RESEÑA: MI INDIA, JIM CORBETT

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha Técnica

Editorial: Ediciones del Viento

Traducción: Lola Ponte Miramontes

Encuadernación: Rústica

Número de páginas: 200

Edición: 2ª

Formato: 16x24cm

Fecha de lanzamiento: 01/05/2003

ISBN 849330011x

P. V. P. : 16 €


Sinopsis de la Editorial

En la falda del Himalaya, descendiendo hacia los valles de Uttar Pradesh, por donde discurren el Ganges y el Sarda, existe una región de bosques y lagos poblada de animales salvajes y centenares de especies diferentes de aves. Allí se sitúa Naini Tal, el poblado en el que nace Jim Corbett en 1875. Hijo del administrador de correos local y séptimo de ocho hermanos, desde muy joven comenzó a sentir una profunda fascinación no sólo por aquellos bosques, sino también por los campesinos de las castas más bajas, que los habitaban. Cuando, a la edad de setenta y dos años, decide abandonar la India y se traslada junto con su hermana Maggie a la casa que Baden Powell había construido en Nyeri (Kenia), comienza, por fin, a escribir los recuerdos de aquellos primeros tiempos. Tras su muerte, ocurrida siete años después, el gobierno indio daría su nombre a la más importante reserva de tigres de aquel país, el “santuario” de Kumaon, denominado desde entonces, Jim Corbett National Park.


Propuesta musical para este libro

Bistirna Dupare, Bhupen Hazarika

*Crédito del vídeo: Canal de YouTube Saregama Bengali

La pieza musical que el lector está escuchando se titula Bistirna Dupare (doble canto), y fue compuesta por el letrista, músico, cantante, poeta y cineasta indio Bhupen Hazarika (1926-2011). Este prestigioso compositor, que escribió sus temas tanto en lengua asamés, como en bengalí e hindi, es recordado por basar sus canciones en historias populares y por imprimir en estas un espíritu constructivo, que busca la concordia, la empatía y la justicia universal. Sus trabajos fueron reconocidos en vida y recibió múltiples galardones, principalmente por su participación en bandas sonoras cinematográficas, entre los que destacan los premios Padma Shri (1997), Padma Bhushan (2001), o  el Premio Académico Sangeet.

He elegido esta canción para acompañar la reseña de hoy por dos motivos: primeramente, porque Bhupen Hazarika nació en la época que describe Jim Corbett en Mi India, el libro protagonista de hoy; y por otro, porque el espíritu que emana de las respectivas obras de ambos hombres, canción y libro, busca inculcar la cordialidad en la sociedad.


Lo que Undine opina del libro


<El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad.> Ludwig van Beethoven (1770-1827)


Hoy, 19 de junio de 2024, llego a la India, actual etapa de mi viaje literario La vuelta al mundo en doce libros 2024. Por cuarto año consecutivo, recalo en este fascinante y exótico país para conocer un poco mejor su idiosincrasia. En ediciones pasadas, tuve la ocasión de entrar en contacto con uno de los pensadores más prestigiosos de esta nación, el eminente Rabindranath Tagore 👈, que fue galardonado en 1913 con el Premio Nobel de Literatura; en las dos siguientes ediciones, decidí acercarme a las obras de dos autores occidentales, cuyas miradas sobre esta nación han venido ejerciendo gran influencia para conocer cómo fue el comportamiento de la sociedad de la India durante el periodo colonial. Me refiero al francés Pierre Loti 👈(1850-1923) y al inglés George Orwell 👈(1903-1950). Gracias a estos tres literatos, comencé mi singladura por este vasto país, y pude analizar su historia desde dos perspectivas diferentes, la nativa y la colonialista. En esta ocasión, he querido adentrarme en un tercer punto de vista, el de un descendiente de europeos nacido en la India que, con su empática personalidad, se integró en la sociedad india de su tiempo como un miembro más de la comunidad, lo que le granjeó el respeto de todos los estamentos.

