RESEÑA: LA INDIA (Sin los ingleses), PIERRE LOTI

Fuente: Undine von Reinecke

Ficha técnica

Editorial: José J. de Olañeta

Colección: Terra Incognita 20

Traducción: Vicente Díez de tejada (de la edición de 1923, por la editorial Cervantes de Barcelona)

Páginas: 366

Formato: 15 x 21 cm

Encuadernación: Rústica

ISBN: 978-84-7651-918-9

Año aparición: 2.000

Precio con IVA: 17,00€


Sinopsis del editor

En la India (publicado por primera vez en 1903), Pierre Loti despliega un vasto fresco lleno de vida y de extraordinarias imágenes de aquel país inmenso y milenario. A lo largo y ancho de esa tierra de contrastes, de lujo exquisito y miseria atroz, áridos desiertos y selvas tropicales, grandes extensiones deshabitadas y ciudades superpobladas, Loti viaja con los ojos bien abiertos y la sensibilidad a flor de piel en busca de los Sabios de Benarés que pueden dar una respuesta a sus ardientes interrogantes…


Propuesta musical para este libro


Claude Debussy - La Mer

La Mer es una pieza orquestal del compositor francés Claude Debussy. Comenzada en 1903, Debussy la finalizó en 1905 durante unas vacaciones que el músico disfrutó en Eastbourne, una localidad situada en la costa del Canal de la Mancha. La obra no fue muy bien recibida cuando se estrenó en París en octubre de 1905, no obstante, en la actualidad está considerada una de las piezas orquestales más importantes del siglo XX. Está compuesta por tres movimientos: De l'aube à midi sur la mer (Desde el amanecer hasta el mediodía en el mar), Jeux de vagues (Juegos de olas), Dialogue du vent et de la mer (Diálogo del viento y el mar). La sutileza compositiva de esta pieza y las ricas imágenes del mar que evocan sus pasajes, hacen de esta obra un ejemplo fascinante del impresionismo musical.

La elección de La Mer para acompañar la reseña de esta semana está clara, no sólo porque Claude Debussy era contemporáneo y compatriota de Pierre Loti, sino porque sus trabajos comparten la misma magia conceptual del impresionismo.


Lo que Undine opina del libro


<Los lugares donde no se ha amado ni se ha sufrido, no dejan en nosotros ningún recuerdo.> Pierre Loti


Hoy, 20 de julio de 2022, llego por fin a Calcuta, actual etapa de mi viaje literario que me está llevando durante este año a seguir los pasos de Phileas Fogg, el famoso personaje de Julio Verne. En la pasada edición de La vuelta al mundo en doce libros 👈os hablé de Bombay y de la India colonial bajo el poder de los ingleses. En esta ocasión quiero ofreceros una visión diferente de este país tan grande que ofrece multitud de caras distintas. Para ello, he elegido un libro que se sale de lo corriente, al igual que ocurre con su autor. Me refiero a La India (Sin los ingleses) del escritor francés Pierre Loti, un autor hoy en día casi desconocido, pero que fue en vida todo un éxito editorial, tanto en su país natal como en el extranjero. Es curioso cómo últimamente no dejo de toparme con nombres ilustres de las letras internacionales cuya huella se ha llevado el viento… Pero no adelantemos acontecimientos, veamos primero quién fue Pierre Loti, y de este modo, mis lectores podrán adivinar cuál ha sido el motivo para elegirlo como protagonista de esta etapa de La vuelta al mundo en doce libros 2022👈

Pierre Loti (Fuente:Wikipedia)

Louis-Marie-Julien Viaud, más conocido como Pierre Loti (1850-1923), fue un marino, escritor, periodista y fotógrafo francés que pasó gran parte de su vida navegando por el mundo entero en barcos de la armada francesa. Gracias a las vivencias que experimentó en sus viajes, halló sin buscarlo la inspiración para escribir sobre lo que veía, porque él no era en sus inicios escritor; puede decirse que la literatura llegó a él como una consecuencia de su vida. Pese a ello, sus escritos tenían un carácter tan diferente y personal, llenos de motivos autobiográficos, que logró un éxito colosal. 

