RESEÑA: EL PROSCRITO, SELMA LAGERLÖF

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Libros de Seda

Traducción: Elda García-Posada Gómez

Género: Clásicos

Encuadernación: Cartoné con solapas

Nº de páginas: 317

ISBN: 978-84-19386-67-0

P. V. P.: 24,45 €


Sinopsis de la Editorial

Sven Elversson se ve obligado a abandonar su tierra de adopción, Inglaterra, tras formar parte de una expedición fracasada al Ártico en la que, para sobrevivir, se rumorea que sus miembros llegaron a cometer canibalismo. Con la intención de empezar de nuevo, regresa al hogar paterno en su Suecia natal. Sin embargo, los rumores acaban llegando también a la pequeña parroquia del pastor Edvard Rhånge, quien decide excomulgarlo. Tan solo la joven esposa del pastor, Sigrun, que vive dominada por su marido en una relación que la asfixia, mostrará simpatías por él. Pero con la I Guerra Mundial de fondo, los celos de Rhånge y una serie de oscuros secretos revelados, todo acabará en tragedia.


Propuesta musical para este libro

Symohony Nº1 in B minor Op. 3, Kurt Atterberg

*Crédito del vídeo: Canal de YouTube Rodders

La pieza que el lector está escuchando es la Sinfonía Nº1 en Si menor Op. 3, escrita entre los años 1909 y 1911 por el compositor sueco Kurt Atterberg (1887-1974). La obra fue estrenada en 1912, y tuvo como director de orquesta al propio compositor. Tras este exitoso debut, en 1916, Kurt Atterberg fue elegido como Maestro del Real Teatro Sueco de Estocolmo, y ostentó el cargo hasta 1922. La sinfonía se compone de cuatro movimientos: Allegro con fuoco, Adagio, Presto, y Adagio-Allegro energético, y , en su conjunto, la obra expresa un universo onírico de intensa emoción.

Los motivos que me han llevado a elegir esta sinfonía para acompañar la reseña de hoy son dos: por un lado, Kurt Atterberg y Selma Lagerlöf fueron contemporáneos en la Suecia de las primeras décadas del siglo XX, y por otro, la pieza musical comparte la misma potencia y belleza que El proscrito de Selma Lagerlöf.


Lo que Undine opina del Libro


<La paz comienza con una sonrisa.> Madre Teresa de Calcuta (1910-1997)


Decía la diplomática y escritora Eleanor Roosevelt (1884-1962), célebre por ser una defensora incombustible de los derechos sociales, que el futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños, una máxima de carácter optimista, que yo me inclino a ratificar. 

Esta intelectual pertenecía a una estirpe de mujeres, luchadoras y comprometidas con la sociedad, cuya trascendencia fue capital para la defensa del individuo, mostrando especial interés en el sexo femenino. Y, aunque hoy en día se alzan muchas voces en ese sentido, es de justicia reconocer el trabajo que hicieron las pioneras de aquella pacífica hermandad. Todas ellas mujeres que vivieron a caballo entre dos siglos, cuyo liderazgo fue costoso y digno de elogiar.

Matilde Serao, revista  Radiocorriere (1890)
Fuente Wikipedia

En Lecturas de Undine hemos conocido a algunas de estas figuras importantes. De hecho, no hace muchas semanas pasó por aquí Matilde Serao 👈(1857-1927), una escritora greco-italiana de espíritu brillante y humano, que Libros de Seda se empeñó en recuperar. La editorial madrileña, en su línea de dar cobertura a la literatura femenina, está rescatando los trabajos olvidados de aquellas grandes cabezas pensantes, que fueron vitales para el destino de sus contemporáneos y que, de algún modo, influyeron sobre el ritmo que debía seguir la sociedad.

La última publicación de Libros de Seda sigue esa misma directriz. Se trata de El proscrito, una novela firmada por la escritora sueca Selma Lagerlöf (1858-1940), quien fuera la primera mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura en 1909, de quien leí hace un par de años La casa de Liljecrona,👈 publicada también por la misma editorial. En esta ocasión, la obra ha sido traducida por Elda García-Posada Gómez y, desde aquí, quiero felicitarla por su profesional y extraordinario trabajo, trayendo por primera vez a nuestro idioma El proscrito.