Jim Corbett of Kumaon,  D.C. Kala/Penguin
Books India (Fuente: Amazon)

Me refiero a Edward James Corbett (1875-1955), conocido familiarmente como Jim Corbett, un individuo de nacionalidad angloíndia que, a día de hoy, es recordado como un reputado naturalista, famoso también por su faceta de rastreador de animales, cazador de fieras salvajes y escritor carismático. Sus trabajos literarios han hecho durante décadas las delicias de los aficionados al género de aventuras, por mostrar en ellos sus propias experiencias vitales con maestría y emoción. De hecho, las andanzas de Corbett en la vida real nada tienen que envidiar a las narradas por Rudyard Kipling (1865-1936) en algunas de sus famosas obras, como El libro de la selva o Kim

Jim Corbet vino al mundo el 5 de julio de 1875 en la población de Naini-Tal, ciudad situada a 314 km de Nueva Delhi, y en las estribaciones del Himalaya. Era descendiente de irlandeses que emigraron a la India, y él pertenecía a la tercera generación. Octavo hijo de un total de nueve hermanos, sus padres, Christopher William Corbett y Mary Anne Morrow, se casaron en segundas nupcias y unieron sus familias. La primera infancia del joven Jim fue feliz y transcurrió en la prosperidad económica, ya que su progenitor ocupó el cargo de director de correos en la localidad donde residían y su madre despuntó como una empresaria exitosa del sector inmobiliario. En aquellos plácidos días, la vida de los Corbett gravitaba pacíficamente entre dos localidades, Kaladhungi y Naini Tal, donde la familia poseía sendas propiedades, que disfrutaban según la estación del año en la que se encontraran. En ambos hogares, Jim disfrutó de una atmósfera amable, y fue educado, no sólo en contacto con la sociedad privilegiada angloíndia, sino también relacionándose estrechamente con la población nativa. De hecho, la amistad que mantuvo con algunos de los individuos indios al servicio de los Corbett imprimió carácter sobre él y, gracias a ello, adquirió gran conocimiento sobre la cultura y las costumbres de la tierra que lo vio nacer. 

Naini-Tal, 1883 (Colección Macnabb, Coronel James Henry Erskine Reid)
Fuente: Wikipedia

Por otro lado, el hábitat que rodeaba aquellas haciendas donde pasó sus primeros años estimuló en él ese espíritu aventurero del que gozó toda su vida, alimentando también su amor y respeto por la naturaleza. Y no es extraño que así fuera, porque en aquellas ricas tierras, de bosques frondosos y flora espectacular, se podía vislumbrar una fauna muy interesante, compuesta por tigres, leopardos, pavos reales, serpientes reales, serpientes pitón, y un montón de fieras más de toda condición. Todo un acicate, que en el futuro le convertiría en un famoso rastreador y cazador. Tan famoso se haría en su faceta como exterminador de tigres antropófagos, como también en la de protector del mundo natural, que el primer parque nacional creado en la India lleva su nombre. Y, en la actualidad, el Jim Corbett National Park, que está ubicado en las colinas del Himalaya, tiene entre sus cometidos el Proyecto Tigre, dedicado a la preservación de los tigres de Bengala.

No obstante, pese a su gran amor por la naturaleza, Corbett comenzó a cazar a muy temprana edad. Era necesario por razones de subsistencia. El pequeño Jim, cuya edad rondaba los diez años, acompañado de su hermano mayor Tom, eran los encargados de abastecer la despensa de la familia. Fue por aquel entonces cuando comenzó a despuntar ya como un tirador sobresaliente. Su fama, debida a un encuentro fortuito que tuvo con un peligroso leopardo, al que disparó certeramente y sin dilación, corrió muy deprisa a través de la India, y ese fue el origen de su leyenda como cazador. En el futuro, llegaría a ostentar la fama de gran cazador de tigres antropófagos, y era reclamado allí donde un animal asesino hiciera peligrar al ganado o a los hombres. Durante su vida, se calcula que abatió alrededor de doce fieras de este calibre, y todas estas experiencias las reflejó en los libros que escribió, como Las fieras cebadas de Kumaon ( 1944), La sabiduría de la jungla (1953), o Mi India (1952), que es el título protagonista de la reseña de hoy, y aunque no está enteramente dedicado a este tema, también es cierto que en él aparecen algunas referencias que luego comentaré.

Siguiendo con la singladura biográfica por la vida temprana de Jim Corbett, dos acontecimientos funestos terminaron con la estabilidad de la que gozaba durante su infancia: el prematuro fallecimiento del cabeza de familia y la ruina económica de ésta, derivada de un desastre natural que destruyó muchas de las propiedades de los Corbett.