Nacido en Rochefort en el seno de una familia que había disfrutado de un cierto esplendor. Su padre fue un hombre de letras que asumió las funciones de primer secretario y recaudador de impuestos para el ayuntamiento de la ciudad. Tercer hijo del matrimonio, Pierre era mucho menor que sus hermanos mayores, y fue educado en casa hasta los doce años. Desde la infancia mostró gran sensibilidad, dejándose fascinar por las historias que le contaba su abuela, por los parajes naturales, las ruinas románticas de castillos abandonados -algo que reflejaría después en sus memorias Le roman d'un enfant publicadas en 1890-, y por las noticias que le llegaban desde ultramar de su hermano Gustave, marinero que falleció en 1865, y al que Loti no tuvo reparo en imitar, ya que fue la carrera naval la que eligió como profesión cuando su familia se arruinó. 

Reina Pomare IV (Fuente: Wikipedia)

Precisamente fueron sus estudios los que le llevaron a París en 1866, donde ingresaría primero en el Lycée Napoléon y, un año más tarde, en la Escuela Naval. Gracias a la elección de su profesión comenzó a viajar a tierras lejanas desde muy joven, visitando diferentes lugares exóticos como Argel, América del Sur o Dakar, viajes que fueron interrumpidos por su participación en 1870 en la guerra contra los alemanes, efeméride bélica de la que os hablé en la etapa parisina del reto👈. Sus viajes a tierras extrañas se reanudaron en 1971 con dirección a Tahití y a la Isla de Pascua. Allí sería bautizado con el nombre de "Loti" -pseudónimo por el que será siempre recordado-, por la anciana reina Pomare IV -monarca que se mantuvo en el trono de Tahití durante cincuenta años, y única mujer que gobernó el lugar-, que le puso ese apodo inspirándose en una flor. Fue gracias a esas experiencias que escribió Las bodas de Loti, una de sus obras más apreciadas, que sería adaptada por Reynaldo Hahn como L'Île du rêve en 1898, para la  Opéra-Comique de París. No sería esta la única obra de Loti que sirvió de inspiración para los compositores de la época, el exotismo de sus obras era tentador para los músicos.

Sus viajes alrededor del mundo continuaron sin cesar, dejándose seducir por los lugares que conocía, sintiéndose impelido a tomar notas de todo lo que veía. Quizás el país que más pasión le inspiró fue Turquía, cuya sensualidad le subyugaba. Allí se enamoró perdidamente de una bella odalisca perteneciente a un harén. Junto a ella vivió un tórrido romance que finalizó de manera trágica, y que inmortalizó en su obra Aziyadé (1879). Su apego a este país no terminaría nunca, dedicándole muchos título, e implicándose en su vida política también. Como anécdota sorprendente, es curioso leer acerca de su participación en la lucha contra el desmantelamiento del Imperio Otomano de 1913 -que era pretendido por las potencias occidentales-, durante una de las muchas visitas que hizo a Constantinopla, cuando ya se había retirado de la marina. 

1881 fue un gran año para nuestro protagonista porque, coincidiendo con su nombramiento como teniente de la armada, publicó su primera novela bajo el pseudónimo de Pierre Loti, Le Roman d'un Spahi, que está ambientada en Senegal. Desde ese momento sus aventuras iban in crescendo, y participaba tanto en misiones comerciales, como en grandes campañas colonialistas como la de Tonkín -expedición con fines expansivos de la Tercera República Francesa-, acontecimientos que él se ocupaba en relatar y de los que dejó constancia tanto en su diarios como sus novelas, y en las columnas que publicaba en Le Figaro, periódico con el que colaboró habitualmente.

Pierre Loti (derecha) y su " hermano Yves  con
 Madame Chrysanthème. Colección Casa Pierre Loti, Rochefort.
Fuente: Wikipedia

Y así, viaje tras viaje, campaña tras campaña militar, Loti llega desde China a Japón en 1885. Este año es de crucial importancia para el escritor porque otra mujer se cruza en su camino, se trata de Okané-San, una joven de dieciocho años con la que contrae matrimonio, y a la que abandona cuando deja el país. De esta experiencia nació Madame Chrysanthème, quizá la obra más conocida del escritor, en la que se han basado otras piezas de gran reconocimiento, entre las que destaca la bellísima ópera Madame Butterfly de Giacomo Puccini.

