugal. Durante esta separación, Edoardo Scaroglio tuvo un affaire con una artista del escenario que conoció en Roma, de nombre Gabrielle Bessard, a la que dejó embarazada. Esta situación daría lugar a un enorme escándalo, que finalmente terminó en tragedia, ya que la cantante, tras dar a luz, decidió suicidarse en la misma puerta del domicilio del caballero, ante la negativa de éste a abandonar a Matilde Serao. La noticia intentó silenciarse, pero eso no hizo más que agravar la situación, y ocasionó a la pareja el descrédito periodístico.
Matilde Serao perdonó a su marido y se hizo cargo de la niña que resultó de aquella triste relación. Sin embargo, pocos años después, la escritora decidió finiquitar definitivamente su matrimonio con Edoardo Scaroglio.
¿Verdad que la vida de Matilde Serao es digna de un cuplé o un vodevil? Dicen que la realidad supera la ficción, y en su caso es verdad. Empero, la escritora napolitana supo sacar partido a todas las crónicas de su vida, y de ello nutrió su asombrosa y original narrativa.
De ello da fe La Bailarina, una nouvelle que fue publicada pocos años después del terrible escándalo protagonizado por el marido de la escritora, y que es la obra protagonista de la reseña de hoy.
La bailarina nos lleva al Nápoles de final de siglo. Allí vive Carmela Minino, una triste e insignificante joven que ejerce como bailarina de tercera para los teatros de la ciudad. Sola en la vida, sin muchos encantos y poco dotada para el baile, la muchacha intenta vivir de su modesto trabajo, mientras protege su virtud de los peligros del mundo de la farándula. No obstante, el ambiente en el que se desenvuelve no es el más adecuado para una chica de su casta actitud, y las bailarinas con las que comparte escenario se mofan de su inusual manera de pensar. Por ese motivo, y acosada por las atenciones de Roberto Gargiulo, que es un asiduo al espectáculo y trabaja como cajero en una tienda, la muchacha cede ante tanta presión. Sin embargo, el nuevo camino que ha elegido para su vida no termina de satisfacerla, especialmente cuando el conde Ferdinando Terzi por fin repara en ella.
Logo del editor Niccolò Giannotta, quien publicó La bailarina en 1899 Fuente: Wikipedia |
En el caso de La bailarina, Matilde Serao centró su interés sobre las consecuencias que debían soportar las mujeres de la farándula, al dejarse llevar por perniciosas influencias, que las empujaban en una dirección poco recomendable.
La historia es narrada por un testigo omnisciente, que comienza el relato de manera singular, situando a la protagonista camino del cementerio el día de Todos los Santos, para rendir homenaje a su madrina, que fue la más grande bailarina que vieron los escenarios italianos. Y ésta es una escena dramática sin par, que dice mucho del carácter de nuestra heroína y de su vida.
Eleonora Duse (1896), gran actriz y amiga de Serao Fuente: Wikipedia |
Otro aspecto interesante de la obra son los personajes que acompañan a la protagonista, cuyas curiosas personalidades son descritas con gran sagacidad por la autora. Estos componen una interesante galería de caracteres que parecen sacados de los cuadros de Toulouse-Lautrec (1864-1901), aquel pintor francés que se hizo famoso al inmortalizar la vida nocturna parisina en sus cuadros, repletos de damas de la noche, artistas de varietés y noctámbulos bohemios.
En este sentido, desde mi punto de vista, Matilde Serao logró algo semejante en La bailarina, trasladando al lector a las calles napolitanas, al ambiente de sus teatros, y ubicando la historia entre las bailarinas del famoso teatro San Carlo (1737), que es uno de los templos operísticos más prestigiosos del mundo, y el más antiguo que sigue en activo, dejando para la posteridad una escena costumbrista certera y exquisita, pese al trasfondo oscuro que posee la narración.