Ediciones del Viento (Fuente: Amazon)

Por ese motivo, el joven Jim tuvo que abandonar su ilusión de convertirse en ingeniero, dejó los estudios, y comenzó a buscar trabajo para colaborar en el mantenimiento familiar. Fue contratado en una empresa ferroviaria, debía tener por aquel entonces alrededor de dieciocho años, donde realizó diferentes labores a lo largo del tiempo. Gracias a su gran carisma y dotes de mando, llegaría a ostentar durante veintiún años el cargo de inspector para la empresa de transporte Bengal and Northwestern Railway. 

Sin embargo, pese al apego que Corbett sentía hacia la India, con el estallido de la Gran Guerra, y la posterior Tercera Guerra Anglo-Afgana de 1919, se despertó en él el espíritu patriótico, y quiso formar parte del ejército británico. Cuentan que sus acciones en el campo de batalla europeo fueron de leyenda, y que demostró gran valentía y unas sorprendentes dotes de liderazgo. 

Una vez finalizadas sus intervenciones en asuntos bélicos, Corbett regresó a Chhoti Haldwani, la aldea cercana a la localidad de Kaladhungi (India) que el escritor había comprado en 1915, y allí se dedicó a administrar las tierras con gran éxito también. Al parecer, aquel lugar no parecía ser rentable económicamente, pero él lo convirtió en un lugar próspero en el terreno agrícola y social. ¿Verdad que la vida de Jim Corbett parece un argumento de novela digno de filmar?

Con todo y con ello, los acontecimientos anteriormente narrados pertenecen a la vida real, y muchos de estos motivos sirven de marco para  Mi India, el libro Jim Corbett que protagoniza la reseña de hoy. El texto en español fue publicado en 2003 por Ediciones del Viento, con la traducción de Lola Ponte Miramontes. Desde entonces, esta fascinante aventura ha conocido una segunda edición en nuestro idioma.

Si mis lectores son asiduos al reto La vuelta al mundo en doce libros👈, probablemente habrán leído las reseñas que dediqué a la India en ediciones pasadas. Aquellas publicaciones dejaban un punto diametralmente claro, los europeos que viajaban al Raj Británico, o que elegían la zona de ocupación francesa, lo hacían en busca de aventuras y con la intención de hacer fortuna. No eran muchos los individuos que miraban al país asiático con respeto hacia sus habitantes y tradición, estuvieran allí de paso o decidieran afincarse en el país de manera permanente. Lo cierto es, que la inmensa mayoría de aquellas personas sentían que la India era un lugar paradisiaco al alcance de sus manos para poder explotarlo.

Supresión de la Revuelta India por los Ingleses, Vasily Vereshchagin (1884)
Fuente: Wikipedia

No fue ese el caso de Jim Corbet. Este hombre demostró estar libre de cualquier prejuicio propio del mundo occidental y, con su mirada empática y solidaria, fue aceptado entre los desheredados de la India como uno más. Como consecuencia de ello, se convirtió en un miembro activo de la sociedad, en un ciudadano apreciado y respetado por la comunidad nativa más humilde. Cuando la dominación británica finalizó en 1947, Corbett y su hermana Maggie, con la que vivió toda su vida, vendieron sus propiedades y se asentaron en Kenia. Y allí se dedicó a continuar la singladura literaria que había comenzado años atrás, dando origen al texto de Mi India. En aquel momento, Jim Corbett contaba ya más de setenta años

¿Qué perseguía Jim Corbett cuando escribió Mi India? Nada más y nada menos que acabar con la imagen equívoca y limitada que Occidente siempre había tenido sobre su amado país. Esa es la premisa con la que arranca el libro que, además, avisa al lector sobre su parcialidad. Por otro lado, el escritor quiere hacer hincapié sobre la complejidad que posee un país como la India, cuya idiosincrasia sociopolítica y religiosa hacen de este pueblo una sociedad especialmente peculiar, ya que está dividida en un sistema de castas de más de tres mil años de antigüedad, y que es difícil de entender para la forma de pensar occidental.

Grosso modo, y para que mis lectores se hagan una pequeña idea de su complejidad, el sistema de castas divide a los hindúes en rígidos grupos jerárquicos basados en su karma (trabajo), y dharma (religión). Las castas o varnas principales son los brahmanes (sacerdotes e intelectuales), los Kshátriyas (guerreros y gobernantes), los Vaishyas (comerciantes y artesanos), los Shudras (campesinos y trabajadores) y los harijan o panchamas, que son los parias de la sociedad. 