Al regresar a Francia, y tan sólo un año más tarde, Pierre Loti se casaría con Jeanne-Amélie-Blanche Franc de Ferrière, perteneciente a una familia de notables de Burdeos, quien le daría su único hijo legítimo. Ese mismo año de 1886, el escritor publicaría su segundo y mayor éxito editorial Pêcheur d'Islande. Pero el matrimonio era sólo un espejismo, porque Loti fundó una segunda familia con Juana Josefa Cruz Gainza, una joven de origen vasco que conoció en 1894, durante los años que estuvo de servicio en tierra, al mando del Javelot, embarcación que hacía su servicio desde Bidasoa hasta Hendaya. Junto a esta mujer vivió la historia de amor más importante de su vida, y con ella tuvo cuatro hijos. Por aquella época ya era miembro de la Academia Francesa, nombramiento que obtuvo en 1891, superando en votos a Émile Zola.

Casa de Pierre Loti en Hendaya (Fuente Wikipedia)

Con la llegada del siglo XX, se inició para él una nueva época muy activa de misiones ministeriales e intervenciones militares, que le llevarían a lugares como la India, Persia o Japón, y a participar en asuntos bélicos de relevancia como la Guerra de los Bóxers en China. De aquellos momentos nacerían sus libros Los últimos días de Pekín (1902) y La India (sin los ingleses), publicado en 1903, que es el libro que protagoniza la reseña de hoy. Su última misión fue durante un viaje que hizo a Egipto en 1906, y en 1909 se retiró de la marina con el rango de capitán, tras cuarenta años de servicio. No obstante, las aventuras para Pierre Loti no habían acabado, porque además de los viajes que realizó por cuenta propia, el escritor se empeñó en luchar en la Primera Guerra Mundial, pese a su avanzada edad. Su vida finalizó en 1923 en Hendaya, tierra a la que amaba y donde nacieron los cuatro hijos que tuvo con el amor de su vida. El escritor fue enterrado en otro de los lugares que quiso profundamente, en el jardín de la Maison des Aïeules, el hogar de sus ancestros, donde hoy se encuentra su casa museo.

Pierre Loti caricaturizado por
 Jean-Baptiste Guthpara Vanity Fair (1895).
 Fuente: Wikipedia

Como pueden ver mis lectores, Loti fue un hombre peculiar. Apasionado, aventurero, romántico e idealista, una persona que representa la figura del hombre colonial. Su obra literaria se apartó de los cánones comunes del momento, cercanos al naturalismo de su compatriota y rival en la Academia Zola, explorando otros misterios artísticos del momento, como era el impresionismo. Sus textos se basan en gran parte en los diarios que escribía durante sus viajes, y son estampas de gran belleza, exóticas y románticas. Su estilo narrativo es preciso, descriptivo y minucioso, ofreciendo al lector una mirada diferente de la que exploraban otros escritores. La impresión que dejan sus libros es de un esteticismo impresionante, aunque también es cierto que el espíritu que reside en ellos está impregnado por la melancolía, la soledad y lo espiritual en relación con la muerte. Eso mismo encontraremos en La India (Sin los ingleses), que comienza así:


<AL PRESIDENTE KRÜGER

  A LOS HÉROES DEL TRANSVAAL*


Dedico este libro, para unir mi humilde tributo al inmenso y unánime homenaje de todo aquel que, en nuestros días, conserva aún un resto de corazón, o solamente un rastro de conciencia>


* Alusión a la guerra de los Boers


La India (Sin los ingleses) narra el viaje que realizó a la India Pierre Loti en 1900, en una misión diplomática que el Ministerio de Exteriores le encargó. Durante los cuatro meses que duró su aventura, el escritor transcribe las impresiones de lo que ve a lo largo y ancho de los lugares que visita y que un día formaron parte de la Francia colonial, un viaje que se inicia casi como un lujo asiático, cargado de suntuosidad y seducción, y que terminará adquiriendo un carácter iniciático, en el que el escritor va en busca de respuestas entre los Sabios de Benarés, en la ciudad santa de la India, donde el río Ganges recoge las plegarias y los ritos purificantes de los fieles del  hinduismo. 