Grabado del teatro San Carlo, Nápoles, hacia 1850 (Fuente: Wikipedia9 |
En ese ambiente recargado y soez, la escritora sitúa a Carmela Minino, una joven de espíritu inocente que en absoluto está preparada para aquella vida, y que, sin embargo, asume sus desgracias con humilde abnegación. Y, esta personalidad, propia de quienes creen merecer sufrimiento debido a su inferioridad social, es una constante en las protagonistas de la narrativa de Matilde Serao. A través de ellas, la escritora quiso denunciar las diferentes problemáticas femeninas ignoradas por la sociedad.
Cartel de Toulouse-Lautrec de 1891 (Fuente: Wikipedia) |
Con todo y con ello, la historia es tan conmovedora, apasionante y por momentos tierna, que mantiene al lector involucrado en los acontecimientos que se narran. Sin importar las escenas sobrecogedoras que se contemplan, conocer el destino de Carmelo Minino es suficiente aliciente para seguir sin descanso hasta su conclusión. Matilde Serao se empleó a fondo para saber imprimir interés sobre su peculiar heroína, para despertar curiosidad sobre la figura de sus pretendientes, y para crear tensión o expectativas sobre el desenlace de la obra.
Por otro lado, la atmósfera que construye la autora es soberbia y cobra vida más allá de la imaginación. De hecho, está tan bien construida que me gustaría verla adaptada a la Gran Pantalla. Tanto la estética como el carácter psicológico que posee La bailarina hacen de ella merecedora de dicha atención.
En relación a esa tensión psicológica que mencionaba líneas arriba, y que me ha llevado a relacionarla instintivamente con Carta de una desconocida 👈de Stefan Zweig (1922), el progreso de Carmela Minino a lo largo de la narración es subyugante, para terminar convirtiéndose en sorprendente. Y puedo asegurar a mis lectores que no están preparados para un final tan inquietante y sobrecogedor. Pese a ello, éste no carece de un cierto talante romántico y pasional, que ha traído a mi memoria el regusto de otra gran obra, Cumbres Borrascosas de Emily Brontë (1847).
Matilde Serao (Fuente: Wikipedia) |
Así lo identificamos en La bailarina, una obra que es capaz de emocionar pese a su poco carismática protagonista, un personaje que se enquista en el corazón del lector. En otro sentido, tanto el ritmo galopante de la historia, que va in crescendo durante la lectura, como el recorrido que se hace por las fascinantes calles napolitanas, al son operístico de su dramático final, es un acicate para apuntar con letras de oro este título, para leerlo una y otra vez más.
Dicen los críticos que Matilde Serao fue muy famosa en vida, que algunas de sus obras imprimieron carácter en las letras italianas. De hecho, El vientre de Nápoles (1884), escrito durante su época dorada, supuso un antes y un después en la narrativa de aquel país. Mujer de carácter, fue una de las primeras féminas en conseguir abrirse camino en los círculos periodísticos y literarios masculinos. Pese a ello, a las seis nominaciones al Nobel de Literatura, y al impacto que causaron sus acciones en la sociedad, su figura se fue diluyendo poco a poco en el tiempo, hasta casi desaparecer del escenario literario. No importaron las buenas opiniones recibidas por parte de figuras incuestionables de las letras universales, como las emitidas por Edith Wharton o Henry James, pesaron más otras cuestiones académicas y políticas que, para mí, a día de hoy, resultan imposibles de entender.
<Cuantas más vueltas le doy más cosas comprendo, y cuanto más cosas comprendo más miedo me da.> Henry James (1843-1916)
Undine von Reinecke ♪
La autora por la Editorial
Matilde Serao (Fuente: Libros de Seda) |
Buenos días Undine no había oído hablar de esta autora, lo que no es extraño si sus novelas no han sido traducidas al español hasta esta que traes hoy. Y que vida tan interesante la de la escritora, digna de la mejor novela clásica!. Frente a tu magnífica reseña poco puedo decir, que me la llevo, porque tengo curiosidad por conocer a esa bailarina y todo lo que su creadora quiere contarnos a través de ella. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenas tardes, Mar.