Hecha esta advertencia, Corbett invita al lector a que lo siga en su aventura, y lo sitúa descriptivamente en el mapa geográfico. El planteamiento de esta introducción es tan encantador, íntimo y singular, que puede que estemos ante la descripción literaria más hermosa que se haya escrito jamás sobre la India. En ella descubrimos las montañas, las selvas, los ríos, lagos y a la gente de aquellos días, a través de los ojos y los recuerdos bucólicos del escritor. El estilo que emplea es directo, cercano, rico y amable, invitando a quienes se introducen en el texto a continuar. Además de ello, quienes se involucren en la lectura sentirán una curiosidad enorme por conocer todos los rincones peculiares que Corbett invita a visitar.

1ª edición india. Bombay: Geoffrey Cumberlege e
 Oxford University Press, 1952 (Fuente: abebooks)

La narración no se rige estrictamente por los parámetros que se esperan de un texto biográfico. De hecho, más que un relato que sigue una línea temporal continua, da la sensación que estamos escuchando las memorias aleatorias de la vida del escritor. Corbett, como el anciano que era cuando escribió el libro, va evocando sus recuerdos, y en ellos pone encanto y fascinación. No en vano, quienes conocieron a este hombre, apuntan a que fue un individuo con una personalidad verdaderamente atractiva.

Así es Mi India también, un libro que emana el intenso amor de Corbett por la India y por sus habitantes más humildes; a ellos apela como su gente, como sus desheredados de la tierra. En ese sentido, es muy interesante el retrato que hace el escritor sobre las tradiciones de este pueblo, sobre su folclore y sobre su ritmo de vida. Si tenemos presente que sus anécdotas están ubicadas en lugares alejados de lo que entendemos por civilización, muchos de ellos colindantes o en medio de la selva, imagínense mis lectores lo emocionante que puede ser esta narración.

Muchos de estos chascarrillos dedicados al carácter y la idiosincrasia de estas gentes son de una naturaleza tan enternecedora y memorable, que merecen prestarles aquí atención. Por poner algún ejemplo, a mi memoria viene el pequeño Sher Singh, un niño angelical y dicharachero, que cuidaba las pocas cabezas de ganado que poseía su familia, y que seguía a Corbett en sus correrías; también recuerdo al toro Lulu, un animal fiel e inteligente, que se enfrentó a un peligroso tigre sin temor a la muerte; no menos interesantes son los recuerdos que Corbett nos ofrece sobre las tribus de ladrones, que eran recluidas de por vida en zonas acotadas, y de cuyos muros consiguió escapar el famoso delincuente Sultana, un ladrón sanguinario pero de corazón ecuánime, a quien el escritor apodó el Robin Hood de la India. Sus aventuras no tienen parangón.

En ese mismo sentido, las historias dedicadas al periodo de tiempo que Jim Corbett estuvo trabajando para Bengal and Northwestern Railway son especialmente emotivas y fascinantes. De hecho, algunas parecen sacadas de ciertas novelas de Somerset Maugham. Ese carácter tiene el relato dedicado a Lalajee, un pasajero enfermo de cólera, a quien  Corbett ayudó a recuperar la salud y su posición en la vida. Igualmente cautivadora es la historia del intocable Chamari, un miembro despreciado por la sociedad de la India que, gracias al amparo del escritor, llegó a ocupar un lugar de fama y respeto dentro de la comunidad. Y estas son sólo dos de las muchas crónicas que forman parte de estos capítulos del libro, y que ilustran a la perfección el espíritu compasivo y desinteresado que poseía Jim Corbett, del que vengo hablando a lo largo de mi publicación.

1ª edición norteamericana, Greenwood Press, Nueva York
Fuente: abebooks

Por otro lado, es deslumbrante la atmósfera que construye el escritor en cada momento de la narración, tanto en los capítulos dedicados a la aldea agrícola de Chhoti Haldwani, cuyos habitantes tenían como enemigo a un jabalí destructor de cosechas, que gozan de muchos momentos hilarantes, como las que centran su atención en la localidad ferroviaria de Mokameh GhatGhat, donde Corbett se implicó en mejorar la vida de las familias allí asentadas, ayudando a construir una escuela y un campo de fútbol para los hijos de los trabajadores del ferrocarril, entre otras obras de carácter social. Todo el anecdotario aquí relatado resulta de interés sociocultural, ya que es el reflejo de un tiempo que ya pasó y del que no se suele hablar. De hecho, en estos pasajes del libro aparecen sutiles comentarios en los que Jim Corbett deja caer lo que pensaba con respecto al carácter de la sociedad europea en comparación con sus amigos humildes de la India. La Lealtad por parte de los desheredados de la India es su mejor carta de presentación.