Si mis lectores recuerdan aquella reseña de 2022, que dediqué a La casa de Liljecrona de Selma Lagerlöf, probablemente también rememoren ciertos motivos biográficos de la autora que expliqué en la publicación. Todos aquellos datos son imprescindibles, no sólo para entender el conjunto de su obra y la sutileza de su estilo narrativo, también ofrecen un espectro preciso sobre la grandeza que poseía su generosa personalidad. Selma Lagerlöf fue uno de esos espíritus amables y solidarios que, especialmente en el momento oscuro por el que pasa actualmente nuestra sociedad, se deben rememorar. 

Fuente: Libros de Seda
Por esa razón, antes de comenzar a ofrecer mis impresiones sobre El proscrito, novela que exhala respeto por la vida y devoción hacia la humanidad, me parece importante regresar brevemente a la trayectoria personal de esta autora, ya que ambas están intrínsecamente relacionadas. Las personas que han conocido el sufrimiento y gozan de gran empatía, en ocasiones, adoptan una posición de ayuda abierta hacia los demás.

Ese fue el caso de Selma Lagerlöf, cuya infancia estuvo marcada por las consecuencias de la ruina familiar y la pérdida de Mårbacka, la casa de campo que poseían en la provincia de Värmland, Suecia. Estas dos circunstancias serán determinantes en la personalidad de la joven Selman, y las utilizará como motivo en su narrativa futura. La pérdida del hogar, la pobreza y la orfandad, verdadera o moral, son recurrentes en sus obras.

Sin embargo, su fortaleza interior y la valentía que poseía la empujaron a vencer los contratiempos de la vida sin dejarse llevar por la tristeza o la desidia. Y no era fácil, si tenemos presente que nació a mediados del siglo XIX que, como mis lectores conocen, fue un momento en absoluto favorable para la mujer. De hecho, el reconocimiento literario por parte de la Academia Sueca se lo ganó a pulso, ya que el preciado galardón le llegó después de cinco decepciones. Le concedieron el Nobel de Literatura en 1909, tras la sexta nominación. Cinco años después, ella misma se convertiría en miembro de la Academia, cuya medalla de oro poseía desde 1904. A lo largo de los años, la escritora llegó a recibir diferentes títulos honoríficos como el de doctora en letras por la Universidad de Uppsala (1907), o el doctorado honoris causa por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Greifswald (1928). 

Selam Lagerlöf. 1881
Fuente:revistatarantula.co

Lectora empedernida desde la infancia, poseedora de una imaginación portentosa y gran emprendedora, en 1878 viajó a Estocolmo para cursar la carrera de magisterio, compaginando su actividad profesional como maestra con la de escritora, una vez que hubo finallizado sus estudios. Empero, su aventura intelectual no había hecho más que empezar, porque muy pronto le asaltaron otros proyectos de más alto y comprometido calado. Selma no se conformó con los éxitos que fue cosechando como novelista, cuyas ganancias la ayudaron a recuperar su anhelado hogar de Mårbacka, la escritora descubrió que su posición en el mundo la capacitaba para ayudar a los demás. Y sus acciones solidarias, no solo evitaron el hambre a numerosas personas, posibilitando a muchas familias un medio para ganarse la vida, también fueron ejemplares en el campo empresarial y político. Lagerlöf se implicó en estas actividades desinteresada y modélicamente.

Por otro lado, su activismo no se limitó solo a luchar por los derechos de los desheredados de la tierra, también destacó como una convencida feminista y sufragista. Es más, su implicación en la lucha por el voto femenino es de leyenda, dejando para la posteridad un celebrado discurso titulado Hogar y Estado, que dio con motivo del Congreso Internacional del Sufragio que se celebró en Suecia en 1911. Su legado literario está impregnado de este trascendente ideario.