Benarés, la ciudad más santa de la India (Fuente: Wikipedia)

Escrita con un estilo esencialmente descriptivo y lleno de misticismo, la narración se asemeja a un álbum de estampas coloristas y sinestésicas, que transforman la experiencia de la lectura de forma cualitativamente emocional, y por ello, desde mi punto de vista, su lectura debe realizarse plácidamente y sin prisas, para poder apreciarla en su justa medida. El autor inicia la narración de su viaje con un tono de asombro y curiosidad en Ceilán y, poco a poco, a su paso por las diferentes ciudades que visita, irá cambiando el matiz y el énfasis de su discurso, provocado por las diferentes imágenes y acontecimientos que se va encontrando, hasta llegar a su destino en Benarés, donde eclosionó su estado anímico y espiritual.

Sujeto a las sensaciones que transmite ese país misterioso y de fuertes contrastes como es la India, el escritor se deja seducir por la belleza de las tierras aún vírgenes que encuentra en la selva y en las tierras donde el ferrocarril aún no ha llegado, alucinado por encontrar allí animales de tal inocencia que confían aún en el ser humano; se congratula con el esplendor y la erudición de algunos monarcas que lo reciben, se asombra por encontrarse cara a cara con los descendientes de culturas ancestrales, como los descendientes de los primeros cristianos, o los herederos de la diáspora judía, se apena con la llegada a tierras que aún guardan la esencia colonial francesa, evocando con ello las anécdotas de su infancia, y se horroriza con la muerte y devastación provocada por la hambruna y la injusticia humana, personificada en el contrapunto que ofrecen los animales sagrados bien alimentados de los palacios, conviviendo a dos metros con el ejército de almas moribundas tendidas en las calles. Hay un pasaje en el que Loti alude a tres hermanos huérfanos que ninguna imagen televisiva podría igualar jamás.

Chand Bibi, una pintura del siglo XVIII (Decán)
Fuente: Wikipedia

A su paso por la meseta del Decán, el Rajastán, Jaipur, Madrás, Delhi, Agrá… entre muchas otras localidades y lugares que explora el autor, el hombre que habita dentro de Pierre Loti se deja imbuir por la historia que narran sus piedras y por las imágenes más icónicas de la India, absorto ante la visión de saris enjoyados, palacios de leyenda, o los ritos y costumbres de sus gentes, que aún rinden culto a dioses pseudo destructores. A este respecto, Pierre Loti parece obsesionado con Shiva, dedicándole gran número de pasajes, fascinado y preocupado a partes iguales ante el poder que esta figura ejerce sobre el destino de los mortales. La dualidad divina y destructora que posee Shiva, desde mi punto de vista, la personifica en la India el escritor, un país por el han pasado diferentes civilizaciones y religiones, donde la belleza convive con lo putrefacto, y en el que la muerte y la vida se dan la mano cada amanecer. Y allí, en ese país donde todos los misterios se juntan, Loti está seguro de hallar la respuesta en su obsesión por comprender la verdad espiritual. Entre las muchas páginas que hablan al respecto de ello, son interesantes en las que aparecen dos nombres femeninos, especialmente el de madame Annie Besant, una escritora y ocultista británica que luchó por la independencia irlandesa, la unificación de Italia y que, a su paso por la India, llegó a formar parte del Congreso Nacional Indio, las observaciones del escritor francés con respecto a ella son muy interesantes para comprender las líneas ideológicas de aquella época.

Annie Besant (Fuente: Wikipedia)

En otro sentido, y en lo tocante al romanticismo que desprenden los pasajes de este libro, no sólo nos habla de las bellas bayaderas que siguen la tradición familiar en sus danzas, sino de la Francia colonial y del legado estético que marcó el espíritu sensible del escritor, con el que se topó en Pondicherry. La emoción que transmite evocando las imágenes del pasado, mientras escuchaba las anécdotas de la India que su abuela le contaba cuando era un chaval, no tiene parangón. 