En torno a ese mismo tema, y en conexión con las guerras mundiales que el escritor contempló, el capítulo titulado La ley de la selva es esclarecedor. En él, el autor de Mi India construye un discurso convincente, en el que alega que hay más honor en la jungla que en la llamada sociedad civilizada. Por poner un ejemplo, es especialmente impactante el relato dedicado a un tigre que respetó la vida de un bebé humano con el que se topó en mitad de la jungla. 

Así es Mi india, un texto que destila amor. Fue escrito por un hombre sorprendente, cuya actitud hacia las gentes más humildes y necesitadas es digna de admiración. De hecho, a ellos dedicó su vida: compró tierras, construyó en ellas casas para los sin techo, pagó sus deudas e impuestos, se hizo cargo de la salud de los enfermos…En definitiva, uno de esos individuos de los que poco se habla y que, sin embargo, fue asombrosa su contribución. 

Mi India fue escrito en 1949. Tres años después, la editorial Oxford Press lo publicó en Bombay, Londres y Nueva York. Jim Corbett no quiso dejar lugar a dudas sobre el carácter de su escrito, y por ello, se lo dedicó a los millones de hambrientos de la India. Es por ello, que una parte de la crítica considera este libro como el trabajo más conseguido del autor. Más allá de ser un excelente recopilatorio de relatos y aventuras, el carácter cordial y amable que destilan sus páginas deja sin palabras al lector. Esta faceta moral hace del texto un manual de conducta, que nuestra acelerada y crispada sociedad actual debería atesorar como modelo para las generaciones futuras. En él pueden comprobar los beneficios de una vida en contacto directo con el entorno natural, y dedicada a construir algo relevante para la sociedad.


<Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.> Platón (427 AC-347 AC)


Undine von Reinecke ♪


Os espero el 17 de julio de 2024 en China, en una nueva etapa de La vuelta al mundo en doce libro 2024.



El autor por la Editorial

Fuente: Ediciones del Viento

En la falda del Himalaya, descendiendo hacia los valles de Uttar Pradesh, por donde discurren el Ganges y el Sarda, existe una región de bosques y lagos poblada de animales salvajes y centenares de especies diferentes de aves. Allí se sitúa Naini Tal, el poblado en el que nace Jim Corbett en 1875. Hijo del administrador de correos local y séptimo de ocho hermanos, desde muy joven comenzó a sentir una profunda fascinación no sólo por aquellos bosques, sino también por los campesinos de las castas más bajas, que los habitaban. Cuando, a la edad de setenta y dos años, decide abandonar la India y se traslada junto con su hermana Maggie a la casa que Baden Powell había construido en Nyeri (Kenia), comienza, por fin, a escribir los recuerdos de aquellos primeros tiempos. Tras su muerte, ocurrida siete años después, el gobierno indio daría su nombre a la más importante reserva de tigres de aquel país, el “santuario” de Kumaon, denominado desde entonces, Jim Corbett National Park.

 

Comentarios

  1. Buenos días, Undine:
    Compro boleto a India. Ya me lo pasé muy bien con el de Lotti.
    Este además está contado desde dentro, y gana por eso. Según ibas contando su historia ya sabía que en algún momento se iba a torcer, todo salía demasiado bien.
    Respecto a la caza, no es el primer amante de la naturaleza al que le gusta la caza, yo creo que la entienden de otra manera. Si todos cazan para comer, por qué nosotros no? Y si se trata de salvar a personas o al ganado, yo no lo veo mal. Otra cosa es cazar indiscriminadamente por diversión o para traficar.
    Lo dicho, que me quedo con este nuevo viaje a la India.
    Besitos y feliz fin de semana

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    1. Buenos días, Norah.
      No te vas a arrepentir de este viaje, Corbett narra sus episodios de manera entrañable y fascinante. Por otro lado, las historias que comparte son muy interesantes y te transportan en el tiempo y el espacio. Ya me contarás qué te ha parecido.
      En cuanto al tema de la caza, en aquellos días y circunstancias, lo que hacía Corbett era por seguridad y supervivencia, desde mi punto de vista, es perfectamente comprensible.

      Un besote, y gracias por pasarte por aquí!!