No obstante, y sin quitar importancia a todo lo anteriormente dicho, quizá, la faceta más impactante de la personalidad de Selma Lagerlöf sea la postura eminentemente pacifista que sostuvo ante las dos guerras mundiales que le tocó vivir, pese a que su país siempre se mantuvo neutral. De hecho, ante el horror que desencadenaron las acciones de la horda nazi durante la segunda contienda, la escritora no dudó en desprenderse de todas sus posesiones con la intención de ayudar a las personas amenazadas por el ejército de Hitler. Incluso, llegó a implorar ayuda a los monarcas suecos para que estos intercedieran en el rescate de la poeta Nelly Sachs (1891-1970) y su madre. Las dos mujeres residían en Berlín durante 1940, e iban a ser deportadas a un campo de concentración nazi, pero, gracias a la intervención de Selma Lagerlöf, la historia tuvo un afortunado desenlace. Empero, la gran escritora sueca no pudo disfrutar de aquella dicha, la muerte le sobrevino antes. Selma había fallecido a la edad de ochenta y un años, dejando tras de sí una estela de generosidad y profundo amor hacia la humanidad.

No es extraño, que un espíritu tan afín a la concordia y a la justicia escribiera El proscrito, una obra maravillosa que Selma Lagerlöf escribió en pro de la paz universal.

Fuente: Libros de Seda

El proscrito nos traslada a Grimön, una pequeña isla sueca, durante las primera décadas del siglo XX. Allí vive el matrimonio Elversson, una pareja de ancianos que disfrutan su existencia sencillamente. La vida no les ha regalado mucho, pero ellos aceptan su suerte con humildad. Tan sólo una pena invade sus corazones, la pérdida de su primogénito hace diecisiete años. La pareja lo dio en adopción pensando que tendría un futuro mejor. De este modo, Sven Elversson, el protagonista de esta historia, ha vivido todo este tiempo alejado de sus raíces y siendo educado como un perfecto caballero británico. Han pasado los años, y sus verdaderos padres nada saben de él, hasta que un día, el hijo pródigo llama a su puerta con una mala noticia: la desgracia se había cernido sobre él y, como resultado, su familia de adopción lo ha repudiado. No es que él sea mala persona, todo lo contrario, pero ciertos acontecimientos nefastos han acabado con su intachable reputación. Acogido nuevamente en la casa de sus padres biológicos, sus nuevos vecinos no lo aceptan entre ellos, pese a su buena conducta, su porte atractivo y su intachable educación. Incluso el pastor de la Iglesia lo ha expulsado de su comunidad. Tan sólo la joven y reciente esposa del sacerdote lo recibe sin reticencias, ella sabe leer su corazón. Y, pese a las diferencias que existen entre los dos jóvenes, germina entre ellos un vínculo que trasciende los años y la distancia. De este modo, da comienzo una historia rebosante de apasionantes acontecimientos, donde los prejuicios, la ignorancia y los celos juegan una tempestuosa batalla contra el amor.

El proscrito es una potente, apasionante y bellísima novela, un relato asombroso, escrito por una de las autoras que más y mejor supieron recrear la tradición cuentística del norte de Europa, con su característico, rico y colorista folclore. La obra fue publicada por primera vez en 1918, con el título original de Bannlyst. Cuatro años más tarde, apareció el primer volumen traducido al inglés como The Outcast y, desde entonces, la obra ha conocido numerosas ediciones. Esta impresionante novela dejó huella desde que apareció.

1ª edición inglesa, Editorial: Gyldendal, London, 1920
Fuente: Iberlibro

Sin embargo, la recepción de la obra por parte de la crítica sueca fue controvertida en el momento inicial. El realismo y la profundidad de su mensaje no dejaba lugar a dudas: Selma Lagerlöf había escrito un alegato certero y comprometido contra la guerra y en favor de la vida. La escritora, después de haber presenciado en primera persona el resultado de los horrores de la Primera Guerra Mundial, no pudo contenerse, y dejó como legado uno de los testimonios literarios más espinosos que sobre aquel terrible conflicto bélico se pudieron redactar. Salvando las distancias estilísticas, y sin entrar en comparaciones, desde mi punto de vista, Lagerlöf construyó un relato a la altura de algunas de las más notables obras con fondo bélico.  A mi memoria vienen las que escribieron la norteamericana Edith Wharton (1862-1937) o la inglesa Rebecca West (1892-1983).