Como dije al comienzo de la reseña, La India (sin los ingleses) fue publicada en 1903. Su repercusión es imaginable en un momento social tan convulso y de agitación intelectual como fue el comienzo del siglo XX. Lo que más sorprende del libro, desde mi punto de vista, es el carácter cambiante de su discurso que agita las emociones del lector, sumergiéndose tan pronto en temas intelectuales, como artísticos, costumbristas o morales. Sin duda, lo más cautivador de todo es la sinceridad con la que Loti abre su corazón. Hombre fascinante, barroco en sus costumbres y aficiones, como la de disfrazarse y adoptar modismos de los países que visitaba, y que recuerdan a algunos escritores contemporáneos a él como Gabrielle D’Annunzio👈 o Eduard Toda i Güell👈, su embrujo y empeño por viajar y conocer nuevas civilizaciones le abrió el camino hacia la literatura, hallando mil y una preguntas en su búsqueda incansable de respuestas. 



<Esas prisas para no dejar pasar la hora de la partida, esas despedidas con la incertidumbre del regreso…, esa fue, en suma, toda mi vida.> Pierre Loti



Undine von Reinecke ♪



Os espero a todos el 17 de agosto de 2022 en la Ciudad Prohibida de Pekín, próxima etapa de La vuelta al mundo en doce libros 20022 👈 







Comentarios

  1. Hola Undine, no conocía al autor ni la obra, pero parece interesante. Lo tendré en cuenta.
    Un besazo

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  2. A este escritor le he echado el ojo para otra etapa del viaje. Me parece que debio de tener una vida interesantísima con tanto viaje como hizo. Un abrazo!

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  3. ¡Hola! No conocía la historia, pero me parece de lo más interesante, sobre todo el hecho de viajar junto a los libros a lugares tan interesantes.
    Genial reseña, besos :)

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  4. Me encanta que cada libro te haga viajar a un destino totalmente diferente *-* En mi caso, he tomado la decisión de no leer ningún libro del estilo por el momento, ya que en el doctorado estoy leyendo textos del siglo XVII sobre la llegada a América y creo que ese ya es suficiente viaje por el momento xD Aun así, me estoy guardando cada libro que recomiendas, que este tipo de lecturas me encanta :P
    ¡Nos leemos!

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  5. ¡Hola preciosa!
    No sabía de este libro ni de su autor pero si que siendo de historia no me importaría darle una oportunidad.
    Que tengas un bonito miércoles.

    ❀ Fantasy Violet ❀
    Besotes! 💋💋

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  6. Querida Undine:
    ¡Lo tengo! Porque me lo acabo de comprar. Creo que no haría falta explicar más. La India es un país que siempre me ha fascinado pero también me causa cierto temor.
    Mis autoras indias favoritas son Anita Nair, Divakaruni y Lahiri. Sí, bastante occidentalizadas ellas pero me encantan sus historias.
    Como esta, esa forma de viajar que ya no vamos a conocer y que tampoco sé si valdría para mí. Qué ganas de emprender viaje.
    Como siempre la historia del autor tan interesante como el libro.
    Besitos y ¡Feliz semana!

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  7. ¡Hola! Se ve que es un buen libro pero yo no lo veo de mi estilo así que, en esta ocasión, no acompañaré al autor en este viaje. Un besote :)

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  8. Es curioso lo mucho que me suena, y no sé de qué, el nombre de Pierre Loti. Es curiosa la vida que llevaron muchos de estos hombres del siglo XIX y principios del XX.
    La India sin los ingleses tenía que ser un país curioso, aunque eso tuvo que ser mucho antes de que Loti llegara.
    Espero esa parada en la ciudad prohibida de Pekín.
    Un beso.

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  9. Holaa!! pero qué interesante lectura, sin duda has conseguido que me llame la atención, así que lo tendré en mente. Gracias por tu increíble reseña.

    Blessings!!

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  10. Hola Undine!! Muy buena sugerencia lectora, no lo conocía y no me importaría darle una oportunidad. Tomo nota. ¡Genial reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!

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  11. Hola Undine!
    ¡Esta es una excelente reseña! Seleccionas los libros más interesantes de este género. Wow, me encanta, suena como un libro que disfrutaría, voy anotando. ¡Gracias por la recomendación!
    Saludos

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