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  2. Buenas tardes Undine, la India siempre me ha atraído, sus costumbres, gentes y paisajes tan diferentes de las nuestras han tocado mi parte más aventurera, con Pasaje a la India, Vinieron las lluvias o La joya de la corona, he disfrutado y sufrido. No conozco al autor pero lo que cuentas de Mi india estoy segura de que va a gustarme. Me lo llevo apuntado desde luego. Un abrazo.

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    1. Buenos días, Mar.
      De los títulos que comentas no conozco Vinieron las lluvias, y me despierta mucha curiosidad. Me lo apunto para el futuro.
      Con respecto a Mi India, es un libro amable, interesante y creo que te va a fascinar. Ya me contarás si te decides a leerlo.

      Un beso, y gracia por leerme y comentar!!

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  3. Hola Undine, ya sabes que los libros que hacen descripciones de países no me van mucho... Además aunque este autor tiene una vida apasionante no comparto su afición por matar tigres, unos animales preciosos (ya sabes que me encantan los gatos y esto se puede ampliar a los felinos) y que además están en peligro de extinción... en fin que me enrollo con otro tema, que este lo dejo pasar.
    Un besazo

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    1. Buenos días, Nitocris.
      Comprendo muy bien tus palabras, yo también tengo mis prejuicios contra la caza indiscriminada. Sin embargo, por si algún día te cruzas con un título de Corbett, este hombre era un defensor de la naturaleza. Sus acciones de aquellos días eran por supervivencia, tanto alimenticia como por seguridad. Las poblaciones lo llamaban cuando un tigre asesino atacaba a la población humana y animal. No cazaba por deporte. De hecho, en Mi India se critica esas prácticas.

      Un beso, y muchas gracias por leerme y comentar!!

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  4. ¡Hola! Por lo que veo, una vida asombrosa y completamente dedicada a los demás así que estoy convencida de que valdrá mucho la pena conocer su historia. Un besote :)

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    1. Buenos días, Marya.
      Qué bien que te haya llamado la atención este libro. Para mí ha resultado una lectura amable y entrañable. Por otro lado, las historias que se narran en ella son super interesantes. Ya me contarás tus impresiones sobre ella.

      Un abrazo, y muchas gracias por la visita!!

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  5. Tengo muchos amigos, biólogos o no, que empezaron su idilio con la naturaleza como cazadores y pescadores. No creo que una cosa esté reñida con otra, siempre que se respeten los ciclos y no se esquilme a las especies. Sé que puedo levantar muchas ampollas diciendo esto.
    El libro es curioso porque es difícil encontrar personas de ascendencia inglesa que, por mucho que hayan nacido en la India, no escriban sobre ella con prejuicios y con ese sentirse superior que suele caracterizar al colono. Como mucho practican la condescendencia, cosa que no parece hacer Corbett para nada. Tomo nota del libro.
    Tu viaje está siendo apasionante.
    Un beso.

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    1. Buenas tardes, Rosa.
      Creo que tu condición de bióloga te otorga una posición privilegiada para opinar con conocimiento de causa. Yo estoy a favor del equilibrio en todas las facetas de la vida.

      En cuanto a Mi India, creo que Corbett fue un tipo peculiar y sus obras resultan de interés en muchos sentidos. A mí me ha gustado mucho leer este título.

      Un abrazo, y mil gracias por pasar a leerme!!

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  6. Hola, Undine. De nuevo vengo a visitarte, aunque tarde, a esta nueva entrega de 'La vuelta al mundo en 12 libros'. Me ha parecido interesante esta visión de la India por parte de un hombre de origen inglés y tan cercana a la ecología. Este país es un poco como el anterior para los occidentales, un lugar exótico y bastante desconocido a causa de los juicios previos debido a esto mismo.
    Siempre gusta encontrar buenos pensamientos acerca de algo o alguien, y parece que eso es lo que sucede en esta novela. Parece muy atrayente en ese sentido. Y también conoccer un mundo y un país diferentes a lo que seguro son hoy día, cuando aún la naturaleza dominaba un poco más. Queda en mi memoria como candidato de lectura.
    En cuanto a mí, en esta entrega nuevamente me he zambullido en el mundo actual y en una visión muy diferente del exotismo. Aquí te dejo el enlace:

    https://eleeabooks.blogspot.com/2024/06/tigre-blanco-aravind-adiga.html

    PD: Me hace gracia que una de las portadas que exhibes en tu reseña sea tan similar al contenido y al título del libro que yo escogí.

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