Comentaba, líneas arriba, que Suecia no se ha implicado históricamente en las guerras de calado mundial. Su neutralidad, con respecto a los conflictos armados, se remonta a las Guerras Napoleónicas, y se ha mantenido así hasta hace muy poco tiempo. De hecho, solicitó su entrada en la OTAN debido a la invasión rusa sobre Ucrania, y le fue concedida en marzo de 2024. Sea como sea, y aunque en su calidad de miembro de la Unión Europea (1995) han participado en importantes acciones de mantenimiento de la paz y otras funciones de apoyo militar, lo cierto es que la nación sueca ha sido espectadora durante las importantes guerras de carácter internacional.

Acorazados alemanes durante la Gran Guerra
Fuente:  https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2438155

Sin embargo, Suecia sí se vio afectada por determinados aspectos de estas contiendas. En lo relativo a la Gran Guerra (1914-1918), que es el marco del que se sirve Selma Laguerlöf para enclavar El proscrito, esta nación padeció el desabastecimiento y la escasez de alimentos. El hambre y el descontento se instalaron en las calles, dando lugar a numerosas revueltas sociales. Y, aunque todo ello influyó en el ánimo de la escritora, quizá el acontecimiento que tuvo más impacto sobre su empática personalidad fue la cruel batalla de Jutlandia, el mayor combate naval acontecido durante la Primera Guerra Mundial, que tuvo lugar entre el 31 de mayo y el 1 de junio de 1916. El incidente ocurrió frente a la costa de Dinamarca, pero las terribles estampas derivadas de este llegaron a aguas suecas, y el sensible corazón de la escritora quedó herido de por vida. Debido a ello, Selma Laguerlöf sufrió un tenaz bloqueo para escribir, que solo consiguió vencer cuando escribió la novela protagonista de la reseña de hoy.

Lagerlöf que, como he dicho anteriormente, era una mujer compasiva que reverenciaba la vida, se vio impelida a denunciar estos hechos en El proscrito, dejando para la posteridad uno de los textos más originales y bellos que jamás se hayan escrito en contra de la violencia y a favor de la santidad de la vida. De hecho, los pasajes de la parte final poseen tal consistencia, que podrían leerse en cualquier paraninfo de élite internacional. Por ello, no es extraño que las autoridades de la época se sintieran incómodas frente tamaño discurso, había puesto en evidencia a las partes implicadas en la contienda, y a quienes contemplaban los acontecimientos sin hacer nada al respecto. 

Sea como sea, la escritora, que era una magnífica fabulista, imaginó una preciosa historia rebosante de amor, tanto romántico como fraternal, que estilísticamente se adecua al mundo onírico de la tradición cuentística sueca. Y su moraleja final tiene como destinatario al conjunto de la humanidad, no sólo la de aquellos días, también la del momento actual. Así de universal y verdadera es esta obra, que apela a los mejores valores que el individuo puede atesorar.

Por otro lado, la singularidad de El proscrito no sólo reside en su forma y en su mensaje, también colaboran en ello otros importantes motivos que la autora le quiso otorgar. A saber, la historia tiene como principal protagonista a un hombre que, por educación y entorno, debía ser todo un triunfador. Sin embargo, ha sido acusado de canibalismo por la elitista sociedad en la que se mueve -Sven formaba parte de una expedición científica inglesa destinada en el Polo Norte y, debido a una tragedia, los componentes del grupo se vieron obligados a probar la carne humana-, derivado de ello, se ha convertido en un paria para el conjunto de la sociedad, tanto en el entorno inglés cosmopolita en el que ha vivido, como la Suecia rural donde termina recalando. ¿Verdad que resulta del todo impactante y diferente su principio argumental?