EliminarAlguna obra de Matilde Serao sí se ha traducido, por ejemplo El vientre de Nápoles. Ojalá nos lleguen muchas otras a nuestro idioma. Como tú y yo compartimos similar gusto literario, no dudo en recomendarte La bailarina.
Un abrazo, y gracias por la visita!!
Querida Undine:
ResponderEliminarPintaba bien y no me engañó esa primera impresión cuando lo enseñaste en insta.
Quiero leerlo muy pronto. La pobre Carmela será poco carismática pero a mí me cae bien. Y los tejemanejes entre bambalinas, qué te voy a contar. Además del retrato de una época y ambientes que ya no existen.
La vida de la autora da para una buena novela sin duda alguna, o una miniserie de las que a mí me gustan.
Besos y feliz fin de mes
Buenas tardes, Norah
EliminarA mí también me cae bien la protagonista. La autora consigue que la quieras. Desde ya te digo que el corazón se te va a estremecer por momentos, pero merece la pena la experiencia. Ya me contarás.
Un besote, y gracias por visitarme!!
Hola Undine, qué interesante la vida de esta mujer. No la conocía. No sé si es una obra que me llame la atención, pero la tendré en cuenta.
ResponderEliminarUn besazo
Buenas tardes, Nitocris.
EliminarEfectivamente, La bailarina no es el género que sueles leer. No obstante, merece la pena involucrarse en esta historia tan diferente a lo que se suele ver en la actualidad.
Un abrazo, y gracias por visitarme!!
Desde luego la vida de la autora da para una buena novela. Gracias por dármela a conocer. Y desde luego me llevo la obra apuntada, que pinta muy bien. Buenísima elección musical!
ResponderEliminarBesotes!!!
Buenas tardes, Margari.
EliminarLa bailarina es muy especial, Margari. De hecho, aún la estoy asimilando. Si tienes la oportunidad de leerla no lo dudes. Ya me contarás.
Un abrazo!!
¡Hola! Me fascinan esas mujeres que tanto han luchado por los derechos de la mujer en épocas tan convulsas. Sin lugar a dudas, se ve una nouvelle de lo más interesante, tanto por la historia en sí, como por descubrir a esos personajes que la acompañan. Un besote :)
ResponderEliminarBuenas tardes, Marya.
EliminarEsta nouvelle, aún siendo un clásico de entre siglos, creo que te puede gustar. Ojalá la puedas disfrutar.
Un abrazo, y gracias por visitarme!!
¡Hola! Que vida tan interesante la de la autora de la obra, gracias por compartirla. Aún así, no es un libro que me llame la atención, pero muchísimas gracias.
ResponderEliminar¡Besos!
Buenas tardes, Hiraty.
EliminarGracias por pasar por Lecturas de Undine.
Un saludo!!
Buenos días Undine.
ResponderEliminarBueno, te has superado a ti misma tanto en la vida de la autora como en la reseña propiamente de la novela. ya me estaba pareciendo interesante, pero esa comparación con carta de una desconocida y Cumbres borrascosas ya ha terminado de ponerme en la pista del libro. Es curioso cómo autores que han sido famosos en ciertas épocas, caigan tiempo después en el olvido. Las modas todo lo sepultan. Bueno, casi todo.
Un beso.
¡Hola! No conocía este libro y me siento hasta mal porque por lo que cuentas tiene una pinta genial y creo que me puede gustar, así que me lo apunto. Genial opinión y comote explicas :)
ResponderEliminarPues yo no conocía a esta autora. Hay mucho autor (y sobre todo, mucha autora) que queda sepultada por el tiempo . La trama tiene buen pinta. Pobre mujer. Y si te recuerda a la obrita maravillosa de Zweig, es un punto a favor. Besos
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarNo conocía la novela, pero has despertado mi curiosidad, así que anotado queda.
Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.