Viejo Uppsala
Fuente: Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=245490

En este punto, debo confesar que la historia me desconcertó al llegar a uno de los momentos álgidos de la narración. Me refiero al importante primer encuentro entre Sven Elversson y Sigrun, el protagonista de la novela y la carismática heroína de esta historia. Es en ese instante cuando el lector comienza imaginar lo que puede ocurrir entre las dos figuras principales... Sin embargo, es precisamente en ese momento cuando el relato cambia abruptamente de dirección, para tomar momentáneamente otros derroteros más acordes con lo que Selma Lagerlöf nos quiere contar. La autora comienza a construir en este punto un trasunto de parábola, sirviéndose de ella, para comparar el supuesto canibalismo del que es acusado el protagonista, con los efectos de una terrible guerra que ha sido aprobada por la sociedad.

Es por ese motivo que, a lo largo del tiempo, algunos críticos han considerado esta obra un poco compleja, porque la novela no sigue el orden canónico que se puede esperar de una obra de su género. La autora se tomó ciertas libertades narrativas a la hora de narrar una historia de carácter romántico, en favor de otros argumentos diametralmente opuestos. No obstante, superado el asombro inicial, no supone en absoluto ningún problema adentrarse con entusiasmo en el relato, sumergiéndose en él con entusiasmo y pasión. ¿Qué puede suceder en una historia de amor a tres bandas, que tiene como marco la Gran Guerra, y cuyos protagonistas son una recién casada con un pastor de la iglesia, a su marido y, como tercero en discordia, a un paria de la sociedad? El escándalo está servido, querido lector.

En otro sentido, y no menos importante para el disfrute de la obra, las atmosféricas descripciones que Lagerlöf retrató, dedicadas a las gentes que habitan las aldeas marineras de comienzos del siglo XX y a los escenarios por donde transcurre El proscrito, impactan de tal modo y son de tal calibre, que de ellas emana la más pura y delicada emoción. Cada personaje, cada paraje por ella dibujado, cobran vida en la imaginación del lector. Ante nosotros se presentan las bonitas casas rojas de la aldea de Grimön, escuchando el oleaje del mar norte, mientras disfrutamos del aroma de los ancestrales manzanos de la finca de los Hanger… El colorido y el lirismo del relato no empaña su comprometida misión, un cometido que, además de lo antes referido, posee muchos y relevantes motivos de carácter moral.

Y hasta aquí puedo contar, aunque podría seguir recreándome en esta palpitante obra durante horas. Por ejemplo, podría hablar sobre los amables personajes secundarios que aparecen en esta novela, como la curiosa y visionaria Lotta Hedman, una joven poca agraciada, que se ha visto iluminada por la Gracia de Dios; también podría referirme a las mágicas leyendas nórdicas, como la narrada sobre la estirpe de gigantes de los Hanger, cuya existencia acarrea una oscura maldición; o quizá, podría centrarme en la asombrosa atmósfera gótica que acompaña los pasajes importantes de la novela, acentuando y dando carácter al momento álgido de la narración. 

No obstante, queridos lectores, creo que mis impresiones deben finalizar aquí. Os invito a que os sumerjáis en el El Proscrito, para que vosotros mismos comprobéis sus virtudes narrativas, éticas y emotivas. En el proceso, vais a descubrir que Selma Lagerlöf no fue sólo una escritora talentosa, sino una persona solidaria y fraternal que se involucró de manera activa en las problemáticas de su tiempo, consiguiendo con ello uno de los anhelos más grandes que el individuo jamás podrá atesorar.


<No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla.> Eleanor Roosevelt (1884-1962)


Undine von Reinecke ♪


La autora por la Editorial

Fuente: Libros de Seda

Selma Ottilia Lovisa Lagerlöf (1858-1940), autora sueca de cuentos y novelas, fue la primera mujer en recibir el premio Nobel de Literatura (1909) y lo hizo «por su nivel de realismo, su vívida imaginación y la precepción espiritual que caracteriza sus escritos». También fue más tarde la primera mujer en formar parte de la Academia Sueca.

Conocía desde niña los cuentos de hadas populares de Suecia y en ellos se inspiraría para escribir las historias de realismo mágico que componen sus escritos. También fue una ávida lectora de la Biblia, al tener que permanecer muchas horas sentada por los problemas de movilidad en las piernas que tenía.

De adulta se dedicó a la enseñanza, trabajando como profesora en el sur del país hasta que publicó su primera novela, La saga de Gösta Berling (1891). La casa de Liljecrona (1911) es la primera traducción al español de esta obra.

 

Comentarios

  1. Hola de nuevo.
    Pues me has hecho un gran descubrimiento porque de Selma Lagerlöf tan solo conocía El maravilloso viaje de Nils Holgersson y la tenía calificada como autora de libros infantiles. Qué ignorancia, madre mía. Ahora veo que tiene una historia de lo más interesante. El proscrito me parece una historia de lo más atrayente. Qué paradoja, despreciar a un hombre por un supuesto canibalismo que tan solo sería una forma de sobrevivir y, sin embargo, contemplar inactivo las barbaridades de una guerra. Apuntada queda.
    Un beso.

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    1. Buenos días, Rosa.
      Sí, a muchas personas les ocurre como a ti, creen que Selma Lagerlöf escribía para la infancia. Sin embargo, esta escritora dedicó su obra a un público más amplio. Su legado es rico y variado. Ojalá tengas ocasión de comprobarlo.
      En cuanto a El proscrito, para quienes amamos la literatura y nos gusta ampliar conocimientos sobre la temática bélica internacional, creo que esta obra es un tesoro indispensable y muy diferente al que nos llega del mundo anglosajón o centroeuropeo. Ya me contarás si te decides a leerla.

      Un abrazo, y gracias por dejar tu opinión!!

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  2. Buenas tardes, Undine.
    Qué maravilla. Y yo que todavía tengo pendiente la de Liljecrona. Me enamoré de su literatura con la casa solariega y aún no he vuelto. Qué sensibilidad más especial tiene ¿verdad?
    Por cierto, nosotras también somos mujeres que viven a caballo entre dos siglos, aunque ahora parece que vamos para atrás.
    Besitos y feliz semana de nuevo

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    1. Buenos días, Norah.
      Efectivamente, Selma Lagerlöf atesoraba una sensibilidad asombrosa. Todas las obras que he leído de ella (creo que son cuatro), me han cautivado por diferente motivos. Sin embargo, el punto en el que todas coinciden es en el respeto por el individuo, sea cual sea su condición.
      Con respecto a El proscrito, es una obra impresionante, aunque, conociendo tu sensibilidad, te aviso que posee algún pasaje que puede herirla. Con todo y con ello, estos son fundamentales para el objetivo que buscaba la autora.

      Un abrazo, y mil gracias por dejar tu opinión!!

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  3. ¡Hola! Te digo lo mismo que en la reseña de ayer, es un libro que me podría gustar en otro momento pero ahora mismo me está costando bastante leer y necesito historias sencillas y que no tengan una complejidad especial así que me lo reservo para otro momento. Un besote :)

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    1. Buenas días, Marya.
      Ojalá superes pronto tu bloqueo lector. Cuando lo hagas, no dejes de acercarte a la obra de esta estupenda autora, creo que su narrativa te puede interesar.

      Un abrazo, y muy feliz miércoles!!

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  4. Buenos días Undine, hace tiempo que quiero leer a la autora de la que tengo apuntada La casa de Liljecrona. Por lo que cuentas en tu estupenda reseña también me llevo esta, aunque el tema que trata me parece algo delicado, no solo por la acusación de canibalismo, sino por las vicisitudes de una guerra tan diferente a las anteriores como fue la I Guerra Mundial. Un abrazo.

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    1. Buenas tardes, Mar.
      Efectivamente, el tema que toca El proscrito es delicado. La Gran Guerra fue terrible por muchos motivos, entre ellos el gran número de bajas ocasionadas en las filas de ambos bandos. Sin embargo, la fascinante y original historia que construyó Selma Lagerlöf no tiene desperdicio. Y, pese alguna escena tremenda, basada en los acontecimientos reales que ella contempló (nada de canibalismo), es una lectura totalmente recomendable. Ya me contarás si te animas a leerla.

      Un abrazo, y gracias por la visita!!

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  5. Guau, pues menuda trama... No sé yo si ahora, para el verano, será una lectura que me atrape pero me resulta interesante, no solo la novela, sino la autora, a la que no he leído. Ya veré qué hago. Besos

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